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Félicitations pour tous les élèves

d’espagnol de la PS2 qui ont relevé

ce défi difficile !

Un grand merci à Catherine Usclat pour sa disponibilité, son aide aux élèves et en général pour sa précieuse collaboration.

Remerciements à toute l’équipe du Service de Reprographie pour

sa gentillesse et son professionnalisme.

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Lycée Militaire d’Aix-en-Provence

RELATOS DE AQUÍ Y

DE ALLÁ

PS2

2014 - 2015

Responsable Pédagogique: Mme Gleizes

Professeur d’espagnol

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Préface

Des hippies et leur lama fuyant l’apocalypse dans un

van Volkswagen, des conquistadors en quête de

l’Eldorado, les miracles de Santo Niño de Atocha, le

couronnement de la carrière du plus grand torero du

monde, une fusée en partance pour Mars… Tels sont

quelques-uns des sujets développés par la classe

d’espagnol de Première S 2. Il y en a bien d’autres que

nous vous invitons à découvrir.

Seuls, à deux ou à trois, les élèves ont relevé le

défi d’écrire en espagnol de courts récits qui se

déroulent en Espagne ou en Amérique latine et

témoignent de la culture hispanique. Le recueil qu’ils

vous proposent explore toutes les voies de la fiction :

nouvelles fantastiques, humoristiques, policières,

réalistes, science-fiction, contes, légendes. Certaines

nouvelles vous donneront des sueurs froides, d’autres

font preuve d’un humour très, très noir… Toutes vous

introduiront dans un univers surprenant.

La récompense d’un travail d’écriture est de

recevoir une bonne note mais aussi et surtout d’avoir le

plaisir d’être lu. Nous espérons que ceux qui font

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l’apprentissage de l’espagnol se lanceront dans la

lecture de ces récits ou tenteront de les déchiffrer, au

pire, un dictionnaire en main !

Ce modeste « atelier d’écriture » ayant révélé,

chez les élèves, créativité et imaginaire, nous espérons

reconduire ce projet fructueux et en faire, pourquoi pas,

un concours de nouvelles. Ce recueil est peut-être le

premier millésime d’une longue série.

À l’année prochaine pour le cru 2016 et, en attendant,

¡Buena Lectura !

Leyla Gleizes et Catherine Usclat

*Dessin de la couverture par DIARRA Oumou

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RELATOS EN ESPAÑOL

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DEGUERRE Benoît

LE MENELEC Maxime

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El partido

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Era una tarde de partido. Barcelona-Valencia, no

me lo podía perder, sobre todo en el Camp Nou. Yendo

al estadio el domingo 12 de septiembre de 2027 a las

nueve, me encontré con algunos amigos. Cuando

Fernando se acercó, supe que hablaría de fútbol.

-¡Hola Antonio! ¿Listo para asumir el fracaso?

En efecto, era un ferviente seguidor de Valencia y me

esperaba un enorme fracaso: el Barça era

indudablemente el líder del campeonato.

Por el camino, vi un cartel: “¡Compre el nuevo robot

I37, usted estará completamente satisfecho!”. No le

presté atención y entré en el estadio.

Había un entusiasmo desbordante. ¡Cantaban, gritaban

por todas partes!

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Cuando me senté, Al, que estaba sentado detrás de mí,

me interpeló:

-¡Todavía con retraso! El partido ha empezado desde

hace media hora.

-¿Qué tal va?- pregunté.

-Cero a cero, pero el gol ocurrirá pronto: el Barça y sus

tres goleadores dirigen la ofensiva.

-¡Ah, sí! Hablemos de estos tres goleadores. En cada

partido, el Barça mete cuatro goles a su adversario,

gracias a los tres mismos jugadores: Alfonso, Javier y

José. Cada vez, sus pases son milimetrados y sus tiros

bien dosificados. ¡Son sencillamente sobrehumanos!

En el medio tiempo, el Barça estaba a la cabeza: dos a

cero. Pero, Valencia se rebeló y al cabo de setenta

minutos de juego, el partido estaba dos a dos. ¿El

intento de Valencia de vencer el Barça será un éxito?

Pero, tres minutos después del empate valenciano, los

proyectores se apagaron y fue el pánico total. Pánico

que fue reforzado dos minutos más tarde porque, los

proyectores encendidos, descubrimos tres cuerpos que

no se movían, tumbados en el suelo: eran los tres

goleadores del Barça.

Pronto, se ordenó la evacuación y como trabajaba de

inspector de policía, pude empezar mi investigación,

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con el apoyo y la ayuda de Al, mi fiel ayudante. Como

de costumbre, me negué a tocar los cuerpos. El

enfermero, que se ocupaba del cuerpo de José,

protestó:

-Pero, señor…

-¡Más tarde!

Entonces, di toda la vuelta de la cancha en busca de un

indicio, una bala que los habría matado.

-Vamos a ver a las tribunas, propuso Al.

Así fue, en las gradas, examiné cada sitio, cada

barandilla para estudiar un posible ángulo de tiro.

Pero, al cabo de dos horas de investigación, puntuadas

por las protestas del enfermero, volvimos cerca de los

cuerpos. El enfermero me preguntó:

-¿Puedo hablarle?

-Hágalo. No puede ser más que benéfico.

-No son humanos, son robots: ¡sus circuitos

electrónicos se han fundido!

-No podía decírmelo antes? Luego, Al y yo salimos del

estadio y nos fuimos a casa.

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CASEZ Hugo

MIGNARD Cyrille

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La biblioteca

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Llevaba dos semanas en la casa de campo de

mis abuelos en Ferrol y no podía cansarme de explorar

su vieja casa. Era una casa muy espaciosa que tenía

muchas habitaciones y una decoración de estilo

moderno. Cada año sentía un verdadero placer en

volver a su casa.

Un día, durante las vacaciones de verano, cuando yo

tenía 16 años, caminé por un pasillo mal iluminado.

Después de pasar por él, entré en una habitación que

nunca había visto y lo que vi me intrigó: era una

biblioteca que, a diferencia de otras partes de la casa,

estaba decorada en un estilo muy antiguo; los muebles

estaban cubiertos de una gruesa capa de polvo. El reloj

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al otro extremo de la habitación parecía haberse

detenido, así que decidí ir a ver si podía reiniciarlo.

Después de reiniciarlo, me di cuenta de que marcaba

mediodía cuando sólo eran las diez, así que hice los

arreglos necesarios en el momento. Segundos después

la tierra comenzó a temblar, me sentí muy mareado y

me desmayé.

Cuando me desperté, estaba en la misma sala pero

algo había cambiado. Miré cerca de mí y noté en efecto

que las capas de polvo habían desaparecido.

Sorprendido me levanté. Examiné si no estaba loco

pero ¡no! ¡Tampoco estaba soñando! Después de unos

cortos minutos miré el reloj y noté que marcaba las

12h00 del día. Un periódico, puesto en una mesita,

indicaba el 18 de julio de 1936. Inmediatamente

aquella fecha me recordó algo. Reflexioné algunos

minutos y los recuerdos de las lecciones de historia

¡volvieron a mí! Era el día del alzamiento militar del

general Franco que desencadenó la guerra civil. De

pronto oí unos ruidos de cañonazos al exterior. Corrí a

la ventana y vi algunos soldados entrando en la casa y

tirando sobre todo lo que resistía. No podía creer que

había retrocedido en el tiempo, ¡estaba tan loco! De

pronto vi a una joven corriendo hacia mí. Llegó a mí en

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la sala del reloj y se encerró conmigo. No comprendía

nada, la saludé y le pregunté dónde estábamos. Pero

no respondió, reaccionó como si fuera un fantasma.

Luego la observé y noté que tenía miedo. Después sacó

de su vestido una pistola vieja -para mí- y esperó

delante de la puerta con la pistola en las manos. Yo

estaba asustado, ¡no podía hacer nada!

De pronto, alguien tocó a la puerta, inmediatamente la

mujer disparó con su pistola y la recargó con un poco

de pólvora, pero en aquel momento los soldados

echaron la puerta abajo y entraron en la sala. La mujer

lanzó su pistola sobre ellos y gritó “¡Viva la república!”.

Los soldados no esperaron y dispararon tres veces

sobre ella. Estaba llorando. Los soldados salieron y

noté después que la mujer tenía algo en las manos. Me

acerqué a ella y tomé aquella cosa. Era un medallón. Lo

puse en mi bolsillo y después de todos estos

acontecimientos, me desmayé de nuevo.

Recobré el conocimiento en la biblioteca, delante del

reloj que indicaba las diez; los muebles estaban

cubiertos de la gruesa capa de polvo de nuevo. Más

tarde, cuando hablé con mi abuela del extraño sueño

que yo había tenido en la biblioteca, me dijo que

cuando ella y mi abuelo habían comprado la casa, no

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había ninguna biblioteca y ¡nunca había habido! Yo

quería volver a encontrar la habitación pero sólo

conseguí perderme. Los días pasaban sin que nada

inusual sucediera. Sin embargo en la última noche de

mi estancia, cuando hice las maletas, me di cuenta de

que un objeto se había caído de mi bolsillo y cuando

me agaché para recogerlo, reconocí el medallón de la

joven. Y aunque lleno de dudas, sea real o no, el

recuerdo de aquella bella joven nunca me dejó.

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BROCHOT Antoine

JULIEN Maxime

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El chupacabra

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La noche cayó sobre la selva del Nuevo Mundo.

Yo, Bruno Castellanos, con mis hombres, me dirigí

hacia lo que era el más grande tesoro de aquellas

tierras: El Dorado. Las leyendas decían que en aquella

ciudad todo era de oro y de joyas: si hubiéramos traído

veinte libras de oro cada uno -con los caballos- y un

saco de joyas, de regreso a España cada uno hubiera

podido comprar una casa muy grande y vivir

tranquilamente por siglos. Pero nada salió como estaba

previsto.

Paramos la noche en un claro, al lado de un río.

Mientras que una mitad del grupo -unas quince

personas- estaba cazando, la otra fue a buscar algo

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para cocinar la carne. Me fui con los cazadores:

volvimos con dos venados y el otro grupo trajo hongos

de diferentes colores. Decidimos organizar turnos de

vigilancia por la noche, de más o menos dos horas para

cada uno. Comimos y después de la cena fui a dormir

un poco, hasta mi turno.

En medio de la noche, después de una pesadilla, Pedro

me despertó y salí pensativo fuera de mi tienda.

Empecé mi turno de vigilancia, observando los

arbustos. A veces, me pareció ver un movimiento, pero

pensé que era el cansancio. Después de mi hora,

cuando fui a despertar al siguiente vigilante, oí un

ruido de espadas cayendo detrás de la tienda. Fui a ver

a hurtadillas, pero no vi nada. Desperté a Pedro y le

propuse buscar conmigo lo que hubiera podido hacer

tanto ruido, pero no me escuchó, pensó que era Carlos

comiendo los restos de la comida.

Pues fui solo a ver qué o quién había hecho aquel

ruido. Después de media hora de buscar por cada

arbusto del claro, regresé a ver a Pedro para decirle

que tenía razón, pero lo descubrí en un baño de

sangre, su propia sangre. Desperté a todos, y di las

espadas a cada uno. Fui inmediatamente a ver a su

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cadáver: le habían cortado la garganta con una cosa

muy aguda, pero nadie hubiera podido matarlo: era

demasiado amable para que tuviera enemigos.

Nadie hacía ningún ruido, escuchando, intentando

encontrar lo que había matado a nuestro amigo, pero

la tensión aumentaba con el silencio. Nos mudamos

más adelante despacio, cuidadosamente, sin ver u oír

nada.

De pronto, Carlos gritó detrás de mí: una especie de

pequeño mono sin pelo, con ojos rojos de demonio y

garras grandes como cuchillos estaba destrozando su

garganta y bebiendo su sangre con su lengua de

serpiente.

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Cuando quise golpearlo con mi espada, había

desaparecido por arte de magia, pero Carlos fue bien

real... En aquel momento pudimos oír ruidos en los

arbustos, y uno a uno, mis hombres murieron uno por

uno, mientras que yo estaba mirándolo, impotente,

tratando de lesionarlo en vano.

Pronto, me encontré solo, y cuando se arrojó sobre mí,

solo pude ver esa furia, con su sed de sangre, y sus ojos

rabiosos, sin piedad, y después nada.

Me desperté bruscamente, acostado en el suelo. Salió

el sol sobre el claro lleno de cadáveres, y mis ojos iban

y venían sin entender entre mi espada, la sangre en mi

ropa, los cuerpos y los restos de la comida, estas setas

tan coloradas...

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ESTEVE Mathieu

HANCE Arnault

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Una corrida letal

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En Andalucía vivía un hombre, una leyenda, un

verdadero dios en su campo: las corridas de toros. Él

estaba matando todos los toros en España, ya sean

muy, muy grandes, de gran bravura, potentes,… ¡No

rechazo ningún toro!

¡Hasta que un día se escucharon rumores de una bestia

indomable! Una fiera muy imponente. Entonces, el

organizó la última corrida de toros de su carrera en la

que quería desafiar a todos los toros más feroces y

terminar frente a la bestia que había superado a todas

las demás, en todos los niveles, tanto en el peso,

tamaño, energía como en la ferocidad!

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Este toro, con el que ya murieron muchos toreros,

representaría el mayor desafío de su carrera.

El día decisivo de su carrera llegó. La corrida de toros

fue vista por todos, en todos los canales de televisión a

través de España, ¡el mayor recinto taurino del mundo!

Él había lidiado todos los toros sin problemas y ahora

terminaría su carrera con su segundo toro de la tarde,

aquel toro que le perseguía en sus noches, el toro más

temido de todo el universo. Quería alcanzar su gloria

antes jubilarse y al final tener días felices.

Durante la lidia, el torero dominó su toro. No le dejó

ninguna posibilidad de sobrevivir. Abatió el toro sin

problemas.

Para festejar su victoria, celebró un banquete en el que

se había planeado comer todos sus animales que le

pertenecían ahora. El se reservó el toro de renombre

por ser el más feroz y para saborear su victoria.

Fue por comer los testículos del toro como se

atragantó y murió al instante.

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FABRE Bastien

ROBERT Quentin

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El guerrero Quechua

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En la ciudad de Cuzco, en Perú, un guerrero inca

llamado Quechua está a punto de saltar en el laberinto

del Machu Picchu. Es el guerrero más bueno y más

valiente de su ciudad. Por eso fue elegido para poner a

prueba sus límites y probar hasta qué punto es fuerte.

Los jefes de la ciudad organizaron algunas pruebas

difíciles en las que el guerrero Quechua tendría que

mostrar todos los valores de un verdadero guerrero.

En la primera prueba, para demostrar su fuerza,

Quechua tuvo que luchar sin armas contra 3 llamas

rabiosas. Terminó esta prueba con proeza sin herirse y

pasó a la prueba siguiente.

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En la segunda prueba, para demostrar su resistencia,

tuvo que subir a la cima del Misti, una montaña de

5800m, en menos de 5 días. Consiguió pasar esta

prueba en solamente 3 días.

En la tercera prueba, para probar su valor, tenía que ir

a través de una cueva completamente oscura, famosa

por estar llena de criaturas de miedo. Cada guerrero

que fue a esta cueva no salió jamás de ella. No había

otra salida. Esta nueva prueba fue un éxito para él y no

tuvo miedo en ningún momento.

En la cuarta prueba, para probar su valentía, Quechua

fue a una ciudad que estaba siendo atacada por un

pueblo vecino y tuvo que salvar a aquel pueblo. Una

vez más, esta prueba no le causó problemas y logró

rechazar y hacer retroceder a los atacantes antes de

que lesionaran a un habitante o robaran algo.

Por fin, en la última prueba, Quechua tenía que

demostrar su inteligencia y su reflexión. Para eso, los

jefes de la ciudad lo condujeron a un laberinto al pie de

Machu Picchu. Su objetivo era encontrar la salida pero

como para la cueva, nadie todavía había encontrado la

salida. Fue al laberinto al final del día y contrariamente

a otras pruebas, pasó más tiempo y encontró más

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dificultades. En efecto, desde el principio de la prueba,

se quedó bloqueado frente a los obstáculos y se perdió

rápidamente. Sus posibilidades de recobrar el camino

eran casi nulas y además la noche cayó.

En un momento, vio una luz fuerte y decidió seguirla.

No sabía si soñaba o si aquella luz iba a ayudarle a

recobrar su camino. Siguiendo esta perspectiva, el

camino era más fácil y cuanto más avanzaba, la luz se

intensificaba más. Después de algunos minutos, la luz

se volvió deslumbrante y Quechua finalmente pudo

encontrar la salida. Esa luz era el reflejo de una ciudad

de oro que estaba justo delante de él. Los jefes de la

ciudad también estaban allí para felicitar al guerrero

porque fue el primer guerrero que había pasado todas

las pruebas.

Por haber conseguido todas las pruebas, el guerrero

Quechua recibió la bendición de Inti, el dios del sol.

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BAJON Théo

BONMARCHAND Léo

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El Lámina y la anciana

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Érase una vez, en las estribaciones del País

Vasco, en el otro lado de la montaña, una pequeña

casa hecha de piedra y madera en la que vivía una

anciana y un anciano. Ambos habían vivido toda su

vida en las montañas, el anciano había criado ovejas y

la anciana siempre se había encargado de la casa. Pero

habían decidido descansar y ahora viven gracias al

agua de las montañas y a las liebres que caza el

anciano.

Un día, cuando la anciana estaba cosiendo cerca de la

chimenea y bebiendo su té de hierbas vascas comenzó

a pensar en la llanura que le faltaba y que tendría que

decirle adiós por última vez antes de morir. El anciano

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descansaba en la habitación, después de una larga

jornada, dormía tan profundamente que nada ni nadie

hubiera podido perturbar su sueño.

De repente, un extraño ruido procedente de la

chimenea interrumpió su descanso y estuvo

seriamente intrigada. Las brasas comenzaron a

moverse por sí mismas y un espeso humo negro llenó

todas las cenizas y la sala de un negro profundo.

Inmersa en un sueño real, la pobre anciana no sabía lo

que estaba sucediendo ante sus ojos y tomó el arma de

su marido, sosteniéndola firmemente entre sus manos.

Una vez que el polvo y la niebla negra se disiparon,

algo extraño apareció en su sala. Era un animal

pequeño, tenía el cuerpo de una mujer, pero la cabeza

de un niño pequeño. Él estaba muy sobriamente

vestido y llevaba un pequeño sombrero como el de las

gentes del pueblo. Pero lo más extraño era que no era

más grande que una silla. Tenía los pies palmeados y

eran mucho más grandes que las de cualquier pato que

vagaban por el país, pero no más grande que los pies

de la mujer, que había subido encima de su silla

cuando lo vio. Este pequeño animal era un Lámina.

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La anciana no había oído nunca hablar de él. Cuando

era pequeña, le habían dicho que fueron los Láminas

quienes construyeron todos los puentes más bellos del

país, enclavados en las montañas, adonde los hombres

rara vez se aventuraban.

En voz muy baja, el Lámina le pidió comida. La anciana,

sin negarse, le cocinó y le sirvió con toda la bondad

vasca. El Lámina comió la carne y se fue

inmediatamente por el mismo lugar por el que lo vio

llegar.

Al día siguiente, se reprodujo exactamente la misma

escena, y le dio tocino, leche y galletas. Aquello duró

una buena semana. Pero un día, su marido regresó del

bosque y se dio cuenta de que no había casi nada en

los armarios de la cocina. Llamó a su esposa que le

contó toda la historia.

Esa misma noche, el anciano se disfrazó de mujer y

tomó el lugar de su esposa en la sala al lado de la

chimenea. Así, el Lámina llegó como de costumbre y

pidió de comer. Entonces el anciano vestido como su

mujer se levantó y se fue a preparar la comida como lo

hacía su esposa de costumbre, cocinó el tocino en la

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sartén. Pero a diferencia de esta última, añadió aceite,

mucho aceite, demasiado aceite.

Una vez que el tocino estaba cocido, se acercó al

Lámina, que no tenía miedo porque tenía sobre todo

siempre hambre y fue entonces que en un movimiento

brusco, el anciano lanzó al rostro de Lámina todo el

contenido de la cocción. El Lámina gritó con todas sus

fuerzas y corrió por toda la casa, antes de huir por la

puerta principal. Su grito resonaba en todas los valles

de los alrededores y fue entonces cuando todos los

Laminas pulularon a su alrededor. Lo encontraron en el

medio de un río y todos del bosque fueron con el fin de

examinarlo. Entonces un viejo Lámina se le acercó y le

dijo con una voz sencilla:

-¿Quién fue el que te hizo eso? ¿Fuiste nuevamente a

ver a los humanos? ¿Eso es? Así, el Lámina respondió

con voz cansada:

-No, fui yo solo.

El viejo Lámina le dijo:

-En este caso, ¿por qué te quejas? ¿Por qué tus gritos?

¿Qué es lo que quieres de nosotros? ¿Quién es pues

responsable?

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Y ahí fue cuando todos los Láminas huyeron por todas

partes, dejando al pobre Lámina, con su dolor, pero

sobre todo su remordimiento.

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LISBONIS Lômm

CHASSEFAIRE Thibault

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Alucinación o anuncio de muerte

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En la región de Nuevo León, México, inspector de

policía durante doce años, Roberto Carlos intenta

luchar contra los traficantes de drogas en su ciudad

natal Cadereyta, después de que el presidente Felipe

Calderón declaró la guerra a los traficantes de drogas

en 2006.

A las cuatro de la mañana, siempre está soñando

delante de la televisión, Roberto tiene trastornos de

sueño desde hace una quincena de días. Asesinatos,

mutilaciones, decapitaciones y desapariciones se

encadenan como si fuera algo banal en este país. Por

ejemplo, el cuatro de mayo, veintitrés cadáveres

descubiertos, catorce decapitados y nueve otros

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colgados de un puente de Nuevo Laredo, uno de los

corredores de tráfico de drogas. Hasta hoy, jueves 13

de mayo, las escenas del crimen se multiplican en el

país.

El teléfono suena. Después de una larga espera,

descuelgo:

-Inspector Carlos, soy el jefe Javez, lamento molestarlo

pero…tenemos un gran problema. Vaya a la carretera

al este de la ciudad, tendrá los detalles en el sitio.

-De acuerdo, voy de inmediato.

El jefe cuelga.

Y además sucede en mi ciudad. ¡Hay que detenerlo

todo antes de que haya más muertes!

En la escena del crimen; el ambiente es frío y tenso. El

silencio reina a pesar de la multitud presente allí.

Pregunto a un soldado:

-Entonces, ¿qué tenemos?

-Una masacre, una barbarie… ¡Es la obra del diablo!- Su

voz temblaba de miedo

-¡Cálmate! ¿Puedes hacer un resumen de los hechos?

-49 cuerpos mutilados, algunos decapitados, otros

brutalmente masacrados. Todos fueron encontrados

en bolsas de basura esparcidas por el asfalto.

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-¿Algún vínculo con narcotraficantes? ¿Encontraron las

armas? ¿Es…?

-¡Nada! No tienen nada que ver con el narcotráfico.

Ninguna pista. Los culpables sólo querían transmitir un

mensaje. Las víctimas habrían sido secuestradas en el

sur.

-Una verdadera carnicería. Gracias. No creo que la

violencia desaparezca pronto.

Empiezo la investigación. Cerca de la escena del crimen

una firma de un cartel, un mensaje dejado por los

asesinos reivindican el trabajo: “100%Z”, una manera

de decir que es la obra del cártel de los Zetas, en

guerra contra el cártel de Sinaloa. ¿Cómo pueden

existir tales cosas? Este tipo de violencia, no es

humano. La más joven víctima, una niña de 12 años.

¡Qué monstruosidad!

Miro alrededor, busco pistas. De repente, aparece una

silueta, parece que se trata de una niña. Una luz me

deslumbra. La niña desapareció. ¿Es la realidad? ¿Un

sueño? Me acerco. Un coche, vacío pero abierto.

Extraño. Encuentro armas, cuerdas, hachas y

machetes, cubiertos de sangre. Mi investigación puede

avanzar. El coche parece pertenecer a Rodrigue Banór

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Relatos

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que tiene antecedentes penales pesados: violencia,

atracos, sospechoso de varios delitos. Pido refuerzos,

me pongo mi equipo y voy a su domicilio. Vive cerca

del río Santa Catarina, la calle paralela a Mina. Me

acerco a la casa, veo la misma siluetea de la chica que

desaparece de nuevo. Ya no pienso y me preparo

mentalmente. Al llegar, los hombres nos disparan. Son

muchos, refugiados en una casa. Estos son sin duda

nuestros asesinos. Después de treinta minutos, los

tiroteos se interrumpen. De repente, una chica pasa

por el medio de los disparos. Me apresuro a salvarla.

Mientras estoy corriendo, recibo una bala. Otra y otra

y así sucesivamente. Me caigo al suelo. ¿Voy a morir?

Mi visión se nubla, no siento nada.

Súbitamente me despierto en mi sofá, delante de la

televisión. El teléfono suena. Yo respondo, es mi jefe

en el teléfono. Él me llama para un caso de asesinato

en masa en el este de la ciudad. Antes de apagar el

televisor, se hace una descripción de mi escena del

crimen. Aparece una foto de una chica joven, la víctima

más joven. Parece que la he cruzado varias veces. Estoy

perdido, me duele la cabeza y no acabo de entender la

situación. Llego a la escena del crimen, un silencio

reina. Hago preguntas a un soldado en la investigación.

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Miro alrededor. Ya sé todo de esta investigación, he

escuchado las respuestas del soldado, y también la

llamada del jefe. Al ver la cara de la chica muerta, la

reconocí. Era la silueta de la chica que estaba cerca del

coche, cerca de la vivienda y en medio del tiroteo. Y

todavía estoy vivo.

¿Cómo es posible? ¡Todo esto fue sólo un sueño! Y esa

chica que vi, ¿era un fantasma?

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JALBAUD-JAILLARD Valentine

DEBUSSCHERE Laura

________________________________________

Orígenes olvidados

______________________________________________

El aire anormalmente frío despertó a Camila.

Después de haberse levantado de su cama se dirigió

hasta la cocina para tomar su desayuno. Apenas había

terminado que una persona tocó a su puerta. ¿Quién

puede ser a esta hora? Eran a penas las 8 de la

mañana. Camila abrió la puerta y descubrió un paquete

en el suelo, pero no vio a nadie. ¡Extraño! Camila tomó

el paquete y cerró la puerta. El paquete estaba

cubierto de símbolos que ella no conocía. No había

ningún nombre o apellido. Por curiosidad, decidió abrir

el paquete. Dentro descubrió un medallón. Esa joya era

magnífica, pero había algo especial en ese medallón.

Cuando Camila lo tocó, sintió como una presencia, una

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presencia que le parecía sobrenatural pero agradable.

Al día siguiente, Camila, obstinada, tomó de nuevo el

medallón para intentar comprender de donde venía

todo lo que pasaba. Lo apretó y cerró los ojos, de

repente no pensó en nada y se sintió ligera. Le pasaba

algo extraño.

Abrió sus ojos y tuvo miedo de lo que vio. Ya no estaba

en su habitación, se situaba a la salida de un bosque. Y

delante de ella, vio un templo, más precisamente un

templo Maya. No sabía por qué, pero Camila pensaba

conocer este lugar. Su miedo se convirtió en pánico, e

hizo caer el medallón. Al instante en que Camila ya no

tocaba el medallón, estaba de nuevo en su habitación.

La semana siguiente, Camila no podía dejar de pensar

en su aventura extraña. Una noche, su curiosidad la

empujó a tocar de nuevo el medallón para descubrir lo

que se ocultaba detrás de aquella joya.

Camila tomó el medallón, cerró los ojos, y de nuevo

sintió una sensación extraña. Abrió los ojos y vio por

segunda vez, el templo Maya. Camila puso el medallón

al cuello para no perderlo, y empezó a caminar hasta el

templo. Al llegar a la escalera, Camila sintió una

presencia. No tuvo tiempo de volverse cuando sintió

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un dolor en su cabeza y se desmayó.

Cuando se despertó, estaba echada en el sol cerca de

un hombre que parecía ser un indígena. Camila gritó de

pavor. El hombre empezó a hablar.

-¿Sabes dónde estás? le preguntó.

-¿Por qué estoy aquí? - gritó Camila

El indígena sin se preocuparse de su intervención

continuó.

-Estamos en el año doscientos cincuenta, en Tikal, en el

templo principal. No estás aquí por casualidad, Camila,

yo te esperaba. La verdad es que… eres la

descendiente del rey Maya Pakal, un gran rey.

Es completamente loco, pensaba Camila.

-No me mires como si te hubieras vuelta loca. Todos

tus recuerdos están en ti.

El hombre se acercó a Camila y puso su mano en su

cabeza y murmuró algo que parecía un sortilegio. En

aquel momento, los recuerdos de Camila volvieron.

Recordó todo. Su origen, su civilización y su historia.

Camila levantó su cabeza parar mirar al hombre.

-Me acuerdo. Me acuerdo de mi vida y de mi misión.

Fui enviada a la época moderna para transmitir el

conocimiento de nuestro pueblo.

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-Entonces, ¿aceptas tu destino, hija?

-Sí, lo acepto señor.

Camila cerró los ojos y se sintió caer. Se despertó en un

ataque de pánico cuando se dio cuenta que estaba en

la habitación de un hospital. El doctor le dijo que

estaba en el hospital desde hacía tres días porque

había tenido un desmayo pero que nadie había podido

encontrar la causa de este desmayo.

¿Tres días? Camila no podía creerlo. Entonces, ¿toda

esta historia venía de mi imaginación? Era

imposible, todo eso parecía tan real. De repente,

Camila sintió una cosa en su cuello, una cosa pesada.

Camila pasó la mano alrededor de su cuello. El

medallón.

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DEBERT Wandon

ETIENNE Clément

________________________________________

El santo niño de Atocha

______________________________________________

Era una vez, en un pequeño pueblo de España

nombrado Atocha una familia bien feliz constituida de

la madre Agustina, del padre Alberto y de un niño

Sergio.

El padre trabajaba la tierra del amanecer al anochecer,

con todo ese trabajo su familia tenía apenas para

comer pero sobrevivían. Sergio crecía y cuando estuvo

en edad de trabajar, iba también a trabajar en los

campos. Pero un año el invierno fue muy malo, todas

las cosechas se congelaron y el pequeño Sergio se

rompió la pierna. Era muy grave entonces, Alberto se

encontró solo para intentar alimentar a su familia.

Cuando tenían una oportunidad, tenían apenas una

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sola comida para compartir entre los tres.

Repentinamente Agustina sintió dolores en su vientre

que nunca había experimentado, era insoportable,

esos dolores que duraron dos semanas. Nueve meses

más tarde paría de un nuevo niño, ellos lo nombraron

Claudio. Era el peor momento para tener un niño ya

que era necesario alimentarlo pero no tenían los

medios. Entonces decidieron dejar de alimentarlo y si

pasaba el invierno lo darían a sus primos a cambio de

algunas zanahorias. Sin embargo un día, Sergio que

estaba en su cama sufriendo por no poder moverse

debido a su pierna rota, se levantó como si no tuviera

nada.

¡Era un milagro gracias a Dios!

Durante semanas le hicieron muchas ofrendas pero un

día se dieron cuenta de que Claudio también se había

roto la pierna. Aquel día concluyeron que Claudio había

curado a Sergio. Cuando Claudio fue bastante grande,

tuvo la idea de hacer la vuelta de España en busca de

graves enfermedades. Se cruzaron con mucha gente

y Claudio los ayudó a todos. Sin embargo su madre se

preocupaba mucho ya que todas esas enfermedades

estaban ahora en el cuerpo de Claudio. Y ahora ya

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tenía dificultades para hablar… Toda esta enfermedad

se volvía en un infierno para Claudio pero quería a

toda costa volver a la gente feliz. Entonces él siguió

aún y aún más. Su familia lloraba a las vistas de su

estado lamentable pero el niño sonreía siempre ya

que volvía a la gente feliz.

A la edad de diez años el pequeño Claudio había hecho

la vuelta de España pero estaba a punto de morir.

Cuando en una noche de verano un gran atisbo

apareció en el cielo estrellado y fue directamente hacia

Claudio. Éste dormía y no sintió ni vio nada. Al día

siguiente, por la mañana se sentía mejor, en plena

forma, y decidió ver si podía caminar, lo intentó y le

salió bien, incluso hizo la vuelta de su pueblo

corriendo de lo alegre que estaba. Se preguntaba

también si sus poderes existían todavía. Él corrió

hacia a su padre que tenía una enfermedad pero no

pudo tomarla. Dios le había quitado entonces sus

poderes con el fin de salvarle la vida. Claudio no podía

imaginarse vivir sin ayudar a la gente. De este hecho le

pidió a Dios que le hiciera venir cerca de él, en los

cielos. Dios aceptó y según la leyenda, Claudio despegó

hacia las estrellas que alumbraban el cielo. Desde

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aquel tiempo se le conoce como el santo niño de

Atocha.

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GALAS Romain

NACHEZ Hubert

________________________________________

Mi viaje por Marte

______________________________________________

Aquel verano, hacía calor en México, el calor

sofocante se debía a la contaminación global, el aire

era irrespirable, el calor insoportable. Aire, tierra, agua

estaban contaminados por el hombre. Los recursos

estaban agotados en el mes de junio de 2453, los

barriles de petróleo se compraban a 100 millones la

unidad, los últimos gases se utilizaban para la

transferencia a Marte, el uranio no existía desde 2360,

todos los líderes mundiales habían escondido esa

noticia, porque según ellos habría creado el caos. Ese

caos acaba de ser empujado hacia atrás de un siglo;

Hoy en día, la gente está luchando para sobrevivir en

estos tiempos de crisis mundial, el hambre ha causado

la muerte de casi mil millones de humanos que viven

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en la Tierra, la enfermedad afecta dos veces más.

Diferentes religiones lloran el Apocalipsis que

difícilmente ayuda a calmar la población mundial.

Los hombres más ricos se fueron a Marte, huyeron de

este terreno perdido.

En México, la banda "El Serpiente" dirigido por "El

Capo", derrocó al gobierno. Ahora es una política de

terror en toda América del Sur, "El Capo" había

ordenado un ataque a los Estados Unidos ya que

controlaban los únicos EarthToMars -lanzaderas cuya

mayor función "The noah's ark " fue salvar a dos

animales de cada especie para reproducirse en Marte.

El ataque de "El Capo" había terminado en fracaso,

cuando la frontera con México se había convertido en

un muro real del Ejército de China.

Así, en junio que comenzó mi gran aventura…

No tengo nombre, yo fui abandonado cuando era muy

joven, pronto aprendí a acostumbrarme a la vida de

un niño huérfano, aprendí a comer lo que era más

sucio, mi mejor comida fue un ratón de campo. Pero

ahora es como que si quisiera sobrevivir a la

hambruna.

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Un día, caminé en silencio en busca de alimentos en

México, cuando tres matones de la pandilla de

"Serpientes" me vieron. Naturalmente me ofrecieron

un trozo de carne que yo devoré inmediatamente y fui

su mayor diversión, pero luego uno de ellos trató de

cogerme y me las arreglé para escapar fácilmente de

sus garras y me fui de México, a zonas bajas cuyo único

objetivo era llegar al desierto. El camino era largo, me

di cuenta de lo mucho que el hombre podía ser

malvado, descubrí a mi único amigo inerte, el SI-1062,

un humanoide que muchas veces vino a jugar conmigo.

Continué mi progreso, las calles estaban desiertas,

había un niño llorando al lado de su madre fallecida,

pero cuando me acerqué a él, él se asustó.

Cuando llegué al desierto vi un convoy de 4x4

"Serpientes" de la frontera, pude ver a varios heridos

en la parte trasera de una camioneta, me escondí en

un arbusto y esperé a que el convoy estuviera lo

suficiente lejos de mi escondite. Seguí las huellas de los

neumáticos en la arena y comenzó mi largo viaje, hice

de media 6 km/h en el desierto con un calor

insoportable. Tuve que hacer 3159 kilómetros para

llegar a mi destino final, Cabo Cañaveral.

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Habían pasado varios días desde que entré sin parar,

estaba hambriento y sediento, afortunadamente para

mí, yo solo había descubierto un oasis. Por primera

vez. Mientras me deleitaba con un ratón de campo, un

gigante verde se acercó a mí, nunca vi seres tan

grandes; me preguntó de dónde era, le dije que venía

directamente de México y estaba en mi camino a Cabo

Cañaveral.

Este ser me dijo entonces que yo estaba en dirección

equivocada, que debía ir hacia el este. Decidió

acompañarme para ver lo que me esperaba tanto en

Cabo Cañaveral; él me señaló de paso que su nombre

era Brady y que había perdido a su familia durante un

altercado en la frontera, luego vagó sin rumbo por este

oasis. No me molestó que viniera, por el contrario, me

sentí bien durante mi viaje y encima de eso, él me

enseñó a encontrar los alimentos con más facilidad.

Seguimos un río que estaba dejando el oasis y que nos

conducía hacia el este, por el río, no había escasez de

agua ni alimentos, Brady fue a atrapar los peces

mientras me alimentaba en la tierra. Todo iba muy

bien durante gran parte del viaje, excepto un día que

nos encontramos con pandilleros "Serpientes" que

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capturaron y mataron a Brady delante de mis ojos.

Durante la matanza, me escondí en un arbusto de tal

manera que los miembros de la banda no me

encontraron. Pasé al menos tres días en el monte

paralizado por el miedo.

Después de esperar mucho tiempo en el monte, decidí

retomar mi camino a Cabo Cañaveral, la muerte de

Brady me abrumó durante todo el viaje.

Finalmente, después de un año de viaje, me colé en la

base de lanzamiento de "The noah's ark ", y fue

entonces cuando vi esa hermosa lanzadera que salvaría

mi vida, me colé para volver a casa, pero un ingeniero

me vio y dijo:

"¡Qué casualidad, nos faltaba sólo una serpiente de

cascabel!”

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DIARRA Oumou

________________________________________

Prisionera en el otro lado

______________________________________________

Mi nombre es Rosa. Rosa Sesina. Mi pelo es

negro, negro como mi mirada, negro como la vida que

llevo. Mis ojos son de color gris, el mismo color gris que

mi corazón de piedra. Tengo los labios rojos. Rojos

como la sangre que yo derramé.

Hace un año, mi marido me dejó por otra mujer,

porque ella era más hermosa. No he sido capaz de

perdonarlo, por lo que los maté. Desde aquel día, mato

a todas las mujeres hermosas que me encuentro, para

vengar esa injusticia, para que ninguna otra mujer

sufra como yo sufrí.

Vivo en San José del Cabo; desde que la policía está

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buscándome cambio siempre de ciudad. Pero ya estoy

cansada de huir. Oí hablar de una zona residencial

privada, donde la policía no tiene derecho de intervenir

en lo que pasa en el interior; me instalaré allá hasta

que la policía me olvide. La urbanización cerrada en la

que voy a vivir se llama "La Zona"; está situada en la

Ciudad de México. Se llama así, porque es muy difícil

acceder a ella. Las entradas y salidas son raras. Es

normal, porque los ricos pagan una fortuna para no

temer a nada. Ellos compran una seguridad casi total,

ya que aún la policía no puede hacerles problemas. Es

exactamente el tipo de lugar que necesito: ¿quién

creerá que una asesina vive allí? Además, estoy

dispuesta a pagar el precio que sea necesario para

seguir libre.

Es un pequeño barrio encantador. Todas las mansiones

son muy lujosas. Todas las casas son blancas con un

techo de terracota rojo. Todos los jardines están en

flor; hierba, arbustos, árboles... hay vegetación por

todas partes. Las abejas están visitando las flores, los

pájaros están cantando en las ramas, las mariposas

revolotean en el aire; una suave brisa acaricia las hojas,

mientras el sol pone de manifiesto todos los hermosos

colores de este barrio... Parece que estoy en el cielo,

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porque es demasiado hermoso, demasiado perfecto,

para ser verdad. Siento que aquí, nada puede

perturbar mi tranquilidad…

Tomé sólo tres cajas, para no llamar demasiado la

atención. Casi había acabado de arreglar mis cosas,

cuando alguien llama a la puerta. ¿Quién puede ser en

este fin de la tarde? Voy a abrir la puerta con una

expresión calurosa en mi cara. Súbitamente, mi sonrisa

se borra. Mi cara cambia de color. Quedo cuajada en el

mismo lugar, incapaz de moverme. Una mujer, con una

amplia sonrisa se pone delante de mí. Es rubia, con

ojos verdes; siento en ella algo de maldad, diría hasta

de malsano, pero no logro saber lo que es. Lo más

extraño en todo esto, es el hecho de que ella se parece

mucho a una de mis víctimas. Me dice:

-¡Buenos días, soy su nueva vecina, he traído un pastel

para darle la bienvenida entre nosotros!

Y me tiende una caja de cartón. Entonces, le agradezco

y luego cierro la puerta. Abro la caja, y sobre el pastel

puedo leer estas palabras: " Vas a pagar". Llena de

pánico, la cierro precipitadamente. Me calmo un

momento, luego vuelvo a abrir la caja. Nada. Ninguna

inscripción sobre el pastel. Me digo entonces que debe

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ser una alucinación a causa del cansancio. Y de todos

modos todas mis víctimas están muertas y enterradas,

entonces no temo nada. Por otra parte, mi vecina era

muy amable, vino para presentarse. Voy a llevarle algo

para agradecerle mañana.

Al día siguiente, en su casa, ella me presenta a mis

otros vecinos. Suena el timbre de la puerta. Lo que veo

en este momento me hace dar un grito de sorpresa y

alarma. Delante de mí hay un hombre, alto, delgado y

musculoso. Su piel es ligeramente mate, tiene el pelo

negro corto y los ojos color marrón avellana; abraza a

su esposa con ternura. Ella tiene el pelo castaño y ojos

azules brillantes; ella es delgada y lleva un vestido rojo

que muestra sus curvas. Lo que me preocupa es que

conozco estos detalles de memoria. No hay ninguna

duda. Este hombre de mirada orgullosa... La mirada

provocativa de esta mujer... Estoy delante de mi

marido y su amante. La pareja, con una sonrisa

demoníaca me dijo:

-Hola, usted debe ser nuestra nueva vecina...

¡Encantados de conocerla!

Así, les doy las gracias, y rápidamente regreso a casa.

Al llegar, retomo mi aliento. Yo trato de razonar

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conmigo misma. Todo esto es irracional. Fue sólo una

desafortunada coincidencia. Es mi mente la que

tambalea... ¿Pero por qué tantas coincidencias a la

vez? Debo dejar de hacerme preguntas. Me tomo una

pastilla y me voy a mi habitación para acostarme. Es

necesario que yo descanse, eso es todo. De tanto tener

cuidado siempre me vuelvo paranoica. Y mañana es la

fiesta de los vecinos. Voy a tener oportunidad de

presentarme a los demás, de ver a todos y de cambiar

de ideas. Estoy en "La Zona" No tengo miedo de nada,

tengo que dejar de preocuparme por nada.

Al día siguiente me levanto de buen humor. Dormí

bien. Es agradable: el día es luminoso. Comienzo a

prepararme para la fiesta; tomo una botella de vino

conmigo, para no llegar con las manos vacías. Llego a la

terraza abierta donde la fiesta tiene lugar. Empiezo a

presentarme y a conocer a los demás. No hecho malos

encuentros. Todo va bien. Así pues, no había ninguna

razón para preocuparme, yo estaba un poco nerviosa,

eso era todo.

Sin embargo, algo me molesta. Tengo una sensación

extraña... No puedo decir lo que es. Algo me dice que

va a pasar algo malo. Pero por ahora, prefiero no

pensar en ello; Quiero disfrutar de esta fiesta. Me

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acerco a la mesa para servirme un vaso de ponche.

Mientras estoy sirviéndome, observo que súbitamente,

hay un silencio ensordecedor, que se instala detrás de

mí. Entonces me doy la vuelta, para ir hacia los demás,

cuando me doy cuenta de que todo el mundo me mira

fijamente, con una sonrisa siniestra. Completamente

desorientada, trato de entender lo que está pasando,

lo que percibo, es que los ojos que me devoran no son

desconocidos para mí. ¡Mis víctimas!. Todos ellas están

allí. No falta ninguna. Ante tal espectáculo, dejé caer

mi vaso en el suelo y se hizo añicos, doy un paso hacia

atrás. Los muertos -o vivos, no sé exactamente cómo

definirlos-, se acercan lentamente a mí, con un paso

pesado y preocupante, una mirada morbosa en sus

ojos. Inmediatamente me pongo a correr. Entonces se

detienen y comienzan a reírse. Todos. Entonces uno de

ellos me dice:

-No hay necesidad de salir corriendo, no te puedes

escapar. Al oír estas palabras, me pongo a correr más

rápido que nunca, y entro precipitadamente en mi

casa, cerrando la puerta con violencia. Apenas puedo

respirar. Tengo que admitirlo: todo esto es

absolutamente real. Todas aquellas personas que están

por ahí, están tratando de hacerme daño...Ya no estoy

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fuera de peligro aquí. Tengo que irme. Rápidamente.

Sin reflexionar, me pongo a recoger mis cosas.

En cuestión de minutos, todas mis cosas están reunidas

para partir. Miro por la ventana para ver si la vía está

libre. Nadie. Es ahora o nunca para irme. Pongo

rápidamente mis cosas en el coche. En un minuto,

estoy lista para salir de este infierno. Me dirijo al portal

de salida de La Zona. En ese lugar, hay una estación de

control, en la que los agentes vigilan escrupulosamente

las entradas y salidas. Si insisto un poco, van a dejarme

salir...

Mi coche finalmente llegó a la estación de seguridad.

Allí, un guardia me pregunta:

-¿Quién es usted?

-Soy Rosa Sesina, la nueva residente, respondo con una

ligera sonrisa nerviosa en los labios.

-Lo lamento. No se le permite salir de aquí - me

anuncia.

-¡Pero acabo de enterarme que mi madre está

enferma! yo invento,… tengo que ir a su lado...

-Lo Siento señora, pero usted no puede ir por ahí, me

responde.

-¡Toma, y déjame salir de aquí! me impaciento

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balanceándole desesperadamente fajos de dinero.

-Guarde su dinero. No insista, no va a salir - me

contesta, impasible.

Completamente angustiada y molesta por la situación,

le pregunto:

-¿Cuándo podré salir?

-Jamás, me responde.

-...

...

-Usted dijo... ¿jamás? pregunto, perpleja y asombrada.

-Pero ¿por qué debo quedarme aquí para siempre?

-Porque Nadie sale del mundo de los muertos para

volver a la vida, Señorita, me anuncia con una sonrisa.

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RELATOS BILINGÜES

ESPAÑOL - FRANCÉS

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ROUÉ Hermance

VITON-ANIEL Lydie

________________________________________

El urcuchillay

______________________________________________

¿Podemos salvar el Mundo?

En este mundo reina el terror, en este planeta roído

por el caos, está sembrada la destrucción. Todas las

grandes ciudades estaban en media ruina.

Totalitarismo, anarquía, miedo.

Era de lo que buscaban huir un simple y amistoso

grupo de hippies nativo del Perú. Se encontraba en

este grupo, Pablo, peinado de dreadlocks, todas tan

coloridas como los demás, Paula, Ponyo, el más joven

de la banda y su llama amada, Agustina.

Para alejarse de los problemas y de la población, el

grupo de amigos decidió regresar a la naturaleza de los

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Andes. Entraron en un peligroso viaje a bordo de su

Van Volkswagen azul, decorado con flores

multicolores, en el que sólo había espacio para los tres

hippies y Agustina, que, sin embargo, tenía que sacar la

cabeza para sentirse a gusto.

Después de largos días de carretera en las montañas,

los hippies encontraron un claro donde había una

cascada y en el cual podrían finalmente instalarse

tranquilamente en la naturaleza. Vivieron allí algunos

días pacíficamente, recogiendo los frutos de la

naturaleza.

Pero un día, mientras que Ponyo disfrutaba corriendo

detrás de Agustina, la llama se aventuró detrás de la

cascada. El joven hippie que siempre seguía a su

animal, descubrió un misterioso túnel. Intrigado pero

también un poquito asustado, llamó a sus dos otros

compañeros.

-¡Extraordinario! exclamaron Paula y Pablo con

entusiasmo. ¡Vamos!

Así, la pandilla se aventuró en un oscuro y estrecho

túnel, al fin del cual se podía distinguir una luz azul en

la piedra. Pablo, Paula y Ponyo pensaron que era un

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Relatos

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callejón sin salida cuando Agustina lamió aquella

piedra de la que salía una luz colorada. Fue entonces

cuando la muralla se abrió en dos y llevó a los cuatros

amigos a un lugar muy paradisiaco. Los hippies

estaban a punto de entrar cuando muchas personas

corrieron hacia ellos y se postraron. Los hippies

reconocieron esos tejidos coloridos, esas máscaras y

esos motivos simétricos. La civilización Inca de hecho,

¿nunca había desaparecido realmente?

-¡Bienvenidos extranjeros! La profecía finalmente se ha

cumplido! se exclamó uno de ellos que parecía ser el

jefe.

-¿Qué profecía? preguntó Pablo.

-La Profecía del Urcuchillay... Ahora hace ya miles de

años que hemos estado encerrados en este lugar y que

esperamos nuestro profeta. "El salvador con pelo muy

rizado de colores, vendrá, abrirá la puerta de roca y

salvará la Tierra de la destrucción."

-Usted, joven, usted ha venido, usted ha abierto la

puerta de la roca, y usted tiene el pelo muy rizado y

multicolor. ¡Usted es el Urcuchillay! ¡Usted es nuestro

profeta!

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Relatos

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Con aquellas observaciones, Pablo se sintió bastante

orgulloso de ello y los Incas organizaron un banquete

antes de proceder a la ceremonia. Las festividades

comenzaban y todo el mundo se divertía. Paula estaba

coqueteando con un Inca, Ponyo estaba divirtiendo a

los hijos, Agustina escupió agua en la cara de un Inca

que comenzó a perseguirlo con su machete, y Pablo se

sentía como un rey.

-He pensado siempre que tenía algo divino en mí,

habló Pablo.

-Para mí, es sorprendente, sin embargo... yo nunca

habría pensado en eso -respondió Paula.

-¡Qué queréis...! Su amigo ha conseguido abrir la

puerta de la roca -afirmó el jefe Inca, entusiasta.

-Sí, pero, es sin embargo gracias a Agustina... ¡Fue ella

quien la abrió, lamiendo la piedra azul! agregó Ponyo.

-¿Agustina? ¿La llama? El jefe se dirigió al animal que,

siempre perseguido por el otro Inca, aterrizó en un

estanque. Los chorros de agua le salpicaron y, poco a

poco, el color de su lana cambió. Su lana sucia y gris

fue limpiada por los chorros de agua y volvió a su color

de origen, que era en realidad multicolor. Viendo esto,

todos se cayeron de sus sillas.

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-Pero si fue la llama que abrió la puerta... y que tiene el

pelo muy rizado y multicolor... ¡Es que es él, el

Urcuchillay! ¡Será Agustina quien salvará el mundo!

exclamó el jefe Inca.

Después de esa reflexión, todo el mundo se acercó a la

llama, dejando a Pablo solo y decepcionado. Pero el

Inca que perseguía todavía el animal y que,

ciertamente, no siguió el cambio de situación, en su

impulso, cortó con su machete la cabeza del pobre

animal.

Finalmente, el mundo no fue salvado.

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ROUÉ Hermance

VITON-ANIEL Lydie

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L’urcuchillay

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Pouvons-nous sauver le Monde ?

Dans ce monde règne la terreur, sur cette planète

rongée par le chaos, est semée la destruction. Toutes

les grandes villes sont à moitié en ruine. Totalitarisme,

anarchie, peur.

Voila ce que cherchaient à fuir une simple et amicale

bande de hippies, originaire du Pérou. On trouvait

parmi le groupe Pablo, coiffé de dreadlocks toutes

aussi colorées les unes que les autres, Paula, Ponyo, le

plus jeune de la bande ainsi que leur lama adoré,

Agustina.

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Pour s’éloigner des problèmes et de la population, le

groupe d’ami décida de s’en aller et se réfugier dans la

nature des Andes. Ils s’engagèrent dans leur périlleux

voyage à bord de leur Van Volkswagen à la couleur

bleu canard, coloré de fleurs multicolores et dans

lequel il y avait juste assez de place pour les trois

hippies et Agustina qui devait tout de même sortir la

tête pour se sentir à l’aise.

Après de longues journées de route dans les

montagnes, les hippies trouvèrent une clairière où se

trouvait une cascade et dans laquelle ils pourraient

enfin s’installer, au calme dans la nature. Ils y vécurent

quelques jours paisiblement en récoltant les fruits de la

nature.

Mais un jour, alors que Ponyo s’amusait à courir après

Agustina, le lama s’aventura derrière la cascade. Le

jeune hippie qui suivait toujours l’animal, découvrit un

mystérieux tunnel. Intrigué mais aussi un peu apeuré, il

appela ses deux autres camarades avant de s’y

mesurer.

-Enorme! s’exclamèrent Paula et Pablo avec

enthousiasme. Allons-y !

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Et c’est ainsi que la bande s’aventura dans un sombre

et étroit tunnel, au bout duquel on distinguait une

lueur bleue sur la pierre. Pablo, Paula et Ponyo

pensaient qu’il s’agissait d’un cul de sac jusqu’au

moment où Augustina lécha cette pierre d’où

s’échappait une lueur colorée. C’est alors que le mur

s’ouvrit en deux et mena les quatre amis dans un lieu

paradisiaque ! Les hippies s’apprêtaient à entrer

lorsqu’une foule accourut vers eux et se prosterna. Ils

reconnurent ces tissus colorés, ces masques et ces

motifs symétriques. La civilisation inca n’avait-elle en

fait jamais disparu ?

-Bienvenue étrangers ! La prophétie se réalise enfin!

s’exclama l’un d’eux qui semblait être le chef.

-Quelle prophétie ? demanda Pablo.

-La prophétie de l’Urcuchillay… Il y a maintenant des

millénaires que nous avons été enfermés dans cet

endroit et que nous attendons notre prophète. “Le

sauveur aux poils crépus de couleurs, viendra, ouvrira

la porte de roche, et sauvera la Terre de la destruction”.

Vous, jeune homme, vous êtes venu, vous avez ouvert

la porte de roche, et vous avez des poils crépus et

multicolores. Vous êtes l’Urcuchillay ! Vous êtes notre

prophète !

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A ces propos, Pablo se sentit assez fier de lui et les

Incas organisèrent un banquet avant de procéder à la

cérémonie. Les festivités commencèrent et tout le

monde s’amusait. Paula flirtait avec un Inca, Ponyo

faisait rire les enfants, Agustina cracha le l’eau au

visage d’un Inca qui commença à la poursuivre avec sa

machette, et Pablo se sentait comme un roi.

-J’ai toujours pensé que j’avais quelque chose de divin

en moi, s’exprima Pablo.

-Moi cela m'étonne quand même… Je n’y aurais jamais

pensé ! rétorqua Paula.

-Que voulez-vous … Votre ami a réussi à ouvrir la porte

de la roche ! s’enthousiasma le chef Inca.

-Oui, enfin c’est tout de même grâce à Agustina… C’est

elle qui a ouvert en léchant la pierre bleue ! ajouta

Ponyo.

-Agustina ? Le lama ?

Le chef inca se tourna pour apercevoir l’animal qui

toujours poursuivi par la pauvre victime, atterrit dans

un bassin. Des jets d’eau l’aspergèrent et peu à peu, la

couleur de sa laine changea. Sa laine sale et grise fut

nettoyée sous les jets d’eau et reprit sa couleur initiale

qui était en fait multicolore. En voyant cela, tous

tombèrent de leurs sièges.

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- Mais si c’est le lama qui a le poil crépu et multicolore

.... qui a ouvert la porte … c’est que c’est lui

l’Urcuchillay ! C’est Agustina qui sauvera le monde !

s’écria le chef Inca.

C’est après cette réflexion que tout le monde se

rapprocha du lama, laissant Pablo seul et dépité. Mais

l’inca qui poursuivait toujours l’animal et qui n’avait

certainement pas entendu le discours du chef, dans

son élan, trancha de sa machette la tête de la pauvre

bête.

Finalement, le monde ne fut pas sauvé.

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TEISSEIRE Mareva

ZAJC Noémie

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Un nuevo juego

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Hacía tanto tiempo que esperaba en esta

habitación oscura. Antes, podía respirar el aire puro de

la naturaleza, admirar los hermosos paisajes y ver el

azul del cielo. En este hoyo, yo no sabía si el sol

dominaba el cielo o si una multitud de estrellas

brillaban con la luna. Estaba enclaustrado desde ya

hacía días y no sabía por cuánto tiempo. La comida

faltaba, yo no comía casi nada y no tenía fuerzas.

Esperaba, solo en la penumbra. Esperaba, esperaba y

esperaba siempre…

De repente, oí ruidos ¿Qué pasaba? Oí voces de

hombres, pero también el ruido de un cerrojo

chirriante. Una puerta se entreabrió y un rayo de sol

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me deslumbró. Por un tiempo, no pude ver nada, luego

sombras aparecieron.

Avancé por la luz, andando con dificultad. Cuando

saqué mi cabeza para fuera, miles de personas

sentadas en las gradas se pusieron de pie y

aplaudieron. Entonces, me encontré en medio de todas

estas personas venidas para asistir al espectáculo. Yo

no sabía cómo reaccionar y me quedé plantado

durante tiempo hasta la entrada de un artista. Cuando

entró, armado hasta los dientes, no entendí que hacía

aquí y comencé a correr en todas direcciones buscando

una salida. Después de saludar a la multitud, el artista

se volvió hacia mí y me desafió. Estaba vestido de una

ropa muy pegada decorada con charreteras y

pompones.

Había un enorme jaleo alrededor de mí. Todos

parecían muy contentos mientras que yo estaba

aterrorizado.

Entonces me lancé por primera vez contra su vestido

de lentejuelas. A mi gran sorpresa, no sentí su cuerpo

contra el mío pero una especie de velo rojo acariciando

mi cabeza. Intenté de derribarlo en muchas ocasiones

sin éxito. El hombre al que tenía que enfrentar era un

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profesional. A mí, nadie me había enseñado como

afrontar este tipo de personaje. Me acordaré todavía

de la primera mirada de este artista. Fue intensa y

glacial también; sus ojos negros me fijaron y sentí que

este pequeño juego entre él y yo iba revelarse difícil.

Al principio, pensaba que bastaba defenderme para

volver a mi tranquila pradera con la hierba que

verdece. Pero muy pronto, entendí que no había

salida, era él o yo. Todo este espectáculo, todo este

escenario tenía como único objetivo ver a uno triunfar

y a otro ser deshonrado. El artista se me había

escapado porque conocía muy bien su papel y su

coreografía. Para él, todo estaba ganado, como una

marioneta, llevaba a cabo su proyecto y yo estaba al

borde de un ataque de nervios. Su estrategia puesta en

marcha, yo no podía más que sucumbir.

Estaba agotado, caí en el suelo. Desde entonces, la

gente aplaudió y todo fue muy rápido. Mordiendo el

polvo, volví a pensar en mi familia que dejé en aquel

rincón de paraíso; no la volveré a ver más, estaba

seguro. A partir de aquel momento, el torturador que

me enfrentaba, o mejor dicho ese títere ridículo, me

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traspasó con su pica y mi sangre corrió ya en la arena

desecada.

El matador triunfó y la multitud parecía satisfecha del

resultado. ¿Cómo se puede aplaudir un semejante

horror? Mi asesino fue considerado como héroe al

quitarme mi libertad; y yo, bestia que era, sucumbí en

ese baño de sangre mientras que no había pedido

nada.

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TEISSEIRE Mareva

ZAJC Noémie

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Un nouveau jeu

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Cela faisait tant de temps que j’attendais dans

cette pièce noire. Bien avant, je pouvais respirer l’air

pur de la nature, admirer les magnifiques paysages et

regarder l’azur du ciel.

Dans ce trou, je ne savais même pas si le soleil

dominait le ciel ou si les étoiles brillaient avec la lune.

J’étais cloîtré depuis déjà des jours et je ne savais pour

combien de temps. La nourriture manquait, je ne

mangeais presque rien et je perdais toutes forces.

J’attendais seul dans la pénombre. J’attendais,

j’attendais, j’attendais toujours…

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Soudainement, j’entendis des bruits. Que se passait-il ?

J’entendis des voix d’hommes, mais aussi le bruit

perçant d’une serrure grinçante. Une porte s’entrouvrit

et un rayon de soleil vint m’éblouir. Pendant un

moment, je ne pus rien voir, puis des ombres

apparurent.

J’avançai vers la lumière en marchant péniblement.

Quand j’eus passé ma tête au dehors, des milliers de

gens assis sur les gradins se levèrent et applaudirent. Je

me retrouvais alors au milieu de toutes ces personnes

venues assister au spectacle. Je ne savais comment

réagir et je restais planté là quelques instants jusqu’à

l’entrée d’un artiste. Quand il rentra, armé jusqu’aux

dents, je ne compris pas ce que je faisais là et me mis à

courir dans tous les sens cherchant une issue. Après

avoir salué la foule, l’artiste se tourna vers moi et me

défia. Il était vêtu d’un justaucorps moulant, décoré

d’épaulettes et de petits pompons.

Il y avait un énorme vacarme tout autour de moi. Tout

le monde semblait heureux, moi je ne l’étais pas.

Je m’élançai alors pour la première fois contre son

costume de paillettes. A ma grande surprise je ne

sentis pas son corps contre le mien mais une sorte de

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voile rouge me caressant la tête. Je tentai de le

renverser maintes fois sans succès. L’homme à qui

j’avais affaire était un professionnel, pour ma part on

ne m’avait jamais appris à affronter ce type de

personnage. Je me souviendrai toujours du premier

regard que m’a lancé cet artiste. Il fut intense et glacial

à la fois, ses yeux noirs me ciblèrent et je sentis que ce

petit jeu entre lui et moi allait s’avérer difficile.

Au début je pensais qu’il suffisait de me défendre pour

pouvoir retrouver ma belle prairie à l’herbe

verdoyante. Mais très vite je compris qu’il n’y avait pas

d’issue, c’était lui ou moi. Tout ce spectacle, toute

cette mise en scène n’avait d’autre but que de voir l’un

de nous deux triompher et l’autre être déshonoré.

L’artiste m’avait échappé puisqu’il connaissait très bien

son rôle et sa chorégraphie. Pour lui, tout était gagné,

telle une marionnette, il s’exécutait et me mettait à

bout de nerfs. Sa stratégie mise en place, je ne pouvais

que succomber.

A bout de forces, je me laissai tomber sur le sol. Dès

lors, les gens applaudirent et tout alla très vite.

Mordant la poussière, je repensais à ma famille laissée

dans ce petit coin de paradis; je ne la reverrai plus,

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c’est sûr. Désormais ce ne fut qu’une question de

seconde, le tortionnaire qui m’affrontait ou plutôt ce

pantin ridicule me transperça de sa pique et mon sang

coula déjà sur le sable asséchant.

Le matador eut raison de moi et la foule sembla

satisfaite du résultat. Mais comment peut-on applaudir

à une horreur pareille ?! Mon meurtrier fut porté en

héros en m’ôtant ma liberté; et moi bête que j’étais, je

succombai dans ce bain de sang n’ayant rien demandé.

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Relatos

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Índice

Préface 7

Relatos en español

El partido 10

La biblioteca 14

El Chupacabra 18

Una corrida letal 22

El guerrero Quechua 24

El Lámina y la anciana 27

Alucinación o anuncio de Muerte 32

Orígenes olvidados 37

Santo Niño de Atocha 41

Mi viaje por Marte 45

Prisionera en el otro lado 50

Relatos bilingües

El Urcuchillay 59

L’ Urcuchillay 64

Un nuevo juego 69

Un nouveau jeu 73

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Relatos

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Légendes, mythes, nouvelles, robots,

serpents ou encore Mayas. Le monde

hispanique se retrouve à travers ce

recueil qui regorge d’histoires

surprenantes. Plongez-vous au cœur des

récits fantastiques de la PS2.

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