Mini Maximas

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Terapia centrada en las soluciones

Transcript of Mini Maximas

Manfred Prior

MINIMXIMAS

15 intervenciones mnimas de efecto mximo para la terapia y el asesoramiento

Traduccin de Macarena Gonzlez

Ilustraciones y comentarios de Dieter Tangen

Herder

Ttulo original: Minimax-Interventionen Traduccin: Macarena Gonzlez Adaptacin de los comentarios: Ferran Fernndez Diseo de la cubierta: Alian ne Faber

2009, Manfred Prior

2009, comentarios e ilustraciones: Dieter Tangen 2011, Herder Editorial, S. L., Barcelona

ISBN: 978-84-254-2745-9

La reproduccin total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del Copyright est prohibida al amparo de la legislacin vigente.

Imprenta: Rcinbook Imprs, S.L.

Depsito legal: B-19.501-2011 Printed in Spain - Impreso en Espaa

Herder

www-herdereditorial.com

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Indice

Prlogo [BernhardTrenkle] 13

Introduccin 17

Minimxima i

En el pasado... 23

Minimxima 2

No si..., sino cmo..., qu. ..y cul... 27

Minimxima 3

Sino...? 33

Minimxima 4

Siempre nunca es verdad en relacin

con un sntoma! 37

Minimxima 5

Su problema es comparable a... Es como... 43

Minimxima 6

Ei 1 vez de un temeroso Ojal nada

malomejor un confiado Ojal

algo bueno ... 53

Minimxima 7

...an no... 59

Minimxima 8

Preguntas constructivas 65

Minimxima 9

Preguntas constructivas por pequeos pasos 75

Minimxima 10

Supongamos que usted... 83

Minimxima i i

Con la mente consciente usted hasta ahora

no ha podido... 89

Minimxima 12

No propuestas 95

Minimxima 13

tremendo...!-un poco.

extraordinariamente...!-en verdad algo...; sumamente...!-no poco... 101

Minimxima 14

Para pacientes difciles con resistencia:

en cada frase, una negacin comprensiva! .... 107

Minimxima 15

La regla de la Red 115

Resumen de las 15 minimximas 121

Nota final 123

Opiniones sobre este libro 125

A mi padre, Edmund Prior

Prlogo

Cuenta una famosa ancdota que en cierta ocasin le preguntaron a un presidente estadounidense cunto tiempo necesitaba para preparar un discurso de un hora, y su respuesta fue: Cinco minutos. Sorprendido, quien le haba hecho la pregunta, quiso saber: Y cunto tarda en preparar un discurso de cinco minutos? El presidente contest: Ms de una hora. Algo similar habra manifestado Goethe, a quien se le atribuye la siguiente frase: Te escribo una carta larga, no tengo tiempo para una breve.

Solo quien posee una amplsima experiencia y ha invertido mucho tiempo en dedicarse a un determinado tema puede brindar tanto contenido en un libro de tan pocas pginas. Manfred Prior lleva ms de quince aos dedicndose a los modelos lingsticos de comunicacin eficaz en psicoterapia, medicina y asesoramiento. Siendo uno de los ms prestigiosos profesores de hipnosis de los pases de habla alemana, desde mediados de los aos ochenta ensea tcnicas y mtodos comunicativos efectivos

a psicoterapeutas, mdicos y odontlogos.Tanto en sus talleres como en este libro, Prior cautiva por la precisin didctica de su estilo de enseanza, en el cual no faltan el humor y la sonrisa.

En la supervisin de odontlogos que estudian hipnosis, he odo muchas veces una interesante opinin: Es cierto que an no me atrevo a extraer un diente sin anestesia o a realizar una intervencin quirrgica maxilar bajo hipnosis, pero despus de asistir a unos pocos seminarios de hipnosis, ya no tengo pacientes difciles.

Cmo se explica esto?

El piloto de Frmula 1 Emerson Fittipaldi defini una vez el arte de correr carreras: ser el ms rpido lo ms despacio posible. En algunos aspectos esta definicin caracteriza tambin la situacin del mdico, del odontlogo o del psicoterapeuta que debe desempear su trabajo de forma cada vez ms rentable y rpida, pero a la vez desea conservar sus ideales (y complacer al ser humano, al cliente y al paciente).

Las minimximas resumidas en este libro ofrecen al mismo tiempo bases para la comunicacin eficiente y para el encuentro humano. Ayudan a vencer resistencias o, mejor dicho, impiden su aparicin. Fortalecen la relacin teraputica y promueven la motivacin y la disposicin a cooperar. Asimismo, muestran una y otra vez cmo una pequea palabra puede tener grandes consecuencias teraputicas.

ste es un valioso y entrenido libro para psico- terapeutas, mdicos, pedagogos y asesores, a decir verdad, para todos aquellos que deben tratar con seres humanos. Una vez que lo haya ledo usted, pseselo a sus hijos! Tal vez no solo les ayude a mejorar sus calificaciones en lengua por medio de una manipulacin ms sutil de los profesores y mejores redacciones.

Por lo dems, le recomiendo pedir que le devuelvan este libro y releerlo varias veces. Entre otras cosas, porque as se dar cuenta de cmo hicieron sus hijos para lograr el reciente incremento de su paga.

Bernhard Trenkle Licenciado en psicologa e ingeniero industrial Presidente de la Asociacin Milton Erickson de Hipnosis Clnica

Introduccin

Cuando yo iba al instituto, tena intereses muy diversos: era un gimnasta bastante activo, tomaba clases de violoncelo y tocaba en dos orquestas juveniles. Adems, era miembro de los scouts y militaba en la organizacin juvenil de un partido poltico. Por la tarde, una vez a la semana aproximadamente, venda programas de actos culturales en las salas de conciertos y de espectculos de mi ciudad natal. Al mismo tiempo, quera obtener las mximas calificaciones posibles en las pruebas necesarias para entrar en la Universidad y cursar la asignatura optativa que deseaba a pesar de las limitaciones de plazas. Puesto que para ello deba conciliar de algn modo mis mltiples intereses extraescolares con los deberes requeridos para sacar buenas notas, desarroll la ambicin y la capacidad de obtener los mejores resultados posibles con el menor esfuerzo posible.

Mis actividades como psicoterapeuta, asesor e instructor siempre consisten en encontrar en el dilogo nuevas posibilidades, pasos de mejoramiento

y soluciones. Como instructor, procuro describir los pasos ms simples posibles que puedan ensearse. As pues, tambin en estos contextos me planteo una y otra vez cmo obtener el mayor xito posible con el menor esfuerzo. En este libro le presento a usted los resultados de mi bsqueda de aquello que surte el mximo efecto con el mnimo esfuerzo. Mi objetivo con las minimximas aqu descritas es centrar la atencin en recursos comunicativos que

puedan ser aplicados por los profesionales de las ms diversas escuelas, de manera ocasional y eficaz, en casi todas las sesiones, sean lo ms discretos posible (para que haya poca resistencia), sean fciles de describir y puedan ser aprendidos con rapidez por cualquier persona.

Asimismo, las minimximas deberan poder comprenderse de inmediato y llevarse a la prctica con provecho.

Con las 15 minimximas que aqu presento, me dirijo ante todo a psicoterapeutas, asesores, supervisores, instructores y desarrolladores de organizaciones. Dichos profesionales suelen seguir estrategias muy complejas y eficaces. Las minimximas han sido concebidas para aquellos que desean mejorar de manera efectiva algunos detalles decisivos de su trabajo comunicativo. Con las minimximas, quiero llamar la atencin sobre lo que un especialista,

independientemente de la escuela a la que pertenezca, puede tener en cuenta en pequea escala para comunicar de manera ms eficaz. De manera que aqu no se trata tanto de las grandes estrategias de la psicoterapia, el asesoramiento y la conversacin orientada a la solucin, sino ms bien de las pequeas sutilezas de la comunicacin lingstica. La suma de todas ellas puede constituir una cualidad propia, especial, y mejorar notablemente tanto los procesos de asesoramiento y terapia como su resultado.

Dado que existen pocas cosas nuevas, aparte de las olvidadas, no tengo la pretensin de presentar algo radicalmente nuevo con las minimximas. Muchas de ellas tienen su origen en lo que aprend en los libros de y sobre Milton H. Erickson, con Steve de Shazer, de Jeffrey Zeig, Stephen y Carol Lankton, Stephen Gilligan, Ernest Rossi y mi colega de Ham- burgo Ortwin Meiss. Adems de los participantes de mis seminarios de formacin continua, han sido mis pacientes quienes, en los ltimos veinte aos, me han indicado una y otra vez detalles decisivos y han estimulado mi capacidad de percibir esas pequeas cosas de gran efecto, describirlas y reducirlas a lo esencial.Tambin los editores de M. E. G. a. Pliotis, la hoja informativa de la Asociacin Milton Erickson, han actuado en gran medida como obstetras motivadores, publicando versiones previas de algunas de estas minimximas. Han ledo con atencin una versin anterior del manuscrito y han hecho

numerosos y tiles comentarios Petra Brzoskowski, Sibylle Clement, Hanns-Helmut Decker-Voigt, Susann Fiedler, Margret Grne, Sigrid y Gerwin Grubel, Birgit Miillcr-Muth, Karin Peterson y Gunthard Weber. A todos ellos les expreso mi ms profundo agradecimiento.

El contexto de aplicacin de las minimximas es como ya se ha dicho la psicoterapia, el asesora- miento,la supervisin, la instruccin y el desarrollo de organizaciones. Pero con el tiempo se comprobar que las minimximas tambin pueden resultar muy tiles en otros mbitos. Las minimximas prcticamente no tienen contraindicaciones, hasta ahora no se han registrado efectos secundarios negativos. Usted tambin puede ayudar a descubrir dnde y cmo pueden aplicarse con provecho. Adems, doy por supuesto que la compilacin de minimximas que presento aqu es incompleta: an queda mucho por descubrir.

Hay un refrn alemn que dice: Es fcil hacerse las cosas difciles, y difcil hacrselas fciles. Lo admito: a veces he tenicio bastantes dificultades con la formulacin concluyente y la progresiva concentracin en lo esencial de estas minimximas.

Pero la concentracin y la reduccin a lo esencial han merecido la pena. En los ltimos aos, las minimximas han sido probadas y revisadas de mil maneras diferentes. No solo se han convertido en un elemento natural y automatizado de mi propia

actividad como psicoterapeuta y asesor. Cientos de colegas de mis seminarios de formacin continua las emplean con gran provecho para facilitar y mejorar su trabajo en los ms diversos mbitos. Las sutilezas aqu descritas permiten hacer una gran aportacin para que los clientes resuelvan sus problemas y logren sus objetivos con mayor rapidez.

Gracias a la presentacin clara y concentrada, ahora puede usted leer y entender fcilmente las 15 minimximas en una larga velada. Cuanto ms aplique usted las minimximas, mayor provecho sacarn usted y sus pacientes o clientes.

Cada captulo viene acompaado por un lec- torcillo osuno que, sin ninguna clase de prejuicios ni conocimientos especializados, estudia con mucho detenimiento cada minimxima y expone sus conclusiones en comentarios crticos. Usted podr acompaarlo a lo largo de su terapia y ver cmo consigue superar sus problemas de un modo a veces bastante peculiar.

Y ahora le deseo a usted que se divierta y que haga interesantes descubrimientos.

Vaya librito que me agenciao! Me gustan los libros, a veces para leerlos. El ttulo que le ha endiao este tal doctor Prior tiene gracia. Y va de problemas... mentales. Creo que no voy a poder con l, ni harto de miel. Habr que pintarle algn monigote para darle lustre, digo yo.

\J

Minimxima 1 En el pasado...

En casi todas las sesiones de terapia es til asegurarnos de vez en cuando de que hemos entendido bien al paciente en relacin con su modo de ver y sentir el problema o el sntoma. En general, lo hacemos repitiendo lo que ha referido el paciente con nuestras propias palabras o con las suyas. Segn la orientacin teraputica, ello se denomina comprender, parafrasear, reflejar, pacing o acoplamiento. El paciente refiere, por ejemplo, que a menudo tiene sentimientos de culpa respecto a sus padres. Si el terapeuta aade a su comprensin del problema el pequeo complemento Hasta ahora... o En el pasado..., y formula En el pasado, a menudo tena usted sentimientos de culpa respecto a sus padres..., est siendo un poco ms preciso que el paciente, pues la mayora de las veces, cuando uno habla de debilidades, problemas y sntomas, se refiere al pasado. De hecho, en el futuro las cosas podran y deberan ser distintas. El pequeo suplemento en el pasado es til casi

siempre que hablamos con el paciente acerca de sus problemas, debilidades o sntomas, ya que con ese pequeo suplemento se subraya la precisin con que uno pretende entender al paciente: en el pasado el paciente a menudo tena... (en el futuro pretende haber encontrado un medio mejor, una solucin, la curacin). As pues, este pequeo suplemento ayuda a abrirse a mejores posibilidades y soluciones futuras.

En el pasado no siempre se reconoca el valor de este pequeo giro. En el pasado raras veces se empleaba esta observacin incidental de manera deliberada en la conversacin sobre problemas orientada al futuro y a la solucin...

Tienda usted a hablar de debilidades o sntomas en pasado!

He de reconocer que yo tambin tengo un problema. 0 dos. Como dice la cancin, tengo una debilid. Por qu? Por quin? No viene al caso. Pero esta debilid me trae de crneo, tengo unos sntomas espantao- sos Qe, je, je). Voy a ver si esta primera minimaxi me funciona. Si no lo he entendi mal, se trata de dejar pasar un par de das, osease, cuarenta y ocho horejas, y entonces mi debilid ser cosa del pasao!

Minimxima 2 No si..., sino cmo..., qu... y cul...

Cuando hablo con asesores y terapeutas, me interesa ver con qu frecuencia utilizan la palabrita si. Quiero saber qu ventajas y desventajas tiene en su opinin el empleo de esa palabra.Y me interesa cmo podra hacer yo para inducirlos a sensibilizarse sobre ese si. Mi opinin acerca de esa palabra es clara: en general, es mejor sin si.

Por supuesto, la palabra si no es superflua; por el contrario, puede llegar a ser de suma utilidad. Es til siempre que uno quiere obtener del otro una clara decisin (a saber, si s o si no) e informacin precisa acerca de s o no. Ello es significativo cuando se trata de claras aceptaciones o rechazos: Me gustara saber si desea usted alquilar este piso, si vendr al acto que se celebrar el da..., si puedo contar con usted en caso de..., etctera. Para mucha gente, esta palabra probablemente adquiere su mxima importancia en la pregunta: Me gustara saber si quieres casarte conmigo.

De acuerdo con mi experiencia, en asesora- miento o terapia no se trata tanto de preguntar acerca de informacin precisa y decisiones ya tomadas, sino que en general se trata ms bien de ayudar al paciente a encontrar decisiones y a buscar en determinadas direcciones.Y dicho proceso tiende a dificultarse al emplear la palabrita si:

Me gustara saber

si ya ha pensado usted qu quiere lograr haciendo esta terapia conmigo... si ya ha notado usted alguna mejora en sus sntomas. .. si tiene usted alguna idea respecto a nuevos pasos o posibilidades...

En el peor de los casos, el paciente no piensa demasiado y, por si acaso, primero responde no a estas tres preguntas. De ese modo, la situacin parece ms grave y difcil. Adems, se estimula as una actitud no, que hace ms probable que el paciente, independientemente de su verdadera opinin, tienda a contestar no tambin a la siguiente pregunta del terapeuta: Despus de estas respuestas (negativas), desde luego se plantea la pregunta de si an tiene usted esperanzas. Continuando con sus respuestas negativas, el paciente tender a responder: No, la verdad es que ya no tengo esperanzas... Entonces,la situacin es an ms difcil que antes, porque el paciente se describe y se vive como un caso sin esperanza.

Por otra parte, al terapeuta en realidad no le interesa tanto si el paciente ya ha pensado. Lo que quiere saber es qu ha pensado o, a ms tardar, qu piensa ahora respecto a esa cuestin. Al terapeuta tampoco le interesa tanto si el paciente nota alguna mejora, sino cmo puede hacer en adelante para centrar su atencin en las mejoras y qu es lo que percibe entonces. Desde luego, el terapeuta tampoco quiere saber en primer lugar si el paciente tiene ideas respecto a nuevos pasos o posibilidades, sino que le interesa que el paciente desarrolle ideas respecto a nuevos pasos o posibilidades, y quiere saber cules son esas ideas (lgicamente, el terapeuta parte de la base de que esa pregunta favorece el desarrollo de buenas ideas).Asimismo, el terapeuta no quiere saber si alguien an tiene esperanzas, sino dnde se vislumbra todava un rayo de esperanza y cmo alentar esa pequea esperanza. As pues, en asesoramiento y terapia no se trata tanto de si, sino ms bien de cmo, qu y cul, y ello debera expresarse tambin en las preguntas del siguiente modo:

Me gustara saber

qu ha pensado usted acerca de lo que desea lograr haciendo esta terapia conmigo, cules son las mejoras que ha notado en sus sntomas, cmo cree usted que podra dar ms pasos para mejorar, qu otras posibilidades podra usted imaginar...

Puesto que para m es muy importante que de ahora en adelante a usted le resulte ms sencilla su labor de asesor y terapeuta y pueda trabajar con ms eficacia, me interesa saber:

qu ventajas ve usted en la omisin deliberada de las preguntas con si, cmo har usted de ahora en adelante para formular preguntas con si solo cuando realmente quiera preguntar acerca de una decisin por s o por no, qu le ayudara a emplear ms las palabras cmo, qu y cul, en lugar de si, cmo puede usted corregirse en el futuro cuando en una entrevista de asesoramiento se le escape un innecesario si.

Por lo dems, incluso en la pregunta sobre el matrimonio que mencionamos al principio, merecera la pena evitar el si: Me gustara saber en qu circunstancias querras casarte conmigo. Dime por favor qu puedo hacer para que te cases conmigo.

Vale, vale!, prohibi decir si... No lo dir ms. Esta terapia de las minimaxis mola, la verd. Mis sntomas casi han desapareci como por arte de magia: na por aqu, na por all. Me imagino un camino de risas -uy, perdn-, de rosas, para mejorar... Pero hay algo que no entiendo, doctor Prior. Por qu me pregunta qu espero sacar de todo este asunto... de la terapia? Eso lo debera saber ust, no le parece?

Minimxima 3 Sino...?

En ninguna agencia de viajes es posible reservar un vuelo con destino a un aeropuerto que no sea el de esa deprimente ciudad de Glasgow! Por regla general, debe uno expresarse de un modo ms claro y positivo. Cuando un psicoterapeuta le pregunta a alguien por sus objetivos en la terapia, por regla general, la gente sabe muy bien qu es lo que no quiere y adonde no quiere llegar. Decir en trminos positivos qu es lo que uno quiere y adonde quiere llegar suele ser muy difcil. Sin embargo, los objetivos que se conocen y se pueden nombrar son mucho ms fciles de lograr que los desconocidos e innominados.

Para un psicoterapeuta supone una gran tentacin facilitarle demasiado al paciente la a menudo difcil tarea de formular sus objetivos en trminos positivos. Si el terapeuta cree precipitadamente (a saber, cuando el paciente tan solo ha dicho lo que no quiere) que ya ha entendido qu quiere un paciente y adonde quiere llegar, no es raro que de

repente se encuentre sintiendo que l y su cliente ya no estn en el mismo barco. O se extraa de que el paciente diga s, pero... ms a menudo de lo habitual. En parte, el asesor o el terapeuta puede evitarlo transmitiendo al paciente que le gustara ver cmo formula sus objetivos con sus propias palabras positivas, que comprende perfectamente que pueda resultarle difcil, pero, no obstante, le pide que se tome esa molestia, pues merece la pena, ya que as les resultar ms fcil luego ir en el mismo barco con rumbo al mismo objetivo.

La manera ms simple de expresar todo esto es mediante la palabrita Sino...?: De modo que usted ya no quiere , sino...? Se deja la pregunta en el aire y se mira al paciente con inquisitivo y amable inters. Si a continuacin el paciente expresa otra variacin de lo que no quiere, merece la pena volver a preguntar con amabilidad e inters: Ya, ya, de modo que usted ya no quiere , sino...?

Existe otra situacin tpica de terapia en la que la palabrita Sino...?, formulada en tono interrogativo con amable inters, es una palabra mgica. A saber, cuando el paciente informa de que ha desaparecido la antigua conducta o vivencia problemtica:

Paciente: La semana pasada no reimos tanto...

Terapeuta: Sino...? Qu hicieron? Cmo se trataron?

O bien el paciente dice: Desde nuestra ltima entrevista no me he sentido tan mal, no he estado tan deprimido y aptico...

Terapeuta: Ya..., de modo que la semana pasada no se sinti usted tan mal, sino...? Cmo se senta?

En estos casos, la palabrita sino...? abre la puerta a una conversacin que ayuda a convertir las excepciones positivas en la regla.

Ello tambin tiene particular importancia para los buenos odontlogos, cuyos pacientes al final del tratamiento a veces comentan sorprendidos y un poco desconcertados: Es curioso... A pesar de la inyeccin y del torno, hoy no ha sido tan terrible como otra veces... En este caso, el odontlogo debera preguntar con amabilidad e inters: Hoy no ha sido tan terrible, sino...? Cmo ha sido? Despus de pensar un buen rato, el paciente tal vez diga: Casi podra decir que me he sentido bien con usted. Me he dicho a m mismo: ahora l tiene que trabajar, voy a tumbarme y quedarme tranquilo. Posiblemente sea la primera vez que un paciente traumatizado por los odontlogos asocie las experiencias ir al dentista y sentirse bien. Al mismo tiempo, por medio de la formulacin desarrolla un concepto que tambin facilitar las buenas experiencias en el futuro.

Es posible que, despus de haber ledo estas lneas, usted ya 110 desee con tanta frecuencia ahorrarle al paciente el necesario esfuerzo de formular sus objetivos y sus experiencias positivas, sino...?

Vaya, soy la indecisin osificada. Ahora mi debilid es mundial. Me van a llover los problemas como chuzos de punta. Y para que escampe tendr que esperar una eternid y media. Mi terapia al traste, doctor Prior? Este es mi sino, pero no tiene na que ver con el suyo, verd? Soy fuerte en puntos dbiles y dbil en puntos fuertes. Vaya problemn!

Minimxima 4 Siempre nunca es verdad en relacin con un sntoma!

A la gente le gusta utilizar la palabra siempre para describir sus afecciones. Se suele decir, por ejemplo:

Siempre me duele mucho la cabeza,

Siempre estoy muy deprimido o

Siempre reimos mucho.

Esta clase de descripciones por medio de la palabrita siempre son sumamente tiles para transmitir una impresin o dar una idea aproximada del problema. Sin embargo, tienen la desventaja de hacer que el problema parezca ms grave. Los dolores de cabeza que uno tiene siempre se sienten como ms serios y son ms difciles de tratar en una terapia que los dolores de cabeza que se producen a intervalos de cuatro a seis semanas, preferentemente los fines de semana, durante uno o dos das. Estar siempre muy deprimido es peor que sentirse deprimido principalmente los fines de semana, sobre todo los domingos por la tarde. Reir siempre tambin es peor que reir en determinados momentos al tocar

ciertos temas. As pues, la palabra siempre hace que el problema resulte ms grave de lo que es en realidad, porque presupone que en el pasado el problema apareca siempre. Adems, tener siempre un problema no solo significa que uno siempre lo ha tenido en el pasado, sino que tambin lo tiene en el presente y lo tendr siempre en el futuro. El terapeuta debe ser particularmente cuidadoso con esta implicacin, por la cual se excluyen soluciones o mejoras futuras a travs de la palabra siempre. De hecho, su tarea consiste en contribuir a que el problema se modifique en el futuro. As pues, la palabra siempre, en relacin con un problema o un sntoma, siempre los agrava. El siempre exagera la dimensin real del problema.

Ahora bien, puesto que un problema serio y grande es ms difcil de resolver que uno no tan serio y pequeo, al terapeuta le interesa hacer todo lo posible para que un problema se sienta como lo ms pequeo posible. Para reducir un problema a su dimensin real y abrir la puerta a futuras soluciones del problema, es aconsejable que el terapeuta responda con diferenciaciones a las descripciones de problemas que contengan la palabrita siempre. Esto se puede hacer, por ejemplo, mediante una comprensin expresada con prudencia y preguntas que reduzcan el siempre a su dimensin real: En el pasado, a menudo tena usted tremendos dolores de cabeza. Cundo le dola la cabeza, y cundo no?

La palabra siempre se sustituye, pues, por en el pasado (vase minimxima 1: En el pasado...) y a menudo, y el periodo objetivo de sufrimiento se limita an ms por medio de una pregunta. Esto hace que los problemas sean ms pequeos y, por tanto, ms fciles de resolver. As pues, no solo merece la pena comprender el sufrimiento subjetivamente enorme, sino tambin procurar entender cundo se produca dicho sufrimiento en el pasado y cundo no.

A veces, pese a estos esfuerzos teraputicos de diferenciacin, el paciente insiste mucho en que su sntoma est siempre. En tales casos, merece la pena preguntar primero si el paciente siente que el terapeuta no toma en serio su sufrimiento y quiz por eso subraya la magnitud y la gravedad de su sufrimiento (a ver si el terapeuta se entera de una vez de lo mal que estoy!).En ocasiones,la insistencia en el siempre se relaciona con ventajas del sntoma que no han sido suficientemente valoradas.

Con todo, cuando, en efecto, alguien tiene siempre un sntoma, habra que considerar la posibilidad de que se trate de un sntoma inmodificable, sobre el cual no es posible influir ni siquiera con ayuda teraputica. En ese caso, es recomendable buscar maneras de vivir lo mejor posible con ese sntoma inmodificable.

Preste atencin, pues, cuando un paciente utilice la palabra siempre en relacin con su

sntoma, porque siempre nunca es verdad en relacin con un sntoma. Evite que un sntoma empeore al aadir siempre. Mantenga abierta la puerta a futuros cambios. Distinga por medio de sus preguntas cundo apareca el sntoma y cundo no: Cundo tena usted ese problema?Y sobre todo: Cundo lo tena en menor grado o no lo tena? Genere de ese modo posibilidades de formular preguntas que reducen el problema y favorecen la solucin.

Estas cosas me matan, siempre me matan. Uy, vaya patinazo, siempre no se puede decir. Bueno, me refiero a que me agobian de noche y de da. Y la sangre se me sube a la cabeza y lo veo todo colorao. Me comprende ust, doctor Prior? Me temo que sus trucos no sirvan para curarme. Desmintame, por favor!

Minimxima 5 Su problema es comparable a... Es como...

Algunas personas utilizan un lenguaje muy grfico. Por ejemplo, un alto ejecutivo del sector farmacutico de una multinacional hablaba furioso en el coaching de que ms del 70 por ciento de su trabajo consista, por as decirlo, en arrancar las malas hierbas. Retom la comparacin y la ampli: Es un fastidio que tenga usted que pasar una cantidad tan grande de su valioso tiempo arrancando malas hierbas, cuando en cierto modo es usted el paisajista y debera dedicarse a elaborar proyectos y diseos. Pero, como siempre tiene que estar arrancando malas hierbas, casi nunca tiene ocasin de sentarse en el escritorio del visionario y elaborar nuevos proyectos. En el primer momento me dio la razn, pero luego seal: Ya, pero estar siempre en el escritorio diseando grandes proyectos tambin sera incompleto... No hay ms remedio que arrancar malas hierbas de vez en cuando. ..A continuacin hice una no propuesta (minimxima 12): Pero mientras uno est arrancando malas hierbas no puede pensar en los grandes proyectos y desarrollarlos... El replic: Por qu no? Desde luego que no se puede

hacer siempre y solo eso, pero un poco s... Analizamos entonces cmo se pueden arrancar las malas hierbas, por as decir, de paso y, al mismo tiempo, seguir desarrollando mentalmente los grandes proyectos. Al comienzo de la siguiente sesin, el ejecutivo refiri cmo haba pensado en sus planes y proyectos, y los haba desarrollado, mientras arrancaba las malas hierbas, siempre muy alegre. Dijo que en adelante ya no estara descontento con ese trabajo de ayudante de jardinero, que se haba reconciliado un poco con l y ahora poda verle incluso un lado positivo.

En ocasiones, a partir de las imgenes y las comparaciones de los pacientes se originan pequeas historias teraputicas, puesto que las historias teraputicas son comparaciones adornadas y ampliadas. Si los pacientes no utilizan comparaciones en la descripcin de su problema, el terapeuta o el asesor puede proponerlas, porque las comparaciones a menudo liberan posibilidades de solucin o abren nuevas perspectivas. De ah que sea muy aconsejable expresarse por medio de imgenes (lingsticas), metforas, alegoras y comparaciones, y comenzar las frases del siguiente modo: Su problema (su situacin) es comparable con... Es como...

Aparte de eso, el potencial de solucin de las comparaciones puede incrementarse mucho ms an cuando se logra comparar terrenos problemticos con los puntos fuertes y los recursos de

una persona. A propsito, he aqu tres historias de personas que lo hicieron de manera muy eficaz.

El famoso mdico berlins Rudolf Virchow (1821-1902) no solo prest grandes servicios al progreso de la medicina mediante sus investigaciones en el campo de la patologa, la fisiologa y la anatoma. Tambin tuvo mucho xito en la poltica. Adems de la construccin de numerosos hospitales, fue gracias a l que, en la segunda mitad del siglo xix, Berln cont con un eficiente sistema de canalizacin. Eso permiti combatir el clera, que hasta entonces se haba cobrado decenas de miles de vidas en reiteradas epidemias. A menudo le preguntaban aVirchow cmo, siendo mdico, haba conseguido reformas de tanto alcance en el mbito poltico.Virchow sola responder con una comparacin entre la poltica y lo que l, por ser mdico, saba acerca de los procesos que tienen lugar en el cuerpo humano: La poltica no es nada ms que medicina a gran escala. A su juicio, tambin en la poltica hay diferentes rganos, constituidos por numerosas clulas diferentes.Y todas esas clulas y rganos estn relacionados. Transfiriendo el saber mdico del cuerpo humano a la poltica, es posible adoptar las medidas preventivas y teraputicas adecuadas.

Cuando comenz la primera partida pblica de ajedrez entre Jan Wahls, el joven gran maestro hamburgus, y Deep Thought (Pensamiento Profundo),

la computadora de ajedrez ms poderosa de aquel entonces Jan no se senta bien. Los diez millones de posiciones que la computadora poda evaluar por segundo le inspiraban mucho respeto. De ah que al principio el estado de Wahls fuese todo menos ptimo para poder jugar bien contra el gigante del centro de investigacin de ibm. La solucin provino de la novia de Wahls. Ella saba que, cuando se enfrentaba con rivales femeninas, Jan casi nunca perda y siempre jugaba muy bien, de modo que le dijo: Imagina que Deep Thought es una mujer!. Wahls gan la partida (la computadora se rindi al cabo de 28 jugadas).

A principios de los aos noventa, la activista de Greenpeace Monika Griefahn se convirti en ministra de Medio Ambiente del Estado alemn de Baja Sajonia. Muchos se preguntaban entonces cmo lograra pasar de activista de Greenpeace a ministra de Medio Ambiente, ya que, en efecto, son dos tareas completamente distintas. Griefahn, que ante todo vea puntos en comn, opinaba: En realidad, lo que hago como ministra se parece al trabajo en Greenpeace: hago lo mismo que en las campaas de Greenpeace, trabajo en comisiones, intento persuadir y motivar a la gente, defiendo nuestro medio ambiente, etctera.

Qu estructuras subyacen en estos tres ejemplos?

El problema de Rudolf Virchow era que

Berln necesitaba una nueva y eficiente canalizacin para reducir el riesgo de epidemias.

Su punto fuerte era ser un buen mdico.

Su solucin fue comparar su labor poltica con su trabajo como mdico y prestar atencin a los puntos en comn.

El problema de Jan Wahls era que deba jugar contra una computadora que consideraba poderosa.

Su punto fuerte era jugar frente a rivales femeninas. Contra las mujeres siempre jugaba bien y se encontraba en un estado ptimo para la partida.

Su solucin fue ver a la computadora como una jugadora de ajedrez.

El problema de Monika Griefahn era que de repente pas a ser ministra de Medio Ambiente.

Su punto fuerte era el trabajo en Greenpeace.

Su solucin fue comparar su labor ministerial con su trabajo en Greenpeace y prestar atencin a los puntos en comn.

La estructura de estos tres extraordinarios resultados fue la siguiente: compara tu problema con alguno de tus puntos fuertes y presta atencin a los que son comunes.

Con este mtodo de entrevista logr, por ejemplo, ayudar a un experto en informtica. Su problema consista en que era muy tmido, inexperto y torpe en el trato con las mujeres. Por el contrario,

los largos aos de prctica le haban conferido gran dominio y seguridad en el manejo de ordenadores. De modo provisional, sostuve la absurda tesis de que las mujeres son como los ordenadores. Al discutir esta postura muy cuestionable no solo desde el punto de vista feminista, mi paciente se dio cuenta, por ejemplo, de que tambin en el trato con mujeres la prctica hace al maestro, de que tambin con las mujeres hay que hacer algo primero, para no sacar conclusiones equivocadas sobre lo de dentro a partir de lo de fuera, y que tambin con las mujeres es fundamental el inputy entrar los datos correctos en el lenguaje correcto. Esta grotesca discusin disminuy la sensacin que tena mi paciente de que las mujeres son criaturas inquietantes a las que resulta imposible aprender a entender y con las cuales uno siempre lo hace todo mal. Una vez que, gracias a esta conversacin, se redujo un poco la tensin que hasta entonces supona para l este tema, pudimos ocuparnos incluso de los chistes que circulan al respecto.1

1. En los pases de habla inglesa, donde no es posible inferir si el gnero gramatical de tlie Computer es masculino o femenino, existen varias razones para inclinarse por una u otra opcin.

Es masculino, porque: Para que te preste atencin, tienes que encenderlo. Tiene una gran cantidad de informacin, pero no sabe nada. Se supone que est ah para resolver tus problemas, pero la mitad del tiempo l es el problema.

Este procedimiento tambin ayud a un talentoso msico profesional, que tena un problema similar, a concebir perspectivas y posibilidades completamente nuevas. Despus de dos terapias, en las cuales haba analizado a fondo diversos aspectos de su personalidad, su objetivo tambin era que se le prestara apoyo para poder por fin conocer ntimamente a una mujer. Le expliqu que conocer a una mujer era como familiarizarse con una nueva obra musical: algunas nos gustan a primera vista, pero al poco tiempo nos parecen sosas; otras no revelan todas sus profundidades hasta que nos dedicamos a ellas prolongada e intensamente, y otras nos gustan, pero no encajan con nosotros. Algunas obras musicales requieren mucho estudio para poder sacar algn provecho de ellas, otras parecen hechas a nuestra medida, y en otros casos el esfuerzo es tan grande que no merece la pena, sobre todo porque no nos gustan tanto. Hay piezas que tienen su

4) En cuanto te decides por uno, te das cuenta de que podras haber conseguido un modelo mejor si hubieses esperado un poco ms.

Es femenino, porque:

1) Nadie ms que su creador comprende su lgica interna.

2) El lenguaje en el que se comunica con otras computers no es comprensible para nadie ms.

3) Hasta el ms pequeo de tus errores est guardado en la memoria a largo plazo para ser recuperado ms adelante.

4) En cuanto te decides por una, te das cuenta de todo el dinero que gastas en accesorios.

intrngulis, una parte difcil que nos cuesta mucho tocar de manera armnica.Y para la msica, ya se sabe, hay que estar inspirado, y a veces la cosa no va bien, simplemente porque desde el principio ha habido discordancias.

Es probable que en sus prximas entrevistas advierta usted ms a menudo la plasticidad con que a veces sus pacientes se expresan con comparaciones. Las comparaciones son como semillas, de las que pueden originarse soluciones. Usted se permitir cada vez ms el til placer de adornar tales imgenes, infundindoles vida y energa. Las comparaciones liberan las fantasas ldicas y los puntos fuertes. Las comparaciones ayudan a multiplicar los puntos fuertes. Cada vez que utiliza usted una comparacin en las conversaciones sobre el problema, est ofreciendo la semilla de una solucin. Las descripciones de problemas a menudo son como crceles. Una llave para escapar de tales crceles puede ser una comparacin, con la que abre usted el camino al potencial reino de la solucin: Su problema es comparable con... Es como...

No es por vanid, pero yo dira -es ms, digo- que mis problemas no admiten comparacin alguna con los de ningn otro oso. Un problema mo me deja ms chafao que dos o tres de cualquier ser osuno, por muy pardo que sea. No digamos si se trata de un pandilla. Y no sigo porque las comparaciones son odiosas...

Minimxima 6

En vez de un temeroso Ojal nada malo ..., mejor un confiado Ojal algo bueno ...

A menudo, la activacin de un estado malo comienza con un temeroso

Ojal nada malo ...:

Ojal esta noche no volvamos a reir tanto... Ojal no me vuelva a fallar la circulacin y me desmaye al levantarme... Ojal en la prxima situacin que se presente no vuelva a pensar De todos modos no lo conseguir! Ojal ahora no empiece a sentirme otra vez tan mal, tan deprimido y desamparado...

Pensar o decir Ojal nada malo ... es muy comn en la produccin interior de estados negativos. Esta frmula se encuentra fundamentalmente en toda clase de miedos si se analiza con detenimiento la induccin de los estados de temor.

El efecto generador de miedo, adems, se refuerza en gran medida por medio del tono:

el miedo y la desesperacin aumentan cuanto ms temeroso, desamparado, atormentado y desesperado hacemos que suene ese Ojal nada malo ..., cuanto ms dejamos que se note que esperamos en vano, que secretamente sabemos aunque no queramos admitirlo que no podremos evitar ese cruel destino por mucho que confiemos.Y si, adems, al pensar o decir Ojal nada malo ... nos encogemos mentalmente de hombros y nos doblegamos ante los reveses supuestamente inevitables del destino, entonces el temeroso resultado no deseado resulta casi perfecto.

Qu podemos hacer cuando alguien cultiva el estilo Ojal nada malo ...? Podemos pedirle que describa con expresiones positivas cmo espera poder actuar, pensar, sentir y ver las cosas. As surgen frases e ideas bajo el lema Ojal algo bueno ..., es decir, expectativas ms bien positivas, motivadoras y, por lo tanto, se genera confianza, la sensacin de que uno se enfrenta a un desafo y puede hacer algo. Dichas frases empiezan con un confiado Ojal..., Sin duda ..., Seguramente ..., Probablemente ...

Ojal esta noche evitemos los temas delicados o los discutamos de manera imparcial. Espero que esta noche consigamos pasar una velada agradable, completamente normal, con una buena cena y despus un poco de tele.

Sin duda mi circulacin se mantendr estable y me levantar completamente normal...

Ojal en la prxima situacin que se presente piense: De algn modo lo conseguir!

Probablemente mi buen presentimiento se acente y consiga una espiral de xitos...

Siempre que el paciente tiene temores del tipo Ojal nada malo..., un asesor o terapeuta comprometido puede reformularlos en su lugar. Por lo general, sin embargo, es mucho mejor pedirle al paciente que formule por s mismo sus expectativas en trminos positivos. Para ello resulta particularmente apropiada la palabrita mgica Sino... ()?, de la minimxima 3, pronunciada con expectacin e inters. Alguien comprensivo dira, por ejemplo: Ojal en la prxima situacin usted no vuelva a pensar De todos modos no lo conseguir!, sino... (qu cosa buena desea pensar?). Este Sino... ()?, preguntado con expectacin, es un asistente para la articulacin y, a menudo, un autntico obstetra de las expectativas y los deseos positivos del paciente. Si, adems, por medio de preguntas constructivas (minimximas 8 y 9) se le pide al paciente que explique y muestre en qu tono y con qu actitud espera poder pensar sus ideas positivas, se aprovecha el efecto reforzador del tono y de la actitud, y al preguntar se induce un poco al paciente a activar los pensamientos y las actitudes deseadas. Por medio de algunas preguntas, el paciente quiz dir y demostrar: La prxima vez me gustara poder decirme con tranquila seguridad y confianza como ahora: A ver

cmo lo solucionas. De alguna manera lo conseguirs. Y entonces me gustara estar erguido, fuerte y bien activo, tal como lo estoy ahora.

Desde luego, lo que he explicado aqu para la entrevista de asesoramiento o terapia tambin es vlido para el monlogo interior o la reflexin. Al Ojal nada malo... se le puede aadir cada vez con ms frecuencia un sino... ()?, de esa manera es posible tener expectativas cada vez ms positivas y luego sustituir el Ojal algo bueno ... por un confiado Seguramente algo bueno ...

Ojal esta minimxima no haya pasado por usted sin dejar huella, sino que le haya sensibilizado sobre el problemtico Ojal nada malo.... Ojal el Ojal algo bueno ... se le quede grabado. Seguramente, ahora usted se interesa ms, est ms concentrado y de esa manera descubre las posibilidades que brinda esta minimxima. Seguramente, en las prximas entrevistas usted tambin le prestar ms atencin y comprobar lo til que es esperar confiado algo bueno con ayuda de la palabra mgica sino... ()? Probablemente, usted recuerde esta intervencin y la emplee con xito cada vez con mayor frecuencia y naturalidad. Y sin duda en su escritorio hay un buen sitio para estas pginas, que le haga recordar automticamente lo bueno que puede ser encauzar ideas y entrevistas en direcciones constructivas con un interesado sino... ()?

Vaya, un despiste y, zas!, pienso de nuevo en m y en mi circunstancia, que es una empan de problemas. Y comienzo a hundirme como un oso de plomo... Vale, voy a pensar en positivo, en algo bueno. Por ejemplo, que soy un oso de peluche y mi osa me acaricia la cabeza... Doctor Prior, esto promete. Gracias por el consejo que me he dao!

Minimxima 7 ...an no...

Supongamos que sufre usted con la carga que a veces supone su trabajo. Tal vez lo expresara mediante la siguiente frase: Mi trabajo me resulta siempre muy pesado... Un interlocutor sensible puede reaccionar con unas palabras comprensivas: Su trabajo siempre es muy pesado... Usted s que tiene un trabajo pesado... Probablemente, usted se sienta entonces un poco aliviado, porque (por fin) alguien lo comprende. No obstante, el centro de la atencin sigue estando en la pesada carga que siempre supone su trabajo. Qu le pasara a usted si a continuacin el interlocutor comentara: De modo que usted an no ha hallado los medios suficientes para tomarse un poco ms a la ligera ese trabajo pesado...? Tras esta observacin comprensiva, estn en perspectiva los medios para tomarse un poco ms a la ligera el trabajo pesado.

A alguien que sufre sobrepeso, se le puede decir de manera comprensiva: Usted sufre sobrepeso. O se le puede decir: Usted an no ha logrado su objetivo

de peso. An no ha hallado los medios suficientes

para adelgazar hasta conseguir el peso que desea...

Las personas que padecen frecuentes dolores de cabeza suelen quejarse de que siempre les duele mucho la cabeza. Despus de la minimxima 4 sabemos que siempre nunca es verdad en relacin con un sntoma. Aparte de esto, un interlocutor comprensivo puede transmitir, en primer lugar, que entiende muy bien el sufrimiento provocado por esos dolores de cabeza y luego continuar: De modo que hasta ahora usted ha hallado pocos medios para mitigar esos dolores de cabeza o evitarlos por completo durante mucho tiempo.Y si usted no puede evitar esos dolores de cabeza, an ha desarrollado muy pocos recursos para reducir esos dolores de cabeza de manera ms o menos satisfactoria y volver a sentirse bien.

No solo en la terapia de pareja hay parejas que se quejan de que siempre rien mucho. Qu pasara si el interlocutor comprensivo dijera: Hasta ahora an no ha podido usted aclarar de manera satisfactoria algunas cosas con su pareja, pues an ha hallado muy pocos medios para man tener con l una conversacin constructiva sobre esos temas o para hablar con objetividad de esas cosas con l...

Las personas que sufren adiccin a comprar flaquean con mucha frecuencia ante la ropa y compran demasiadas cosas que despus no necesitan ni desean tener. Tras haber comprendido que a menudo (no siempre!) eso constitua un problema en el pasado, un

asesor orientado a la solucin puede continuar: De modo que en el pasado usted an desarrollaba muy pocas estrategias para mantenerse firme cuando iba de tiendas y para tener presente lo que realmente necesitaba...

Como podr usted ver en estos ejemplos, hay una gran diferencia entre:

reir siempre o an no haber podido aclarar de manera satisfactoria algunas cosas.an haber hallado muy pocos medios para mantener una conversacin constructiva y hablar de asuntos delicados con objetividad;

ser adicto a comprar y dbil, comprar siempre cosas que uno despus no necesita o haber desarrollado an muy pocas estrategias para mantenerse firme cuando uno va de tiendas y para tener presente lo que realmente necesita;

incapacidad para os exmenes o an no haber desarrollado lo suficiente la capacidad de poder disponer de sus conocimientos en los exmenes;

estancamiento, inmovilidad o an no haberse puesto en marcha;

desconcierto o an no tener la competencia suficiente y an no encontrar salida;

falta de memoria o an no haber hallado medios para recordar;

sucio o an no estar limpio;

desorden o an no estar ordenado;

tener siempre una pila de cosas en el escritorio o an no haber hallado tiempo/fuerzas para ordenar esta pila de cosas; an no disponer de estrategias para

reducir de ahora en adelante esta pila de cosas no bien empieza a formarse...

En asesoramiento y psicoterapia suele hablarse de objetivos, problemas, sntomas, debilidades, incapacidad, partes o cualidades malas, que se rechazan. Con ayuda de las dos palabras an no es posible concentrar la atencin en los potenciales, las oportunidades y las perspectivas:

los objetivos son objetivos que an no se han logrado;

los problemas son soluciones que an no se han encontrado;

los bloqueos an no han sido superados, son medios o estrategias que an no se han hallado;

los sntomas y las molestias an no han cambiado; las debilidades an no son puntos fuertes;

la incapacidad an no es una capacidad;

las cualidades negativas an no han sido superadas, an no se han transformado en buenos hbitos.

Pero, por favor, tenga en cuenta lo siguiente: dosifique el an no de manera que el paciente pueda entenderlo como una alentadora exhortacin a centrarse en las posibilidades y las oportunidades. Cuando se hace demasiado hincapi en los potenciales y los recursos, puede ocurrir que al paciente le resulte excesivo y que an no tolere una dosis tan elevada de dichas expresiones.

Mire por donde, este consejo tampoco me parece gran cosa. Lo mo es un sinvivir. Debera cambiar de rumbo ya mismo! Pero an no estoy preparado, salta a la vista, doctor Prior. An reina el desorden. An no veo ninguna luz al final del tnel. Ningn objetivo aparece an en mi horizonte... Estoy ms bloqueao que... que... Ve, no tengo remedio. Pero que quede clara una cosa: cualidades negativas no tengo. Este es mi clavo ardiente!

Minimxima 8 Preguntas constructivas

En la entrevista psicoteraputica,las preguntas no son solo un medio de diagnstico para recoger informacin. La pregunta indicada en el momento indicado puede ser una fuerte intervencin teraputica. Las preguntas inteligentes son el modo ms sencillo para dirigir la atencin del paciente hacia rutas provechosas. Asimismo, son la manera ms simple de favorecer la bsqueda conjunta de soluciones y recursos.

Mediante la forma de la pregunta es posible ejercer una influencia decisiva sobre:

si el paciente busca mucho o poco, en qu medida la pregunta dirige la atencin, y si uno le simplifica o le complica innecesariamente las cosas al paciente.

En el siguiente dilogo, el terapeuta formula preguntas de respuesta si/no. Se trata de preguntas en las cuales se pide una respuesta que se reduce a s o no.

Terapeuta: Puede decirme en primer lugar qu le preocupa?

Paciente: Estoy siempre muy deprimido...

Terapeuta: Recuerda alguna ocasin reciente en la que no haya estado deprimido?

Paciente: La verdad es que no...

Terapeuta: Hay alguna posibilidad de que usted evite estar deprimido?

Paciente: No, es que siempre caigo en un abatimiento as...

Terapeuta: Hay alguna posibilidad de que usted lo pase bien?

Paciente: Ahora mismo no se me ocurre ninguna. Es que de veras estoy siempre tan deprimido...

Terapeuta: Hay un primer paso para que usted pueda salir de su depresin y recobrar las fuerzas y el nimo?

Paciente: Tal vez lo haya, pero yo no hago otra cosa que hundirme cada vez ms... La verdad es que esperaba que usted pudiera ayudarme. Pero es probable que yo sea realmente un caso difcil...

En el dilogo anterior, por precaucin, el paciente contesta no a todas las preguntas de respuesta si/no del terapeuta y no reflexiona mucho. Al final parece resultar cierta una secreta sospecha que hasta ese momento no estaba confirmada, y el paciente reconoce que es un caso difcil. Pero, mirndolo bien, este reconocimiento es un resultado de las preguntas de respuesta si/no. Es cierto que dichas preguntas, absolutamente bienintencionadas, se refieren a excepciones de la regla del problema

(estar siempre muy deprimido), a posibilidades y pasos de mejoramiento. Sin embargo, a fin de cuentas, por su forma solo contribuyen a que el paciente vea, por as decirlo, oficialmente confirmada por un psicoterapeuta su sospecha de que es un caso difcil. En general, este reconocimiento fatal al principio de una terapia aumenta y agrava de forma considerable el problema.1 Los terapeutas orienta-

De manera un tanto ms potica, Anna describe la reduccin de las posibilidades por medio de preguntas en una conversacin con Fynn. Ella le haba rogado al Seor Dios que le enseara a preguntar correctamente y luego explica:

Las cajas de los seres humanos se vuelven cada vez ms pequeas.

Qu cajas?

He pensado que cada pregunta se halla en una caja, y las respuestas que obtienen las personas siempre tienen exactamente el mismo tamao que la caja dentro de la cual est la pregunta. Ocurre lo mismo que con las dimensiones, recuerdas?

Te refieres a lo del libro?

S, cuando tienes una pregunta de dos dimensiones, tambin obtienes una respuesta de dos dimensiones.Todo eso est bien encerrado, precisamente, como en una caja.

Creo que s ms o menos a qu te refieres.

-La respuesta siempre es tan grande como la caja, y basta. Es imposible conseguir ms. Como en la crcel.

Creo que en cierto modo todos estamos encerrados.

Ella sacudi la cabeza.

No, no lo creo. El Seor Dios no lo permitira. A lo sumo nos encerramos a nosotros mismos.

Citado por Fynn, Hallo, Mister Gott, hier spricht Anna, Berna, Scherz, 1998, pg. 135 fvers. cast.: Seor Dios, soy Anna, Barcelona, Urano, 1987].

dos a los recursos y la solucin prefieren aspirar al reconocimiento de que se trata de un caso fcil. Para un caso fcil, y con un caso fcil, es ms sencillo encontrar soluciones.

Una pregunta de respuesta s/no orientada a la solucin, por ejemplo, Tiene usted ideas acerca de cmo podra solucionar su problema?, solo puede tener por respuesta un s o un no.Y, por regla general, es ms fcil seguir trabajando cuando el paciente contesta afirmativamente la pregunta por las ideas de solucin. Por el contrario, si el paciente responde no a dicha pregunta, el terapeuta estar en una situacin ms bien difcil. As pues, despus de tales preguntas de respuesta s/no tan solo se puede ganar o perder. Por eso las he definido de manera informal como preguntas de tahr. Son preguntas apropiadas, sobre todo, para colegas muy maduros, que al cabo de largos aos de profesin buscan nuevas posibilidades para hacer que su labor teraputica resulte tan emocionante como un juego en el que se puede ganar, pero tambin perder.

Si el terapeuta del dilogo anterior formula las mismas preguntas de otra manera, es decir, como preguntas constructivas, puede obtener un resultado muy distinto:

Terapeuta: Qu puede decirme en primer lugar acerca de lo que le preocupa?

Paciente: Estoy siempre muy deprimido...

Terapeuta: En el pasado usted a menudo estaba muy deprimido (minimxima 1, En el pasado..., y minimxima 4, Siemprenunca es verdad en relacin con un sntoma!). Cundo ha estado un poco menos deprimido, o quiz incluso nada deprimido, ltimamente?

Paciente (despus de pensar un buen rato): En realidad, solo una vez que me anim a ir a un mercadillo de viejo...

Terapeuta: Cmo se sinti cuando se anim a ir all?

Paciente: La verdad es que al principio no me apeteca. Pero luego lo pas muy bien. De eso har ya ms de un mes...

Terapeuta: Cmo era no estar deprimido, cmo se senta usted all? Qu es para usted lo contrario de deprimido?

Paciente: Mire usted, es un poco como era antes, me intereso por lo que hay, converso con la gente y me olvido de todo lo que tanto me aflige normalmente. Entonces ya no es todo tan difcil....

Terapeuta: Entonces ya no es todo tan difcil, sino... cmo es entonces? (minimxima 3, Sino...?).

Paciente: En cierto modo, ms fcil. Simplemente estoy ocupado con lo que me interesa, las cosas viejas, si estn bien conservadas, los precios, el regateo, etctera.

Terapeuta: Y qu posibilidades podra usted imaginar para ver cmo ocuparse ms a menudo de lo que le interesa, el mercadillo, las cosas viejas, los precios, etctera?

Paciente: Pues bien, tendra que animarme ms a menudo como aquella vez e ir al mercadillo a pesar de que en un principio no me apetezca.

Terapeuta: Y cul podra ser un primer paso para animarse?

Paciente: Tendra que comprarme un peridico donde se publiquen todas las fechas en que hay mercadillo...

Por medio de las preguntas constructivas del terapeuta, el paciente se ve involucrado con gran eficacia en procesos de bsqueda constructivos. Mediante la forma de la pregunta se descarta en gran medida la posibilidad de que el paciente diga no por precaucin.

Si uno busca de una manera intensa y especfica con el paciente en una determinada direccin (los terapeutas orientados a la solucin buscan preferentemente mejoras de los sntomas, excepciones a la regla del problema, puntos fuertes del paciente, ideas y enfoques que apuntan a la solucin, etctera) y si le gusta descubrir lo que buscaba, debera formular preguntas que impliquen lo que se busca como algo que ya existe. El mejor modo de comenzar tales preguntas es con las palabras qu..., cundo..., cul..., quin..., cmo..., en qu..., con qu..., todos adjetivos y pronombres interrogativos:

Qu quiere lograr en esta sesin?

Qu ideas tiene usted que puedan ayudarle a solucionar su problema? Qu ha encontrado usted hasta ahora que le

haya ayudado a solucionar su problema?

Qu ha notado usted que ha cambiado, o quiz mejorado, desde nuestra ltima sesin? Cules de las capacidades que usted tiene podran ayudarle en esta difcil situacin? De qu puede servirle ahora el haber resistido y saber que, de una forma o de otra, hasta ahora siempre lo ha logrado todo? Ycmo ha hecho hasta ahora para lograrlo?2

Ya solo por la forma de estas preguntas constructivas se transmite claramente que el terapeuta quiere saber ms detalles, que est muy interesado y que lo que pregunta le parece importante. Las preguntas constructivas son constructivas porque son productivas y tiles, y ayudan a construir lo que el paciente y el terapeuta desean.

Qu cree usted que es lo importante de las preguntas constructivas?

Qu ventajas de las preguntas constructivas lo convencen ms?

2.Han sido ms bien raras las veces que el pronombre interrogativo por qu ha resultado til en mis entrevistas con pacientes. Pero, segn las circunstancias, al comienzo les pregunto sin falta a los pacientes: Cmo se explica usted que surja su sntoma? Me interesan mucho las respuestas a la pregunta Cmo surge el sntoma?Y siempre pregunto: Qu ventajas podra tener el sntoma? Qu aspectos buenos indica el sntoma?

Con qu frecuencia planteaba usted preguntas constructivas hasta ahora?

Cmo podra usted sensibilizarse sobre la diferencia entre las preguntas de respuesta s/no y las preguntas constructivas?

Cmo podra hacer usted para formular a menudo a sus pacientes preguntas constructivas?

Est claro que no puedo seguir as. Plantao en el desastre, quiero decir. No me gusta hacerme preguntas porque me pierdo, pero tendr que esforzarme un poco, no, doctor? A ver, por ejemplo, quin soy ? Evidentemente, soy un oso, aunque a veces parezco un ser humano, con su inseparable saco de problemas a la espalda. De dnde vengo? Qu ms da, soy un oso de mundo, aunque me muevo menos que la estatua de la Libert. Adonde voy? Vaya pregunta. De momento, a la cama, a darle vueltas a todo esto abrazao a la almohada.

Minimxima 9 Preguntas constructivas por pequeos pasos

En la ltima minimxima distinguimos entre preguntas de respuesta s/no y preguntas constructivas. Las primeras son con las que se pide un s o un no por respuesta. Las segundas comienzan con un pronombre o un adverbio interrogativo (cundo..., cmo..., cul..., qu...)

Cuando un paciente refiere: Siempre estoy muy deprimido..., los terapeutas pueden formular preguntas de respuesta s/no muy comprometidas y sensatas para conocer los motivos de la depresin padecida. Pese a todo su compromiso, no suele sacarse en claro nada ms de las respuestas del paciente:

Terapeuta: Es posible que su trabajo le resulte excesivo?

Paciente: No, en realidad no...

Terapeuta: Le agobia la tirantez de las relaciones con su mujer?

Paciente: No, no puedo decir tal cosa...

Terapeuta: Es posible que le siga pesando el hecho de que su padre muri hace un ao?

Paciente: No, en realidad ya debo de haberlo superado. ..

Tal como demuestra este breve dilogo, en general para los terapeutas es mucho ms fcil y productivo recoger datos de diagnstico mediante una abierta pregunta constructiva: Con qu podra estar relacionado el hecho de que en el pasado usted se sintiera a menudo tan deprimido? Por regla general, esta pregunta har reflexionar al paciente ms que las tres comprometidas preguntas de respuesta s/no del dilogo anterior juntas. Adems, seguramente al terapeuta le cuesta ms esfuerzo formular esas tres preguntas de respuesta s/no basadas en hiptesis.

Las preguntas constructivas tambin resultan apropiadas para (re)construir soluciones. No obstante, es fundamental formular las preguntas constructivas orientadas a la solucin por pasos lo ms pequeos posible, pues cuando las preguntas constructivas se hacen en porciones muy gruesas, es decir, cuando se pregunta por soluciones grandes, definitivas, la conversacin puede tomar un rumbo desfavorable:

Paciente: Siempre estoy muy deprimido...

Terapeuta: Y cul es el motivo principal (paso demasiado grande) por el cual est tan deprimido?

Paciente: La verdad es que no lo s...

Terapeuta: Cundo se siente usted realmente bien (paso demasiado grande)?

Paciente: La verdad es que nunca...

Terapeuta: Y qu puede hacer usted ahora para salir de una vez de su depresin (paso demasiado grande, ya que ni siquiera est clara todava la alternativa a la depresin)?

Paciente: Lamentablemente tampoco lo s. Si lo supiera...

Terapeuta: Pero solo necesitamos un primer paso decisivo (paso demasiado grande). Cul sera, pues, el primer paso decisivo (paso demasiado grande a pesar del condicional)?

Paciente: Lamentablemente, tampoco lo s... Mire usted, ahora me doy cuenta de lo profunda que debe de ser mi depresin.Y me pregunto si an me podrn ayudar...

En este breve dilogo, si bien todas las preguntas del terapeuta se orientaban a la solucin, eran muy difciles de responder para el paciente. De ese modo se desarrolla rpidamente en l una actitud yo no s. Despus de unas pocas preguntas demasiado difciles, el paciente ya solo parece saber que probablemente no puedan ayudarlo. Ese resultado fatal se produce debido a una sucesin de preguntas por grandes pasos.

La entrevista puede ser totalmente distinta y mucho ms positiva si el terapeuta formula las preguntas constructivas por pequeos pasos:

Paciente: Siempre estoy muy deprimido...

Terapeuta: Con qu podra estar relacionado el hecho de que en el pasado usted a menudo se sintiera tan deprimido?

Paciente: Hace un ao muri mi padre. Fue bastante duro para m. Bueno, y quiz tambin le doy demasiada importancia a algunas cosas en el trabajo...

Terapeuta: Cundo ha estado usted un poco menos deprimido ltimamente?

Paciente: Durante las vacaciones, hace tres semanas, entonces era bastante menos...

(En este punto sera un paso demasiado grande preguntar por estrategias de mejoramiento. Por eso, el terapeuta pide primero que se le explique mejor cmo es cuando la depresin es bastante menos. Al terapeuta le interesa qu es ms y cmo el paciente puede describir de una manera positiva ese ms).

Terapeuta: Ycmo era usted durante las vacaciones, cuando estaba bastante menos deprimido? Qu cosas haca que ltimamente haya estado haciendo ms bien poco?

Paciente: Volv a ser un poco como era antes, hasta volv a practicar deportes un par de veces Jugu al voleibol, fui a nadar y en general haca bastantes cosas...

Terapeuta: Ycmo se senta?

Paciente: Ah!,fue muy bonito, uno se siente un poco diferente..., mejor y ms gil...

Terapeuta: Y cmo podra hacer usted, aqu, para poco a poco volver a hacer algo de deporte o moverse ms, para volver a sentirse ms como antes tambin aqu?

Paciente: Mmm... Esa es una buena pregunta, difcil pero buena...Tal vez podra... (y entonces el paciente

busca respuestas a esta pregunta constructiva por pequeos pasos).

Por medio de muchas preguntas constructivas por pequeos pasos, planteadas sucesivamente por el terapeuta, se suscita en el paciente, de un modo comunicativo, la experiencia de una creciente competencia en la contestacin de preguntas relevantes para la solucin: De una manera o de otra s responder a todas sus preguntas, a pesar de que an no haba pensado en muchas de las cosas que usted quiere saber. Y, adems, se me ocurren entonces ideas muy tiles.Tal vez yo no sea tan tonto como pensaba. Al preguntar por soluciones, facilita las cosas preguntar primero en condicional por lo imaginable: Yqu sera algo imaginable como un pequeo primer paso para la solucin?. Una vez que el paciente ha sido capaz de dar algunas respuestas a esa pregunta, es posible ir abrindose camino paso a paso para la pregunta formulada en indicativo: Y qu partes de tales pasos imaginables de la solucin le parecen ms viables?. La interrogacin constructiva acerca de soluciones debera avanzar, pues, desde el condicional no vinculante, que favorece la lluvia de ideas, hacia el indicativo. Con la transicin casual al indicativo tienden a producirse hechos vinculantes y se pueden asentar los pasos de la solucin.

Un requisito esencial para el xito de este procedimiento es la orientacin de las preguntas

constructivas por pequeos pasos. Estas deberan apuntar a soluciones, mejoras, capacidades y recursos del paciente. Luego se puede lucrar con las respuestas obtenidas.

Experimente usted mismo con sus formas de preguntar. Es posible que, sin haberlo notado, ya haya formulado de manera ocasional preguntas constructivas por pequeos pasos. Permtase dar pequeos pasos cuando aprenda a formular preguntas constructivas por pequeos pasos de un modo cada vez ms sistemtico. Cul sera la mejor manera de proceder? Qu experiencias adquirir usted si en sus prximas entrevistas formula preguntas constructivas por pequeos pasos de forma plenamente consciente?

La ltima sesin me dej tocao y no he pegao ojo en toda la noche. Yo crea que me iba a ir mejor. Lo de ir avanzando pasito a pasito es una verd como una colmena. Habr que ir estableciendo prioridades. Por cierto, las tendr ust patentadas, no, doctor? Voy a comenzar por dejar esta mesa como una patena. Luego acometer otra prioridad, pero todo a su tiempo. Dgame, doctor Prior, ust que ya me conoce bastante, soy un caso difcil? Podr salir de esta?

ideas que se generan en lo ms ntimo de su alma, o hablara ms de su problema con otras personas y prestara especial atencin a las cosas tiles que surjan? O ms bien llegara de un modo totalmente distinto, poco convencional, a nuevos principios de solucin?

Si esta vez dejara usted de fumar para siempre, de modo que estuviese inmunizado contra las recadas, lo liara anunciando a todos sus amigos y conocidos su definitivo adis al cigarrillo y haciendo apuestas, o ms bien se asegurara de otro modo de despedirse definitivamente del cigarrillo? Supongamos que en su prximo examen oral usted imaginara unos instantes al examinador sin ms ropa que su bolgrafo, le resultara ms fcil entonces verlo como una persona normal como t y yo, o ms bien se dira: He estudiado mucho y me concentro por entero en contestar bien? O cmo vivira entonces la situacin de examen?

Estos ejemplos ponen de manifiesto que a quien formula esta clase de preguntas le interesa sobre todo:

dar nuevas ideas al paciente, presentar las sugerencias y las propuestas de una manera atractiva y de fcil manejo, focalizar la atencin en direcciones provechosas, implicar al paciente en procesos de bsqueda de soluciones y mejoras.

Una pregunta as formulada comienza con el supuesto de una actividad deseable. Por ejemplo,

si uno desea ayudar a alguien a bajar de peso, tal vez podra manifestar en algn momento de la entrevista: Ya sabr usted que un medio natural para adelgazar es aumentar la actividad deportiva. Luego, por medio de la palabra supongamos..., puede invitarlo a realizar un ejercicio mental (Supongamos que usted empezara a aplicar este conocimiento...) y a continuacin hacer dos o ms sugerencias que contengan alternativas deseables: Pensara ms bien en cmo volver a practicar un deporte que antes le gustaba mucho, o buscara algo nuevo, algo que quiz siempre haya querido probar, y que, adems, aumentara su consumo de caloras de forma saludable?

Con estas preguntas acerca de dos o ms alternativas deseables, es posible conseguir de manera indirecta y tentadora que el paciente se represente mentalmente nuevas posibilidades. Estas preguntas son tanto ms valiosas cuanto ms coinciden sus propuestas implcitas con los objetivos y los valores del paciente. Cuando, por medio de preguntas tentadoras sobre posibilidades deseables, se logra sugerir soluciones o incluso dar con algo que el paciente acepta entusiasmado como una ocurrencia iluminadora, estamos ante autnticas perlas de la experiencia comunicativa.

Supongamos que usted ya se hubiera dado cuenta de que con esta forma de preguntar puede hacer que su labor teraputica resulte mucho ms eficaz, volvera a leer estas explicaciones para

grabrselas en la memoria, o hara una copia de la ltima pgina de este libro, donde se enumeran los ttulos de las 15 minimximas, y la colgara en algn sitio bien visible, en su lugar de trabajo, como ayuda para la memoria y la prctica? O cmo hara para formular ms a menudo estas preguntas tentadoras sobre alternativas deseables?

S, s, tres estupendos ejemplos que a m no me sirven de na. Ni hago exmenes, ni fumo, ni hablo de mis manas con nadie (quin me iba a entender...) Bueno, examen de conciencia s que he hecho alguna que otra vez, pero tengo menos que un oso de peluche. Lo nico que me vendra bien ahora es cantarle las cuarenta a alguien. Pero a quin? Tal vez, si soltara lastre por la boca, mis males se esfumaran...

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Minimxima 11 Con la mente consciente usted hasta ahora no ha podido...

En la entrevista teraputica, los pacientes siempre refieren que no pueden lograr algo deseable. Dicen, por ejemplo: No encuentro salida..., Nopuedo imponerme..., No s cmo hacerlo mejor... Ello suele invitar al terapeuta a decir cmo el paciente podra hacerlo mejor, cmo podra imponerse o encontrar una salida. Pero no todos los pacientes saben apreciar esos buenos consejos directos, antes bien, los consideran sabihondos, no se sienten a gusto con un terapeuta tan superior ni con la relacin jerrquica (abajo, el paciente incapaz e ignorante; arriba, el terrapeuta capaz y sabi|hond)o) y no estn en condiciones de seguir tales consejos.

Por otra parte, es problemtico limitarse a reflejar de manera comprensiva (pacing) que el paciente no puede o no sabe hacer algo. La confirmacin de dicho punto de vista tendra como consecuencia que la solucin debe venir de fuera, en este caso, del terapeuta por supuesto. Y a muchos pacientes les resulta difcil aceptar

tales soluciones (vase arriba). Cmo resolver este dilema?

Aplicando la dcima minimxima, es posible implicar al paciente en procesos de bsqueda orientados a la solucin y los recursos con preguntas tentadoras acerca de dos alternativas deseables.1 Cuando el paciente declara su ignorancia o su incapacidad, tambin es posible aplicar otra estrategia. Esta estrategia se basa en que el terapeuta siempre puede afirmar que el paciente no piensa que no puede o que no sabe como persona integral, sino solo en parte (es decir, con su mente consciente o su cabeza, por contraposicin al inconsciente, a la intuicin o al cuerpo): Con su mente consciente no sabe usted cmo mejorar su estado de nimo, no tiene idea de cmo hacerlo... A continuacin se puede decir: De modo que la mejora deber provenir ms bien de su inconsciente... En general, la declaracin del terapeuta acerca de que el saber curativo y las posibilidades de mejorar del paciente residen en su inconsciente es aceptada. La mayora de las veces el paciente dice luego que no sabe cmo acceder a su saber inconsciente o a sus capacidades inconscientes. Tras haber creado una actitud s, un hipnoterapeu- ta puede luego proponer fcilmente un trance para

1.Se pregunta,por ejemplo: Supongamos que usted pudiera imponerse, cmo lo hara? Cul sera su estilo? Defendera sus intereses manifestando sus deseos con total objetividad, o ms bien encontrara medios poco habituales?

liberar ese saber y ese poder inconscientes a travs de un estado de conciencia distinto. En consonancia con la fail-safe double bind induction (induccin del doble vnculo a prueba de fallos) de Ernest Rossi,2 puede decir, por ejemplo:

Usted quiere adelantar con su problema. Hasta ahora, con su mente consciente, no ha podido encontrar ningn avance practicable, de manera que ahora le preguntaremos a su inconsciente. Su inconsciente sabe y puede mucho ms que su mente consciente. Ahora coloque las manos a la altura del pecho, como si pudiera tomar su problema entre las manos. Ahora que su inconsciente ya est listo para permitir que usted sepa o sienta algo que le har adelantar un paso con su problema, sus manos empezarn a moverse como por s solas. Si antes es necesario que desarrolle usted un trance intermedio, sus ojos pueden ir cerrndose lentamente y luego los movimientos de sus manos resultarn mucho ms perceptibles... Est atento y utilice su tacto para aquello que su inconsciente le hace comprender poco a poco a travs de sus manos...

Tambin pueden proponerse deberes ambiguos para hacer en casa como ritual de acceso a estos conocimientos y capacidades inconscientes. Stephen y Carol Lankton, dos discpulos de Milton

2.E. L. Rossi y D. B. Cheek, Mind-Body-Therapy: Ideodynamic Healing in Hypnosis, Nueva York, Norton, 1988, pgs. 35-46; M. H. Erickson y E. L. Rossi, Experiencing Hypnosis. Therapeutic Approaches toAltered States, Nueva York, Irvington, 1981, pgs. 126-142.

Erickson, derivaron del trabajo de su famoso maestro prescripciones ambiguas (ambiguosfunction assgnments) y las describieron. Tales prescripciones ambiguas ofrecen al paciente una posibilidad de proyeccin para su saber interior y funcionan como obstetras en la concientizacin del saber inconsciente.3

Pero an a aquel que no sea hipnoterapeuta ni utilice prescripciones ambiguas le resultar til distinguir entre la mente consciente y una instancia de conocimiento superior o ms profunda del paciente (el inconsciente, lo ms ntimo de su ser, su yo superior, la intuicin, etctera).Tras establecer esta distincin, ya no es todo el paciente el que no sabe, sino solo una parte de l. Otra parte suya lo sabe muy bien. Especular con el paciente acerca de dicho saber ayuda a concebir nuevos pensamientos, ideas y posibilidades.

Ahora bien, combinando varias minimximas es posible reaccionar de la siguiente manera ante un paciente que est convencido de no poder o no saber algo, abriendo la puerta a nuevas posibilidades:

3.S. R. Lankton y C. H. Lankton, Enchantment and Intervention in FamiliyTherapy.Training in EricksonianApproaches, Nueva York, Brunner & Mazel, 1986, pgs. 136-152; C. H. Lankton, Task Assgnments: Logical and Otherwise, en J. K. Zeig y S. R. Lankton (eds.), Developing Ericksonian Therapy. State of thc Art, Nueva York, Brunner & Mazel, 1988, pgs. 257-279.

En el pasado, raras veces pensaba usted con su mente consciente que a menudo puede ms de lo que cree. Pero su inconsciente tiene y sabe mucho ms acerca de sus posibilidades. Cmo har usted esta vez para poner a su alcance ese saber inconsciente sobre posibilidades adicionales? Cmo conseguir quiz en un nuevo estado de conciencia liberar ese saber adicional?

Lo que es bueno para los pacientes tambin puede ser bueno para los asesores y terapeutas. Es posible que en el pasado usted pensara con su mente consciente que no poda sacar mucho provecho de los principios ericksonianos de la psicoterapia y la hipnosis. O tal vez descartaba la posibilidad de aprender algunos elementos ericksonianos e integrarlos en su trabajo. Pero puede que en lo ms profundo de su ser exista algo as como una curiosidad, una curiosidad por saber para qu sirve una concepcin del inconsciente como un sitio de sabidura interior y posibilidades latentes.Y puede ser muy interesante ver cmo dicha curiosidad ayuda a descubrir cosas fascinantes...

Cierro los ojos y, vual!, en trance... Vuelo por el cielo azul y suelto mis problemas uno a uno, eso s, procurando no darle a nadie en la cabeza... La intuicin -el olfato, mejor dicho- agita mis alas. Ahora valoro en toda su dimensin esta generosa inconsciencia con que la naturaleza me ha dotado. Adis, problemas, adis! Adis, debilidades, adis! No quiero veros el pelo nunca ms!

Minimxima 12 No propuestas

A qu terapeuta o asesor no le ha ocurrido que sabe bien cul es la solucin, hace una propuesta realmente muy buena y lo justifica todo con argumentos slidos, pero la propuesta es rechazada por el paciente? O el paciente muestra una actitud s, pero, diciendo: S, la verdad que es una excelente propuesta, pero por desgracia no puedo aceptarla. Lo mo s que es grave, s que soy un paciente difcil. ..A veces, el paciente asegura que intentar de veras poner en prctica la propuesta, el terapeuta comprometido apremia al paciente para que lo intente de veras, pero para sus adentros ya sabe que, aparte de las numerosas excusas (Lo siento, de veras lo he intentado, pero...), al final no se adelantar nada. El fastidio que produce el rechazo abierto o encubierto de las buenas propuestas confirma una desagradable conclusin: mucha gente no puede aceptar las propuestas directas, por muy buenas que sean.

De ahora en adelante podremos ahorrarnos esa molesta decepcin. En algunas personas, el

ndice de aceptacin de las propuestas teraputicas aumenta considerablemente cuando presentamos nuestras propuestas como negaciones y hacemos no propuestas. Para ello nos valemos de la nocin de que todo lo que sigue a una negacin se activa sin falta mentalmente por breve tiempo. Usted podr comprobarlo con facilidad observando su propia reaccin al leer las siguiente frases:

No piense ahora en un conejo rosa!

No sienta que tiene en la boca una cucharada de zumo fresco de limn y que la acidez del zumo de limn lo impregna todo... No imagine a su jefe con un enorme sombrero de cowboy en la cabeza...

Aprovechamos este efecto no pienses en un conejo rosa- cuando presentamos nuestras propuestas teraputicas como negaciones:

Y en el pasado usted tampoco poda imaginar a su jefe sin ms ropa que una copa de champn... (Implicacin: en el futuro quiz lo consiga durante unos instantes).

Y en el pasado, cuando usted estaba en el dentista, tampoco poda concentrarse en la inyeccin, que en realidad era muy pequea, o en alguna otra cosa importante de manera deliberada...

Y ahora este estado de relajacin no va a ir extendindose o profundizndose poco a poco por s solo...

No hace falta que en los prximos das usted se pregunte una y otra vez, de manera consciente, cul es su

objetivo, qu es lo que quiere, porque es posible que esta cuestin le preocupe sencillamente en su fuero interno, de manera ms bien oculta...

el terapeuta presenta de esta forma sus propuestas, relativizndolas mediante la negacin antepuesta, el paciente siempre tiene la libertad de decir No, eso tampoco es posible por las siguientes razones..., y entonces se encontrar con un terapeuta comprensivo o que se esfuerza por comprender. O, si no, el paciente reacciona diciendo: Mmm..., es cierto que podra haber hecho eso. Pues s que es una buena idea....Y a menudo al paciente luego le parece que fue a l a quien se le ocurri esa buena idea. El paciente tiene, pues, plena libertad de retomar las sugerencias que le parecen apropiadas y de pasar por alto las inapropiadas. As se evitan las luchas infructuosas por la aceptacin o el rechazo de la propuesta. Las posiciones de rechazo y aceptacin se ocupan de una manera prctica: el terapeuta, con sus no propuestas, ocupa prudentemente la posicin de eso no puede ser!, mientras que la posicin del paciente es ms bien la de y por qu no?

La actitud con la que hacemos estas no propuestas debera corresponderse con la formulacin lingstica. En realidad, no hacemos ninguna propuesta, ni tampoco queremos hacerla. Antes bien, ya de antemano afirmamos ms o menos de pasada que lo dicho probablemente no sea factible. Si el

interlocutor tambin califica lo dicho de no factible e imposible, y lo justifica, lo comprendemos. Pero con gusto nos dejamos refutar por el interlocutor y desengaar de la factibilidad. En efecto, el propio interlocutor sabe mejor que nadie lo que es factible y posible para l.

Resulta particularmente atractivo y tentador introducir buenas ideas anteponiendo las siguientes negaciones:

Y an no hace falta que se permita usted...

Y no es necesario...

Y an no es necesario que...

Y an no tiene usted que...

Y an no hace falta que permita usted que...

Tambin es til tener en cuenta el principio

de los pequeos pasos:

Usted an no necesita permitirse disfrutar un poco ms de esta experiencia...

Y no hace falta que ahora imagine usted qu pasara si aumentara la intensidad o la profundidad de esa sensacin placentera... O si con el tiempo se sumara alguna otra cosa til, que an no tiene usted por qu saber qu es...

Y una mayor seguridad en s mismo posiblemente no sera algo a lo cual usted o su pareja podran acostumbrarse con facilidad...

Cuando usted hace no propuestas, el paciente tiene la mayor libertad posible para aceptarlas o rechazarlas.

Sin embargo, no hace falta que ahora, para practicar, haga usted alguna no propuesta en cada una de sus prximas entrevistas, aunque de esa forma las no propuestas se convertiran en una parte muy til de sus recursos comunicativos, pues usted ya ha hecho a menudo no propuestas, sin ser consciente de ello. Colocar un papelito que diga No propuestas! al lado del telfono o en algn otro sitio visible de su lugar de trabajo no es para todo el mundo el mtodo indicado para recordar con ms frecuencia esta buena forma de ahorrarse disgustos y rechazos.

Ay, mi madre! Pero qu es esto? Ahora resulta que necesito un conejo rosa para no pensar en l. Menos mal que tengo por ah una chistera. Seguro que me obsesiono con el conejo rosa, seguro que me obsesiono con el conejo rosa, seguro que me obsesiono con el conejo rosa... Basta! Por favor, doctor Prior, deme otro consejo para cuando el conejo rosa pase a mejor vida.

Minimxima 13 tremendo... !-un poco... extraordinariamente... !- en verdad algo... sumamente... !-no poco...

Habla el idioma del paciente! (I)

Me caus muchos quebraderos de cabeza un paciente que siempre relataba sus experiencias cotidianas con gran intensidad:

Figrese, seor Prior, qu fabuloso: aqu, yo, y all, el seor A.! Yo era un manojo de nervios! Y, adems, mis reacciones: nunca antes me haba pasado algo tan tremendo, aquello superaba ampliamente todo lo que yo haba vivido hasta ahora, y usted no se puede imaginar la de cosas fuertes que he vivido.

Yo me esforzaba por manifestar comprensin con mi estilo habitual, ms bien mesurado:

Estar sentado frente al seor A. era una situacin bastante tensa para usted. Le pasaron cosas extraordinarias... Y que lo diga usted, ya es algo, pues no han sido pocas las experiencias extraordinarias que ha vivido hasta ahora...

A pesar de que yo me esforzaba mucho por compenetrarme, mis comentarios comprensivos,

pero ms bien moderados y prudentes, no lograban salvar el gran abismo que haba entre nosotros. Si alguien nos hubiera observado, tambin habra notado esa gran diferencia en nuestra conducta no verbal: yo estaba en mi silla, relajado, hablaba en un tono tranquilo y pausado, y en conjunto pareca ms bien circunspecto. Mi interlocutor, en cambio, subrayaba sus explicaciones, siempre muy dramticas, con grandes movimientos, y a veces estaba tan excitado que le costaba mantenerse sentado, pareca a punto de levantarse de un salto. Al cabo de un tiempo no tuve ms remedio que admitir que era incapaz de entrar realmente en contacto con aquella persona. Era como si una avispa enloquecida revoloteara alrededor de un buda. Entre nosotros haba poca comunicacin.

Por aquel entonces yo participaba en muchos talleres dirigidos por discpulos de Milton H. Erickson. De ellos haba aprendido muchas cosas tiles para tratar a pacientes difciles. Siempre aconsejaban: Habla el idioma del paciente! Y: Haga lo que haga un paciente para ser paciente, un terapeuta puede hacer lo mismo para ser terapeuta. Yo me preguntaba cul era el idioma de mi paciente. Me llamaba la atencin esa gran intensidad, para l casi todo era inaudito, de locos y tremendo, incluso algunas cosas superaban todo lo anterior. Mi paciente viva en un mundo permanentemente dramtico y, adems, lo expresaba de igual modo. Yo,

en cambio, era la moderacin en persona y hablaba tranquilamente utilizando expresiones como un poco, algo, no poco, no poco importante, etctera.

Me puse a reflexionar. Entonces me vino a la memoria aquel admirable ingls que, segn dicen, restando toda importancia a su sentencia de muerte, la coment con las siguientes palabras: Esta sentencia no habra sido mi primera alternativa... Eso me gustaba. Por otra parte,TheodorW. Adorno, a quien tambin admiro mucho, defini la exageracin como el medio de la verdad. Acaso a m tambin deba parecerme todo inaudito, de locos y tremendo? Esa idea generaba en m cierta resistencia. En mi monlogo interior me permit expresar en broma dicha resistencia en el idioma de mi paciente:

Pues s que es una locura vivir siempre en un mundo emprico tan inaudito y tener continuamente experiencias de tan extraordinaria intensidad! De ninguna manera pienso ser tan histrico ni expresarme en este lenguaje absurdo que supera todo lo anterior! Esta permanente intensidad sera un horror y me hara pedazos!

Mirndolo bien y, por supuesto, desde una perspectiva ms prudente, aquellos temores resultaban en parte injustificados. As pues, comenc a experimentar con las exageraciones y a ampliar poco a poco mis posibilidades de expresin

lingstica. Para alguien moderado como yo, ello deparaba a menudo experiencias desconcertantes y a veces bastante divertidas. Se me abrieron mundos que ni remotamente aun en el ms atrevido de mis sueos- hubiera podido imaginar. Sobre todo no olvidar el fabuloso xito que tuve cuando, despus de entrenarme un tiempo, consegu comprender cabalmente a mi mayor exagerador, un autntico campen de esa forma de expresin y de vida, e incluso superarlo con mis exageraciones. El, en cambio, se torn cada vez ms tranquilo, precavido y circunspecto.

En las entrevistas puede resultar til distinguir entre exageradores y subestimadores. A los exageradores les resulta fcil comprender y describir las cosas en su conmovedor dramatismo, su extraordinaria intensidad y su increble trascendencia. Les gusta emplear expresiones extremas como, por ejemplo, tremendamente, sumamente o completamente. Los subestimadores prefieren utilizar en sus descripciones trminos propios de la moderacin como, por ejemplo, un poco, tal vez no tan y ms bien algo. Si queremos hablar el idioma del otro, si queremos identificarnos con su manera de vivir las experiencias, entender la exageracin y la subestimacin puede favorecer mucho la comprensin.

Es usted ms bien un exagerador o un subes- timador? Cunto le simpatiza que haya bastantes

cosas que se podran pensar un poco, que son en verdad algo notable, que a veces pueden llegar a tener cierta importancia? Cunto le cuesta alternar entre los roles de exagerador y subestimador? Describir y vivir las cosas de un modo radicalmente distinto al habitual puede llegar a ser una experiencia impresionante y sumamente memorable. O, dicho de otro modo: bien podra llegar usted a alguna que otra conclusin no poco importante si de vez en cuando exagera o subestima contradiciendo sus costumbres. Y ello no tiene por qu limitarse al trato con pacientes.1

1. Encontrar usted ms sugerencias respecto a este tema en M. Prior, bertreibungen als Mittel del Psychotherapie, en B. Peter y G. Schmidt (eds.), Erickson in Europa. Europische Anstze der Ericksonschen Hypnose und Psychotherapie, Heidelberg, Carl-Auer-Systeme, 1992, pgs. 164-173.

De otra cosa no, pero, si de algo puedo presumir, es de no exagerar nunca. Mi extrema prudencia me lo impide, por eso procuro ajustar al mximo mis comentarios. Me cargan sobremanera los tipos que exageran sin mesura. Por eso, doctor, me parece interesantsima la manera de actuar que tiene ust con sus pacientes. Seguro que se mostrarn muy satisfechos y sern magnficos propagandistas de su terapia.

Minimxima 14

Para pacientes difciles con resistencia: en cada frase, una negacin comprensiva!

Habla el idioma del paciente! (II)

Los psicoterapeutas y los asesores siempre tenemos que tratar con personas que son difciles y tienen mucha resistencia.1

A principios de la dcada de 1980, durante mi periodo de formacin en psiquiatra forense, en un centro penitenciario tuve que tratar a una persona particularmente difcil, con muchsima resistencia: el seor L. le caa muy mal a todos los dems pacientes. Los enfermeros solan referirse a l empleando un amplsimo espectro de palabrotas, e incluso los mdicos olvidaban casi por completo su discrecin acadmica y no se tomaban la molestia

1.En mi opinin, los conceptos difcil y resistencia no describen caractersticas de las personas, sino dificultades que surgen a causa de hbitos inadecuados en el trato entre personas. Puesto que, en el diagnstico, difcil y resistencia siempre participan ambas partes, aqu ponemos ambos trminos entre comillas.

de ocultar su rechazo bajo diagnsticos psiquitricos. Para un psiclogo joven y comprometido, ello requera la indicacin de una psicoterapia. Me sublev contra aquel rechazo generalizado, me solidaric con el a mi juicio pobre paciente y concert con l entrevistas teraputicas semanales.2 Sin embargo, al principio las entrevistas no resultaron tan productivas como yo deseaba. En ellas me esforzaba mucho por facilitarle las cosas al seor L. Por ejemplo, comenc una de nuestras entrevistas con comentarios totalmente inofensivos sobre el tiempo:

Buenos das, seor L., me alegro de que haya venido. .. Qu da tan bonito hace hoy...

Al seor L. no le pareca un da bonito:

Mire, ningn da es bonito cuando uno tiene que estar aqu metido...

Dado que mis esfuerzos referidos al buen tiempo haban sido rechazados, intent empezar de otro modo:

Bueno, de hecho estamos aqu para hablar de otras cosas...

2.En los centros penitenciarios