L 1 B R O S C...pseudoproposiciones de la metafísica no tendría mayor importancia si no fuera...

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30 DE MEXICO Por Ramón XIRAU ALAIN GUY y LA LITERATURA ESPAÑOLA'::' " Alain Guy, Les philosojJhes espagnols d'hiel· el d'nujourd' hui, tomo 1: Époques et auteurs; tomo 11: Textes choisis, Privat, Editeur, Tou- JOllse, Francia, )956-) 957. mucho más que un resumen y anuncia el análisis histórico, económico y social del pensamiento de España. No es de menor importancia el segun- do volumen de este libro que recomen- damos tanto a españoles como a fran- ceses. En él, Alain Guy ha querido pre- sentar y con éxito, una antología del pensamiento español de Lulio a Eduar- do N i.col. Algunos de los textos son im- portantes por su rareza -Miguel Sabuco, por cjemplo-; otros por su novedad. Todos porque llegan al centro mismo del pensamiento de cada autor. Leamos cuidadosamente estos dos vo- lúmenes (me permito recomendar es- pecialmente la parte "moderna" del pri- mer tomo), y descubriremos que un fran- cés, profesor de Tolosa, viene a darnos a todos -españoles, hispanoamericanos- una nueva lección de entendimiento de un mundo "nuestro" que gracias a Alain Guy vuelve a su lugar propio en la cul- tura universal de nuestros días. RUDOLF CARNAP, La supemáón de la metafísica por medio. del anrllisis ló- gico lenguaje. Cuaderno Núm. 10. Centro de Estudios Filosóficos. Uni- versidael Nacional Autónoma ele Mé- xico, 1961. C UANDO en la segunda mitad del siglo XIX se difunde ampliamente la idea del desarrollo dialéctico, idea fun- damentada principalmente en la teoría ele la evolución de Darwin, los defensores de la metafísica se vieron obligados a abanelonar antiguas posiciones, que ne- gaban abiertamente la existencia del des- arrollo, y establecieron la discusión en torno a la manera de entenderlo, Fue H. Spencer quien elaboró un sistema para . esta nueva actitud metafísica. El desarro- llo, según: Spencer, se produce en el plano ele :cJas cantidades y no en el de las,. calidades_. Su teoría del "evolucio; nisn10..,plano" ejerció gran influencia so- bre las.corrientes positivistas en la filo- sofía y en las ciericiasy,miás'talide, sobre la "evoluCión creadOra':, tesis'¡metafísica que elominó el panorama filQSófico oc- cidental ele principios de siglo y que consideraba el desarrollo como una cons- tante iniciación' ele nuevas formas, es elecir, como una constante transforma- ción cualitativa. Pero aunque la metafísica crea una y otra vez métodos ele análisis para opo- nerse a la concepción dialéctica del mun- do, irremediablemente tienele a explicar la "verdadera" escficia supersensorial del ser y esto la obliga a alejarse de las cien- cias, puntal elel materialismo. Por otro lado, el materialismo penetra ele manera más profunda elentro ele los fenómenos, porque en cada uno acepta los cambios pación", "Jactancia de quietud", "Casi Juicio Final", "Mi vida entera", de Lu.na de enfrente; "La noche en el Sur lo velaron", "A la doctrina de pasión de tu voz" y "El Paseo de Julio", del Cu.aderno San Martín. Plenas realizacio- nes de la otra cara de la moneda, de acuerdo o no con Borges. y también anticipaciones, gérmenes, premonición y profecía de la prosa y la lengua más celebrada de Borges, lo mismo que de la poesía postrera en que él goza reconocerse. "Casi Juicio Final" y "Mi vida entera" son las primeras partes de "Mateo xxv, 30". "La guitarra" (y da pena decir que mi Ana María Barrenechea mi James E. Irby han re- parado en esto, y menos los pequeño" Borges que ya pululan) es el primer "zahir", el primer "aleph" de Borges. Aunque Borges sometió "La guitarra" a una revisión considerable al juntar los Poemas de 1943, tal como hoy se la co- noce en las reediciones sucesivas, es tal la fuerza del golpe inicial, que las va- riantes posteriores, que alguna vez da- remos a conocer, luan tienen el mismo arrebato intuitivo. Todo el poema está mbntado sobre el verbo ver. Nueve vi son muchos en un poema relativamente breve, pero unifican la dispersión enu- merativa y llegan a concentrarse en estos versos: "De un tirón vi todo eso / mien- tras se desesperaban las cuerdas / en un compás tan zarandeado como éste.' Re- cuérdese todo lo que converge en el "aleph", aquella esfera torna- solada, de casi intolerable fulgor". Allí la enumeración dura dos páginas, jus- tamente termina a la aparición de Bea- triz Viterbo. En "La .guitarra", entre un paréntesis por más emotividad, concluye la visión: " (La vi también a ella, / cuyo recuerdo aguarda en toda música)'. paña. Dedica pagmas brillantes a Lulio y Sabunde -tan cercano a la Francia de Montaigne-; analiza con claridad las ideas de Vitoria, Vives, Pérez de Oliva y Fray Luis; estudia con novedad a .J uan Huarte ya Miguel Sabuco -cuando to- tavía, las ediciones de la Biblioteca de Autores Españoles consideran que Don Miguel fue una mujer-, culmina su investigación de los clásicos con la obra de Mariana y la "summa" de Suárez. En el siglo XVIlI incluye, naturalmente, a Feijóo, pero no olvida a Andrés Piquer -¡tan olvidado y tan importante para el estudio de la lógica en España!'---. La mayor parte del libro está dedicada al estudio de los modernos: de Turró a Ors, de San del Río a García Bacca, de Ortega y Unamuno, a Xirau, Zubiri José Gaos. En algunos casos nos revela b presencia de nuevos pensadores de im- portancia -por ejemplo] orge Pérez Ba- llester- que la distancia y la diferencia de clima social nos hace desconocer ahora 9 ue su filosofía adquiere ya un lugar Importante en España. El resumen que modestamente el au- tor se permite llamar "conclusión" es y ensayista ha opacado. con visible. in- justicia al poeta que sIempre ha sIdo, desde la edad en que Carriego lo cono- ció en Palermo hasta hoy. Y hoy Borges está por el poeta. Borges evidentemente ha querido ha- cer una selección bien objetiva de su obra, dentro de la relativa objetividad que puede ser dada al creador con sus criaturas. La poesía de Borges tiene mu- cho pensamiento; se la podría llamar "pensarosa", si el propio Borges no se hubiera adelantado a definirla: "He tra- tado en fuertes palabras ese mi pensa- tivo sentir, que pudo haberse disipado en sola ternura" (Luna de enfrente). Quid! por miedo a la ternura ha recha- zado en la selección las poesías de yo personal y las deicadas "a los antepa- sados de mi sangre", la poesía amorosa y autobiográfica, para sólo recoger al- gunas muestras de· sus primeros libros (casi todas reclamadas ya por las an- tologías) y la mayor parte de los poe- mas ofrendados "a los antepasados de mi espíritu", si se exceptúan los dos últimos: "Página para recordar al coro- nel Suárez" y "Mateo xxv, 30". Con todo, la antología no es arbitraria; re- cordemos al Borges de la misma Lu.na. de enfrente que formula esta fervor?sa solictud: "Yo solicito de mi verso que no me contradiga, y es mucho. / Que no sea persistencia de hermosura, pero de certeza espirituaL" "Certeza espiritual", "antepasados de mi espíritu", parecen ser la clave de esa "pensarosa" y objetiva antología de una parte de Borges. Pero, oh "persistencia de hermosura", inútil ser,t negar o ce- lebrar "La Recoleta", "Calle descono- cida", "El truco", "La guitarra", de Fe¡'- VUl' Buenos Aires; antici- L 1 BRO S L AS LETRAS espaiíolas han corrido con buena suerte entre los especialistas de Francia. Morel Fatio, .lean Ba- ruzi, Jean Sarraihl, Bataillon ... serían nombres suficientes para que recordára- mos momentos definitivos en la investi- gación de las letras hispánicas. No había tenido la misma suerte la filosofía es- pañola, algo relegada a un segundo pla- no por investigadores franceses, extran- jeros en general y, ¿por qué no decirlo? también españoles. El libro de Alain Guy, profesor de la Universidad de To- losa, que aquí comentamos tiene la doble importancia de las obras que valen por mismas y que inauguran brechas e inician caminos. "Ha llegado el tiempo -dice el au- tor- ,d!':, dar al pensamiento español una directa, sin inteI'posición de I'e'yendas deformadoras o de caricaturas simplifican tes." Este propósito, anuncia- do desde las primeras líneas, se cumple con creces. Alain Guy, que no pretende escribir una historia de la filosofía es- pañola, presenta, cronológicamente, en el primer tomo de este libro, a una buena serie de grandes filósofos de Es-

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Page 1: L 1 B R O S C...pseudoproposiciones de la metafísica no tendría mayor importancia si no fuera porque el pensamiento, para existir, ha ce uso del esquema gramatical de la. oración.

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Por Ramón XIRAU

ALAIN GUY y LA LITERATURA ESPAÑOLA'::'

" Alain Guy, Les philosojJhes espagnols d'hiel·el d'nujourd' hui, tomo 1: Époques et auteurs;tomo 11: Textes choisis, Privat, Editeur, Tou­JOllse, Francia, )956-) 957.

mucho más que un resumen y anunciael análisis histórico, económico y socialdel pensamiento de España.

No es de menor importancia el segun­do volumen de este libro que recomen­damos tanto a españoles como a fran­ceses. En él, Alain Guy ha querido pre­sentar y con éxito, una antología delpensamiento español de Lulio a Eduar­do Ni.col. Algunos de los textos son im­portantes por su rareza -Miguel Sabuco,por cjemplo-; otros por su novedad.Todos porque llegan al centro mismodel pensamiento de cada autor.

Leamos cuidadosamente estos dos vo­lúmenes (me permito recomendar es­pecialmente la parte "moderna" del pri­mer tomo), y descubriremos que un fran­cés, profesor de Tolosa, viene a darnosa todos -españoles, hispanoamericanos­una nueva lección de entendimiento deun mundo "nuestro" que gracias a AlainGuy vuelve a su lugar propio en la cul­tura universal de nuestros días.

RUDOLF CARNAP, La supemáón de lametafísica por medio. del anrllisis ló­gico ~el lenguaje. Cuaderno Núm. 10.Centro de Estudios Filosóficos. Uni­versidael Nacional Autónoma ele Mé­xico, 1961.

CUANDO en la segunda mitad del sigloXIX se difunde ampliamente la ideadel desarrollo dialéctico, idea fun­

damentada principalmente en la teoríaele la evolución de Darwin, los defensoresde la metafísica se vieron obligados aabanelonar antiguas posiciones, que ne­gaban abiertamente la existencia del des­arrollo, y establecieron la discusión entorno a la manera de entenderlo, Fue H.Spencer quien elaboró un sistema para

. esta nueva actitud metafísica. El desarro­llo, según: Spencer, se produce en elplano ele :cJas cantidades y no en el delas,. calidades_. Su teoría del "evolucio;nisn10..,plano" ejerció gran influencia so­bre las.corrientes positivistas en la filo­sofía y en las ciericiasy,miás'talide, sobrela "evoluCión creadOra':, tesis'¡metafísicaque elominó el panorama filQSófico oc­cidental ele principios de siglo y queconsideraba el desarrollo como una cons­tante iniciación' ele nuevas formas, eselecir, como una constante transforma­ción cualitativa.

Pero aunque la metafísica crea una yotra vez métodos ele análisis para opo­nerse a la concepción dialéctica del mun­do, irremediablemente tienele a explicarla "verdadera" escficia supersensorial delser y esto la obliga a alejarse de las cien­cias, puntal elel materialismo. Por otrolado, el materialismo penetra ele maneramás profunda elentro ele los fenómenos,porque en cada uno acepta los cambios

pación", "Jactancia de quietud", "CasiJuicio Final", "Mi vida entera", de Lu.nade enfrente; "La noche qu~ en el Surlo velaron", "A la doctrina de pasiónde tu voz" y "El Paseo de Julio", delCu.aderno San Martín. Plenas realizacio­nes de la otra cara de la moneda, deacuerdo o no con Borges.

y también anticipaciones, gérmenes,premonición y profecía de la prosa yla lengua más celebrada de Borges, lomismo que de la poesía postrera en queél goza reconocerse. "Casi Juicio Final"y "Mi vida entera" son las primeraspartes de "Mateo xxv, 30". "La guitarra"(y da pena decir que mi Ana MaríaBarrenechea mi James E. Irby han re­parado en esto, y menos los pequeño"Borges que ya pululan) es el primer"zahir", el primer "aleph" de Borges.

Aunque Borges sometió "La guitarra"a una revisión considerable al juntar losPoemas de 1943, tal como hoy se la co­noce en las reediciones sucesivas, es talla fuerza del golpe inicial, que las va­riantes posteriores, que alguna vez da­remos a conocer, luantienen el mismoarrebato intuitivo. Todo el poema estámbntado sobre el verbo ver. Nueve vison muchos en un poema relativamentebreve, pero unifican la dispersión enu­merativa y llegan a concentrarse en estosversos: "De un tirón vi todo eso / mien­tras se desesperaban las cuerdas / en uncompás tan zarandeado como éste.' Re­cuérdese todo lo que converge en el"aleph", aquella '~pequeña esfera torna­solada, de casi intolerable fulgor". Allíla enumeración dura dos páginas, jus­tamente termina a la aparición de Bea­triz Viterbo. En "La .guitarra", entre unparéntesis por más emotividad, concluyela visión: " (La vi también a ella, / cuyorecuerdo aguarda en toda música)'.

paña. Dedica pagmas brillantes a Lulioy Sabunde -tan cercano a la Francia deMontaigne-; analiza con claridad lasideas de Vitoria, Vives, Pérez de Olivay Fray Luis; estudia con novedad a .J uanHuarte y a Miguel Sabuco -cuando to­tavía, las ediciones de la Biblioteca deAutores Españoles consideran que DonMiguel fue una mujer-, culmina suinvestigación de los clásicos con la obrade Mariana y la "summa" de Suárez.En el siglo XVIlI incluye, naturalmente,a Feijóo, pero no olvida a Andrés Piquer-¡tan olvidado y tan importante para elestudio de la lógica en España!'---. Lamayor parte del libro está dedicada alestudio de los modernos: de Turró aOrs, de San del Río a García Bacca, deOrtega y Unamuno, a Xirau, Zubiri JoséGaos. En algunos casos nos revela bpresencia de nuevos pensadores de im­portancia -por ejemplo]orge Pérez Ba­llester- que la distancia y la diferenciade clima social nos hace desconocer ahora9ue su filosofía adquiere ya un lugarImportante en España.

El resumen que modestamente el au­tor se permite llamar "conclusión" es

y ensayista ha opacado. con visible. in­justicia al poeta que sIempre ha sIdo,desde la edad en que Carriego lo cono­ció en Palermo hasta hoy. Y hoy Borgesestá por el poeta.

Borges evidentemente ha querido ha­cer una selección bien objetiva de suobra, dentro de la relativa objetividadque puede ser dada al creador con suscriaturas. La poesía de Borges tiene mu­cho pensamiento; se la podría llamar"pensarosa", si el propio Borges no sehubiera adelantado a definirla: "He tra­tado en fuertes palabras ese mi pensa­tivo sentir, que pudo haberse disipadoen sola ternura" (Luna de enfrente).Quid! por miedo a la ternura ha recha­zado en la selección las poesías de yopersonal y las deicadas "a los antepa­sados de mi sangre", la poesía amorosay autobiográfica, para sólo recoger al­gunas muestras de· sus primeros libros(casi todas reclamadas ya por las an-tologías) y la mayor parte de los poe­mas ofrendados "a los antepasados demi espíritu", si se exceptúan los dosúltimos: "Página para recordar al coro­nel Suárez" y "Mateo xxv, 30". Contodo, la antología no es arbitraria; re­cordemos al Borges de la misma Lu.na.de enfrente que formula esta fervor?sasolictud: "Yo solicito de mi verso queno me contradiga, y es mucho. / Que nosea persistencia de hermosura, pero síde certeza espirituaL"

"Certeza espiritual", "antepasados demi espíritu", parecen ser la clave de esa"pensarosa" y objetiva antología de unaparte de Borges. Pero, oh "persistenciade hermosura", inútil ser,t negar o ce­lebrar "La Recoleta", "Calle descono­cida", "El truco", "La guitarra", de Fe¡'­VUl' d~ Buenos Aires; "Amoros~l antici-

L 1 B R O S

L AS LETRAS espaiíolas han corrido conbuena suerte entre los especialistasde Francia. Morel Fatio, .lean Ba­

ruzi, J ean Sarraihl, Bataillon ... seríannombres suficientes para que recordára­mos momentos definitivos en la investi­gación de las letras hispánicas. No habíatenido la misma suerte la filosofía es­pañola, algo relegada a un segundo pla­no por investigadores franceses, extran­jeros en general y, ¿por qué no decirlo?también españoles. El libro de AlainGuy, profesor de la Universidad de To­losa, que aquí comentamos tiene la dobleimportancia de las obras que valen porsí mismas y que inauguran brechas einician caminos.

"Ha llegado el tiempo -dice el au­tor- ,d!':, dar al pensamiento español unaa~ldiencia directa, sin inteI'posición deI'e'yendas deformadoras o de caricaturassimplificantes." Este propósito, anuncia­do desde las primeras líneas, se cumplecon creces. Alain Guy, que no pretendeescribir una historia de la filosofía es­pañola, presenta, cronológicamente, enel primer tomo de este libro, a unabuena serie de grandes filósofos de Es-

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cuantitativos y los cuali~ativos. y los d~s­cubre e interpreta al mIsmo tIempo, smprescindir de ninguno de ellos.

Conduciendo hasta sus puntos máscríticos y vulnerables los trata~ient?s

más o menos subjetivos de la hlosohaoccidental, el materialismo dialéctico en­juicia en forma ~ontunde?te a. la meta­física. Ningún dIsfraz de IdealIsmo, porelaborado que se presente, queda al mar­gen de la crítica que, apoyada en lasciencias y su avance: l?gra estab!ece.r elrazonamiento matenalIsta. En termmosde la realidad objetiva, el análisis deldesarrollo dialéctico obliga a todas lascorrientes, a todas las tendencias filosó­ficas, a determinar sus límites precisos.

Es en el desarrollo de la lógica moder­na en donde ha hecho crisis la validezde la metafísica. "En el orden de la me­tafísica (incluyendo la filosofía de losvalores y la cienci<\ normativa), el an{t­lisis lógico. ha conducido a~ resultadonegativo de que las pretendIdas propo­siciones de este campo son totalmentecarentes de sentido." Ya no es precisa­mente la filosofía, la disciplina de losproblemas más generales, la que enjuiciaa la metafísica. El desarrollo del saberhumano proyectado en una frontera par­ticular, la lógica, es el que desmenuzaa la metafísica. La disección produce unresultado negativo; las proposiciones dela metafísica son totalmente carentes desentido. ¿Cuál es el resultado positivode las investigaciones de la lógica? Elsiguiente: " ... se esclarecen los conceptosparticulares de distintas ramas de .laciencia, se explicitan tanto sus conexIO­nes lógico-formales como las epistemoló­gicas".

Pero la ruta interior del pensamiento,en el hombre, requiere de la palabra, dellenguaje. El pensamiento no existe sinel lenguaje. Si la forma propia del pen­samiento es la lógica, el contenido pro­pio de la lengua es el significado de laspalabras, "su semántica, que no varíacomo resultado de cada acto mental delindividuo, sino que constituye una basefirme, de la parte y por medio de la cualse verifica su actividad pensante" (Ru­binstein) .

Rudolf Carnap prueba que "el aná­lisis lógico ha revelado que las preten­didas proposiciones de la metafísica sonen realidad pseudoproposiciones". Éstasse presentan en dos· formas: "aqueIl~s

que contienen una palabra a la que erro­neamente se supuso un significado", queequivalen a una deformación en el vo­cabulario, y "aquellas cuyas palabrasconstitutivas poseen significado, peroque por haber sido reunidas de un mo­do antisintáctico no constituyeron unaproposición con senti~?", o sea q~e co~­tienen una deformacIOn de la smtaxIS.

La forma de presenta~ión de estaspseudoproposiciones de la metafísica notendría mayor importancia si no fueraporque el pensamiento, para existir, ha­ce uso del esquema gramatical de la.oración. Los pensamientos son enuncia­dos de algo. Y el sentido de un enuncia­do, nuestra expresión o exposición deese algo, depende de la forma en queordenemos las palabras, de las leyes queintervienen en la correlación de las pa­labras dentro de la oración.

Carnap desarrolla su tesis por IJ!.ediode ejemplos que muestran cómo en lametafísica aparecen pseudoproposiciones

que alternan ya sea el vocabulario o lasintaxis. Determinadas palabras y pro­posiciones dentro de la metafísica, tra­tan de probar que la capacidad humanade conocimiento es limitada y que, porlo tanto, tales palabras y proposicionesno pueden ser verificadas por el hombreni por ningún otro ser finito. Las in­terpretaciones metafísicas de la palabraser o del cogito, ergo sum de Descarteshan violado las normas de la lógica y"sólo sirven para la expresión de unaactitud emotiva ante la vida". Así, enla actualidad, la metafísica queda como"un sucedáneo de la teología en el niveldel pensamiento sistemático y concep­tual.

A. D.

GERTRUDE DUBY, Chiapas indígena. Uni­versidad Nacional Autónoma de Mé­xico. México, 1961, 138 pp.

GERTRUDE DUBY (fotógrafa y perio­dista) nació en Suiza. Recorrióvarios países europeos realizando

reportajes. Vino a nuestro país, y se es­tableció en San Cristóbal las Casas; lavida de los indígenas radicados en elEstado de Chiapas le pareció muy dignade atención.

En el presente volumen, Gertrude Du­by relata las impresiones de un largoviaje que emprendió a través de los dis­tintos territori05 que habitan los tzot-

;SI

ziJes, los tzeltales, los lacandones y otrascomunidades. quienes por su gran nú­mero, variedad de costumbres y el vastoterreno que ocupan, forman una especiede pequeña república dentro de la Re­pública Mexicana.

Este reportaje resulta muy convincentegracias a la habilidad de la autora paracombinar el periodismo y la fotografía.El periodismo la incita a buscar los as­pectos más humanos y caracteI:ísticos ,delos pueblos del sur; la fotograha no solole si.rve para completar su material in­formativo, sino también para recogeri.mágenes valiosas desde el punto de vistaestético; y recurre a la antropología pa­ra ampliar la visión que ofrece a loslectores; Gertrude Duby est<Í. al corrien­te de los importantes estudios antroló­gicos que se han realizado en la citadaregión, una de las más frecuentadas porlos etnólogos. Allí se pueden observarcostumbres de pueblos casi incontamina­dos por la civilización occidental. Entreotros estudios recordamos el libro' JuanPérez Jolote, de Ricardo P¿zas, el cualsin duda ha contribuido a despertar elinterés del público por la cultura indí­gena del sur.

Sólo añadiré que el texto de GertrudeDuby posee las virtudes del buen estiloperiodístico: interés humano, claridad yconcisión.

C. V.