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DOSSIER Prof. YVES BAUMSTIMLER Psicoanalista Universidad de París XIII S'AIME-T-ON DE TERREUR? O LA * EXALTACION DEL TERROR mpezaré subrayando que preferimos pensar que el terror nos es impuesto por el otro, pero ¿qué sucede cuando hay ausencia de otro? Es la pregunta que qui- siera abordar en este trabajo, intentando cernir de paso el vínculo entre "amarse de terror" y 11 sembrar el terror'": ¿es lo mismo? Ind udablemente lo político nos preocupa porque devela nues- tra relación con lo simbólico. Hoy más que nunca la Revolución interroga porque muestra y demuestra nuestras rigideces subjeti- vas, cuando sabemos que las soluciones a las crisis actuales implican tener en cuenta al extraño, al diferente; cosa que justamente rehusa- mos: nos hallamos aterrorizados frente al otro, al extranjero. Tene- mos la esperanza de creer saber en qué punto nos hallamos, es decir: en el mismo! Cada cual se tranquiliza en su síntoma!. El problema es que el mismo que tranquiliza desencadena también esas crisis en las que el transitivismo se traduce en actos! Los hombres no son mejores después de la Revolución; en cambio, lo que se discute es la referencia: el rey sólo se autorizaba de Dios; la realeza es un orden del derecho divino. La elección divina será reemplazada, en últimas, por la elección popular: ¿cambia esto la naturaleza de nuestra relación con la Ley? l. EL NARCISISMOCOMOTERROR Nos hallamos, sin buscarlo, frente a lo trágico. Ya Sófocles nos precedió en ello al llevar a la escena en el año 445, para los especta- dores de Atenas, a Ulises contándole a Atenea, diosa de la sabiduría y protectora de los argivos y atenienses cómo Ayax saqueó la noche anterior el botín de los griegos y masacró todas las bestias y pasto- res. Atenea le explica entonces que lo que Ayax buscaba en verdad era matar a los jefes argivos por haber estos preferido a Ulises para '. Ponencia presentada en el Coloquio Interdisciplinario '1793·1993: Terreur, Violence, Pouvoirs de la Parole. Du Trauma au Conflit", realizado en París del 20 al 21 de Marzo de 1993. Traducción Prol. Pio Eduardo Sanmiguel. Universidad Nacional de Colombia. l. 's'aimer de terreur" y 'semer la terreur", respectivamente [N. del T.] Tecmesa: "en plena crisis hallaba regocijo en los males que lo oprimían". Sófocles i J n recorrido de Ayax a Robespie- ~ rrepermite articular el terror con la ausencia de otro. En Ayax, el terror aparece vinculado con el narcisismo tanto en la masacre como en el suici- dio; el narcisismo puede así llegar a ser mirada del Otro, de Dios. El discurso de Robespierre, al someter la política a la moral, sostener una dicotomía maniquea, erigir la virtud y el terror (denuncia, vigilancia pública) como resortes de la Revolución, ejerce el terror, pues éste no se disocia allí de la palabra: habla! El régimen libre signi- fica medios terribles para extirpar el despotismo, interrogando así la pre- tensión de autonomía del individuo respecto a todo amo, a todo dios. El precio de la virtud es el terror. REVISTA COLOMBIANA DE PSICQLOQIA 7

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DOSSIER

Prof. YVES BAUMSTIMLERPsicoanalistaUniversidad de París XIII

S'AIME-T-ON DE TERREUR? O LA*EXALTACION DEL TERROR

mpezaré subrayando que preferimos pensar que elterror nos es impuesto por el otro, pero ¿qué sucedecuando hay ausencia de otro? Es la pregunta que qui-siera abordar en este trabajo, intentando cernir de paso

el vínculo entre "amarse de terror" y 11sembrar el terror'": ¿es lo mismo?Ind udablemente lo político nos preocupa porque devela nues-

tra relación con lo simbólico. Hoy más que nunca la Revolucióninterroga porque muestra y demuestra nuestras rigideces subjeti-vas, cuando sabemos que las soluciones a las crisis actuales implicantener en cuenta al extraño, al diferente; cosa que justamente rehusa-mos: nos hallamos aterrorizados frente al otro, al extranjero. Tene-mos la esperanza de creer saber en qué punto nos hallamos, es decir:en el mismo! Cada cual se tranquiliza en su síntoma!. El problemaes que el mismo que tranquiliza desencadena también esas crisis enlas que el transitivismo se traduce en actos!

Los hombres no son mejores después de la Revolución; encambio, lo que se discute es la referencia: el rey sólo se autorizaba deDios; la realeza es un orden del derecho divino. La elección divinaserá reemplazada, en últimas, por la elección popular: ¿cambia estola naturaleza de nuestra relación con la Ley?

l. EL NARCISISMOCOMOTERROR

Nos hallamos, sin buscarlo, frente a lo trágico. Ya Sófocles nosprecedió en ello al llevar a la escena en el año 445, para los especta-dores de Atenas, a Ulises contándole a Atenea, diosa de la sabiduríay protectora de los argivos y atenienses cómo Ayax saqueó la nocheanterior el botín de los griegos y masacró todas las bestias y pasto-res. Atenea le explica entonces que lo que Ayax buscaba en verdadera matar a los jefes argivos por haber estos preferido a Ulises para

'. Ponencia presentada en el Coloquio Interdisciplinario '1793·1993: Terreur, Violence, Pouvoirs dela Parole. Du Trauma au Conflit", realizado en París del 20 al 21 de Marzo de 1993. Traducción Prol.Pio Eduardo Sanmiguel. Universidad Nacional de Colombia.l. 's'aimer de terreur" y 'semer la terreur", respectivamente [N. del T.]

Tecmesa: "en plena crisis hallaba regocijo enlos males que lo oprimían".

Sófocles

i J n recorrido de Ayax a Robespie-~ rrepermite articular el terror conla ausencia de otro. En Ayax, el terroraparece vinculado con el narcisismotanto en la masacre como en el suici-dio; el narcisismo puede así llegar a sermirada del Otro, de Dios. El discursode Robespierre, al someter la políticaa la moral, sostener una dicotomíamaniquea, erigir la virtud y el terror(denuncia, vigilancia pública) comoresortes de la Revolución, ejerce elterror, pues éste no se disocia allí de lapalabra: habla! El régimen libre signi-fica medios terribles para extirpar eldespotismo, interrogando así la pre-tensión de autonomía del individuorespecto a todo amo, a todo dios. Elprecio de la virtud es el terror.

REVISTACOLOMBIANADE PSICQLOQIA 7

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adjudicarle las armas de Aquiles. Se trataba para Ayaxde una injusticia y una injuria: Ayax, jefe de guerra, es lavalentía misma y como tal sólo quiere depender y resta-blecerse de por sí mismo. El único de los valores quereconoce es su coraje, que en su opinión sólo puedemanifestarse a través de la independencia absoluta delos otros y de los dioses, pues en efecto, llegó hastarechazar la ayuda de Atenea: ello habría atenuado sumérito, a su parecer. Rechaza toda autoridad que quisie-se imponérsele. Se opone así de manera radical y defini-tiva al dictamen de la asamblea deliberante, compuestapor ciudadanos, que le adjudicó a Ulises las armas deAquiles por mayoría de votos. Para Ayax, el acto dedarle las armas al político y astuto Ulises vale como actode desconocimiento de su valentía y sella, para él, surechazo, lo que lo llevará a volverse contra los que sonsus aliados.

Para vengarse de Ayax por haber rehusado suayuda y también para evitar la masacre de Ulises, deAgamenón y de Menelao, Atenea le echa a los ojos "lagrave ilusión de un gozo funesto"? e insiste ante Ulisessobre "este estrepitoso mar, que es un "maniasin nosois" oun "periphané noson", es decir, una enfermedad deliran-te: la locura connotada de furor, pasión y extravagancia:en su divina exaltación Ayax asaltará el rebaño decarneros creyendo matar a sus amigos.

Tecmesa, mujer de Ayax, cuenta como testigo losucedido después de la destrucción del rebaño: Ayaxvuelve a su tienda arrastrando las bestias atadas quedegüella después de separar dos carneros de blancaspatas que terminará insultando, azotando y mutilando.El público entiende que los carneros machos represen-tan a Agamenón y Menelao.

Poco a poco Ayax vuelve a entrar en razón pero"para sufrir de.otra manera": en efecto, "en plena crisishallabaregocijo en los males que lo oprimian'". Pero para en-tonces se halla, todo él, preso de una mala pena: "¿No sonéstos dobles males, en vez de uno sencillol'". El Corifeoadivina que si Ayax, una vez curado de su mal no mejoraes porque el mal proviene de un Dios!.

Dos veces loco, de dolor y de vergüenza, aspira alos "Infiernos" y llama a la noche de la muerte: "Tinieblas,mi sol'". Se da muerte empalándose en la espada deHéctor, que había recibido como trofeo.

Brisset" y Starobinski/ se interesaron en este texto

2. Eschyle, Sophocle, Les tragiques grecs, 1967, Gallimard, 41!'r483. ["Yo leimpedí. arrojando sobre sus ojos falsas imágenes, ese gozo funesto ..." Sófocles.Las Siete Tragedias. (trad. directa del griego por Julian Molta Sallas. Bogotá: Bancode la República, 1958. p.36, N. del T.]

3. ["Aquel hombre, mientras estaba en su delirio, se complacía sólo en sus propiosmales." Sófocles, Ibid., p. 42. N. del T.l4. [Sofocles, Ibid., p.42. N. del Ll

5. ['Oh sombra, luz mía, oh tinieblas del Erebo, lucidísimas para un ser como yo,recibidrne, recibidme como habitante; recibidme!" . Sófocles, Ibid., p. 45. N. del T.l

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de Sófocles. Fue este último quien se dió cuenta que elsuicidio de Ayax, una vez que volvió en razón y que vióla masacre que acababa de cometer, es otro triunfo delYo: "el suicidio de Ayax es, como todo harakiri, a falta delasesinato de los ofensores, la reparación triunfal que busca elnarcisismo herido, la prueba de la virilidad 'fálica" que buscadarle a sus enemigos aquel a quien se le había negado estavirilidad"; y poco mas adelante agrega: "es un acto queproclama, en el coraje supremo, la integridad de la potenciamasculina": primero elfalo que la vida!.

En el texto, Sófocles le hace precisar claramente aTecmesa que la muerte de su marido nada tiene que vercon sus adversarios sino que es para los dioses: "sumuerte es para los dioses, no para ellos. Bien puede triunfarUlises: ríe en el vacío ".8Green retomó el mismo mito deAyax y lo comparó con el mito de Edipo para dar unejemp lo de narcisismo moral ligado a un ideal del yo deacero: "se trata de ser puro y por ende de estar solo, derenunciar al mundo, a sus placeres y displaceres, pues sabe-mos que aún del displacer podemos extraer placer'".

Freud liga el narcisismo a su construcción de lateoría del yo: el narcisismo es un amor del yo; en el des-arrollo individual se pasa del autoerotismo al narcisis-mo: se trataría de una energía no sexual del yo. Ya en1915, en el capítulo 3 de su artículo sobre el narcisismo,defiende la idea: si las neurosis de transferencia permi-ten el acceso a las mociones pulsionales, así también lademencia precoz y la paranoia pueden permitimos elacceso al yo.

¿Cómo planteó Freud la cuestión del terror? Eltérmino mas corriente para terror es "Entsetzen", y parahorror" Crausen" y "Abscheu". Freud parece utilizar conmayor frecuencia el término" Grausen" y" Grausamkeit",es decir, horror y crueldad. ¿Puede concluirse que privi-legió el tinte de repulsa y de asco al de miedo? En Freud,el terror y el horror están del lado activo; no abordará lacuestión del masoquismo primario hasta 1924.

En 1905, en los tres ensayos sobre la sexualidadhablará de la pulsión escópica y de la pulsión" Grausam-keit". En De Guerra y Muerte. Temas deActualidad habla delos "Regungen die oerptini werden: die eigensüchtigen unddie grausamen" (las mociones egoístas y las crueles, que sonproscritas). En la Allgemeineneurosenlehre" de 1917 hablade un "Bemachtigungstrieb der leicht ins Grausame über-greift (una pulsión de apoderamiento que se transforma fácil-

6. Brisset C. La folie d'Ayax. En: Mélanges en hommage a Kammerer. 1982. textodactilográfico.

7. Starobinski, Trois fureurs. Paris: Gallinnard, 1974, p. 24.

8. ['¿Por qué, pues, han de reírse ellos de él? Fue muerto por los dioses, que no porellos, no. Que profiera, por tanto, Odiseo sus vanas contumelias. Ya no existe máspara ellos Ayax;" Sófocles, Ibid., p. 59. N. del Ll9. Green A. Narcissisme de vie et narcissisme de mor!. París: Editions de Minui!.1983. p.l82.

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mente en crueldad), y en 1930 en Malestar en la Cultura, de"die Neigung des Menschen zum Bosen zur Agression, Des-truktion und zur Crausamkeit" (las inclinaciones de loshombres por el mal, la agresión, la destrucción y la crueldad).

No obstante, es en el artículo sobre la cura delhombre de las ratas donde Freud puede precisar elafecto en cuestión: es el momento en que el paciente selevanta bruscamente y manifiesta todos los signos delhorror: "alle Zeichen des Grausens und Widerstandes"lo.Freud podrá definir este horror como" ein Grausen voneiner ihn selbst unbekannien Lusi", es decir, "un goceignorado para él mismo". "Grausam" tiene relación con elafecto ligado a una percepción tal vez próxima a un cho-que, o al horror, o bien designa en el hombre de las ratasel carácter de un supe-rior ("der Vater, derHauptmann, der Vorge-setzie)!

Sin embargo,sóloen 1923,en la Organiza-ción Genital Infantil,Freud hablará de"Crauen vor dem Weib"ll,es decir, el horror antela mujer, concretamen-te del horror ante la fal-ta fálica de la mujer, ycita el trabajo de Ferenc-zi sobre la cabeza de Me-dusa como símbolo delhorror". Interesa subra-yar que justamente elhorror es provocado porla presencia de nume-rosas serpientes alrede-dor de la cabeza, lo queno hace sino subrayar laausencia fálica.

EnLaInterpretaciónde los Sueños, Freud daun ejemplo de pesadilla que nos adentra en una verda-dera teoría de la castración. Se trata del sueño de ladisección anatómica donde Freud, luego de una deman-da de Brücke, ve su pelvis y sus dos piernas ante él sobreuna mesa de disección sin experimentar el sentimientode falta ni el mínimo sentimiento de horror". El súbitodespertar tiene lugar cuando, en el sueño, Freud debefranquear un abismo pasando sobre dos niños recosta-dos sobre una plancha: en ese momento sobreviene el

S AIME-T-ON DETERREUR? OR

THE EXALTATIONOF TERROR. lf we fo-llow the coursefrom Ajaxto Robespierre, we areenabled to connect terrorto the absence of the ot-her. In Ajax, terror ap-pears bound up withnarcissism both in mas-sacre as well as in suici-de; thus, narcissism maybecome the gaze of theOther, of God. Robespie-rre's discourse, subjec-ting politics to morals,

10. Freud S. Bemerkungen über einen Fall von Zwangsneurose. GesammeltenWerken, T. 8, 1909, p. 435.11. Freud S., (1923) Die infantile Genitaiorganisation, G. W., T 8, p. 29612. Ferenczi S.. Symbolisme de la tete de Méduse, Oeuvres Completes, T 3, p. 200

horror. La preparación evoca el autoanálisis que haceparte de su deseo de escribir obras que perduren másallá de su muerte. Freud habla de un personaje que semantiene a lo largo de una serie de generaciones durante2000 años: y justamente La Interpretación de los Sueños esun trabajo que quiso publicar en el siglo veinte! Se tratade un sueño de inmortalidad y el horror es la consecuen-cia de la existencia de dos deseos: el de inmortalidad queimplicaría que "se pase sobre los hijos", y el deseo de queestos puedan eventualmente obtener lo que le fue rehu-sado al padre.

Lacan distinguirá más claramente que Freud, ya enlos Complejos Parniliares", entre el Superyó y el Idealdel Yo. Lacan hace "del Superyó el nombre de la instancia

represora, aquella querealiza la represión, y ensu otra cara, la del Idealdel Yo, instancia de su-blimación, aquella en laque una gloriosa instan-ciaparen talpuede hallar-se subjetivada." Se re-monta hasta SanAgus-tín para mostrarnoscómo la imagen de unhermano de leche so-lamente provoca unaespecial agresión por-que repite en el sujetola imagen de la situa-ción materna y con ellael deseó de muerte. To-davía no hablaba, y nopodía dejar de palide-cer al detener su mira-da sobre el amargo es-pectáculo de su her-mano no destetado, Latotalidad se nos pre-senta siempre como

anticipación. Lacan le confiere de esta manera su plenosentido al mito de Narciso: es un mundo sin semejante.Con el ideal del yo como instancia de sublimación sesubjetiva una instancia parental gloriosa.

La infatuación, término de Lacan, me parece con-veniente para designar esta realidad en la que el sujetoencuentra su propia imagen y se satisface en ella. Peroesta imagen sólo puede ser amada si le parece amada porel Otro: ama porque el Otro ama. No es un amor inme-

upholding a manichaendichotomy, erecting vir-tue and terror (denuncia-tion, public oigilance) asihe prime forces of the Re-volution, exerts terror, be-cause it is indissociablefrom the word: talk! Afree state requires terriblemeans for eradicatingdespotism, and this putsin doubt the individual' spretence of autonomywith regard to everymaster, every godo Theprice of virtue is terror.

13. Freud S., (1900), Die Traumdeutung, G. W., T 2·3, p.445 Y 481492.

14. Lacan J., Le Complexe, facteur concret de la psychologie familiale. En: Encyco-pédie Francaise, Tomo 'La Vie Mentale" 1938.

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diato; esto puede demostrarse a través de la experienciadel espejo, donde la madre está presente yavala: "eso erestu, esto soy yo", al designar las dos imágenes. El amor desu imagen va de consuno con la fuente misma de esteamor.

Ayax sufre de una herida del alma: no fue recono-cido como el mas bravo, cuando lo es: el narcisismomoral representa una fijación a la megalomanía infantil:en esas condiciones el sujeto se halla siempre en deudacon su ideal del yo. Cuando se toca este ideal todo estáperdido: sólo el sacrificio permitirá nuevamente laexperiencia de exaltación del yo.

El narcisismo puede así llegar a ser mirada delOtro, de Dios. "El narcisismo sólo existe porque en nosotrosexiste la idea de una forma que sería buena a los ojos de Dios",escribe Melman en el coloquio sobre "La Normalidadcomo Síntoma" en 199215•No estamos lejos de la erotoma-nía, sobretodo si su origen puede ubicarse en el Otro.

2. EL AMOR COMO ARMADURA:LA EROTOMANIA

Si decimos, con Lacan, que el amor es siempre re-cíproco, resulta difícil comprender cómo el "yo lo amo"puede transformarse en "ella me ama". El primero sería"normal", pero el segundo un delirio. La importancia deun trabajo actual de Kress-Rosen" consiste en pregun-tarse si la erotomanía representa acaso una forma pri-maria del amor. Freud demostró ya desde 1912, enTotem y Tabú que el amor es narcisista: "El ser humanopermanece narcisista en cierta medida aún después que hahallado objetos externos para su libido; las investiduras deobjeto que él emprende son, por así decir, emanaciones de lalibido que permanece en el yo, y pueden ser retiradas de nuevohacia este. "17 Pero Freud va aún más lejos en la mismapágina cuando percibe una analogía entre el estadoamoroso y la psicosis: "Los estados de enamoramiento, psi-cológicamente tan asombrosos y que son los arquetipos nor-males de las psicosis, corresponden al máximo nivel de estasemanaciones comparado con el nivel del amor al yo." Freudutiliza el modelo de la amiba y de sus pseudópodos: unaparte de la libido narcisista se riega sobre el objeto queluego es tratado como el yo propio. Así el objeto sirvepara reemplazar un ideal del yo no alcanzado. Esteabordaje teórico lo retomará en 1921 en la "Massenpsu-chologie", donde dirá respecto a la sobrestimación delobjeto en el amor: "se ama el objeto por razones narcisistas:

15. Melman e.. Une interprétation de l'étique de Lacan. En: La Normalité commeSymptóme. París: Point Hors ligne. 1992 (l75pp.), p.82.

16. Kress-Rosen N., Une voix passive de I'amour, l'érotomanie. Apertura, 2, Springer,1988, 49-61.

17. Freud S., Totem und Tabu (1913), G. W., T. 9, p. 110. Totem y Tabú: algunasconcordancias en la vida anímíca de los salvajes y de los neuróticos (1912-13). En:Sigrrund Freud: Obras Completas. Buenos Aires: Annorrortu, Vol. XIII, p. 92.

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el objeto reemplaza al ideal del yo".18Para Freud el amoraparece como un modelo de la vida normal cuando elhombre inviste un objeto, y como un modelo de psicosiscuando ningún objeto puede ser investido.

El paso erotómano del otro lado del espejo. Ellosiembra el terror en aquel que resulta invadido y que nopedía tanto: el paso al acto está cerca.

Sin duda resulta trivial decir que el amor es totali-tario: nunca basta; Robespierre nunca cesó de pensarloy decirlo: defendió una política de repartición del amorentre todos. El amor introduce una dimensión incesantede exigencia, insatisfacción y persecución. ¿Pero por quéésto es así? Se ama una identificación, que se halla alorigen del sentimiento amoroso: así, el amante es presade un punto que le escapa del todo: el amante se sientealienado a causa del investimento realizado sobre unpunto particular. La idealización del amor conlleva unsentimiento de obligación y coacción.

3. ROBESPIERRE: VIRTUD y TERROR

Para Bergeret (1974), Robespierre es un caso depsicosis del carácter, caracterizado por la división dedos aspectos de la realidad: las vivencias inquietantesserían proyectadas al exterior sin que pueda observarseuna negación de la realidad, que sería el caso de lapsicosis. Según él, se asiste por una parte a una" sobrecar-ga de las imagos gratijiamtes y por la otra, a la descarga de lasimagos inquietantes para el narcisismo, para hallarse asífrente a una falsa evaluación de la realidad'?", lo que seríatípico de la psicosis del carácter. No puede dudarse deque se haya establecido tal escisión en Robespierre, puespara él el análisis se funda en criterios morales.

No puedo estar de acuerdo con este análisis puesconvierte a Robespierre en un accidente histórico, lo queva contra todo análisis. De mayor pertinencia me pareceel trabajo de Clavreul" cuando puntúa la desubjetiva-ción del sujeto a través de la subjetivación del otro: Ro-bespierre afirma no hablar a nombre propio sino anombre de la Revolución.

No intento producir un cuadro psicopatológico deRobespierre que venga a agregarse a la confusión deimágenes sobre ese gran hombre, de quien se tiende, aúnhoy, a hacer un enigma; esbozaré algunas hipótesissobre su posición subjetiva en relación con la situaciónpolítica en la que alcanzó su plenitud, en la que se afirmóy siguió el destino que se había trazado.

Algunos indicios biográficos permiten subrayarque la madre de Maximiliano murió tras el nacimiento

18. Freud S., 1921, Massenpsychologie und Ich-Analyse, G.w., T 7, p. 124.19. Bergeret J., La personnalité normale el pathologique. Paris: Dunod, 1974,p.265.20. Clavreul J., Le Désir et la Loi. París: Denoél, 1987, p. 225.

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de una segunda hija y que el padre abandonó a sus hijospara morir lejos de su hogar. Maximiliano, mayor de lafamilia, se hizo cargo de su hermana y de su hermano,como un padre, así como su hermana Charlotte intentóreemplazar a la madre para los dos hermanos. Losabuelos maternos se hicieron cargo de Maximiliano, loque le permitió, gracias a sus cualidades morales, obte-ner el beneficio de una educación con los oratorianosentre los 7y los 11años,para pasar luego a fina-lizar sus estudios jurí-dicos con los jesuitas enLouis Le Grand. Iniciósu carrera política consu elección en los Esta-dos Generales. En 1789,pronunció 500 discur-sos en la Constituyen-te, 100 en los Jacobinosy 450 en la Convención.Fue un hombre de dis-

S 'AIME-T-ON DETERREUR? OU

L'EXALTATION DELA TERREUR. Un par-cours d'Ajax jusqu' aRo-bespierre permet d' arti-culer la terreur al' absen-ce de l'autre. Pour Ajax,la terreur se líe au nar-cissisme aussi bien dansla massacre que dans lesuicide, le narcissismepeut ainsi devenir leregard de l'Autre, deDieu. Le discours deRobespierre, lorsqu' ilsoumet la polítique a lamorale,lorsqu' il soutient

curso: pero, ¿acasohabló alguna vez?, ellosigue siendo aún unenigma. Es relativa-mente fácil establecer elcontenido de los princi-pios de estos discursos,que no sufrirá modifi-caciones durante loscinco años de su vidapública.

Lo que impide, enmi opinión, sostener undiscurso psicopatológico sobre Robespierre es que éstehaya retomado en el plano político toda una corriente fi-losófica que gira en torno a Rousseau e inscribe el terroren la ley.

No obstante, retengo esta frase de Mirabeau sobreRobespierre como una intuición precisa: "este hombre lle-gará lejos;cree en todo lo que dice!". Podemos suponer quecuando trono y altar desfallecen, se necesita durante uncierto tiempo de un gran hombre, no dividido, queocupe un lugar vacío, y que siga siéndolo, para designar,lo mas claramente posible, es decir sin palabra, la refe-rencia.

EL DERECHO A EXISTIR

Haré amplio uso aquí del libro de Mazauric publi-cado en 198921 y del tomo Xde las obras de MaximilienRobespierre publicado en 196722•

21. Mazauric e., Robespierre, Ecrits. Messidor, Editions Sociales, 1989, 369 p.

¿Cuál es el primer objeto de la sociedad?, se pre-gunta Robespierre. Y responde: "el primer objeto es man-tener los derechos imprescriptibles del hombre. ¿Cuál es elpri-mero de tales derechos? El de existir." (2.12.1791). Esta exis-tencia se opone al estado de muerte que es el estado dela realeza en que el monarca monopoliza el amor. "Sóloconozco un individuo que puede, en la monarquía, amar lapatria y que para ello no necesita ni siquiera virtud: el

monarca. y ello porquees el único de todos toehabitantes de sus estadosque tiene una patria. ¿Noes acaso él el soberano, almenos de hecho? ¿Noocupa acaso el lugar delpueblo?" (25.12.1793).Robespierre aporta lacontrapruebadiciendo: "el pueblo nonecesita de gran virtudpara amar la justicia y laigualdad; le basta conamarse así mismo". Conla Revolución el pue-blo renace a la existen-cia, pero el prestigiodel muerto (es decir, elrey muerto) es mayorque cuando estabavivo; Kaufmannafirmará: "el objeto defascinación no pierde porello su fuerza de atrac-ción. Pero ésta se verá

desde entonces disociada de su atractivo en tanto objeto deamor. El infierno, podría decirse entonces, es la incapacidad deamar, la del hombre de las ratas, donde la deuda imposible depagar es el amor, en compensación del don de la existencia. "23

En tales condiciones puede comprenderse por quéhabía que someter continuamente la política a la moral;¿la privación de las imágenes maternas y paternas loobliga a forjar una imagen de idealidad social, que él sehabría encargado de encarnar? Evidentemente, Robes-pierre la hallará en Iean-Iacques Rousseau; le rendiráhomenaje desde su elección como diputado, a manerade dedicatoria: "ahí está tu ejemplo ... quiero seguir tuvenerada traza ... seréfeliz si permanezco constantemente fiela las inspiraciones que he extraído de tus escritos". En latradición rousseauista, ser libre es preservar su indepen-dencia, no depender de los "hombres" y estar en capací-

une dicotomie manichée-ne, lorsqu'il érige la ver-tue et la terreur (délation,surveillance publique) enressorts de la Révolution,exerce la terreur, puisquecelle-ci ne s'y séparepointde la parole: parle! Lerégime libre implique desmoyens terribles pourextirper le despotisme enquestionnant ainsi la pré-tension individuelle d' au-tonomie par rapport a toutma lt re, a tout dieu. Laterreur est le prix de lavertue.

22. Robespierre M. Edition préparée par M. Bouloiseau et A. Soboul, discours du 27juillet 1793 au 27 juillet 1794. París: Presses Universitaires de France, 1967 (655p.).23. Kaufmann P., L'inconscient du politique, Vrin, 1988. p. 95-96.

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DOSSIER

dad de controlar y satisfacer sus necesidades, así comoIean-Iacques quería enseñárselo a Emilio. El interés másprimitivo del hombre "es la libertad individual, son losgoces del hombre, es el interés que se pone en la más pequeñapropiedad. " (18.08.1791).

EL MANIQUEISMO

Robespierre afirma de manera directa y simple:"Sólo conozco dos partidos, el de los buenos yel de los malosciudadanos; el patriotismo no es asunto de partido, sino decorazón; que no consiste ni en la insolencia ni en el arrebatopasajero que no respeta ni principios, ni buen sentido, ni mo-ral; tampoco es la devoción a los intereses de una facción"(2(1.07. 1793).

Esta dicotomía estará presente hasta su últimodiscurso: "Veo elmundo poblado por ingenuos y pícaros; perolos pícaros son minoría. A ellos hay que culparlos de los críme-nes y desgracias del mundo" (26.07.1794). Y en el mismodiscurso, poco mas abajo: "Hay dos potencias en la tierra,la razón y la tiranía; allí donde la una domina, la otra quedaproscrita. Entonces quienes denuncian lafuerza moral de larazón como un crimen, buscan evocar la tiranía". Ello noimpide de manera alguna que su discurso estéargumen-tado y sostenido por una legitimidad que él sabe situarcabalmente.

LA REFERENCIA

Una ficción hace inviolable al rey; los pueblos loson po r el derecho sagrado de la naturaleza (14.07.1791).La referencia viene del pueblo y de la nación, y es de ellosque él piensa extraer su poder: él será el incorruptible, elvirtuoso: 'fui hecho para combatir el crimen y no paragobernarlo" (26.07.1794). Es justo en el momento en quese siente perseguido, y lo dice.

En su discurso del 17 de febrero de 1794 sobre losprincipios de moral política que deben guiar a la Con-vención nacional en la administración de la República,Robespierre opone un tipo de gobierno revolucionario aun gobierno institucional: "si el resorte del gobierno popu-lar en la paz es la virtud, el resorte del gobierno popular enreoolucién es tanto el terror como la virtud: virtud sin la cualel terror esfunesto; terror sin el cual la virtud es impotente."En resumen,la virtud fundaría la comunidad, y el terrorle ofrecería su instauración efectiva.

En nombre de la virtud Robespierre será el gran de-nunciante, al punto de declarar estar dispuesto a denun-ciarse a sí mismo: puede entenderse entonces por quécuando piensa que ha llegado el momento de cambiar depolítica y se ausenta de las reuniones, los convenciona-listas que eran sus allegados se asustan y lo condenan.

El mensaje de Robespierre es claro: no habla ennombre propio sino a nombre de la Revolución, y aun-

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que acuerda haber sostenido vínculos -aunque no deamistad- con ciertos colegas, nunca dudó en renegar deellos, denunciarlos y condenarlos. No habla él sino laRevolución, es decir, la virtud. En su último discurso ala Convención, dirá: ": Quién soy yo que se me acusa? Unesclavo de la libertad, un mártir viviente de la República, tantovíctima como enemigo del crimen." (27.06.1794).

Robespierreno podrá soportar su discurso una vezque éste le retorna en forma invertida, y sólo podráenfurecerse: "aparecer como un objeto de terror an te quienesse venera y ama, es el peor suplicio para un hombre sensible yprobo; injlingirselo es el mayor crimen!" (26.07.1794). Estasserán sus últimas palabras antes de abandonar todalucha por intentar cambiar la corriente política que locondenaba.

FORMA DEL DISCURSO

Lefort, en un estupendo trabajo=analizó con deta-lle el discurso que sostuvo Robespierre el 11 germinaldel año 11(Marzo 31 de 1794) ante la Convención, y queno había sido considerado confidencial: Danton y susamigos acababan de ser arrestados durante la noche. Ro-bespierreno pretenderá justificar en absoluto tales arres-tos y hasta evitará decir quién ha sido arrestado.

Su arte en política consiste en desplazar el objetodel debate: busca que sus interlocutores reconozcan suargumentación como propia de ellos. Es el amo y borrael lugar del amo. Llegará hasta a anular toda palabra: laverdad revolucionaria que él agencia impone un inter-dicto sobre el debate mismo. Lefort concluye aSÍ: "eldiscurso de Robespierre no tiene por objeto el terror: lo ejerce.Elfigura un gran momento del terror en acto: él lo habla".

Robespierre instaura un discurso terrorista carac-terizado por la anulación de toda articulación que per-mita alguna contradicción. Dos figuras serán esenciales:la amalgama y los desplazamientos. Sobre la primera,Robespierre se plantea la pregunta ¿qué hace a Dantonsuperior a sus colegas?, ¿Cuáles serían sus privilegios?y como debe reinar el principio de igualdad, no seevocará más el nombre de Danton. Los desplazamientossucesivos harán recaer las sospechas sobre la asamblea:si la Convención es la expresión de la voluntad populary la justicia procede de la Convención, toda sospechaque se tenga de los comités afecta a la Convenciónmisma; él llega así a un "se os manipula ... ". En este puntoClavreul señala que Robespierre logra aterrorizar a todala Convención puesto queya nadie puede valerse de susservicios anteriores, ya que lo único que cuenta es eltriunfo de la Revolución: "Robespierre logra de esta maneraaterrorizar, o mejor, subjetivar a sus adversarios atrapadosentre lafidelidad asus camaradas y el temorpor su propia vida,

24. Lefort e., La terreur révolutionnaíre. Passé Présent, No. 2, 1983. pp.l143.

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YVES BAUMSTIMLER

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y sobretodo divididos entre su adhesión al discurso revolucio-nario, que es su vida misma, y su íntima convicción de que Ro-bespierre se sirve de ese discurso para imponer sus opinionesy ejercer un poder absoluto. En esto radica su división, que losenmudece por no poder replicar con el suicidio." La cuchillacaerá de la boca de Robespierre: "digo que quien tiembleahora es culpable, porque la inocencia no teme la vigilanciapública. rr

Ya el 15de Marzo de 1794,en sesión memorable,Robespierre denuncia una conspiración conformada por"un ejército de inmigrantes, una bandada de desertores, de ex-tranjeros y bandas de criminales"; Couthon agregará unareseña descriptiva de estos individuos de "aspecto ruin yrostro patibulario, hombres disfrazados que trabajan en secre-to; buscan irritar los ánimos y producir movimientos; perotodo está previsto y disponemos de los medios: los comités deSalud Pública y de Seguridad General que gozan de la confian-za del pueblo y de la Convención han dado duros golpes y lossegllirán dando sin consideración a todos los traidores ybribones" (Monitor de las sesiones de la Convención del15de Marzo de 1794).

La leydel22 pradial del año II (lOdeJuniode 1794),consiste en la aplicación jurídica de esta manipulaciónpolítica. Su artículo VIIInos lo ilustra bien." Como pruebapara condenar a los enemigos del pueblo se necesita de cual-quier tipo de documen to, material o moral, verbal o escrito que,naturatmenie, pueda obtener el asentimiento de toda mentejusta y razonable. El patrón de juicio es la conciencia deljurado, iluminado por el amor a la patria; S1l objetivo: el triunfode la república y la ruina de sus enemigos; los medios: los massimples que el buen sentido señale para llegar al conocimientode la verdad bajo las formas en que lo determina la ley."

En estas condiciones jurídicas nada pone coto alpoder discrecional de los tribunales de salud pública,que ejecutarán una operación de limpieza entre el pue-blo y regularán toda la vida pública. En un trabajo colec-tivo sobre "Violencia de Estado y Psicoanálisis", Calli=diceque en el lenguaje corriente los centros clandestinos dedetención son llamados "chupadores", mientras queaquellos que eran raptados de su sitio habitual de resi-dencia se los llamaba "chupados". El autor intenta luegodescribir esta boca toda significante que nos hace pensaren aquella con la que seconfronta el sujeto en el episodiomaniaco.

Los principios universalistas de libertad e igual-dad se transforman en principio de muerte: el miedodifuso enmascara la posición de poder bajo la aparienciade un heroísmo democrático: "soy el esclavo de la libertad"dirá Robespierre. El terror no se disocia de la palabra:habla!

Un abismo se abre con la esclavitud de la libertad.

25. GalllV. A.. Travandu clinicien, terronsrne d'état et avenir des psychanalystes. En:Violence d'Etat et Psychanalyse. Paris: Dunod. 1989. oo. 151~168.

El sentido de libertad sevacia en el sinsentido.El régimen libre signifi-camedios terribles paraextirpar el despotismo;Robespierre dirá: "lalibertad de un pueblo sólose funda por la espada". Elrey ya fue condenado perola identidad del fundadorno aparece. El terror se hallaseparado de toda referencia aun amo; se le exige a todos que sehagan cargo del terror sin garantíaspara sí mismos. Esta posición del discursopolítico me interesa en tanto que le quita a éste todo ca-rácter personal: la imposibilidad de articular la desapa-rición del rey hacía que todo pretendiente a una posiciónde poder debiera borrarse como individuo: el lugardebía permanecer vacío.

Como esta posición no podía durar mucho, fue ne-cesario erigir el terror en el ser supremo: la fiesta del sersupremo del 20 pradial coincide con la legislación delterror del 22pradial. Desde entonces Robespierre no ce-sará de atacar al ateísmo, elnaturalismo, el materialismoy el filosofismo.

La fiesta del ser supremo consistió en imponer unorigen en el 14 de julio de 1789: con esto los políticosprod ujeron normas y reglas; es un integrismo antes de laletra: se trata de las relaciones entre los hombres ytambién de una religión, pues dios queda designado allícomo "ser supremo". De hecho se habla de religión revo-1ucionaria y un historiador a quien no puede tacharse deantirrevolucionario, Mathiez", dijo claramente que setrataba de la adoración de la República, de la Libertad yde la Igualdad. Robespierre se levantó contra los heber-tistas, a quienes tachó de predicadores del ateísmo: élcreía en la necesidad social de la fe en Dios pero pensabasobretodo que la predicación podía destruir las bases dela vida social. La función de la fiesta al ser supremo con-sistía en reemplazar la misa católica por una misa cívica.Sus organizadores no eran mas laicos que el mismoRobespierre: unos y otros se hallaban horrorizados.Mathiez habla de "horror moral".

Quienes vivimos, de una u otra forma, bajo elinflujo de su pensamiento debemos preguntamos quécausó la muerte de Robespierre. Aunque él presentíadesde 1791que pagaría con su vida su acción política, nofue él quien la decidió: ¿a quién imputar su arresto, sujuicio y su ejecución? Esta pregunta no concierne única-mente a la historia. Podemos notar que la muerte es masimportante para Robespierre que la vida: hay en esto,

26. Mathlez A., Robespierre. Messidor, 1988. (270p), p. 150.

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claro está, una presencia silen-ciosa del rey Luis XVI, cuyopoder de fascinación perduracon mas fuerza por cuanto estásegado de toda posibilidad deamor.

Como portavoz, Robes-pierre pretende ser invariable,incorruptible e inflexible. En suopinión las leyes tienen una ca-lidad más: son inviolables. El te-rror es sólo la regla de la demo-cracia como sumisión a la ley dela voluntad general. En el siste-ma de la realeza hay algo masallá del poder, cuya función eralimitar el poder. La soberaníadel pueblo, en cambio, no tienelímites: no hay, al parecer, refe-rencia trascendente. De hecho,el debate se habría desplazadoporque históricamente los par-tidarios del "ser supremoív losde la razón se enfrentaron, loque llevó a los historiadores apensar que se trataba de un ver-

dadero debate cuando en realidad la adoración hace de ambos religiones.

CONCLUSIONES.

Quisiera indicar cómo este trabajo sobre el texto de Sófocles y los discursos de Ro-bespierre puede darnos algunas ideas sobre el terror que impera actualmente en el

discurso político.Con el terror hay sospechosos; ¿sobre qué recaería su infidelidad?, sobre el partido, el

programa, el pueblo, y no solamente sobre su mujer. La monogamia deviene virtud política, ¡loque evita hablar de la virtud pública!. Esto le permite a [amet" hablar de empuje a la mujer de lo

público. La opinión requiere de hombres virtuosos que no tengan nada que reprocharse: ¡ni amante ni travesuras!Jamet resume bien tal programa: hay que alinearse, disimular, jurar, en un mundo donde el amor, el dinero, laambición llevan el compás; que se odie el placer, que no se desee la fortuna, que no se tenga más preocupación quela del bien público. Entonces, se exigen virtudes privadas cuando lo único que debería contar son las virtudespúblicas. Es como decir que el hombre público no debe tener vida privada. La monogamia deviene virtud pública.

El discurso del psicoanálisis interroga la idea que nació en la Revolución sobre la autonomía del individuo enrelación con todo amo, con todo dios; no obstante, Chemama escribe: "resulta indispensable cierto campo de respiracióndel hombre moderno, aquel donde se afirma su independencia no solamente fren te a todo amo sino también a todo dios, aquel desu autonomía irreductible como individuo, como existencia individual. Esto esalgo que merece que se lo comparepun topor pun tocon un discurso delirante. Loes. "28La autonomía afirmada del sujeto es la virtud, pero esto sólo puede lograrse pagandocon el terror *27. Jamet D., Antoine et Maximilien, ou la terreur sans la vertu. Paris: Denoél, 1986.

28. Chemama R., L'histoire de la révolution et le sujet moderne. En: Le Trimestre Psychanalytique: La Révolution trancase pour la psychanalyse, 1990. ce. 31·39.

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