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Producto relativamente tar dío de la evolución
general de la civilización, los or ígenes remotos de
la ciencia pueden rastrear se, sin embargo, hasta las
pr imeras etapas de la humanidad. Si bien su
constitución como un cuerpo de conocimiento
plenamente independiente coincide con los albores de la
Edad Moderna, las raíces del pensamiento científico se
nutr ieron desde siempr e de la tradición técnica de losartesanos, conjunto de ex periencias y habilidades
pr ácticas transmitidas de una gener ación a otr a, y de la
tr adición espiritual de los filósofos, q ue es pecular on
sobr e las ideas y las as piraciones humanas. STEPHEN
F. MASO N reconstruye la HISTORIA DE LAS
CIENCIAS desde sus pr ecedentes hasta su madur ación,
prestando atención tanto a la coherencia de su
desar rollo interno como a sus interrelaciones con elmedio. Este primer volumen estudia LA CIE NCIA
ANTIGUA (las civilizaciones de Babilonia y Egipto, las
f ilosofías naturales de los presocráticos, la filosofía
natur al en Atenas, el período alejandrino, Roma) y
LA CIENCIA EN ORIENTE Y E N LA EUROPA
MEDIEVAL (China, India, el mundo musulmán y el
medievo eur opeo). Otr as obr as en Alianza Editorial:
«Histor ia de la Ciencia: de San Agustín a Galileo»(AU 76 y 77), de A. C. Crombie.
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Stephen F. Mason:
Historia de las cienciasl. La ciencia antigua, la ciencia
en Oriente y en la Europa medieval
El Libro de Bolsillo
Alianza Editorial
Secretaría de EducaciónPública Slll)
8/16/2019 S F Mason vol 1
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Título original: A History 01 5ciences
Traductor : Carlos Solís Santos
-Secretaría de Educación Pública-Subsecretaría de Educación Superior
e Investigación Científica.
-Dirección General de InvestigaciónCientífica y Superación Académica.-Consejo Nacional de Fomento Edu·
cativo.
"La presente edición ha sido auspiciada por la Di~~-ción General de Investigación Científica y SuperacI~nAcadémica de la Subsecretaría de Educación SuperIor e Investigación Científica de la S.E.P."
©Alianza Editorial Mexicana, S.A.México 1988ISBN: 968-6001-79-4 (O.C.)Impreso en México / Printed in Mexico
Expresamos nuestras más sentidas gracias a todos cuantosamigos, estudiantes y colegas discutieron con nosotros elcontenido de este libro cuando aún se hallaba en estado denotas, leyendo partes enteras en manuscrito o en pruebasy aportando no pocas críticas y correcciones. No obstante,los errores, ineptitudes y mal interpretaciones que persistenson plenamente responsabilidad del autor . Estoy especial-mente en deuda con Mr . J . E. C. Hill del Balliol College,
Oxford, por la provisión de numerosas referencias biblio-gráficas y por tantas esclarecedoras discusiones relativas atodos los aspectos de la historia del siglo diecisiete, así comocon todos los siguientes, quienes me suministraron los re-sultados de algunas de sus investigaciones que aún no sehabían publicado cuando yo escribía: el Dr . ). Needham
de Gonville y Caius College, Cambridge, parte de cuyolibro sobre la ciencia y civilización en China leí en manus-
crito, y el Dr . S. Lilley de Birmingham University Extra-Mural Departamem quien me suministró material nuevorelativo a los geólogos británicos de finales del dieciocho ycomienzos del diecinueve.
©Stephen F. Mason . .©Ed. cast.: Alianza Editorial, S.A., Madnd, 1984
Calle Milán, 38; teléf . 200-00-45ISBN: 84-206-9813-X (O. C.)ISBN: 84-206-0062-8 (TOMO 1)
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Capítulo 1
Introducción
La ciencia, tal y como hoy día la conocemos, fue un pro-ducto relativamente tardío del desarrollo general de la ci-vilización humana. Antes del período histórico moderno,no podemos decir que existiese algo así como una tradicióncientífica distinta de la de los filósofos, por una parte, y lade los artesanos, por la otra. No obstante, las raíces de la
ciencia se extienden muy profundamente, alcanzando hastaun período anterior al surgimiento de la civilización. Por más que retrocedamos en la historia, siempre existieron al-gunas técnicas, hechos y concepciones, conocidas por los ar-tesanos o por las personas cultas, que poseían un carácter científico; por más que con anterioridad a la época moder-na tal conocimiento estuviese por lo general subordinado alas exigencias o de la tradición filosófica o de la tradiciónartesanal. Las consideraciones filosóficas, por ejemplo, li-
mitaron los importantes logros científicos de los antiguosgriegos, de manera que sus dos principales sistemas astro-nómicos chocaban con observaciones conocidas en la an-
tigüedad.
La ciencia tuvo sus raíces históricas en dos fuentes prin-cipales. En primer lugar, la tradición técnica, en la que lasexperiencias y habilidades prácticas se transmitían y desarro-llaban de una generación a otra. En segundo lugar , la tra-dición espiritual, en la que las ideas y aspiraciones huma-nas crecían y se comunicaban. Tales tradiciones existíanantes de que apareciese la civilización, tal como podemoscolegir de la continuidad en el desarrollo de las herramien-tas empleadas por los hombres de la edad de piedra y por sus prácticas de enterramiento, así como por las pinturas ru- pestres. En las civilizaciones de la edad de bronce, ambastradiciones parecen haber estado en gran medida separa-das, perpetuándose gracias por un lado a los artesanos y,
por otro, a las corporaciones de escribas sacerdotales, si bien
estos últimos poseían algunas importantes técnicas utilita-rias propias.
En las civilizaciones subsiguientes, ambas tradiciones per-
manecieron en general separadas, si bien ambas se diferen-ciaron, separándose el filósofo del sacerdote y del escriba,y el artesano de un oficio de los de otros. Se dieron acer-camientos ocasionales, especialmente en la antigua Grecia;mas, en general, tan sólo hacia el final de la edad mediay el comienzo de los tiempos modernos los elementos deambas tradiciones comenzaron a converger, combinándoseluego y produciendo una nueva tradición, la de la ciencia.El desarrollo de la ciencia tornóse entonces más autónomoy, al contener elementos tanto prácticos como teóricos, laciencia produjo resultados que poseían implicaciones nosólo técnicas, sino también filosóficas. Así, de este modo,la ciencia incidió a su vez sobre sus propias fuentes, ejer-ciendo su influencia sobre ellas y, sin duda, terminó por
hacer sentir sus efectos en dominios muy alejados de sus in-mediatos orígenes. En este libro nos ocuparemos de estáscosas, así como del desarrollo interno del movimientocientífico.
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Primera Par te
L A C IE NC IA A N TI GU A
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Capítulo 2La ciencia en las antiguas civilizaciones
de Babilonia y Egipto
Antes de que apareciesen las primer as civilizaciones urba·nas, la humanidad ya había producido un considerable arosenal de técnicas, instrumentos y habilidades. Loshombr esdel paleolítico habían desarrollado una gran variedad deherramientas para trabajar diversos materiales y par a cons-truir armas con que capturar sus presas, mientras que los
hombres del neolítico realizaron la innovación más impor .tante, la agricultura sedentaria, quizá en una época tan próxima como el sexto milenio a.e. La agricultura de laedad de piedra agotó rápidamente la fertilidad de la tier r a,un factor que parece haber limitado el tamaño y estabili·dad de la mayor parte de las comunidades neolíticas. Tallimitación dióse en menor grado en los valles del Indo, delEufrates y Tigris y del Nilo, donde las inundaciones natu·rales de los ríos depositaban cada año una nueva capa de
cieno fértil. En dichos valles florecieron comunidades másasentadas y, merced al drenaje de zonas pantanosas y a lairrigación del desierto, aumentaron considerablemente lasáreas de cultivo permanente. Estas comunidades crecieron
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en tamaño, pasando de aldeas a pueblos y de pueblos a ciu-dades, a la vez que e! sistema administrativo gobernado por sacerdotes se desarrollaba a fin de organizar las comple jasactividades de su modo de vida. De este modo, un sigloaproximadamente antes de! año 3000 a.e. aparecieron las
primeras civilizaciones urbanas en los valles de! Eufrates ye! Tigris y de! Nilo.Las técnicas artesanales de las primeras civilizaciones de!
or iente medio eran notablemente más avanzadas que las delas comunidades neolíticas anteriores. Durante e! cuarto mi-lenio a.e., los sumerios de! valle de! Eufrates y e! Tigris apa-r ejar on los animales domésticos al arado recientemente des-cubier to, pasando así de! cultivo de parcelas de! hombreneolítico a la agricultura a gran escala. Construyeron vehí-
culos de r uedas tirados por animales, construyeron barcosy emplear on la rueda de alfarero para fabricar cacharros 'decer ámica cocida. Hacia e! año 3000 a.e., los sumerioshabían alcanzado ya e! culmen de la metalurgia de la edadde bronce. Sabían que e! cobre se podía obtener mediantela reducción de ciertos minerales en e! fuego, que se podíafundir , moldeándolo en distintas formas, así como que se podía alear con estaño para producir e! bronce, más duro
y fusible. El equipamiento de los egipcios era similar, si bien no emplearon e! bronce o los vehículos de ruedas hastaser invadidos por los bárbaros hicsos hacia e! año 1750 a.e.
El producto de estas artes técnicas era controlado y dis-tribuido por una organización gobernada por escribas sa-cerdotales. Los recursos que manejaban los sacerdotes erannumerosos y variados, y parece que no podían llevar su con-ta bilidadexclusivamente de memoria. Consiguientemente,los sacerdotes hicieron registros permanentes de los produc-
tos que pasaban por su s manos poniendo marcas en table-tas de arcilla que luego se cocían, conservándose para fu-turas consultas. Las marcas consistían en números y repre-sentaciones abreviadas de los productos enumerados, sumi-
nistrándonos así las tablillas en que se inscribieron e! primer sistema numérico y la primera escritura pictográfica de losque haya quedado huella. Los primeros registros de los s u-
merios, que datan aproximadamente de! año 3000 a. e., re-cogen únicamente información acerca de los productos que
entraban o salían de los almacenes de! templo. Más tarde,tanto e! sistema numérico como la escritura pictográfica setornaron convencionales, desarrollándose una tradición es-crita que trataba de matemáticas, astronomía, medicina,historia, mitología y religión.
En la civilización de la edad de bronce, los signos picto-gráficos de los registros primitivos se simplificaron, adqui-riendo la forma de ideogramas, realizándose además repre-sentaciones arbitrarias de cosas que no se podían pintar . Tal
escritura aún existe en China, donde e! púmero de ideo-gramas se multiplica con e! desarrollo de! lenguaje. En Su-
~eria.d número de símbolos se reducía haciendo que unldeograma representase no sólo e! objeto descrito, sinotambién e! sonido de su nombre. De este modo, una com-
binación de ideogramas llegó a representar una palabracompleja, una expresión, tornando supérfluos un buen nú-mero de símbolos. En los primeros registros sumerios se em-
pleaban unos dos mil signos, si bien hacia e! año 2500 a.e.ese número había descendido hasta unos seiscientos. Almismo tiempo, los signos se simplificaron aún más, termi-nando por convertirse en combinaciones de impresiones enforma de cuña, produciendo la escritura cuneiforme. Los se-míticos acadios de! norte transcribieron fonéticamente sulengua a la escritura cuneiforme, costumbre imitada por todos los pueblos que establecieron su dominio en Meso-
potamia hasta la época de los griegos.
En un principio, los números se representaban en Sume-ria mediante marcas producidas en arcilla con una caña. Losnumerales hasta diez se denotaban por e! número corres-
pondiente de marcas hechas con la caña sostenida oblicua-
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mente. El diez y sus múltiplos se representaban mediantemarcas hechas con la caña sostenida venicalmente. Parale-lamente a este sistema decimal existía una notación basadaen el númer o sesenta. Para designar unidades y decenas seempleaba una caña pequeña, utilizándose una grande para'
representarr unidades de sesenta en posición oblicua y uni·dades de seiscientos en posición venical. Hacia el año 2500
a.c. ya no se utilizaba el sistema decimal, 5ustituyéndoselas cañas por el estilo en forma de cuña empleado en la es-cr itur a cuneiforme. Una sola marca vertical se utilizaba paradesignar cualquier potencia de sesenta (1,60, 3.600, etc.),mientras que dos de esasmarcas formando ángulo de modoque produjesen una señal en forma de cabeza de flecha re- presentaban lO, 600, 36.000, ete. El valor panicular desig-
nado por esos signos quedaba determinado por su posiciónen un número dado, corno en nuestro sistema numéricoindo-ar á bigo.
Antes <Iel 2500 a.c., los sumerios habían construidotablas de multi plicar que empleaban para determinar lasár eas de los campos, multiplicando la longitud por la an-chura, y para la estimación de los volúmenes de cosastalescomo pilas de ladr illos, multiplicando longitud, anchura y
altura. Par a calcular el ár ea de un círculo y el volumen deun cilindro daban a r el valor de tres, habiendo determi-nado su valor tal vez por medición dir ecta, redondeándololuego en aras de la simplicidad a un número entero.,
Hacia el año 2000 a.C., los sumerios habían sido con·quistados desapareciendo de la historia, viviendo tan sólosu lengua je y su escr itura como vehículos del saber y del ceor emonial religioso, como el latín de la edad media. El poder dominante en Mesopotamia lo detentaba entonces la di-
nastía semítica de Hammurabi de Babilonia, que estable·ció escuelas en los templos para la educación de adminis-tradores sacerdotales. Aquí las matemáticas se desarrollaronmás aún, representándose las fracciones de la misma ma-
nera en que los sumerios habían designado los enteros. Lamarca venical hecha con un estilo no sólo representabaahora el 1,60, 3.600, ete., sino también 1/60, 1/3.600,
etc., mientras que la marca en forma de flecha representa- ba 1110, 11600, ete., así corno lO, 600, ete. Lasotras frac-
ciones se reducían a estas fra<;e'íonessexagesimales unidad,mientras que las fracciones, como 1/7 o 1/11, que no se podían reducir de este modo o bien se trataban por aproxi-mación o se ignoraban.
Con tales fracciones, la operación de dividir se llevaba acabo multiplicando el dividendo por el recíproco del divi·sor . A este fin se construían tablas de recíprocos, si bien sedejaban en blanco los lugares correspondientes a númerosextraños corno 1/7. También se elaboraban tablas de cua·
drados, de raíces cuadradas y cúbicas, empleándose dichastablas para resolver problemas que entrañaban ecuacionescuadráticas y cúbicas. En el terreno de la geometría, los ba- bilónicos sabían que todos los triángulos inscritos en un se·micírculo eran rectángulos, conociendo el llamado teoremade Pitágoras relativo a los triángulos rectángulos no sólo para casos paniculares, sino en toda su generalidad. Lageo·metría de los babilonios, corno su aritmética, poseía un ca-
rácter marcadamepte algebraico, expresándose invariable·mente bajo la forma de ejemplos paniculares. Sus métodosindican que los babiionios eran conscientes de diversasreglas algebraicas generales, si bién formulaban los proble-mas matemáticos tan sólo con valores numéricos específicos
para los coeficientes de las ecuaciones.Hablando en términos generales, los egipcios lograron
menos que los babilonios en el campo de las matemáticas.Los egipcios poseían una mejor estimación del valor r,a
saber, 356/81; pero sólo eran capaces de resolver ecuacio-nes lineales simples y no se hallaban familiarizados con las propiedades de los triángulos rectángulos que conocían los babilonios. Los egipcios no descubrieron el expediente de
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hacer que la posición de un numeral determinase su valor en un número ni reducían tampoco las fracciones a basesconvencionales, un procedimiento que acompañaba al sis-tema babilonio del valor posiciona!. A partir aproximada-mente del año 3000 a.e., los egipcios usaban un sistemanumérico basado en el diez, representándose las unidadesmediante un trazo que se repetía para denotar los númeroshasta el nueve, mientras que el diez, el cien yel mil se de-signaban con otros símbolos que se repetían para represen-tar múltiplos de dichos números. Con tal notación, los cál-culos resultaban difíciles, tal y como ocurre con el sistemanumérico similar de los romanos.
En el campo de la astronomía, los egipcios realizaron asi-mismo menos avances que los babilonios. Tal vez debido
a sus creencias astrológicas, los babilonios eran atentos ob-servadores de los cielos, dejando tras de sí numerosos regis-tros astronómicos. Aunque no ha sobrevivido ningún regis-tro de la astronomía observacional egipcia, gracias a inscrip-ciones y pinturas de los cielos realizadas en las tapas deataúdes descubrimos que los egipcios dividían en treinta yseis grupos las estrellas del cinturón ecuatorial celeste. Cadauno de los grupos estelares, cuando se elevaba sobre el ho-
rizonte justo antes del alba, indicaba el comienzo de cadauno de los períodos de diez días. Tal descubrimiento puedehaberse realizado promediando a través de varios años elnúmero de días que separan la inundación anual regular del Nilo con la que se iniciaba el año nuevo egipcio. Haciael año 2000 a.e. los egipcios regulaban su calendario por el orto de la estrella Sotkis, nuestro Sirio, que salía justoantes del alba por la época de la inundación del Nilo.
Los babilonios carecían de un año oficia!. Basaban sus
mediciones del tiempo en el mes lunar, añadiendo de vezen cuando meses extra para mantener su calendario a tonocon las f estividades agrícolas estacionales. Hacia el año 2000a.e., el año babilonio constaba de trescientos sesenta días,
dividido en doce meses de treinta días cada uno. Ademásdel mes, los babilonios nos dieron la semana como otraunidad de tiempo, bautizando los días por el sol, la lunay los cinco planetas. También fueron los responsables de ladivisión del día en doce horas dobles y de la hora en mi-nutos y segundos sexagesimales. Además, los babiloniosdieron a las constelaciones los nombres que nosotros em- pleamos, dividiendo las del cinturón ecuatorial por el que pasa el sol, el zodiaco, en doce grupos correspondientes alos meses.
Las más precisas observaciones astronómicas realizadas enMesopotamia se referían a los movimientos de los planetas.Ya en el año 2000 a.e. se constató que Venus volvía a lamisma posición cinco veces en ocho años. A partir aproxi-
madamente del año 1000 a.e., las observaciones de los ha- bitantes de Mesopotamia se hicieron relativamente precisasy a partir del 700 a. e. dichas observaciones se registrabansistemáticamente. Fueron entonces capaces de calcular losvalores medios correctos de los principales fenómenos pe-riódicos de los cielos, como los períodos de las revoluciones
planetarias, así como de hacer predicciones bastante buenasde acontecimientos astronómicos. Los habitantes de Meso-
potamia descubrieron, por ejemplo, que los eclipses luna-res se dan cada dieciocho años, el llamado ciclo sarónico.Además, en el siglo cuarto a.e. desarrollaron un método
algebraico para analizar los complejos periódicos de loscielos en un cierto número de efectos periódicos simples.Hallaron, por ejemplo, que de media el mes lunar era deveintinueve días y un cuarto, siendo la desviación de este
valor medio asimismo regular y periódica. Este método, unavez puesto en forma geométrica por los griegos, sirvió como
método fundamental para el análisis de los movimientosde los cuerpos celestes hasta los tiempos modernos.
Los habitantes de Mesopotamia no emplearon métodosgeométricos para interpretar sus observaciones astronómicas
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hasta la época griega, de modo que sus concepciones cos-mológicas relativas a los aspectos espaciales del universo semantuvieron separadas de su ciencia. Inicialmente, los ha- bitantes de Mesopotamia consideraban que la tierra y loscielos eran dos discos planos apoyados en el agua, si bien
más adelante los cielos se consideraron como una bóvedahemisfénca que reposaba sobre las aguas que rodeaban eldisco plano de la tierra. Sobre la bóveda había más aguasy más allá de las aguas se encontraba la morada de losdioses. El sol y demás cuerpos celesteseran dioses que salíandiariamente de sus moradas para trazar órbitas finitas sobrela bóveda inmóvil. Los dioses controlaban los asuntosterrestres y de esta manera los movimientos de los cuerposcelestes se tomaban comc indicaciones del destino que los
dioses otorgaban a los hombres sobre la tierra.Lasconcepciones egipcias acerca de la esttuctura del uni-
versono eran muy distintas. Aquí el mundo pareda ser unacaja rectangular con la tierra en el fondo ligeramente cón-cava y el cielo en la ' parte de arriba, apoyado en los picosde cuatro montañas de las esquinas de la tierra, siendo plano o iígeramente abovedado. El Nilo fluía a través delcentro de la tierra, derivando al sur de un rio universal que
corría en torno a la tierra. El nivel del rio universal no sehallaba muy por debajo del de los picos montañosos queaguantaban el cielo, sirviendo así para llevar la barca deldios sol en su viaje diario a travésdel cielo. La barca se man-tenía siempre lo más próxima posible a la orilla terrestredel río universal y de este modo, en la época de la inun-dación del Nilo, podía aproximarse más a la tierra que enel invierno, explicando así los cambios estacionales en la po-sición solar .
Pensábase que estos mundos se habían generado a partir de un primigenio caos acuático. Loscielos, la tierra, el aire,así como otros objetos y fuerzas naturales personalizados enforma de dioses, se habrian engendrado supuestamente a
partir de la unión de los dioses macho y hembra del caos.Las fuerzas naturales o dioses más jóvenes prosiguieronluego con la tarea de ordenar el universo mediante sortile-gios u órdenes mágicas. En los mitos de creación de Meso- potamia se dá un estadio ulterior en el que los dioses más
jóvenes emplean la fuerza física para domeñar la naturale-za, luchando contra los viejos dioses del caos. Tales mitosde creación parecen haber sido recuerdos epopéyi.:os de lacreación de las antiguas civilizaciones. En primer lugar , lareclamación de tierra al agua por parte de las primitivas co-munidades tribales en las que el poder dep:ocreación pa-reda lo más importante. A continuación, la prosecución deltrabajo con una organización más elaborada controlada por los sacerdotes que gobernaban mediante órdenes. Final-
mente surgieron en Mesopotamia los gobernadores de ciu-dades O reyes guerreros que gobernaban por la fuérza delas armas en el- periodo en que las ciudades luchaban por la tierra. Losegipcios no consideraban la guerra de fuerzasfísicas como un proceso ordenador del mundo, siendo susdioses poderosos sin necesidad de ser violentos. El gobier-no real y el control de las fuentes de la naturaleza era másseguro en Egipto que en Mesopotamia. El Nilo creda con
predictible regularidad cada año, mientras que las inunda-ciones del Tigris-Eufrates eran inciertas, temiéndose másque deseándose; representaban la reinstauración del caos.Las dinastías de Egipto eran duraderas, siguiendo su go- bierno un código legal definido, mientras que las dinastíasde Mesopotamia eran transitorias, siendo su gobierno in-cierto y arbitrario. En Egipto, el futuro pareda seguro y pre-dicti ble; en Mesopotamia el futuro era menos seguro, pre-cisándosede métodos ocultos de adivinación para asegurar-
se de su curso, tales como la práctica de la astrología y lainspección de los hígados de las victimas de los sacrificios.
Mientras que los habitantes de Mesopotamia sobresalie-ron en el terreno de la astronomía, debido tal vez a su preo-
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cupación astrológica, los egipcios resultaban ~ás hábile.s enel campo de la medicina. No hay textos médlcos cunelfor-mes anteriores al siglo siete a. e., mientras que los papirosmédicos egipcios se retrotraen al año 2000 a. e., contenien-do material anterior del tiempo de Imhotep, médico y mi-nistro del rey Zoser c. 2980. Según la tradición, Imhotepfue el fundador de la medicina egipcia y en época poste-rior se le atribuyó una condición divina, considerándolocomo el dios patrón de la medicina. Es de presumir queexistiese la profesión médica en la antigua Mesopotamia,ya que un código legal promulgado por Hammurabi de Ba- bilonia en torno al año 2000 a.e. prescribía una tarifa de2-10 siclos por una operación quirúrgica con éxito (un ar-tesano recibía unos 10 siclos al año por esta época), mientras
que a un cirujano que fallase se le cortaba la mano.En los textos médicos tanto de los egipcios como de los
habitantes tardíos de Mesopotamia prevalecía la teoría «de-maníaca» de la enfermedad. La propia enfermedad se per-sonificaba como un espíritu maligno que el médico tratabade expulsar del paciente mediante el uso de eméticos y
purgas o medicamentos revulsivos .que hi~ie~en huir al de·monio. Los primitivos textos médlcos eglpciOs constan engran medida de listas de recetas de drogas para el médico práctico, aludiéndose vagamente a diferentes enfermedadesen lugar de describirlas con algún detalle. El papiro méd~-co Ebers, que data aproximadamente del año 1600 a.C., dl-fiere de otros en que da descripciones de unas cuarenta ysiete enfermedades, exponiendo los síntomas pertinentes,seguidas de un diagnóstico y una pres~ripción .. L~s textos posteriores poseen un carácter más máglco, descnblend~ dequé modo se averiguaba la causa de la enfer~edad IJo1e~lan-
te el examen de un augurio y cómo el paCiente reCibla untratamiento que arrojaba al demonio de la enfermedad auna estatuill;¡, de miga de pan que luego' se quemaba, o
bien a un animal, un ungüento o un amuleto.
No hay tratados egipcios o mesopotámicos sobre anato-mía o fisiología, por más que los egipcios tienen que haber adquirido un conocimiento anatómico merced a la prácticade la momificación. Aun así, los signos jeroglíficos egipciosde los órganos corporales derivan de la anatomía animal y
no de la humana, indicando que existía escaso contactoentre los médicos y los embalsamadores. Asimismo, la ci-rugía parece haber sido un arte separado. El papiro quirúr-gico Edwin Smith, que data aproximadamente del año1700 a. e., consta de una serie de descripciones de heridas,comenzando por la cabela y procediendo hacia abajo. Lasinstrucciones que da son totalmente prácticas, dejandoaparte algunas fórmulas mágicas añadidas más tarde. Loscasos se clasifican bajo uno de estos tres veredictos, favo-
rable, incierto o desfavorable. Los casos de este últimotipo eran incurables y quedaban «sin tratamiento», un juicioque no se encuentra en ningún otro texto médico anti-guo.
Un rasgo notable de los escritos antiguos es la ausenciade textos químicos hasta una época relativamente tardía.En los papiros médicos se mencionan compuestos minera-les a modo de drogas, pero no hallamos papiros específica-
mente químicos h~ta los siglos tercero y cuarto d.e., unavez que la alquimia hizo su aparición en Alejandría. Lostextos químicos mesopotámicos se retrotraen al períodoasiri.:>, en torno al siglo siete a.e., y existe una tablilla cu-neiforme del siglo séptimo a.e. que trata de la fabricaciónde un vidriado de plomo coloreado con cobre. Se trata deun texto muy críptico que emplea ideogramas sumerios enlugar de las palabras semitas equivalentes, lo que se ha con-siderado señal de que el vidriado de plomo era una inno-
vación reciente e inusual que había que conservar aunquemanteniéndola en secreto. Los textos químicos asirios pos-teriores son relativamente llanos, si bien se mencionan ri-tuales con sangre y embriones como requisito del arte me·
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talúrgico, indicando quizá que la producción de metales setenía por una especie de nacimiento.
Diríase que los escribas sacerdotales de Mesopotamia yEgipto registraban básicamente aquellas disciplinas quehabían desarrollado ellos mismos en el ejerciciode sus obli-gaciones: las matemáticas a fin de llevar la contabilidad yrealizar mediciones de los campos, la astronomía para laconfección de calendarios y pronósticos astrológicos, la me-dicina para curar las enfermedades y expulsar espíritus ma-lignos. Hasta épocas posteriores rara vez registraban algúnconocimiento rdativo a artes químicas, metalurgia, teñido,etcétera, que pertenecían a otra tradición, la de los artesanosque tr ansmitían oralmente sus experiencias. La brecha exis-tente entre las tradicionesfuncionarial y artesanal ya era clara
en aquella época. En un papiro egipcio en torno al año1100 a.C. un padre -recomiendaa su hijo: cPon la escrituraen tu corazón a fin de protegerte del duro trabajo de cual-quier tipo, convirtiéndote en un magistrado de elevada re- putación. El escriba se ve libre de toda tarea manual; él esel que manda. He visto al trabajador del metal manos a laobra en la boca de su horno con los dedos como un coco-drilo. Hedía peor que la freza de pescado. Nunca he vistoque se encargara una comisión a un herrero o que se nom- brase embajador a un fundidor .•
Quizá debido a la falta de contacto entre ellas, tanto latradición funcionarial como la artesanal se estancaron, pro-duciendo pocas novedades durante la alta edad de bronce.Losescribassacerdotales comenzaron a depender paulatina-mente más y más de la palabra escrita de sus predecesores.valorando tanto más sus textos cuanto más viejosfueran. Se-mejante actitud escolástica no llevaba al desarrollo de
nuevos descubrimientos y. de hecho, aparecieron pocas in-venciones durante la alta edad de bronce. De los escribasde Babilonia vino la extensión del valor posicional para lasfracciones. en torno al año 2000 a.C .• y de los artesanos
egipcios, el descubrimiento de la manufactura del vidriohacia el año 1600 a.c.; mas las innovaciones importantesde este período. el descubrimiento de la fundición delhierro y la evolución de la escritura alfabética, pr ovinieronde pueblos que se hallaban en la periferi¡¡.de la civilización
de la edad de bronce. Durante el segundo milenio a.c.. latribu Kizwanda de las montañas armenias desarrolló un mé-todo eficiente de fundir el hierro, método que comenz6 aexpandirse después del año 1400 a.C.• siendo de conoci-miento general a partir de 1100 a.C .. Los fenicios desarro-llaron un alfabeto. o mejor dicho, dos, en torno al afto1300 a.C.• uno de ellos a partir de los caracteres cuneifor-mes babilonios y el otro a partir de la escritura jeroglíficaegípcia. El segundo alfabeto era el más conveniente para es-
cribir sobre papiro. pareciendo ser el padre de las subsi·guientes escrituras indoeuropeas y semíticas.
El uso generalizado del hierro y de escrituras alfabéticasresultaron fuerzas disolventes en las antiguas civilizacionesde la edad de bronce. Con el alfabeto, las personas que es-taban fuera de las corporaciones funcionaria1espodían leer y escribir , pues los artesanos han dejado sus nombres en sus productos. El hierro era más abundante que el bronce, conlo que ahora incluso la reja del arado podía ser de hierro,siendo así que antes se hacía de madera. Lasarmas de hierrodieron a los bárbaros. como los de las tribus griegas. lafuerza para conquistar las culturas de la edad de bronce.instalando nuevas civilizaciones en su lugar.
La civilización de la edad de bronce se había extendidoa partir de los valles del Nilo y del Eufrates-Tigris hastacubrir toda Asia Menor y gran parte del Oriente Medio,desde la Grecia continental hasta el norte del Irán. Babilo·
nia fue ocupada por una sucesión de invasores durante el primer milenio a.c.. mientras que Egipto cayó bajo sus propios mercenarios, siendo finalmente incorporadosambos al imperio de los Persas allá por el 500 a.C. De ma·
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nera semejante, en la Grecia continental, la civilización mi-cénica de la edad de bronce cayó en manos de las entonces bárbaras tribus de la Grecia clásica.
Capítulo 3Las filosofías naturales de los griegos presocráticos
Las nuevas posibilidades que suministraba la introduccióndel hierro y la escritura alfabética fueron explotadas con lamayor eficiencia por aquellas comunidades que emprendie-ron un comercio marítimo o bien por quienes emergían di-rectamente de la barbarie, sobrepasando así hasta cieno
punto las tradiciones de la civilización de la edad de bronce.
Los etruscos y los fenicios, que viajaron hacia el oeste, desdeAsia Menor y el Oriente Medio hasta Italia y el norte deAfrica, eran marinos, pero perpetuaron algunas de las tra-diciones de la edad de bronce de su tierra natal, tales comola costumbre de inspeccionar el hígado de los animales sa-crificados para fines de adivinación. Los romanos y los he- breos alcanzaron la civilización durante la edad de hierro, pero eran principalmente agricultores, no marinos, y norealizaron notables contribuciones al campo científico.
Sólo los griegos constituían un pueblo que había llegadoa la civilización de la edad del hierro directamente de la bar- barie y que emprendió un comercio marítimo desde el prin-cipio. Los griegos poseían el sentido del espacio de los via-
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jeros, el sentido geométrico que faltaba en las comunida-des agrícolas sedentarias de los tiempos pre-griegos y enotras posteriores, tales como la civilización china, que se ha-llaban separadas del pensamiento griego. Poseían tambiénel conocimiento típico del viajero de una diversidad de cul-turas y tradiciones, lo que les permitía seleccionar lo quevalía la pena de cada una sin seguir rígidamente a ningunade ellas.
Loslogros atribuidos al primero de los filósofosnaturalesgriegos, Tales de Mileto; c . 625-545 a.e., ejemplifican todoesto. Dícese que fue un comerciante que viajó a Egipto,donde obtuvo conocimientos de geometría, y a Mesopota-mia, donde estudió astronomía. Se le atribuye la predic-ción de un eclipse solar , si bien tales predicciones no eran
posibles en aquella época, así como la demostración de queun círculo queda bisecado por su diámetro, una proposi-ción conocida de hecho desde hacía tiempo. No cabe dudade que Tales se encontró con las historias creacionistas delos babilonios y los egipcios, en ambas de las cuales el aguaaparecía como caos primordial, ya que suponía que todaslas cosas procedían del agua en sus comienzos. La tierra,
pensaba, era un cilindro o un disco con aguas debajo sobrelas que flotaba y con aguas encima de las que descendía lalluvia.
En las filosofías de Tales y otros griegos jonios, la natu-raleza tornóse más impersonal de lo que había sido en otrascosmologíasde la edad de bronce. Losfilósofosgriegos pre-socráticostendían a eliminar a los dioses de la naturaleza,suponiendo que los cuerpos celestes eran objetos materia-les sólidos y no seres fueeremente personalizados. De ma-nera complementaria, sus contemporáneos próximos, el
hebreo Amós, el persa Zoroastro y el indio Buda separarona sus dioses de la naturaleza. Estos reformadores religiososminimizaron las funciones asignadas a los dioses en las ci-vilizaciones de la edad de bronce, las tareas consistentes en
producir la lluvia y proveer de una abundante cosecha, se·fialando que los dioses se ocupaban fundamentalamentedel bienestar espiritual del hombre. Así los viejos diosestornáronse más abstractos y espirituales, en la medida enque el mundo de los griegos se había tornado más imper-sonal y material.
Los babilonios y los egipcios habían concebido al agua y
luego al aire y a la tierra como los constituyentes primariosdel mundo. El segundo filósofo de Mileto, Anaximandro,c. 611-547 a.C., afiadió un cuano elemento, el fuego, in-geniando una sustancia primigenia anterior a los elemen-tos. Tras su formación a panir de la sustancia primigenia,los cuatro elementos se habían separado a modo de estra-tos siguiendo el orden tierra, agua, aire y fuego. El fuego
evaporaba el agua, produciendo tierra seca, y los vaporesde agua se elevaban para encerrar al fuego en tubos circu-lares de humedad. Los que parecían ser cuerpos celesteseran agujeros en esos tubos que nos permitían ver el fuegointerior. El diámetro del tubo que contenía al sol era unasveintisiete vecesel diámetro de la tierra, y el del tubo quecontenía a la luna era dieciocho vecesesa medida. Lapropiatierra era un cilindro unas tres veces más alto que ancho.Loscielos eran concéntricos con la tierra, «como la coereza
de un árbol», situándose la tierra en el centro «por la equi-distancia respecto a todo». Anaximandro creía que los or-ganismos vivoshabían surgido del agua elemental y que losanimales superiores se habían desarrollado a panir de los in-feriores: «Lascriaturas vivassurgieron del elemento húme-do al ser evaporado por el sol. En el comienzo el hombreera como otro animal, a saber, un pez.»
El tercero de los filósofos milesios, Anaximenes, c.
550-475 a.e., consideraba la bruma o el aire como sustan-cia primordial, derivando de él los demás elementos. Por rarefacción, la bruma tornóse en fuego pues, sefialaba,cuando se echa una bocanada de aire, éste parece estar ea-
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liente, mientras que parece frío cuando se sopla a presión.De manera similar, por un proceso de condensación, la bruma tornóse primero en agua y luego en tierra. Así pues,las diferencias entre elementos eran cuantitativas, no siendosino bruma condensada o rarificada en diversos grados.
Las analogías empleadas por los filósofos milesios para ex-
plicar la estructura y funcionamiento del mundo difierennotablemente de las utilizadas en las historias creacionistasde egipcios y babilonios. Los griegos no consideraban prin-cipios de construcción del mundo ni a la procreación orgá-nica ni las órdenes mágicas, sino que se fijaban más bienen analogías basadas en procesos artesanales. Anaximenescomparaba los procesos de formación de elementos a la fa- bricación de fieltro: «Las nubes se forman a partir del aire
como en la fabricación de fieltro, y aún más condensadasse tornan en agua». Anaximandr o consideraba la formacióndel mundo como una especie de proceso culinario ton elfuego como agente activo. La inclusión del fuego entre loscuatro elementos indica por sí misma que los filósofos sehallaban interesados en las artes, ya que el uso del fuegoera prerrogativa del cocinero, del metalúrgico y del alfarero.
Los filósofos presocráticos usaban una analogía en comúncon los babilonios, a saber , la del pecado y la penitencia.
Los babilonios habían explicado las propiedades de exfolia-ción del sílex como una penitencia impuesta al sílex por losdioses el haber cometido una transgresión contra ellos. Delmismo modo, Anaximandro consideraba la interconversiónde los elementos y la producción de objetos a partir de elloscomo un proceso de pecados y penitencias: «y a aquellaforma de la que las cosas surgen, habrán de retornar únavez más, como conviene, pues dan reparación y satisfácción
unas a otras según el orden del tiempo». Así, en invierno,el frío comete una injusticia con el calor y, en verano, elcalor exige su reparación. Todas las cosas son eHmeras, puescuando un objetO se genera, comete una injusticia contra
las cosas que ya existían, por lo que se precisa una repara-ción. La idea de que había un principio de retribución enlos procesos naturales derivaba por analogía de los usos dela sociedad humana en la que la práctica de la venganza
precedía al debido proceso legal. Así, c;l significado origi-nal de la palabra griega que significa causa, «aitía», era
culpa. Semejante idea terminó siendo sustituida por la con·cepción según la cual la naturaleza, al igual que la sacie·dad humana, se hallaba gobernada por leyes.
Heráclito de Efeso, c. 550-475 a.e., usó generosamentela idea de retribución como principio explicativo del ordendel mundo. Suponía que tal principio gobernaba los mo-vimientos de los cuerpos celestes, la interconversión de loselementos y los procesos naturales en general. La retribu-ción era un principio de cambio y Heráclito se ocupaba de proce-sos naturales de cambio más bien que de aspectos es-tructurales del mundo. Era de la opinión de que el fuegoconstituía el origen y la imagen de todas las cosas, simbo-lizando la llama el flujo y cambio universal de la naturale-za. El fuego era el sustratO común de todas las cosas, y de
este modo, tras !os cambios cualitativos de la naturaleza go- bernados por el principio retributivo, se daba una conti·nuidad cuantitativa de la sustancia, regida por principios
análogos a los empleados en las transaccion.es comerciales:«Todas las cosas se cambian por fuego y el fuego, por todaslas cosas, a la manera en que las mercancías se cambian por oro y el oro por mercancías.»
Tales analogías comerciales, con su hincapié en los aspec-tos cuantitativos de los fenómenos, contriquyeron tambiéna los sistemas de los pitagóricos y atomistas, quienes erande la opinión de que las unidades numéricas o partículasdiscretas eI\ln el sustrato del universo, del mismo modo quelas unidades (¡uantinativas de la moneda acuñada suminis-traban la base del comercio. Al pitagórico Filotao de Ta-renta, c. 480-400 a.e., se le atribuye la frase: «Puede verse
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cómo el poder del número se ejerce no sólo en los asuntosde los dioses y demonios. sino también en todos los áctosy pensamientos humanos. en todas las obras de anesanía y
en la músicv.Pitágoras. c. 582-500 a.C., era natural de Samos. pero
dejó su lugar de nacimiento para trasladarse a la colonia
griega de Crotona al sur de Italia. donde fundó una her-mandad dedicada a la especulación matemática y a la con-templación religiosa. En dicha asociación se admitíanhombres y mujeres en pie de igualdad y en ella toda pro- piedad era comunal. Incluso sus descubrimientos matemá-ticos se consideraban propiedad común dentro de la her·mandad. si bien se glJardaban como misterios secretosfrente a los extraños. Con todo. en el siglo quinto a.e.. los pitagóricos se escindieron en una rama científica y otra re-ligiosa y Filolao de Tarento, que representaba al grupo cien-tífico, propagó las opiniones de los pitagóricos.
Para los pitagóricos. los números suministraban un mo-delo conceprual del universo donde las cantidades y figurasdeterminaban las formas de todos los objetos. Inicialmenteconsideraban a los números como entidades geométricas. fí-sicas y aritméticas compuestas de panículas o puntosunidad. Disponían tales puntos a modo de vénices de di-
versas figuras geométricas. refiriéndose a ellos con elnombre de números triangulares. cuadrados. etc. Así pues. para los pitagóricos. los números poseían no sólo un tama-ño cuantitativo. sino además una figura geométrica. siendoen este sentido en el que consideraban que los números .eran las formas e imágenes de los objetos naturales.
En el campo de las matemáticas. los pitagóricos descu- brieron que sus puntos de vista eran contradictorios. El teo-rema geométrico que lleva su nombre indicaba que la sumade los cuadrados de los lados de un triángulo que .forma- ban un ángulo recto era igual al cuadrado de la hipotenu-sa. En algunos de tales triángulos la longitud de la hipo-
tenusa resu"ltó ser inconmensurable, tal y como ocurre enel caso más.sencillo de un triángulo rectángulo isósceles, enel q ue la hl potenusa es . .fi veces la longitud de uno de loscatetos. ~os pit~góricos demostr aron que .. fi no se podía ex-
presar 01 mediante un número enter o ni m ediante una
com binación de enteros y, sosteniendo como sostenían unaconcepción atomística de la magnitud y del número, se en-contraron en un callejón sin salida. El dilema se resolvió dedos .maner as, matemática la una y física la otra. En mate-mátIcas, la arit~ética se a bandonó en gran medida par acentr ar la atenC1~n en la geometr ía, dado que .. fi se podíarepresentar ~edlante una línea de longitud definida, ya
que ? ? mediante un númer o def inido de puntos unidad.En f islca, los atomistas desecharon los aspectos numéricos
de los pUnt~s unidad de los pitagóricos y especularon acercade sus pro piedades físicas.
Según los pitagóricos, el universo se dividía en tr es partes, q ue en or den de creciente no bleza y perfección erane~Uranos o la tierr a y su esfera sublunar, el Cosmos o losCielOS.móviles limitados por la esfera de las estrellas f i jas, yel Oltmpo o la ~or ada de los dioses. La tierra, los cuerposcelestes y el uOlv~rso como un todo eran esféricos, ya que
l~ esfer a era el mas perf ecto de los sólidos geométricos. Losdlv~r sos cuerp~s del univer so se movían con un movimien-to :I~cular y uOlf orm.e, dado que el círculo era la figur a geo-metnca perf ecta, Siendo sus movimientos tales que se
movían tan~~,más len:amente cuanto más noble y divinaera su condlclOn. El axioma de que los movimientos de losc~er pos celestes han de ser unifor mes y cir culares, princi-~IO que habría de dominar la ciencia astronómica hasta laepo~a moder ~a, fue ex~licado del siguiente modo por un
astrono~o gn~go postenor , Gémino de Rodas, c. 70 a.e.:. «Los pltagóncos. los primeros q ue a bordaron estas cues-
t~on.es,fue~on quienes esta blecieron la hipótesis de un mo-VImiento CIr cular y uniforme para el sol, la luna y los pla-
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netas. En su opinión, teniendo en cuenta las c~sas d~vinasy eternas, resultaba inadmisible suponer la eXIstenCIa~eldesorden que representaba el que ~stos cue~,os se IJoI0vle-sen ora más aprisa y ora más despacIO,deteOlendose mclu-so en lo que se denominan las es~acion~sde lo~ planet~.
Incluso en la esfera humana, semejante megulandad es m-compatible con el proceder ordenad~ de. un caballero. POI'más que lascrudas necesidades de la vida rmpongan ~onfre-cuencia a los mortales circunstancias en las que se rmponela ociosidad o la precipitación, no hay por qué suponer quetales circunstanciassean también inherentes a la naturalezaincorruptible de las estrellas. Por tal razón, definían .su,p:o- blema como el de explicar los fenómenos con la hlpoteslsdel r r.vvimiento circular y uniforme .•
Los pitagóricos consideraban estéticamente censurable·que el sol, la luna y los planetas hubieran de ~ov~rse entorno a los cielos de oeste a este con sus propiOStIemp~s periódicos, teniendo que rotar .si~ultáneamente en la di-rección opuesta una vez cada veintIcuatro horas. ~ar~~upe-rar esta objeción, así como para satisfacer el pnnclplo deque los clierpos bajos s~mueven ~ás aprisa que ~osnobles,Filolao sugirió que la tIerra se movla una vez ~ dla de oeste
a este por una órbita entorno. a. un fuego Situado en elcentro del univer so. Sus movlml:ntos era? tales q~e elmismo lado de la tierra se hallaba siempre mIrando al fue~ocentral, a la manera en que el mismo lado de ~aluna miraconstantemente a la tierr a. Grecia se hallaba sIruada en lacara de la tierra que no miraba al fuego central, pero tam- poco en el otro lado de la tier ra se podía ver el fueg~,.pueshabía otro cuer po entre la tierra y el fuego, la an~tIerra,que marchaba al mismo paso que la tierra, tapando SIempre
el fuego.Elmovimiento diario de la tierra en torno al fuego central
que postulaban los pitagóricos expl~caba~ar?tación diur~aa par ente de los cielosen torno a la tIerra, lOdIcandoademas
que todos los cuerpos móviles del universo circulaban entorno al fuego central en la misma dirección de oeste a este,con sus períodos de revolución tanto mayores cuanto másnobles fuesen. La tierra, el más imperfecto de los cuerposdel universo, se movía en torno al fuego central una vez aldía, la luna empleaba un mes, el sol un afío y los planetas períodos aún más largos, mientras que la esfera de las estre-llas fijas permanecía estacionaria. Tal concepción exigíaque, a medida que la tierra trazaba su finita trayectoriadiaria, las estrellas fijas habían de cambiar sus mutuas po.sicionesaparentes en el período que va de la aurora al ocaso,a menos que estuviesen a una distancia infinita de la tierra.Lospitagóricos sostenían que las distancias entre los cuerposcelestes y el fuego central se hallaban en la misma relación
numérica que los intervalos de la escala musical, una rela-ción que situaba a las estrellas a una distancia finita de latierra. No obstante,. no se observaba la paralaje estelar, undesplazamiento en las posiciones relativas aparentes de lasestrellas, por lo que el original sistema del mundo pitagó-rico había de ser modificado. La ausencia de paralaje este-lar entrafíaba que la órbita diaria de la tierra en torno alfuego central era mucho menos de lo que previamente sehabía supuesto. Siguiendo esta implicación, dos pitagóri-cos, Hicetas y Ecfanto, ambos de Siracusa, supusieron quela Tierra se hallaba en el centro del universo y que rotabadiariamente en torno a su eje, tesis que concordaba con laausencia de paralaje estelar, salvando las líneas generales dela teoría pitagórica.
Las escuelas pitagóricas de Italia meridional teníantambién sus biólogos y anatomistas. El primero de renom-
bre fue Alcmeón de Crotona, que floreció en torno al año
500 a.e. Dícese de él que descubrió por disección losnervios ópticos que conectan los ojos con el cerebro, asícomo las trompas de Eustaquio que conectan los oídos conla boca. Alcmeón sostenía que el hombre y el universo
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lodo primordial; tanto los hombres como los animales y las plantas. El hombre era un microcosmos del universo, puescontenía todos los tipos de átomos. La vida y el alma eranafines al fuego, pues todos ellos constaban de pequeñosátomos redondos. Tales átomos se expelían constantemen·
te del cuerpo y continuamente se tomaban con el aire, demodo que cuando cesaba la respiración se perdía la vida.La cosmología de los atomistas era casi plenamente meca·nicista, estando todas las cosas predeterminadas: cPor neocesidad fueron predispuestas todas las cosas que han sido,que son y que habrán de ser•. No recurrían a las analogíasde los propósitos humanos, amor y odio, ni al principio dela penitencia para explicar el funcionamiento del mundo.A este respecto, es interesante señalar que el contemporá-
neo de Demócrito, Protágoras .de Abdera, propuso la doc-trina de que los malos habrían de ser castigados no para eje-cutar la venganza, sino para evitar futuros delitos.
En la primitiva medicina griega había tres escuelas prin-cipales. En primer lugar, quizá la más antigua, estaba lamedicina de los templos dedicada a Esculapio, el dios dela medicina. En segundo lugar estaba la filosófica escuela
pitagórica del sur de Italia y , en tercer lugar, estaba la es-
cuela jonia, más práctica, de Hipócrates. Los textos hipo-cráticos constituyen las primeras obras médicas griegas, da-tando del siglo cuarto a.C. Esosescr itosfueron producto deuna escuela más bien que de un solo hombre, por más queHipócrates de Cos, c. 460-377 a.c., fuese una figura so-
bresaliente. Laescuela tenía a la medicina por un arte o téc-nica más bien que por una ciencia teórica al modo pitagó-rico, si bien desarrollaron teorías propias. fueron ellosquienes inventaron la doctrina según la cual el cuerpo hu-
mano contiene cuatro humores o jugos, el melancólico, ef sanguíneo, el colérico y el flemático, cuya correcta propor-ción era indispensable para la salud, debiéndose la enfer-medad al exceso de alguno de ellos. La teoría parece ha-
berse basado en la observación de que de la sangre puedenobtenerse cuatro substancias, un coágulo oscur o que r epr e-senta al humor melancólico, un fluido ro jo que equivale aihumor sanguíneo, un suero amarillo o humor colérico y f i-
brina que se conectaba con la flema.
Capítulo 4
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pLa f ilosofía natural en Atenas
Atenas no floreció en época tan temprana como las ciuda-des griegas deJonia y de la Italia meridional, si bien su cul-tur a r esultó ser más estable y duradera. Lasciudades joniasf uer on subyugadas por Persia en el 530 a.e., r esultando Mi-leto completamente destruida unos cuantos años más tarde.Atenas se benefició indirectamente del eclipsede losjonios,ya que cayó en su s manos el comer cio con las coloniasgr iegas de la costa del mar Negro. Políticamente Atenas de-te~ta ba el mando de las ciudades griegas contra los persas,qUIenesr esultaron der rotados en tierra el año 490 a.e., enMaratón, y en el mar diez años después. Las artes florecie-ron en Atenas, especialmente desde los tiempos de Solón,c. 639-559 a.e., quien decretó, según Plutarco, que un hi jono tenía por qué sostener a su padr e a menos que éste lehubiese enseñado un oficio. Esta f ue la época en que, según
se dice, vivieron los inventor es griegos; personas comoAnarcar sis el Escita, a quien se atribuye la invención de losfuelles y la mejora del ancla y de la rueda de alfarero, ocomo Teodoro de Samos a quien se atribuye la invención
del nivel, el cartabón, el torno, la r egla y la llave. Eraademás una época en la que la palabra griega «sofía»aúnsignificaba habilidad técnica y no sabiduría intelectual.
Tras la victoria sobre los persas, Atenas inició su períodode prosperidad y grandeza. Pericles trajo a Atenas a Anaxá-goras, 488-428 a.e., un discípulo del último filósofo mile·sio, Anaxímenes, a fin de que contribuyese a elevar el nivelde la vida cultural de la ciudad. Anaxágoras era un típicofilósofo jonio que sostenía que la tierra er a un cilindro yno una esfera como creían los pitagóricos. Seguía tambiéna dicha escuela en la creencia de que los cuerpos celesteseran en gran medida del mismo carácter que la tierra, nosiendo divinos como sostenían los pitagóricos. Tales habíadefendido que una piedra imán poseía alma porque podía
mover un trozo de hierro, y Anaxágoras generalizó esta doc-trina atribuyendo todos los movimientos a la operación deun entendimiento o alma.
Era de la opinión de que el sol era un trozo de roca alrojo vivo, no mucho mayor que Grecia. La luna y los pla.netas eran asimismo como la tierra, poseyendo la luna mon-tañas y habitantes. Fue el primero en sugerir que la luna
brillaba porque reflejaba la luz y fue también el pr imeroque explicó los eclipses en términos de la proyección sobre
la tierra de la sombra lunar , o la proyección de la sombr aterrestre sobre la luna. Debido a que negaba que loscuerpos celestes fuesen divinos, Anaxágoras fue perseguido
por impiedad, salvándose gracias a la intervención :dePericles.
Su sugerencia relativa a la existencia de montañas en laluna indica que observaba los cielos con bastante atención.Hacia el final de su vida, Metón h~zoobservaciones astro-
nómicas en Atenas, anunciando el descubrimiento dellla-mado ciclo metónico en la Olimpíada del 432 a.C. El ciclometónico consta de diecinueve años, período que contieneun número entero de meses lunares. de modo que el ciclo
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pod~¡ausar se convenientemente para regular el calendar io,El CIcloer a conocido por los habitantes contemporáneos deMesopotarnia, quienes lo usaban como el cicl~ patrón desu calen~ario, per o ,nQ fue ~doptado por los griegos,
En la e poca de Meton, la socIedad ateniense se había de-sar rollado y diferenciado de tal manera que ha bía forzado
la se~ar ación de las tr adiriones artesanal y filosófica. UnosdosCIentosaños des pués de las medidas de Salón para pro-mover las artes, Jenofonte escribía q ue «Lasllamadas artesmecánicas llevan un estigma social, siendo debidamentedes preciadas en nuestr as ciudades•. No sólo eran deshon-rosas las artes mecánicas, sino que también lo er a la anti-gua, f ilosofía natural que recurría a analogías artesanales,S.egunJenofonte, su maestro Sócrates, 470-399 a.c., con-
sIde,rabala astronomía «una pér dida de tiempo•. Durantela VIdade Sócrales se abatieron sobre Atenas días aciagoslas guer r as del Peloponeso del 431-404 a.C" que termina~ron c,on.la victor ia de los espar tanos sobre los atenienses.Conslgulentemente, para Sócratesla tar ea primordial del fi-lósofo consistía en la ordenación del hombr e y la sociedadhumana, y no en la comprensión o el control sobre la naotural~za. Rechazaba la filosof ía natural, ocupándose pri-mordIalmente de problemas de carácter ético y político.
La obra de Sócrates se vio continuada por su discípuloPlatón, 427-347 a.C., q uien, no obstante, era más sofisti-cado,que su maest~o. Platón se dio cuenta de que una fi-loso~iaque pretendiese ser general tenía que incorporar unateona acercade la naturaleza del universo. Dicha teoría de.
ber~asubordinarse a la ética, la política y la teología y, con-ventente~ente tramada, podr ía aumentar la plausibilidadde las mtsmas. Consiguientemente, Platón desarrolló unaftlo~~f íanatur~ ~ue estaba en armonía con sus opiniones
polltlcas y teologIcas, hallándose subordinada a ellas. Plu-tarco nos cuenta que Platón eliminó de los estudios astro.nómicos la mancha del ateísmo, haciendo que «lasleyesnao
turales se subordinasen a la autoridad de pr incipios di-VInOS••
Platón desarrolló la doctrina pitagórica de que los cuerposcelestes constituían seres nobles y divinos cuyos movimien·tos eran perfectamente uniformes y circulares. «Todos no-sotros, los helenos., señalaba, «mentimos acerca de estos
grandes dioses, el sol, la luna ... Decimos que ellos y otrosdi-.'ersosastros no mantienen la misma trayectoria, y los lla-mamos planetas o errantes.. Por el contrario, afirmaba,«cada uno de ellos se mueve por la misma trayectoria ; no por varias trayectorias, sino por una sola que es circular,siendo puramente aparentes las desviaciones•. Consiguien.temente, Platón planetó a sus discípulos el problema dehallar los movimientos circulares concretos que habrían de
explicar los movimientos aparentes de los cielos. Al obrar así, no pretendía estimular la observación celeste, sino que por el contrario lo que deseaba era tan sólo convertir la as·tronomía en una rama de las matemáticas. «Laastronomía.,escribió, «como la geometría, habremos de practicarla por medio de problemas, dejando en paz los cielosestrellados•.Con todo, sus disCípulos emprendieron la observación delos cielos a fin de obtener datos para los cálculos.
Como sus predecesores babilonios, griegos y egipcios,
Platón sostenía que el universo era al comienzo un caos in-creado. Laordenación del caos no constituía un proceso me-cánico, tal y como habían imaginado los filósofos jonios,sino el resultado de las acciones de un ser sobrenatur al. ElDios de Platón difería de los dioses de la edad de bronce
por cuanto que no ordenaba el universo mediante un pro-ceso de procreación orgánica ni mediante órdenes, sino lle-vando a cabo un plan intelectual. El rasgo más sobresalien-te de la ordenación del universo a partir del caos era, segúnPlatón, laformulación por parte del Creador de un plan ra-cional para el mundo. Losmecanismos del proceso median-te el cual se ponía en práctica el plan era una cuestión que
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Platón ignoraba o más bien daba por supuesta como algoque ocur ría natur almente. Tal concepción impregna lavisión general que Platón tiene de la causalidad. Losacon·tecimientos suceden f undamentalmente porque los seresin-teligentes formulan f ines y propósitos racionales. El movi-miento interno de la naturaleza, el flujo de fuerzas de lacausa al efecto, carecía de importancia, habiendo de tomar-se en consideración tan sóloen Janto en cuanto descabalabala consecución de los fines intelectuales. Tal modo de con-cebir la causalidad ilustra hasta qué punto se hallaban di-vorciadas las tradiciones artesanal y filosófica en este mo-mento. Al filósofo le par ecía que el movimiento de la vidadiaria dependía fundamentalmente de los fines y designiosque él for mulaba, ocultándosele cómo llevaba a término'
dichos fines el artesano, sin que pareciese contribuir al re-sultado f inal. No obstante, no siempre llegaban a feliz tér·mino los designios del f ilósofo. El mundo poseía un movi·miento autónomo propio que en ocasiones ponía en peli-gro los fines humanos. Platón llamaba « Necesidad» a estecarácter aparentemente truculento de la naturaleza. No erala necesidad de los atomistas, cuyas operaciones eran alea-torias y al azar , sin orden ni concierto. La idea platónica de« Necesidad» se hallaba estrechamente ligada a la concep·
ción griega del Hado, una especie de voluntad sobrehuma-na que amenazaba a los menores designios y finalidades hu-manas. Era una expresión del grado limitado en que losgriegos controlaban el mundo en que vivían. Herodoto ex-
presaba correctamente este sentimiento cuando decía que«De todos los infortunios que aflijen a la -liumanidad, elmás amargo es ese, que hemos de tener conciencia demucho y control de nada:..
La concepción platónica del universo era esencialmentematemática. Suponía que al comienzo había dos tipos detriángulos rectángulos: medio cuadrado y medio triánguloequilátero. De estos triángulos derivaban racionalmente
cuatro de los sólidos regulares que componían las par tícu-las de los cuatro elementos. Las par tículas del f uego erantetraedros, las del aire octaedros, las de agua icosaedr os Ylas de tierra cubos. El quinto sólido regular , compue~to de pentágonos regulares, el dodecaedro, formaba la qu~ntae-sencia, el q uinto elemento que conformaba el m~tenal de
que esta ban hechos los cielos. El conjunto del umver~oerauna esfera, ya que la esfera es simétrica y perfe~ta.' SIendoigual en todos los puntoS de su superfici~. ASImIsmo, e!universo estaba vivo, poseyendo un alma dIspersa por su es- pacio y, al estar vivo, se movía. ~l ~ovim~ento del unive~.so era de rotación porque e! mOVImIentocucular era el mas per fecto al no precisar ni manos ni pies..Cada uno de loscuatrOelementos estaba presente en el umverso en una can-tidad tal que la proporción entre fuego y aire fuese la ~ismaque la propor ción entre aire y ag~a y entre ,agua y tierra.Todo objeto podía designarse medIante un numero que ex- pr esase las proporciones de los elementos que c~ntenía.
De todos los animales, e! hombre aparecía el pnmero, yde todas las partes de los hombres, la cabeza se creó en primer lugar, dado que era e! órgano del alma y muyaproximadamente esférica. Las ~estantas panes dc:l c~erpo parecían evitar que la cabeza guase en torno a SI~Isma,
conteniendo un alma inferior que regía los deseos anImalesde! hom br e. Los demás animales er an producto de la de·generación del hombre al tr ansmigrar su,alm~ ~ formas cor- por ales inferiores. Los hombr es ~ue hablan VIVIdom~~,«r~-nacían de bidamente como mU jeres en la generaclOn SI·guiente», mientras q ue «lasbestias q ue andan a cuatro patas provenían de hombr es com p~etame?te. ajenos : la filos~-f ía:.. Haciendo befa de los filosof os jomos, Platon sostemaque «lasaves surgieron del cambio de for ma padecido por
hombr es inofensivos aunque conos de luces que prestaronatención a las cosas celestes, aunque en su simplicidad su- pusier on que las más seguras pruebas en tales cuestiones
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procedían de los ojos». Señalando concretamente a Anaxi-mandro, quien había dicho que los hombres procedían delospeces, Platón sugería que: «Elcuano tipo de animal quehabita en el agua provino de los hombres más patentemen-te mentecatos». Muchas de estas cosas están escritas a la li-
gera, pero son indicativas del modo de pensar de Platón.En el mismo tono, postulaba la existencia de un espíritumundano malgino, un demonio, responsable de las opi-niones de sus archioponentes, los atomistas.
La filosofía de Platón resultó muy influyente, si bien sussucesoresde imponancia hicieron más por desviarse de ellaque por desarrollar sus puntos de vista. Incluso sus propiosdiscípulos en la Academia por él fundada, especialmenteEudoxo de Cnido, 409-356 a.c., se vieron obligados a ob-
servarlos movimientos de los cuerpos celestes, proceder de-saconsejado por Platón, a fin de explicar geométricamentedichos movimientos. Eudoxo fue el primero que unió la as·tronomía cuantitativa y la especulación cosmológica, per-mitiendo así que la observación desempefiara su función ala hora de doterminar la configuración asignada al univer-so. Hacia la época de Eudoxo, los babilonios habían de-sarrollado un método de resolver complejos fenómenos pe-riódicos celestes en un cieno número de movimientos pe-riódicos simples. O bien Eudoxo oyó algo de este procedi-miento, o bien lo inventó él independientemente, pasán-dolo de la forma aritmética a la geométrica. A cada movi-miento periódico simple le asignó un círculo o una esferacon centro en la tierra, de manera que una combinaciónde tales esferas describía razonablemente bien el compiejomovimiento periódico de un cuerpo celeste panicular . Cadaesfera daba cuenta de un movimiento concreto; así, una
describía la aparente rotación diaria de los cielos, otra el pe-ríodo de revolución mensual, o anual o cualquier otro, yaún otras, otros fenómenos periódicos diversos. Todas lasesferaseran homocéntricas, tenían su centro en la tierra y los
ejes de rotación de las esferas inferiores se engastaban enla superficie de las superiores. De este modo, Eud~xo.~x- plicaba los movimientos de los cielos empleando velOtlSle-te esferas, una para las estrellas fijas, tres para el s~1y ot;astantas para la luna, y cuatrOpara cada u?O.de losCIOCOP a-
I'dos A medida que se multlpllcaban las obser -netas conoc . " d' I
vaciones descubriéndose nuevos fenómenos peno ICOS,esistema ~eníaque aumentarse. El discípulo de Eudoxo, C¡-
l· 32<'a C confirió una esfera extra a cada uno eIpO, c. .l •• , •
los cuerpos celestes, elevando el total a trelOta.y cuatro,mientras que Aristóteles afiadió vc~ntidósm~. SI~ emba~~go, el sistema de esferas homocén~r~casentranaba electasdI_ ficultades desde el comienzo. EXIglaqu~ los ~uerpos ~elestes se mantuviesen siempre a la misma dlstanela de la tierra,siendo así que se sabía desde antiguo qu.e ~lgunos p ~ a ; ~ -tas como Venus y Mane, mostraban vanaClOnese~ n oap~rente que entrañaban que dichos p!anetas poselan m~-vimientos de alejamiento Y acercamIento res.pecto a a
. Además se había observado que los eclIpses de soltierra., . d' b eeran a veces totales, a veces anulares, lo que ~n ICa a q~las distancias relativas del sol, la luna ~ la tierra camb~~ ban. Como observaba el astrónomo Soslgenes, c. 4.5a. ..
«Lasesferas de los partidarios de Eudoxo no exphcan losfenómenos. No sólo no explican los fenómenos que.se handescubieno después de ellos, sino que tampoco.exphcan;osfenómenos que se conocían antes y que ellos mIsmos teman
por verdaderos.» . . dLos logros del sistema de Eudoxo se vieron h~lta os por
el prejuicio de que los cuerpos celestes se movla~ con ve-locidad uniforme por círculos con centro en la tierra. He-ráclides del Ponto, fl. c. 373 a.c., intentó superar al,gun:de las dificultades del esquema de Eudoxo. Se habla o -
servado que los planetas Mercurio y Venus nu~~~ andabanmuy alejados del sol, por lo que Heráclides suglflOque estoS planetas se movían en órbitas circulares en torno al sol, lo
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que explicaba el cambio en brillo aparente. Tambiénado ptó la opinión pitagórica de Hicetas y ECfanto, según lacual la tierr a r otaba diariamente en torno a su eje a fin deexplicar la aparente rotación diurna de los cielos. Herácli-des suponía además que el universo era infinito, siendocada una de las estrellas un mundo en sí mismo, compues-
to por una tier ra y otros cuerpos. No obstante, Heráclidesencontró pocos partidarios, adoptando el sistema deEudoxo tanto los discípulos de Platón como los de Aris-tóteles.
Las obras de Aristóteles, 384-322 a.c., han sido ordena-das según una secuencia que muestra un progresivo aleja-miento de la filosofía de Platón, tanto por lo que respectaal contenido como por lo que atañe al método. El primiti-vo trabajo de Aristóteles sobre la naturaleza de los cielosera especulativo en cuanto al método y eudoxiano en cuantoal contenido, mientras que sus obras biológicas posterioresse basaban más estrechamente en la observación y conte-nían mucho material nuevo. En el campo astronómico,Aristóteles fue responsable de la idea de que las esferas quetranspor tan los cuerpos celestes en torno a sus trayectoriaseran cuerpos físicos reales y no meras construcciones geo-métr icas como había su puesto Eudoxo. Cada una de las es-
feras tr ansmitía su movimiento a la esf era inmediatamenteinf erior, de modo y manera que la esfera externa que con·tenía las estrellas fijas pr ovocaba, mediante su rotacióndiar ia e n tor no a su eje, el giro diario de todas las esferasy, con ellas, el de los cuerpos celestes en ellas engastados.A f in de que los movimientos peculiares a cada uno de loscuer pos celestes no se transmitiesen al cuerpo inmediatq in-f erior , Aristóteles insertaba cierto número de «esferas anti-girator ias» entre cada conjunto de esferas correspondiente
a cada planeta. Estas «esferas antigirator ias» poseían losmismos e jes de r otación, las mismas velocidades y se pre-senta ban en idéntico número que las esf eras que movían el
planeta superior, si bien se movían en dirección opuesta afin de neutralizar los movimientos particuhues de dicho planeta, transmitiendo tan sólo la rotación diurna. Mate-máticamente, el sistema de Aristóteles era igual al de Ca-lipo, pues las veintidós «esferas antigiratorias» eran geomé-tricamente redundantes.
Según Aristóteles, la esfera externa de las estrellas fijasera movida por el Primum Mobile o Motor Inmóvil de la
periferia del universo que regía todas las esferas del univer-so en su conjunto. Parece haber sugerido también que cadauna de las otras esferas poseía un motor inmóvil menor res- ponsable del movimiento particular de dicha esfera. Losmotores eran de carácter espiritual, siendo la relación de un
motor con su esfera similar a la del alma con el cuerpo. Losmotores de un planeta trabajaban en contra del PrimumMobile, de modo que los planetas poseían movimientos propios de oeste a este contrarios a la rotación diurna. El planeta exterior, Saturno, experimentaba la mayor dificul-tad para superar la fuerza del Primum Mobile, razón por la cual presentaba d período más largo, mientras que elcuerpo situado en el i~terior, la luna, poseía el más cono.De este modo, al igual que Platón, Aristóteles ordenabalos cuer pos celestes, hacia afuer a, desde la tierra, según sus
períodos aparentes de revolución; a saber, la Luna, el Sol,Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno.Suponía Aristóteles que había una diferencia absoluta
entre el tipo de mater ial celeste y la materia terrestre. Todaslas cosas por debajo de la esfera de la luna estaban hechasa base de los cuatro elementos terrestres, tierra, agua, airey fuego. Los cielos estaban formados por un quinto elemen-to más puro, la quintaesencia. Los cuerpos celestes eran in-corruptibles y eter nos, siéndolo también sus movimientos
que eran consiguientemente circulares y uniformes. En latierra se daba la gener ación y corrupción, por lo que los mo-vimientos terrestres eran rectilíneos y tenían principio y fin
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como todos los fenómenos terrestres. Los cuerpos celestesse hallaban siempre dentro de sus esferas correspond.ientes,frente a lo que ocurría con loscuerpos terrestres que siempreestaban tendiendo a volver a sus lugares naturales. Losele-mentos tierra yagua poseían gravedad, tendiendo. a mo-verse hacia el centre del universo, mientras que el alCey ~lfuego poseían una ligereza que tendía a llevarlos.haCiaarriba, a sus lugares naturales en la atmósfera s,upenor . Elfuego era un elemento más noble, ya que tema un lugar natural más alto. De manera similar, el aire era más nobleque el agua y ésta más que la tierra. Todos los cuerp?s ~e-lesteseran más nobles que cualquier objeto terrestre, S1bienaumentaban en perfección a media que se alejaban delcentro del universo. La'luna era el menos perfecto: tal y
como podía verse por su apariencia m~nchada, ~lentrasque la esfer a de las estrellas fijas y el Pnmum Mo?tl~ eranlos más perfectos, pues «lo que encierra y es el hmlte esmás excelente que lo que es limitado.. . .,
En el terreno de la física, Aristóteles era de la oplmonde que un cuerpo podía mantenerse en movi~iento tansólo en tanto en cuanto estuviese en contacto directo conun motor. que actuase constantemente. Si el motor ~e pa-r aba o per día contacto con el objeto, éste se.detenía mme-
diatamente. Tales motores podían ser mternos a loscuerpos, como en el caso de l~s organismos .semovientes,oexternos como cuando un objeto era empujado o arrastra-do por 'fuerzas externas. Los cuerpos homogéneos sólo podían ponerse en movimiento merced a mot.ore~externos,ya que los cuerpo~ semovientes eran necesanamente c?m- puestos, constando de un motor y aquello.que era mOVido.Así, los cuerpos homogéneos, como ~na piedra lanzada por una catapulta, nunca se movían hbremente. Cua~d~ la piedra abandonaba la catap,:l~a, se man,tenía en movlm1~n-to graciasal aire que se preClpltaba detr~ ~e ella para evlt~la formación de un vacío. Según Anstoteles, no pod1a
existir un «vacío., ya que el espacio había de estar lleno demateria para transmitir efectos físicos por contacto inme-diato de este tipo. Consiguientemente, los atomistas seequivocaban al suponer que el mundo constaba fundamen-talmente de átomos en el vacío, ya que el espacio tenía queser un continuo de materia. En el casode las entidades com-
puestas semovientes, el motor se tenía por más noble y es- piritual que el cuerpo movido. Aristóteles señalaba que «Entoda cosa compuesta hay siempre un factor rector y un su-
jeto., idea conectada con la opinión platónica de que «Lanaruraleza ordena obediencia y esclavitud al cuerpo; auto-ridad y dominio al almv. El movimiento de un cuerpo ho-mogéneo era similar al movimiento de un carro que se de·tiene si se separa de los bueyes o si éstos suspenden su es-
fuerzo tractor . La relación existente entre los elementos deun cuerpo semoviente era similar a la existente entre el almay el cuerpo o entre el filósofo y el artesano de la sociedadateniense de la época, donde parecía que los planes inte-lectuales del filósofo eran la fuerza rectora de la actividaddel artesano.
Como Platón, Aristóteles consideraba que los planes yfines intelectuales constituían los principios formadores yrectores de todos los procesos naturales. No obstante, Aris-
tóteles tenía una visión más rica de la causalidad quePlatón, ya que aceptaba también algunas de las doctrinasexpresadas anteriormente acerca de la materia. Según seña-laba Aristóteles, había cuatro tipos fundamentales decausas. En primer lugar, estaba la causa material de lascosas, la materia prima de que estaban hechas las cosas. Ensegundo lugar, estaban las causas formales, los planos, pa-trones o formas impresas en la materia prima. Había, en
tercer lugar, causas eficientes que suministraban los meca-nismos mediante los cuales se realizaban aquellos planes y,en cuarto lugar , estaban las causas finales que eran los fines
para los que se habían planeado las cosas. La arcilla del al·
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farero suministraba la causa material de una vasi ja, cuyodi-seño era la causa formal. Las manos y la rueda del alfareroeran la causa eficiente, y la finalidad a la que se destinabala vasija era la causa final. El propio Aristóteles se intere-saba fundamentalmente por las causas formales y finales.Creía que las causasformales eran inherentes a todos losob- jetos y procesos naturales. Inicialmente se hallaban laten-tes, tornándose manifiestas durante el desarrollo del ob jetoo criatura. Finalmente llegaban a su acabamiento cuandoel ser terminado servía al fin o causa final para el que sehabía planeado.
Tales doctrinas encontraron su expresión más completaen las obras biológicas de Aristóteles. Clasificó unas qui-nientas cuarenta especies animales según la gradación de
sus formas y ha de haber disecado animales de por lo menoscincuenta especiesdiferentes al estudiar sus estructuras ana-tómicas, las cuales eran para Aristóteles la expresión de sus
planes o causas formales. Aristóteles constató algunas corre-laciones entre las estructuras de los animales, como por ejemplo, .: Ningún animal posee a la vez colmillos ycuernos», y «Nunca he visto un animal de dos cuernos conun solocasco».La naturaleza, apuntaba, nada hace en vano,de manera que ningún animal precisaba a la vez cuernos ycolmillos para su protección. Aristóteles observó que los ru-miantes poseían un estómago múltiple, así como que lesfaltaban dientes, y como «la naturaleza da invariablementea una parte lo que quita de otrv, supuso que los rumian-tes poseían estómagos compl~jos para compensar su denti-cion deficiente.
Aristóteles investigó también el desarrollo de formas or-gánicas durante el desarrollo embriológico del pollo y otros
animales, siendo el grado de madurez de un animal en elmomento del nacimiento un criterio importante de su sis-tema clasificatorio. A este respecto, Aústóteles señalaba quelas ballenas, que paren vivos a sus retoños, son más afines
a los mamíferos que a los peces que ponen huevos. Propu-so algunas otras correlaciones buenas por el estilo, como por ejemplo, «Lasbestias de cuatro patas que paren vivos a susretoños tienen pelo, mientras que las bestias de cuatro patasque ponen huevos tienen escamas». Según Aristóteles, elmacho y la hembra contribuían de manera desigual a la pro-ducción de su descendencia, pues la hembra suministrabala materia, la causa material, y el macho el plan o la causaformal. El macho es el carpintero, decía, mientras que lahembra es la madera.
Aristóteles era de la opinión de que diversas especiesani-males formaban una escala continua de criaturas de perfec-ción creciente, desde las plantas hasta el hombre. Habíaonce grados fundamentales de perfección, distinguibles por
criJ;eriosembriológicos. Los animales superiores eran cria-turas calientes y húmedas que parían vivos a sus retoños.Otros eran húmedos sin ser calientes y ponían huevos quese desarrollaban en el interior de las hembras, como ocurrecon el tiburón. Losanimales calientes y secosponían huevos«completos», como los pájaros, mientras que los animalesfríos y térreos, como la rana, ponían huevos «incompletos».De este modo, Aristóteles establecíó un jerarquía de cria-turas, «ordenadas según el grado en que están infectadasde potencialidad». tal y como se expresaba por medio desu madurez en el momento del nacimiento. La criatura su- perior de un grado no presentaba solución de continuidadcon la inferior del grado de arriba, de modo que «su con-tinuidad hace indistinguible el límite que media entreellas».
Aristóteles señalaba que el grado de perfección de unacriatura podía reconocerse a través de su forma estructural,
aunque no quedaba determinada por dicha forma, dadoque la estru.:tura de un organismo estaba regida por sus há- bitos y funcíones. Las plantas. que sólo crecen y se repro-ducen, poseen una menor y más simple diversidad de es-
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uur.ruxasque los animales, los cuales no sólo crccen y se re- pr oducen, sino q ue también se mueven y poseen la facul-t : l< .l de la :;cnsaóón. Según Ar istóteles, los há bitos y f un·ciones d<'.!or#{anismo,y por ende su eSL.r uctur ay su gradode per f ección, estaban regidos por la calidad de su alma oalmas. Las plantas tiencn tan sólo un alma vegetativa r es- ponsable del crecimiento y la reproducción, mientras quelosanimales postian además un alma sensitiva que regía lasf acultades del amomovimiento y la sensación. El hom breno sólo posda un alma vegetativa y oua sensitiva, sino quetenf a además una r :ic;onaJcon sede en el corazón y no enel cer e bro tal y como ha bían creído los filósofos amer tores.
Ar istóteles mar ca un hito en la historia de la cienciagriega por ser el último que formuló un sistema del mundo
en su conjunto, SIendoel pr imero en embarcarse en inves-ti.gaciones empír icas extensas. Los f ilósof os anterioreshabían erigido voluminosos cuer pos teóricos basándose enmagros fundamentos empíricos, tamino que Aristóteleshabía seguido en su trabajo primitivo so bre problemas as-tronómicos. Sus traba jos zoológicos posteriores entrañabanuna buena dosis de o bser vación, siendo este camino el q uefue desarrollado por sus seguidores. Aristóteles había fun-dado el Liceoen oposición a la .Academiade Platón, siendosucedido en él, en el afto 322 a.e., por su discí pulo Teo-frasto, 372-287 a.e. Teofrasto prosiguió la obra biológicade su maestro, describiendo y clasificando numerosas espe-cies de plantas. Muchos de los nombres que dio Teofrastoa las plantas han sobrevivido en la Botánica moderna, nomenos que los términos técnicos que introdujo, como carpo
para fruto y pericarpio para el recipiente seminal. Teofras-to sabía que la reproducción de las plantas super iores era
de naturaleza sexual, si bien este conocimiento se perdióen la última parte de la antigüedad.Enfrentándose a la búsqueda de propósitos y causas f i-
nales en la natur aleza, Teofrasto sostenía que las causas efi-
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cientes eran lo único que interesaba a la ciencia. Sugeríaque los científicos deberían explicar los fenómenos natura-les en términos de los procesos observados en las artes me-cánicas, señalando que «en general hemos de proceder ahacer referencia a las artes, estableciendo analogías entre
procesos naturales y artificiales». De este modo, Teofrastoexplicaba el fenómeno del rayo por analogía con las chispasque se podían obtener con piedras golpeadas, sugiriendoque el color rojo del sol al alba y en el ocaso se debía acausas semejantes a aquellas que daban lugar a las llamasrojas y humeantes producidas al quemar leña verde.
Estratón de Lapsaco fue quien sustituyó a Teofrastocomo director del Liceo del año 287 al 269 a.C. Estratón
parece haber dado un paso más allá de la observación para
realizar experimentos. Pesaba un trozo de madera antes ydespués de calentarlo, hallando que el carbón producidotenía el mismo volumen que la madera aunque poseíamenor peso. Consiguientemente, Estratón sospechaba quealgo de materia había escapado de la madera, dejando pe-queilos poros vacíos. Con otro experimento mostraba quelos recipientes en los que se había hecho parcialmente elvacío absorbían agua, efecto que atribuía al hecho de queel agua llenaba los vacíos existentes entre h..s partículas de
aire. Estratón opinaba que los cuerpos en general consta- ban de partículas diminutas con vacíos entre ellas. De noexistir tales vacíos, argüía, la luz no podría pasar a travésdel agua y del aire, ni el calor podría pasar de un cuerpoa otro.
Se atribuye a Estratón el libro IV de la Meteorología deAristóteles, que constituye la única obra griega que tratade problemas químicos antes de la época de la alquimia ale-
jandrina. La Meteorología contiene la doctrina según la cualtodas las sustancias minerales derivan de dos exhalacionesque emanan del interior de la tierra. Una de ellas era unaexhalación humeante con cualidades calientes y secas,
mientras que la otra era una exhalación vaporosa con cua-lidades frías y húmedas. La interacción de ambas exhala-ciones producía las diversas sustancias minerales, predomi.nando la exhalación humeante en las piedr as no f usi bles,en los pigmentos rojos y en el azufre, y . la exhalación va-
porosa en los metales. .Después de Estratón, Atenas dio muy pocas cosasde 1m· portancia científica. Los centros princi~ales de la cie?ciagriega cambiaron a otrOSlugares, espeClalme~te a AI~Jan-dría. La teoría atómica revivió en Atenas gr aClasa Eplcurode Samos, 342-270 a.e., si bien utilizaba la teoría funda-mentalmente para combatir la religión. El problema de sila luna brillaba con luz propia o con luz reflejada carecíade interés, señalaba, si bien era esencial para subr ayar el ca·
ráctertérreo y no divino de la luna. Frente a ello, los es·toicos, especialmente Zenón y Cleantes de Assos, ~~0.225a.e., hacían hincapié en la doctrina del carácter dIVInOdelos cuerpos celestes, suponiendo que los cielos controlabanel destino del hombre sobre la tierra. Los estoicos abraza-ron la tesis de que el hombre era una copia microcósmicade todo el universo, suponiendo que tanto los mundos me-nores como los mayores estaban sujetos al gobierno de un
poder absoluto. El sol era la potencia rectora del universo
y no el Primum Mobile como creían los arist~télicos, dadoque el sol era el órgano del macrocosmos eqU1v~le~teal c~.razón, el poder rector del microcosmos. Tal OpInlOn,den·vada del antiguo despotismo mesopotánico, poseía consi-derable atractivo en el período de los más recientes impe.ralismos, primero de los griegos y luego de los romanos.
Capítulo 5La ciencia griega en el período alejandrino
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La ciencia griega en el per íodo alejandrino
Tras las conquisras de Alejandro Magno, el centro pr inci- pal'de la ciencia griega pasó de Atenas a Alejandría. Losatenienses se habían tornado o supersticiosos o cínicos,como podemos ver en los estoicos y en los epicur eístas.Habían sido derrotados por los espartanos en el año 404a.e. y de nuevo por Filipo de Macedonia en el 338 a.e., por lo que al perder su primitivo vigor hicieron poco másque conservar sus anteriores logros. El último de sus grandesfilósofos. Aristóteles, había sido un macedonio, v sualumno, Alejandro Magno, continuó las conquistas de su padre. Filipo. En el año 334 a.e., Alejandro pasó a Asia
Menor y , tras derrotar al ejército persa, entró en Egipto.Allí fundó en ei 332 a.C. la ciudad de Alcjandría, que pros·
peró gracias a la desviación del comercio de las ciudad~s fe-nicias de Tir o y Sidón. Al año siguiente, Alejandro salióde Egipto para conquistar Mesopotamia y todo el Asia
cemral hasta el Iodo y el Punjab.En todas ~us cam pañas. Ale jandro llevaba consigo inge.nieros, geógr af os y agrimensores que levantaban planes de
los países conq uistados, señalando sus recursos y recogien-
do una gran cantidad de observaciones sobre historia natu-ral y geografía. Teofrasto hizo uso de las observaciones sobre plantas en sus trabajos botánicos, mientras que otrO discí- pulo de Aristóteles, Dicearco, c. 355-285, utilizó la infor -mación geográfica para confeccionar un mapa del mundoconocido. Diecearco fue el primero que trazó una línea de
latitud a lo largo de· un mapa. que iba desde el estrechode Gibraltar hasta el océano Pacífico, pasando por las cor-dilleras del Tauro v del Himalaya. De este modo, la infor-mación recogida por los ejércitos de Alejandro suministra- ba los medios y quizá el estímulo para que la ciencia griegadejase de ser especulativa haciéndose empírica. cosa queocurrió durante la vida de Aristóteles. Más adelante seña-laremos una reorientación similar de la teoría a la práctica
en la 'ciencia francesa con las conquistas de Napoleón.Cuando los griegos se apoderaron de Mesopotamia, co-nocieron con detalle las matemáticas y la astronomía babi-lonias. En este momento, los griegos adoptaron el sistemanumérico sexagesimal, si bien al utilizar letras para repre-sentar números, perdieron el descubrimiento babilonio delvalor de la posición. Se hicieron también con el álgebra me-sopotámica. En la solución de ecuacionc:s c~adráticas. l~sgriegos usaban claramente métodos babllomos, multlph-
cando la ecuación por el coeficiente del cuadrado en lugar de dividir, como hacemos nosotrOS. En esta época pasótambién a Grecia una nueva oleada de astrología, hallandoexpresión en la filosofía estoica con el Hado impuesto alhombre por las estrellas. Este fue uno de los factores por los que la fisolofía estoica resultaba tan próxima a los ro-manos, dado que éstos ya se hallaban familiarizados con laastrología babilonia y la adivinación por los hígados graciasa los etruscOS, originarios de Asia Menor . También de losBabilonios provino el conocimiento del orden correcto delos cuerpos celestes a partir de la tierra. Los primeros griegoscreían que el sol estaba inmediatamente después de la luna,
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contando a partir de la tierra, viniendo luego los planetas.Losgriegos posteriotes sabían que después de la luna veníaMercurio, luego Venus, el sol, Marte, ]úpiter, Saturno y fi-nalmente las estrellas fijas. Cicerón nos cuenta que el es-toico Diógenes de Babilonia, c. 160 a.e., fue el primeroque enseñó este último orden que había traído de Meso-
potamia. Era también probable que Hiparco, 190.120a.e.,utilizase observaciones babilonias para medir la precesiónde los equinoccios que había sido ya descubiena anterior-mente por el babilonio Ki-Din- Nu (Cidenas), c. 340 a.e..
Tras la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a.e.,su imperio se desmembró, cayendo Egipto bajo el poder de~no de sus generales, Ptolomeo, quien como el propio Ale.Jandro había estudiado con Aristóteles. Ptolomeo contraró
a Estratón, quien más tarde sería director del Liceo, comotutor de su hijo, y fundó el Museo de Alejandría, institutode investigación y de enseñanza que seguía el plan delLiceo, aunque a una escala mucho mayor . El museo teníaun~ ~ómina de al~o así como un centenar de profesoresquereclblan un salano del estado. Estaba dotado de una bi- blioteca de cercade medio millón de rollos y tenía tambiénun zoo, jardines botánicos, observatorio astronómico y salasde disección. El Museo duró unos seiscientos años, aunque
los primeros doscientos fueron los más importantes parala ciencia. A medida que los ptolomeos se fueron imbu-yendo progresivamente de la cultura egipcia, favorecieroncada vez menos a la ciencia, hasta el punto de que Pto-lo~eo IV, 146-147 a.e., llegó al extremo de perseguir lognego en Alejandría. Así, Hiparco de Nicea, a quien setiene por el mayor astrónomo de la antigüedad, vivióy tra. bajó en Rodas durante este período. Otro centro era Pér.gamo, de donde provenía Galeno, donde comenzaron autilizarse las pieles de animales, el pergamino, para escri- bir libros, dado que los Ptolomeos habían prohibido la ex- portación de papiro. Finalmente, aunque no por ello menos
imponante, estaba Siracusa, donde vivía y traba jaba Ar-químedes.
Expresión del nuevo talante empír ico y práctico de laciencia griega fue el surgimiento en Alejandría de un gtupode ingenieros ilustrados. Los anteriores ingenieros griegoshabían alcanzado un alto nivel de pericia técnica, pero nodejaron r egistros escritos. En la época de Pitágoras, el in-geniero Eupalino de Megara consttuyó un acueducto sub-terráneo para Polícrates, el tir ano de Samos, comenzando por los dos extremos y encontrándose en el medio con unerror de sólo medio metro. La construcción geométrica pre·cisa para esta operación fue descrita por vez primera por Herón de Ale jandr ía, c. el año 100 a.e., si bien debe dehaber sido conocida en tiempos de Pitágoras. Dícese que la
escuela ale jandrina de ingenieros habría sido fundada por Ctesibio, fl. 285-222 a.e., el hi jo de un ba.rbero de Ale- jandría. No sobrevivióninguna de sus obras, aunque fuerondescritas por su más joven contempor áneo Filón de Bizan-cio. Se le atribuye la invención de la bomba impelente yla construcción de un órgano de agua y una de psidr a ac-cionada mecánicamente. Ctesi bio y Filón sugir ierop.que lafuerza elástica del aire comprimido o de resortes metálicos podría utilizarse para fabricar catapultas de asedio, sustitu-
yendo a las cuerdas o tiras de cuero r etorcidas que resulta- ban sensibles a la humedad. No obstante, la reconstrucciónde los modelos ha mostrado que estas sugerencias eran im- practicables. Las obras de Filón y Herón, quienes vivieronentr e el año 100 a.e. yel 150 d.e., tratan de tr es temas princi pales, ingeniería militar , instrumentos científicos y juguetes mecánicos. No tocaron el tema de la ingenier ía civilni problemas arresanales con cierta extensión, si exceptua-
mos los relativos a la agrimensura. Los instrumentos descri-tos son la depsidra para marcar el tiempo durante la noche,la dioptra, un precursor del teodolito empleado en agri-mensura y el hodómetro par a medir distancias.
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En esta época hubo algunos griegos que combinaban laingeniería con la ciencia, siendo el más nota ble de ellos Ar·químedes de Siracusa, 287-212 a.e. Arquímedes visitó Ale·
jandría, inventando durante su estancia allí, según secuenta, el tornillo de Arquímedes para elevar agua, que
aún se utiliza en Egi pto, Tiene que haber sido un mecáni-co de considera bie habilidad, pues según Cicerón constru-yó un planetario. es decir, un modelo de sol, la luna, latierra y los planetas, que reproducía los movimientos apa-rentes de los cuerpos celestes con algún detalle, mostrandoincluso los eclipses. Arquímedes desarrolló la ballestilla
para uso astronómico y construyó un aparato para medir elángulo subtendido por el sol en la tierra. Dicho instrumen-to constaba de un disco que se deslizaba por una regla con
la que formaba ángulo recto. Al amanecer, cuando se puede mirar al sol directamente, movía el disco a lo largode la regla hasta que cubriera exactamente el círculo solar momento en que la relación entre el diámetro del disco;su distancia al oj o por la regla daba el ángulo subtendido por el sol. El descu brimiento de Arquímides del principiode flotación y las densidades relativas es otro indicio de lanaturaleza práctica de sus investigaciones. Según la tradi-ción, descubrió que la corona del rey Hierón desplazabamás agua que un peso igual de oro, lo que mostraba queel platero había falsificado la corona mediante un metal demenor densidad. Hasta la época de Arquímedes, los griegoshabían considerado que el peso de un cuerpo era propor-cional a su volumen. Mostró que no era así, siendo algunoscuerpos más densos que otros.
En sus obras, Arquímedes presentaba el conocimientocientífico como un sistema deductivo de teoremas deriva-
dos de proposiciones evidentes por sí mismas, al modo dela geometría de Euclides. Con todo, es muy posible que ob·tuviese antes sus resultados experimentalmente, deducién-dolos luego de axiomaspostulados, pues en su obra Del mé-
todo nos cuenta que realizaba experimentos mentales en lainvestigación de áreas y volúmenes. Medía las áreas de lasfiguras planas pesando im~ginariamen,t~ sus for~as re.cor-tadas sobre un material umforme, haClendoseasl una ideade sus relaciones, las cuales procedía en~oncesa demostrar matemáticamente. En geometría desarrolló un método dededucir 1 1 ' la razón entre la circunferencia de un círculo ysu diámet~o. La razón entre el perímetro de un polígonoregular y la distancia del centro a un vérti~eer~ fácil ~e ave-riguar, y considerando a tales polígonos lOscntOS,Y cucuns·critos en un círculo dado, mostraba que 1 1 ' se podla obtener con cualquier grado de precisión deseado.
Euclides de Atenas, c. 330-260 a.e., el más conocido delos matemáticos de la antigúedad, sistematizó la geometría
en la propia Alejandría. Muy po~o.de su~ E~ementos. deGeometría parece haber sido onglOal, Si bien Euclldesreunió de fuentes muy dispersas proposiciones Ydemostra-ciones, presentándolas de manera ordenada en un libro detexto. Por otrOlado, el primero de los astrónomos notablesde Alejandría, Aristarco de Samos" c. 310-230 a.C.,. ~ro.dujo lo que tal vez sea la hipótesis científica más O~lglOaldel período alejandcino. Según Arquímede~, soste~~aquela tierra rotaba diariamente en torno a su eJe, movlendose
en torno al sol por una órbita circular .una .vez al añ.~,ha·lIándose el sol Ylas estrellas f ijas e~taclOnanasYmOViendo·se los planetas por órbitas circulares con el.sol en el centro. No se han conservado las obras en que Anstarco expone suteoría, si es que las compuso, por más q ue, par ("zcahaber sido bien conocida en la época, pues, segun Plutarc:o, el jefe de la escuela estoita de f ilosofía, Cle"ntes. dijo queAristarcodebería haber sido per seguido por lff i pledad. Nos
ha llegado la obra de Ar i~tarcotitulada De I~J t ( J~afjOS ydiJtancias del .1'01 y la ¡una que contiene el pnroer intentocientífico de medir las disl:mcias relativas del sol y la lunaa la tierra. Aristarco supuso que cuando se veía la media
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l~na, el sol, la .luna y la tierra formaban un triángulo rec-t~ngulo, ,a partIr del cual se podían determinar las distan-CIas r elatIvas del so l y la luna midiendo la separación an-g~lar del sol y la luna respecto a la tierra. Su medición dedIcho ángulo arrojaba un valor de ochenta y siete grados,
de donde calcula ba que el so l se hallaba diecinueve vecesmás le jos de la tierra que la luna, si bien de hecho ese án-g~lo es,mayor, y por tanto también 1 0 es la razón entre lasdIstanCIas del so l y la luna a la tierra. Dado que por regla
general la l~na cubre exactamente al s ol durante lo s eclipsess?lares, Anstarco suponía que el diámetro del so l era diJ:-
cIn,ueve veces mayor que el de la luna. Partiendo de losecltpses de luna, estimaba que la anchura de la sombraterr~stre, y por tanto el diámetro apr oximado de la tierra
era Igua!, a tres diámetros lunares. Por consiguiente argüí~que e l dIametro del so l tenía que ser seis o siete veces mayor que el de la tierra,
Para obtener una estimación de las dimensiones absolu.tas del , so l y la l~na, así como de las distancias a la tierra,se ~r:ClSa ba medu .el tamaño de la tierra. Tal medición larealIzo p~r ~ez pnmera Eratóstenes de Cirene, 284-192a.~., el bIbh~tecario jefe del Museo de Alejandría. Cons-tato, que en ~Ie?a [Asuán J el sol estaba exactamente en la
ve:tIcal el veIntIcuatro de junio, mientras que en Alejan-dfla los rayos del so l se apartaban siete grados de la verti-
cal, valor estimado a partir de la longitud de la som bra pro-
yectada por una vara de altura conocida~ Er atóstenes esti-~aba que Alejandría se hallaba 5.000 estadios al norte deSlena, de manera que la circunferencia de la tierra era de250.000 estadios. Las estimaciones del estadio varían p
1 1 d ' , eroca cu an o a seIS estadios y cuarto por kilómetro, su diá-
met~o polar para la tierra es tan sólo ochenta kilómetros ymedIO menor qué nuestr o valor actual.
Erat~s~enes desarr~ll~ también,el estudio de la geografíamatematIca y astronomlca. ReunIó lo s trabajos de sus pre-
decesores que habían desarrollado la idea de que la tierraera un globo con dos polos y un ecuador, y levantó un mapade la tierra conocida con líneas de latitud y longitud, se- parando cinco zonas, dos frías, dos templadas y una tórrida.Como meridiano de longitud fundamental eligió el de
Siena y Alejandría que, según creía, pasaba por Bizancio.Como par alelo de latitud fundamental tomó la línea de los36° que pasa por el estrecho de Gibraltar y la isla de Rodas.Er atóstenes pensaba que la tierra se extendía 78.000 esta-dios a lo largo de este paralelo, del Atlántico al Pacíf ico,siendo el resto mar . Según Estrabón, Eratóstenes pensabaque «si no fuera por la vasta extensión del océano, sería po-si ble navegar de España a la India siguiendo el mismo pa-r alelo», dado que las mareas eran similares en el océano At-
lántico y en el Indico, lo que mostraba que se hallabanconectados.
El sistema hdiocéntr ico sugerido por Aristarco era un in-tento de superar las dificultades inherentes al sistema deEudoxo que mencionábamos más ar r iba. Las opiniones deAr istar co no se aceptaron porque los griegos en gener al en-contraban difícil desembarazarse de la idea de que la tierra
y los cielos eran totalmente diferentes por lo que r especta
tanto a su constitución material como a las leyes que obe-decen, Tal doctr ina entraña la opinión de que la tier ra in-ferior se hallaba en r eposo en el centro del universo,mientras que los más perfectos cuerpos celestes s~ movíanuniformemente en círculos por las más puras reglOnes su- per iores. Todos los intentos llevados a c~b~ p~r los grieg~s posteriores a Ar istarco para superar las hmItaCIOnes d~l S15-
tema de Eudoxo mantuvieron esta opinión. ApoloOlo dePerga, c. 220 a.e., sugirió una construcción geométr~ca m~-
diante la cual se podía explicar la variación de la distanCiaentr e los planetas y la tierra. Señalaba que, si un planetase movía por un círculo, el epicic1o, cuyo centro se movía por otro círculo, el deferente, con centro en la tierra, en-
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tonces la distancia del planeta habría de variar, con lo queeligiendo adecuadamente los círculos, se podría explicar cuantitativamente los movimientos del planeta. Otro expe-diente consistía en sugerir que los cuerpos celestes semovían en círculos excéntricos respecto a la tierra, hallán-dose los centros de sus órbitas a cierta distancia del centrode la tierra.
El astrónomo Hiparco de Nicea, 190-120 a.c., que vivió y trabajó en Rodas, empleaba ambos expedientes, los epi-ciclos y las excéntricas. Explicaba los movimientos aparen-tes del sol mediante una órbita excéntrica circular fija,mientras que los movimientos de la luna se explicaban me-diante una órbita excéntrica móvil. Los movimientos de los planetas se explicaban por medio de un sistema de epici-
clos. La mayor contribución de Hiparco reside en el campode la astronomía de observación. Recogió y compulsó losdatos recogidos por los observadores griegos anteriores a él,no menos que los de los babiJonios, cuyos fiables registrosse retrotraían hasta el siglo séptimo antes de Cristo. Al ha·cedo, descubrió que el año trópico; el tiempo que empleael sol para volver al mismo punto equinoccial, era un pocomás corto que el año sideral, el tiempo que emplea el sol para volver a la misma posición entre las estrellas fijas. Con-sideró que la diferencia, conocida como la precesión de losequinoccios, equivalía a unos treinta y seis segundos de arco por año, siendo el valor actual de unos cincuenta segun-dos. Hiparco se dio cuenta de que para realizar observacio·nes de este tipo los astrónomos futuros iban a necesitar uncatálogo de las posiciones estelares. Consiguientemente, de-terminó las posiciones de unas 1.080 estrellas, clasificándo-las en seis magnitudes de brillo. Asimismo, Hiparco con-
tinuó el trabajo de Aristarco sobre la determinación de lostamaños y distancias del sol y la luna. Al observar la alti-tud de la luna en dos latitudes diferentes, descubrió quela luna se hallaba a unos treinta y seis diámetros terrestres,
E l si J t ema del mundo anstot élico-pt olemaico. vigente durante la Edad Med ia.
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lo que resulta un poco grande, si bien constituye una con-siderable mejora respecto al valor de nueve diámetrosterrestres obtenido por Aristarco a partir del ángulo sub-tendido por la luna para un observador terrestre.
Posidonio de Apamea, jl. c. el año 100 a.e., y su discí- pulo Gémino de Rodas, jl. c. 70 a.e., continuaron el tra- bajo de Hiparco. Posidonio llevó a cabo una nueva deter-minación del tamaño de la tierra !pidiendo la distancia yla difer encia de latitud entr e Rodas y Alejandría. El valor que obtuvo, 180.000 estadios, era menor que el de Eratós-tenes, siendo adoptado por Ptolomeo, el último astrónomonotable de la antigüedad, pasando a ser el valor general-mente aceptado. Claudio Ptolomeo, 85-165 d.e., realizóobservacionesen Alejandría entre los años 127 y 151 d.e.
Se dice que sus obser vaciones eran menos exactas que la!de Hiparco, presentando un error de más o menos un cuar tcde grado, mientras que las de Hiparco tenían una preciosión de un sexto de grado. Sin embargo su estimación dela distancia media de la luna a la tierra (29,5 diámetrosterrestres) se hallaba más próxima al valor moderno (30,2)que la de Hiparco. Ptolomeo adoptó y desarrolló el sistemade excéntrica y epiciclos utilizado por Hiparco para expli-car los movimientos aparentes de los cielos. El número demovimientos periódicos conocidos en este momento eragrande, precisándose un sistema de unos ochenta círculos para explicados. El propio Ptolomeo realizó un descubri-miento que mostraba que el sistema no podía tener reali-dad física, y parece que él mismo puede haber consideradoel esquema como una conveniencia matemática. Halló unasegunda desigualdad en el movimiento de la luna que ex- plicó añadiendo un epiciclo a la órbita lunar . El epiciclo lle-
vaba a la luna a distancias respecto a la tierra que estabanen proporción 1/2, lo que habría que producir cambios enel área aparente de la luna en la proporción 1/4, cosa queno se observaba.
Ptolomeo produ jo asImIsmo la última obr a geográf icaimportante de la antigüedad. Hiparco ha bía sugerido quelas latitudes y longitudes de diversas ciudades y puntos cos-teros impor tantes deber ían deter minarse y reunir se paraconfeccionar mapas. Este proyecto fue realizado en parte por Marino de Tiro, c. 150 d.e., cuya obra retornó y com- pletó Ptolomeo. Seis de los ocho libros que componen laobra geográfica de Ptolomeo constan de listas de posicio-nes de lugares tanto en latitud como en longitud. Sin em· bargo, parece que la mayor parte de sus posiciones eran dis-tancias desde el meridiano y paralelo pr inci pales, reducidasa grados, pues ninguna de sus longitudes se determinó as-tronómicamente, habiéndolo sido tan sólo unas pocas desus latitudes. Ptolomeo adoptó el valor menor de la circun-
ferencia de la tier ra determinado por Posidonio, de mane-ra que todas sus distancias hacia tier r a expresadas en gradosresultaron exageradas, dado que tomó quinientos estadios
por grado en lugar de seiscientos. Así, la distancia oceánicade Europa a Asia a través del Atlántico parecía ser .!]luchomenor que la estimación de Er atóstenes, siendo f inalmentela que llevó a Colón a tratar de llegara Asia por el Oeste.Ptolomeo conocía muchas más cosas acerca del mundo quesus predecesores. El mapa de Eratóstenes se extendía hastael Ganges, mientras que Ptolomeo conocía la península Ma-laya y las tierras de la seda o China.
Los avatares de las ciencias biológicas en Alejandría seasemejan a los de las ciencias f ísicas y matemáticas. En elsiglo tercero a.e. se produjo una explosión de actividad enel campo médico y biológico, ba jo el gobierno de los pri-meros Ptolomeos, dándose una segunda explosión en elsiglo segundo de nuestra era, ba jo los romanos. La biología
floreció entre tanto por todas partes. El primer maestro mé-dico de Alejandría fue Her ófilo de Calcedonia, jl. c. el año300 a.e., el primero que realizó disecciones anatómicas en
público. -Reconocíaque el cer ebro era la sede de la inteli-
sobre todo en Asia Menor continental Crate as 120 63
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gencia, que Aristóteles había puesto en el corazón, conec-tando los nervios con lasfunciones del movimiento y la sen-sación. Herófilo fue el primero que distinguió entre venasy arterias, dándose cuenta de que las últimas latían, cosaque no ~~urre con las primeras. Su más joven contemporá-
neo, Enslstrato de Quíos, /l. 300-260 a.e., trazó el cursode las venas y las arterias y sus subdivisiones por todo elc~erpo ?umano, hasta los límites perceptibles a simplevIsta. HIZOotro tanto con el sistema nervioso que centróen el cerebro, conectando la complejidad de las circunvo-luci~nes cerebrales humanas con su inteligencia superior.Eraslstrato, al igual que su maestro Estratón del Liceo erauna especie de exper imentalista. Pesó un pájaro en su ;'aulay observó que perdía peso continuamente entre comidas.
T~mbién se interesaba en los problemas pneumáticos estu-dIad?; por su.maestro, confir iendo gran importancia a lafunClcn del aIre en su fisiología. Estratón había mostradode qué manera un vacío parcial ejerce una atraccion sobrelos líquid~s y, a la inve~sa,cómo los líquidos pueden ejercer una tr~cCl.onsobre :1 alre. Erasístrato pensaba que por este
procedl~lento el alre era atraído hacia el cuerpo merced ala tra~clOnde la sangre al descender por el cuerpo, siendoexpehdo.cuando subía de nuevo. Normalmente, pensaba,las artenas están llenas de; aire, o más bien de aire trans-form~do en espíritu vital, ya que había encontrado que lasartenas se hallaban vacías en los .animales muertos. Soste-nía que, en los animales vivos, cuando se corta una arteriael air e se esca pa seguido por la sangre. Una vez que el air;entraba en el cuerpo, pasaba por los pulmones al corazón,d?n~e s~transformaba en espíritu vital. El espíritu vital eradIstr i bUIdo por las arterias a todo el cuerpo, llegando una
pequeña porción al cer ebro, donde se transformaba en es- pír itu animal que era distribuido por los nervios.~a escuela de ~l~jandría decayó en el siglo segundo a.e.
teOlendo la medICIna que encontrar cobi jo en otra parte,
sobre todo en Asia Menor continental. Cratevas, 120-63a.e., médico del rey del Ponto recolectó y describió plantasútiles en medicina, siendo el primero que hizo ilustracio-nes de las plantas que recogía y clasificaba. Hacia la mismaépoca, Apolonio de Cirio, c. 100 a.e., hizo esquemas deoperaciones quirúrgicas y métodos de vendaje. Másadelan-
te, Dioscórides de Anazarba, c. el año SO d.e., un ciru ja-no militar del ejército del emperador Ner ón, escri bió su Ma-
teria médica , una obra sobre drogas y las plantas de las quese obtenían, ilustrada al estilo de Cratevas.
El último de los autores célebres de medicina de la an-tigüedad fue Galeno, 129-199 d. e., hijo de un arquitectode Pérgamo. En Pérgamo se había construido una gr an bi- blioteca de manuscritos de pergamino, por lo que se había
convertido en un importante centro de estudio. Galeno es-tudió allí medicina, visitando luego Alejandría y otroscentros médicos. Finalmente se estableció en Roma, dondellegó a ser médico de los emperadores Marco Aurelio y L.Vero. Galeno hizo diseccionese investigaciones con anima-les vivos y muertos, si bien no pr acticó disecciones concuerpos humanos. Mostró que Erasístrato esta ba equivoca-do por lo que respecta al fluido arterial, ligando la secciónde una arteria de un animal vivo a fin de aislar su conte-
nido y abriéndola después de nuevo para mostrar que con-tenía sangre y no aire. Los estudios anatómicos de Galenose basaban en la disección del mono de Berbería, similar al hombre, aunque lo bastante distinto como para causar confusión en estudiosos posteriores. Su sistema fisiológico
para el hombre se basaba fundamentalmente en el propues-to anteriormente por Erisístrato, si bien incorporó la doc-trina hipocrática de los cuatro humores y las opiniones ar is-
totélicas sobre la naturaleza humana.Aristóteles había dividido las criaturas ter restres en trestipos, los vegetales que presentaban crecimiento merced aun alma vegetativa, los animales que se movían por sí
i i d d l i i l h b
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mismos en vinud de un alma sensitiva, y el hombre quemostraba inteligencia gracias a un alma racional. El hombre poseía las tres almas, los animales las dos primeras y las plantas sólo la vegetativa. Galeno sugirió que las sedes deestos tres niveles de actividad vital se situaban en determi-nados órganos internos, hallándose conectados con unafuente común de vitalidad, el pneuma o espíritu del aire.Los estoicos, la escuela filosófica predominante en la época,afirmaba que el aire era el aliento y el alma del universo,el macrocosmos, y que servía para mantener la vida delhombre, el microcosmos. Por tanto la respiración era lafunción que ponía en conexión al hombre con el espíritucósmico, renovando sus actividades vitales mediante la in-halación de la parte espirituosa del aire, el pneuma, que
en sí mismo era medio aire medio fuego.Galeno puso las sedes de las tres actividades vitales delhombre en los sistemas digestivo, respirator io y nervioso.Sostenía que la parte útil de la comida ingerida se traas-
ponaba en forma de «quilo» desde el traeto intestinal, pa-sando por la vena porta, hasta el hígado, donde se trans-
formaba en sangre venosa oscura. Las panes de desecho dela comida pasaban al bazo, donde se transformaban en bilisnegra. El hígado era la sede de la vida vegetariva, siendo
allí donde se preparaba e infundía en la sangre venosa elespíritu natural que controlaba la alimentación y el creci-miento del cuerpo. Desde el hígado, la sangre venosa eratransportada por su motor , el espír itu natural, a la cavidadderecha del corazón en virtud de un movimiento en granmedida de una sola dirección. Galeno era consciente deque las válvulas del corazón permitían la entrada de lasangre venosa a la cámara derecha, pero no la dejaban sa-lir, mientras que permitían salir a la sangre de la cámar a
izquierda a las arterias, pero no al revés. Con todo, estima- ba que las válvulas del corazón eran imperfectas, de mo-do que se daba un pequeño flujo hacia atrás de la sangre
venosa desde la cámara derecha a las venas y de la sangre tes estudiados por Galeno. Desde un punto de vista in
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ar ter ial desde las ar ter ias a la cámara izquierda. No obs-tante, en contr a de la interpretación tradicional de sus escri-tos, Galeno nunca sostuvo que hubiese un flu jo y reflujoen gr an escala de la sangr e en las arterias y las venas.A parte de la pequeña cantidad q ue retrocedía a las venas,
la sangre de la cámara derecha del corazón pasaba o biena través de la pared divisoria del corazón, el septum, a lacámar a izquier da, o bien pasaba a los pulmones a través dela ar ter ia pulmonar . En la cámara izquierda del corazón elhollín y los pr oductos de desecho de la sangre venosa se
separaban, descargándose en los pulmones a través de lavena pulmonar . Siguiendo el mismo camino, se traía el airedesde los pulmones hasta la cámara izquierda, donde el
pneuma del aire se separaba e infundía en la sangre como
espír itu vital. La sangre ar terial de un rojo brillante, pre- parada de este modo, era arrastrada luego por su motor, elespír itu vital, a las arterias y, a través de ellas, a todas las
partes del cuerpo que quedaban así dispuestas para sus ac·tividades animales. Algunas de las arter ias llevaban a unared de vasos de la base dei cerebro, la r ete mirabile, dondeel espíritu vital se transformaba en espír itu animal (deanima , alma). El es píritu animal se distribuía luego por los
ner vios q ue se tenían por tubos huecos, confiriendo sensi· bilidad a las diversas partes del cuer po.Técnicamente, el sistema de Galeno era erróneo en di·
ver sos aspectos. Sostenía que el corazón era el causante dela r espir ación, dado que el aire entr aba en el cuerpo cuandoel cor azón se expandía y resultaba expelido cuando secontraía, yeso por más que el latido del corazón sea muchomás rápido q ue el ritmo respiratorio. La pared que divideel corazón es un músculo sólido que no permite el paso de
la sangre, tal y como señaló su crítico del siglo dieciséis, An·dr eas Vesalio. Por otra parte, la rete mirabile no se encuen·tra en el hom br e, si bien resultaba notable en los r umian-
lectual, Galeno se plegaba al pr ejuicio gr iego dominar de que los movimientos terrestres eran r ectilíneos, sienel movimiento circular una prerrogativa de los cuerposlestes. SClmejante idea obstaculizó la teoría de la circulacide la sangre., no menos que la idea de que había dos tiI
distintos de sangre, cada uno de ellos con su función dtinta propia, con su motor propio y con su particular Sima de distribución.
Las teor ías de Galeno fueron muy influyentes y domir ron la medicina hasta los tiempos moder enos, conser vándse una parte de sus obras mayor que de las de ningún 01
autor antiguo. Nos han llegado ochenta y tres de sus cieto treinta y una obras médicas. Sus escr itos eran populres en parte debido a que se consideraba que r esultab:
útiles, más útiles que, digamos, las obras contemporánede astronomía y geografía de Ptolomeo, y en parte porqlse hallaban impregnados de un acusado sentimiento relgioso que los hacían más aceptables a los estudiosos islárr cos y de la Iglesia medieval. Como Platón y Aristóteles, Gleno estaba muy preocupado por los fines cósmicos. a 1que estaban orientados los objetos y los organismos, pmás que, de acuerdo con el espír itu de la época, su re;
gión fuese más mística y menos intelectual que la de 1atenienses.
Capítulo 6 , . 'Roma y la decadencia de la CienCia antigua 106 43 b ó l á i i d
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R oma y la decadencia de la CienCia antigua
.. los ri os los r omanos accedier on a la civi·
~~a~~~ d1~eectam;nt~ de~de la barbarie duranl~ .la eda1e ~:hierro Sin embargo, no abandonaron las tr~ ICIonesedad de bronce tan plenamente co:n0 los gne~os. Cuan~o
los romanos expulsaron a los tarqulOos deneld~~O S~~ a~~,
1, astr ológicos y e a IvlOaCIon .
doptaron os sIstemas 'd .
~iante los hígados que los et~scos ha bía pn tral 0
1 c~:slf o~d ri en en ASla Menor, or otr O a ,de sus lugares e o g " 1 '" de ciudades-es-
no desarrollaron una ClVIlzaClOn:~~:~~:teras como los griegos. Roma constituía
l una c~;r:~-
nidad guerrero-agrícola al ~odo de ESPar t~, e ~~n Rom~telectual de los estados gnegos. Los sena or es rcian
, n prohibido el comercio, mientras que s~s come -~:~~: sometían a los valores de la sociedad, asp1f and~ a ~on-
vertirse en propietarios de tierras de cultivo. Por Co~slgUlen-
, b d d la perspeetlva cuan-te, los romanos careClan so re to o . ~ 1 que los hizotitativa y espacial del mercader y vlaJe:o: o ez ue
oco duchos en las ciencias matematicas. Una v, ~muy p 1 ó su plena madur ez, CIceron,la civilización romana a canz
106~43 a.c.. observó q ue los «matemáticos gr iegos desta-can en el ter reno de la geometría pura, mientras que no-sotros nos limitamos a contar y medir:..
Los romanos no contr i buyeron en gr an cosa a la ciencia;su contribución se hace en otra área, en el dominio de laorganización, como la formación de un servicio médico pú- blico, la construcción de carreteras y acueductos, la intro-ducción del calendario juliano y la promulgación del dere-cho romano que regulaba sus organizaciones. Desde muy pronto, los romanos estuvieron en contacto con los griegosde Sicilia y del sur de Italia, y dado que sojuzgar on las di-nastías que habían surgido del imperio de Ale jandro Magnoen el siglo segundo antes de Cristo, se dieron cada vez máscuenta de la super ior idad de la cultura griega. Algunos de
ellos, como Catón el Censor , 234-149 a.c., y Varrón,117·27 a,C., r ~accionaron en contra del saber griego; perola mayoría de los romanos trataron de asimilar el saber delos griegos, sobre todo en el siglo primero antes de Cristo.Catón el Censor escribió una obra de medicina y agricul-tura para mostrar que los romanos eran super iores a losgriegos. Su medicina consistía en su mayor parte en fórmu-las mágicas y hierbas medicinales. Pensaba que Roma «dis-frutaba de buena salud sin necesidad de médicos~. Varrón
trató de hacer los propio en un campo más amplio que seocupaba de las nueve «artes liberales~, la gramática, la dia·léctica, la retórica, la geometría, la aritmética. la astrono-mía, la música, la medicina y la arquitectura. Las dos últi-mas fueron eliminadas por Casiodoro. 490-585 d.C., de-
jando las siete artes liberales estudiadas durante la EdadMedia.
A lo largo ,del proceso de asimilación, la filosofía estoica
de los griegos alcanzó una gran importancia entre los ro-
manos, ya que presentaba las creencias tradicionales quehabían heredado de los etruscos, aunque en forma más 50-fisticada. La escuela opuesta de Epicuro halló un notable ex-
ponente en Lucrecio, c. 95-55 a.c., si bien su filosofía not b f i t R C E i
do las matemáticas y las mediciones. La geografía lati
posterior m estra na notable decadencia Isidoro de Se
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representab~ una fuerza imponante en Roma. Como Epi-curo,. L~~reClo conservó el contenido, no así el espíritu, dela pnmIt1va filosofía atomista sin añadir nada nuevo. Uti-liza. ban la ~l?sofía atomista fundamentalmente para com- baur la rehglón y no para aumentar la comprensión y el
control humano sobre la naturaleza.Los romanos no lograron asimilar el grado limitado de
~nidad ~~e los grie~os ~abían logrado entre teoría y expe-nmentaclOn e~ l~ cIen~la. Así, por ejemplo, nunca arraigÓen Roma la praet1ca gnega de la disección en la enseñanzade la medicina. Adoptaron el contenido de la ciencia griega
pero no su método, por lo que sus obras tendían a ser ofundamentalmente filosóficas, como la de Lucrecio, De lanatu~alez~ de las cosas, o en gran medida empíricas, como
la H1Itona Natural de Plinio. Esta obra de Plinio el Viejo,~3-79 d.C., era una vasta compilación en treinta y sietehbros de hechos y observaciones derivadas de unas dos milobras. anteriores, escritas por ciento cuarenta y seis autoresde ongen romano y por trescientos veintiséis griegos. Eramuy poco crítico con sus fuentes, recogiendo cuanto habíaleí~o, .dand~ c~bida ,al u.nicornio y al fénix junto al león yal aguda. Phmo haCIa hmcapié en la utilidad de las cosas
que describía, siendo la actitud general que impregnaba su~bra la de que la naturaleza existía para atender a las nece-SIdades del hombre. No obstante, no sólo recogía las cosasque había leído, sino también las que él mismo había ob-servado; de hecho pereció cuando observaba de cerca unaerupción del Vesubio.
Los romanos no absorvieron todos los contenidos de laciencia griega, pues las matemáticas en concreto les atraíanmuy poco. Los romanos no tuvieron matemáticos o astró-
nomos notables, presentando tan sólo un geógrafo impor-tante, Pompeyo Mela, c. 43 d.C., quien se entregó a losaspectos cualitativos de la geografía de Eratóstenes, evitan-
posterior muestra una notable decadencia. Isidoro de SeHa, 570-636 d.C. representaba el mundo conocido comun círculo dividido por una T, de manera que Asia qued:se representada mediante un semicírculo y Europa y As por dos cuadrantes con el mar entre medias y todalrededor.
Los romanos asimilaron con más fonuna la medicina, t:vez por razones de orden práctico. El primer maestro ntable fue el griego Asclepíades de Bitinia, mueno c.a. c., que estableció una escuela de medicina en Roma. Unde sus discípulos, Celso, escribió una obra imponante, D
la. medicina, en torno al año 30 d. c., un tratado que cOtituía una buena compilación de fuentes griegas. La enseñanza de la medicina se extendió en época de Vespasiane
70-9 d.C., con la enseñanza orientada a los cirujanos miltares. Los profesores de medicina eran pagados por el est:dQ, estableciéndose centros médicos en las provincias. Pela é poca de las invasiones bárb:¡,ras, la medicina romana prcsentaba una notable decadencia. Fue entonces, escribía Vsalio en 1543,
«cuando los doctores más de moda, pr imero en Itali:a imitación de los antiguos romanos, despreciando l.labores manuales, empezaron a delegar en esclavosl.
atenciones prácticas que consideraban adecuadas a s\ pacientes, limitándose simplemente a estar sobre ellcomo arquitectos. Luego, cuando todos los demás ql
practicaban el verdadero arte de curar abandonaron pr gresivamente los desagradables deberes de su profesiósin rebajar por ello ninguna de sus pretensiones monl
_ tarias u honoríficas, rápidamente se quedaron por di bajo del nivel de los antiguos doctores. Dejaron a l.enfermeros los métodos de cocinar y todo lo concerniel
te a la preparación de la alimentación del enfermo; di jaron en manos' de los boticarios la composición de 1drogas, y en las de los barberos las operaciones m:nualesJO.
procesos naturales. Por tanto, no result~ sorprendente ~n·t l ú i b t b tl
Cuando los griegos fueron conquistados por los romanos,t di t í i li i t l h bí
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«En general». escribía Gémino. cno es problema del as-trónomo ver qué es inmóvil por naturaleza ni de quéti po son las cosas móviles. sino que. tramando hipóte-sis acerca de que algunas cosas están en movimiento y
otras fijas. considera qué hipótesis se hallan en confor-midad con los fenómenos celestes.»
contrar que la única obra puramente gnega sobre cuestlo·
nes químicas que ha sobrevivi?o sea ~l ~bro VI de l~ M eteorología del corpus aristotél1co, arnbUldo a ~straton, ~que, según autores gr iegos ~osteriore:, ~l atomlsta Democrito haya escrito sobre cuestlones qUlmlcas.
Al parecer. en épocas remotas los procesos artesanales. SI
hallaban asociados a rituales mágicos considerados esenClales para el éxito de las operaciones al caso. Los. alfarero
griegos colocaban máscaras sobre sus hornos a,fin de e~pantar a los demonios que se pensaba que romplan las plez~La producción de metales en concreto. es~aba conectada COI
procesos cuasi.orgánicos, como el n~~lmlento o la m~~rteresurrección. Ya hemos hecho aluslOn a un texto asmo dhacia el año 700 a.c. que asociaba la producción de met~
les con una especie de ritual del nacimiento. En un mit persa fechado hacia el año 500 a.~., el nacimiento de lemetales se consideraba consecuenCla de la muerte de un S(
divino primigenio. Cuando ese ser fue muerto, de su cabf za brotó plomo, de su sangre estaño. de su médula plat~de sus huesos cobre, de la carne acero y del. alma or<
Parece ser que los elementos mágicos y práCtIcos de lo procesos químicos ,se separaron gradualmente, dado qudurante los primeros siglos de nuestra era encontramos eEgipto recetas químicas purame~te. práctic~ al lado de 1
magia y los misterios de la alqUlmla. La pnmera obr~ alquímica. la del pseudo.Dem~crito. c ,, 1.00 d.C., ~onuenrecetas prácticas y especulaclOnes mlsu~as. en dlfer~nt( partes del mismo tratado. Las obras qUlmICas post.enontornáronse completamente prácticas, como los ~aplros dLeiden y de Estocolmo, compilados durante el Siglo te~cro, o en gran medida alquímicas, como las o?ras de, Z ?S
mo que datan del mismo período. Lo~ pa~l;os praCtlc(contienen recetas técnicas para la falslficaclOn de oro plata. así como para la preparación de piedras preciosas a
tendieron a tornarse o cínicos o religiosos, tal y como habíanhecho los atenienses al ser subyugados por Esparta y, mástarde. por Filipo de Macedonia. Ambas tendencias se refle·
jaron en la ciencia de los griegos, si bien la tendencia reli·giosa terminó imponiéndose. En el dominio de la astrono-
mía, Gémino de Rodas, c. 70 a.c., expresó la opinión untanto escéptica de que un sistema astronómico del mundoconstituía una convención matemática más bien que una re· presentación de la realidad física. Sugería que los astróno·mas no se ocupaban de problemas físicos, sino tan sólo desalvar los fenómenos matemáticamente. En la época, talopinión entrañaba, por supuesto, la aceptación tácita delaxioma físico según el cual el movimiento de los cuerposcelestes era circular y uniforme, axioma que se basaba en
la idea de que la materia de los cielos era superior a los ele-mentos terrestres.
Más adelante, la astronomía habría de adornarse con ro- pajes teológicos. pero el impacto más inmediato de la reli-gión sobre la ciencia se dio en el campo de la química conel surgimiento de los alquimistas alejandrinos, en torno alsiglo segundo d.C. Los griegos anteriores no habían pres-tado demasiada atención 2. la química, tal vez debido a queel tema se ¡'~laba asociado con las artes que la mayoría delos filósofos griegos consideraban degradantes. Fueron no-
tables excepciones los primitivos filósofos jonios y los pos-teriores seguidores de Aristóteles, como Teofrasto y Estra-tón, que recurrían a analogías anesanales para explicar los
tificiales y tintes. El oro y la plata se simulaban mediantealeaciones de Otros metales así como dorando la superfi
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aleaciones de Otros metales, así como dorando la superfi.
cie del metal bajo, o también adulterando los metalesnobles y eliminando luego el metal bajo de la capa super-ficial mediante corrosivos. En los tratados técnicos estos productos se consideraban imitaciones, mientras que en las
obras alquímicas se consideraban plata u oro reales.En la época de los primeros alquimistas, el estoicismo erala filosofía dominante, si bien las doctrinas de Platón re-surgieron en el seno de la escuela estoica, alcanzando la ma-
durez con el sistema neoplatónico de Plotino, 204-270 d.C.Los estoicos creían entre otras cosas que los diversos objetosde la naturaleza estaban vivos y en desarrollo. Toda enti-dad procedía de una semilla que contenía desde el princi- pio la forma o plan que determinaba las características del
objeto maduro. Dicha forma o plan era un alma o espír ~tuque se ponía en actividad y recibía sustento gracias al espí-ritu universal de la naturaleza, el pneuma. Como hemosvisto, Platón creía en la transmigración de las almas,creencia que en el contexto de la filosofía estoica y las re·ligiones de la época implicaba que la forma o las caracte-rísticas de un objeto podían transferirse a otro mediante un proceso de muerte y resurrección.
Siguiendo este tipo de orientación, los alquimistas creíanque los metales eran organismos vivos que progresaban graodualmente hacia la perfección del oro. El desarrollo podríaacelerarse o copiarse artificialmente aislando la forma oalma del oro y transfiriéndola a tos metales bajos, los cualesadoptarían así la forma y características del oro. El alma oforma de un metal se tenía por un espíritu o vapor que semanifestaba sobre todo en el color del metal. De ahí queel dorado superficial de un metal bajo fuese considerado
por los alquimistas como una transmutación. Según Zó-slmo:
«Todo vapor sublimado es un es píritu, y tal cosa sonl lid d ti t i El i t i d l ti t d
cilmente, mientras que el cobre copula «como el caballol b l l l b T l d t i ó d
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las cualidades tintorias ... El misterio de la tintura deoro es transformar los cuerpos en espír itu a fin de teñir de espiritualidad.»
con la burra y el perro con la loba». Tal doctrina gozó de
gran importancia en la alquimia islámica y medieval u~avez que la teoría de Aristóteles en la Meteorología resurglóde nuevo, asignándose un sexo a las dos exhalaciones quese suponía que daban lugar a los metales y a los minerales.
La época en que vivieron los primeros alquimistas, delsiglo primero al quinto d.C., tornóse paulatinamentemenos intelectual a medida que el imperio romano se des-moronaba y desmembraba. Se dice que Diocleciano quemólos libros de los alquimistas en el año 292 d.C., y que bi- blioteca de Alejandría quedó destruida en una algaradacristiana del año 389 d.C., mientras que según un informecontra el infiel que data del siglo trece, el Museo terminó
siendo arrasado por los musulmanes en el año 640 d.C.Con el auge del cristianismo se produjo una resurrecciónde la teoría de la edad de bronce según la cual la tierra era plana, apoyándose en las aguas inferiores y estando cu- bierta por las aguas de la bóveda superior . Semejante doc-trina tenía su atractivo para los primitivos Padres de laIglesia que consideraban que el universo era análog~ enconfiguración general al tabernáculo. La teoría de la tierra
plana era sostenida con gran fuerza por la Iglesia si.ria, es-
pecialmente por Cirilo de Jerusalén, c. 360, y I?lOdor~,obispo de Tarso, muerto en el año 394, el cual llego a deor que el sistema del mundo de los griegos era ateo.
En la Iglesia occidental tam bién encontró eco la teoría'del tabernáculo, si bien en líneas generales se conservó lateoría gr iega, especialmente la idea de una tierra esférica yde un cielo esférico. Ambrosio de Milán, c. 397, hablaba
de que los cielos eran esféricos, cosa que también ha~ía sudiscípulo Agustín, 354-430. No obstante, AmbroslO noconsideraba que esas cuestiones fuesen importantes, pues
señalaba que «discutir la naruraleza y la posición de la tierrano nos ayuda a confiar en la vida futura». Isidoro, 570-636,
Un proceso bastante generalizado entre los alquimistas
consistía en alear los cuatro metales bajos, co bre, estaño, plomo y hierro a fin de obtener una aproximación a la ma-teria primordial exenta de forma. La superficie de laaleación se blanqueaba entonces con arsénico o vapor demercurio a fin de otorgarle e! espíritu o forma de la plata.A continuación se añadía un poco de oro como semilla ofermento para convertir toda la masa en or o, pues «de!mismo modo que la levadur a hace subir una gran cantidadde masa, así actúa también una pequeña cantidad de plata
o de oro». Finalmente se terminaba la transmutación me-diante otro proceso superficial, sea eliminando por corrosión una capa superficial de metal bajo para dejar unacapa de oro, o tratando la aleación con aguas sulfurosas
para conferirle una apariencia broncínea. En estos preten-didos procesos de transmutación, los metales bajos se con-
sideraban muertos una vez que ha bían perdido su indivi·dualidad en la aleación; es decir , habían perdido su forma
o alma específica. De manera semejante, la adquisición delas nuevas formas, primero de plata y luego de oro, me-
diante tinción superficial se consideraban procesos de re-surrección.
Otra idea que circulaba entre los primeros alquimistasera la teoría quizá más primitiva de que los metales eran
producto de la generación sexual, siendo a su vez o bienmacho o hembra. Una de las primeras alquimistas, Maríala Judía, de quien se dice que inventó e! baño maría , como
lo llaman los españoles, recogió e! secreto de la transmuta-ción en la siguiente receta: «Une e! macho con la hembray hallarás lo que buscas». Añadía que la plata lo hacía fá-
obispo de Sevilla, citaba a los «filósofos.que afirmaban quela tierra era una esfera en reposo y los cielos una esfera en
carácter más noble y espiritual que los cuerpos movidos.Platón había postulado que había una jerarquía de espíri-
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la tierra era una esfera en reposo y los cielos una esfera enrotación, sin comprometerse con ello personalmente. Lomismo hacía Beda el Venerable. Los detalles de los siste-mas griegos se perdieron para los Padres de la Iglesia occi.dental, siendo en la cristiandad oriental donde los sistemas
de Aristóteles y Ptolomeo recibieron un revestimiento teo-lógico cristiano.En Bizancio la ciencia tenía raíces más profundas que en
Roma, y en Atenas la Academia y el Liceomantuvieron suactividad hasta el año 529 d.C., momento en que secerraron por orden de Justiniano. Prodo, 412-485, el últi-mo filósofo pagano notable de Bizancio, señalaba que ensu época se había desarrollado una teoría del mundo queincorporaba el sistema matemático de Ptolomeo junto con
elementos de la cosmología física de Aristóteles. Se supo-nía que los cielos constaban de nueve capas esféricas con-céntricas, la primera de las cuales llevaba la luna, la segun·da a Mercurio y así con las demás hacia arriba, con la oc-tava transponando las estrellas fijas .Yla novena constitu-yendo el Primum Mobile. Cada una de las capas tenía talgrosor que contenía los epicidos de la teoría ptolemaica,mientras que las capas sucesivasse tocaban como había su-
puesto Aristóteles. De este modo la distancia con la queun cuerpo celeste se alejaba más de la tierra era igual a ladistancia más pr6xima ala que se acercaba el cuerpo supe-rior ; es decir , la mayor distancia a que se alejaba la lunaera igual a la distancia menor ·a la que se aproximaba Mer-curio, y así con los demás. Por consiguiente se podía ca1cl,l-lar el grosor de las capas que transportaban los cuerpos ce-lestes y las distancias medias desde esos cuerpos a la tierra,suministrando lo que se tenía por las dimensiones absolu-
tas del universo.Estas nueve esferas precisaban motores que, de acuerdo
con las teorías de Platón y Aristóteles, tenían que ser de un
Platón había postulado que había una jerarquía de espíritus en los cielos, y Dionisio, que era probablemente unode los discípulos de Prodo y que pertenecía sin lugar adudas a la tradición neoplatónica, identificó a dichos espí-ritus con los diferentes seres angélicos mencionados en las
Escrituras. Dionisio dispuso a los seres angélicos en una je-rarquía de nueve órdenes, agrupados en tres jerarquías sub-sidiarias, siendo tomados consiguientemente dichos órde-nes de seres angélicos como los motores de las nueve esfe-ras celestes. Primero venían los Serafines, Querubines yTronos, luego las Dominaciones, Virtudes y Potestades, yfinalmente los Principados, Arcángeles y Angeles. LosSera-fines eran losresponsables del movimiento del Primum Mo- bile, los Querubines de la esfera de las estrellas fijas, ete.,
hasta llegar a los Angeles que impulsaban la esfera de laluna. Por encima de la jerarquía de seres angélicos estabaDios en un décimo cielo Empíreo, y por debajo estaban lascriaturas de la tierra, primero el hombre, luego los anima-les y las plantas, y f inalmente la auténtica hez del univer-so. Cada or den de criatur as estaba jerárquicamente orde-nado internamente, de modo que había un Serafín jefe yotros Sérafines sul;>ordinadosordenados según su rango, a
la manera en que sobre la tierra, decía Dionisio, estaba elPatriarca de la Iglesia, sus obispos, ete., descendiendo por la escala. De este modo, el universo mostraba estar consti-tuido por una cadena continua de criaturas que iba desdeDios en la periferia del universo hasta el inferior habitantedel infierno en el centro de la tierra, pues la cr iatura supe-rior de uno de los órdenes iba sin solución de continuidaddetrás de la inferior del orden anterior .
Las característicasfísicas de semejante visión del mundo
recibieron las críticas de Juan Filopón, un autor alejandr i-no del siglo sexto, condenado como hereje por la Iglesia.Filopón negaba que losseresangélicos moviesen loscuerpos
Segunda Parte
LA CIE NCIA E N EL ORIENTE YEN LA EURor A MEDIEVAL
celestes. Sostenía que al comienzo Dios había conferido unimpetus a los cuerpos celestes esto es una potencia motriz
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EN LA EURor A MEDIEVALimpetus a los cuerpos celestes, esto es, una potencia motriz propia que no se agotaba con el paso del tiempo, del mismomodo que también había conferido a los cuerpos pesadosla tendencia a caer hacia la tierra. A este respecto, los
cuerpos celestes y terrestres no eran de una clase esencial-
mente distinta. Filopón apuntaba que en general un cuerpoen movimiento no precisaba estar en contacto físico cons-tante con un motor , ya que una fuerza confería un impe-tus al cuerpo, siendo el impetus el que mantenía al cuerpoen movimiento. De esta manera podía darse el vacío, yaque la teoría del impetus no precisaba de un continuo ma-terial a fin de transmitir las acciones por contacto físico.
Así, una flecha podía volar por tal vacío bajo la acción desu pr o pio impetus, no precisando de una constante presión
del aire tr as d e sí, tal y como había supuesto Aristóteles.La teoría del impetus apuntada por Filopón resurgió du-
rante el siglo trece, representando un notable alejamientode las doctrinas de Aristóteles y Dionisio que eran las uni-versalmente aceptadas a lo largo de la edad media. Dioni·sio gozó de considerable influjo, dado que entonces se pen-saba que era Dionisio el Aeropagita, el ateniense conveni-do por San Pablo. El emperador bizantino Miguel envió
una copia de sus obras al emperador de occidente, Luis elPiadoso, en el 827, traduciéndose del griego por obra del
filósofo irlandés Juan Escoto y otros. Las obras de Aristóte-les llegaron por una vía más tortuosa a través del Islám, ya partir del siglo doce, junto con las Escrituras y las obrasde los neoplatónicos cristianos como Dionisio, suministra-ron los textos básicos del saber medieval.
Capítulo 7La ciencia y la tecnología de los chinos
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En China las tradiciones de la sociedad civilizada primitivaeran más persistentes y continuas que en otros lugares, puesla escritura ideográfica, la agricultura de irrigación y la bu-
rocracia letrada que asociamos con las antiguas civilizacio-nes de la edad de bronce han persistido en China hasta lostiempos modernos. Al igual que los babilonios y losegipcios, los antiguos chinos no consiguieron desarrollar
una geometría teórica, ni tampoco fundamentaron susteorías relativas a la estructura espacial del universo en susobservaciones astronómicas cuantitativas. Asimismo, los an-tiguos chinos no desarrollaron un método científico, per -
maneciendo aisladas hasta la época moderna sus filosofíasy sus técnicas.
La primera fase de la civilización china que pueda datar-se con alguna seguridad fue la de la dinastía Shang que go-
bernaba en Anyang, a orillas del río Amarillo hacia el año1500 a.e. Las excavaciones de Anyang han mostrado quelos chinos de este período trabajaban el bronce, conocíanla rueda de alfarero y los carros tirados por caballos, si bien
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objetos y las imágenes con las curvatura de los espejos em-pleados En mecánica se interesaban por los sistemas de pa·
to entre el siglo sexto y el cuarto a.e. Los taoístas apunta- ban que los hombres deberían abandonar la sociedad civi-
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pleados. En mecánica se interesaban por los sistemas de pa
I~ncas y poleas que estudiaban asimismo de manera empí-nca. Carecían de una teoría de la luz y no empleaban ensu trabajo construcciones geométricas. Obtenían experi-mentalmente sus resultados, expresándolos a modo de
reglas empíricas. Los mohistas y la escuela emparentada delos lógicos trataron de elaborar un método científico del ra-zonamiento, a fin de que los hombres del período de losEstados Guerreros, con sus diversas opiniones, pudiesenllegar a un acuerdo mutuo. Ambas escuelas divergían al res- pecto, pues los mohistas sostenían que la experiencia sen-sible era el más seguro fundamento del conocimiento hu-mano, mientras que los lógicos defendían que dicha expe-
riencia era ilusoria, siendo la argumentación lógica el únicomodo de alcanzar un consenso.Al comienzo de la dinastía Han, los legalistas, mohistas
y lógicos habían perdido importancia, dejando a lostaoístas y confucianos como escuelas de pensamiento do-minantes. Los confucianos, tradicionalmente los seguidoresde Confucio, 552-479 a.e., enseñaban que la fidelidad alas antiguas costumbres y tradiciones constituía la solucióna los problemas del período de los Estados Guerreros y de
cualquier otro período. El confucionismo era la filosofíaoficial de la burocracia letrada desde el momento de su ini·ciación bajo los emperadores Han. Los confucianos carecían
de filosofía natural, o tenían una muy exigua, hasta el mo-vimiento neo·confuciano del período Sung, 960-1279 d.C.,aunque se hallaban asociados a los astrónomos oficiales dela burocracia, compartiendo sus opiniones relativas a la na-
turaleza del universo. Los confucianos no se hallaban inte·
resados en problemas químicos o anesanales, temas queeran estudiados casi exclusivamente por los taoístas.Tradicionalmente, los taoístas eran los seguidores de
Uozi (Laotsé) de quien se dice que vivió en algún momen-
lizada para volver a las simples comunidades igualitarias delos viejos tiempos. Esa era la época de la virtud perfecta en9ue «los hombres vivían en común con los pájaros y los ani·males, formando una familia con todas las criaturas •. Así,
muchos de los primeros taoístas se fueron al campo y se hi-cieron er~mitas qu~ estudiaban la naturaleza con la magiade los pnmeros bruJOSchamanes. El tao era el camino de lanaturaleza y el camino del hombre; era el proceso cósmico.Los hombres deberían seguir el tao «cabalgando sobre lanormalidad del universo., como decía Chuang Chou,369-286 a.e. Una historia daoísta de este período habla deun famoso carnicero real cuya cuchilla nunca se mellaba porque sabía el tao de los animales, la disposición de los
huesos y articulaciones en cada tipo de esqueleto, por loque consiguientemente los cortaba con habilidad. Lostaoístas buscaban los secretos de la naturaleza, cuyos modosde operar les eran sugeridos por las creencias primitivas desu sociedad tribal idealizada. Pensaban que el mundo ytodos los objetos que contenía habían nacido por un pro-ceso análogo a la generación sexual, por la interacción dedos principios opuestos.
A partir aproximadamente del siglo cuarto, no sólo lostaoístas, sino también otros, pensaban que los dos princi. pios que producían todas las cosas mediante su interaccióneran lo que se denominaba en Yin y el Yang. El Yin erala fuerza pasiva, oscura y femenina, mientras que el Yangera la fuerza activa, luminosa y. masculina. Ambos princi- pios provenían de la mezcla primordial de materia y energíaen forma de un fluido en movimiento giratorio. Semejantetipo de movimiento separaba lo oscuro y pesado de lo lu-
minoso y sutil, dando lugar lo pr imero a la tierra y al prin-cipio Yin, mientras que lo segundo se convenía en los cielosy el principio Yang. La interacción entrambos principios
producía entonces los cinco elementos, agua, fuego, made-ra, metal y tierra. Pr imero venía e! agua y el fuego cuya
la fabricación de oro. El oro se consideraba importante p~rque era el metal solar amarillo, lleno de! principio vi·
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, y g y g ycomposición era en gran medida Yin y Yang respectiva-mente; luego venía la madera en la que el Yin predomi-naba ligeramente, ye! metal, que contenía un ligero exce·so de Yang; finalmente venía la tierra en la que ambos prin-
cipios se equilibraban. La continua interacción entre losdos principios producía una ulterior diferenciación en todoslos objetos de la naturaleza, las «diez mil cosas» de! mundo.
Los taoístas seguían e! camino de! universo a fin de con-trolar la mortalidad humana; trataban de extender e! pe-ríodo de la vida humana y de hacer eterna la juventud. Aeste fin desarrollaron técnicas respiratorias que imitaban loque consideraban que era la respiración de! embrión en e!
útero. Defendían q ue los hombres debían tomar baños desol, mientras q ue las mu jeres deberían exponetse a los rayoslunares, a fin de absorver las esencias Yang y Yin emitidas
por e! sol y la luna res pectivamente. Desarrollaron ejerci-cios gimnásticos y sexuales para acumular e! principio vivi-ficador Yang en los hombres y Yin en las mujeres. Pero,lo que es más importante, trataron de aislar químicamen-te los principios Ying y Yang, en e! proceso de lo cual de-sarrollaron la alquimia, la dietética y la farmacia.
Dícese que el primer emperador Qin consultó a los magostaoístas acerca de la posibilidad de extendet el períodode su vida, si bien la primera referencia conocida a la al-quimia aparece en la Historia de la primitiva dinastía Han ,donde se cuenta q ue en e! año 133 a.e. vino un alquimis-
ta al emperador Han Wu-Ti ofreciéndole una demostraciónde cómo fabricar oro a partir de cinabrio, pues los líquidos bebidos en vasos fa br icados con dicho oro conferían la in-mortalidad al bebedor . La alquimia china se preocu pabamucho más por la búsqueda de la «píldora de la inmorta·lidad;. q ue por la tr ansmutación de los metales bajos enoro, por más q ue estuviese desde e! comienzo asociada con
vIficador Yang. Con todo, e! cinabrio se situaba a mayor altura debido a su color rojo y a que cuando se calentabasuministraba e! metal vivo, e! mercurio. Ko Hung, de! siglocuarto d.e., e! más famoso de los alquimistas chinos
~~: '
Tras quemar hierba y madera, se convienen en cenizasmas el cinabrio se puede transformar en mer cur io ca~lentándolo al fuego y viceversa. Es muy distinto de lasustancia vegetal ordinaria, de manera que puede hacer a la gente inmonal.
Como en occidente, se pensaba que los minerales y losmetales crecían en las entrañas de la tierra. En China la
~octrina. se retrotrae al siglo segundo a.e. Ho Ting, 'de!sIglo qUlOtOd.e., escribía que en la tierra e! cinabrio es fer ·tilizado por un. Yang verde que eras doscientos años pr odu-ce una sustancIa verde· preñada de metales. El plomo naceen primer lugar, luego la plata y finalmente e! oro. Así e!
oro era hijo del cinabrio. Siguiendo el tema de la muertey la resurrección, Ho Ting sostenía que para que naciese eloro debía morir e! Yang y condensarse el Yin.
Como en Europa, también en China se creía q ue tales procesos naturales podían reproducirse en el laborator io. KoHung consideraba la sublimación y destilación muy impor .tantes a e.ste respecto, pues combinaban la acción Yang del
c:llentamIento con la acción Yin del enfriamiento. Ambos principios podrían aislar se en forma química como mer cu-rio y azufre. El mer curio era en gran medida Yin, mientrasque al azufre era casi todo Yang, dando cinabrio su com- binación, que era e! comienzo de la f ormación tanto natu-
ral como artificial de metales así como de la preparación dela píldora de la inmortalidad.
La medicina china se vio también influida por el taoís-
mo a través de las técnicas dietéticas adoptadas para pro-longar la vida y curar la enfermedad. En China era costum·
la sa?gre,. ya que los chinos no distinguían las venas de lasartenas. Tra~áb.ase tan sólo de una analogía establecida
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bre tragar un huevo de gallina el día de año nuevo, quesuministraba sustancia vitalizadora suficiente para el añoentrante. Se preparaban alimento a base de animales quegozaban de larga vida, como la tortuga, ingiriéndose
también para aumentar la vitalidad sustancias mineralesque supuestamente tenían un alto contenido en Yang,como el azufre y e! salitre. Asimismo tenían un carácter Yino Yang todas las partes anatómicas del cuerpo humano ylas enfermedades a que se veía sujeto. Las fiebres se tenían
por desarreglos de tipo Yang, mientras que los resfriadoser an Yin. Se prestaba gran atención al pulso en la medici-na china, pues los desórdenes Yang fortalecían e! pulso ylos Yin lo debilitaban. Las enfermedades que se diagnos-ticaban 'mediante e! pulso se trataban mediante drogas quecorrigiesen e! exceso de Yin o Yang. Las drogas estimulan-tes y muy picantes eran Yang, mientras que las drogas pur-gantes y astringentes amargas eran Yin.
La obra médica china de referencia era e! Canon de Me-dicina que data de la época Han. Las doctrinas anatómicasy fisiológicas que contiene se basan fundamentalmente enlas analogías entre el hombre y e! estado y entre e! hombre,
e! microcosmos, y e! universo como macrocosmos. El cieloes redondo y la tierra es cuadrada, por lo que la cabeza esredonda y los pies cuadrados. Hay cuatro estaciones y docemeses en e! año, por lo que e! hombre tiene cuatro extre-
midades y doce articulaciones. El corazón es e! príncipe de!cuerpo, mientras que los pulmones son sus ministros. El hí-gado es e! general de! cuerpo con la vesícula biliar comocuartel general. El bazo y e! estómago son graneros y los in-testinos, los sistemas de comunicación y alcantarillado. El
Canon de medicina contiene la afirmación: «La sangre fluyecontinuamente en círculo y nunca se detiene», mas ello no
puede considerarse e! descubrimiento de la circulación de
entre e! mOVImIento de la sangre y el ciclo de la naturale-za, la sucesión de las estaciones y el movimiento de loscuer~os celestes sin demostración empírica de su carácter efectIvo.
Los médicos estaban relacionados con la burocracia chinaa través de una Oficina Médica, mientras que los alquimis-
t~ ~uedaban f~era de ella. No obstante, los científicos yt~cmcos que mas estrechamente se asociaban con la admi-ms~ración oficial eran los matemáticos, los astrónomos, losagnmensores y los confeccionadores de calendarios como
en Egipto y Babilonia. La primera obra matemátic~ chinaes la A.n~~étt ~a en n~eve secciones , de la que se dice quese escnblO baJo el re~na?o de "los primeros emperadores
~hou, c. 1000 a.e., SI bIen las versiones que han sobrevi-VIdo datan de Chang Ts'ang, quien la reescribió c. el año20.0 a.e. Los problemas abordados en esta obra eran en
pr~me~,lugar los relacionados con la agrimensura, la de ter-mmaClOn de áreas de triángulos, trapecios y círculos. Elvalor de 'Ir se tomaba como 3 al pr incipio, considerándosecomo v 'lo en el. siglo primero a.e. En segundo lugar , sea~ordaba~ cuestlOnes c?merciales de proporciones, porcen-
taJes y SOCIedades,segUIdos de métodos para determinar losvolúmenes de fi~uras partiendo de los lados, y la longitudde los lados partIendo de los volúmenes, lo que entrañaba
e! uso d~ ra~c~scuadradas y cúbicas. Se ocupaba de trián-gulos pltagoncos y de ecuaciones lineales simultáneasdando también la regulafalsi. Esta regla era un método d~resolver un problema conjeturando la solución y determi-nando la correcta a través de los errores introducidos por tales conjeturas.
En astronomía se ha atribuido a los chinos la realizaciónde observaciones en un lejano pasado. Los jesuitas que lle-garon a Pekín en el siglo diecisiete creían que la astrono-
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Así el sol que rotaba con el hemisferio era visible cuando
se hallaba al sur y no cuando estaba al norte. El sol, la lun.ay los planetas rotaban con los cielos si bien tenían ~OVI
oficial de la «esfera celeste», especialmente durante el mo-
vimiento neo-confuciano del siglo doce. Sin embargo, ya
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y los planetas rotaban con los cielos, si bien tenían ~OVI-mientas propios «cual hormigas en una rueda de mollOo»,como se decía. En torno a los bordes de la tierra había unocéano en el que se hundía la bóveda celeste en su perife-ria, sosteniéndose el cielo y la tierra merced al aire apresa-do bajo sus escudillas. El cielo estaba a 80.000 Lipor en-cima de la tierra (un Li equivale a unos 540 metros).
Esta teoría del «cielo hemisférico» había desaparecido afinales de la época Han, siendo sustituida por la teoría dela «esfera celeste» de Hun Thien en las historias oficiales dela dinastía, traslos Qin, 207 a.e. La teoría de Hun Thiense originó, según se piensa, en el siglo segundo a.e.,. in-formando por vez primera. de ella Chang Heng en el slgl?
primero d.e. Según esta teoría, el universo er~ un esferoI-de de unos dos millones de Li de diámetro, sIendo 1.000
Li más corto en la dirección norte-sur que en la direccióneste-oeste. Chang Heng comparaba al universo con unhuevo cuya yema era la tierra que descansaba sobre el agua
y cuya cáscara eran los cielos sostenidos por vapo~es ..La t~r-cera teoría de Hsuan Yeh o teoría del «espaclO lOfinltovacío» se considera antigua, aunque las noticas acerca deella datan del último período Han. Según esta teoría, el
universo carece de forma y de sustancia aparte de la tierray los cuerpos celestes. El espacio era infinito y vacío, no ha-llándose adheridos los cuerpos celestes a nada en a~soluto
moviéndose libremente impulsados por «fuertes VIentos».L teoría del «espacio infinito vacío» se hallaba asociada alos taoístas, mientras que la teoría de la «esfera. celeste»era la adoptada por los estudiosos confucia~os.o.fiC1ales. N,oobstante, los confucianos adoptaron la pnm1t1va filosof'¡a
natural taoísta a medida que los taoístas se tornaban gra-dualmente en místicos religiosos. Así, algunos elementosde la teoría del «espacio infinito» se incorporaron a la teoría
en el siglo cuarto, el astrónomo oficial Yu Hsi, que descu- brió la precesión de los equinoccios, pensaba que los cieloseran inconmensurablemente altos, aunque con un límite,con los cuerpos celestes moviéndose libremente bajo ellos.
Los chinos no consideraban a los cuerpos celestes comoseres divinos y poderosos que determinaban los aconteci-mientos terrestres. Poseían un sistema astrológico muy par-ticular, puesto que l;l.sdeterminaciones entre cielo y tierrase ejercían en ambos sentidos. La aparición de un cometa podía anunciar un desastre, aunque igualmente podíaejemplificar un desarreglo cósmico provocado por algunadesviación humana del orden acostumbrado de las cosas.Así pues, no había un legislador divino que controlase el
universo, siendo el proceso cósmico un entramado de in-terrelaciones entre los diversos objetos de la naturaleza. or-denados tan sólo por la costumbre. Para los taoístas. todoslos elementos de! proceso cósmico poseían igual peso sinque ninguno de ellos predominase sobre los demás. Eltaoísta Chuang Choll, 369-286 a.e., escribía:
"Parece como si hubiese un gobernador real, pero nohay pruebas de su exisrencia. Se puede creer que exista,
pero no vemos su forma. Las cien partes del cuerpo hu-mano con sus nueve orificios y seis vísceras están todascompletas en sus lugares. ¿Cuál preferir? ¿Hay algún le-gislador verdadero distinto de ellos mismos?»
Los confucianos no pensaban que todas las cosas tuvie-sen e! mismo peso en el proceso cósmico, aunque todasellas se hallaban interrelacionadas y ligadas por la fuerza dela costumbre. El confuciano Hsun Ch'ing, c. 300-240 a.c.,
desarrolló una clasificación jerárquica de la naturaleza se-mejante a la división aristotélica de las criaturas terrestres
en aquellas con almas vegetativas, animales y racionales.
Todos sus órdenes se movían y relacionaban mediante lacostumbre y la tradición. Decía:
L t b ll di t l l
Los desarrollos hasta aquí descritos tuvieron lugar duran-te la primitiva historia de China, aproximadamente hastafi l d l di í H 220 d C A i d
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.La costumbre es aquello mediante lo cual se unencielos y tierra, por lo que brillan el sol y la luna, por loque se ordenan las cuatro estaciones, por lo que losastros se mueven en sus órbitas, por lo que fluyen losríos, por lo que prosperan las cosas, por lo que amor y
odio se atemperan, por lo que la alegría y la ira se man-tienen en su lugar adecuado. Hace que los órdenes in-feriores obedezcan y que las clases superiores sean in-signes; mediante una miríada de cambios impide la per-dición. Si te alejas de ella, serás desttuido; ¿acasono esla Costumbre el mayor de todos los principios?
La conducta habitual de los hombres, los años y las cuatroestaciones eran fáciles de observar y comprobar ; pero para
alcanl;lr un conocimiento más detallado se recurría a téc-nicas de adivinación. En la época Shang se resquebrajabanomoplatos de animales mediante un hierro al rojo, tomán-dose ¡as direcciones de fractura como predicción del cursode los acontecimientos. En el período Chou se recurría al procedimiento de echar suertes, teniéndose que elegir entredos palos de bambú, uno corto y otro largo. El alcance dela elección se amplió gradualmente, formando ocho trigra-mas con esos palos cortos y largos, practicándose la selec-ción aleatoria de los trigramas en el período de los EstadosGuerreros. Finalmente, en tiempos Han, se desarrolló unmétodo complejo de pronóstico mediante el que un cazo,un modelo de la Osa Mayor (o Gran Cucharón; las estrellascircumpolares más importantes), se hacía girar en un table-ro divinatorio con trigramas, indicándose el resultado me-diante la posición en la que se había detenido el cazo. Seha sugerido que fue de este modo como se descubrió la pro-
piedad orientadora del imán, al notarse cómo un cazo de piedra imán parecía volver siempre mágicamente a la
misma posición.
finales de la dinastía Han, 220 d.C. A partir de entonces,el patrón anterior de la historia china se repitió de nuevo.El imperio de los gobernantes Han se desmembró en un sin-número de estados autónomos en guerra, cada uno de los
cuales luchaba por su supremacía, finalmente alcanzada por Sui en el 581 d.C. La dinastía Sui, 581-619, como la Qinantes que ella, fue brutal y efímera, dando lugar a la
Thang, 619-909, ya la Sung, 960-1279, donde prevalecíael sistema de gobierno más tolerante de la costumbre con-fuciana. Durante el segundo período de estados en guerra,221-580, el budismo llegó a China, conociendo una granaceptación al llenar el vacío moral de la época. El taoísmose convirtió entonces en una religión mística con sus
templos, monjes y una sucesión de pontífices, formando laoposición nativa al budismo. No obstante, en la épocaThang el taoísmo revivió y los alquimistas chinos empeza-ron a ejercer una vez más. Practicaron la destilación delmercurio a partir del cinabrio así como quizá también lade licores alcohólicos. La búsqueda de los secretos de la lon-gevidad se inició de nuevo y, ciertamente, se dice que sietede los veintidós emperadores Thang murieron por una so-
bredosis de la «píldora de la inmortalidad».La manufactura de la porcelana, que se había iniciadocon la burda proto-porcelana de la época Han, alcanzó unalto nivel de perfección bajo los Thang, estableciéndose unaoficina imperial para su manufactura en el año 621. Lacarretilla se había inventado durante el siglo quinto, apa-reciendo en el séptimo embarcaciones de palas movidas por molinos de peldaños, dotadas de mamparos estancos y detimón de codaste. Durante el período Thang se inició la im-
presión xilográfica en los monasterios budistas de China. El primer libro impreso es el Sutra del Diamante, fechado el868 d.C., y hallado en las Grutas de los Mil Budas en
Kansu. La impresión de libros pronto se generalizó por todaChina, imprimiéndose los clásicos confucianos desde el año932 Y las historias dinásticas oficiales entre el 994 y el
azufre y salitre a tierras extranjeras, lo que indica lo valiosa
que se consideraba la pólvora en la Chin~ .~e la época.
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932, Y las historias dinásticas oficiales. entre el 994 y el1063. La impresión xilogr áfica se extendió a la tr i bu fron-teriza de los Uigurs antes del 1206, el año en que fueronarrollados por los mongoles. Los Uigurs imprimieron las
obras budistas, con notas en sánscr ito y numeración de pá-ginas en chino, usando su pr opio lenguaje tur co con una
escr itura alfabética que se había origInado en Siria. Lostipos móviles de arcilla los inventó en China Pi Sheng enlos años 1040. Algo más tarde se empezar on a usar los tiposmóviles de madera, habiéndose hallado en las Grutas delos Mil Budas algunos ejemplares que datan de aproxima-damente el año 1300. Finalmente se desarrollaron los ti posmóviles de metal fundido, habiéndose hallado en Carea
ejemplares de fundición del 1430. Los libros impresos conestos tipos datan de 1409.
Hacia el final del período Thang se había desarrolladoen China la pólvora, mientras que las armas de fuego apa-recieron antes de finales del Sung. En China e India el sa-litre se da como afloramiento natural del suelo. Se mencio-na por vez primera en los textos chinos del siglo primeroa.e. Los alquimistas chinos del siglo tercero d.e. mezcla-
ban azufre y salitre en la proporción correcta para hacer pól-vora, exponiendo la mezcla a altas temperaturas. Tales ex- per imentos pueden haber sido el origen de los fuegos deartificio mencionados en los textos del siglo séptimo. En lasguerras del período Thang, se utilizaron flechas ígneas,aunque tal vez no fuesen más que brea ardiendo atada a
la punta de una flecha. En el 969 apareció un nuevo ripode flecha ar~¡ente que parece haber sido una especie de co-hete. Un registro de 1040 dice que se usaba la pólvora en
los nuevos cohetes ígneos, dando el informe la fórmulacorrecta de la pólvora junto con los detalles de su prepara-ción. Un edicto chino de 1067 prohibía la exportación de
q p pMarco Polo, que alcanzó una elevada pOSlClOn~n la bu-
rocracia china bajo los mongoles, dijo que los ch.InoS po-seían armas de fuego ya en el año 1237 a.e. Los Informeschinos de la época hablan de diferentes tipos de armas de
pólvora. La primera referencia a un arma de fuego que pro-yecta balas aparece en el 1259, cuando los e jér~itos Sungrepelieron a los tártaros con armas de fuego fabncadas contubos de bambú. Los tártaros, a su vez, emplearon armasde pólvora contra los mongoles. En el 1231 ~mpleaban unarma denominada «El tr ueno que sacude al CielO»,que pa-rece haber sido una gr anada. un recipiente de hierro lleno
de pólvora y provisto de una espoleta, que se lanzaba des~euna catapulta. En 1233, los mongol es capturaron una fa- brica china de municiones, y el capitán que los mandaba,Souboutai, mandó las invasiones mongoles de Europa unos
cuantos años más tarde. Durante la invasión del Japón,1274-81, los mongoles usaron cañones, de acuerdo con tres
fuentes distintas, una de las cuales añade que emplearon balas de hierro. Los cañones chinos más antiguos que se
pueden datar son de 1534, 1557 Y1)77, mientras que losmás antiguos de los europeos son de 1380, 1395 Y 1410.
Otro invento chino del período Sung fue el uso de la
minos de una serie de cuadrados y Chu Shi Kie, c. 1250.
hizo la primera descripción del triángulo de Pascal de coe-ficientes binomiales
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Otro invento chino del período Sung fue el uso de laaguja magnética para viajar por tierra y por mar . En 1086,Shen Kua, un estudioso, director de ingenios hidráulicos,escribió una obra en la que describía las diversasmaravillas
que había visto en su época, cosastales como fósiles, mapasen relieve y casos reales de transmutación de metales, nomenos que medios mágicos para hallar la dirección. Latransmutación que describía era la conversión de hierro encobre mediante una solución de sulfato de cobre, algo queen occidente se consideró durante mucho tiempo como uncambio real de un metal en otro. Por lo que atañe a la agujamagnética, decía que cuando los magos deseaban hallar ladirección, frotaban una aguja contra una piedra iman, col-
gándola luego por medio de un hilo delgado. Normalmen-te la aguja señalará al sur, aunque en ocasiones, añade, se-ñalará al norte. Hacia el año 1150 tales brújulas se utiliza- ban regularmente para travesíasmarinas y viajes por tierra,constatándose por esa época la declinación de la aguja res-
pecto al norte y sur verdaderos.Al igual que la dinastía Han, la Sung fue rica en mate-
má~icos, astrónomos, confeccionadores de calendarios y
agnmensores. La biografía oficial china de tales hombres publicada en 1764, recoge treinta y ocho matemáticos emi~nentes del período Han y veintinueve del Sung, mientrasque el número máximo de las dinastías intermedias era denueve para la Sui. En el afto 1247, Ch'in Kui Shao publicólas Nueve secciones de las matemáticas, donde se introdu-
j~rorren el sistema numérico chino el valor del lugar y unSignopara el cero. Suministraba métodos algebraicos pararesolverproblemas trigonométricos, tratando además ecua-
ciones numéricas superiores y ecuaciones indeterminadas.Chon Huo, 1011-75, presidente de la oficina de astrono-mía, resolvióel problema de sumar un número dado de tér-
ficientes binomiales.Durante la época Sung aparecieron pocas novedades en
astronomía, dado que la astronomía china se ocupaba fun-damentalmente de problemas de calendario, los cuales se
habían resuelto en gran medida durante el período Han. No obstante, los confucianos de la dinastía Sung desarro-llaron una filosofía natural propia, tomando elementos delas especulaciones taoístas primitivas que incorporaron a lacosmología oficial de la cesfera celeste». El más notable delos neoconfucianos fue Chu Hsi, 1131-1200, quien soste·nía que inicialmente el universo era un caos primordial demateria en movimiento. Dicho movimiento adquirió laforma de un vórtlce, con lo que la materia pesada se sepa-
ró de la ligera, yendo la primera hacia el centro del torbe-llino para formar la tierra y permaneciendo la ligera enci-ma para formar los cielos. El centro era la única parte in-móvil del torbellino y de ahí que la tierra hubiera de ha-llarse en el centro del mundo. El vórtice ordenó el univer-so, manteniendo a la: tierra en su posición. cSi el cielo sedetuviese aunque sólo fuera un instante», decía, «la tierracaería hacia abajo». Chu Hsi pensaba que los cuerpos ce-
lestes se mantenían en movimiento merced a «fuertesvientos», poseyendo cada uno de los cuerpos celestes su propio viento, el cual formaba una capa distinta del vórti-ce cósmico. Había nueve de esas capas de viento, la exte-rior de las cuales de movía tan rápidamente, siendo tan«fuerte., que constituía la periferia del universo, si bien elespacio se extendía infinitamente más allá. Los planetaseran arrastrados en derredor por el viento rotatorio de la es-fera exterior, por más que poseyesen movimientos propios.
El sol se movía tan sólo un grado al día contra el cielo ex-terior, mientras que la luna se movía trece grados diarios.
La razón de ello estribaba en que el sol era un príncipe,
mientras que la luna era tan sólo un ministro, por lo quetenía que darse más prisa.
Chu Hsi también se dio cuenta de que los fósiles eran
mas chinos en la controversia entre e! copernicanismo, e! ptolomaísmo y e! sistema de Tycho Brahe, no se sintieronmuy interesados en e! asunto. Yuan Yuan, e! biógr afo de
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Chu Hsi también se dio cuenta de que los fósiles eranrestos de seres orgánicos. Escribió que,
«Frecuentemente se ven en las altas montañas conchasy valvas de ostras, en ocasiones incrustadas en la roca.
En épocas pr imitivas, esas rocas eran tierra, y las ostrasy mariscosvivían en e! agua. Posteriormente todo se in-virtió. Las cosasde! fondo subieron a lo alto y lo blandose endureció. La cuidadosa consideración de estas cosasllevará a conclusiones de gran alcance.•
Este pasaje presenta a la ciencia china en sus mejores mo-mentos, combinando la especulación con una cierta agude-
za observacional. Los chinos nunca sobrepasaron este
punto, pues no combinaban teoría y experimentación,dado que los estudiosos consideraban degradante e! traba-
jo práctico. El propio Chi Hsi contaba que,
«Sun Szu-mo era un notable doctor en literatura de ladinastía Tang, más, dado que pracricaba la cura como profesión, fue relegado a la clase de los artesanos; ¡qué pena!.
«Losmatemáticos, agrimensores, médicos y magos erancharlatanes. Lossabios no los consideraban gente edu-cada.•
De este modo, las obras de los estudiosos eran notablemen-te especulativas, mientras que las personas que llevaban acabo e! trabajo técnico de medición, confección de calen-darios y observaciones astronómicas eran en gran medidaempíricos y ateóricos en sus obras. Cuando, en los siglosdieciséis y diecisiete, los jesuitas introdujeron a los astróno-
los matemáticos, astrónomos, agrimensores y confecciona··dores de calendarios de la China escribía en e! siglo
dieciocho:
« Nuestros mayores buscaban f enórJ:lenos,ignorando lasexplicacionesr eóricas. Desde la llegada de los europeos,los problemas que se plantean son las explicaciones, ór- bitas circulares, movimientos medios, eclipses y cuadra-ruras... (pero) en realidad no me parece en absoluto in-conveniente ignorar las ex plicaciones teóricas occiden-tales y considerar sencillamente los hechos.»
Tal separación de la investigación teórica y empírica hasidq un rasgo característico de la mayoría de las civilizacio-nes de carácter agrícola estratificac j.o. Antes de la revolució~industrial de! siglo dieciocho, la ciencia se había promovI-do del modo más vigoroso en las civilizaciones comerciales,como las de la antigua Grecia y la Europa renacentista. Loschinos nunca conocieron una civilización de este tipo, di-rigiéndose siempre la política de sus dirigen~es contra. e! productor y mercader independiente . Todo bIen se naCl?-
nalizaba tan pronto como se tornaba importante (la sal baJOlos Zhou, e! hierro bajo los Qin, e! té bajo los Tang), demodo que su control quedaba fuera de manos privadas. Por consiguiente, los gremios artesanales y mercantiles de Chinaeran insignificantes comparados con los de la Europa me-dieval no desarrollando una tradición independiente propia'. Los chinos, por ejemplo, nunca desarrollaro.n unafilosofía atomística, perspectiva que parece grata al tipO de
espíritu individualista y mercantil, si hemos de hacer casoa los periódos en que la filosofía atomista resulta~a popu-lar antes de poseer una utilidad científica, espeCIalmente
en la antigua Grecia y en la Europa renacentista. La figuramás independiente de la sociedad china era el ermitañotaoísta perdido en el desierto, que siempre permaneció
Capítulo 8La ciencia de la India
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dentro de los límites establecidos por los conceptos del pri.mitivismo idealizado.
Como en Mesopotamia, Egi pto y China, la sociedad civili-zada surgió en la India con una cultura de la edad de br onceen un valle fluvial. No obstante, aún se ignor an muchascosas acerca de la civilización del Indo que floreció c. el año3000 a.e. Los habitantes del valle del Indo tenían una es-critura pictográfica y un sistema numér ico decimal. Em-
pleaban la misma rqeda de alfarero de giro r ápido q ue lossumerios y a1eaban el co bre con estaño para f abricar el bronce, aunque tejían el algodón en lugar del lino o la lanadel oeste, o la' seda del este. Hacia el año 2000 a. e., sinembargo, la civilización del Indo se extinguió.
El final de la antigua civilización del Indo se debió con
toda probabilidad a los arios de lengua sánscrita que inva-dieron la India desde el norte, imponiendo su sociedad decastas a los dravidianos. Tenían sus sabios en los sacerdotes brahmanes, quienes tr ansmitían su ritual y su saber de ma-
nera oral en el antiguo sánscrito, mucho después de q ue el prácrito se hubiese convertido en el lenguaje de uso diario.Se adoptó una escr itura alf abética un poco antes del co-
mienzo de la era cnstlana, transcribiéndose entonces elsaber antiguo. Esos textos antiguos, los Vedas, contienen re·ferencias al sol, la luna y algunas constelaciones estelares,
Hay pocos registros indios auténticos anteriores a las in-vasiones musulmanas (a partir del 664 d.C), dejando delado monedas inscripciones en piedra y asentamientos de
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, y g ,aunque no se reconocían los planetas. Se constataron algu-nos casos del teorema del Pitágoras en conexión con la cons-trucción de altares, mencionándose los metales oro, plata,
hierro- y quizá estaño.El budismo surgió en el siglo sexto a. C, siendo adopta-da la nueva religión por Asoka, c. 260 a. C, el tercer em- perador de la dinastía Mauyra que había surgid~ de la con-fusión dejada por las invasiones griegas de la India, 327-323a.C Según inscripciones grabadas en piedra, Asoka fundólos primeros hospitales y jardines botánicos de la India, po-niéndolos bajo control. budista en oposición a los brahma-nes indúes. Esas inscripciones muestran además que en
aquella época se utilizaba un sistema numérico que presen-taba algunas semejanzas con el sistema indoarábigo moder-no. Otras inscripciones posteriores muestran el probable de-sarrollo de nuestro sistema numérico, con la aparición delvalor del lugar y un signo para el cero. Una lápida del año595 d.C pone la fecha 346 con la notación decimal delvalor de la posición, mientras que la primera aparición se-gura de un cero se halla en un monumento de Gwalior
donde, en el año 876 d.C, se inscribió el número 270 taly como lo escribimos hoy. La primera referencia a los nu-
merales hindúes fuera de la India aparece en una obra deSevero Sebokjt, un obispo titular que vivía en el conv~ntode Kenneshere en el Eufrates. Comparando el saber gnego
y siríaco, escribía en el año 662 d.C:
«Omitiré toda discusión de las ciencias de los hindúes,
su valioso método de cálculo y sus cómputos que so-
brepasan toda descripción. Tan sólo quier? señalar queeste cómputo se realiza mediante nueve signos.»
lado monedas, inscripciones en piedra y asentamientos detierras grabados en metal. Los indúes estaban familiariza-dos con parte de la ciencia griega y tal vez de la babilonia,aunque en ausencia de documentos no se sabe cómo y
cuándo llegó a la India ese saber . Es posible que la trans-misión se produjese en algún momento entre el año 150a.C yel 140 d.C, dado que los astrónomos hindúes co-nocían la obra de Hiparco pero no la de Ptolomeo, siendola ruta de transmisión el comercio marítimo entre el impe-rio romano y Ujjain, el centro comercial indio con occiden-te. Ujjain había sido la sede del vicerreinato de Asoka du-rante el reinado de su padre en Patna, siendo Ujjain y Patnalas ciudades reales de las dinastías subsiguientes y, juntocon Mysore en el sur, los centros principales de la cienciahindú. Los primeros científicos hindúes de los que tenemosun conocimiento cierto fueron los dos Aryabhatas, c.
475-550 d.C, que trabajaban en Patna; Varahamihira, c.505, que tenía un observatorio astronómico en Ujjain; yBrahmagupta, c. 628, que trabajaba también en Ujjain.Otras figuras posteriores fueron Mahavira, c. 850, enMysore, y Bhaskara, 111-85, que, aunque venía del sur, tra-
bajaba en Ujjain.Varahamihira expuso la primera relación importante de
las obras astronómicas hindúes, los Siddhantas. Describiócinco de tales Siddhantas escritos anteriormente a su época,cuatro de los cuales se basaban en la astronomía griega y elotr o en la antigua astrología védica. Uno de los cuatro, elRomaka Siddhanta, como su nombre indica, provenía de
occidente (Roma), a la vez que Varahamihira citaba a los Ya-vanas o gentes del oeste como fuente de su astronomía.Tanto él como los demás astrónomos hindúes suponían quela tierra era esférica con el sol, la luna y los planetas a distan-ciasde ella proporcionales a sus períodos de revolución. Tal doc-
trina se basaba en la suposiciónde que todos loscuerposceles-tes se movían en círculosen torno a la tierra con idénticasve-locidades uniformes. La mayoría de los astrónomos hindúes
tracción, la multiplicación y la división, incluyendo el usodel cero. Sostenía que la división de cualquier número por cero daba como resultado cero. Más tarde, Bhaskara fue el
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ysostenían que cada uno de los cuerpos del sistema solar poseía un movimiento propio causado por un viento, exis-tiendo además un vónice de aire mayor que transportaba
a todos los cuerpos celestesen torno a la tierra una vez cadaveinticuatro horas. Uno de los Aryabhatas, o ambos, elimi-nó el vórtice mayor suponiendo que la tierra realizaba unarotación diurna en torno a su eje, gracias a un viento exis-tente a unos ciento sesenta kilómetros por encima de la su- perficie de la tierra. Sin embargo, esta opinión no gozó deuna aceptación generalizada. A fin de dar menta de la com- plejidad de los movimientos planetarios, los hindúes re-currieron al expediente matemático de los griegos, el epi-ciclo, introduciendo epiciclos ovoidales para lograr unacuerdo mayor. No obstante, al ocuparse de los movimien-tos lunares, los astrónomos hindúes empleaban métodosque muestran rasgos distintivos del influjo babilonio.
Las obras matemáticas de los hindúes fueron más nota- bles que su astronomía, continuando la tradición algebrai-ca de las matemáticas babilonias más bien que la tradicióngeométrica de los griegos. Los Aryabhatas estudiar~n la
suma de series aritméticas, tratando de resolver ecuaClOnescuadráticas y lineales indeterminadas. Introdujerontambién el uso de senos de ángulos en lugar de las cuerdasempleadas por los griegos, iniciando el estudio de la trigo-nometría. Brahmagupta desarrolló la aplicación a proble-mas astronómicos de métodos algebraicos explícitamentegenerales. Dio métodos generales para resolver ecuac~onesindeterminadas de primer grado y para extraer una r3.1Zdeuna ecuación cuadrática, hallando también una fórmula ge-
neral para el área de cualquier cuadrilátero con dos lados paralelos.
Mahavira discutió las operaciones de la suma, la subs-
, pr imero en señalar que el resultad9 habr ía de ser infinito.En la Aritmética en nueve lecciones (c. 200 a.e.) de laChina se encuentran dos problemas propuestos por Maha-
vira, uno de los cuales aparece en todas l~ obras matemá-ticas hindúes a partir del siglo sexto d.e. El nexo vienedado por el budismo, ya que los misioneros indios iban aChina desde el siglo segundo d. e., mientras que los pere-grinos chinos visitaron la India desde el cuarto. La historiachina oficial de la dinastía Sui, terminada hacia el año 610
d.e., enumera unos cuantos trabajos hindúes en matemá-ticas, astronomía y medicina que se habían traducido al
chino.La medicina y química de los hindúes era menos sobre-saliente que sus matemáticas y astronomía. La más antiguade las obras médicas hindúes es el manuscrito de Bower quedata aproximadamente del siglo cuarto a.e. El manuscritoconsta de una lista de drogas y los conocimientos acercadesu uso, siendo copiados en obras posteriroes, especialmen-te el Charaka, un compendio médico que se sitúa en el
siglosegundo d. e., y el Sustuta, un tratado del ~igloquintosobre cirujía. Las obras posteriores dependen también defuentes griegas, dado que el Charaka da reglas de razona-miento silogístico tomadas de Aristóteles. El Charaka dis-tinguía tres procesos vitales en el cuerpo humano. El pr i-mero debíase a la acción del aire en la región situada bajoel ombligo, el segundo debíase a la bilis que controlaba laregión que se halla entre el ombligo y el corazón, mientrasque el tercero consistía en la actividad de la flema por en-
cima del corazón. Estos procesos vitales engendraban lossiete principios, quilo, sangre, grasa, huesos, tuétano ysemen, dependiendo la salud de la armonía cuantitativa de
los siete principios, dando el desorden la enfermedad comoresultado.
La obra quirúrgica el Susruta es superior al Charaka
Al igual que la de los chinos, la alquimia de los hindúes parece haber se ocupado preferentemente de la búsquedadel elixir de la inmortalidad, aunque ello entrañaba la fa·
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La obra quirúrgica, el Susruta, es superior al Charaka.
Describe unos 121 instrumentos quirúrgicos diferentes, ex- plicando la mayoría de las operaciones quirúrgicas conoci-das antes de la época moderna. En el Susruta se señala la
conexión existente entre la malaria y los mosquitos, asícomo la evacuación de orina dulce por parte de los pacien-tesde diabetes. En estas obras se hace mención de seis me-tales, oro, plata, cobre, estaño, plomo y hierro, así comode los álcalis cáusticos que se distinguían de los álcalissuaves. Una obra médica posterior, el Vagbhata, del sigloséptimo, contiene la primera mención india del mercurio.
Según los peregrinos chinos del siglo siete, la práctica de
la alquimia parece haber comenzado en ese período. Pa~e-ce haber estado asociada al resurgimiento del brahmaOls-mo, pues las obras alquimistas principales de los hindúesson los Tantras, obras basadas en los antiguos Vedas, quese escr ibieron para propagar la religión brahmánica frenteal budismo. Se ha dicho que los alquimistas hindúes cono-cían los ácidos minerales fuertes, basándose tal pretensión
en una obra de la que se dice que procede del siglo octavoy que habla de «matar» los metales con un líquido, así como
en un Tantra que ~·eha situado en el siglo doce y que des-cribe la preparación de este líquido a partir del vitrioloverde. Existe también un documento chino del 780 d.C.
que señala que,
«Hay en la India una sustancia llamada agua de Pan·ch'acho que se produce en las montañas a base de mi·nerales... puede disolver hierbas, madera, metales yhierro; ciertamente, si se pone en la mano de una pero
sona la destroza.~
bricación de oro. Como en otras partes, las sustancias pr i-mordiales para la preparación del oro y del elixir de la vidaeran, segun se pensaba, el mercurio y el azufre, si bien loshindúes concebían al mercurio como el principio masculi·no y el azufre como el femenino, frente a lo que ocurríaen China y en occidente, donde se pensaba que el azufreera masculino y el mercurio femenino. Aparte de los dos principios del mercurio y del azufre, los hindúes teníancinco elementos, ti~rra, agua, aire fuego y éter o espacioen si mismo, lo que parece haber sido tomado de losgriegos. Lo mismo ocurre con ia filosofía atomista, quehacia el siglo quinto se hallaba ya bien asentada entre los
brahmanes y la secta jainista de los budistas.Las contribuciones más importantes de los hindúes a la
ciencia moderna fueron nuestro moderno sistema numéri-co \' el desarrollo de operaciones algebraicas generales. Susotr~ ciencias eran prestadas., estando un tanto degradadas por la persistencia del saber védico, presentando incluso susmatemáticas una calidad variable. El persa al·Biñini (Albi-runi), 973-1048, vivió en Ghazna, en Afganistán, del 1017al 1030, época durante la cual estudió la literatura sánscri-ta escribiendo una historia de los hindúes y sus ciencias.Al hablar de sus ciencias matemáticas, decía:
«Sólo puedo comparar sus escritos astronómicos y ma·temáticos... a una mezcla de nácar y dátiles pasados,de piedras preciosas y guijarros ordinarios. Ambas cosasson para ellos equivalentes, ya que no son capaces deajustarse a los métodos de la deducción estrictamentecientífica.»
Capítulo 9La ciencia y la tecnología del mundo musulmán
Una de esas tribus fronterizas, los Omeyas, que habíansido aliados de los romanos, ocuparon toda Siria, estable-ciendo el primer ·califato musulmán en Damasco el año 661.L O t b h l i d d d l i i i
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Los habitantes de Arabia, forjadores de un imperio que seextendía desde los Pirineos al oeste hasta las fronteras dela China al este, entre los años 634 y 750 d.C., no eran ple-namente bárbaros nómadas antes de iniciar sus conquistas.Los mercaderes árabes tomaron parte en el comercio marí-timo de Ujjain, en la India, a Alejandría, en Egipto, mo-nopolizando en gran medida la ruta de Adén a la India.Se dice que el propio Mahoma, el Profeta cuyas doctrinas
inspiraron las conquistas árabes, era asimismo un merca-der . Algunas tribus árabes fronterizas habían entrado al ser·vicio de los romanos y de los griegos bizantinos comoaliados, aprendiendo algo de los usos de sus señores. Al·gunos árabes se habían convertido al cristianismo, enconotrando puestos en el servicio civil del imperio bizantino,sobre todo en Siria. Así pues, antes del surgimiento delislam, había elementos educados entre los árabes,' factor que facilitaría la posterior asimilación musulmana de la
. .
.ClenClagnega.
Los Omeyas, que estaban helenizados desde el principio,reunieron en Damasco a científicos y fundaron allí un ob·servatorio astronómico ya en el año 700. Sin embargo, losárabes helenizados tendían a carecer de la energía derivadadel fervor religioso, por lo que los Omeyas sucumbieron enel 747 ante los más religiosos abasíes, quienes establecieronsu califato en Bagdad. Los abaíes más que helenizarse, se persizaron, adoptando la cultura de la tierra que habíanconquistado. Siguiendo el ejemplo de los persas, quehabían fundado una escuela de medicina y astronomía enJundishapur en el siglo quinto, el segundo califa abasí, al-Mansur , trajo científicos a Bagdad. Un astrónomo indio,
Manka, le fue presentado a al-Mansür en el 773 traducién-dose las obras científicas hindúes, 'Ios Siddhan~as, el Cha-raka y el Susruta. El tercer califa, Hácün al-RiSid, ordenórecolectar tratados griegos originales y el cuano, al-Ma'mün,fundó una «Casa de la sabiduría» hacia el 828 para la tra-ducción de dichas obras. El principal traductor era allí elnestoriano I:Junayn ibn lsl)aq , c. 809-77, quien tradujo la
mayoría de los escritos médicos de Galeno. comenzando latraducción de la astronomía de Ptolomeo. Su tr?bajo lo pro-
siguieron unos noventa discípulos, principalmente su hijoIs~aq, muerto en el año 910, que tradujo las obras de Pto-lomeo y Euclides, y su sobrino l:Iubays, quien tradujo lasobras de Hipócrates y Dioscórides.
AI-Ma'mun fundó asimismo un observatorio astronómi·co en Bagdad en el año 829. Allí inició las observacionesal-Fargani, muerto hacia el año 850, que fueron continua-das por los sabeos, adoradores de los astros, al·Battani, c.
859-929, y Thibit ibn Qurra, c. 826-901. Estos hombres provenían de l;Iarran en Mesopotamia, donde la vieja reli·
~ión babilonia con su astrología y su adoración de las es-
trellas pervivía bajo la forma de la secta pagana de lossabeos, tolerada por los sULesivos conquistadores de Meso- potamia hasta el siglo trece, momento en que fuer on ani-
il d l l AI B tt i bt l
Yábir o Geber, como se le llamaba en la Europa medieval, parecen ser más bien una colección del siglo décimo debi-da a una secta mística que se daba a sí misma el nombrede ~Los herm~nos de la pureza » La alquimia siempre ha
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quilados por los mongoles. AI-Battani obtuvo valores parala inclinación de la eclfptica y para la precesión de los eq ui-noccios más precisos que los de Ptolomeo, descu briendoademás que la excentricidad del sol estaba cambiando (entérminos actuales, que la órbita terrestre es una elipse va-riable). Hacia esta época, al-Juwarizmi, muerto hacia el año835, introdujo los numerales indios, así como los métodosindios de cálculo en el mundo musulmán, si bien su álge- bra era inferior a la de los hindúes.
El primer escritor musulmán or iginal en temas médicosfue el persa al-Rázl, 865-925, que estudió y trabajó enBagdad con los discípulos de l:Iunayn. AI-R ázlo el Rhazes,
como se conocía en occidente, escribió más de un centenar de obras, siendo la más conocida el Libro Completo, queabarcaba toda la medicina griega, india y del oriente medioentonces conocida. Quizá debiera algo también a fuenteschinas,ya que Ibn al-Nadím que escr ibe en el 988, pocodespués de la época de al-Razi, contaba que un estudiosochino pasó aproximadamente un año con Rhazes apren-diendo a hablar árabe y traduciendo al chillO las obras deGaleno. Galeno no parece haber e jercido inf luencia sobrela medicina china, si bien el conocimiento del pulso, quetan importante función desempeñó en la medicina china,aparece en el enciclopédico Canon de medicina, escrito por el siguiente gran médico musulmán, Ibn Sina (Avicena),
980-1037, de Bujara. Ni al-Razi n i Ibn Sina (conocido enoccidente como Avicena) mejoraron las teorías de Galeno,si bien en el aspecto práctico conocían un número muchomayor de drogas.
La alquimia sur~ió en el islam durante el siglo novenocon la persona de Yábir ibn l:Iayyán, llamado «El místico,).
Los escritos que han llegado hasta nosotros atr i buidos a
de Los herm nos de la pureza.». La alquimia siempre hatellld~ un caracter un tanto «no oficial», mostrando poseer coneXlOnes con la religión mística, por un lado, y con elarte químico, por el otro. En el islam tales conexiones eran
quizá más acusadas que en otros lugares. La religión mu-sulmana ortodoxa era la de las sectas sunníes oficialesmientras que entre la masa islámica se hallaba extendido eimisticismo de los sufíes. Una de las sectas más radicales delos sufíes eran los qarmatas que sostenían que todos loshombres eran iguales, tratando de instaurar la igualdadentre sus compañeros por medio de actividades educativascomo la fundación de escuelas y la preparación de enciclo~
pedias. Estaban especialmente interesados en los artesanos,¿esarrollando, cuando no organizando, los gremios delIslam. Fundaron escuelas de «Hermanos puros» en diversasciudades del islam a fin de diseminar sus ideas. Los «Her-manos de la pureza» que escribieron el corpus fundamen-tal de la alquimia islámica parecen haber constituido unade esas escuelas en Ba§ra (Basora), donde había nacido elsufismo en el siglo nueve. Sus obras de alquimia eran tansólo una parte de una enciclopedia que estaban escribien-
do, en la que diecisiete de los cincuenta y dos tratados deque constaba estaban dedicados a temas científicos. La obrafue declarada herética y quemada por los sunníes ortodoxosde Bagdad, siendo suprimidos finalmente los «Hermanosde la pureza» en el siglo once.
Los «Hermanos de la pureza» se oponían al tipo de razo-namiento deductivo y geométrico que los estudiosos mu-sulmanes ortodoxos habían heredado de los griegos. Ponían
los.misterios por encima de la tazón y sostenían que los mis-tenos podían explorar se empíricamente. Los «Hermanos dela pureza» ado ptaron la concepción según la cual el hombre
es un microcosmos de todo el universo, idea que ha sidodel agrado de alquimistas y' místicos religiosos de todo elorbe, e hicieron de dicha idea la base de su sistema delmundo De hecho fueron los primeros que elaboraron con
En la batalla de Samarcanda del 704, los musulmanes cap-turaron algunos fabricantes de papel chinos, los cuales pa-saron su arte a sus conquistadores. El primer taller papele-
ro del islam se estableció en Samarcanda en el año 7 5 1 Y el
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mundo. De hecho, fueron los primeros que elaboraron condetalle las consecuencias de la idea de que el hombre es unmicrocosmos epítome de todo el universo, hallando analo-gías entre todos los aspectos de la aHatomía y fisiología del
hombre y la estructura y funcionamiento entonces conoci-dos del mundo. En el terreno concreto de la química, di-vidían las sustancias naturales en dos clases principales,«cuerpos» y «espíritus», en analogía con la idea según la cualel hombre había sido hecho de cuerpo y espíritu. Los «es- píritus:. eran sustancia volátiles, mientras que los «cuerpos!>eran las sustancias no volátiles.
Formularon la doctrina de que todas las cosas, especial-
mente los metales, estaban formadas por la interacción delos principios del mercurio y del azufre. Los comienzos dedicha doctrina se hallaban presentes tanto en la alquimiachina como en la alejandrina. El principio del azufre era laesencia activa, masculina e ígnea, el Yang de los chinos yla exhalación humeante de la Meteorología atribuída a Aris-tóteles. El principio del mercurio era la esencia receptiva,femenina y líquida, el Yin de los chinos y la exhalación hú-meda de la Met eorología. Los alquimistas musulmanes
adoptaron la doctrina griega de los cuatro elementos, sugi-riendo que un metal se podía transmutar cambiando cuan-titativamente su constitución elemental. En el aspecto prác-tico, los alquimistas islámicos eran notables por cuanto queempleaban la balanza y estudiaban cuantitativamente lasoperaciones químicas. Estaban también familiarizados consustancias químicas desconocidas por los griegos, como losácidos minerales y el salitre que llamaban «nieve de la
China».La fabricación de papel fue una técnica que los musul-
manes tomaron de los chinos, transmitiéndola a occidente.
ro del islam se estableció en Samarcanda en el año 7 5 1 Y elsegundo, en Bagdad en el 793. Hacia el año 900 la fabri-cación de papel se había extendido a Egipto y hacia el 1100,a España, desde donde pasó al norte de Europa, siendo la
primera fábrica de papel al norte de los Pirineos la deHerault, fundada en el 1189.
Bagdad inició una progresiva decadencia en cuanto a im- portancia cultural a medida que los selyuqíes turcos, quehabían empezadu como mercenarios, se apoderaron cadavez más del control de califato del este. Algunos estudiosos permanecierof.1 bajo los turq>s, como el poeta y matemáti-co persa 'Umar Jayyam, muerto en el 1123, quien desarro-
lló las matemáticas de al-Juwarizmí, tratando sobre ecua-ciones cúbicas, mientras que este último sólo había abor-dado las cuadráticas. Otros se trasladaron al este, a la Indiamusulmana, como el persa 'al-Biruni que se estableció en
Ga~na, Afganistán, eseribiendosu historia de la India. Noobstante, la mayoría de los estudiosos musulmanes se tras-ladaron hacia el oeste, al Cairo, especialmente durante elreinado del califa Fatimr al-Hakim, 9%-1020, que había
fundado una «Casa del saber» en el año 995.
De Basora provenía Ibn al-Haytam (Alhazén), 965-1038,notable por sus trabajos en óptica, opiniéndose a la teoríade Euclides, Ptolomeo y otros antiguos, según la cual el ojo
enviaba rayos de luz para ver los objetos. AI-Hanam sos-tenía que los rayos de luz provenían de los objetos vistos,expandiéndose esféricamente a partir de cualquier fuente.Su estudio experimental de las lentes de aumento lo llevómuy cerca de la teoría moderna de las lentes convexas y,
por lo que atañe a la refracción en general, mostró que laley aproximada de Ptolomeo, según la cual el ángulo de in-cidencia es proporcional al ángulo de refracción para una
separación entre dos medios dada, era sólo verdadera paraángulos pequeños.
Otro científico que trabajaba en e! Cairo en la época deal-I:Iak im era e! astr ónomo Ibn Yunus, muerto en e! 1009.
e! título de califas de Córdoba a partir de! siglo diez. EnCórdoba se estableció en e! año 970 una biblioteca y unaacademia científica, fundándose posteriormente instirucio-nes similares en Toledo. De esta época era también Abü-l-
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,Reunió rodos los r egisrros de observaciones realizadas en losdos siglos anteriores, prepar ando a partir de ellos las tablasastronómicas ~akimíes, así llamadas en honor de su patrón.
Un poco antes, al-Mas'üdí de! Cairo, muerto en e! 957, es-cribió una historia narur al enciclopédica que contiene la pri-mer a descr i pción de los molinos de viento. Dichos molinostenían un eje de rotación vertical, estando provistos de velasseme jantes a las de un bar co.
La actividad científica pr osiguió en Egipto bajo los sul-tanes ayyub7es, donde llegó de España e! filósofo judío ibnMaymiin (Maimónides) para ocupar e! puesto de médico
de Sarah al-Dín (Salad.ino), 1174-93, e! fundador de la di-nastía. La o br a f undamental de Ibn Maymün, 1135-1204.era de narur aleza filosófica, aunque se interesaba en pro- blemas médicos y cr iticaba las teorías de Galeno. Un mé-dico de! Cair o poster ior , Ibn al-Nafr s, 1210-88, que veníade Damasco para encargarse de! hospital na~iri en e! Cairo,er a más positivo en su crítica a Galeno. Señalaba que la pared que divide e! corazón, e! seprum, era sólida y com- pletamente desprovista de poros que permitiesen e! paso
d e l a sangre, como Galeno había posrulado. Así pues,argüía, la sangre ha de fluir del ventr ículo derecho al iz-quierdo a tr avés de los pulmones. De este modo, Ibnal- Nafr s llegó a formular la teoría de la circulaci~n menor de la sangre, si bien su descubr imiento no pasó a lacorr iente principal de la ciencia y su obra no salió a la luzhasta este siglo.
En Es paña se desar rolló un tercer grupo de científicos
musulmanes. Allí, un superviviente de! primer califatoomeya de Damasco había establecido e! reino independien-te de al-Andalus en e! año 755, dándose sus descendientes
nes similares en Toledo. De esta época era también Abü lQasis (Abulcasis), muerto hacia e! 1013, un médico de lacorte de Córdoba, quien escribió un gran texto de medici-na de treinta secciones, la última de las cuales tr ataba de
cirugía, que en esa época había sido descuidada por losautores musulmanes.
La astronomía surgió en e! calif ato occidental con a1-Zar -qalI (Azarquie!), 1029-87. de Córdoba que confeccionó lastablas astronómicas toledanas en e! 1080 Y modificó e! es-quema ptolemaico de los cielos sugiriendo un def erenteelíptico para e! epiciclo de! planeta Mer cur io. Los musul-manes españoles criticaban mucho e! sistema ptolemaico
porque aspiraban a un sistema de! mundo físicamente real,viéndose poderosamente influidos por una corriente ar isto-télica que halló expresión filosófica en las obras de Ibn Rusd(Averroes), 1125-98. El movimiento comenzó con IbnBayya (Avempace) de Zaragoza, muerto en 1139, siendo proseguido por Abü Bakr (Abubacer) de Granada, muertoen 1185, y al-BitfÜf¡ (Alpetragius), muerto hacia e! 1200.Rechazaron el recurso de Ptolomeo de! e piciclo basándoseen que los planetas han de gir ar en torno a un cuerpo
central físicamente real y no en torno a un punto geomé-trico. Por consiguiente se esf orzar on por elaborar un siste-ma de los cielos que fuese f ísicamente plausible basado enel sistema de Eudoxo de las esferas homocéntricas que habíaadoptado Aristóte!es. En este intento no ruvier on éxito, pues ni siquiera Eudoxo había sido capaz de explicar e! co-nocidísimo acercamiento y alejamiento de los planetas.
- siendo además ahora mucho más numerosos y comple jos
los movimientos de los cuerpos celestes que exigían unaexplicación.El surgimiento de la ciencia en el califato occidental se
produjo in!llediatamente antes de las invasiones cristianasde Es paña. La ciencia musulmana floreció aún en las ciu-dades tomadas por los cristianos, especialmente en Toledo,que cayó en el año 1085, con lo que Es paña se convirtió en
les. La idea de la impr enta, aunq ue no sus detalles técnicosquizá, pueden también haber pasado a Europa por esta vía,dado q ue las bar ajas que se habían estado imprimiendo enChina durante algún tiempo aparecieron en Europa poco
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la ruta princi pal por la que la ciencia antigua llegó a occi-dente. Tam bién llegó por esta vía la técnica china de fa-
br icación del papel. Los musulmanes no parecen haber co-
nocido la pólvor a y las armas de fuego antes de las invasio-nes mongoles, ni tampoco los métodos chinos de impresiónhasta una é poca bastante tardía. La pr imera descripciónmusulmana de los métodos de impresión utilizados por loschinos se produce en las o br as del estudioso per sa al-Bana-kati, c. 1200, mientras que la pr imer a impresión xilográfi-ca de! islam tuvo lugar en Egipto en algún momento entre
e! 900 y el 1350.
Los mongoles, q ue conquistaron e! califato or iental enun extr emo de Asia y la dinastía Sung de los chinos en e!otr o er an inicialmente más uniformemente bárbaros de loq ue 'lo ha bían sido los árabes, si bien alcanzaron e! nivelde civilizacion predominante entre los pueblos que habíanconquistado. Cuando se terminaron las conquistas mongo-les, el inter cam bio entr e el este y el oeste resultó muchomás fácil y directo de lo que había ido anteriormente.Marco Polo, 1254-1324, podía ir a China y obtener un
puesto elevado en la of icina imper ial de la sal, mientras queel chino Mar Jaballaha, 1244-1317, vino al oeste convirtién-dose en patriarca de los nestorianos en el año 1281.
Los pr imer os ataques mongol es se dirigieron contraChina con Gengis Jan en el año 1214. En 1233, el gene-r al Sou boutai ca pturó una f actor ía china de munición enPien Ching y per donó la vida a los trabajador es, de modoque pudo dis poner de pólvora y granadas, si no de armas
de f uego, en su campaña europea que inició en el 1235.Es por tanto posi ble que la pólvora, y quizá también las
armas de f uego, llegasen a Europa a través de los mongo·
China durante algún tiempo aparecieron en Eur opa pocodespués de las invasiones mongoles, reconociéndose suorigen oriental. La carretilla y el hierro colado aparecentam bién en Europa hacia esta é poca, si bien en este caso es
probable que se diera un desarrollo independiente. Acambio, en el siglo trece llegaron a China desde Europa, atr avés de los mongoles, los licores alcohólicos destilados ylos anteojos.
Los mongoles tomaron íntegr a la civilización china, uti-lizando la administración de letrados existentes, si bien co-locaron en los puestos superiores a extranjeros como MarcoPolo. Fundaron un observatorio en Pekín, poniéndolo en
manos de musulmanes occidentales así corno de chinos naotivos. Algunos de los instrumentos utilizados aún existen,especialmente las grandes esferas armilares y los cuadrantesmurales. En Par ís se conserva un tratado con caracteresár abes y chinos en la portada que consta de un conjuntode tablas lunares preparadas por Abn AJ:¡mad de Samar-canda en 1362 para su patrón mongol de Pekín.
Más al oeste, HulaguJan, e! nieto de GengisJan, saqueóBagdad en el 1258, acabándose finalmente el calif ato abasíoriental. Hulagu Jan fundó un observator io en Mar agha,en Azerbayyan (Azerbaidjan), al sur de Tabriz, poniéndo-lo bajo la dirección de su visir , Na~ir alDin al-Tusl,1201-74, que era a su vez astrónomo. Reunióse allí una bi-
blioteca de unos 400.000 volúmenes, viniendo astrónomosde lugares tan distantes corno China y España. De Chinavino Fu Meng-chi, y de al-Andalus, al-Magribi, quien es-cribió una monografía sobre los calendar ios de los chinos y
los uigur s. Finalmente, tras doce años de observación, N~ir al-Din al·Tus! y sus astrónomos sacaron las Tablas de Il ján.En la propia Tabriz se imprimió papel moneda en 1294
con caracteres tanto chinos como arábigos y unos años mástarde, e! médico persa RaSld al-Din, 124~-1316,.¿io una ex- plicación detallada de los métodos ~: Impre~lOn. e~plea-dos por los chinos La última exploslOn de cIencIa tar~ara
Capítulo 10La tecnología y la tradición artesanal en la Europa
medieval
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dos por los chinos. La última exploslOn de cIencIa tar~arase produjo en 1420 cuando Ulügh Beg, 1394-1449, ?Ietode Timür Lang (Tamerlán), estableció un observaton~ ~n
Samarcanda. Aquí se cartografiaron de nuev.o las pOSICI~-nes de las estrellas estudiadas por Hiparco, sIendo las mas precisas de cuantas se hicieron antes de la época de Tycho
Brahe, en e! siglo dieciséis.
La «noche oscura» que se extiende desde aproximadamentela caída de Roma en e! 455 hasta e! inicio de! despertar in-telectual de occidente bajo e! reinado de! papa Silvestre n,999-1003, se considera tradicionalmente como un períodoun tanto estéril en la historia de la civilización europea.Aunque así son las cosas por lo que atañe a la filosofía na-rural, a lo largo de estos siglos aparecen unas cuantas in-novaciones técnicas fundamentales que pusieron los funda-mentos de un modo de vida materialmente superior al dela antigüedad clásica para la mayoría de las personas. Los bárbaros. teutones que invadieron el imperio romano en plena desintegración traían con ellos numerosas bagatelasa las que nos hemos acostumbrado, como llevar pantalonesen lugar de toga, emplear mantequilla en vez de aceite deoliva, la mejora de los métodos de fabricación de fieltro,los esquís y la fabricación de barriles y cubas. Más impor-
tante fue la introducción que hicieron los bárbaros de! cul-tivo del centeno, la avena, la escanda y e! lúpulo; e! usodel estribo para montar a caballo y, sobre todo, el arado pe-
sado de ruedas que suministraba los medios para e! desarro-llo de! sistema de tres campos en que se basaba la vida delos señoríos medievales.
El viejo arado usado en la antigüedad había permaneci-
ba~a, habas o guisantes, mientras que e! tercero se dejabaI~~Ierra en bar?echo. Por tanto, supuesta la misma produc-tlVIda? por UnIdad de área de tierra, e! sistema septentrio-nal tnanual produciría un tercio más que el sistema meri-
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El viejo arado usado en la antigüedad había permanecido sustancial mente inalterado desde los comienzos de laedad de bronce, exceptuando e! hecho de que, desdeaproximadamente e! año 1000 a.c., la reja se hacía en ge-neral de hierro en lugar de madera. Al carecer de ruedas,e! que araba tenía que mantener e! viejo arado a la alturacorrecta para cortar e! suelo, operación que exigía un con·siderable esfuerzo físico, proporcionando surcos que noeran ni muy rectos ni muy profundos. Con este sistema e!suelo sólo se arañaba, por lo que era necesario ararlo dosveces, realizándose la segunda labor en una dirección queformaba ángulo recto con la primera. En los terrenos lige.
ros y secos de la región mediterránea, donde se practicabaun sistema bianual, un año de cosecha y otro de barbecho,e! antiguo arado era razonablemente eficaz, pero no así enlos suelos pesados y húmedos, así como más ricos, de! nor-te, donde el arado nuevo encajaba perfectamente.
El nuevo arado, utilizado por los bárbaros antes de! año100 a.c., tenía ruedas que controlaban la profundidad dela labor , ahorrando así energía al labrador. Al estar dotadode una reja para cortar e! suelo y de una vertedera para
darle la vuelta, e! nuevo arado producía surcos profundosy regulares, haciendo superflua la labor transversal practi-cada en e! sur . Así, e! nuevo arado llevó al cultivo de largastiras de tierra en e! sistema trianual septentrional, frente a
los bloques cuadrados de! sistema bianual practicado al piede los Alpes y en el Loira. La novedad principal del siste-ma trianual, que se menciona por vez primera en e! año765 d.C., consistía en sembrar en primavera además de la
tradicional siembra invernal. En un ciclo típico, e! primer año se dedicaba a una siembra de invierno de trigo o cen-teno, el segundo~ a una siembra pr imaveral de avena. ce-
nal tnanual produciría un tercio más que el sistema meridional bianual.
El nuevo ~rado era más pesado que el antiguo, exigien-do una conSIderable fuerza de tracción, de modo que loscampesinos de una aldea mancomunaban sus bueyes paraarar, antes de que se extendiera e! uso de caballos durantelos siglos décimo y undécimo. En la antigüedad rara vez seusaban los caballos para arar , ya que e! sistema de arnesesentonces conocido desaprovechaba aproximadamente lamitad de la potencia que e! animal podía ejercer . El anti-guo arnés para los caballos se basaba en el yugo de los bueyes que se pone en e! cuello, con lo que e! caballo no
podía tirar con los hombros, donde resulta más eficiente.El yugo se colocaba sobre la parte de atrás de! cuello de!caballo y se sujetaba mediante una correa que pasaba por la parte de delante, de manera que tan pronto como e! ca. bailo empujaba un poco tendía a ahogarse. Además, los an-tiguos no sabían cómo enjaezar los caballos en fila para au-mentar su potencia tractora ni sabían tampoco nada deherraduras, con lo que a menudo los caballos se herían enterreno pedregoso.
Hacía e! siglo nueve y diez, e! caballo se utilizaba máseficazmente en e! norte de Europa. Quizá la collera se in-trodujese ~es~e e! Asia, dado que la palabra teutona y es-lava q.ue SIgnIfica collera, e! inglés hames , tiene su origenen ASIa Central. El arnés que permitía enjaezar un caballodetrás de otro y la herradura se introdujeron también, conel resultado de que la potencia de tracción efectiva de! ca- ball~ p~ó ahora a ~er tres o cuatro veces mayor de lo que
habla SIdo en la antIgüedad. Así, se pudo aplicar e! caballoa la agricultura, si bien en general ello sólo se hizo en lossistemas trianuales del norte, donde había suficiente grano
extra par a alimentado. Los bueyes se emplea ban aún ~rin-ci palmente en los sistemas bianuales menos productivos,
dado q ue el buey podía alimentar se con heno. Así pue~,e! buey resultaba económico por lo que respecta.a la ah-
sarrollo de las ciudades con sus ar tes y comercio, proporcio-nando la riq ueza par a las nota bles o peraciones que tuvie-ron lugar entr e los siglos doce y trece, las Cr uzadas, la cons-trucción de catedr ales y la fundación de las universidades.
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e! buey resulta ba económico por lo q ue r especta.a la ahmentacíon, mientras que e! ca ballo ahorra ba tiempo y
uabajo.
Otro invento que ahorraba esfuerzo humano era la ruedahidtáulica que se a plica ba am pliamente a la m?lien~a de!gr ano dur ante la alta edad media. El romano VltfUblO des-cribió una rueda hidráulica vertical allá por e! año 16 d.C.,siendo pro ba ble que incluso antes existiesen ruedas hidráu-
licas hor izontales. No o bstante, en la antigüedad lo normalera e! uso de pequeños molinos a br azo, o perados. ~or hombres o por animales, par a moler grano, no gener~hzan-dose los molinos hasta la alta edad media, cuando caSitodas
las aldeas de Euro pa tenían e! suyo propio. El Libro del J uicio Final* de 1086 recoge la existencia de 5.000 molinosen la Inglaterr a d e entonces, lo que indica q ue ha bía aproXi-madamente un molino por cada 400 habitantes. Durantee! siglo siguier on a pareciendo los molinos de viento, siendoe! pr imero q ue se menciona un molino nor mand~ de 1180que presenta un e je motor hor izontal y ve!as.ver ucales, demanera q ue muy pr o bablemente f uese un lOven~o lO~e- pendiente de los molinos de viento orientales de! Siglo diez
que tenía~ ejes verticales.Estas diver sas innovaciones dieron por resultado que la
mayoría de la gente se li ber ara de algunos de los tra ba josfísicos más ominosos que ha bían tenido que r ealizar en la
antigüedad, con lo q ue se pr oducía un excede?te d~ ali-mentos por encima de las necesidades de subsistenCla delos dominios señoriales. Tales excedentes permitier on e! de-
* El Domesd ay Book . llamado así porque no perdonaba a nadie. reco-ge el resultado del r egistro de todas las pr o piedades y bienes ordenado
por Gudlermo el Conquisrador . [N.T.]
y
Los artesanos y estudiantes de las gr andes ciudades se ali-mentaban y vivían gr acias a los excedentes alimenticios pro-cedentes de r egiones muy limitadas debido a las deficien-
tes comunicaciones de la' época. Lo mismo ocur ría con losconstructores de catedr ales, habiendo estimado un autotamericano q ue las ochenta catedr ales constr uidas por losfranceses entr e 1170 Y 1270 costar on el equivalente anualde mil millones de dólar es en tr a ba jo y materiales.
Otra consecuencia de las innovaciones técnicas introdu-cidas durante la edad media f ue el desplazamiemo de loscentros de la civilización de! Mediterr áneo al norte de Eu-
ropa, donde las me jor as se empleaban má3 efectlvamente.El mer cado de excedentes alimenticios y productos artesa-nales se desar r olló notablemente entr e los siglos once ytrece, especialmente en e! norte de Euro pa, con lo que losmares Báltico y del Norte llegar on a rivalizar con el Medi-terráneo por lo q ue respecta a la magnitud de! comercio rea-lizado a través de ellos. Tales desarr ollos hallar on expresiónen la fundación de la Liga hanseática de ciudades comer-ciantes en e! año 1241 d. C. Las princi pales ciudades de la
Hansa eran Lübeck , Colonia, Breslau y Danzig, si bien laLiga tenía concesiones en lugares tan apar tados como No-vogorod y Londres.
La extensión del comercio se vio acompañada por nuevos
descubrimientos en el campo de la navegación, como eltimón de codaste y e! baupr és. de los que se dice que ha- brían apar ecido por vez primera en Eur opa en los barcosde la Liga Hanseática durante e! siglo trece. En la época an-tigua, los bar cos se gobernaban por medio de un remo sobrela bor da, a po pa, como en una canoa dirigida con una pala.En barcos grandes este método de gobernar no resultaba
muy efectivo, lo que limitaba el comportamiento de losgrandes veleros, en los que era preciso un control muy finodel gobiernalle a fin de navegar contra el viento. El timónde codaste superó esta limitación. a la vez que el bauprés
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permitía alar más allá de la proa el extremo delanter o infe-rior de la vela mayor, lo que facilitaba al barco navegar máscontra el viento. También es un producto de la edad media
el aparejo de proa a popa que hacía posible dar bordadascontra el viento. La forma primitiva de este aparejo, la velalatina, se representó por vez primera en una pintura muralhallada en una iglesia pre-musulmana del sur de Palestina
y, posteriormente, en una miniatura bizantina del siglonoveno.
Estos avances en el arte de navegar contribuyeron unavez más al ahorto de trabajo manual, el de los galeotes, 2m -
pliando considerablemente el área de tr ans por te marítimo.Ahora se podían construir batcos mayores eficientementtgobernados que permitían la realización de viajes trans-oceáriicos, frente a la navegación costeando que se practi-caba en épocas anteriores. La aguja magnética apareció enEuropa durante el siglo trece, mostrándose esencial para de-terminar la dirección en los viajes oceánicos con el cielo en-capotado, cuando no se podían ver ni los cuerpos celestesni la tierra. También en este caso el Norte se adelantó, ya
que en el Mediterráneo la visibilidad es. buena. Hacia elsiglo quince, la desviación de la brújula del norte verdade-ro fue tomada en cuenta por los fabricantes de brújulas deFlandes, aunque no así por los de Génova.
Se produjeron avances técnicos paralelos en aquellas artesde las' que dependía el comercio. En el campo textil, du-rante el siglo trece se desarrolló el torno de hilar, mejorán-dose el telar en fechas inciertas. Aproximadamente en lamisma época se utilizó la energía hidráulica para abatanar, proceso consistente en batir la tela en agua para hacer quese encoja y aumente de este modo la densidad y duración
del tejido. Inicialmente el batido se hacía a mano. pero enla segunda mitad del siglo doce se intr odujeron para aba·tanar martineres movidos mediante r uedas hidrúalicas.Poco después se em pezar on a utilizar mar tinetes movidos
Europa es e! de la realizada en Rávena en e! 1289. El paso
a los tipos móviles y de metal se pr odujo r á pidamente, dán·dose ejemplos en Limoges en 1381, en Amber es en 1417 yen Haarlem en 1435. Finalmente, Gutenberg de Mainz per ·
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p p por agua para tritur ar el pastel de los timoreros y la cor teza
de los curtidor es. A continuación, una gr an cantidad de
oficios se basaron en la ener gía hidráulica. En el siglo trecese aplicó la ener gía hidr áulica a las ser rer ías y a los fuellesde las forjas de los her r eros; en el siglo catorce. a los mar-tinetes de fragua y a las piedr as de afilar , y en el quince,a las bombas par a achicar minas. Quizá la a plicación másimportante de la ener gía hidr áulica f uese la de los fudlesen los hornos de hierro, que proporciona ban una ventila·ción capaz de elevar la tem per atura lo suficiente para fun·dir el hierro de modo que se pudiese echar en moldes. El
hier ro colado apar eció inicialmente en Europa dur ante el si-glo trece, aunque los hor nos altos no se generalizar on has·
ta el q uince.Los musulmanes y quizá tam bién los mongoles trajeron
a Europa or ras innovaciones técnicas. Pr imero llegó la ma·nufactura de papel que se hallaba bien establecida en la Es· paña musulmana hacia 1150. Al cabo de unos pocos años,en 1189, se esta bleció la primer a fábr ica de papel de la cris-tiandad en Herault, Francia. Para e! año 1276 la fabrica·ción de pa pel había llegado a Montef ano en Italia, y parael 1391, a Nur em ber g en Alemania, instalándose la prime-ra fábrica de pa pel en Inglaterra en e! año 1494. Por lo qut'respecta a la imprenta, es pr obable que los mongoles tra-
jesen a Europa descripciones y tal vez muestras de impresiones chinas, desar rollándose aquí de nuevo los detallestecnicos. En el monasterio de Engel berg se tallaron en 1174 bloques de madera para las elaboradas mayúsculas utiliza-
das en los manuscritos medievales, todo ello algo antes delas invasiones mongoles y de las descripciones musulmanasde la impresión china. El primer r egistro de xilogr afía en
, g pfeccionó e! anter ior método pr imitivo de impresión entreel 1436 Y e! 1450.
La pólvor a a pareció por vez primera en Europa a lo largodel siglo trece, apar eciendo la pr imer a mención de la mismaen una carta escr ita por Roger Bacon en 1249, unos pocosaños después de las invasiones mongoles. El cañón se men-cionó por vez primera en e! 1325, representándose por vez primera en 1327. El dibujo de 1327 muestra que el cañón primitivo era un instrumento con forma de vaso que dis- paraba un cilindr o con una punta de f lecha. Es posible queel primer cañón estuviese basado en las granadas emplea-
das por los chinos, un pote de hier r o lleno de pólvora y lan·zado desde una cata pulta, llenándose ahor a sólo en parteel pote de pólvor a y disparando un proyectil desde la boca.Los cañones eur opeos poster iores constaban de bar ras dehierro unidas con flejes para formar un cilindro, si bien en-seguida se fundieron, primero en bronce y luego en hierro.
La imprenta y las ar mas de fuego tuvier on a finales dela edad media efectos similares a la invención de! alf aber o
'y de! hierro a f inales de la edad de br once. La impr enta,al igual que e! alfabeto anteriormente, sir vió par a aumen·tar la cultur a de l a humanidad, haciendo más disponi bleslos registros acumulados de la civilización humana. Posibi·litó el surgimiento de los escritos en lengua vernácula y ar-tesanales, con lo q ue por vez primer a en la histor ia los ar·tesanos pudier on reseñar la experiencia y valor es de su tra-dición. La impr enta contribuyó también a la Refor ma pr o-testante haciendo la Biblia más accesi ble, de modo que la
gente pudiese buscar la verdad religiosa en su pr o pia ex pe-riencia de las Escr itur as, tal y como sugerían los re·formadores.
La pólvora y las armas de fuego pusieron fin a los díasde los caballeros con su armadura y su castillo fortificado,del mismo modo que las armas de hierro eliminaran a loscaballeros de la edad de. bronce con sus carros y estoques
ción culta y contribuyeron al desarrollo de la cienciamoderna.
Ya desde el año 1250 nos han llegado cuadernos de notasdel maestro albañil Villard de Honnecourt que via jó amo
li d H í i i l i d é
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de bronce. Con todo, las armas de fuego no tornaroniguales las potencialidades guerreras del hombre, ya que loscañones destruyeron la falange de picas suiza que hasta elsiglo dieciséis había demostrado ser una respuesta efectivaal caballero montado. Además, el poder militar se concen-traba en manos del príncipe que tenía el control de la fa- bricación de la pólvora y de la función de cañones. Así, eldesarrollo de las armas de fuego dio un empujón al surgi-miento de las monarquías absolutas de los siglos dieciéis ydiecisiete.
La edad media asistió no .sólo al desarrollo de nuevas téc-
nicas, sino también a un considerable refinamiento de lashabilidádes y a una diversificación de las artes. Los relojesmecánicos aparecieron en el siglo trece, registrándose la fa- bricación de treinta y nueve de ellos entre 1232 y 1370. Los primeros relojes mecánicos eran grandes, pesados y burdos,empleándose tan sólo en grandes edificios públicos, mo-nasterios o catedrales. Sin embargo, la tecnología mejoró rá-
pidamente y para el siglo dieciséis se construían ya relojesde bolsillo en Nuremberg. Asimismo, en los edificios, la
proporción entre el área de piso útil y el área de la secciónde las paredes sustentadoras aumentó de cuatro a ocho du-rante la Edad Media, lo que indica un aumento en la eco-nomía de materiales y en la habilidad constructora. Con
tales refinamientos técnicos se produjo una diversificációnde las artes. Los ingenieros y fabricantes de instrumentos sesepararon de los herreros y molineros, y los escultores y ar -tistas de picapedreros y decoradores. Los más hábiles de los
artesanos especialistas se tornaron letrados y dejaron cons-tancia de la experiencia de su arte, mientras que más ade-lante tales personas asimilaron parte del saber de la tradj-
pliamente, yendo a Hungría a reconstruir iglesias después
de las invasiones mongoles, dejando constancia de muchasde las cosas que veía. Sus dibujos de seres vivos son realis-tas y se basan en la observación, señalando específicamenteque su león está dibujado del natural, aunque resultabaofrecer un aspecto heráldico. Por otro lado, los di bujos es-colares de animales y plantas se copiaban de manuscritosanteriores, de manera que se producía una rápida degene-ración del realismo, tornándose formales y convencionalesl.as ilustraciones biológicas. Una planta que parecía unafresa en un herbario francés de hacia el año 550, se había
convertido en algo más parecido a una zarza en un herba.rio renano en 1050, tras numerosas copias sin referencia ala propia planta.
Una de las primeras obras que expresa los valores de latradicion artesanal es un manual de pintura escrito enlengua vernácula por el pintor florentino Cennini, en torno
al 1400. Surge allí el comienzo de una actitud experimen.tal, pues al describir la fabricación de pigmentos y la téc.nica de la pintura, Cennini señala que «anotará lo que haexperimentado con sus propias manos •. El sentido de la tra-dición gremial es acusado en el manual de Cennini. Escri- bió el libro, nos dice, con respecto a sus maestros y en be-neficio de los aprendices del arte.
L?s temas sugeridos por Cennini fueron desarrollados por escrItores artesanales posteriores. El maestro constructor gó.tico Mathias Roriczer escribió un tratado de construcción en1~67 en el que enumeraba algunas construcciones geomé-
tncas que había descubierto por sí mismo. Su objetivo alescribir el libro era más general que el de Cennini, pues noeran tan sólo la mejora de su propio oficio, sino «mejorar
todo lo mejorable y reformar y explicar las artes». Tales va-lores eran aún ajenos a la tradición culta, donde la investi-gación empírica estaba desprestigiada y los antiguos siste-mas de filosofía natural se tenían por cumbres insuperablesd l bid í h
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de la sabiduría humana.Finalmente, con el artista-ingeniero del renacimiento te-
nemos la asimilación del saber culto por parte de los ele-
mentos más capaces y valiosos de la tradición artesanal. Losartist¡l.SBotticelli, 1444-1510, Durero, 1471-1528, MiguelAngel, 1475-1564, y Leonardo da Vinci, 1452-1519, estu-diaron todos ellos anatomía humana mediante la disección.Boticelli y Durero estudiaron óptica, estableciendo Durerolos cánones de las proporciones, mientras que Durero y Leo-nardo observaron los cuerpos celestes, abarcando las activi-dades de este último la mayoría de las ramas de la ciencia
y la tecnología entonces conocidas.Quizá se exagere el grado en que se habían diferenciadoen esta época las artes, dado que la mayoría de los artistasdel Renacimiento seguían aún cubriendo varios campos.Leonardo da Vinci no sólo era pintor y escultor, sinotambién inventor , así como ingeniero militar y civil. Los in-tereses de los artistas renacentistas eran diversos, con lo quesus actividades poseían un carácter general que cubría di-versos campos. Quizá por esta razón su trabajo era hetero-
géneo y un tanto inconcluyente, pues no realizaron descu- brimientos científicos notables.
Con todo, desarrollaron el aspecto empírico del métodocientífico. Alberto Durero publicó una obra de geometríaen 1525 en la que señalaba que, dado que muchos pinto-res alemanes no sabían mucha geometría, había escrito unaobra sobre el tema a fin de que el pintor que la leyera «nosólo tuviese una buena iniciación, sino que fuese mejoran-
do con la práctica cotidiana. Seguirá buscando más cosas yha brá de encontrar mucho más de lo que yo aquí indico».Leonardo da Vinci poseía una apreciación aún más plena
del aspecto empírico del método científico. En una notasobre el método, escribía Leonardo:
«Al abordar un pr oblema científico, dispongo primerodiversos experimentos, ya que pretendo determinar el
Capítulo 11La tradición culta durante la edad media
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problema de acuerdo con la exper~encia, mostrandoluego por qué los cuerpos se ven oblJgados ~.actuar deese modo. Ese es el método que hay que segulf en todaslas investigaciones sobre los fenómenos de la Na-turaleza ...«Hemos de consultar a la experiencia en una diversidadde casos y circunstancias hasta que podamos extraer deellos una regla general que en ellos se contenga. ¿'paraqué son útiles estas reglas? Nos conducen a u.ltenoresinvestigaciones sobre la Naturaleza y a las creaC1~nesar -tísticas. Nos impiden engañamos a nosotros mIsmos oa los demás prometiéndonos resultados que no se
pueden conseguir..
Esto ocurría bastante antes de que las personas de la tra-dición culta desarrollasen el lado experimental del métodocientífico y llegasen a una concepción similar a~erca. de lafunción de los procedimientos científicos en la CienCia. Noobstante, desarrollaron nuevas ideas científicas que los arotesanos renacentistas no habían sido capaces de formular,confiriendo al método matemático su lugar en la ciencia.
El resurgimiento del saber en la edad media vino acompa-ñado por otros notables desarrollos que tuvieron lugar entrelos siglos once y trece, como es la expansión de las artes yel comercio, la construcción de catedrales y la fundación deuniversidades. El resurgimiento del saber griego podría ha- berse producido antes de lo que se produjo, dado que To-ledo siguió siendo !tn arzobispado cristiano durante la ocu- pación musulmana. En realidad, es muy posible que se to-
pasen con obstáculos algunos intentos anteriores de trans-mitir la ciencia griega al occidente, pues un eclesiástico ro-mano del siglo nueve expresaba su preocupación por elhecho de que los cristianos españoles estuviesen estudian-do obras árabes. Parece ser que, sin necesidad de estímu-los, existían posibilidades de traducir obras del árabe, delmismo modo que se dio la ocasión de tradu~.:ir obras direc-tamente del griego, si bien no se aprovechó plenamente,durante la ocupación latina de Constantinopla, 1204-61.
La Cruzada occidental contra los musulmanes en Españadio como resultado la caída de Toledo en 1085, siendo a
partir de esa época cuando se tradujeron las versiones árabesde las obras científicas griegas, con un período de mayor ac-tividad traductora entre 1125 Y 1280. España era el centromás importante de contacto entre los mundos musulmán y
la lectura y escritura de los nuevos numerales hindúes IN fi. . ,as
« ovem tlture tn~0ru..tn:»como las llama él. Siguen luegolas ~peraClones antmetlcas y las cuestiones relativas a los prec~os de las mercancías, las transacciones, sociedades yali-
gamlentos Abor a a continuación diversos problemas uno
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p ycristiano, dado que allí estaban los bilingües mozárabes,cristianos que habían sido asimilados por los musulmanes,
y los mudéjares, musulmanes asimilados por los cristianos,existiendo también un número considerable de judíos, al-gunos de los cuales eran trilingües. El arzobispo Raimundoformó una escuela de traductores en Toledo poco despuésde su caída, atrayendo a estudiosos de toda Europa quei ban a aprender allí la ciencia musulmana. El traductor másimportante era Gerardo de Cremona, 114-87, que fue a To-ledo desde Italia para ver las obras astronómicas de ptolo-mea, el Almagesto, como las llamaban los musulmanes.
Gerardo tradujo el Almagesto en 1175 Ycuando se murióhabía traducido ya ochenta obras más que cubrían todos
los campos del saber musulmán.Un puntO de contacto secundario con la ciencia musul-
mana se produjo en Sicilia, que cayó en manos de los cris-tianos en 1091, tras ciento treinta años de dominio musul-mán. Allí, los habitantes no sólo hablaban formas verná-culas de latín y árabe, sino también griego y algunos, es- pecialmente judíos, estaban familiarizados con las tresclases de escritura. Bajo el patronazgo del emperador Fede-rico II de Sicilia, Miguel Escoto, muerto en 1235, tradujolas obras biológicas de Aristóteles Y gran parte de la alqui-mia musulmana. Existían asimismo lazos comerciales direc-toS entre Sicilia y el norte de Africa, llegando algunas obrasa Europa por esta vía, siendo las más notables los escritosmatemáticos traídos por Leonardo de Pisa y las obras mé-
dicas transrr .itidas por Constantino el Africano.
El Liber Abaci de Leonardo de Pisa, escrito en 1202,ilustra las variadas fuentes de las matemáticas musulmanasy, de paso, de las nuestras. Comienza antes que nada con
gamlentos. Abor~a a continuación diversos problemas, unode los cuales copla al pie de la letra un problema plantea-do. e~ ?OStextos cuneiformes, uno de los cuales data de los
P~lI~l1UVO~tiempos babilónicos, y el otro del período hele-OlSUCO.VIene luego la regula falsi o la «regulis elchataym ,como la llama Leonardo, transliterando del árabe «hisab al-
Jataaym .q .~e significa la regla de la China. La regla de lafal~a ~osIclon era conocida, naturalmente, por los antiguoseglp;lOs, aunque parece que los europeos la conocieron atraves de los musulmanes de la China.
Los traductores cristian?s no trajeron a la Europa occi-
dental todo el saber reuOldo o descubierto por los musul-manes, pues mostraban preferencia por los autores griegosy romanos con los que se hallaban familiarizados a travésde la transmisión directa del saber procedente del mundoro~,ano. A.sí, por ejemplo, el descubrimiento de la circu-laclOn menor debida a Ibn al-Nafis permaneció en la
sombra hasta este s~glo, y si~ duda muchas obras árabes y persas perIT,lanecen SIn traduClr aún hoy. Así pues, el nuevosaber . a~phaba en su mayor parte al viejo, siendo fácilmen-
te asImilable a los curricula universitarios. La innovaciónmás importante fue que las obras de Aristóteles se conocie-sen ahora plenamente, con lo que el aristotelismo de los fi·
I~s~fos escolásticos sustituyó a la anterior orientación pla-túOlca de los Padres de la Iglesia.
Las universidades habían surgido de asociaciones de cortegremi~l. de maestros y discípulos reunidos en las escuelas ca-tedrahCl.as. Durante el siglo once, las palabras «universidad"y «g:eIT,llO»se empleaban indiferentemente para aludir a las
asoc.lacI~nes artesanales, mas en el siglo trece el término«uOlversldad" adquirió el significado específico de asocia-
ción de estudiantes. Había tres tipos. pri~ci~ales de un.i;e~-sidad. En primer lugar , estaban las inStitUCIOnesecIeslastl-cas en las que estudiantes y profesores formaban una fir~ecorporación bajo un canciller, como en el c,aso ~e P~ns,Oxford y Cambridge. En segundo lugar , habla um~ets1da-
franciscana, había dicho que «El árbol de la ciencia engañaa muchos árboles de la vida o los expone alas más sever as
penas del purgatorio».
Otro notable experimentadof fue el noble Pierre de Ma-
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y g g g ,des civiles que estaban dirigidas por un rector elegido por
los estudiantes, como en Bolonia y Padua. En terce~ I~gar
había universidades estatales fundadas, con reconocimien-to papal, por un monarca, como la de NápoIes, creada por Federico II de Sicilia, y Salamanca, fundada por Fernando
III de Castilla. . .Como consecuencia de la fundación d~ las ~mvets1dades
y de la traducción del árabe de la cienCla antigua, se p.r ,o-dujo en Europa durante el siglo rrece ~na breve ecIOSIOnde experimentación, proseguida hasta Clerto punto por losalquimistas hasta la época actual. La figura más notable ?eeste movimiento fue Roger Bacon, c. 1214-94, un franc.Is-cano de la universidad de Oxford. Crit~caba a lo~ estudIO-
que basaban sus opiniones en autondades falIbles o ensos . .el peso de la costumbre, ocultando su Ig~oranCla t;as argu-.mentaciones verbales. El verdadero estudIOSO, deCla" debe·ría conocer «la ciencia natural experimentalmente, aSIc?molos medicamentos, la alquimia y todas las c9s~ de los ClelOSo de debajo de ellos, debiendo avergonz.arse Sí un profano,
.. un rústico o un soldado supIese del suelo algouna VIeJa, .. d 'que él ignorara». El propio Bacon hIZOexpenmento: e op-. .. ndo las obras de Ibn al-Haytam (Alhazen). Es-tlca, SIguIe _
tudió los efectos de aumento de las lentaS plano convex~s,.. d e se podría 'hacer con ellas un telescopIO.sugmen o qu .. l
Bacon sostenía que mediante el estudIO expenmen.tal de aciencia, el hombre podría construir ?arcos y car~aJes auto- propulsados, no menos que subman~os e mgemos volado-res. Sin embargo, tales puntos de v~sta no resulta~on p~- pulares, dado que Bacon fue reprendIdo y puesto baJO la VI-gilancia de su orden. Buenaventura, el general de la orden
ricourt, que era probablemente amigo de Bacon. Hacia el1269 escribió un librito en el que exponía sus experimen-
tos magnéricos y en el que señalaba que el estudioso delmagnetismo ha de ser «industrioso en los trabajos manua-les» a fin de corregir los errores de la razón. Hizo una es-fera de piedra imán y estudió sus propiedades magnéticasmediante trocitos de alambre de hierro, descubriendo asílos meridianos magnéticos que señaló con tiza. Sabía quelos polos magnétiws de distinto signo se atraen y que losdel mismo signo se repelen, así como que si se rompe en
dos un imán, cada una de las mitades se convierte a su vezen un imán. No obstante, creía que las brújulas señalabana la estrella polar y no al polo terrestre, así como que losimanes esféricos rotaban 'espontáneamente.
Mondino de Luzzi, c. 1275-90, realizó también trabajos prácticos en anatomía. Escribió un libro sobre disección, de .tallando sus propios trabajos sobre la disección de doscu~rpos de mujeres. Este libro se utilizó como texto prin-cipal sobre este tema en las facultades de medicina durante
la edad media. La disección se practicó durante toda laedad media, especialmente para autopsias y a veces parala enseñanza d e : los estudiantes de medicina. No obstante,
después de Mondino, la disección la realizaba un cirujano- barbero inculto bajo la supervisión de un doctor que nooperaba personalmente. Además, la disección estaba untanto desaconsejada por el dicho de que «la Iglesia aborreceel derramamiento de sangre», que fue promulgado por elConcilio de Tours en 1163 en relación con la práctica de
desmembrar y cocer a los cruzados muertos para facilitar sutransporte de vuelta a casa.
La alquimia fue otra actividad práctica que se reavivó en
Euro pa durante el siglo trece. Con la difusión de la alqui-mia llegar on nuevos pr oductos, como los ácidos minerales,mencionados por vez pr imera por el franciscano francésVital du Faur , hacia 1295, yel alcohol preparado por la des-til ió d i d it i l
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tilación de vinos y cervezas, descr ito por primera vez por elllamado Magister Salernus, muerto en 1167. El alcohol senominó «agua de vida» y se consideraba que venía en im-
portancia inmediatamente después del elixir de la vida delos alquimistas. Las propiedades del alcohol parecen haber sido intensamente estudiadas por monjes y f r ailes, quizá enexceso en algunos casos, dado q ue en 1288. a los miembr os,l e l c :.lp ílU lo clom in ica nll en R illJ!n i. les f ue pr ohi hida!J po-
sesión de un aparato par a la desl ilaCión del akohol. No obs-tante, las órdenes monásticas prosiguieron sus estudios, des-cubr iendo gran número de licores céle bres.
La alquimia en general se prohibió en una bula pr omul-gada por el pa pa Juan XXII en 1317, pr ohibición que in-dica que la práctica de la alquimia tenía que haber estadomuy extendida. En las teorías de los alquimistas medieva-
les no había muchas !'.ovedades. Cr eían que los metales seengendraban por la unión del principio masulino o azufrey el f emenino o mer curio, así como que los metales bajosse podían ennoblecer mdiante un proceso de muerte y re-surrección. En general las sustancias inorgánicas er an seres
vivos compuestos de alma y cuerpo o materia y espíritu. Losconstituyentes de las sustancias se podían separar medianteel calor , con lo que el es píritu escapaba como vapor que se podía condensar a veces en forma de líquido. Las caracte-rísticas y propiedades de una sustancia quedaban determi-nadas por su espíritu, de modo que un líquido obtenido
por destilación contenía las esencias concentradas de las sus-tancias de que se der iva ba. Por consiguiente, dichos líqui-dos eran agentes enor memente activos y poderosos que
daban nueva vida a los cuerpos viejos y que conferían pro· piedades no ble;; a la materia baja. Así, en teoría, se podía
realizar una transmutación transfiriendo el espíritu de unmetal noble a la materia de los metales bajos. Si~ embar-go, de los diversos metales exis~entes.sólo el mer~uno se de~-tilaba, produciendo un «espímu» als1able. Segun la teona
de los alquimistas, el vapor de mercurio plateaba.las supe:-
tido a una destilación de reflujo, se separaría en dos estra-tos, uno superior azul celeste y uno inferior turbio, a la ma-nera en que la circulación primigenia del mercurio había se-~arado cielos y tierra. La capa superior sería, pues, el espí-flt~ ~uro dc: lalcohol Lull y su s seguidores creían que un
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ficies de los metales bajos, por lo que el mercuno se tema por el espíritu de la plata, el progenitor de los metales y
ciertamente el origen de todas las cosas.Dicho sistema, en el que el mercurio ocupaba un puesto
central, fue propuesto por Ramón Lull, c. 1232-131~, unalquimista y místico que su s correli~i?narios cristianostenían por medio hereje y que fue mart1nza~o .po~ los mu-sulmanes cuando trataba de convertirlos al cnstiamsmo. Enel principio, sostenía Lull, Dios había creado el .mercurio,que circulaba como en una destilación ~e re~uJo, dandolugar a todas las demás cosas. Las partes mas SUtiles del mer -curio primordial se separaban primero para formar los seresangélicos, mientras que las partes menos finas formaban l~scuerpos celestes y las esferas celestiales. Las ~artes m~ burdas formaban los cuatro elementos y la qUlOtaesenclaque daban lugar a todas las cosas terrestres .. Los cuerpos osustancias terrenales estaban formados por los cuatro ele-mentos, mientras que su s espíritus estaban forma~os. por laquintaesencia. Para Lull, la quintaesenci~ ~o se 111l~ltab;¡a
la esfera celeste como había supuesto Anstoteles, SlOOqueera un aire espirituoso, el pneuma, que impregnaba todoel universo como manifestación inmediata y universal deDios. Por tanto, Lull se oponía en gran medida al filósofomusulmán Ibn Ru~d (Averroes) quien, a la manera de sumaestro Aristóteles, había situado a Dios o Primer Motor fuera del universo, más allá de la esfera de las estrellas fij~s.
Como los demás alquimistas, Lull sostenía que las qUlO-taesencias o espíritus de las cosas terrestres se podían aislar o concentrar por destilación. El alcohol, pensaba, era un es- píritu importante aunque impuro. Lull sostenía que, some-
flt~ ~uro dc:.lalcohol. Lull y su s seguidores creían que une~p1t1tu atrala a otro, por lo que extraían sustancias, espe-Clalme~te vegetales, con alcohol, a fin de aislar sus quin-taesenClas, su s sabores, perfumes y virtudes medicinales.Empleaban tales extractos alcohólicos para usos farma-céuticos, pues los seguidores de Lull tendían cada vez mása ocuparse de la vertiente médica de la alquimia. Al mismotiempo, eran cada vez más críticos con la medicina galéni-ca ortodoxa, formando un movimiento que culminó con laiatroquímica de Paracelso, en el siglo dieciséis.
. La corriente principal del saber medieval de las univer-
sidades pasa~a por los alquimistas, quizá debido a que sehallab~~ asocIados por un lado con la religión mística y conlas act1V1dadesmanuales y prácticas por el otro. Tras la efí-mera experimentación del siglo trece, la tradición culta sedes.arrolló ?;ediante l.a discusión racional más bien que por la lOdagaclOn empínca, permaneciendo así considerable_ mente aislada de la tradición artesanal a lo largo de la edadmedia. Quizá se deba a esta razón el que los estudiosos dela edad media no creasen nada realmente novedoso, por más que se desarrollasen considerablemente algunas pro-
puestas sugeridas por antiguos científ icos en o posición aAristóteles.
. La fil~sofía de Ar istóteles se integró con la teología cató-ltca graClas a Alberto Magno, c. 1206-80, y más particular-mente por obra de Tomás de Aquino, 1225-74. Estoshombres no fueron más allá de la cosmología de Aristóte-les. Sostenían que el universo era una esfera llena de ma-
teria en todo su ~o.lumen, siendo imposible el vacío, dadoque todas las act1V1dades exigían un COntacto físico directoo indirecto entre la fuerza actuante y el cuerpo movido. La
primera prueba que ofrecía Santo Tomás de la existenciade Dios era que los movimientos de las esferas celestesexigían un Primer Motor, esto es, Dios. La actividad divinano se manifestaba directamente en las esferas celestes, sinoque en los movimientos de los cuerpos .celestes terciaban las
c. 1345, Y William Heytesbury, fl. 1330-71, si bien la teoría~erdió rápidame~te terreno y para el siglo quince la mayo-fla de los OXOOlenses sostenían una física aristotélica.
La teoría del impetus se desarrolló más en París, sobretodo graCIas a Juan Buridán que fue rector de la universi-
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jerarquías de seres angélicos postuladas por Dionisio en elsiglo quinto.
Tal esquema no se aceptó sin reservas en algunas univer-sidades medievales. En Oxford se inició un importante mo-vimiento crítico con Guillermo de Ockham, c. 1295-1394 ,
quien negaba la validez de la primera prueba de SantoTomás de la existencia de Dios. Un cuerpo en movimien·to, argüía, no exige necesariamente el contacto físico con-tinuo del motor como, por e jemplo, en el caso de un imán
que puede mover un trozo de hierro sin tocado, lo qu~ re- presenta un ejemplo de acción a distancia que presumlble-mente podría darse en un vacío. Así pues, dado que el es- pacio no tiene por qué estar lleno de materia para trans-mitir efectos físicos, el vacío es posible. OckhafI) retomó lateoría del impétus de Juan Filopón que había llegado a laEuropa medieval a través de los musulmanes. Filopón habíasugerido que las fuerzas confieren a los cuerpos un impe-tus cuando los ponen en moviq1Íento, siendo dicho impe-tus una cualidad que se agota gradualmente de manera que
tales cuerpos terminan por detenerse. Frente a Aristóteles.Ockham convenía con Filopón en que una flecha podría atra-vesar el vacío. Convenía además con Filopón en que, al co-mienzo, Dios podía haber conferido un impetus a loscuerpos celestes q ue, al no agotarse con el tiempo, elimi-naba la necesidad de postular diversos motores angélicos para los cuerpos celestes. «Vano es hacer con más lo quecon menos puede hacerse», señalaba Ockham, formulandode este modo su principio de la «navaja». Las discusiones
en torno al impetus prosiguieron en Oxford, sobre todo conWalter Burley, 1275-1357, Richard Swineshead (Suiceth),
g qdad en 13 27. Buridán expuso dos importantes argumentoscontra la tesis aristotélica de que los cuerpos en movimien-
ro eran. propulsados por el aire desplazado que se precipi-taba a la parte posterior para evitar la formación de unvacío. En primer lugar , decía, una peonza rota sin cambiar de posición, por lo que no puede ser movida por el aire des-
plazado. En segundo lugar, una jabalina con el extremo posterior plano no se mueve más aprisa que una jabalina~Iad~ por albas extremos, contra lo que sería de esperar SI el aire fuera el propulsor. En ambos casos, sostenía Buri-
dán, el impetus era la fuerza que sustentaba el movimien-to. La cantidad de impetus que recibía un cuerpo de unafuerza era proporcional, según pensaba, a la densidad y vo-lumen del cuerpo y a su velocidad inicial. Siguiendo a
Ockham y a Filopón, Buridán negaba que hubiera seres an-gélico~ empujando I~s cuerpos celestes por sus trayectorias,supOOlen do en cambIO que esa función la realizaba un im-
petus imprimido al comienzo a los cuerpos celestes. Tal im-
petus nunca se habría de agotar , ya que no había resisten-
cia del aire en los cielos. Buridán afirmaba:
« No se lee en la Biblia que haya inteligencias encarga-das de confenr sus movimientos propios a los orbes ce-lestes. Es, pues, permisible mostrar que no hay necesi-
d.ad de suponer la existencia de semejantes inteligen-Clas. Se podría decir , en ef ecto, que Dios confir ió a cadaorbe celeste un impetus que desde ese momento lo hamantenido en marcha.»
Alberto de Sajonia, recror de la universidad de París en1353, fue un seguidor de Buridán. Alberto distinguía entre
el movimiento uniforme, cuando un cuerpo se mueve convelocidad constante, el movimiento diforme, cuando la ve-locidad de un cuerpo varía regularmente de un punto aotro, y el movimiento irregular, cuando no satisface ningu-na de las anteriores definiciones. Examinó la opinión segúnl l l l id d d d d d l
imperfección. La tierra, el cuerpo inferior del universo, ro-taría una vez al día, «la luna, una vez al mes; el sol, unavez al año; Marte, en unos dos año; y así los demás», de-
jando a la esfera perfecta de las estrellas fijas tan sólo conun ligero movimiento para dar cuenta de la precesión de
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la cual la velocidad de un cuerpo que cae depende de laduración de la caída, así como aquélla otra según la cual
depende de la longitud de la caída. Rechazó ambas opi-niones puesto que las dos llevaban a la conclusión de queun cuerpo habría de alcanzar una velocidad infinita sea trasun tiempo inf inito, sea tras haber cubierto una distancia in·finita. En lugar de ello, sost-enía que los cuerpos en caídalibre alcanzan una velocidad límite, dado que el impetusconferido por la gravedad crecía más lentamente con la ve-locidad que la resistencia del aire.
La más grande figura de la escuela de París en la teoríadel impetus fue Nicolás de Oresme, maestro del Colegiode Navarra en 1362 y obispo de Lisieux en 1377. Oresmeintrodujo un método de representar gráficamente las velo-cidades. Representaba la distancia cubierta por un cuerpoen movimiento en una línea horizontal, y la velocidad encada uno de los puntos dados, mediante líneas verticalestrazadas perpendicularmente al eje horizontal. Al unir losextremos super iores de las líneas verticales se producía una
figura geométrica, de modo que un rectángulo representa- ba un movimiento uniforme, un triángulo un movimientodiforme y una curva un movimiento irregular o «diforme-
mente diforme».Oresme revivió también la idea de que la tierra rotaba
diariamente en torno a su eje. Aseguraba que « Ninguna ex- periencia en absoluto podría demostrar que son los cielos y
no la tierra quienes rotan diariamente:.>. Alcanzó dichaopinión suponiendo que la perfección y la nobleza estánen el reposo. Si la tierra tuviese un giro diurno, la veloci-dad de cada cuerpo celeste sería proporcional a su grado de
los equinoccios. Consideraba que tales especulaciones eran«provechosas para la defensa de nuestra fe».
Guillermo de Ockham, Juan Buridán y Alberto de Saja-nia habían mostrado todos ellos su afinidad con la doctrinade la rotación diaria, pero fue Oresme el· primero queadoptó explícitamente esta tesis, asociándola con la teoríamecánica del impetus. El giro de la tierra, señalaba, al igualque la rotación de los cuerpos celestes, habría de continuar indefinidamente bajo el impetus inicial conferido en el mo-mento de la creación, dado que no había resistencia que lodetuviese. Los partidarios de la teoría del impetus favore-cían también la opinión de que el universo podría ser in-finito en extensión y que podría haber otros mundos comoel nuestro.
Tales concepciones se explicitaron con Nicolás de' Cusa,1401-64, que fue nombrado obispo de; Brixen, en el Tirol,en 1450. Cusa pensaba que la tierra rotaba diariamente entorno a su e je merced a un impetus recibido al principiode los tiempos. Los cielos no eran más perfectos que la tierra
pues, sostenía, el universo había sido hecho en su totali·dad con los mismos cuatro elementos. Además, los cuerposcelestes eran semejantes a la tierra por cuanto que estabanhabitados por criaturas semejantes a las de la tierra. El uni-verso en cuanto tal era infinito, dado que, decía,
«esté en la tierra, en el sol o en algún otro astro, alhombr e siempr e le parecerá que la posición que ocupaes el centro inmóvil y que todas las demás cosas están
en movimiento».
sólo un movimiento minontario en las universidades me-
dievales. Sus opiniones no fueron ampliamente aceptadasen la época, siendo la teoría ortodoxa el sistema aristotélicocristianizado desa~rollado por Dionisio y Santo l:omás.Según este sistema, el universo era finito con una tierra in-
«sev~ alzarse un vasto edificio de afirmaciones y pr o- pOSICIOnescontradictorias relativas al movimiento uni-forme, al movimiento uniformemente variable y al nouOlformemente variable. Hay un turba que discute sinllegar a parte alguna aquello que no se puede dar enla naturaleza»
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ferior e inmóvil en el centro, rodeada por esferas celestesde perfección creciente que se mantenían en movimiento
merced a la acción continua de seres angélicos. Fue este sis-tema y sus refinamientos el que los científicos modernos hu- bieron de combatir y eliminar y no el esquema ofrecido por la escuela del impetus, en el que la tierra rotaba diariamen-te en medio de un universo infinito y del que habían sidodesterradas las inteligencias y manos invisibles como causadel movimiento.
De hecho, la escuela del impetus había degenerado un
tanto en el siglo quince, por más que la teoría del impetusse enseñara aún al comienzo del dieciséis. La degeneraciónde la teoría comenzó con Marsilio de Ingham, quien esta- ba en París en 1379, siendo luego rector de Heidelberg. Su-gería que el imperus era como el calor , siendo más débilen la parte del cuerpo más alejada de la fuente del movi-miento, a la manera en que una barra estaba más fría enel extremo más alejado de la fuente de calor . Cuando uncuerpo dejaba su motor , el imperus se repartía equitativa-
mente por su volumen, del mismo modo que el calor se re- parte por una barra alejada del fuego, para agotarse final-mente, a la manera en que la barra pierde su calor .
La teoría del imperus se enseñó en París al comienzo delsiglo dieciséis gracias a los escoceses John Majoris y GeorgeLockert, ambos del Colegio de Montaigue. Entre sus estu-diantes estaban los humanistas Erasmo, c. 1466-1536, y
Juan Luis Vives, quien consideraba que la teoría del impe-tus no era ya una opinión ilustrada, sino un lastre del co-nocimiento humano. Cuando Vives ocupó una cátedra enLovaina, escribía que en París,
la naturaleza».
Por su parte, prefería acumular conocimientos sobre la tra-dición artes anal que resultaban a la vez reales y útiles.
«Cuánta sa biduría», escribía, «aportan a la humanidadlos que se entregan a escribir lo que han recogido sobr elas artes de los más experimentados en ellas... Median-te tales observaciones r ealizadas en cada uno de los as-
pectos de la vida, el saber práctico aumenta hasta ungrado casi increíble.»
La discusión sobre los problemas del impetus se exten-dió hasta Padua en el siglo quince, más la discusión italia-na no sobrepasó los resultados conseguidos por los p a ri s i-
nos del siglo anterior . En 1404, la universidad de Paduafue adquirida por Venecia que era entonces el principal es-tado anriclerical y antipapal, lo que permitía a sus estudio-sos mantener opiniones heterodoxas. Padua era fundamen-talmente una universidad de medicina en la que la filoso-
fía natural se enseñaba para ilustrar el método científico dela época. Así pues, en los siglos quince y dieciséis se man-tenían en Padua discusiones acerca del método. Las causaseficientes llegaron a verse como el principal o bjeto de
atención por parte del filósofo natural. haciéndose hinca- pié en la necesidad de realizar observaciones. No obstantea~n. se tomaban en cuenta los actos realizados con un pr o:
pOS1~0y las caus~s finales. considerándose (Qmo principiosexpiJcatlvos legítimos en la filosofía naLUral. En gran me-
dida, los estudiosos de Padua, hasta la época de Galileo,no desarrollaron la experimentación en la ciencia.
Los estudiosos y los artesanos contribuyeron de modos di-versos al nacimiento de la ciencia moderna. Diéronse doselementos principales en la revolución científica del iniciode los tiempos modernos: en primer lugar, el surgimientode un nuevo método de investigación, el método científi-co en seg ndo l gar na transformación intelect al el
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co, y en segundo lugar, una transformación intelectual, eldesarrollo de un nuevo modo de considerar el mundo. Los
artesanos contribuyeron a la formación del método experi.mental de la ciencia moderna, mientras que los hombresde la tradición culta contribuyeron inicialmente más biena la revolución intelectual, empleando métodos tradiciona-les tal y como veremos en el caso de Copérnico. No obs-tante, ambos elementos de la revolución científica depen-dían en última instancia de la convergencia e interpreta-ción de las tradicionesartesanal y culta, proceso que pode-mos ver en marcha en los casos de un estudioso como Vives,que se ocupaba de las artes prácticas, o de un artesan,o comoLeonardo, que se interesaba por la teoría del impetus. Deeste modo, la analogía de la máquina que más tarde f or-mará parte del nuevo modo de considerar las cosas se ex-trajo de las artes, mientras que las matemáticas de los es-tudiosos se introdujeron en el modo de operar del métodocientífico.
En las ~b~iguientes bibliografías para cada grupo de capítuloshemos ~ndlcado fu~n~esprimarias y secundarias junto con algu-nos artl~ul~s espeCIa~lzados,Se pueden consultar otros artículosen las sl~ulentes reVistas, Para la historia de la tecnología, TheTranstl&tt ,ons ,01 the Newcomen Society, publicada desde 1920.Para la hl~tona de las teorías científicas o de otro tipo, The]ournallor t~tJH.utory 01Ideas, publicada desde 1940, Para la historia delas.ciencias e? general está la revista británica, The Annills 01Scte".ce, publJcada desde 1936, y las revistas internacionales Isis
publJcada,~es~e. 1,913,para artículos cortos, y, para artículos m~largos Osms, iniCIada en 1936, Los libros siguientes constituyena!gu~asde las obras generales dedicadas a toda 1; historia de unaCIenCiadada o. a la historia de un cierto número de ciencias d _ rante un período determinado, así como algu,nasde las obras q~ese ocup~n d~l transfondo del desarrollo de la ciencia o de los de.talles bloF~cOS d~, cie~tí~cos particulares. Los lectores que
desee~ mas Inforn~aclOnblblJográficapueden acudir a G. Sanan, A Guz' det~ t~e Hts~oryo/~cience, Waltham, Massachusetts, 1952y a las blblJografias críticas que Isis ofrece periódicamente.
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Esta obra se terminó de imprimir en enero de 1988en los talleres de Acuario Editores, S.A., eje 3 norte
No. 590-D CoL Atlampa México, D.F.Se tiraron 2,000 ejemplares más
sobrantes para reposición
Agradecimientos .
1. Introdu,ción .
PRIMERA PARTE.LA CIENCIA ANTIGUA
2. La ciencia en las antiguas civilizaciones de Ba-
bilonia y Egipto...................................... 13
3. Las filosofías naturales de los griegos preso-
cráticos .. . .. .. .. . . . .. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . 27
4. La filosofía natural en Atenas..................... 405. La ciencia griega en el período alejandrino .... 5H
6. Roma y la decadencia de la ciencia antigua.... 76
SEGUNDA PARTE.
LA CIENCIA EN EL ORIENTE Y EN LA EUROPAMEDIEVAL
7 La ciencia y la tecnología de los chinos......... < ) 1
H. La ciencia de la India 11.1
9. Laciencia y la tecnología del mundo musulman 120
10. La tecnología y la tradición artesanal en la Eu·
ropa medieval.......... 131
11. La tradición culta durante la edad media 145
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