Nuño BnnnÁu tn Guzu¡tt su ln¡n¡ru* H sENnDo DE uNA nnolÓclct · 2014-09-03 · Ntttio de...

Nuño BnnnÁu tn Guzu¡ttEN su PRoYgcctót'l ln¡n¡ru*

H sENnDo DE uNA nncupEnnclót¡ nnolÓclct

Jean Franco

Uilvqüad Mot@lot, Fntcia/Unberslfud de Guda@arc

ocas veces un personaje histórico ha suscitado un repudio

unive¡sal como Nuño Beltrán de Guzmán, conquistador

del occidente de México. Forma parte, con Ftancisco Piz¿¡to

y Lope de Aguirre, del trío de conquistadores que dieron origen a la

leyenda negra; pero Nuñq el arcángel maligno y el vendaval devas-

tador, ocupa el primerísimo lugar en la execmción de los contempo-

ráneos y de las generaciones siguientes: "[de] lndole pervers4 des-

medida codicia e insaciable sed de mando",r segrin un histodador del

siglo XIX, Gatcia Icazbalcetz, tecibe en el siglo )O( otros calificati-

vos de la misma calaña por parte de José Lopez Pottiüo y rüleber:

"fue feroz, codicioso, cruel, impíq lascivo, cínico, avato y calumnia-

dor [...] Guzmán fue puta sombra".2 Battolomé de Las Casas le

dedicó una página fLrlminante en sl Bttt¡í¡ima nlaciótt... que lo sinndefinitivamente en el i¡fie¡no de los malvados. Pot demasiado uná-

nime, el repudio aparece sospechoso y tend¡emos ocasión de volver

sobre el destino que co¡rió el famoso "conquistador casto y cruel" al

enfocar las teservas que hoy dla los histodadores emiten al tespectq

pero queda, con toda su fi.rerza, el techazo indisctiminado que se le

tributó al cor¡er de Ios siglos.

Joaquín c¡rcla lcazb¡lc€l4 Don frt! luon fu ztlttóÍago, p¡irnet obiw ! qtzotts-

po de Meoo,M&kn,1947, lomo I, p. 39.

José Lóp€z Fortillo y lfebe \ tra conquirlL de h Nrcoa Gohdq,Mfuieo, l9lf, p. lt4.

l.

2.

49

http://www.iifilologicas.unam.mx/pnovohispano/

Literatura y emblemática. Estudios sobre personajes y textos novohispanos / Universidad Autónoma de Zacatecas / ISBN: 968-5923-04-3

Nufio BBrrRÁN D[ GuzM¡N ÉN su pRoyECüóN Lfr[R xt

I-os monsúuos a menudo har- f¿scinado a los artistas y es cwio-so que Nuño no haya atraído el interés de algunos escritores comopudieton hacedo Barba Azul, Gilles de R¿is u otros más Hay que

esperat a 1990 para que salga a la luz una novela, Diario naüto de

Ntttio de Gry¡wáx, de Hermi¡io Mafi[nez,1 escritor nacido enGuanajuato Éste leyó los documentos que llegaron hasta nosotos,las actas del proceso que se le húo al conquisador, elementos muyendebles para establecer la semblanza de Nuño.

El novelista escdbe un diario ficticio llenando los huecos e ima-gir¡ando a su antojo lo demás. No oculta nada de las crueldades sino

que las ampJifica y dramatza por la buena conciencia que le presta

al personaje, hetador de esclavos y e¡sañado en su búsqueda afa-nosa de oto. No desdice nada de la visión histórica tradicional sinoque la recalca, insistiendo en lo sombdo y despiadado. Eo especial,

Herminio Martínez le atribuye generosamente una líbido desmedidatransformándolo en "palaün del bragueazo y la apostura'',4 Io cualno va con el curioso y origi¡al apelativo de "conquistador casto".Pot supuesto, un novelista no es un historiador y no se le pueden

imputat culpas por infidelidad a los hecho.r, sobre todo cuando éstos

apatecen borosos o fragmentados, Queda en el caso de Motlnezlaacertada receación del lenguaje de un señor del siglo XVI, aunqueel Nuño histórico careció de un verdadero taleoto de escritor. Loque sorprende es que el novelista de fines del siglo XX permanezca

en una actitud de rotunda hostiüdad frente a su criatura sin intentarsiquiera una comprensión del personaje monst¡uoso,s

No es éste el único caso de utilización del personaje de Nuñoen la literatwa. Encontramos oüq sumamente interesante , en AgustínYáñez. La novelz L¿ tierrd pnidiga es de 1960 y aunque situada a

mediados del siglo XX incluye sorpresivame¡te un pasaje dedicadoa Nuño Beltrán de Guzmán. Vale la pena transcribido por completo

Publicada en la ciudad d€ Méxlco por l¿ Edilorial Dlana,fde t,p.73.Como no hicleron los novclistas y poctas romántlc0s, po¡ €iemplo, fasctndos porlo ¿norm¿l y lo inaudilo y siempre dispuestos a desperta¡ en sus lector€s el "honory la picdad".

3.4.

5.

50



J8 ¡[A co

pues apafece como un inciso o url cuerpo €xttaño en un libro de

cote clásico:

El Iogeoiero Pascual Medellfn, engolfado en lectuta¡ telativas a la

rcgión, recotdó la catadu¡a de lo¡ feudatarios co¡tefos en esta R¿l¡b-

grafa -eor paiqje- del Conqti¡tadat c*tto I cnuli - Tor'o motado y

violento, colot de tatde sombda, en cerco de toJmentas. Sobte sie-

ras áspetas y rm cielo sio misericordia, clava el contomo riscoso la

sombn del ter¡ible Nuño Belt¡á¡ de Guzmán, capitáo general de

esta conquista de la Mayor España --como su sobetbia quiso llamar

a Nuem Galicia-. Entrañas oegras de zarza, conzón de fierrq pul-

mones de huacán, hlgado grávido y torencial, dñones voltaicos,

glándulas -y saliva- de vittiolo, sesos de abogado, nervios de

iesortera, veiig¿ y üas de hielq estómago de avato, lengua como

intestinos y sesos, venas reftactarias, henchidas; el esqueleto apoca-

fptico: vértebras de gtanitq cavertra incorunoüble del cráneq ftente

de ftontón, cuencas inexotables para los ojos, ángulos de los pó-

mulos, rectáogulo de las mandíbulas impiadosas, die¡tes dueños

de la mueca viajera que ttae la cólera y lleva la itonía" dientes de

mastín, cotlas de abominación, incansables; y el látigo de las cani-

llas, y las manos en nudo ciego: los huesos todos, hechos de ce-

mento a¡mado y de un fósfoto muy inflamable, Laberi¡to de las

orejas -a cualquier chisme sensibles- co¡tectado con las locomoto-

ras de pies y brazos. Pies y manos de mañas, como ba¡añas. Cutis

de otdtd,. Sí¡dnne - Tan señot absoluto, tan soberbiq e hinchadq

y justiciero, y con anta potestad, que espantaba a toda la Nueva

España, Altivo, incundq más inclinado a su parecet que al consejo

dc otros. Activo y ambicioso, de su nafi.rial era homb¡e feroz. Poi

su condició¡ áspera se le tectecían gravísimas emulaciones y tuvo

muchos enemigos. Inquieto, bullicioso, drspuesto a promovet al-

bototos, audaz, apasionado, itrespctuoso con cl clcto, sc lc dilaa-

ban las cspcranzas dc Ia ambición, lc aqucjaba Ia hidropcsfa dc oto.

Fecundo eo ¿stucias y zancadillas de letadq por sus hechos Nueva

España tuvo harto qué hablat y aun cn llspaña dio mucho quó

dccir. Em cxquisito pata dar tomcntos. Andaba con mucha gravc-

dad e hinchazrin, que en csto cra exücmado, ¿sí c<>mo cn su atto-

5l



Nr,fo B[rrr¡N DB GuzMf rN su pRoyBccúN r,mMflr

gancia y coodición dr¡¡a. Ter¡la dos propiedades muy notadas, que

fueron de casto y ctuel. Puso a la tier¡a en la última desespetación

-por tanto el ardfice indlgena que pintó en jeroglífico la salida de

Nuño despteode de un cielo se¡eno la víbo¡a temerosa que anürcia

muette, miseria, desolación y ruina. Códia *lhriano, I, Linira 29- Alos pies de la imageo, que enatbola lm estandatte con calaveras en

llamas, y a tono del alto cielo presagioso y de las siertasinmisericordes, dejemos la esce¡a del tormento aplicado al Rey ySeño¡ de Mchoacáq, tal como la desciibe F¡ay Battolomé d€ Las

Casas: "Pó¡elo er¡ ut¡ cepo por los pies y el cuerpo extendido y

atado por las manos a uD maderq puesto un bracero junto a los

pies, y un muchacho con un hisopillo mojado en aceite, de cuando

en cuar¡do se los rociaba para tostade bien los cuetos; de una pateesaba un hornbre con una ballesa aftada apuntándole al cotazóo;

de ot¡a con un muy terdble perro btavo echáodosele, que en uncredo lo despedazata". Bftw rclación de la dt¡tncción d¿ la¡ India¡ Ooi-

datah¡. Tal pdncipio tuvo la dulce tierfa de Lola Vidrio Belttán,

I-.ctanla - C.z,Ldo¡ y herrador de hombres, iocendiador de pueblos,

tahur de esclavos, despobladot de tegiooes y sierras inaccesibles,

hacedor de flaquezas y agravios, ladtón insaciable, camicerq artelqalquimista que trueca la übido en colédca bilis, ftusúado émulo de

Cotés, insidioso quimerista de un pals de Amazooas, jinete de

pesadilla y vendaval, fundador de una laga dinastía de gobemantes

malasentañas: donde pusiste la plaoa, secóse la yetba; donde mi-raste, btotó sus lágrimas la saogrc, donde asomaban tu caballo -depesados cascoF y tus iaurías filosas, izábase la nega flor de los

zopilotes; los tíos que pasaste inflamaban sus aguas por cotaie ypot micdo; las cucsas temblaban; los caminos dcsfallccían; rcsona-

ban tus tasuos como de víbota o coyote; y a los tristes e¡a ¿nunciada

tu venida por el catto malagorero de los tecolotes; fuiste carre¡a

attopcllantc, attopcllada - la gucrta, cl hambrc, Ia pcstc, la mucrtc.(lhimalhuacán -{ue matastc- todavía maldicc -vivo- tus finadas

fesonancias".r

6, Wstln ytíñl, Ia liefta púdigs, Méxlco, ¡ondo de Cultura Económica, 1960,pp.l50-153.

52



J@r rerw

En el corazón de r¡n¿ novela en que el diálogo tiene un lugar desta-

cadq esta larga deplotación desento¡a algún tanto y pot ende cobta

un excepcional reüeve: aparece como signo de identidad y de enten-

dimientq encierra el significado profrrndo del texto y su vinculación

con la figuta del conquistador

Cab€ preguntarse de qué libro está sacado este retrato €n tres

paftes y ües tonos: fepfesent¿ un hermoso caso de autotextualidad

ya que se trata de un pasaje de Getio l fgxrat de Guadalajara del

ptopio Agustln Yáñez. Publicado en 1 942 por Abside, el librito había

sido escrito enue 1928 y 1930 (apateciendo algunos pasajes en la

rwista "Autora'). Semblanza de Guadalajata, el texto se ab¡e sobte

el arcángel San Mguel santo patrono de la ciudad, y luego siguen los

rettatos de la "parcja" fundadora, BeatÁz Hernández y Nuño de

Guzmán. Si parece justificada la presencia de la pdmera, en cambio

no deja de so¡prender el sombrerazo al segundo: ¿merece el "descu-

bridor" de la Nueva Galicia ese exceso de ho¡ot? Tanto más que el

reüatq por supuesto, privilegia la crueldad y los estragos pero al

mismo tiempo deja traslucitse un homenaje implícito, cuando no

ctena patadójica admiración. Adernás, Ia fascinación experimenada

pot el autor en 1928 se traslada a 1960 con igual intensidad, comojuego de espejos e insetción de Io histórico-hccional en la ficció¡prua. Al ctítico le incumbe analiza¡ los imp)ícitos de esa muy cuestio-

nable devoción que aparece en filigrana detrás del teuato.

Tres segmentos llxtapuestos lo constituyen: primerq una ra-

diograffa ftaccionada en que a cada elemento anatómico se Ie adiun-

ta un término no contiguo semánticamente; en segundo ltg"r, "p¿-

rece un trozo más tradicional, una semblanza psicológica seguida

por dos citas ampüas, una del padte Tello, histotiadot franciscano

del siglo XVII, y otra de Las Casas dedicada al suplicio del Ca\tzontzin;

por fin asoma la "letanía", síntesis de 1o anterior y que le da sentido

al rompecabezas. La tínica genetal es de imprecación y an tema,

con apósrofes vehementes, denfto del género épico,? En ello teside

la ambigüedad constin¡tiva; siendo de carne y hueso, Nuño de

7. Pa¡a un análsis pormenorizado d€l t€xto, véase Jeüt Ftutco, LeclutL socloctttbade la obs ,twellstica de Ag$fin tóñaa G|J/A2]4uN, Ediclones del Coblerno de

Jalisco, 1988, pp. 143149.

53



NUÑO BEnTfN DT GUzMfN 'N

SU PTOYBCCúN I.mR¡Rü

Guzmán sin embargo accede al rnito, Suscita la repulsa y a la par ee

gana la adhesión de un narrador fa¡cinado, La evocación Eemend¿

de los abusos y fechodas viene equiübrada pot una admiración mudadelatada pot el lfuismo intenso del reuatq No cgtá de más analizarestos ge¡timientos encontrados y los lugates ideológicor de dondeproceden

Son conocidas las contover¡ias que han podido despertar losconquistadores, ya sea valientes paladines de una cruzada peligtosapor tierras ignotas, ya sea soldadesca cruel y eseamecida, sedienta desangre y riquezas. Entre todos los invasotes, el que gozó de peotfama fue indiscutiblemente Nuño de Guzmá¡ y quizás haya que

maüar dgún tanto rxr¿ trayectoria al fin y al cabo rodeada de ciertomistetio. No se sabe pot ejemplo su fecha de nacimiento (entre 1485y 1490) ni existe retrato suyq sólo se mencionan su barba negra y suestatura descomunal. Todo parece centrado en su catrem sangrientapor Pánuco y la Nueva Galicia, en sus fechotlas sin cuento; delmismo modo Ia leyenda se apoderó de él al "inventarse" quizás lo deIa jaula de hierro en que se le tasladó supuestamente a Españadespués de detrotado. A partir de 1537, se pierde su rastro.s

En época reciente, los historiadores, molestos por lo que deno-minaron "rumor histórico", han intentado rast¡ear los elementos de

una figura más apegada a la verd¿d. Donald Chipman ha investiga-do sobre la gobemación de Pánuco mosttaodo que la conducta de

Guzmán no era peor que la de sus congéneres ¡ de su lado, AdriánBlázqtez y Thomas Calvo' se han esmerado, no sin dificultad, endiscriminar los elementos objetivos y las amplificaciones míticas. Suconclusión radica en presentar a Nuño como la pdncipal víctima dela leyenda negra. Preciso es decir que tuvo la desventaja, pdmerq de

A&ián Blázquez y 'lhomas C¿lvo han descubierto r€cientemente su test¿m€nt0autógrafo fechado en lt58: al p¡recer habfa caldo en desgracla p€ro no en pobrezry había seguldo por veint€ años slryiendo en la corte. D€ todos modos, €stos datos0bietiyos n0 nos acl¡r¿n mucho más sobre el enhmático personaie. Y no se h¿€ncontndo hasta l¿ fecha huella alguna de cudquier condena real o confinaciónnl d€ sent€nci¡ diclad¿ contr¿ é1.

Adrián Blázquez y lhomas Cal\o, Guafulalúa y el nueoo mwdo. Nuño Belbán deG'uzmón: semblarca de ux cotqtistadol cuadal4ü¡ (España), Institución pro-ytnclal d€ Cultur¿ "Marqués de Santill¿na", 1992, 287p.

t+



JE¡ fR Nco

estar rodeado de hombres fetoces y codiciosos: el gordo factot

Gonzalo de Salazar, su monstruoso pdmo Saacho de Caniego, el

despiadado maestre de campo Gonzúo lÁpez y ouos más del mis-

mo jzez.

Además, le tocó Ia de perder en las Iuchas que enftentaban a

protectores y a advetsarios de los indfgenas por estar en las filas

opuestas los mejores ctonistas y escritotes de la Nueva España:

Motolinla $ sus continuadores Mendiet¿ y Torquemada), Zumfuraga

y Las Casas. Éstos lo transformaron en el anti-Cortés, su adversario

temido y al fin vencedot por su mayor habiüdad Nuño de Guzmán

con menos don de gente y menos sutileza que el Marqués del Valle

sólo podía aparecer como molmtruo emanado de los inhernos y

azote de Dios, quizás más verdad teologal que histódca. Además, en

su descrédito pesa mucho el tratamiento que le infligió al Caltzonzin,

el tey de Michoacán, a pesar de set éste aliado leal de los españoles;

como exptesa Georges Baudot:

f...1 habla asolado üteralmente el país tarasco el año ante¡io¡. No

satisfecho con saqueatlo en mil maneras, había convocado al

Caltzonuin para exigitle tescate. Ante la impotenci¿ de éste en satis-

facet sus pedidos cad¿ vez más desotbitados, rcspoodió mandán-

dolo tortu¡ar. Luegq muy cetca de la misma Tzintzuntzan, ttas un

proceso que fue sobte todo uoa lúgubte bufonada, mandó eiecutar

a Tzi¡u,icl.a, el ultimo soberaoo de los michoacanos, con la más

refinada crueldad.ro

Si Guzmán escribe la pá'21na m6s negra del México colonial, ¿cómojustificar la admitación innegable que le ptofesa el ingenieto de I-z

üerra pnidiga, awtar del ptopio Agustín Yáñez? Incluso si se matiza Ia

figura a Ia luz de las investigaciones más tecientes 1ue pot lo demás

no conoció Yáñez-, queda el sorPrendente homenaje perceptible en

el lfuismo de la evocación y las inteffog¿ntes sobre esta PercePciónimplícitamente laudativa.

lo. ceory¿s B'.,ldtt, UW d btt oite u Müique,foubuse, Privat, 1983, p.4o2 La

traducclón es ouestra,

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Nuiño BrrrR¡x DB GuzM¡ EN su pR0yEccróN LnER4Rl¡

Una explicaeién puede mdicat en Ia valotación de la energla yde la fuetza, Manuel Cat¡era Stampa,ll con sus intencionesapologétieas apenas ocultas, hace de él anacrónicamente una especie

de anarquista, de oponente al poder teal y a las normas:

Individuslid¿d trernendotrsnte übeedo, hambdenta de accién y de

freneil, de fama y podet, ptototipo de uno generación que goza de

su fuerzr y perece haber ¡oto las normas. En el no acat¿miento a las

form¿s t¡dica su verdadero problema histórico. Con fiero y obsti-nado orgullo sc pone de espaldas a toda autorídad, hasa el mo-mento en que cae preso y re le envla a España, por otden expresa delmoo¿¡ca.1?

De hechq Catreta Sampa defiende al fetoz conquistador clavadoen la picota y se puede aducit el ejemplo de otros cronisas másbenignos con el "Muy magnlfico seño1'. El padre Tellq franciscanq"varón docto y de piedad", matiza un poco las crueldades en suHiúltia de la Nffiw Galcia, escnta un siglo más tztde, en 7652, y enel siglo XVIII Mota Padtlla (Hitoria de ta Clnqt.irta de k Nsao Galicid,1742) se sustenta más o menos en los juicios del padre Tello. Y en1898, se pubüca en la Biblioteca de Autores Mexicanos el alegato enpto de Nuño esctito cincuenta años antes porJosé Fernando Ramírez(Naiiciar hi$óticas de h aida 1 bubo¡ de Nuio dc Guryztáx), testimoniosesgado y apasionado que no deja de ser un caso aíslado. A estospocos casos se reducen las tentaúvas por dar una imagen menosatenadora del temible conquistador.r3

Agustln Yáñez, si no ocula las crueldades que cometió, poneno obstante de realce su gratdeza nyana en locura. Y Ia fuetza, eItemple, la resistencia descomuaal, equiübtan en cierto modo el sa.l-

I l. Manu€l Canera Stamp\ Natu de &nn¿n, México, Editorial Jus, 1960, (ftguras yepls0dios de h Histori¿ d€ Mélco).

12. ílon, p. 52.13. José Rogelio Álvuez, un ial¡sciense, le dedle ¿ Nuño un affculo bastante bala¡l-

ceafu n la Enciclorydio de M&ito.l el salo elerwnto bibfográfico qu€ indic¿ es€l llbro de José F€mando Ramft€z, ¡€€ditado €n l9óZ y provtsto de un pr6logo deJuan Rulfo.

t0



J! n lMNm

vaiismo y duezara del fundador de Guadalziata Cabe interogat

ahora el sentido de la intertextualidad que tiene la insetción de la

página de Geño 7 fguras de Guddahjara. es obvio que su Puest¿ en

contacto con Ia diégesis novelesca cambia fi¡ndamentalmente su valot

El esn¡dio de I-a tima pniüga confi¡ma a las claras la visión no

negativa del "conquistador casto y crueli'. En efecto, los "siete seño-

res de la costa" que luchan denodadamente por Ia posesión del lito-

tal de Jalisco están presentados explícitamente como los hiios espiri-

tuales de Nuño de Guzmán -la latga autocita del libto de 1928 sólo

sitve para subtayar el inevitable Parentesco-. Se produce un inter-

cambio intertextual: se ven dotados los caciques, en mayor o meno!

gtadq de la c¡ueldad del ancestro mientras que éste se beneflcia

recíprocamente de las imágenes positivas del Amarillo y de sus com-

padtes. Examinando las sombras y luces de los petsonajes ñccionales

se acreüta implícitamente al he¡oe histórico en r.rn vaivén significante:

los "conquistadores de la costa" son fieles hetedetos de los caücte-

res de su antecesor en lo malo y en lo bueno Si no se calla lo prime-

ro, se proclama también lo segundo en lo que termina siendo

-paradójicamente- una apología de los caciques aun cuando el dis-

cwso novelesco pretendía erradicatlos. Gtacias a su temple excep-

cional, con "paludismq alacranes, hambreadas de muchos días, ca-

mi¡aas inlerminables, insoportables tempetaturas a sol y sombra",r5

sobrevive¡ sobreponiéndose a todo y jugándosela a cada nto pzrz

fundar un mundo nuevo:

No em oo más tomar Posesión de a<¡uellas extensiones. Había que

asentat el pie y la mano domin¿ntes F,nt¡egarse a la tierra, vivir con

clla pata vivir dc clla, cxplotándola... Había quc abrir y conscrvat

caminos,llevar gente y conseguir que allá permaneciera por la buena

o a fuerzas, fundat poblaciones, avinralladas, desmontat terreoos,

obtcnct inst¡urncotos dc labta¡z'a y créditos.l6

Yéa.\e, \eúig,¿r;lq NoticiL .le lalk@ (1959, elbalance del sexenio de gobemación

d€ Jalisco: aunque n0 lo ffrm¡ Yáñez, es de suponer que r€visó cuidadosün€nte el

lihm.Agtstín v^ítez. La tlena fuódi4a , pp. 125'126.

ílerrr, p. ll2-113.

14.

15.

16.



Nuño B¡ITIÁN D! GuzM¡x !N su pRoyrcoóN LmR xr

El texto asimila a los caciques úemendos a fuezas de la na¡xofezao a huracanes irresistibles:

Los seño¡es enÍaron como ventar!ón y algrmas veccs como Ia hu-medad, como reptiles que se ¿urastrtb4n, caminaban, se disteodlan

lentañe¡te, Raudos o ptemiogos, ha sido dura su lucha, como es

duta la tealidad que a¡fosüan: gente, fratüaleza, problemas. Mu-chos aios de fatiga,ll

Conquistadores de los tiempos modemos, escdben una nueva epo-peya va-liéndose de sus propias fuetzas.

No puede dccitse que su fo¡tuna salió de la nada porque nada

tuviean cuando llegaroo y emprendieton el avance sob¡e la costa.

Traían attojo y tesón, malicia y mañas, con qué arnasat sangte, sudoty lágrimas, cogidos como factor de dqueza, frente a tieras most¡en-

cas o abandonadas, cntte gente dispctsa, abúüc4 cortoída de mise-

rias morales y fisicas.rs

Si se observa más de cerca la novela, se comprueba el elogio que se

le hace al ptotagonista "El Amarillo": domador, encantador de hom-bres; su leyenda es de demonio y el naradot esboza de é1 un retratoen que se trasluce una admiración innegable. El texto convida implí-citamente al coteio entte Ricardo Guerra Victoria y su referentehistórico Nuño de Guz.mán, a la supe¡posición de las dos tfayecto-tias, la histórica y la ficcional ambas reflejan lo grande que puedenset los hombres en algunas circunstancias. El personaje novelescoincluso subtaya el parentesco ob¡ando una fusión/confusión signifi-cativa:

Yo he oído dccir quc a los conquistadorcs los animaban dcjándolcsIas tictras, los esclavos, y hasta dc pilón lcs daban tínrlos dc noblcza,

el tal Hemán Cotés, no más allí, desde México hasta Oaxaca, como

t7. íbid., p. rr2.18. Ibfulern.

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Jr^N fMt{co

quien dice nada, y de pilón lo haceo matqués, con titipuchal de

esclavos; y a un meotado Nuño Guzmán, que pot acá he venido a

ol¡ nombtat mucho, le dan manos übres en media Repúbüca,re

como quien dice desde México hasta por acá y más arriba: Sinalo4

Califomia, qué sé yo 1o que se le ocwrla, lo que apenas imaginaba

aunque no pudieta abarcat ni siquiera conocet desde luego las tierras

y máres en que no puso el pie, ni el ojq y que a mí me ha¡r costado

tantos riñones.

De hecho, el nattador le atribuye al personaje muchos tasgos del

"conquistador casto y cruel" y éste, a su vez, se ve dotado de los

calificativos apologeticos que merece el Ama¡illo: como verdaderos

Titanes,

tebosan de ptoyectos gtaodiosos, muchas vcces temelarios, de oP-

timismq de enetgía y sentido ptácticq de confiaoza en sí mismos,

dc cncrgla incansable y absotbcnte para cl trabaio, de setenidad y

rápida actuación, fácilmente comunicativa.s'

Por el juego de espejos EI Amarillo-Nuño de Guzmán descubtimos

la simpatía del narrador por el conqüstador y su descendiente. Sim-

patía que por supuesto no llega hasta el proceso de rehabütació¡ del

personaje histórico, peto que no deja de ser esclarecedora: empren-

der una apología -arürque sea matizada o üsfraz,ada- del odiado

descubridor y del cacique matón no es inocente. Se trata de un su-

puesto ideológico que situa al narador en la coriente consetr-¿dora

de México.

Si se intenta tasrea¡ los motivos de esa telativa redención del

descubrido¡ de la Nueva Galicia -asombtosa pot parte del gobema-

dor deJalisco, Agustín Yáñez, quien había puesto su mandato bajo el

signo del respeto a la ley y a la üda humana-, se topa el investigador

con una reflexión clave sob¡e la ambición humana que se da en Ia

19. fdorn, p. 153.20. Esta cita pudleB p€rtenecet t tr4 tíent pñdigq y aplicarse al Amarlllo y e sus

cong¿ne¡cs. En rcalidad está sac¿da de l¡ semblanza de Nuño de Guzmán por

Manuel carcra Stampa" (op. cü., p. 5l).

59



Nuño B[n¡fN DE Guzirf n su pRoynccróN urEMrü

novela, I-a imagen del hétoe tomántico que cumple "hazañas espe-

luznantes", se halla constantemente pfoyectada en primer término.A ello se añade u¡a característica apologh de Ia fuerza y de la violen-cia por parte de intelectuales fascinados por los valores terrenales

concebidos como nanrrales y opuestos a lo anificial del mundo mo-demo.

Se üasluce una ¡ostalgia de los orlgenes, de un mundo pdmiti-vo en el que el hombre podía dar su plena medida, por sí solo, sinartefactos ni triquiñuelas. Frente al mundo brillante y falso de gentes

"que inventan a México desde sus oficinas en sus conversaciones de

café", al mundo de los 'ldeólogos y de los atbitristas, en teatros yrecepciories", la dera ptódiga de la costa significa la aute¡ticidad:"acá, acá,la fueza, la vetdad, soteffada en yiolencia y abusos, peroal fin la verdad y el porvenir".21 En la glorificación de la fuerzasubyace un supuesto anti intelectual tefudo de masoqüsmo: los valo-tes auténticos tadican en una valotació¡ de la acción, la violenciaatae y deslumbm sobre todo a aquellos que carecefl de ella y sonpusilánimes.

A esta fascinación romántica hacia un pasado de heroicidad se

le tienen que sr¡ma¡ oüas razones que explican la asomb¡osa "reha-bilitación" de Nuño. Hay que buscar del lado de una visión popüstade raigambre nítidamente tegionaLista: valorat a los caciques (y de

tebote, a Nuño de Guzmán) equivale a rcivi¡dicar rasgos específi-cos del cent¡o-oeste mexicano y a proyectar una personalidad histó-¡ica de la Nueva Galicia. Más conctetamente, un patticuladsmojalisciense sirve de sustato a esa tendencia proftrnda cuyas raíces se

han podido percibir en Los Altos de Jalisco, por ejemplo, con laplena conciencia de una odginalidad regional ya constituida du¡antela Colonia. En especial la huella hispánica, con su orgullo y altaneríade caballe¡os, es innegablemente consdrutiva.

Las instituciones agrarias, con su miqifr¡ndismo de pequeñosptopietarios, y Ia rclatlva ausencia de indígenas, favorecen lafundamentación del espírin-r ranchero y de una visión del mundobastante homogénea, basada en los dos puntales del individuüsmo y

21. lgtrstínyÁitcz, Io tlena ptódigo, p, 30.



JB,rN FMNco

del sentido de la dignidad. De modo que todos estos eleme¡tos de-

sembocan en una recuperación del conquistador-cacique de Nueva

Galicia (o de Jüsco) revalorado como autóctono y fundador, ftente

al representante de lo que seÉ el poder central de México: Hemán

Cortés, Recuperat al "monsttuo" Nuño de Guzmán y ponedo en

una peana equivale a proclamat una personalidad regional, a confe-

tides al orgullo castizo y a la dignidad caballeresca el rango de ele-

mentos fundadotes, sustento ptincipal de una "nacionalidad"neogallega. Así como los caciques de la novela son víctimas del po-

det central encamado pot el ingeniero y sus secuaces (y las máqui-

nas), Nuño de Guzmán a su vez transformado en paladín de loautóctono también aparece como postergado y humillado por la

cotona y el sistema colonial. El conquistador y sus descendientes

ilusüan de hecho los valores fundamenales de la patria chica. Pese

a su crueldad y crímenes, Nuño de Guzmán representa el paradig-

ma de la conquista: la pasión tegiooalista autotiza algún desliz o

falsificación histódca.

Hay que patar mientes, además, en las impücaciones de tal pos-

tua de rehabütación -relativa, por cierto-. Como expresa IópezPortillo y Iüeber a propósito de la conquista de Nueva Galicia porNuño:

[.,.] la marcha hasa entonces i¡contenible de un ejército que había

franqueado abismos, salvado seranlas, ctuzado dos, resistido inun-

dacioles, triuofado en combates, supemdo epidemias y aguanado

fatigas, se vio al fin detenid¿. La ola invaso¡a había alcanzado su

máxima altura. El desierto, gran general, habla logrado lo que ni las

armas, ni el agua, ni Ia peste, alcanzaton: deteoet a un conquistadot

español del siglo X\{.¿

La visión histórica deviene la apología de la hispanidad bajo la pluma

del historiador jalisciense:

flos hidalgos españolesl desattollatoo sus cu¿lidades taciales al más

22, López Portillo y Vebe\ op. cit., p. 356.

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NUÑo BTInÁN D[ CUzMfN [N SU PROTECOóI{ LN8RAru

alto grado, y fotmatoo un núcleo de conquistadorcs que, coo todos

sus defectos, ha sido el mejor de su especie en el mundo en todos

sentidos.a

Nuño, en opinión de Manuel Cartera Stampa, "se nos presenta como

un Titán, como un endemoniado titán, sobetbio, altivo y dinámi-co".2a Expresa la grandeza de España por su "empuje irtesistible",ay al igual que los demás conquistadores, cree constituitse un feüomienüas que de hecho es pionero en servicio de r¡n¿ caus¿ colecti-

va: "aquellos tambiér¡ --expresa Yáñez- hablaton de alzarse con la

tierr4 y lo que hicieron fue labtatla pata su Rey y Señor".26

Salit en defensa de lo hispánico no es común en la época en que

escribe Yáñez, lo mismo en 1928 que en 1960: significa propugnar

un espiritualismo católico que sería el legado de los españoles. Por

demás está decit que dicha postr¡ra va en contra de la teoría dom.i-

nante, la del nacionalismo mexicano, basado e¡ los valoresprecortesianos. La sorprendente defensa, en la novela, de los co¡-quistadotes espaioles y de su ancesto ñrndador Nuñq es signo de

una reivindicación de lo hispánico: la seducción que ejetce el pasado

heroico, aureolado de melancolía, tadica en la mitiñcación de la Es-

paña conquistadota que pudo fundar un mundo, y así-se saca a

Nuño de Guzmán del purgatorio al que Io había relegado la ideolo-gía dominante.

Queda por evocat el ultimo estrato ideológico del "paneglrico"del creador de la Nueva Galicia, vinculado por lo dernás con la veta

hispáoica: los valotes cistianos, puestos de realce por el ensalza-

miento de la gesta de la conquista. Se trata de una conquista espiri-

tual de la cual el mismo Nuño es vector Más exactame¡te, se remite

a una púctica teligiosa apocalíptica, cuyos fermentos se pueden ras-

trear en los Altos deJalisco y en el Bajío en genetal. Nuño de Guzmán,

de este modq está identiFrcado en Geúol fgrras de Gudalajara y en

Lz tiena pnldiga con los jinetes del Apocalipsis, en dos ocasiones:

23. idern,p.57-58.24. M¡nuel Carrer¡ Stamp4 op. cit., p.11.25, tópez Portillo y V€b€t, op. cit , p.271.26. A$rstí¡viflez, It tiqra púdlga, p. 30.

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J¡¡N FMN0O

"Puso a la derra en la ultima desesperación -por tanto el artífice

indígena que pintó en jeroglífico la salida de Nuño desprende de un

cielo sereno la víbora temerosa que anuncia muerte, miseria, desola-

ción y ruina" (es la cita del padre Tello), y luegq al 6nal de la I-etanía:

"fuiste carera atropellante, auopellada - la guerra, el hambre, lapeste, Ia muerte",

Una doble ocu¡rencia bíblica, una retomada y la otra directa,

que señalan un concepto apocalíptico de la historia, confrmado porla fotma misma de I retrato de Nuño de Guzmán rcüzado potYáircz:asoma como signo precursor o agente responsable del fin del mu¡-do. Sin acudir de nuevo a los análisis ya efectuados en oto trabajo,

es dable evocar brevemente el se¡tido que cobra Ia perspectiva

rnilena¡ista: en el caso que nos ocupa, ya sea Príncipe de los ütimosdías, ya sea Anticristo, la figuta del Maligno, es decir la de Guzmán,es patte obügada de un sistema de pensamiento: el mal const.in:ye la

fase previa e imprescindible, y teviste una vimrd teologal.

En la novela, el Amatillo, el hetedero de Nuño, es lgura nítida-

mente mesiánica, attaciva y repulsiva a la vez, benefactota y des-

tructora a la par, como cabe en el sistema milenatista. De ahí lamezcla de esperanza y desesperación con que se aguarda su venida.

De modo que el odiado conquistador se carga de otro valor, el de la

consumación de los tiempos y de la tealización de las predicciones:

es tecuperado en nombte de las creencias religiosas populates, que

tienen cabida en el campo mexicano.

El Muy Magnífico Señor Nuño Belt¡án de Guzmán conoce,

pues, una aislada y sonada representación üte¡a¡ia en forma de ho-

menaje y tecordato¡io. En ultima instancia, rehabiütatlo, aunque sea

telativamente, vale por üansfotmatlo en exponente de los valores

regronales, psicológicos y reJigiosos, y signifrca aducú un concepto

apocalíptico de la historia, La controve¡tida figura sirve para fines

ideológicos de reivindicación autóctona frente a poderes cenralespercibidos como represivos o pto-indígenas, La recuperación no es

inocente ni gtanrita: petmite teesctibL la historia en aras de la patriachica.

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Nuño BnnnÁu tn Guzu¡tt su ln¡n¡ru* H sENnDo DE uNA nnolÓclct · 2014-09-03 · Ntttio de...

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