Halo fantasmas de onyx.

350

Click here to load reader

Transcript of Halo fantasmas de onyx.

Page 1: Halo fantasmas de onyx.
Page 2: Halo fantasmas de onyx.
Page 3: Halo fantasmas de onyx.

Por Fans y para fans.

Page 4: Halo fantasmas de onyx.

PRÓLOGO

LA VICTORIA DE LA COMPAÑÍA BETA EN PEGASI

DELTA.

Page 5: Halo fantasmas de onyx.

1135 HORAS, 3 DE JULIO DE 2545 (CALENDARIO MILITAR)\ SISTEMA 51 PEGASI-B, OBJETIVO ZONA APACHE, PLANETA PEGASI DELTA.

La vaina orbital impactó, y el metal se torció y ch ispeó.

Dentro de su capullo de titanio, la hoja metálica d elantera, y el recubrimiento ablativo de cautela se estropeó, e l SPARTAN-B292 observo estallar las estrellas negras a través de su HUD, él saboreó la sangre en su boca, y el último aire c omprimido de sus pulmones.

El entrenamiento de Tom había funcionado: Él hizo p edazos el

marco retorcido de la vaina y parpadeó por la luz b rillante del sol azul.

Algo estaba mal. 85Pegasi– 914 A, supuestamente era un sol

amarillo pálido. Esto era azul eléctrico… hirviente plasma azul. Él saltó, rodó hacia un lado a medida que la explos ión hizo

oleaje sobre él. Las capas externas de su armadura de Infiltración Semi-Powered hirvieron y se descascara ron como una mala quemadura de sol.

“El entrenamiento,” su instructor, el Teniente Coma ndante

Ambrose, había dicho. “Su entrenamiento debe volver se parte de sus instintos. Entrenen hasta que sea parte de sus huesos.” Tom reaccionó sin pensarlo; Toda una vida de entrenamie nto le vino encima.

Él levantó su rifle de asalto MA5K y disparó a lo l argo de la

trayectoria del perno de plasma, asegurándose de ba rrer todo su perímetro.

Sus ojos se despejaron, y a medida que él automátic amente

volvió a cargar su arma, finalmente vio la superfic ie de Pegasi Delta. Pudo haber sido un infierno: Las rocas rojas ; El cielo lleno de polvo anaranjado; Cicatrices de docenas de impactos y cráteres en torno a él; Y treinta metros adelante, oscuras salpicaduras púrpuras de sangre de Jackal impregnad as en la arena.

Tom sacó su arma y cuidadosamente se movió hacia lo s aliens

caídos. Había cinco con heridas extensas en sus pie rnas inferiores. Él le disparó a cada uno una vez en su extraña cabeza angulada como de buitre, luego él se arrodil ló, les arrebató sus granadas de plasma, y les quitó sus es cudos de fuerza del antebrazo.

Aunque Tom traía puesta su armadura de Infiltración Semi-

Powered (informalmente designada armadura SPI por l a Sección Tres techno philes), su endurecido blindaje y sus p aneles photo-reactivos sólo podrían recibir unos cuantos disparo s oblicuos antes de arruinarse. Las texturas de camuflaje de l a armadura

Page 6: Halo fantasmas de onyx.

crepitaron y se estabilizaron, no obstante; Y otra vez se entremezcló con el terreno rocoso.

Cada SPARTAN-III había recibido un amplio entrenami ento para

usar el equipo del enemigo, entonces Tom improvisar ía. Él ató uno de los escudos Jackal en su antebrazo. Era una excelente protección, mientras recordaras encorvarte detrás d e ella y cubrir tus piernas, una gran estrategia de los soldados del UNSC cuando tenían problemas.

La proyección en su HUD titiló a la vida, una capa

transparente de topología verde fantasmal. Cien kilómetros sobre su cabeza, el cauteloso Saté lite Aéreo

de Reconocimiento Táctico del tamaño de una pelota de baseball, o ESTRELLAS, estaba en línea.

Un único punto parpadeante apareció representando s u

posición. Tom estaba cinco kilómetros al sur del ob jetivo primario.

Él escaneó el horizonte y vio la ciudad fábrica Cov enant a lo

lejos, surgiendo amenazadoramente desde la superfic ie rocosa como un castillo de herrumbre con chimeneas gigante s y bobinas azules de plasma pulsando profundamente en el inter ior de la fabrica. Más allá de la fábrica yacía la costa lava nda de un mar tóxico.

Puntos adicionales aparecieron en la parte superior de su

HUD… una docena, dos docenas, y luego centenares. E l resto de la Compañía Beta estaba en línea. Doscientos noventa y uno de ellos. Nueve no lo habían logrado, tampoco muertos en el ingreso O muertos por el impacto o por fuerzas Covenant ant es de que pudieran salir de las vainas.

Después de la misión, él chequearía la lista de nom bres para

ver a quién habían perdido. Por ahora, él coloco su s sentimientos en una esquina oscura de su mente.

Tom suspiró aliviado a medida que él vio las ocho X s que

representaba el punto de extracción de la nave subm erodeador Black Cat aparecer y luego se desvaneció en su HUD. Esa era su única forma de salir de esta roca después de que la Operación TORPEDO acabara.

Un texto se desplegó en su HUD: “EQUIPO FOXTROT PRO SIGA AL

VECTOR CERO OCHO SEIS. SUMINISTRE APOYO DE FLANQUEO AL EQUIPO INDIA.”

La respuesta no era necesaria. Las órdenes fueron d ifundidas

desde la ESTRELLA sobre su cabeza, y cualquier rupt ura del silencio de la radio revelaría su posición.

Tres puntos titilaron en su HUD, y diminutos número s

aparecieron. B091 era Lucy. B174 era Min. Y B004, e se era Adam. Sus amigos. El equipo de fuego Foxtrot.

Page 7: Halo fantasmas de onyx.

Tom corrió a grandes zancadas hacia adelante, encon tró un

afloramiento de rocas, y se refugió bajo ella, en e spera de sus compañeros para ponerse al corriente.

Para permanecer en la tarea, y no distraerse por su acelerado

latido, él revisó la Operación TORPEDO una vez más. Pegasi Delta era el hogar de una refinería Covenant. El mar en e ste diminuto mundo era extraordinariamente rico en deuterio y tr itio, que ellos usaban en sus reactores de plasma. La fábrica procesaba los materiales, y reaprovisionaba sus buques, el Co venant hacia esta operación en el borde del territorio del UNSC convirtiéndose en un objetivo de máxima prioridad. Dejaba un acceso fácil al enemigo hacia el espacio humano.

Había habido operaciones previas para neutralizar e l

objetivo. El CENTCOM del UNSC había enviado bombas atómicas, las había lanzado desde el Slipspace, pero el plutonio emitía un aura de radiación Cherenkov al volver a entrar a es pacio normal, haciendo que todos los recubrimientos de sigilo y d e plomo fueran inservibles. El Covenant fácilmente los habí a detectado y destruido.

De igual forma habían demasiados buques Covenant ce rca de la luna para enviar una bomba atómica lenta, muy dista nte para lanzarla por el espacio normal. No era una invasión regular o incluso las elites ODSTs o Helljumper harían el int ento. El UNSC tenía una oportunidad para eliminar la fábrica ante s de que el enemigo reuniera sus defensas.

Entonces ellos fueron enviados. Los trescientos Spartans de la Compañía Beta habían sido

lanzados siete horas atrás dentro del Slipspace del transportador UNSC All Under Heaven. Habían resisti do el cauteloso paseo de largo rango en las vainas de des censo orbital, soportaron la náusea debilitante al efectu ar una transición sin blindaje a espacio normal, y luego h irvieron en el paseo de llamas hacia la superficie de Pegasi De lta.

Desde la calurosa bienvenida proporcionada por ésos cinco

Jackals, Tom sabía que habían sido detectados, pero el Covenant aún no podía saber el tamaño de la brecha en su seg uridad. Él tendría que moverse rápido, tomar ventaja de cualqu ier elemento sorpresa que quedara, para hacer estallar la fábric a, y si fuera posible, los objetivos secundarios de depósitos de municiones y las reservas de metano.

Aún podrían hacer esto. Tenían que hacerlo. Destruy endo esa

fábrica triplicarían el tramo de las líneas de abas tecimiento Covenant al espacio UNSC. Esto es exactamente para lo que Tom había sido entrenado desde que él tenía seis años d e edad… años de entrenamiento y simulacros de guerra y educación . Pero eso no podría ser suficiente.

Él oyó el crujido de la grava bajo una bota. Él se dio

vuelta, levantó su rifle, y vio a Lucy.

Page 8: Halo fantasmas de onyx.

Cada SPARTAN-III se veía igual en su armadura de In filtración

Semi-Powered. El alternante patrón angular de camuf laje de la armadura SPI era en parte una flexible armadura leg ionaria, una parte armadura corporal táctica, y un parte camaleó n.

Tom, sin embargo, reconoció el corto, cuidadoso mod o de

caminar de Lucy. Él hizo el gesto de los dos dedos en su casco, la antigua y

silenciosa bienvenida Spartan. Ella le dio una leve inclinación de cabeza.

Tom le dio a ella un escudo Jackal y dos granadas d e plasma. Adam llegó a continuación, y Min diez segundos desp ués. Cuando todos sus escudos asignados estaban en su lu gar, Tom

dio al Equipo Foxtrot una serie de gestos rápidos, bien definidos con la mano, ordenándoles moverse delante en una formación relajada de arco. Cautelosa, pero rápida.

A medida que él se levantó, un trueno retumbó, fueg o brilló

intermitentemente en el cielo, y una Sombra los cub rió… y desapareció. Dos batalladores Seraph Covenant con f orma de lágrima rugieron sobre su lugar de cobertura.

Una línea de plasma hizo erupción cien metros detrá s de

ellos, un infierno que ondulo y floreció directamen te hacia su equipo.

Tom se lanzó a un lado, activando su escudo Jackal,

sujetándolo entre él y las llamas de tres mil grado s que sin embargo derretirían su armadura SPI como mantequill a. El campo de fuerza dio una llamarada por la radiación; La pi el de sus palmas punzó con ampollas.

El plasma pasó… adelgazó… y evaporó. El aire se enf rió. El soporte aéreo Covenant ya estaba en posición. De tal

manera que la situación se hizo cien veces peor. Con un parpadeo, Tom cambió del TACMAP al TEAMBIO e n su HUD.

Todos los miembros del Equipo Foxtrot mostraban un rápido aumento de su pulso y presión sanguínea. Pero todos ellos estaban aún verdes. Todos vivos. Eso era bueno.

Él corrió a toda velocidad. La cautela ya no era un a

prioridad operacional. Llegar a la fábrica donde no pudieran ser bombardeados era todo lo que importaba.

Detrás de él, Lucy, Adam, y Min continuaban en líne a,

cubriendo el basto terreno con zancadas poderosas y largas a casi treinta kilómetros por hora.

Page 9: Halo fantasmas de onyx.

Óvalos rojos aparecieron en el TACMAP de Tom: Serap hs Covenant elaborando otro ataque. Más que antes… tre s… seis… diez.

Tom miro a ambos lados y vio a sus camaradas, cente nares de

Spartans corriendo a través de la tierra agrietada. El polvo de su carga llenó el aire y se entremezcló con el humo de las últimas explosiones de plasma.

Tres Spartans quedaron atrás rezagados, giraron, y se

afirmaron, sujetando lanza cohetes M19-B SAM. Dispa raron. Los cohetes se movieron a gran velocidad en la atmósfer a, dejando huellas de vapor serpenteando.

El primero reboto completamente en el escudo del Se raph

entrante; El cohete estalló, no dañando la nave, pe ro sin embargo golpeando en su ala tripulada. La nave se v ino abajo, perdiendo cincuenta metros de altitud, y luego se r ecupero… pero sus bordes delanteros (o borde de ataque) rasparon la tierra, disipando sus escudos debilitándolos, y ellos final mente giraron sobre el fin haciendo erupción en llameantes remoli nos.

Los otros dos cohetes golpearon sus objetivos, se

sobrecargaron sus escudos, dejando sus objetivos Se raphs cubiertos por hollín, pero intactos. Tom pudo ver a los Seraphs ondear fuera de sus carreras de ataque.

Una victoria pequeña. Tom desaceleró a un trote y observó como los seis S eraphs

restantes se sumergieron y soltaron sus ataques de plasma, luego se elevaron, rodaron, y desaparecieron en la neblin a.

Cada carga de plasma se redujo a un punto brillante tan

alargado como una lanza de color zafiro de hirvient e combustible solar. Cuando golpeaban la tierra, estallaban y se desplegaban hacia adelante, se movían a trescientos kilómetros por hora por el dinamismo y la expansión termal.

Una pared de llamas apareció a la izquierda de Tom, e hizo

que los paneles de su armadura SPI quedaran azul y blanco. Pero él no se apartó. Él continúo atravesando los otros cinco incendios que envolvían a los demás Spartans.

El plasma desaceleró, todavía hirviente, y luego la s nubes se

enfriaron y adelgazaron a una gris neblina insípida , dejando la tierra cristalizada y pedazos de huesos carbonizado s en su estela.

En su TACMAP, docenas de puntos parpadearon. Lucy corrió a toda velocidad detrás de Tom. Volvió su HUD de

regreso a la acción, y corrió.

Page 10: Halo fantasmas de onyx.

Habría tiempo para el miedo más tarde… Y para la ve nganza. Cuando volaran dicha fábrica habría abundante tiemp o para la venganza sangrienta.

Tom cambió su enfoque fuera del TACMAP en el HUD de su casco

y más adelante hacia el objetivo primario, ahora só lo estaba a quinientos metros de distancia.

Desde el centro de la fábrica del tamaño de una ciu dad el

azul incandescente era demasiado intenso para miarl o directamente, lanzando severas sombras sobre la red de tuberías y bosques de chimeneas. La estructura era de un kil ómetro cuadrado con torres alzándose trescientos metros, p erfecto para francotiradores.

Tom se forzó a sí mismo a correr más rápido, delant e de Lucy,

Adam, y Min, pasaron velozmente de lado a lado. Ell os entendieron e imitaron su táctica evasiva.

Pernos de plasma estallaron cerca de su pie. Él ava nzo de una

parte a otra a través de una granizada de líneas de elevado ángulo. Sus sospechas acerca de francotiradores hab ían sido correctas.

Él esquivó, continuó corriendo, y entornó los ojos adelante

al borde de la fábrica. Su HUD automáticamente resp ondió y la imagen se amplifico cinco veces.

Había otra amenaza: Cambiantes bordes luminiscentes de campos

de fuerzas, escudos Jackal. Y en las sombras, los o jos arrogantes de un Elite Covenant con armadura púrpur a, mirando fija y directamente hacia atrás.

Tom patinó en una parada, sujetó el rifle de franco tirador

echado en su espalda, y observó a través de la mira . Él calmó su respiración. Un perno de plasma crepitó cerca de su hombro, rasgando la cáscara de su armadura SPI, quemando su carne, pero él ignoró el dolor, disgustado solo por que el disp aro le había hecho perder el objetivo. Él esperó por una fracció n de segundo entre las pulsaciones de su corazón, y luego apretó el gatillo.

El impulso de la bala hizo girar al Elite. La artic ulación

del cuello de su armadura estalló fuera de la criat ura. Tom disparado otra vez, y le alcanzó en la parte traser a. Una salpicadura de sangre azul brillante salpicó las tu berías.

Jackals emergieron de las sombras en el margen de l a fábrica, arrastrándose fuera de las rezagadas tuberías y tub os de plasma.

Había centenares de ellos… Miles. Y todos ellos comenzaron a disparar Tom rodó en la tierra, aplanándose a sí mismo en un sitio

levemente hundido. Adam, Min, y Lucy se dejaron cae r, igualmente, sacaron sus rifles de asalto en frente de ellos, listos para disparar.

Page 11: Halo fantasmas de onyx.

Los pernos de plasma y fragmentos de cristal cruzar on de un

lado a otro sobre la cabeza Tom… demasiados para ev adirlos. El enemigo no tenía que poder verlos. Todo lo que tení an que hacer era llenar cada centímetro cuadrado de aire con pro yectiles letales.

Su equipo estaba inmovilizado, a la merced de aquel los Seraph

en su siguiente paso. ¿Cómo se había preparado el Covenant para contrarre star el

ataque tan rápidamente? Si hubieran sido detectados más temprano, entonces sus vainas

de descenso habrían sido vaporizadas en el camino. A menos que hubieran tenido una extremada mala suerte al venir cuando un acorazado hubiera atracado en la fábrica. ¿En el la do oculto? ¿Podrían las ESTRELLAS en lo alto haber perdido alg o tan grande?

Una de las primeras lecciones del Teniente Comandan te Ambrose

resonó en la cabeza de Tom: “No confíen en la tecno logía. Las máquinas fácilmente se averían.”

El COM de Tom crujió: “Ejecuten maniobra Bravo Ml9 SAMs,

objetivos marcados. Todos los equipos prepárense pa ra moverse.” Tom entendió: Necesitaban cobertura. Y la única cub ierta

estaba muerta adelante en la fábrica. Desde el campo seis manchas de vapor fueron lanzada s hacia la

fábrica. Los M19 SAMs explotaron al contacto con la s tuberías y conductos de plasmas, estallando en nubes de humo n egro y chispas azules.

El fuego enemigo disminuyo. Esa era su entrada. Tom se puso de pie, y corrió a toda velocidad hacia el humo

más denso. El equipo Foxtrot le siguió. Cada Spartan en el campo cargó también, centenares de figuras

camufladas medio blindadas, corriendo y disparando a los Jackals aturdidos, apareciendo como una oleada de guerreros fantasmas, medio líquido, medio sombra, en parte espejismo, en parte pesadilla.

Gritaron un grito de guerra, momentáneamente ahogan do el

sonido de los disparos y explosiones. Tom gritó con ellos… por los caídos, por sus amigos , y por la

sangre de sus enemigos. El sonido era ensordecedor. Los Jackals rompieron jerarquías, empezaron a escap ar, y

quedaron heridos de bala en la espalda a medida que sus escudos cambiaron de dirección con ellos.

Page 12: Halo fantasmas de onyx.

Pero centenares más sostuvieron su posición, coloca ron sus

escudos para formar una falange invulnerable. Tom dirigió al Equipo Foxtrot dentro de las sombras de la

fábrica llena de humo. Él encontró una tubería del tamaño de un pino gigantesco goteando agua condensada y líquido verde de refrigeración y se cubrió detrás de ella. En la nie bla él vio a Lucy, Adam, y Min tomar posiciones detrás cubriéndo se, también. Él les dio órdenes de disparar rápido con señales d e la mano: Muévanse hacia adentro y asesinen.

Él giró a la redonda, con su rifle MA5K levantado… y se

encontró cara a cara con un Elite Covenant, sus div ididas mandíbulas inferiores imitaron una imposible gran s onrisa humana. El monstruo sujetaba una espada de energía en una mano, y una pistola de plasma en la otra.

Disparó y giro. Tom esquivó los mortíferos arcos de energía, colocó su pie

entre la inabarcable postura del Elite… empujo y di sparo al mismo tiempo.

El Elite se tumbó sobre la tierra, y Tom recorrió s u cuerpo,

rociando rondas en la grieta de su casco. Él no err ó. El equipo Foxtrot se estaba acercando a él, dejando atrás a

seis Jackals muertos, sus cuerpos rotos como muñeca s de trapo. Atrás desde el campo vinieron destellos y golpes rá pidos de

calor. Granadas de plasma. Jackals y Elites se apresuraron a salir de su cober tura en la

fábrica para encontrar al resto de la Compañía Beta en el campo, percatándose quizá de que sería suicida confrontar a los Spartans en un lugar estrecho.

Miles de Covenant chocaron con doscientos Spartans en un

combate abierto. Trazaron rondas, fragmentos de cri stal, pernos de plasma, y escudos llameantes hicieron que la esc ena se nublara en caos.

Los SPARTAN-III se movieron con rapidez y sus refle jos no

pudieron ser seguidos por ningún Covenant. Ellos ev adieron, rompieron cuellos y extremidades, y con las captura das espadas de energía cortaron a través del enemigo hasta que el campo marchó con ríos de sangre coagulada y sangre azul.

Tom vaciló, entre moverse más profundo en el comple jo de la

fábrica y ejecutar la misión y correr de regreso a ayudar a sus camaradas.

No dejes atrás a tus amigos.

Page 13: Halo fantasmas de onyx.

El cielo se oscureció, las nubes en lo alto se volv ieron gris

metálico. El COM de Tom crujió en vida: “Omega tres. ¡Ejecute n ahora!

¡Ahora!” Eso lo paralizo. Omega tres era el código de pánico , una

orden para romper y correr cueste lo que cueste. ¿Por qué? Ellos estaban ganando. Tom luego vio las nubes moverse. Sólo… que no eran nubes. Para él todo estaba claro ahora. Por qué había tant os

Covenant aquí. Y por qué las naves Seraph, naves di señadas para el combate en el espacio, los estaban bombardeando.

Siete cruceros Covenant descendieron desde las nube s. De un kilómetro de largo, la proyección de las bulb osas

sombras de sus cascos cubría el campo entero. Si es tos buques habían sido estacionados en formación, reaprovisio nándose sobre el complejo, las ESTRELLAS podrían haber confundido tales estructuras grandes como parte de la fábrica.

“Tenemos que ayudarles,” Lucy murmuró sobre el TEAM COM. “No,” Min dijo, haciendo un breve movimiento de cor te con su

mano. “La orden Omega.” “No correremos,” Adam irrumpió. “No,” Tom estuvo de acuerdo. “No lo haremos. La ord en es… un

error.” A pesar de los controles ambientales en su armadura SPI, él se sintió helado.

Los batalladores Seraph descendieron desde los cruc eros,

docenas de ellos, y se reunieron en enjambres. Colu mnas misteriosamente luminescentes de luz aparecieron de sde el vientre de cada crucero, haces de transporte, y des de ellos marcharon centenares de Elites sobre el campo.

“Pero tampoco les podemos ayudar,” Tom murmuró a su equipo. La mitad de la Compañía Beta empezó a confrontar la nueva

amenaza. Las probabilidades eran imposibles, aun pa ra los Spartans, pero comprarían tiempo para que el resto de ellos encontraran cobertura.

Encontrar cobertura era un método inútil, sin embar go. Siete

cruceros Covenant tenían bastante potencia de fuego para neutralizar hasta doscientos Spartans. Los podrían arrinconar, podían enviar refuerzos al terreno por miles, o si quisieran, cristalizarían la luna entera desde la órbita.

Page 14: Halo fantasmas de onyx.

Solo les quedaba una opción. “El núcleo,” Tom les dijo. “es todavía nuestra misi ón, y

nuestra única arma efectiva.” Hubo una pausa de un latido de su corazón, y luego tres luces

verdes de confirmación parpadearon en su HUD. Sus a migos sabían lo que él estaba pidiendo.

El equipo Foxtrot se movió como uno, entraron corri endo a la

fábrica a toda velocidad, esquivando tuberías y vai nas de suministro.

Una patrulla de seis Elites estaba por delante, acu clillado

detrás de un enredo de ductos. Tom lanzó unas pocas granadas para desorientarlos, pero su

equipo continuó corriendo. Cualquier retraso – incl uso para asesinar a un enemigo que pudiera disparar a sus es paldas – los podría privar de su única oportunidad.

Los Elites sobrevivientes se recuperaron y disparar on. Adam cayó, una mano agarró firmemente unos fragment os de

cristal que penetraron su armadura y perforaron su columna vertebral inferior.

“¡Sigan!” Adam gritó, haciendo gestos con las manos para que

salieran del área. “Los detendré.” Tom no aminoro el paso. Adam sabía lo qué tenía que hacer:

Continuar luchando hasta que no hubiera pelea en él . El núcleo estaba a cien metros por delante. Era imp osible

fallar, la luz era tan brillante que el HUD de Tom se polarizó automáticamente al tinte máximo, y aun así le fue d ifícil mirar. El núcleo era del tamaño de un edificio de diez pis os, pulsando como un enorme corazón, alimentado por resplandecie ntes conductos y echando vapor por las tuberías del líqu ido de refrigeración, e incrustado con electrónica cristal ina. Era una maravilla de la ingeniería alienígena, y el complej o… esperanzadoramente se veía fácil de destruir.

“Ductos principales del líquido de refrigeración al lí y

allí,” Tom grito sobre el TEAMCOM y apuntó. “atasca ré la válvula de descarga.” Él se movió a la base del núcleo.

Las luces de afirmación de Lucy y Min parpadearon. El HUD del casco de Tom se cubrió con estática, lue go estallo

y se quedo negro. El reactor de plasma y su intenso y fluctuante campo electromagnético hicieron estragos con su ele ctrónica.

Él encontró la válvula de descarga, un mecanismo de l tamaño

de una nave de descenso Pelican, justamente debajo de la cámara

Page 15: Halo fantasmas de onyx.

principal. Él desenrolló el cordón de thermite-carb on y lo coloco alrededor de la válvula dos veces.

Él luego la preparo y activó la carga. Una brillante línea relampagueante destelló y crepi tó a

través de la aleación Covenant, fundiendo la válvul a en una masa sólida.

Tom echó una mirada a Lucy. Ella colocó una carga e xplosiva

en una de las dos líneas principales de refrigeraci ón que alimentaban el reactor, y luego colocó el temporiza dor en el detonador.

Min colocó su temporizador, también… luego desapare ció en un

destello de humo y explosiones. El núcleo brilló má s brillante que el sol. El líquido de refrigeración echó humo d esde las retorcidas tuberías y las alarmas sonaron con gran estruendo.

“¡No!” Lucy gritó. Ella corrió pasando a Tom hacia la ondulante nube t óxica de

líquido de refrigeración. Él agarró su muñeca, sacu diéndola con fuerza para detenerla.

“Él se ha ido,” Tom dijo. “El EM (electromagnetismo ) del

campo debe haber detonado su carga.” Ella forcejeó para liberarse del agarre de Tom. “Tenemos que salir de aquí,” él le dijo a ella. Ella vaciló, dando un paso hacia Min. El soporte de la estructura gimió y comenzó a derre tirse y

combarse desde el recalentado núcleo. Ella volteo hacia Tom, inclinó la cabeza, y saliero n de la

habitación más profunda del complejo de la fábrica, a través de una selva de postes y ductos que producían un sonid o agudo, y salpicando a través de lagos de filtraciones de líq uido de refrigeración hirviendo.

La carga que Lucy había colocado detonó y silenció las

alarmas del reactor. Aun con sus espaldas hacia el reactor, corriendo a toda

velocidad fuera de la cámara, el resplandor del núc leo se duplico a medida que alcanzaba la fase supercrítica . Era demasiado para resistir, aun a través de su HUD pol arizado, Tom entrecerró sus ojos… casi completamente.

Voltearon en una esquina, se deslizaron bajo la bar anda de

una escalera inclinada y sobre una pasarela que se proyectó sobre una saliente. Quinientos metros adelante, un océano se agitaba contra acantilados rocosos.

Page 16: Halo fantasmas de onyx.

Lo habían hecho a través de la fábrica, afuera en l a parte trasera, donde colosales tubos succionaron el agua del océano para procesarla.

Lucy miró hacia atrás a la fábrica y luego hacia To m. Ella

tendió su mano. Él la tomó. Saltaron. En la caída libre, Tom luchó, moviendo sus piernas. Lucy

soltó su mano, y enderezó su cuerpo. Él hizo lo mis mo y luego apuntó sus pies hacia abajo una fracción de segundo antes de que él golpeara el agua.

El impacto le aturdió, luego saboreó la sal, y se a tragantó

con el agua que llenó su casco. Él arañó la superfi cie. El recubrimiento de su armadura SPI se hinchó, absorbi endo agua, cuyo peso lo arrastraba hacia abajo.

Él rompió la superficie, remando con fuerza a medid a que él intentaba mantenerse a flote moviendo sus piernas. Él forcejeo para liberarse de su casco y lo jalo para quitársel o.

Al lado de él, Lucy se quito su casco también, jade ando. “Mira.” Él asintió hacia la cima del acantilado. Desde aquel ángulo Tom vio los cruceros Covenant so bre el

campo. Lanzas de fuego láser llovieron hacia abajo desde las armas laterales de los buques y bombardearon a sus compañeros Spartans.

¿La potencia de fuego significaba que el buque insi gnia

estaba en combate… cómo podría alguien sobrevivir a eso? Un nuevo sol apareció. El núcleo supercrítico llame o y la luz

llenó el mundo. Los cruceros ondearon, se deformaro n, sus cáscaras de aleación se evaporizaron por el calor. Se desintegraron, partículas estallaron hacia el exter ior.

La prominencia rocosa quedo destrozada en escombros

derretidos. “¡Abajo!” Tom gritó. Él y Lucy se sumergieron bajo el agua, buceando par a escapar

de la superpresión y de ser incinerándoos por la ex plosión. Su armadura empapada ahora podría salvar su vida.

En lo alto, un destello vaporizó el agua. Gotitas d e roca

líquida y metal sisearon después de él. El calor le sofocó… y una mano gigante le agarró y apretó hasta que todo lo que Tom vio fue oscuridad.

Page 17: Halo fantasmas de onyx.

Tom yacía sobre la tierra jadeando. Casi se habían ahogado después de la explosión, pero habían logrado quitar se su armadura, y finalmente, exhaustos, nadaron de regre so a la costa, y avanzaron lentamente alrededor del borde d el campo de batalla y hacia el interior de las colinas.

Él y Lucy habían logrado llegar al punto de extracc ión seis

donde él había visto una de las naves de exfiltraci ón. Ningún refuerzo Covenant llego. Todos ellos habían sido

asesinados cuando el reactor estalló. La operación TORPEDO fue un éxito… pero eso había costado las vidas de todos los demás Spartans de la Compañía Beta.

Todo lo que quedó de la fábrica, los cruceros Coven ant, y las

fuerzas terrestres de la Compañía Beta fue un crát er cristalizado de cuatro kilómetros de diámetro. Ning ún hueso, ni siquiera un panel de una armadura SPI. Se habían id o. Solo quedaban susurros en el viento.

Lucy se levanto enfrente del casco de la nave subme rodeador

Black Cat, su cuerpo estaba temblando. Ella comenzó a tambalearse retrocediendo de vuelta hacia la colina .

“¿A dónde vas?” “Los sobrevivientes,” ella murmuró y dio un paso in cierto

hacia adelante. “Foxtrot. Tenemos que mirar.” Nadie había sobrevivido. Ellos habían comprobado to das las

frecuencias COM, habían registrado la costa, los ca mpos, y las colinas en su larga y silenciosa caminata de regres o. Nadie más estaba vivo.

Lucy era diminuta. Como Tom, ella sólo tenía doce a ños de

edad, pero media uno punto seis metros y pesaba set enta kilos, Lucy era una de las mas pequeñas de los SPARTAN-III . Sin su armadura SPI y sus armas, y su forma pálida cubiert a solamente por un modesto revestimiento, ella se veía aun más pequeña.

Tom se levantó y delicadamente la abrazó. Ella temb ló

violentamente. “Estas entrando en shock.” Él encontró un botiquín de primeros auxilios y le i nyectó un

cóctel médico estándar antishock pos misión. “Los sobrevivientes…” ella susurró. “No hay ninguno,” él dijo. “Tenemos que salir de a quí. Los

condensadores del Black Cat se drenarán en cuatro h oras y no podremos saltar al Slipspace.”

Ella se volteo hacia él, con sus ojos anchos y desb ordando de

lágrimas.

Page 18: Halo fantasmas de onyx.

“¿Cómo puedes estar seguro de que estamos vivos?” Tom estaba vivo. Él estaba seguro. Pero a medida qu e él echó

una mirada final a los campos crepitantes de Pegasi Delta, él supo que parte de él había muerto hoy con la Compañ ía Beta.

Él ayudó a Lucy a entrar al merodeador Black Cat y cerró la

escotilla. Los motores del submerodeador tamborilearon a la vi da, luego

se elevo en un susurro. La nave se elevo y apunto h acia arriba dentro del cielo oscurecido.

Las palabras de Lucy preguntando si ellos estaban v ivos

serían las últimas. ‘Desarticulación vocal postraum ática’, los expertos eventualmente afirmarían. Y aunque fuera p or el deber, ella guardaría silencio… ya sea por ser incapaz, o involuntario, a hablar el resto de su vida.

En los años venideros, Tom reflexionaría sobre la ú ltima

pregunta de Lucy todos los días. “¿Cómo puedes esta r seguro de que estamos vivos?”

Algo había muerto por cada Spartan ese día.

Page 19: Halo fantasmas de onyx.

SECCIÓN I

El TENIENTE AMBROSE

Page 20: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO UNO

1647 HORAS, 1 DE MAYO de 2531 (CALENDARIO MILITAR)\ SISTEMA TAURI 111, CAMPAMENTO NUEVA ESPERANZA, PLANETA VICTORIA.

John, SPARTAN-117, a pesar de estar envuelto en su armadura

MJOLNIR de media tonelada, se movía como una sombra a través de la maleza del bosque en penumbra.

El guardia en el perímetro de la Base Nueva Esperan za giró un

cigarrillo, echo una fumada final, y arrojó la coli lla. John se abalanzó, como un susurro, y envolvió con s u brazo el

cuello del hombre, torciéndolo hacia arriba con un crujido. El cigarrillo del guardia golpeó la tierra. Los grillos de alrededor reanudaron su canción noct urna. John confirmo su estado al resto del Equipo Azul. C uatro

luces LED verdes parpadearon en su HUD, indicando q ue el resto

Page 21: Halo fantasmas de onyx.

de los guardias dispersados en el perímetro habían sido neutralizados.

El siguiente objetivo era una puerta de reparto, la sección

más débil del sistema de defensa de la base rebelde . El cuartel de guardia tenía a dos hombres afuera, dos en el te jado, y varios en el interior. Después de esto, sin embargo , la base tenía una seguridad impresionante incluso para las normas Spartan: Sensores de movimiento y sísmicos, tres es cuadrones de guardias, perros entrenados, y sobre sus cabezas dr ones clase MAKO.

John hizo parpadear su luz verde de estado: La seña l para

proceder con la siguiente fase. El sol poniente acababa de tocar el borde del horiz onte

cuando los guardias en el techo del búnker se deseq uilibraron y cayeron bruscamente. Ocurrió tan rápido, que John n o estaba seguro de a que objetivo Linda había apuntado prime ro. Un latido más tarde el segundo cayo a tierra muerto también.

John y Kurt corrieron hacia la caseta de guardia. Kelly corrió a toda velocidad por delante, cubriend o los

trescientos metros del bosque en la mitad de tiempo , y saltó hasta el techo de un solo salto. Ella abrió el cond ucto de ventilación del techo y dejó caer granadas de estal lido cegador.

Kurt se situó fuera de la puerta, y barrió con todo el lado

de popa por cualquier objetivo. John esperó En el o tro lado de la puerta de seguridad de acero y vidrio antibala, una mano en su empuñadura, un pie afirmado contra la pared.

En el interior sonaron tres golpes amortiguados. John jaló, torciendo la puerta y el marco de acero reforzado

en la pared. Kurt entró, con su ametralladora M7 despidiendo tre s rondas

explosivas. John entro un momento después, y evaluó las amenaza s en un

parpadeo. Había tres guardias ya derribados. Detrás de ellos, las filas de monitores de seguridad mostraron cien puntos de vista de la base.

Otros siete hombres sentados en una mesa de juego, quitándose

de encima los efectos de los estallidos. Se levantaron con sus armas parcialmente fuera de s u funda. John tranquilamente disparó a cada hombre, una vez en la

cabeza. Nada se movió.

Page 22: Halo fantasmas de onyx.

Kelly descendió afuera de la puerta, giró hacia ade ntro, con su arma levantada.

“Sistema de seguridad,” John murmuró a ella y a Kur t. Fred y Linda aparecieron un momento más tarde, y

conjuntamente jalaron y acuñaron la pesada puerta d e vuelta a su marco retorcido.

“Todo bien afuera,” Fred les dijo. Kelly se sentó delante de la fila de monitores y ex trajo un

panel táctil, iniciando el paquete de software de i nfiltración de computadoras de la ONI.

Kurt tecleó en el teclado, asintiendo hacia una not a pegada

bajo un monitor. “Contraseña ingresada,” él dijo, meneando su cabeza . “De acuerdo,” Kelly susurró. “Lo podemos hacer de l a forma

fácil, también. Corriendo protocolo de escaneo de l os monitores, ahora. Conseguiré un camino limpio hasta el objetiv o.”

Kurt mientras tanto examinó rápidamente los diverso s puntos

de vista de las cámaras y subsistemas en los monito res. “Ninguna alarma activada,” él reportó. Hizo una pau sa y

observó a un grupo de guardias descargando latas de municiones fuera de un Warthog. Un hombre andaba a tientas y d ejó caer una lata; A lo largo de su lado estaba escrito: MUTA-AP -09334.

John no había ordenado un barrido de los subsistema s, aunque

él específicamente no lo había prohibido, tampoco. Las acciones de Kurt podrían detonar una bandera roja en el coma ndo y control de la base.

John tenía diversas opiniones acerca de utilizar al SPARTAN-

051, Kurt, como el reemplazo de Sam en el Equipo Az ul. Por un lado, él era un Spartan sumamente calificado. El je fe Mendez rutinariamente le había dado el comando del Equipo Verde durante los ejercicios de entrenamiento, y Kurt muchas vece s le había ganado al opuesto Equipo Azul de John. Pero por otr a parte, él era, un Spartan, indisciplinado. Él se tomaba tiemp o para hablar con cada Spartan, e incluso con el personal no Spar tan que los entrenaba y abastecía. Como un soldado profesional en medio de dos guerras (una luchando contra una rebelión forti ficada, la otra encargándose de una raza alienígena xenofóbica tecnológicamente superior) Kurt gastaba una conside rable cantidad de tiempo y energía haciendo amigos.

“Sistema de cámaras y detectores volteados,” Kelly anunció e

hizo un diminuto círculo con su dedo índice. “Tenem os quince minutos mientras los perros y drones están rotando y reaprovisionándose. Entonces solo tendremos que tra tar con los guardias.”

Page 23: Halo fantasmas de onyx.

“Muévanse,” John dijo a su equipo. Kurt dudó, sus ojos aún estaban fijos en los monito res. “¿Qué?” John preguntó. “Una corazonada,” Kurt murmuró. Esto preocupó a John. Todo había funcionado perfect amente, y

no había signos de que el enemigo hubiera reacciona do a su presencia. Pero Kurt tenía una reputación por olfat ear emboscadas. John había sido victima de la intuición de Kurt varias veces durante el entrenamiento.

John asintió al monitor, todavía desprovisto de cua lquier

cosa pero con la actividad normal. “Explícame.” “Los guardias descargando ese Warthog,” Kurt dijo. “Mira

como… ellos se preparan para algo. Sistemas de segu ridad y máquinas pueden ser engañados… o fácilmente prepara dos para engañar,” él relató. “¿Las personas? No es tan fáci l.”

“Entiendo,” John dijo. “Permaneceremos atentos, per o tenemos

que cumplir con lo programado. Movámonos.” Kurt se levantó, lanzando una mirada de regreso al monitor a

medida que salían fuera la caseta de guardia. Los Spartans se fundieron de sombra en sombra, pasa ron

alrededor de un almacén, bajo las barracas de ofici ales, y finalmente, en el centro de la base, se acercaron a l borde de una bodega. El edificio estaba rodeado por tres pos tes advirtiendo que el patio cubierto de grava estaba m inado.

Ocho guardias patrullaban el perímetro. Estacionado al lado

había un Warthog modificado; Había sido cortado por la mitad y una nueva sección central había sido soldada en el lugar, se veía tan amplio que podría llevar a diez hombres a la batalla.

Era suficiente. John extrajo una diminuta barra y la apuntó al edif icio. El

medidor de radiación titiló a un nivel con medicion es cien veces de lo normal para este planeta.

Eso confirmó que su objetivo primario estaba adentr o: Tres

cabezas nucleares FENRIS. Las batallas recientes con el Covenant habían agota do las

provisiones del UNSC de materiales fisibles en este sector a casi nada. Los rebeldes habían escuchado acerca de esto (que indicaba que también tenían una considerable capaci dad de inteligencia), y habían contactado al CENTCOM regio nal para

Page 24: Halo fantasmas de onyx.

atrevidamente ofrecer un comercio. Dijeron que habí an robado cabezas explosivas (ojivas). Afirmaron tener person as con el Síndrome de Borren, y querían la experticia y medic amentos que solo los doctores del UNSC podrían proveer.

El CENTCOM dijo que considerarían el asunto. Lo habían considerado, y enviado al Equipo Azul par a obtener

esas cabezas explosivas, y si se presentaba la opor tunidad, se enfocarían en cualquier líder rebelde.

John hizo señas a su equipo para moverse hacia afue ra,

dispersarse alrededor del búnker, y tomar posicione s para disparar a escondidas a los guardias.

Las luces verdes de confirmación parpadearon en su HUD. Kurt

fue el último, con un titubeo evidente. John le dio a Kurt un gesto corto con la mano, y lu ego apuntó

al Warthog, indicándole que consiguiera que el vehí culo estuviera en condiciones para moverse.

Kurt asintió. Kurt sintió que algo estaba mal estaba infeccioso. A John no

le gustó eso. Él empujó sus dudas a un lado. El Equ ipo Azul estaba en posición.

John descolgó su rifle de francotirador y divisó. É l dio la

señal de continuar y observó como un guardia y lueg o otro silenciosamente caía al suelo. Linda había sido ráp ida y eficiente como siempre.

John dio la señal de seguir adelante para moverse h acia

adentro. El Equipo Azul ingresó, barriendo las esquinas oscu ras del

edificio. El lugar estaba vacío, salvo por estantes de acero acunando

tres envolturas cónicas de cabezas explosivas. El c ontador de radiación de John saltó, indicando que no contenían explosivos convencionales.

Él señaló a Kelly y a Fred, hacia el estante, luego al

Warthog de afuera. Ellos asintieron. La luz de confirmación de Kurt parpadeó rojo. Ningún Spartan emitía una luz roja en una misión a menos que

tuviese una buena razón. “Aborten,” John dijo. “Retrocedan. Ahora.” El mareo le inundo. John vio a Linda, Fred, y a Kelly caer de rodillas.

Page 25: Halo fantasmas de onyx.

Luego la oscuridad lo envolvió. John se despertó con un sobresalto. Cada músculo ar dió y

sintió como si alguien le hubiese golpeado durament e en su cabeza. Ésta era una buena indicación: Quería decir que él no estaba muerto.

Él tensó sus músculos contra una presión inquebran table. Parpadeó para aclarar su vista nublada y vio que él estaba

sentado apoyado contra una pared, todavía en el bún ker de alta seguridad.

Las cabezas explosivas todavía estaban allí. Luego John vio a una docena de comandos en la bodeg a,

observándole. Ellos levantaban ametralladoras de ca libre 30, facilitadas por las fuerzas rebeldes. Apodadas como ‘Las fabricantes de confeti’, eran toscamente inexactas, pero a quemarropa, eso escasamente sería una preocupación.

El resto del Equipo Azul yacía con la cara sobre el piso de

concreto. Los técnicos con delantales de laboratori o se encorvaron sobre ellos haciendo un vídeo digital de alta resolución.

John se sacudió con fuerza contra su armadura inert e. Él

tenía que acercarse a su equipo. ¿Estaban muertos? “No hay necesidad de luchar,” una voz dijo. Un hombre con un largo cabello canoso dio un paso f rente al

HUD de John. “O luchemos si quieres. Hemos instalado collares in hibidores

neurales en usted y sus camaradas. Edición estándar del UNSC para criminales peligrosos.” Él sonrió. “Hice una a puesta si uno de ustedes podría, y pueden, destrozarme a la mitad en esas milagrosas armaduras de poder.”

John mantuvo su boca cerrada. “Relájese,” el hombre dijo. “soy el General Graves. ” John reconoció el nombre. Howard Graves era uno de los tres

hombres en los que se creyó que podría encargarse del frente rebelde unido. No era coincidencia que él estuviera aquí.

“Usted está sufriendo de descompresión rápida… recu éstese,”

él dijo a John. “Usamos un plato antigravedad, una vieja tecnología que nunca salió bien, pero para nuestros propósitos, surtió efecto simplemente bien. Enfocadas emisiones engañaron los sensores de sus armaduras haciéndole pensar que ustedes estaban en un ambiente de diez gravedades. Aumentó la presión

Page 26: Halo fantasmas de onyx.

interna para salvar sus vidas, dejándoles momentáne amente inconsciente.”

“Usted diseñó todo esto para nosotros,” John dijo, con su voz

ronca. “Ustedes ‘Spartans’ han efectuado considerables abo lladuras a

nuestros esfuerzos para liberar a los mundos fronte rizos,” el General Graves dijo. “La estación Jefferson en el c inturón de asteroides de Eridanus el año pasado; Nuestro destr uctor Origami; Seis meses atrás, nuestra instalación que fabrica explosivos de gran potencia; Seguido por el inciden te en Micronesia, y nuestra célula saboteadora en Reach. No creí en eso hasta que vi el vídeo. Todo por el mismo equipo de cuatro hombres. Algunos dijeron que el ‘Equipo azul’ era u n mito.” Él golpeó con su nudillo el HUD de John. “Usted parece lo suficientemente real para mí.”

John luchó, pero él también podía estar envuelto en una

montaña de acero. El collar neural neutralizó cada señal ambulante hacia abajo, a su columna vertebral salvo los autónomos para su corazón y diafragma.

Él tenía que concentrarse. ¿Cada uno en su equipo t enía un

collar? Sí. Cada Spartan llevaba puesto una abrazad era gruesa detrás de su cuello, directamente sobre el puerto d e la interfaz de la IA. Graves tenían una excelente inteligencia sobre su equipo.

Un momento. John escudriñó a su equipo paralizado: Kelly,

Linda, y Fred. No Kurt. Graves había dicho “Equipo de cuatro hombres.” Él n o sabía

sobre Kurt. “Como usted sospechaba,” Graves continuó, “esto est aba todo

para su beneficio. Reunimos con esfuerzo nuestro ma terial fisible y nos aseguramos que estuviera hecho de una manera tan descuidadamente que incluso su Oficina de Inteligen cia Naval viera lo que ocurría. Anticipamos que el milagroso Equipo Azul seria enviado. No estoy decepcionado de que las men tes de sus líderes fueran tan fáciles de leer.”

Un joven comando se acercó, hizo un saludo, y nervi osamente

murmuró, “Señor, los sensores externos están fuera de línea.” Graves frunció el ceño. “Arrastre a los prisioneros fuera de

aquí. Suene la alarma general. Vigile esas cabezas explosivas, y diga que eleven las naves para…”

Un sonido zumbante llenó el aire. John observó un b orrón de

metal girar a través de la puerta. Él tuvo una frac ción de segundo para ver que era una mina antipersonal Aste roidea de

Page 27: Halo fantasmas de onyx.

ocho brazos, su gatillo de presión se activó con un trozo de grava… poco antes de que detonara en una bola estru endosa.

El metal produjo un sonido metálico fuera de la arm adura de

John. Todo se levantó en el cuarto doblando la fuerza cur siva y

granizó metralla. Seis comandos con cortes múltiples y orejas sangran tes se

levantaron, con sus armas preparadas, sacudiendo su s cabezas para despejar la desorientación.

El Warthog modificado que había estado estacionado al lado

del búnker chocó violentamente contra la puerta dob le, abriéndola.

La bodega entera se estremeció. Los comandos comenzaron a disparar, y se apresuraro n a llegar

a la puerta. El Warthog se apartó, luego con un chirrido, puso r eversa, y

luego golpeó duramente la puerta otra vez. Las marc adas paredes de acero chirriaron, se colapsaron, y con una lluvi a de chispas el vehículo trabo su sección central dentro del edi ficio como una termita reina embarazada.

Los comandos descargaron sus Creadoras de confeti, frunciendo

la armadura del Hog. La parte superior de la sección central se abrió y tres minas

antipersonal Asteroidea salieron despedidas, forman do remolinos como el juguete de un niño… cada una aterrizo en un a esquina del búnker… y estalló.

Los fragmentos de metal candente atravesaron a los comandos

como una guadaña. Kurt saltó hacia afuera y disparó a los tres hombre s todavía

moviéndose. Él rápidamente fue a cada Spartan y arrancó los col lares. Kelly rodó sobre sus pies. Fred y Linda se levantar on. Kurt jaló bruscamente el collar fuera del cuello de John. Su

cuerpo entero zumbó, pero sus músculos otra vez res pondieron a sus órdenes. Él flexionó sus extremidades. No había daño neurotóxico permanente.

“Ahora podemos olvidarnos de la cautela,” John dijo . “Kurt,

maneja el Warthog. Kelly, Linda, Fred, carguen esas cabezas explosivas ASAP.”

Page 28: Halo fantasmas de onyx.

Ellos asintieron. John fue hacia el General Graves. Una astilla de ac ero se

había alojado en el cráneo del hombre. Desafortunado. Graves había guardado secretos del c omando de

los rebeldes e inteligencia del edificio secreto al que John había dado un pequeño vistazo. Sus habilidades habí an sido grandemente subestimadas. Con la mayor amenaza Cove nant surgiendo amenazadoramente, John se preguntó que ha rían finalmente los rebeldes. ¿Atacarían a un UNSC debil itado a medida que luchaba en contra de los alienígenas, o pelearían contra el enemigo común de la humanidad?

Él ignoró el cuadro estratégico y se enfocó en lo t áctico,

ayudo a Kelly a manipular la última cabeza explosiv a dentro de la sección central blindada del Warthog.

Cargado con los explosivos y cinco Spartans blindad os, el

vehículo toco fondo. John trepo en la parte posteri or y Kurt condujo, y ellos perezosamente aceleraron fuera de la seguridad del almacén.

“Mejor acelere al PZ,” John ordenó. Kurt encendió la radio del Warthog. Zumbó con una c harla

confusa. “Unidad Uno poco receptiva. Fuego reportado. ¡Hombr e caído!

Rastreando APC. ¿Abrimos fuego? ¡Confirmado… confir mado! Todas las unidades reúnanse. ¡Hágalo ahora!”

“Todos,” John grito, “hacia el centro.” Agujeros acribillaron al Warthog, rondas penetraron las

laminas de la armadura del costado como si fuera pa pel y abollando las envolturas de las cabezas explosivas.

“¡Detrás de las cabezas explosivas!” Fred les dijo. John, Kelly, Fred, y Linda se amontonaron detrás de los

misiles. Las cabezas nucleares irónicamente proveían su mejo r

cobertura. Sus envolturas estaban súper endurecidas , ambas para contener radiación y mantener la furia de un sol pe queño por una fracción de segundo y para impulsar el rendimiento termonuclear.

John contempló el asiento del conductor. Kurt se co mprimió a

sí mismo los más bajo en el asiento, ofreciendo el mínimo blanco posible, arriesgando su vida para llevarlos a todos ellos a salvo.

El Warthog se lleno de humo, pero su velocidad lent amente

aumentó a cuarenta kilómetros por hora. Un sostenid o ruido

Page 29: Halo fantasmas de onyx.

metálico vino del motor. Una llanta se hizo trizas y el vehículo dio un viraje a la derecha y luego a la iz quierda.

Kurt recobró el control y continuó. El fuego AP aminoro y luego se detuvo. “¡Sujétense!” Kurt dijo y cambio a una marcha infer ior. El Warthog se introdujo a través de cadenas enlazad as y

barreras de alambre, sobre campos de grava, y dentr o del bosque. “Carretera 32-B hasta el PZ,” Kurt dijo. ‘Carretera’ fue una creación exagerada. Rebotaron, derribando

árboles, derraparon, y rociaron barro. “¡Drones!” Kurt les dijo. “Abre la escotilla,” John ordenó. Kelly y Fred hici eron

pedazos los paneles del techo de la sección central . John asomo su cabeza, y divisó tres drones de ataqu e clase

MAKO lanzándose hacia ellos, cada uno con un pesado y grueso misil. Un tiro exacto acabaría con el Warthog. Incl uso uno escasamente fallido podría destruir un eje.

Linda apareció de pronto arriba, su rifle de franco tirador ya

en mano y sus ojos en al mira. John y Linda comenzaron a disparar. El drone en la delantera echó humo y cayó en los ár boles. El

siguiente drone se elevó hacia arriba, oscilando de arriba abajo. Soltó su cohete, y se desvió. Una línea de h umo apareció, una cola de fuego, y un cohete aceleró hacia ellos a una velocidad atemorizante.

Linda disparó, apretando completamente las ronda ta n rápido

como podía el ciclo de la cámara. El misil comenzó a dar vueltas… pero estaba todavía muerto en su rumbo.

“PZ a trescientos metros,” Kelly dijo, consultando su

contenedor de datos. “El comité de bienvenido nos t iene en sus miras.”

“Diles que tenemos el paquete,” John dijo, “y que n ecesitamos

una mano.” “Roger,” ella dijo. El misil estaba a dos kilómetros de ellos… acercánd ose

rápidamente. Adelante, el bosque se convirtió en pantano. Con un rugido

huracanado, un nave de descenso Pelican del UNSC se elevó sobre

Page 30: Halo fantasmas de onyx.

las copas de los árbol y sus armas gemelas de caden a lanzó una nube de balas de uranio en el misil entrante… hacié ndolo florecer en una flor de fuego y humo.

“Prepárense para la extracción, Equipo Azul,” el pi loto de la

nave de descenso dijo sobre su COM. “Recibimos nave s hostiles entrantes. Así es que sujétense fuerte, y procedan con el protocolo de vacío.”

“Chequeo total del traje,” John ordenó. Él recordó a Sam y

cómo su amigo se había sacrificado, permaneciendo e n un buque Covenant bajo el asedio por una fisura en su traje. Si una sola ronda AP de alrededor hubiese abierto una fisura en su MJOLNIR, entonces estarían en un apuro similar.

El Warthog, ondulo gruesas nubes negras, sacudiéndo se

ruidosamente en una parada. El Pelican se estableció encima de ellos y los suje tó

fuertemente. El Equipo Azul consiguió regresar con todas las luc es de

estado en verde, y John se relajó; Él había estado conteniendo el aliento.

El Pelican levantó al Warthog, cargado con Spartans y cabezas

explosivas, en el aire. “Asegurado,” el piloto dijo. “Bogies en vector de e ntrada 0-

7-2.” La aceleración tiró fuertemente a John, pero él se mantuvo

firme, una mano sujetando las bombas atómicas, la o tra en contra del lado perforado del Warthog.

La luz azul cristalina de afuera se oscureció a neg ro y se

llenó con el destello de las estrellas. “El lugar de reunión con el Bunker Hill en quince s egundos,”

el piloto del Pelican anunció. Prepárense inmediata mente para salir del sistema en un salto al Slipspace.”

Kurt cuidadosamente salio del asiento del conductor y entro

en la sección central para reunirse con sus compañe ros. “Buen trabajo,” Fred le dijo. “¿Cómo supiste que er a una

trampa?” “Fue la munición que los guardias descargaban del W arthog,”

Kurt explico. “Lo vi en el momento, pero no lo regi stré hasta que fue muy tarde. Esas latas de municiones estaban marcadas como rondas perforadoras de blindaje. Todas ellas. No necesitarías tanto AP a menos de que enfrentaras a unos cuantos tanques ligeros…”

“O a un escuadrón de Spartans,” Linda dijo, compren diendo.

Page 31: Halo fantasmas de onyx.

“Nosotros,” Fred comentó. Kurt sacudió tenazmente la cabeza. “Debí haberlo en tendido

mucho antes. Casi maté a todos.” “Quieres decir que salvantes a todos,” Kelly dijo y ella unió

a tope su hombro en el de él. “Si tú alguna vez tienes otro curioso presentimient o,” John

le dijo, “dímelo, y hazme entender.” Kurt inclinó la cabeza. John se preguntó acerca de los ‘presentimientos’ de este

hombre, su instintiva y subconsciente percepción de l peligro. El CPO Mendez les había hecho un entrenamiento tan dur o, clases en integración del fuego en equipo, prioridad del obje tivo, combate mano a mano, y las tácticas del campo de batalla er an ahora parte de sus instintos que no podía ser cambiado. P ero eso no quería decir que los impulsos biológicos fundamenta les fueran inútiles.

Realmente lo opuesto. John colocó una mano en el hombro de Kurt, buscando las

palabras correctas. Kelly, como siempre, articuló los sentimientos que John nunca

podría. Ella dijo, “Bienvenido al Equipo Azul, Spar tan. Vamos a hacer un gran equipo.”

Page 32: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO DOS

0500 HORAS, 24 DE OCTUBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR)\ A BORDO DEL UNSC POINT OF NO RETURN, ESPACIO INTERESTELAR, SECTOR B-042

El Coronel Ackerson pasó ambas manos por su adelgaz ado pelo,

y se sirvió un vaso de agua de la garrafa sobre la mesa. Su mano tembló. Irónicamente su carrera en la milicia había llegado a esto: Una reunión secreta en un buque que técnicame nte no existía, a punto de discutir un proyecto que, si er a exitoso, nunca saldría de las sombras.

Solo Clasificación ocular. Palabra clave. Doble tra to y

apuñalar por la espalda. Él añoró aquellos días cuando él sujetaba un rifle en sus

manos, el enemigo era fácilmente reconocido y despa chado, y la Tierra era el centro más poderoso y seguro del univ erso.

Esos momentos sólo existían en la memoria ahora, y Ackerson

tenía que vivir en la oscuridad para salvar la poca luz que quedaba.

Él empujó hacia atrás de la mesa negra de conferenc ia, y su

mirada fija barrió al otro lado del cuarto, una bur buja de cinco metros de diámetro, dividida en dos por un piso de reja de metal, con paredes de acero inoxidable cepilladas h asta un brillo blanco reflectante. Una vez sellado, eso se convertiría en una jaula Faraday, y ninguna señal electrónica p odría escapar.

Él detestaba este lugar. Las paredes blancas y la mesa negra le hicieron sen tir, como

si estuviera sentado dentro de un ojo gigante, siem pre bajo observación.

La ‘jaula’, como el se había referido, estaba conte nida

dentro de un capullo ablativo de capas aisladas, y contra electrónica para proveer más seguridad, y esto se r efugiaba en el buque más secreto en la flota del UNSC, el Point of No Return.

Construido por partes y luego ensamblado en la prof undidad

del espacio, el Point of No Return era el buque de clase merodeador más grande alguna vez construido. Del ta maño de un destructor, era completamente invisible en el radar , y cuando sus motores amortiguados funcionaban por debajo del 30 por ciento era tan oscuro como el espacio interestelar. El Point of

Page 33: Halo fantasmas de onyx.

No Return era la plataforma de comando y control de l campo en tiempo de guerra para la UNSC Oficina de Inteligenc ia Naval, de la Sección Tres NavSpecWep.

Muy pocos realmente habían visto este buque, sólo u n puñado

en toda la vida había estado a bordo, y menos de ve inte oficiales en la galaxia tuvieron acceso a la jaula.

La pared blanca se abrió y tres personas caminaron hacia

adentro, sus botas recortaron a través de la reja d e metal. El contralmirante Rich entró primero. Él tenía sólo cuarenta

años de edad, pero su cabello ya era gris. Él coman daba las operaciones encubiertas en la Sección Tres, a la ca beza de cada operación del campo salvo por el programa SPARTAN-I I de la Doctora Halsey. Él estaba sentado sobre la derecha de Ackerson, recorrió con la mirada el agua, y frunció el entrec ejo. Él sacó una botella dorada y la destapo. El olor de whisky barato inmediatamente invadió a Ackerson.

Después fue el Capitán Gibson. El hombre se movió c omo una

pantera con lentos pasos largos el indicativo de qu e recientemente había pasado por micro-gravedad. Él e ra el oficial de campo a la cabeza de la Sección Tres Operaciones Negras (Section Three Black Ops), la contraparte de la red de participación activa para el contralmirante Rich.

Y por último, la Vice Almirante Parangosky entró. Las puertas inmediatamente se cerraron detrás de el la. Hubo

tres chasquidos distintos a medida que los cerrojos engranaron en su lugar, y luego la habitación cayó en un silen cio antinatural.

Parangosky permaneció de pie y evaluó a los demás; Su mirada

de hierro finalmente inmovilizó a Ackerson. “Será m ejor que tengas una condenada razón para arrastrarnos hasta aquí a través de medios de comunicación secretos, Coronel.”

Parangosky se veía frágil y más cercana a 170 años de edad

que sus setenta años reales, pero ella era en la op inión de Ackerson la persona más peligrosa en el UNSC. Ella era el poder real en la ONI. Para su conocimiento, sólo una pers ona en toda la vida la había cruzado exitosamente y había vivid o.

El coronel Ackerson colocó cuatro contenedores de d atos en la

mesa. Los escáneres Biométricos brillaron intermite ntemente en los recuadros.

“Por favor, Almirante,” él dijo, “si usted quiere.” “Muy bien,” ella gruñó y se sentó. “morderé.” “Nada nuevo con eso, Margaret,” el Almirante Rich m urmuró.

Page 34: Halo fantasmas de onyx.

Ella le disparó una furiosa mirada penetrante, pero no dijo nada.

Los tres oficiales escudriñaron el documento. El capitán Gibson suspiró explosivamente y alejó el

contenedor de datos. “Spartans,” él dijo. “Sí, todos estamos familiariza dos con su

registro operacional. Muy impresionante.” El sembla nte ceñudo en su cara, fue claro ‘impresión’ no era lo que él sen tía.

“y,” Rich comentó, “ya sabemos tus sentimientos ace rca de

este programa, Coronel. Espero que tú no nos hayas traído hasta aquí para intentar y otra vez cerrar a los Spartans .”

“No,” Ackerson contestó. “Por favor desplácense a l a página

veintitrés, y mi propósito se aclarará.” Ellos a regañadientes examinaron su informe. Las cejas del capitán Rich subieron rápidamente. “N unca he

visto estas figuras antes… esta estructura del traj e MJOLNIR, cuerpo administrativo de mantenimiento, y recientes mejoras para sus plantas de micro fusión. ¡Cristo! Tú podrías cr ear un grupo nuevo de batalla por lo que Halsey gasta.”

La vicealmirante Parangosky no observó las cifras. “He visto

esto antes, Coronel. Los Spartans son el proyecto i ndividual más caro en nuestra sección. Son, sin embargo, también los más efectivos. Llegue al punto.”

“El punto es éste,” Ackerson dijo. El sudor fluyó p or su

espalda, pero él mantuvo su voz pareja. Si él no ne gociaba esto, Parangosky podría comenzar a pisotearlo, y él se en contraría degradado a sargento y patrullando algún polvorient o mundo fronterizo. O peor.

“No sugiero que cerremos a los Spartans,” él contin uó y

gesticuló ampliamente con ambas manos. “Al contrari o, peleamos una guerra en dos frentes: Los rebeldes erosionando nuestra base económica en las colonias exteriores; Y el Covenant , quién, según lo que sabemos, están comprometidos por la an iquilación total de la humanidad.” Ackerson se enderezó y enco ntró las miradas fijas de Gibson, Rich, y luego de Parangosk y. “Sugiero que necesitamos más Spartans.”

Una pequeña fluctuación de una sonrisa se reprodujo sobre los

delgados labios de la Vice Almirante Parangosky. “Tonterías,” Rich susurro. Él tomó un sorbo de su b otella de

whisky. “Ahora lo he oído todo.” “¿Cual es tu punto de vista, Coronel?” Gibson deman dó. “Tú

has figurado en los registros en contra de los SPAR TAN-II de la Doctora Halsey desde que ella inició el programa.”

Page 35: Halo fantasmas de onyx.

“Lo estoy,” Ackerson dijo. “Aún lo estoy.” Él incli nó la

cabeza hacia los contenedores. “Pantalla cuarenta y dos por favor.”

Tabularon hacia adelante. “Aquí detallo los desperfectos del programa innegab lemente

exitoso de Halsey,” Ackerson dijo. “Altamente costo , una absurda cantidad de candidatos genéticos, metodologías inef icientes de entrenamiento, lejos también pocas unidades finales producidas, sin mencionar sus dudosas éticas de usar procedimie ntos de clonación instantánea.”

Parangosky se movió hacia delante. “¿Y tú que propo nes… ah,

un programa SPARTAN-III?” Su expresión férrea no de jó traslucir un indicio de emoción.

“Considere a los SPARTAN-II como un prototipo de pr ueba,”

Ackerson explicó. “Ahora es tiempo de cambiar el mo do de producción. Haz las unidades mejor con nueva tecnol ogía. Haz más de ellos. Y hazlos más baratos.”

“Interesante,” ella murmuró. Él sintió que él se ponía en comunicación con ella, así es

que él siguió adelante. “Los SPARTAN-II tienen un rasgo adicional que los h ace

indeseables para nuestros propósitos,” Ackerson dij o. “Una presencia pública. Aunque el secreto máximo era cla sificado, las historias se han filtrado a todo lo largo de la flo ta. Simplemente un mito en este punto, pero la Sección Dos abriga planes de diseminar más información, y pronto hacer lo público con el programa.”

“¡¿Qué?!” Rich empujó la mesa hacia atrás. “No pued en rebelar

detalles de alto secreto…” “Para fomentar la moral,” Ackerson explicó. “Fortal ecerán la

leyenda de los Spartan. Si la guerra se vuelve tan proyectada con el Covenant, entonces ciertamente necesitaremos medidas drásticas para mantener la confianza entre la gente .”

“¿Eso quiere decir que estos Spartans tendrán que s er, qué,

protegidos?” Rich preguntó incrédulo. “¿Si todos el los mueren, entonces eso hará que la campaña psy-ops esté sujet a a discusión, no lo harán?”

“No necesariamente, señor,” Gibson comentó. “pueden estar

muertos, solo que no en secreto.” “¿Asumo, Coronel,” Parangosky dijo, “que este asunt o de

presencia pública no será un defecto con su propues ta de la serie tres del programa?”

Page 36: Halo fantasmas de onyx.

“Correcto, señora.” Ackerson colocó sus manos sobre la mesa e inclino su cabeza. Él luego miró hacia arriba. “Ést a fue una conclusión más difícil. Esta nueva fuerza de pelea debe ser barata, altamente eficaz, y entrenada para encargar se de misiones que tradicionalmente nunca serían consider adas. Ni siquiera por los superhombres de Halsey.”

Rich frunció el entrecejo al oír esto y arrugo su f rente. “Misiones suicidas.” “Objetivos de alto valor,” Ackerson contrarresto. “ Objetivos

Covenant. Las batallas que hemos ganado en contra d e este enemigo han traído pérdidas inaceptables. Con sus n úmeros, su tecnología superior, nosotros tenemos pocas opcione s en contra de semejante fuerza, salvo por los métodos extremos .”

“Él está en lo correcto,” Gibson dijo. “Los Spartan s han

probado su eficacia en misiones de alto riesgo, y a unque odio admitirlo, son mejor que cualquier equipo humano qu e pudiera reunir. Remover los mandatos existentes del UNSC po r la seguridad y la exfiltración, y tenemos una chance p ara retardar al Covenant. Nos dará el tiempo para pensar, planea r, y conseguir una mejor forma para luchar.”

Parangosky murmuró, “Usted quiere Intercambiar vida s por

tiempo.” Ackerson hizo una pausa, analizando cuidadosamente su

respuesta, luego dijo, “Sí, señora. ¿No es ese el t rabajo de un soldado?”

Parangosky clavó la mirada en él. Ackerson sostuvo su mirada. Rich y Gibson mantuvieron su aliento colectivo, est upefactos. “¿Hay otra opción?” Ackerson preguntó. “¿Cuántos mu ndos ahora

son cenizas? ¿Cuántos billones de colonos han muert o? ¿Si salvamos un solo planeta, entonces ganaremos alguna s semanas, no vale eso un puñado de hombres y mujeres?”

“Por supuesto,” ella murmuró. “Dios nos ayude a tod os. Sí,

Coronel, sí, lo vale.” Rich vació su botella. “Reprogramaré la financiació n para

este asunto a través de los lugares habituales, nin gún registro computacional. Demasiadas IAs dando vueltas estos d ías.”

Gibson dijo, “Me aseguraré de que usted obtenga su equipo,

DIs, y cualquier otra cosa que usted necesite, Coro nel.” “y sé de un área perfecta para poner en escena esto y sacarlo

de la tierra,” Parangosky dijo. Ella inclinó la cab eza hacia Rich.

“¿Onyx?” Él dijo, medio preguntando, medio afirmand o.

Page 37: Halo fantasmas de onyx.

“¿Sabe usted de un mejor lugar?” Ella preguntó. “La sección Uno ha convertido ese lugar en un agujero negro vir tual.”

Rich suspiró y dijo, “Bien, le enviaré el archivo s obre el

lugar, Coronel. Usted va a amar estar ahí.” La seguridad de Rich no lo dejo totalmente cómodo, pero

Ackerson mantuvo la boca cerrada. Él tenía todo lo que él quería… casi.

“Solamente una cosa más,” Ackerson dijo. “Necesitar é que un

SPARTAN-II me ayude a entrenar a estos nuevos reclu tas.” El capitán Gibson resopló. “¿Y usted va a pedirle a la

Doctora Halsey que le preste uno?” “Tengo en mente una metodología diferente,” él cont estó. Parangosky dijo, “Usted necesita que un Spartan ent rene a

otros Spartans, claro está, pero…” su voz disminuyó “Si esto se vuelve público, y las personas se enteran de que ha cemos desechable a los héroes, y el estado de ánimo cayer a en picada a través de la flota. Asegúrese de que nadie en la Se cción Tres sepa de tu entrenador SPARTAN-II, o los SPARTAN-III . O tendrán que desaparecer. ¿Entendido?”

“Sí, señora.” “Y por el amor de Dios,” ella dijo, entrecerrando l os ojos

hacia unas grietas, “Catherine Halsey nunca debe sa berlo. Su alma generosa por los Spartans le han ganado demasi ados admiradores en el CENTCOM. Si esa mujer no fuera ta n vital para la guerra, entonces la habríamos retirado hace déca das.”

Ackerson inclinó la cabeza. Los tres oficiales Navales revisaron sus contenedor es de

datos y borraron los archivos. Se levantaron, y sin otra palabra, dejaron la jaula.

Nunca habían estado aquí. Nada de esto alguna vez se había discutido. A solas ahora, Ackerson revisó sus archivos y plane s. El

primer asunto de negocio estaba ya trabajando: En l a pantalla apareció el registro de carrera del SPARTAN-051.

Page 38: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TRES

0940 HORAS, 7 DE NOVIEMBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR) \ SISTEMA 34 GROOMBRIDGE, CERCA DE LA ESTRUCTURA PLATAFORMA 966A (FUERA DE SERVICIO).

SPARTAN-051, Kurt, saltó al vació absoluto. Era un descenso

de cien kilómetros hasta la luna bajo sus pies. Él mentalmente hizo el ajuste para el área de flotación libre en e l espacio, y

Page 39: Halo fantasmas de onyx.

notó que ahí técnicamente no había ‘abajo’ o ‘arrib a’… solamente habían vectores, masas, y velocidades.

Él conectó su cámara en sus 6 (retaguardia) y vio a Kelly y a

Fred saltar desde la esclusa del merodeador después de él. Él sabía que no debía voltear la cabeza para ver. El m ovimiento le haría girar fuera de control. Además, por la varian te mejorada en vacío de la armadura MJOLNIR, su movilidad era u na fracción de lo normal.

Una luz verde de estado parpadeó en su HUD, confirm ando que

todos estaban en el mismo vector. Se desplazarían por varios kilómetros antes de que activaran

sus paquetes propulsores de largo alcance. Aunque d espacio, había dos buenas razones para ser cuidadosos.

Primero, cuando su merodeador. El Circumference, ha bía

reingresado a espacio normal, el Oficial de Navegac ión había recogido un eco, una silueta parcial de un buque, c lase merodeador. Él había desechado esto como un eco de su reingreso a espacio normal que había rebotado contra la luna. El Oficial de navegación les había asegurado que no había nada por lo que preocuparse. No obstante, la anomalía molestó a Kur t. En caso de que hubiera otro buque, Kurt quería estar bien lejo s antes de encender sus paquetes. No había necesidad para dela tar innecesariamente la posición del buque de sigilo.

Segundo, habían detectado un satélite COM inerte en el lado

oscuro de la luna… algo que esperarías si el sistem a estuviera siendo monitoreado para un ataque furtivo. Ninguna señal había sido emitida desde el objeto. El Circumference lo h abría bloqueado, y luego lo habría frito con el estallido de un pulso láser.

Kurt simplemente supuso que esta simple misión de

reconocimiento estaría caliente. De ser así, él est aría encantado de estar desilusionado.

Él activó el sistema de rayo láser del TEAMCOM, y d ijo, “ETA

para delimitación de día a noche en cinco minutos. Chequeo del sistema de los propulsores.”

Kurt ejecutó su propio diagnóstico. No podían tomar riesgo

con los paquetes. Diseñados para operaciones interp lanetarias de largo alcance, era una de las piezas más riesgosas del equipo en las que ellos habían sido entrenados. Aun con la tr iple redundancia en el sistema de navegación y estabiliz adores, un accidente y había suficiente tri-amino hydrazine co mprimido en los depósitos dobles de combustible para propulsart e tan lejos y tan rápido fuera de curso, que el rescate sería una posibilidad astronómicamente remota.

O como el Jefe Mendez les había dicho: “Comiencen c ayendo en

este equipo, comiencen rezando.”

Page 40: Halo fantasmas de onyx.

Las luces verdes de estado parpadearon de regreso a Kurt. “ETA tres minutos,” él dijo. “Roger,” Kelly contestó y luego ella agregó, “¿Algo está

mal?” “No,” Kurt dijo. La voz de Fred accedió al COM: “Cuando tú dices que ‘no’ como

ahora, tú quieres decir ‘sí’.” “Solamente es un presentimiento,” él confesó. El silencio silbó sobre sus COMs interconectados. Kurt observó sus 6 en su HUD a medida que Kelly y F red

accionaban sus fusiles de asalto MA5B. Un cable de datos conectado desde cada rifle hasta el microprocesador de sus T-PACK para dar la contra impulsión correcta cuando e l arma fuera disparada.

Kurt suspiró, empañando momentáneamente su HUD. Aho ra ellos

estaban nerviosos, también. Pero tal vez eso no era algo malo. Demasiadas cosas no tenían sentido. Allí estaba el eco y el satélite espía inactivo. ¿Y por qué

los había escogido el CENTCOM para ir a una misión de reconocimiento de bajo riesgo? Esto solo era una si mple investigación de un reporte de actividad sospechosa en un astillero USNC fuera de servicio. Seguramente, una larga caminata por el espacio era una maniobra de alto ri esgo… pero no algo para enviar a tres Spartans.

“Entrando a la zona en penumbra,” Kurt dijo. “Silen cien la

radio.” Fueron a la deriva hacia la línea que marcaba la no che del

día en la lisa y helada luna. No había atmósfera, a sí es que la transición en la luz seria rápida, no un amanecer b rillante, solamente un destello brillante y enceguecedor.

Cruzaron dentro de la luz. El HUD de Kurt automátic amente se

polarizó, y obtuvieron su primer vistazo del astill ero. La estación Delphi era una ciudad flotante de andam ios

soldados, grúas, atracaderos de vainas, tubos, y ga rras aferradoras. No había luces. Ni emisiones termales. Kurt activó su grabadora de alta definición para capturar cada metro cuadrado de la estación abandonada. Quienquiera que había sido responsable de sacar de servicio la estación hace t res años había hecho un mal trabajo. Había un nimbo de escom bros: Vigas de acero dando vueltas, pernos, y plancha de blinda je de batalla brillando intermitentemente a medida que percibía y reflejaba la luz solar roja opaca de los distantes astros binari os.

Page 41: Halo fantasmas de onyx.

Se veía desierto, entonces Kurt parpadeó su luz ver de de

estado tres veces – el todo despejado para reanudar la comunicación de simple emisión – Fred envió una ima gen sobre el TEAMCOM, el marco esquelético de un buque a medio c onstruir, aproximadamente tres veces el tamaño de su merodead or.

Él dijo, “Esa aleación de acero TR expuestas a la r adiación

solar... supuestamente debería volverse blanco.” “Es de plata,” Kurt replicó. “¿Una nueva construcci ón?” “Chequea esto,” Kelly dijo. Ella tele-envió una serie de imágenes, capturadas e n aumento

magnificado de un soporte acunando un casco cuya fo rma sugería ser una extraña estructura angular de un buque de s igilo. Sólo que este buque tenía que ser tan grande como un des tructor UNSC… lo cual era imposible. Un buque tan grande de sigil o era un oxímoron. Mientras mas grande sea el buque, más rad iación se filtraría, más emisiones termales, más superficies recubiertas tenían que ser mantenidas en perfecta reparación as í no se reflejaría en el radar.

“Envía esa imagen en un solo rayo de regreso al

Circumference,” Kurt ordenó. La luz de estado de Kelly se volvió verde. Kurt barrió su mano izquierda hacia adelante, reuni endo datos

con sus sensores incrustados en su guante. Aún sin emisiones termales. No, un momento, a medida que la estación Delphi giraba lentamente, una diminuta llamarada blanca apareció.

“Situación crítica,” él dijo, y etiquetó la región en su HUD,

enviando las coordenadas a Fred y a Kelly. La mano de Kurt jalo bruscamente; Los años de comun icación

silenciosa, eficientes señales de mano era algo que simplemente no olvidas. Hablar, incluso usando una única emisió n, no parecía estar bien en esta misión. Una simple onda, sin emb argo, le podría enviar a dar vueltas, y mientras su T-PACK p udiera compensar, Kurt quiso continuar con sigilo sin prop ulsores.

Kelly movió su paquete óptico al punto, aumentó hac ia

adentro, y todos ellos vieron una salpicadura de co lores del arco iris.

El contador de radiación de Kurt chasqueó salvajeme nte y

luego se murió. “Pulso de amplio espectro,” él repo rtó. “He visto uno de esos antes,” Fred les dijo. “Tenía n que

reparar el motor trasluz Shaw-Fujikawa en el Magell an. Fue una riesgosa operación. Significa que esas cosas no son desmontadas una vez que se vuelven activas.”

Page 42: Halo fantasmas de onyx.

Los motores Shaw-Fujikawa permitían a las naves UNS C dejar el espacio normal y abrirse paso a un subdominio dimen sional informalmente conocido como “espacio Slipstream”. K urt había recibido entrenamiento rudimentario en cómo trabaja ba. El impulsor usaba aceleradores de partículas para desg arrar el espacio-tiempo normal por los generadores de micro agujeros negros. Esos huecos se evaporaban por radiación Haw king en un nanosegundo. La ‘magia’, realmente era la mecánica cuántica del impulsor, era cómo manipular esos huecos en el espa cio-tiempo, introduciendo un crucero de cien mil toneladas dent ro del Slipspace. Las matemáticas de cómo esto trabajaba y cómo reingresar un buque a espacio normal estaban bien m ás allá de eso. Era, realmente, más allá de los más genios hum anos.

Kurt, sin embargo, sabía esto acerca de los impulso res Shaw-

Fujikawa: Eran peligrosos. Había radiación y eviden cia anecdótica de que las leyes normales de la naturale za se doblaran cerca de una unidad activa.

“Actualiza tus registros de misión y emítelos de re greso al

Circumference,” Kurt dijo. “Vamos a echar un mirada más cerca a esa cosa y confirmar lo que Fred piensa que es ante s de que llamemos a los de HAZMAT.”

Hubo un leve retraso antes de que las luces de conf irmación

de Kelly y Fred parpadearan en verde. Kurt activó su T-PACK, activó los propulsores, y ap untó hacia

la Estación Delphi. Él golpeó suavemente los contro les de posición, ajustando el grado de inclinación, rodó, y viro fuera de curso para evitar chocar con los pernos, vigas, y herramientas dando vueltas en el campo de escombros .

A medida que se adentraban cien metros, la calle pa rcialmente

desensamblada se enrollo, su cámara apuntando a sus seis se confundió con estática.

“Obteniendo interferencia aquí,” Kurt dijo. “Ustede s dos

mantengan su posición. Exploraré.” “Roger,” Kelly dijo. Había un borde de preocupación en su

voz, “líneas de sujeción listas.” Kurt avanzó lentamente más cerca y obtuvo un vistaz o dentro

del corazón del impulsor: Una cercana incandescenci a ultravioleta que no correspondía a la salida termal . No era posible que un hueco hacia el Slipspace existiera p or más de una fracción de segundo, pero eso no podía ayudarle a s entir que eso era exactamente lo que esto era… y mientras más cer ca él flotara, más probable era que él fuera succionado y perdido por siempre.

Pero eso era simplemente un presentimiento. Él vaciló.

Page 43: Halo fantasmas de onyx.

Kurt alteró su trayectoria directa y floto suavemen te hacia una viga treinta metros sobre el motor Shaw-Fujikaw a. El espacio cerca del impulsor ondeó como ascendientes olas de calor… imposible en el vacío.

Sus HUD parpadearon. Kelly habló sobre el COM, su transmisión se llenó d e ruido.

“Tu etiqueta IFF se rompe. Eso muestra tu posición en múltiples regiones. Aborta el reconocimiento. Si tu electróni ca se avería…”

El COM rompió en un siseo de estática. “He visto bastante,” Kurt dijo. La estática le contestó. “voy de regreso.” Él golpeó suavemente sus propulsores de altitud par a girar

alrededor. Operó el interruptor, pero no hubo acció n de las boquillas T-PACK.

Kurt soltó los controles. Triplicación de redundanc ia en los

procesadores o no… si su T-PACK fue afectado por la radiación cercana, entonces lo último que él querría hacer er a darle una orden para disparar.

Él agarró la viga de acero, y sujetándola, él se im pulso de

regreso hacia su equipo. Él no podía verlos, pero s abía que lo observaban. Él sabía que no lo decepcionarían. Con Kelly y Fred en su espalda, él podía haber estado al borde del i nfierno, y ellos lo habrían sacado.

Por supuesto, con un impulsor Shaw-Fujikawa funcion ando mal,

parcialmente desensamblado profiriendo alrededor… q ue podría ser exactamente donde él estaba.

Él divisó movimiento en la oscuridad, una serpentea nte cuerda

con rayas naranjas y blancas y con una masa informe girando al final: La línea de rescate de Kelly. Perfecto. No h ay razón para preocuparse ahora.

La viga de acero chispeó. Kurt reflexivamente se al ejo, y los arcos danzaron a través de la aleación… radiación i nduciendo una carga.

Su HUD explotó en estática. Hileras de luces de est ado

parpadearon ámbar, luego todos rojo. El soporte de vida, la hidráulica, el poder comenzó a fluctuar… y fallo.

Él tenía que salir de ahí antes de que el impulsor trasluz

Shaw-Fujikawa bloqueara completamente su traje. Las leyes básicas de la física todavía operaban aqu í. Acción

y reacción. La transferencia de energía y momentum.

Page 44: Halo fantasmas de onyx.

Él apartó la viga, de regreso a Fred y Kelly… esper ando

agarrar la línea de rescate en su camino. Si él fal laba, entonces aun así lo encontrarían. Lo único por lo q ue él se preocupaba ahora mismo era apartarse de la fuente d e la avería de su traje.

Él fue a la deriva. Con su traje inoperable, todo l o que él

podía hacer ahora era deslizarse. Y esperar. Un relámpago le golpeó. Él estaba en el punto de la

explosión, y el trueno pateó a Kurt hacia delante c omo una muñeca de trapo.

Él había absorbido una explosión de una granada cer cana una

vez, y había sentido algo así como esto. Sólo que e sta explosión en particular no había estado cerca de él; Había es tado en su armadura.

Su primer pensamiento fue fuego de francotirador… u na

emboscada. Pero luego su visión se aclaro y él vio las estrellas, los soles binarios rojos opacos, y la Es tación Delphi girando alrededor.

Su T-PACK tenía una línea averiada. Él podía sentir el

chorreó de su propulsor… si bien los tanques habían sido diseñados con válvulas de cierre, y espuma de emerg encia que bloquea automáticamente para impedir tal descompres ión.

Él oyó la voz del CPO Mendez en su cabeza, otra vez :

“Comiencen cayendo en este equipo, comiencen rezand o.” “Mayday,” él gritó. “¡Anomalía del traje! ¡Mayday!” Kurt no tenía idea de dónde estaba, ni dónde estaba

posicionado su equipo ahora, o con qué rapidez él s e disparaba lejos de ellos.

Por supuesto, no abrieron canales de radio en esta misión. El

motivo para apuntar un solitario rayo láser que tra nsmitiría su señal COM. Girando fuera de control, cualquier seña l que golpeara a un diminuto blanco del tamaño de un Spar tan en el vasto volumen del espacio abierto seria nada más qu e un pequeño milagro.

Él finalmente obtuvo bastantes coordenadas para con ectarse

con el sistema override. Sin respuesta. Él pulsó la liberación de emergencia de su arnés.

Estaba atorado. “Estoy bien,” él dijo sobre el COM. “Soporte de vid a mínimo,

pero todavía funcional. Pasando al modo intenso de respiración para conservar aire y energía. Lo resistiere. Deber ías poder recoger mi transponder IFF una vez que esté seguro. Activando baliza de rescate ahora. Estaré bien. Estaré bi…”

Page 45: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO

CUATRO

APÉNDICE/ REPORTE POS ACCIÓN/ UNSC-NAVSPECWEP OPS, ARCHIVO EHY 97 TEMA: SPARTAN-051.

Durante la ya mencionada operación (ver perfil de m isión

adjunto) para investigar posible actividad rebelde en la construcción de la plataforma desmantelada 966a, extraoficialmente nombrada como Estación Delphi, un catastrófico defecto de funcionamiento de un paquete propulsor ( modelo 050978, serial de la unidad #82.10923.192) aconteci ó.

A las 1000 horas, un funcionamiento defectuoso del propulsor

impulsó al SPARTAN-051 fuera de la misión y dentro de espacio interplanetario.

El intento inmediato de rescate comenzó con la asis tencia del

merodeador UNSC Circumference, el que se unió el 13 /1/2535, a las 1105 horas, a la fragata UNSC Tannenberg.

Trescientos veintidós minutos después de que la pro yección de

oxígeno en el traje MJOLNIR variante-V del SPARTAN- 051 expirara, la operación terminó a medida que la cercana Acción Covenant (vea referencias adjuntadas) impulsó un llamado inm ediato a la acción a todas las fuerzas UNSC cercanas.

La causa del malfuncionamiento del propulsor perman ece

desconocida, investigación pendiente, pero hipotéti camente un

Page 46: Halo fantasmas de onyx.

núcleo de un motor transluz Shaw-Fujikawa parcialme nte desmantelado en la plataforma y a corta distancia d el SPARTAN-051 en el momento del accidente pudo haber causado una serie de catastróficos malfuncionamientos eléctricos, activi dad eléctrica anómala también opacó adicionalmente, posteriores e sfuerzos de rescate en la región.

La plataforma 966A ha sido etiquetada con un satéli te HAZNAV,

despacho del equipo HMAT pendiente (Orden FLEETCOM D-88934). Estado del SPARTAN-051: PERDIDO EN ACCIÓN.

CAPITULO CINCO

1950 HORAS, 14 DE DICIEMBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR)/ A BORDO DEL UNSC POINT OF NO RETURN, LOCALIZACIÓN CLASIFICADA. Kurt despertó en una cama, con un osmótico IV en su brazo, y los monitores cercanos mostraban sus signos vitales, la composición de su sangre, y los niveles de saturación de oxígen o en su cerebro.

El supuso que estaba en un hospital, aunque no habí a botón de llamada, y ninguna puerta evidente. Además había un a cámara montada en la esquina del techo. Kurt sintió el familiar zumbido subsónico a su alre dedor y se relajó. Estaba en una nave espacial. Aunque el pref eriría tener las botas sobre la tierra, cualquier lugar era mejo r que el duro vacio. Él bajó el pasa manos de la cama y meció sus pierna s sobre el borde. El dolor aguijoneó su costado. Costillas rot as… las había tenido así muchas veces. Hematomas cubrían su pálida piel; especialmente sus hombros, estómago y cintura estaban amoratados. Chequeó el e spejo en busca de lesiones, y luego deslizó su mano sobre el largo y negro vello en su cabeza y rostro. El estaba intact o… pero, ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente?

Page 47: Halo fantasmas de onyx.

La pared se abrió y un hombre calvo entró. Curiosam ente llevaba un uniforme militar, adornado con la insignia de un águila de un Coronel. Sus oscuros ojos se fijaron sobre Kurt. “¡Señor!” Kurt comenzó a levantarse y a saludar. “En descanso, soldado” dijo el Coronel. Kurt frenó sus movimientos. Abrió la boca para corr egir el error del Coronel, pero se mantuvo en silencio. Los Suboficiales de la Marina nunca eran llamados “ soldados”, pero en la experiencia de Kurt, los Oficiales, del Ejército o cualquier otro, jamás apreciaban las correcciones a menos que hubiera vidas en juego. La continua mirada del Coronel hacía que Kurt se in quietara. De hecho, había muchas cosas que contribuían a su mal estar. Estaba en una nave del UNSC, había recibido atención médic a, pero ¿cómo había llegado aquí? Y ¿por qué un Coronel del Ejérc ito estaba interesado en él? “Soy James Ackerson,” dijo el Coronel. Entonces hiz o algo curioso: levantó la mano para saludar. Esta era una extraña ocurrencia. Usualmente nadie q uerría tocar a un Spartan, mucho menos estrechar su mano. Kurt tomó la mano de Ackerson y la apretó cautelosa mente. Ackerson, Kurt conocía ese nombre. Había habido con versaciones entre la Doctora Halsey y el Jefe Méndez. Ackerson había aparecido una docena de veces, y por su modulación y lenguaje corporal Kurt supuso que él n o era su amigo. Kurt era consiente de que todos en el UNSC tenían e l mismo objetivo básico: proteger a la humanidad de todas l as amenazas. Sin embargo, no todos estaban de acuerdo en cómo de bía ser ejecutado ese mandato… lo que originaba conflictos internos. Kurt entendía este método tanto como las leyes bási cas de un motor tranzluz Shaw-Fushikawa. Entendía los princip ios teóricos fundamentales, pero los matices y la aplicación rea l de esos conocimientos permanecían siendo un misterio para é l. Lo mas probable era que este Coronel estuviera en p réstamo permanente con la ONI como un Oficial de Enlace. El los a menudo reclutaban civiles, oficiales de otras ramas milita res o a cualquiera que necesitaran para conseguir que su tr abajo se hiciera. Un Coronel del Ejército, tenía aproximadamente el m ismo rango que un Capitán Naval, así que mientras Kurt seguía cauteloso, tenía que ser cortés, e incluso recibir órdenes de Ackerson

Page 48: Halo fantasmas de onyx.

mientras éstas no entraran en conflicto con órdenes previas. “Si estás lo suficientemente bien, Vístete.” El Cor onel Ackerson asintió hacia una mesa de noche en la que había un uniforme cuidadosamente doblado. Kurt se levanto, se quitó el parche osmótico IV y s e vistió. “SPARTAN-051, ¿cuál es tu nombre?” Preguntó Ackerso n. “Kurt, Señor” “Sí, pero ¿Kurt qué? ¿Cuál es tu apellido?” Kurt sabía que había tenido otro nombre, antes de s u entrenamiento. Sin embargo, eso, era parte de una v ida que ahora parecía más sueño que la realidad. Y ese otro nombr e era solo una sombra en su mente, al igual que lo era la fami lia que se había ido junto con él. Aún así, se esforzó para re cordarlo. “No importa” dijo Ackerson. “Por el momento si te p reguntan, usa el apellido…” el reflexionó por un momento. “Ambros e.” “Sí Señor.” Kurt se abrochó la camisa. Al uniforme le faltaba e l parche Spartan de un águila sosteniendo un relámpago y fle chas. En su lugar tenía el parche de un puño apretado del núcle o Logístico del UNSC. Portaba la solitaria pepita de un Cabo de Primera Clase y dos bandas de combate por Harvest y la Oper ación TREBUCHET. “Sígueme” Ackerson se movió hacia fuera a través de las puertas abiertas dentro de un estrecho corredor. Guío a Kur t a través de tres intersecciones Muchos Oficiales Navales pasaron, pero ninguno salu dó. Por lo general se mantenían con los ojos viendo hacia bajo . Y mientras que algunos asintieron hacia Kurt, ninguno hizo siq uiera un intento para mirar a Ackerson. El mal estar de Kurt por esta rara situación era al tamente evidente. Se detuvieron en frente de una puerta presurizada v igilada por dos Marines, que saludaron. Kurt prontamente regresó el saludo. Ackerson les dio un gesto de medio saludo casual.

El Coronel colocó su mano en un lector biométrico; y rostro, retina y palma fueron simultáneamente escaneados. Con un siseo la puerta se abrió. Kurt y Ackerson entraron en una débilmente iluminad a sala de

Page 49: Halo fantasmas de onyx.

espera de veinte metros de ancho, llena de muro a m uro con monitores, firmas espectroscópicas, mapas estelares , y pulsos de salto hiperespaciales que se mostraban a través de los monitores. Había varios Oficiales y dos IA´s holográficas cons ultando con ellos en murmullos. Una IA era una figura gris difu sa sin cuerpo. Un Espectro. La otra era una colección de ojos sin cuerpo, bocas y manos gesticulando… lo que Kurt vagamente recordó de una de las lecciones de arte de DEJA, como un ejemplo de arte cubista.

Ackerson lo condujo a través del cuarto hasta otra puerta. Un segundo escáner biométrico y entraron a un elevador . Hubo una sensación de descenso, luego un momento de caída libre en gravedad cero, y la sensación de la gravedad reg resando. Las puertas se abrieron frente a una pasarela, que se e xtendía a lo largo de una entintada oscuridad hasta una pared bl anca. El Coronel se aproximó a la pared, una veta apareci ó y luego las dos secciones se separaron. “El cuarto es llamado; el Ojo de Odín, por el perso nal menor,” dijo Ackerson. “Se te ha otorgado temporalmente una palabra clave altamente secreta para entrar. Lo que sea que se diga dentro es clasificado de forma similar y no revelar ás nada de nuestra conversación a menos que las palabras clave apropiadas sean provistas. ¿Me has comprendido?” “Sí, Señor,” contestó Kurt. El instinto de Kurt, sin embargo, le dictaba que no entrara en el cuarto. Él de hecho, quería estar en cualquier l ugar menos en ese cuarto. Pero no se ponía negar. Entraron. Las puertas se cerraron detrás de ellos; Kurt ya no distinguió la veta.

La habitación tenía paredes blancas cóncavas, y los ojos de Kurt pasaron un mal rato enfocando. “Tu palabra clave clasificada es Halcón Cuarenta,” dijo Ackerson. “Ahora habla libremente. Yo de seguro lo hare.” Hizo una seña hacia una mesa negra circular en el c entro de la habitación y ambos se sentaron. “Señor, ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí?” Sus palabras parecieron evaporarse en cuanto las pr onunciaba,

Page 50: Halo fantasmas de onyx.

muertas por el aire demasiado quieto en la extraña habitación. “Por supuesto,” murmuró Ackerson. “Tu recuperación aún no está completa. He sido informado de ello.” él suspiró. “Hemos tenido considerables problemas para librarte de tus operaciones normales en NavSpecWep de la Marina… de tu misión de reconocimiento en la Estación Delphi.” Kurt recordó la explosión en su mochila propulsora; parpadeó y vio por una fracción de segundo el vertiginoso borr ón de las estrellas en su HUD. “Mi Equipo,” dijo Kurt, “¿están ellos…?” “Bien,” contestó Ackerson. “Sin Lesiones” Kurt inhaló, sintiendo su costilla rota. No totalme nte sin lesiones. Algo cambió en la expresión del Coronel. La dureza y oscura mirada parecieron ablandarse por una fracción casi imperceptible.

En una voz modulada, Ackerson dijo, “la sección tre s te ha impartido nuevas órdenes.” él empujo un contenedor sobre la mesa hacia Kurt. Kurt puso el pulgar sobre el biométrico y la pantal la se encendió. Había advertencias de clasificación por p alabra clave y luego vio sus órdenes de transferencia bajo el Co ronel Ackerson. Los campos usuales para locación asignada , protocolos de rutas y verificación de grabación estaban redact ados. “Eres ahora parte de una sub-sección de la división Beta-5,” dijo Ackerson, “una célula ultra secreta dentro de la sección tres. Todos los eventos en la Estación Delphi fuero n organizados para traerte aquí con la más absoluta discreción pa ra una nueva misión.” ¿Organizar los eventos en la estación Delphi? ¿Orga nizado por una sub-célula de la sección tres? Algo parecía estar mal de una forma que Kurt no pod ía señalar.

Pero parte de ello tenía sentido ahora. El reactor Shaw-

Fushikawa parcialmente desmontado en la estación De lphi era el señuelo perfecto y la excusa ideal para el malfunci onamiento de un T-PACK. El eco que los sensores del CIRCUMFERENC E había recogido en el salto dentro del sistema era otro me rodeador, la nave encargada de recoger el exhausto cuerpo de Kur t… después de haber sido impulsado en una trayectoria explosiva n o-tan-al-azar. A pesar de que resentía la manera en que lo h abían obtenido; tenía que admirar la absoluta elegancia d el plan de extracción.

Page 51: Halo fantasmas de onyx.

“Has sido clasificado como Perdido En Acción” dijo Ackerson. “Presumiblemente Muerto.” Algo frio se contrajo en el estómago de Kurt. Sin e mbargo, controló sus emociones, sentir eso en estas instanc ias, ellas no habrían sido capaces de ayudarlo. “¿Cuál es ésta nueva misión, Señor?” Ackerson lo observó un momento, luego pareció ver a través de Kurt, mas allá de él. “Quiero que tú entrenes a la próxima generación de Spartans.” Kurt parpadeó, absorbiendo lo que Ackerson acababa de decir, sin comprenderlo. “Señor. Tenía la impresión de que el Jefe Sub-Oficial Méndez había sido reasignado hace años para llevar a cabo esa misión.” “El esfuerzo para entrenar SPARTAN-II adicionales f ue pospuesto indefinidamente por la Doctora Catherine Halsey,” d ijo Ackerson “Había otros candidatos dentro de la piscina genéti ca, pero estaban fuera de los límites con sus protocolos de restricción de edad. Y con la guerra en progreso, sus fondos pa ra el programa fueron… desviados.” Kurt siempre había supuesto que otros Spartans esta ban siendo entrenados, que él y sus compañeros eran los primer os en lo que sería una larga línea de Spartans. Jamás había cons iderado que ellos podrían tal vez, ser los primeros, y los últi mos de su tipo. Ackerson dijo, “Méndez, se te unirá, por supuesto.” “Será un honor servir bajo el Jefe Méndez,” contest ó Kurt. Una de las cejas de Ackerson se arqueo, “Ciertament e,”

Hizo un ademán hacia el contenedor de Kurt. “Lee. N uevos protocolos de entrenamiento han sido perfilados, as í como un régimen de aumentación perfeccionado. Hemos aprendi do mucho de los desafortunados procesos médicos que la Doctora Halsey tenía a su disposición,” Kurt cerró sus manos en puños, recordando el dolor de los injertos óseos… como vidrio rompiéndose dentro de s u médula, y el fuego que había ardido a través de cada nervio c uando habían sido rediseñados para la velocidad aumentada. Conforme leía comenzó a captar las oportunidades y retos de este nuevo programa. Las nuevas bioaumentaciones eran un salto cuántico por delante de aquellas que él había recib ido. Los márgenes de errores eran menores. Sin embargo, había solo una fracción del programa de entrenamiento SPARTAN original, del tiempo y del presupuesto.

Page 52: Halo fantasmas de onyx.

La armadura MJOLNIR había sido remplazada con algo llamado: sistemas de armadura de infiltración Semi-Powered ( SPI).

“Con estos nuevos candidatos”, dijo Kurt, “Están tr atando de hacer más con menos.” Ackerson asintió. “Ellos serán enviados a misiones con valor estratégico mucho más elevado pero con sus correspo ndientes menores probabilidades de sobrevivir. Ahí es donde tú entras, Kurt. Necesitamos que tu entrenamiento como Spartan , y toda tu experiencia de campo pase a estos candidatos. Neces itas hacer a estos Spartans mejores y entrenarlos más rápido. Es te programa podría ser la clave para nuestra supervivencia en l a guerra.” Kurt escaneó el contenedor nuevamente. El nuevo pro tocolo genético de selección expandía la piscina de candid atos, pero había referencias perturbadoras a problemas de comp ortamiento en estos Spartans potencialmente menos ideales. Pero e sta misión era vital para la guerra, Kurt podía sentir eso. Y estaría el CPO Méndez. Sería bueno trabajar de nuevo bajo el m ando de su antiguo maestro. ¿Podrían ellos dos realmente entre nar a una nueva generación de Spartans?” “En diez años,” dijo Ackerson, “con tu guía y un po co de suerte, habrá un centenar de nuevos Spartans en la guerra. Empleando algunos de estos nuevos Spartans, para ayudar a ent renar a las siguientes clases. Habrá miles dentro de 20 años. C on los avances tecnológicos previstos, tal vez cien mil nu evos Spartan sean creados en treinta años.” ¿Cien mil Spartans luchando por la humanidad? La im agen nadaba en la mente de Kurt. ¿Era eso posible? Aunque Kurt no comprendía todas las ramificaciones, él ahora entendía la importancia del resultado final. Su sentimiento inicial de mal estar, Sin embargo, p ermanecía. ¿Cuántos de estos nuevos Spartans iban a morir? Se fortaleció. Haría todo lo que pudiera para ver que ellos tuvier an el mejor entrenamiento, el mejor equipamiento, que fueran lo s mejores soldados que la humanidad hubiera producido jamás. Pero, aún así, ¿Sería suficiente? Respiró profundamente. “¿Dónde comenzamos, señor?” Ackerson dijo: “Nuevas instalaciones de entrenamien to están en construcción. Supervisarás las operaciones y simult áneamente comenzarás la selección de candidatos. Tengo un amp lio suministro de reclutas dispuestos para ti.” Metió la mano en su bolsillo y retiró una diminuta caja, la empujó sobre la mesa hacia Kurt. “Una última cosa.” Kurt abrió la caja, dentro estaba la insignia de un a barra de plata de un Teniente Grado Junior.

Page 53: Halo fantasmas de onyx.

“Eso es tuyo ahora.” Una tenue línea de sonrisa apareció en el rostro de Ackerson.

“No voy a tener a mi mano derecha recibiendo órdene s de Sub-

Oficiales de Entrenamiento. Vas a estar a cargo de todo el espectáculo.”

Page 54: Halo fantasmas de onyx.

SECCIÓN II

SPARTAN-III

Page 55: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO SEIS

1950 HORAS, 27 DE DICIEMBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX, CAMPAMENTO CURRAHEE. Kurt observó los Pelicans entrantes. Las corpulenta s naves impulsadas a reacción estaban tan distantes que sol o eran motas contra el sol poniente. Acciono el zoom en su HUD y vio líneas de fuego trazando sus vectores de entrada. Ellos to carían tierra en tres minutos. En los últimos seis meses el había diseñado un régi men de entrenamiento mucho más pesado que el del programa SPARTAN original. Había creado rutas de obstáculos, campos de tiro, s alones de clases, comedores, y dormitorios en lo que había si do selva y praderas de maleza. Él había recibido cada pieza de equipo que había so licitado de la Sección Tres NavSPecWep. Armas, municiones, naves de descenso, tanques… incl uso muestras de tecnología Covenant y armamento habían aparecido por acto de magia. Todo el personal estaba conformado por: seis docena s de Instructores cuidadosamente seleccionados, terapeut as físicos, doctores, enfermeras, psicólogos y los siempre impo rtantes cocineros… todos aquí, excepto la persona más cruci al, quien se encontraba ahora en uno de los transportes que se a cercaban: Jefe Mayor Sub-Oficial Franklin Méndez.

Méndez, doce años atrás, había entrenado a Kurt y a todos y

cada uno de los otros Spartans. Él sería invaluable en la preparación de la nueva casta de SPARTAN-III, pero no estaba destinado a ser la solución a todos los problemas d e Kurt Después de meditar sobre cada detalle en los archiv os de los nuevos reclutas, Kurt descubrió que no tenían los p erfectos indicadores genéticos y psicológicos establecidos e n los protocolos originales de la Doctora Halsey. El Coronel Ackerson le había advertido que tendrían que partir de un grupo “estadísticamente menos robusto”. Estos reclutas no serían para nada como él, John, Kelly o cualquiera de los candidatos originales SPARTAN-II. Y esto solo se agregaría a una larga lista de retos . Con un objetivo final de un egreso cuatro veces mayor que la de los

Page 56: Halo fantasmas de onyx.

SPARTAN-II, un programa de entrenamiento severament e truncado, y la necesidad de estos Spartans en la guerra increme ntándose todos los meses, Kurt, de hecho, esperaba un desast re. Los impulsados transportes Pelican descendieron en picada para una aproximación final y rotaron sus impulsores. El césped en el campo de marcha onduló como terciopelo. Uno a uno c uidadosamente tocaron tierra. A pesar de que la armadura MJOLNIR de Kurt no estab a diseñada para portar una insignia de rango, él sin embargo s entía el peso de sus nuevas barras de Teniente. Presionaban sobre él como si pesaran una tonelada cada una, como si el peso de t oda la guerra y el futuro de la humanidad descansaran sobre sus h ombros. “Señor” susurró una voz a través del COM. La voz pertenecía a la IA Eternal Spring. Ella esta ba oficialmente asignada al equipo de vigilancia plane taria situado en la sección norte de la Península. Kurt no estaba seguro por qué el Coronel Ackerson h abía insistido en que el Campamento Currahee fuera const ruido a un lado de la instalación. Sin embargo, estaba seguro de que había una razón. “Adelante, Spring” “Detalles actualizados de los candidatos disponible s,” dijo “Gracias” “Agradézcame después de su supuesta prueba, Señor.” Eternal Spring terminó la transmisión con un silbido de est ática que sonó como un enjambre enfadado. Persuadido por el alto mando de la Sección Tres, Et ernal Spring había accedido a dedicar 9 por ciento de su procesa miento al programa SPARTAN-III. La IA era de la variedad ‘lis ta’, que significaba que no había límites en su capacidad de creatividad o conocimientos. A pesar de su actitud teatral ocas ional, Kurt estaba feliz de contar con su ayuda. Kurt parpadeó y accesó a los datos de los candidatos en el HUD de su casco. Cada nombre tenía un número de serie y estaba ligado a un histo rial de archivos. Había 497 de ellos, una colección de niños de cuatr o, cinco y seis años que él, de alguna forma, tenía que conver tir en una fuerza de lucha sin comparación en la historia de l a guerra. La escotilla del Pelican más cercano se abrió con u n siseo, y un hombre alto camino a grandes pasos hacia afuera. Méndez había envejecido bien. Su elegante cuerpo pa recía tallado en madera de hierro, pero el cabello era plateado a hora, y había profundas arrugas alrededor de sus ojos y una colec ción de

Page 57: Halo fantasmas de onyx.

marcadas cicatrices que fluían desde su frente hast a su barbilla. “Jefe” Kurt resistió el deseo de romper en atención a medida que Méndez saludaba. Tan extraño como se sentía, Kurt e ra ahora, su Oficial Comandante. Kurt regresó el saludo. “Jefe Mayor Sub-Oficial Méndez reportándose al debe r, señor.” Después del programa SPARTAN-II, el Jefe Méndez hab ía, a petición propia, sido reasignado a trabajo activo. Había combatido al Covenant en cinco mundos, y se había c ondecorado con dos corazones púrpuras. “¿Fue informado en el vuelo?” “Completamente,” dijo Méndez. Mientras miraba a Kur t en su armadura MJOLNIR, se reprodujeron emociones sobre s u rostro: respeto, aprobación y determinación. “Conseguiremos entrenar a estos nuevos reclutas, señor.” Esta era precisamente la respuesta que Kurt había e sperado. Méndez era una leyenda entre los Spartans. Él los h abía engañado, atrapado y torturado cuando eran niños. T odos ellos lo habían odiado, y después aprendieron a admirar al h ombre. Él les había enseñado como luchar… y como ganar. “¿Le permiten a los Spartans beber ahora?” preguntó Méndez “¿Jefe?” “Un mal chiste, señor. Puede que ambos necesitemos un trago antes de que termine este día,” dijo. “Los nuevos r eclutas son, bueno, algo salvajes. No sé si alguno de nosotros e stá listo para esto.” Méndez volteo hacia los Pelican, inhalo y grito, “R eclutas, ¡desciendan!” Un torrente de niños apareció en las rampas de las naves de descenso. Cientos se precipitaron hacia el campo, g ritando y lanzándose césped unos a otros. Después de haber es tado encerrados por horas, se descontrolaron. Sin embarg o, unos cuantos se movieron cerca de las naves, tenían oscu ras ojeras, y se apretujaron aún más. Entrenadores adultos los reunieron en el césped. “¿Ha leído El Señor de Las Moscas, señor?” murmuró Méndez. “Lo hice,” contestó Kurt. “Pero tu analogía no se m antendrá. Estos chicos tendrán guía. Tendrán disciplina. Y te ndrán una cosa que los niños ordinarios no tienen, ni siquier a los

Page 58: Halo fantasmas de onyx.

candidatos SPARTAN-II. Motivación” Kurt se vinculo al PA del campamento. Aclaró su gar ganta y el sonido retumbó sobre el campo como un trueno. Casi quinientos niños furiosos se detuvieron en sus caminos, guardaron silencio, y giraron sorprendidos hacia el gigante en la brillante armadura esmeralda. “Atención, reclutas,” dijo Kurt y se paro con los b razos doblados. “Soy el Teniente Ambrose. Todos ustedes h an soportado grandes dificultades para estar aquí. Sé que cada u no de ustedes ha perdido a sus seres queridos en Jericho VII, Har vest y Biko. El Covenant los ha dejado huérfanos a todos ustedes .” Cada niño lo miraba fijamente, algunos con lágrimas ahora destellando en sus ojos, otros con puro odio ardien te. “Voy a darles una oportunidad para que aprendan com o luchar, una oportunidad de convertirse en los mejores soldados que el UNSC jamás haya producido, una oportunidad de destruir a l Covenant. Les estoy dando una oportunidad para ser como yo: u n Spartan.” Los niños se amontonaron a su alrededor… cerca pero ninguno se atrevió a tocar la brillante armadura verde pálido. “Sin embargo, no podemos aceptarlos a todos,” conti nuó Kurt. “Hay quinientos de ustedes. Tenemos trescientas pla zas de entrenamiento. Así que, esta noche el CPO Méndez” é l asintió hacia el Jefe “ha preparado una forma de separar a aquellos que realmente quieren esta oportunidad de los que no.” Kurt le extendió un contenedor de datos. “¿Jefe?” Ante el honor Méndez se mostró en shock por solo un a fracción de segundo. Escaneó el contenedor, frunció el entrecej o, pero asintió. “Sí, señor,” susurró. Méndez les gritó a los niños. “¿Quieren ser Spartan s? Entonces regresen a esas naves.” Ellos se quedaron pasmados, observándolo. “¿No? creo que encontramos algunos desechos. Tú.” A puntó a un niño al azar. “Tu y tu.” Los niños elegidos se miraron unos a otros, hacia e l suelo, y después sacudieron la cabeza. “¿No?” dijo Méndez. “Entonces entren en esos Pelica ns.” Obedecieron, al igual que lo hicieron los otros, un a lenta procesión arrastrando los pies.

Page 59: Halo fantasmas de onyx.

“Instructores,” dijo Méndez. Tres docenas de NCOs rompieron en atención. “Encontraran unidades de descenso aéreo Falcon Wing s en el campo. Cárguenlas lo más pronto posible y asegúrens e de que sus aprendices los lleven bien apretados. Su descenso s eguro ahora es su responsabilidad.” Los instructores asintieron y corrieron hacia las e mbaladas mochilas Falcon Wings. El Jefe volteó hacia Kurt. “¿Va a hacerlos descende r?” él levanto ambas cejas en sorpresa. “¿De noche?” “Los Falcons son las unidades de descenso más segur as,” contestó Kurt. “Con el debido respeto, Señor, algunos de ellos sol o tienen cuatro años.” “Motivación, Jefe. Si pueden hacer esto, estarán li stos para aquello por lo que les haremos pasar.”

Kurt observó a los Pelicans encender sus propulsore s y chamuscar el pasto. “Pero solo por si acaso,” añadió, “despli ega a todas las naves de descenso para recuperar a los candidat os. Podría haber accidentes.” Méndez exhaló profundamente. “Sí, Señor” él comenzó por el Pelican más cercano. “Jefe,” dijo Kurt, “Lamento que esa orden tuviera q ue venir de usted.” “Lo entiendo, Señor,” contestó Méndez. “Es su Ofici al Comandante. Tiene que inspirar y comandar su respet o. Yo soy su instructor de entrenamiento. Tengo que ser su peor pesadilla.” Le dio a Kurt una falsa sonrisa y subió a bordo. Shane se aferró a los lazos plásticos en el costado del casco del Pelican. Se paro hombro con hombro junto a los otros niños… apretujados tan juntos que no habría caído de haber se dejado ir. El rugido de los propulsores del Pelican era ensord ecedor, pero él aún podía escuchar su propio corazón corriendo e n su pecho. Este era el final de una travesía que había comenza do años atrás. Él había escuchado propulsores como éste cua ndo todo había comenzado. Los del carguero ligero mientras s e sacudía abandonando Harvest. Esa nave había estado abarrota da también… Llena con refugiados, tratando de alejarse tanto, t an rápido como pudieran, de los monstruos. Solo una de seis naves lo había conseguido.

Page 60: Halo fantasmas de onyx.

En ocasiones Shane deseaba no haber sobrevivido par a ver a los monstruos incinerar a su familia y hogar. Cuando el hombre de la Marina había llegado a visit arlo en el orfanato y le preguntaron si verdaderamente quería ir con ellos, el inmediatamente se enlistó. Sin importar lo que t omara, el iba a asesinar a todo el Covenant. Ellos le habían hecho montones de exámenes, de los de tipo escrito, exámenes sanguíneos, y luego un viaje de u n mes en el espacio, mientras el hombre de la Marina reunía más y más voluntarios Shane había creído que las pruebas se habían termin ado cuando ellos finalmente entraron a los Pelicans y llegaron a este nuevo lugar, pero apenas había tocado el suelo fue empuja do de regreso y enviados nuevamente al aire. Había dado un breve vistazo a quien estaba a cargo. El vestía una armadura como las que Shane había leído en cuen tos de hadas: el Caballero Verde que luchaba contra dragones. Eso era lo que Shane quería. Un día iba a vestir una armadura como esa y mataría a todos los monstruos “Revisen sus correas,” ladró un viejo Marine a él y a los otros niños. Shane jaló la mochila negra que le pusieran tres mi nutos atrás. Pesaba casi tanto como él, y las correas estaban ta n ajustadas que le cortaban entre las costillas. “Reporten cualquier holgura,” gritó ese hombre por encima del rugir de los motores. Ninguno de los otros veinte niños dijo nada. “Reclutas, en espera,” ladró el hombre. Él escucho dentro de su auricular y entonces una luz verde se iluminó en un panel cerca de su cabeza. El hombre apretó números en un tabler o. La popa del Pelican siseo y se abrió, la rampa descendió, y un tornado gritó alrededor de Shane. El chilló, al igual que l os otros niños. Todos ellos se empujaron y se pegaron al fre nte de la bahía del Pelican. El anciano Marine se quedo de pi e junto a la puerta abierta, sin temor de que a solo un metro de sus espaldas estaba el cielo abierto. Él miró a los niños retorciéndose con disgusto. Detrás de él una banda naranja oscura marcaba el bo rde del mundo. El crepúsculo y sombras alargadas se desliza ban sobre las montañas cubiertas de nieve. “Formaran una línea y saltaran,” gritó el hombre. “ Ustedes contarán hasta diez y jalaran esto.” El alcanzó su hombro izquierdo, sujetó la brillante y roja manija que ah í había e hizo un movimiento que simulaba tirar de ella. “Alg o de

Page 61: Halo fantasmas de onyx.

confusión será normal.” Los niños lo miraban fijamente, ninguno se movió. “Si no pueden hacer esto,” dijo el hombre, “no pued en ser Spartans. Es su elección.” Shane miró a los otros niños, ellos lo miraron a él . Una niña con coletas a la que le faltaban los dient es frontales dio un paso al frente. “Yo iré primero, señor,” gri tó. “Buena chica,” dijo él. “Ve justo a la orilla; sujé tate de la línea guía.” Ella dio los más diminutos pasos de bebe al borde d el Pelican, luego se congeló. Ella tomó tres profundos respiros y luego, con un chillido, saltó. El viento la atrapó. Se desvaneció en la oscuridad. “¡Siguiente!” dijo el viejo Marine. Todos los niños, incluyendo a Shane, lentamente for maron una línea. Él no podía creer que estuvieran haciendo es to, era una locura. El siguiente chico se acercó a la orilla, miró abaj o, y gritó. Cayó hacia atrás, y gateó de regreso. “¡No!” Él gritó “¡De ninguna Forma!” “¡Siguiente!” llamó el hombre, sin darle otro vista zo al niño que se escondía en la cubierta. El siguiente niño saltó sin siquiera ver. Y el sigu iente. Entonces era el turno de Shane.

No podía mover sus piernas. “Apresúrate, perdedor,” dijo el niño detrás de él y le dio un empujón. Shane tropezó hacia delante… deteniéndose a solo me dio paso del borde. Volteó y se detuvo a sí mismo para no empuja r hacia atrás a este niño. El chico era más alto que Shane por un a cabeza, y su oscuro cabello le caía en los ojos, haciéndolo p arecer que había perdido la frente. Shane no temía a este fenó meno. Giró para encarar la noche que pasaba más allá de é l. Esto era a lo que Shane le temía. Las piernas de Shane se llen aron con concreto congelante. El veloz viento era tan fuerte que no podía escuchar nada más, ni siquiera a su corazón martill ando.

Page 62: Halo fantasmas de onyx.

No podía moverse, estaba atorado en el borde. No ha bía forma de que pudiera saltar.

Pero ahora estaba tan asustado que no podía acobard arse y darse la vuelta tampoco. Sin embargo, si se sentaba y des pués lentamente avanzaba hacia atrás… “¡Muévete, Idiota!” el raro niño tras él lo empujó. Fuertemente. Shane cayó fuera de la rampa y dentro de la noche. Dio vueltas y gritó hasta que no pudo respirar. Shane vio destellos de la desluciente puesta de sol , la tierra negra, las montañas cubiertas de blanco y las estre llas. Vomitó. Algo de confusión será normal. ¡La manija roja! Tenía que sujetarla. Alcanzó su ho mbro, pero no había nada ahí. Clavo las uñas en su hombro hasta q ue dos dedos encontraron la palanca. Tiró fuertemente. Hubo un sonido desgarrador y algo se desenvolvió de sde su mochila. Shane se sacudió con fuerza y quedo erguido con sus piernas azotándose en pos de él, y con los dientes apretado s por la repentina desaceleración quebrantahuesos. El mundo giratorio se detuvo. Jadeando y pestañeando para quitarse las lágrimas, Shane vio el último rastro de luz ámbar desaparecer desde el bor de del planeta, y las estrellas delicadamente se mecieron de un lado a otro alrededor de él. Sobre su cabeza el viento silbaba y rasgaba a travé s del cielo negro. Cuerdas conectaban a Shane con esta Ala, y s us manos instintivamente las tomaron. Cuando las jalo, el Al a giró y se inclinó en esa dirección. El repentino movimiento lo aturdió nuevamente, así que las soltó. Shane entrecerró los ojos y divisó siluetas nadando alrededor de él; negro sobre negro como los murciélagos de Harve st. Esos tenían que ser otros niños. Deslizándose al ig ual que él. Su rostro se calentó cuando recordó como se había a cobardado en el último minuto dentro del Pelican… en frente de t odos. Inclusive esa niñita había saltado.

Page 63: Halo fantasmas de onyx.

Shane no quería volver a estar tan asustado de nuev o jamás. Tal vez si imaginaba que ya estaba muerto. Entonces no habría nada de que temer. Sería como si hubiera muerto con sus padres en Harvest. Él convocó esta imagen mental… muerto y sin nada qu e temer… y para probarlo, miró hacia abajo. Debajo de sus pies balanceándose, había un cuadro verde de dos centíme tros. Después de un momento, se dio cuenta de que era el campo do nde todos los Pelicans habían aterrizado. Diminutas líneas serpen teaban desde el campo iluminado por pequeños apuntadores de luci érnaga. “Nada a que temer,” susurró, tratando de convencers e a sí mismo. Se forzó a sí mismo a tirar de las cuerdas, apuntan do hacia abajo y acelerando hacia el campo verde. El viento se deslizó a través de la negra Ala de se da, y rasgó la cara de Shane. No le importó. Quería llegar rápi do abajo. Tal vez si era el primero en llegar abajo, les most raría a todos que no estaba asustado. Shane vio gente pequeña y marcas de abrasión donde los Pelicans habían quemado el césped. Y ningún otro paracaídas aún. Bien, sería el primero. Y aterrizaría enfrente del Caball ero Verde. Shane golpeó el suelo. Sus rodillas golpearon como pistones en su pecho sacándole el aire. El Ala negra atrapó la brisa, poniéndolo nuevamente en pie, y arrastrándolo a través del césped y la tierra. Jadeó buscando aire, pero no estaba asustado. Estab a enfadado por lucir tan estúpido teniendo que luchar con este paracaídas. El Falcon Wings golpeó la cerca, y se atoró ahí, re voloteando. Shane se puso de pie y se liberó solo del arnés. Al go caliente goteó bajando por sus piernas. No había manera de que hubiera estado tan asustado para orinarse en sus pantalones. Con temor, miró. Era sangre. La piel detrás de sus piernas estaba en carne viva. Dio un paso te ntativo y fuego avanzó subiendo por ambos muslos. Se rió. Sangre u orina, ¿qué importaba? Lo había lo grado. “Hey, Idiota. ¿Qué es tan divertido?” Shane volteó y vio al niño que lo había empujado. Y acía en el pasto. Medio enredado en su arnés. Shane avanzó directo hacia él, ignorando el dolor e n sus piernas. El niño se colocó en una rodilla y levantó la mano para saludar.

Page 64: Halo fantasmas de onyx.

“Soy Rob….” Shane lo golpeo directamente en la nariz. Sangre sa lió a chorros de la cara del niño y él se tambaleó. Iba a pagar p or empujarlo. Era el único que sabía que Shane se había congelado en la orilla y se había acobardado. Tendría que pagar por ello t ambién. Shane comenzó a golpearlo con sus puños izquierdo y derecho. El niño levantó los brazos para defenderse de los g olpes, pero Shane conectó algunos muy buenos, despellejándose l os nudillos. Robert embistió a Shane con la cabeza, y él cayó. Robert se puso de pie, se quitó de encima el arnés, luego gruñendo saltó sobre Shane. Ellos giraron en el pasto, pateando y golpeando. Shane escuchó un fuerte chasquido y no estuvo segur o si era un hueso suyo o de Rob el que se rompía; no le importó , él continuo golpeando y golpeando hasta que la sangre se desbor dó dentro de sus ojos y no pudo ver mas. Manos enormes sujetaron a Shane y lo jalaron de un golpe. Aún soltando golpes, Shane conectó con uno de los Marin es, hiriéndole el pómulo. El hombre lo soltó. “¡Quietos!” ladró una voz con autoridad cuasi divin a. Shane parpadeó y se limpio la sangre de los ojos. E l hombre de cabello plateado que les había dado la orden de sal tar estaba de pie entre él y el otro niño. El Marine que había golpeado hacia presión con una mano sobre el ojo hinchado y dijo, “Jefe, estos dos se iban a mat ar el uno al otro.” “Puedo verlo,” dijo el anciano. Asintió aprobatoria mente hacia Shane, y luego volteó hacia Robert. Robert ignoró al anciano y dio un paso hacia Shane con las manos levantadas. “Dije ¡QUIETOS!” Robert dejo caer los brazos y se tambaleo hacia atr ás como si hubiera sido zarandeado. “Creo que tiene razón, Sargento” dijo el Marine may or. “Realmente pudieron haberse matado uno a otro” Él sonrió, solo que no era una sonrisa. Era más com o si estuviera exhibiendo sus dientes.

Page 65: Halo fantasmas de onyx.

“Muy bien. ¿Esa manera de luchar quedo en ellos des pués de su primer salto? ¿Un salto nocturno? Mi Dios, solo esp ero que el resto de ellos sea así.”

Page 66: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO SIETE

0000 HORAS, 19 DE ENERO DE 2532 (CALENDARIO MILITAR) / TRANSMISIÓN DE BANDA LIMITADA PUNTO A PUNTO: ORIGEN DESCONOCIDO; DESTINO: SECCIÓN TRES, COMPLEJO DE ANTENAS SEGURAS OMEGA, UNSC HO SISTEMA EPSILON ERIDANI, COMPLEJO MILITAR REACH. ///REDIRECCIÓN AUTOMÁTICA REGISTRO DE NAVE UNSC -96 667 ABY/// Acceso al archivo concedido// Cortafuegos activado Protocolo-Gusano/archivo borrado/// Transmisión PLNB XX087R-XX CODIGO DE ENCRIPTACIÓN: GAMA Llave pública: S/A DE: NOMBRE CÓDIGO MINERO PARA: NOMBRE CÓDIGO CIRUJANO Asunto: REPORTE DE PROGRESO/OPERACIÓN HIPODERMIA CLASIFICACIÓN: SOLO OCULAR, PALABRA CÓDIGO XXXXXXXX SECRETO MÁXIMO (DIRECTIVA RAYOS-X DE LA SECCIÓN TRE S) /Extracción-reconstitución de archivo completa/ /in iciar archivo/ Registros institucionales alterados tal como se dio en las instrucciones. Contacto inicial con IA de la base h echa. Es de ayuda, pero no confío en ella. Paquete entregado. Proceso de selección iniciado. O peración en camino y según itinerario. Los candidatos exhiben marcada agresión bastante fu era de los límites del índice Smith-Kensigton. Es tanto trabaj o entrenarlos como evitar que se asesinen entre ellos. Todos ello s son realmente gatos del infierno. El Teniente afirma tener todo bajo control. Tiene u n plan para todo. No estoy seguro de donde obtiene esta confian za, pero Yo creo que sabe lo que está haciendo. ¿Estás sorprend ido? /fin del archivo/ /Proceso de destrucción-acelerada activado/ Presione ENTER para continuar.

Page 67: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO OCHO

0900 HORAS, 30 DE JULIO DE 2537 (CALENDARIO MILITAR) /A BORDO DEL UNSC POINT OF NO RETURN, LOCALIZACIÓN CONFIDENCIAL (15 AÑOS DESPUÉS DEL ADOCTRINAMIENTO DE LA COMPAÑÍA ALFA). El Teniente Ambrose y el SCPO Méndez habían sido co nducidos hacia una pasarela a través de una serie de corredo res y bóvedas biométricas de Alta Seguridad dentro de lo más prof undo del Crucero de sigilo Point of No Return. Los Oficiales de seguridad, luego los habían dejado en atención sobre la pasarela, y habían sellado la puerta como bóveda tras ellos. Debajo del metal enrejado de la pasarela, la s sombras se tragaban todo sonido. Tres metros a la izquierda de Kurt estaba una liger amente curveada pared blanca. Sin puerta. Más allá estaba el Ojo de Odín, el cuarto de conferencias de Alta Seguridad d onde le habían informado por primera vez del programa SPART AN-III por el Coronel Ackerson. “¿Piensa que esto es alguna prueba de la Sección Tr es?” susurró finalmente Méndez. “¿O tal vez a alguien no le gust a recibir noticias fatales de los resultados de selección par a los candidatos de la Compañía Beta?” “No estoy seguro,” contestó Kurt. “Mis actualizacio nes solicitadas para la armadura MARK-II SPI estaban so bre el presupuesto.” Méndez levantó una ceja. “¿Dónde escuchó eso?” “La nueva IA habla bastante” “Deep Winter,” refunfuñó Méndez. “Me pregunto si la s IA escogen sus propios nombres, o si algún oficial en la Secci ón Tres lo hace.” Kurt estaba a punto de ofrecer su opinión cuando se dio cuenta que había una puerta en la curveada pared blanca. El Coronel Ackerson estaba de pie ahí. “Caballeros, únansenos,” Luego Ackerson se retiró dentro de una cámara brill ante. Kurt notó que él no los había visto a los ojos. Esa siempre era una mala señal. Ellos entraron, y conforme cruzó el umbral, Kurt si ntió estática arrastrarse sobre su piel. Los muros cóncavos ilumi nados eran desorientadores. Kurt se enfocó en el centro de la sala semi-

Page 68: Halo fantasmas de onyx.

esférica, en la mesa negra de conferencia. Dos ofic iales estaban sentados ahí, observando fijamente las pantallas ho lográficas que flotaban en el aire sobre su superficie. Ackerson los llamó con la mano. Una mujer estaba se ntada dándoles la espalda; opuesto a ella se sentaba un c aballero de edad avanzada. El hombre estaba gris y calvo. La mu jer parecía mayor de lo que las regulaciones permitían después del retiro obligatorio. Su descenso osteoporótico, delgados y frágiles brazos, y adelgazado cabello blanco indicaban una e dad extremadamente avanzada. Kurt se congeló a medida que divisó las Insignias d e rango de Una y Tres Estrellas en sus cuellos y pasó a un pro nto saludo. “Señora, Vice Almirante,” dijo. “Contralmirante, Se ñor” La Vice Almirante ignoró a Méndez y examinó a Kurt. “Siéntense,” dijo ella, “Ambos.” Kurt no reconoció a ninguno de estos dos Oficiales de tan alto rango, y ellos no se molestaron en presentarse a sí mismos. Hizo lo que le habían ordenado, al igual que Méndez . Sin embargo, incluso sentado, su espalda estaba rígidam ente recta, su pecho sobresaliendo y sus ojos al frente. “Estábamos repasando las grabaciones de tus SPARTAN -III desde que se volvieron operacionales hace nueve meses,” d ijo ella. “Impresionante.” El Contralmirante señaló hacia las pantallas hologr áficas flotantes que contenían reportes de misión, captura s estáticas de campos de batalla llenos con cadáveres Covenant, y perfiles de estimacion de daño a naves. “La insurrección en Mamore,” dijo él “esos desagradables negocios en Nueva Constantin opla, acciones en el cinturón de asteroides de Bonanza y las hace mucho desaparecidas plataformas coloniales y media docena de otros encuentros… esto se parece al registro de cam paña de un batallón de primera, no de una compañía de trescien tos. Realmente Impresionante” “Esa fue solo una fracción del potencial del progra ma SPARTAN-III,” dijo el Coronel Ackerson. Sus ojos se fijaron en algún punto distante. “Lo siento, señor,” dijo Kurt “¿‘Fue’?” La Vice Almirante se puso rígida. Era claro que ell a no estaba acostumbrada a que sus Oficiales Menores hicieran p reguntas. Pero Kurt tenía que hacerlo. Eran sus hombres y muj eres de quienes estaban hablando. Él había mantenido sus oj os y oídos abiertos por noticias de la Compañía Alfa, y había cultivado fuentes de inteligencia fuera de la ONI, de la Secc ión Tres, y de Beta 5. Ser comandante del Campamento Currahee, tenía sus privilegios, y él había aprendido a usarlos. Había logrado

Page 69: Halo fantasmas de onyx.

rastrear a sus Spartans durante los últimos siete m eses, hasta que sus fuentes se habían silenciado misteriosament e seis días atrás. Solo la IA Deep Winter le había dado una pis ta sobre su paradero: Operación Prometeo. “¿Me puede hablar sobre el proceso de selección par a la nueva clase de SPARTAN-III?,” le preguntó la Vicealmirant e a Kurt. “Señora,” dijo Kurt, “Estamos operando bajo el crit erio de selección expandido del Coronel Ackerson, pero no h ay suficientes candidatos de edad apropiada que conten gan los indicadores genéticos para alcanzar un número mayor en comparación a los de segunda clase.” “Hay suficientes correspondencias genéticas,” corri gió el Coronel Ackerson. Su rostro era una máscara impasib le. “Lo que falta son datos para encontrar corresponden cias adicionales. Necesitamos decretar chequeos genético s obligatorios en las colonias exteriores. Esas pobla ciones sin aprovechar son…” “Esa es la última cosa que necesitamos en las colon ias exteriores,” dijo el Contralmirante. “apenas estamo s manejando una guerra civil cercana. Dígale a los colonos que tienen que registrar a sus hijos, y los pondrás a buscar sus r ifles.” La Vice Almirante movió sus blanquecinas manos en f orma ambiciosa. “Digan que es parte de un programa de va cunación. Tomaremos una muestra microscópica mientras inyecta mos a los niños. No informen a nadie.” El Contra Almirante lucio dubitativo, pero no ofrec ió ningún comentario adicional. “Continúe Teniente,” dijo ella “Hemos identificado 375 candidatos,” dijo Kurt. “li geramente menos que aquellos con quienes iniciamos la Compañí a Alfa, pero hemos aprendido de nuestros errores. Seremos capace s de graduar a un porcentaje mucho mayor esta vez.” Él asintió hacia Méndez para darle al Jefe el crédi to que considerablemente merecía. Méndez estaba sentado co mpletamente quieto y Kurt vio que él usaba su cara de inmutable . Cada instinto que tenía Kurt gritaba que algo estab a mal aquí. “Pero,” dijo el Contra Almirante, “Eso no está ni c erca a la proyección de un millar para la segunda ola.” Un leve movimiento amenazante jugó sobre el labio d e Ackerson. “No, Señor.” La Vicealmirante colocó sus manos planas sobre la m esa y se acercó a Kurt. “¿Qué pasaría si nosotros flexibiliz amos nuestro

Page 70: Halo fantasmas de onyx.

nuevo criterio de selección genético?” Kurt tomó nota del ‘nosotros’ en su pregunta. Hubo un sutil cambio en la estructura de mando en la mesa. Con una sola palabra, la Vicealmirante había hecho a Kurt parte de su grupo. “Nuestros nuevos protocolos de bioaumentación tiene n como objetivo un arreglo genético muy específico. Una de sviación de ese arreglo incrementaría geométricamente la tasa d e error,” dijo Kurt. El pensamiento de docenas de Spartans si endo torturados y finalmente lisiados mientras yacían si n ayuda en una bahía médica lo llenó de revulsión. El consigui ó contener el sentimiento. La Vicealmirante levanto una ceja. “Ha hecho la tar ea, Teniente.” “De cualquier forma, conforme nuestra tecnología de aumentación mejora,” dijo Ackerson, “Un día seremos capaces de expandir los parámetros de selección, tal vez para incluir a la población general completa.” “Pero no hoy, Coronel,” dijo el Contra Almirante, y suspiró. “Así que estamos de regreso a cerca de trescientos SPARTAN-III. así tendrá que ser entonces.” Kurt quería corregirlo… trescientos nuevos Spartans más aquellos en la Compañía Alfa. “Sigamos con la revisión de la compañía Alfa y la o peración PROMETEO,” dijo la Vicealmirante, y su rostro se os cureció. El Coronel Ackerson aclaró su garganta. “La Operaci ón Prometeo ocurrió en el sitio de una fabrica Covenant designa da como K7-49.” Un asteroide holográfico se materializo fluyendo so bre la mesa, una roca con grietas derretidas que formaban un pat rón de tela de araña sobre su superficie. “K7—49 fue descubierto cuando el merodeador Razor E dge logró fijar una sonda telemétrica en una fragata enemiga durante la batalla de New Harmony,” dijo Ackerson. “Ellos desp ués siguieron al navío a través del hiperespacio, de hecho es la primera y única ocasión que esta tecnología funciona, debo añ adir, y ellos descubrieron esta roca diecisiete años luz después de las fronteras extremas del UNSC.” La imagen se amplificó, revelando imágenes a altitu d media de fábricas en la superficie que emitían humo y carbon illa, y mostraron que las fisuras volcánicas eran canales d e metal derretido fluyendo. Un red como de telaraña rodeaba el asteroide, diminutas luces pestañeaban en los filam entos, y partículas negras se deslizaban cerca.

Page 71: Halo fantasmas de onyx.

“Aumento Espectral,” dijo el Contra Almirante, “Nos mostró para que están utilizando todo ese metal.” La vista cambió y se hizo más cercana. Las redes co mo de telaraña eran vigas de cien metros de ancho, y las partículas negras aparentaban ser los huesos de ballenas en ór bita sobre K7-49… una docena de naves de guerra Covenant parci almente construidas. Kurt tuvo un momento difícil para creer lo que esta ba viendo. Tantas naves. ¿Qué tan grande era la flota Covenant ? ¿Y solo a diecisiete años luz de la frontera del UN SC? No podía ser nada menos que el preludio de un asalto final. “K7-49 es un enorme atracadero orbital,” explicó Ac kerson. “Todo el volcanismo aparente es artificial, creado por es to.” Él golpeó el contenedor una vez más. Treinta mancha s infrarrojas aparecieron en la superficie del asteroide. “Reactores de plasma de Alto rendimiento que extrae n componentes metalúrgicos, los cuales son refinados, moldeados, y después transportados vía haces gravitatorios para su ensam ble final.” “La operación PROMETEO fue una operación con inserc ión de alto riesgo a la superficie de K7-49,” explicó el Contra Almirante. “Trescientos Spartans golpearon el suelo a las 0700 horas, del 27 de Julio. Su misión era deshabilitar tantos de e stos reactores como fuera posible… suficientes para que los contenidos líquidos de la instalación se solidifica ran y obstruyeran permanentemente su capacidad para produ cir aleación.” Luego, el Coronel Ackerson golpeo las pantallas hol ográficas. “el sistema STAR y TEAMCAM grabaron el proceso de l a Compañía Alfa.” Un puñado de los puntos infrarrojos en la superfici e del asteroide destelló y luego se enfriaron oscureciénd ose. “La resistencia inicial fue ligera.” Ackerson oprimió u n botón y una nueva ventana se abrió. En esta pantalla los Spartans en sus armaduras SPI se movían, sus patrones de camuflaje cambiaban imperfectamente contra el metal derretido y el humo negro de la fábrica, Kurt deseó que sus actualizaciones sugeridas para el software de l a armadura SPI hubieran sido implementadas antes de que la Com pañía Alfa se graduara. Hubo una emisión de suprimidas ráfagas de ametralladoras, y una manada de mitigados trabajado res Grunt cayó muerta. “Después de dos días,” dijo el Almirante, “Siete re actores fueron dejados inoperativos y una contraofensiva fu e finalmente

Page 72: Halo fantasmas de onyx.

organizada por las fuerzas Covenant existentes.” Un nuevo video apareció. Los Jackals parecidos a buitres, se movieron en esc uadrones a través de largos patios, y se formaron sobre pasaje s abovedados. Eran más organizados que su contraparte Grunt, y tr abajaban en equipos de fuego, metódicamente despejaron sección por sección. Pero Kurt sabía que sus Spartans no serían acorrala dos. Ellos serían los cazadores. Treinta Jackals se movieron hacia un patio circular , donde los Ingenieros cuidaban una agitada piscina de metal de rretido. Los Jackals limpiaron cada escondite, y luego comenzaro n a cruzar, precavidamente escaneando los techos. Losas explota ron y mandaron a los Jackals al suelo. Fuego de francotir ador derribó a los Jackals aturdidos antes de que pudieran levan tar sus escudos. “La contraofensiva Covenant fue neutralizada,” cont inuó el Contra Almirante, “y durante los siguientes tres dí as. La Compañía Alfa destruyó trece reactores más.” La amplificada perspectiva infrarroja del asteroide cambió. Dos tercios de su superficie se habían enfriado a un ro jo opaco. “Pero,” dijo el Contra Almirante, “Una masiva contr aofensiva apareció en órbita y descendió a la superficie.” El Coronel Ackerson abrió tres ventanas holográfica s más: Los SPARTAN-III enfrentaban Elites en el suelo, interca mbiando fuego desde cobertura. Aeronaves Banshee se deslizaban ba jando de las cimas de edificios… dos Spartans dispararon desde s us hombros, misiles tierra-aire y detuvieron en seco el asalto aéreo. “En el séptimo día,” dijo el Almirante, “Refuerzos Covenant adicionales arribaron.” El video de la cámara de un casco mostró una docena de Spartan-III cojeando y cayendo en un paisaje al rojo vivo d e metal distorsionado. No había conexión entre las unidades . Ningún equipo de dos hombres cubriéndose uno al otro. En e l fondo empañado por el calor, los Elites tomaban posicione s superiores con buena cobertura. “Hasta ahora,” dijo El Contra Almirante, “Ochenta y nueve por ciento de los reactores han sido destruidos. Han pr ovocado suficiente enfriamiento para concluir completamente la operación. La Compañía Alfa fue despojada de su nav e de extracción Calypso.” La ventana mostrando a los SPARTAN-III se inclinó d e costado cuando el dueño del casco con la cámara cayó. Ackerson giró la ventana holográfica 90 grados para rectificar la imagen.

Page 73: Halo fantasmas de onyx.

Tres Spartans permanecían de pie, disparando suprim idas ráfagas desde sus MA5K detrás de una aeronave Banshee estre llada; entonces, rompieron la cobertura y corrieron rápida mente… solo un segundo antes de que la aeronave fuera destruida por un mortero de energía. Etiquetas de identificación Ami go-Enemigo al pie de la pantalla identificó a estos Spartans como Robert, Shane y, siendo trasladada entre ellos; Jane. Ella había sido la primera candidata en saltar aquella primera noche d e iniciación. El TEAMBIO apareció en otra ventana. La presión de Robert y de Shane estaba cerca del límite de hipertensión. Los signos vitales de Jane eran una línea continua. Verlos así… se sentía como si alguien introdujera u na estaca metálica dentro del pecho de Kurt. Un par de Hunter s Covenant bloquearon la retirada de los Spartans. Ellos levan taron sus brazos con sus cañones de barra de combustible de d os metros de largo. Robert les descargó su rifle de asalto, lo q ue difícilmente hizo que el par retrocediera mientras rebotaban fuera de su gruesa armadura.

Shane cambió a su rifle de francotirador y disparó a través del vientre descubierto de uno de los Hunters, y luego puso dos rondas en el abdomen indefenso del otro. Ambos caye ron al suelo, pero aún se movían, solo incapacitados momentáneame nte. Mientras tanto, Equipos de fuego Elite aparecieron a los costados y desataron una descarga de aguijones y di sparos de plasma. Robert cogió una mancha de plasma en el estómago… s e fijó ahí, quemando a través de su armadura SPI como si fuera papel. Gritando, consiguió recargar y rociar en modo compl etamente automático su MA5B al Elite que le había disparado. El TEAMBIO mostraba su corazón en paró total, pero él a pesar de eso tomó una granada, quitó el seguro, y la lanzó al Equipo de fuego enemigo… luego se derrumbó. Shane pausó para mirar a Robert y Jane… luego volte ó de regreso al Equipo de fuego Elite, y disparó en ráfagas cont roladas de tres rondas. Más Elites aparecieron, rodeando al solitario Spart an. El rifle de Shane crujió, vacio. El sacó su pistola M6 y con tinuó disparando.

Un mortero enemigo detonó como un pequeño sol a dos metros de él.

Shane giró por los aires, y luego aterrizó vulnerab lemente, inmóvil. “Y eso es todo lo que tenemos,” indicó el Coronel A ckerson. Kurt continuaba observando la pantalla llena de est ática, su corazón corriendo, medio esperando que el video con tinuara de

Page 74: Halo fantasmas de onyx.

nuevo y mostrara a Shane reuniendo a Robert y Jane, y así juntos dejaran cojeando el campo de batalla, heridos, pero vivos. Por siete años Kurt los había entrenado, y había cr ecido su respeto hacia ellos. Ahora estaban muertos. Su sacr ificio había salvado incontables vidas humanas, y aún así Kurt s entía como si hubiera perdido todo. Él quería apartar su vista de la pantalla pero no podía. Esto era su culpa. Les había fallado. Su entrenamie nto no los había preparado. Él debió haber corregido los defec tos en sus trajes Mark-I y debió haberlos arreglado más rápido . Méndez alcanzó y pulsó en el contenedor del Coronel . La pantalla piadosamente se puso en blanco y se desvaneció. Ackerson le disparó una mirada al Jefe, pero Méndez lo ignoró. “Recientes reconocimientos Drone muestra el complej o completamente frio,” dijo el Contralmirante. “no se rán construidas más naves en K7-49.” “Solo para aclarar,” susurró Kurt, y luego pausó pa ra despejar su garganta. “¿No hubo sobrevivientes de la Operaci ón Prometeo?” “Es lamentable.” Dijo la Vicealmirante con la más l eve suavidad ahora en su voz. “Pero lo haríamos de nuevo si se n os presentara una oportunidad similar, Teniente. Tal clase de ins talación dentro de un viaje de dos semanas a las colonias ex ternas del UNSC… sus Spartans previnieron la construcción de u na armada Covenant que hubiera resultado en nada menos que la masacre de billones. Ellos son héroes.” Cenizas. Eso era todo lo que Kurt sentía. Él miró a Méndez. No había emociones en su rostro. El hombre retenía bien su dolor. “Comprendo, Señora,” dijo Kurt. “Bien,” dijo ella, todo rastro de compasión se habí a evaporado de su tono. “lo he preparado para una promoción. Su s Spartans se desempeñaron muy por encima de los parámetros proye ctados por el programa. Va a ser condecorado.” Kurt sintió que la única cosa que merecía era una c orte marcial, pero no dijo nada. “Ahora quiero que se enfoque y acelere el entrenami ento de los Spartans de la Compañía Beta,” dijo ella. “Tenemos una guerra que ganar.”

Page 75: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO NUEVE

1620 HORAS, 24 DE AGOSTO DE 1541 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DORADUS, CERCA DEL CAMPAMENTO CURRAHEE, PLANETA ONYX (CUATRO AÑOS DESPUÉS DE LA OPERACIÓN PROMETEO DE LOS SPARTAN-III DE LA COMPAÑÍA ALFA).

Las balas hicieron que el barro salpicara cerca de la cabeza

de Tom. Se alejó empujándose hacia el interior del agujero, aferrándose a la tierra, intentando estar lo más pl ano posible. La ironía era que el Equipo Foxtrot lo había hecho todo al pie de la letra. Puede que esa fuera la lección de hoy: actuar al pie de la letra no siempre funciona.

Tom los había dirigido a través del bosque, evadien do a los francotiradores y a las patrullas de DI que esperab an para saltar sobre ellos. Se lo hicieron demasiado fácil. Esa debió haber sido su primera pista. Los DI nunca les hacían las cosas fáciles.

Cuando llegaron al campo abierto chequeó el perímet ro. No había nadie allí. Esperó, sin embargo, chequeó y recheque ó. Los DI con su armadura Mark-II de infiltración Semi-Potenciada eran difíciles de detectar incluso con las imágenes term ales en sus binoculares de campo.

Tom cautelosamente había conducido a su equipo sobr e el campo y hacia el poste con una campana. Esa era la misión: hacer sonar la campana. Habían tenido dos horas para encontrar y tocarla para calificarse y continuar el entrenamiento Spart an.

Había 418 candidatos, y solo trescientas vacantes. No todos ellos podrían ser Spartans.

Su error había sido llevar a todo su equipo al clar o. Todos ellos habían sido demasiado ambiciosos.

Eso consiguió que fueran emboscados.

Ráfagas de ametralladora llovieron sobre ellos desd e las copas de los árboles. Adam y Min en sus posiciones de fla nqueo fueron rápidamente eliminados. Solo Tom y Lucy habían logrado llegar al lodoso agu jero. Era lo suficientemente profundo para evitar que les dispar aran.

“Esto es una locura,” Lucy dijo a través de su cara cubierta de barro. “Tenemos que hacer algo.”

“Tendrán que quedarse sin munición tarde o temprano ” le dijo Tom. “O uno de los otros equipos aparecerá y nos sa cará de este aprieto.”

Page 76: Halo fantasmas de onyx.

“Seguro lo harán,” dijo Lucy. “Después de que ellos toquen la campana.” ella miró a través de los árboles. “Tiene que haber alguna forma de salir de esto. Las torretas automat izadas allí arriba. Por eso no aparecían en los termales.”

Eso era lo que el Teniente siempre decía de las máq uinas: “Engañan fácilmente a los ingenuos… pero también so n fáciles de engañar”.

Las armas no los matarían… pero estaba muy claro qu e los pararían en seco. Con solo unos trajes compuestos p or sudaderas y botas ligeras para protegerse, las balas aturdido ras golpeaban tan fuerte que entumecían todo lo que tocaban: pier nas, brazos o Dios te ayude si eras alcanzado en la cabeza, ingle o en un ojo.

“Que le den a esto.” Lucy se levantó en una postura en cuclillas.

Tom agarró su tobillo, la empujó hacia abajo, y la golpeó en el intestino. Lucy se dobló, pero se recuperó rápidamente… rodó s obre Tom y le ejecutó una llave estranguladora. Tom se libró de la llave encogiéndose y alzó ambas manos.

“Vamos,” dijo él. “Tregua. Tiene que haber una form a de salir

de esto… una forma en la que no recibamos disparado s.”

Lucy lo miró, pero después dijo: “¿Qué tienes en me nte?” “¿Cuál es el punto de este ‘ejercicio’, Teniente?” preguntó Deep Winter.

La proyección holográfica de un hombre viejo dio un paso hacia la fila de monitores y tocó la pantalla mostrando a un chico y a una chica inmovilizados por ráfagas de ametrallador as. Un sonido como el del hielo crujiendo se extendió a través de l plástico.

El Jefe Méndez se levantó, y aplastó un mosquito, f runciendo el ceño a medida que recorría con la mirada de acá par a allá entre las dos docenas de monitores en el centro de contro l del Campamento Currahee. El aire acondicionado estaba a veriado, y tanto el uniforme de Kurt como el de Méndez estaban empapados en sudor.

Kurt dijo: “¿Lo están haciendo bien nuestros candid atos en los estudios?”

Deep Winter giró su mirada azul glaciar hacia el Te niente.

Page 77: Halo fantasmas de onyx.

“Ha visto mis informes. Sabe que lo están haciendo. Desde que usted anunció que sus calificaciones eran un factor en el proceso de selección, prácticamente se matan todas las noches para aprender todo antes de que se desvanezcan. Fra ncamente, no veo…”

“Sugiero,” dijo Kurt “que no te preocupes de ver el punto de mis entrenamientos en el campo de batalla, y que te cen tres en mantener a los candidatos al día con sus estudios.”

¿Qué podría saber una IA si tal vez era como en una misión real? Balas silbando tan cerca de tu cabeza que no hacías más que oírlas y sentirlas pasar. ¿Y si se trataba de ser h erido, pero de tener que seguir avanzando, sangrando, porque si no lo hacías todos en tu equipo morirían?

La Compañía Alfa había perdido su cohesión de equip o en la Operación PROMETEO. Kurt prometió que eso no pasarí a con la Compañía Beta.

Deep Winter agitó su capa, y una ráfaga de nieve il usoria se arremolinó en torno de la sala de control. La IA es taba programada con protocolos de seguridad humana, así que era natural que estuviera preocupada.

“No sabemos de lo que son capaces,” le dijo finalme nte Kurt a Deep Winter. “Si nos pegamos a las instrucciones al pie de la letra nunca lo descubriremos, tampoco. Pero si los ponemos en una situación imposible, puede que nos sorprendan.”

“Una corta definición de Spartan” Méndez comentó.

Eso era lo que las personas habían dicho acerca de los SPARTAN-II, quienes eran genética de primera calidad y vest ían armadura MJOLNIR. Podían hacer lo imposible, y hacerlo solos . Los SPARTAN-III, sin embargo, tendrían que trabajar jun tos para sobrevivir. Ser más una familia que un equipo de fu ego.

“Aun así,” murmuró Deep Winter. “Esto es cruel. Aca bará con ellos.”

“Preferiría acabar con ellos,” dijo Kurt “que dejar los ir al campo sin siquiera experimentar una situación tácti ca imposible.”

“Personalmente no creo que estos niños puedan ser d errotados,” Méndez habló más para sí mismo que para Kurt o Deep Winter. Su mirada se fijó ahora firmemente en Tom y Lucy. “Con diez años y esos dos tienen tanta firmeza de carácter que inclu so me asustan.”

“Miren,” dijo Deep Winter. “¿Qué hacen estos dos ah ora?”

Kurt sonrió: “Creo… que lo imposible.”

Page 78: Halo fantasmas de onyx.

“Repasemos el plan una vez más” dijo Tom.

Lucy se acuclilló junto a él en el lodoso agujero. “¿Por qué? ¿Piensas que soy estúpida?”

Tom no dijo nada durante un momento, entonces: “Esa s torretas probablemente usen un radar para apuntar. Así que l os burlaremos.”

“¿Y si usan termales?” preguntó Lucy.

Tom se encogió de hombros. “Entonces espero que te atrape a ti primero.”

Lucy asintió desagradablemente y levantó una lodosa piedra. “Entonces arrojaremos esto.”

“Hacia su cono de disparo” dijo Tom. “El pequeño án gulo les hará difícil rastrearlo. Puede que paralice sus cerebros durante una fracción de segundo más.”

“Entonces corremos.”

“Maniobras evasivas. Intenta no pisar a Adam y a Mi n.”

“Comprendido,” dijo Lucy.

Tom agarró su roca fuertemente y la golpeó una vez, provocando su coraje. Él y Lucy chocaron sus puños. Se levantaron al mismo tiempo… lanzaron extremadame nte fuerte ambas piedras. Tom oyó disparos, pero no se paró para mirar; corri ó a la derecha, después a la izquierda, rodó y cayó y lueg o corrió rápidamente como loco hacia la línea de árboles. Sintió el barro cerca de él explotando con pequeños soplos. El fuego cortó su muslo y su pierna perdió toda sen sibilidad. Empujó con su pierna buena, y aterrizó fuertemente sobre su estómago en la hierba alta cerca de los árboles de acacia. Balas muy separadas entre sí puntearon en el cielo a centímetros de su vulnerable cuerpo… pero fallaron. Se rió. Sol o estaba dentro de su ángulo mínimo de fuego. Máquinas estúp idas. Se dio la vuelta y divisó a Lucy, jadeando y agacha da en la hierba. Tom le hizo una señal, y después apuntó hac ia las copas de los árboles. Lucy le dio la señal de aceptación. Tom saltó sobre una pierna. Le estaba volviendo un poco de sensibilidad… sobre todo la sensación de dolor. Se la quitó pisando fuertemente. No podía dejar que eso lo retr asara. Los DI podrían aparecer en cualquier segundo. Se empujó a sí mismo hacia las ramas inferiores de una de las acacias que se sacudió debido a los disparos. Emple ó un gran cuidado para evitar las espinas en el tronco del ár bol. Escaló diez metros. Sentada en una plataforma había una vieja ametralla dora M202 XP conectada a su control de disparo automático. Se mo vió hacia adelante y atrás, esperando a que un objetivo se pr esentara.

Page 79: Halo fantasmas de onyx.

Tom alcanzó la cima y desconectó los cables de la f ormación de radares, y después el suministro de energía. El arm a se paralizó. Escaló hacia la plataforma y destornillo los pernos de sujeción. Sacó el arma de la plataforma. Hizo un satisfactori o ruido sordo al impactar con la lodosa tierra. Tom bajó. Agarró la ametralladora, limpió el cañón, y arrancó el control de disparo automático que permanecía. Hizo una prueba de disparo de una ráfaga de tres balas sobre el tronco del árbol.

“Impresionante” dijo él.

Lucy había bajado de su árbol también, con la ametr alladora balanceada sobre su hombro. Se movió hacia el campo para ayudar a Adam y Min a levantarse.

“Vamos,” dijo ella. “aun tenemos una campana que to car.”

Adam impulsó a Tom y después a Lucy para formar una escalera humana, y luego Min escaló e hizo sonar la campana.

Nunca nada había sonado tan bien.

Todos ellos bajaron. “Ahora un poco de devolución…” dijo Tom. “Adam, Min, tomen posiciones de vigilancia” señaló “en esos árboles allí y allí.”

Ellos asintieron y corrieron hacia los árboles.

“Tú, yo y estos” le dijo Tom a Lucy, dándole palmad as a su ametralladora “nos situaremos allí” apuntó a un lar go peñasco. “Yo estaré allá” asintió hacia la alta hierba al bo rde del campo.”

“¿Y harás qué?” preguntó ella.

“Bueno, hemos limpiado el campo y hecho sonar la ca mpana. Creo que con los otros equipos llegando y tocando la cam pana en tiempos récord…”

Lucy sonrió. “Los DI vendrán corriendo y disparando .”

Los DI del Campamento Currahee eran una mezcla caut elosamente elegidos Suboficiales, médicos, y los fracasos de l a primera clase de Spartan. Los fracasos siempre se salían de su camino para hacer que las vidas de los reclutas Spartan de la Compañía Beta fuera un infierno. Dos años antes el Equipo Ra yo-X se desvaneció en un rutinario ejercicio en el norte. U n montón de los niños decía que había fantasmas por allí (ojos flotantes en la jungla) pero todos sabían en realidad que los DI habían hecho algo y lo habían ocultado. Incluso la ONI vino y ce rcó el lugar. Lo llamaron ‘Zona 67’ y declararon que estaba ‘abso lutamente fuera de los límites’.

Era momento de enseñarle a esos DI que no podían es capar si amedrentaban a la Compañía Beta.

Page 80: Halo fantasmas de onyx.

Min silbó desde la copa del árbol.

Los Equipos Romeo y Eco se escabulleron hasta estar a la vista.

Tom les señaló y explicó el plan. Los Equipos Zulú y Lima se

les unieron, y pronto dos docenas de reclutas estab an dispersos entre los árboles y la hierba, observando y esperan do.

Solo pasaron quince minutos antes de que un silbato sonara a las tres en punto. Hubo un sutil movimiento en la hierb a al borde del campo. Tom señaló a sus exploradores para que volvieran mi entras Lucy maniobraba para conseguir una línea mejor. Tom corr ió agachado para interceptarlo. Vio tres objetivos, sus armaduras SPI mimetizaban l a hierba bien, pero no lo suficientemente bien para cubrir l a hierba separada a sus pies. Se giraron para encarar a Lucy . Tom disparó, rociando al nivel de la rodilla donde la armadura era más débil. Tres contornos con forma humana aplastaron la hierb a, gritando y convulsionando mientras las balas de goma se llovía n sobre ellos.

Lucy se unió y abrió fuego.

Cuando los gritos pararon, Tom se movió y les arran có su armadura, revelando tres DI muy aturdidos.

No se habían identificado, así que según las reglas de combate fueron considerados como objetivos. Adam corrió y l o ayudó y Lucy desnudó sus cuerpos.

“Pistolas y MA5K, ambas con munición aturdidora” di jo Adam.

Lucy agarró dos puñados de granadas, y sonrió. “Gra nadas cegadoras.”

“Ahora,” dijo Tom, sonriendo, “esto se vuelve realm ente interesante.” La luna había salido y establecido. La hierba estab a húmeda con el rocío y el estómago de Tom rugía tan alto que pe nsaba que podría revelar su posición en la oscuridad. Cinco oleadas de DI habían llegado, y fueron neutra lizadas por el Equipo de Defensa de los Reclutas Spartan ahora armados, blindados y totalmente equipados. Los instructores fueron atados en el medio del campo alrededor de la campana. Como rehenes.

Tom y los otros Spartans estaban trabajando juntos como nunca antes lo habían hecho. Y estaban ganando. Estaba ha mbriento, húmedo, y tenía frío, pero Tom no le daría tregua a nadie en toda la galaxia.

Oyó el crujir de una rama en la hierba alta, se vol teó, con su

Page 81: Halo fantasmas de onyx.

ametralladora apuntada por encima de la cintura. No había nada allí, y nada en los termales, tampoco . Debía estar nervioso.

Una mano apretó su hombro, mientras otra mano le ar rebataba la ametralladora de su agarre.

El Jefe Méndez permanecía de pie sobre él. A su lad o estaba el Teniente Ambrose.

Tom medio esperaba que Méndez le disparara justó al lí.

“Creo que es suficiente.” gruñó Méndez.

El Teniente se arrodilló al lado de Tom y susurró: “Buen trabajo, hijo.”

Page 82: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO DIEZ

0420 HORAS, 19 DE FEBRERO DE 2551 (CALENDARIO MILIT AR) / A BORDO DEL UNSC HOPEFUL, ESPACIO INTERESTELAR, S ECTOR K-009 (CINCO AÑOS DESPUÉS DE LA OPERACIÓN TORPEDO DE LOS SPARTAN-III EN PEGASI DELTA). Kurt caminó por los vacíos pasillos del UNSC Hopefu l y entró en el atrio. Brillantes luces en lo alto imitaban un r ealista sol. Los recirculadores de aire hacían crujir una pequeñ a arbolada de robles blancos. Olió lavanda, un perfume que no hab ía experimentado desde que era niño. La característica más extravagante del Hopeful, sin embargo, era la curvada ventana de diez metros en el atrio… algo totalmente desconocido en cualquier otra nave de la flota de l a UNSC. Sin embargo el Hopeful era diferente a cualquier ot ra nave de la flota. Los oficiales Navales la describían como ‘la cosa m ás fea que en toda la vida hubiera flotado en gravedad cero’. La nave había sido construida antes de que hubiera habido activid ad rebelde de importancia en las colonias. Una corporación médica privada había adquirido dos estaciones de reparaciones desg uazadas… cada una de ellas era una placa de un kilómetro cuadrado de andamio, grúas, y tranvías de carga. Esas dos placas habían sido conectadas para formar un ‘sándwich’ descentrado, y en el interior, un moderno hospital y una instalación de investigación habían sido construidos. En 2495 el UNSC había confiscado la nave, añadido m otores, sistemas defensivos mínimos, seis reactores de fusi ón, y un sistema transluz Shaw-Fujikawa, y transformaron el Hopeful en el mayor hospital móvil de campaña de la historia. Mientras la mayoría de los oficiales Navales coinci dían en que era fea, todos los Marines enlistados con los que K urt había hablado le habían declarado que era la cosa más her mosa que habían visto jamás. El Hopeful había tomado proporciones míticas con lo s hombres y mujeres que tenían que luchar y morir en las líneas del frente. Había sido dañada, pero había sobrevivido, en dieci ocho importantes batallas Navales contra fuerzas rebelde s y en cuatro encuentros con el Covenant. El personal de la nave y la tecnología tenían una reputación salvando vidas, en muchos casos literalmente devolviendo a los muertos a la vida. Hoy la nave había sido situada en espacio intereste lar (esencialmente en medio de la nada) por orden de la vicealmirante Parangosky. Y mientras los miles de p acientes críticamente enfermos no podían ser evacuados, las ocho cubiertas que rodeaban al grupo de acoplamiento Bra vo habían sido despejadas de cualquier personal mientras la O NI traía su equipamiento y personal. El programa SPARTAN-III te nía que permanecer bajo un manto de secretismo absoluto.

Page 83: Halo fantasmas de onyx.

Kurt deseaba que el Hopeful no viviera de su reputa ción porque hoy las vidas de sus Spartan estaban en juego. Sus candidatos habían tenido que soportar mucho el último año. Para acelerar el itinerario del programa, la pubert ad se les había sido inducida artificialmente. La hormona de crecimiento humano así como la del cartílago, los músculos, y l os suplementos óseos habían sido introducidos en su di eta, y los niños habían sufrido una metamorfosis hasta casi la estatura adulta en nueve meses. Se habían vuelto torpes en sus nuevos y mayores cue rpos, y habían tenido que luchar para reaprender cómo corre r, disparar, saltar, y luchar. Y hoy, se enfrentarían a su prueba más peligrosa. P odrían quedar irreparablemente desfigurados, morir, o ser transfo rmados en Spartans. No, eso no estaba bien. Aunque esos niños no tuvier an la elevada velocidad o fuerza de un Spartan, ya tenían la entr ega, el impulso, y el espíritu. Ya eran Spartans. Kurt oyó botas chasqueando mientras bajaba el pasil lo, después amortiguados pasos que cruzaban el césped del atrio . “¿Teniente, señor?” Un hombre y una mujer jóvenes se aceraron con los l argos y bajos pasos de gente que había pasado mucho tiempo en mic rogravedad. Vestían uniformes Navales estándares portando las r ayas de un suboficial de segunda clase. Ambos tenían el cabell o negro cortado al ras y oscuros ojos. Kurt había tenido que tirar de algunos hilos para m antener a los supervivientes de la Compañía Beta de Pegasi Delta con él. El coronel Ackerson había querido a Tom para sus propi as operaciones privadas. Y la siempre silenciosa Lucy había evadido por poco una clasificación de `inadecuada para el d eber’ y un reasignamiento permanente a la rama psicológica de la ONI para ‘evaluación’. Había tenido que recurrir a la vicealmirante Parang osky, reclamando que necesitaba Spartans para entrenar Sp artans. Por encima de las objeciones de Ackerson, ella acep tó. El resultado: Tom y Lucy se habían convertido en la s manos derecha e izquierda de Kurt durante esos últimos añ os, y la Compañía Gamma estaba compuesta de los mejores Spar tans de la historia. Tom y Lucy pasaban mucho de su tiempo en su armadur a SPI, le llevó un momento a Kurt reconocer a sus ayudantes. Sus armaduras, así como el resto de los trajes de Infil tración Semi-Potenciada de la Compañía Gamma habían sido equipad os con nuevos camuflajes foto-reactivos para aumentar sus propied ades de camuflaje. Había otros equipamientos experimentales (capas de

Page 84: Halo fantasmas de onyx.

gel balístico, software actualizados, y otras funci ones) que con suerte estarían en funcionamiento en menos de un añ o. Tom y Lucy rompieron en saludos simultáneos. Kurt devolvió el saludo. “Informen.” “Los candidatos están listos para subir a bordo, se ñor” dijo Tom. Kurt se levantó y los tres recorrieron de vuelta el pasillo y entraron en el grupo de acoplamiento Bravo. Era del tamaño de un pequeño cañón con la capacidad de realizar el ciclo con una flota de naves de descenso simultáneamente a través de su masivo sistema de esclusas de aire. Había espacio suficien te para clasificaciones y tranvías que podían llevar a una compañía entera de soldados heridos a instalaciones quirúrgi cas de emergencia. Las esclusas de aire chillaron y hubo una repentina ráfaga de aire frío. Docenas de puertas en la bahía se separa ron y Pelicans entraron hacia el interior de la bahía sob re bases accionadas por vapor. Las rampas traseras de los Pelicans descendieron y los candidatos Spartan rompieron filas en hileras orden adamente. Kurt les había informado sobre el procedimiento. Se rían sedados y se les inyectaría cócteles químicos y serian alte rados quirúrgicamente para darles la fuerza de tres solda dos normales, disminuir su tiempo de reacción neuronal, y mejorar su durabilidad. Era el paso final en su transformación en Spartans. Era el día de la graduación. Les había advertido de los riesgos, también. Les ha bía mostrado los videos archivados de los resultados de la fase de bioaumentación del programa SPARTAN-II, cómo más de la mitad de esos candidatos no lo habían logrado… ya sea murien do debido al proceso o quedando tan malformados que no podían ma ntenerse en pie. Eso no pasaría con los SPARTAN-III con los nuevos p rotocolos médicos, pero Kurt había querido una última prueba. Ninguno de los 330 candidatos había optado por deja r el programa. Kurt tuvo que pedirle al coronel Ackerson treinta vacantes extra para esa fase final. Simplemente no tenía en mente cortar a treinta aleatoriamente… cuando hasta el último de ellos estaba dispuesto y listo para luchar. Ackerso n le había concedido su petición con gusto. Kurt permanecía de pie y saludó mientras las filas de candidatos pasaban por delante de él.

Page 85: Halo fantasmas de onyx.

Marchaban, devolviendo su saludo, con las cabezas e n alto, y los pechos fuera. De media con solo doce años de edad, parecían más cerca de los quince con la esculpida musculatura de unos atletas olímpicos; muchos tenían cicatrices duramente ganad as; y todos tenían un indescriptible aire de seguridad a su alr ededor. Eran guerreros. Kurt nunca se había sentido tan org ulloso. El último candidato se demoró, y luego se detuvo de lante de él. Era Ash, número de serie G099, líder del Equipo Sab er. Era uno de los más feroces, listos, y mejores líderes en la clase. Su ondulado pelo marrón estaba ligeramente por encima de la longitud regulada, pero Kurt tenia una tendencia a dejarlo pasar, el hoy de todos los días. Ash rompió en un preciso saludo. “Señor, candidato Spartan G099 solicitando permiso para hablar, señor.” “Concedido,” dijo Kurt, y terminó con su prolongado saludo. “Señor, yo…” la voz de Ash se quebró. Muchos de los chicos tenían problemas con sus cuerd as vocales, seguían recuperándose de la pubertad rápidamente in ducida. “Solo quería hacerle saber,” continuó Ash “que ha s ido un honor ser entrenado por usted, el Jefe Méndez, y los subo ficiales Tom y Lucy. Si no sobrevivo hoy, querría que supiese qu e no habría hecho nada de manera distinta, señor.” “El honor ha sido mío,” dijo Kurt. Extendió su mano . Ash la miró durante un momento, y después agarró la mano de Kurt, la apretó firmemente, y las sacudieron. “Te veré al otro lado,” dijo Kurt. Ash asintió y se fue, alcanzando al resto de los ca ndidatos. Tanto Tom como Lucy asintieron en aprobación. “Están listos,” murmuró Kurt. Miró a otro lado para que no tuviera que encontrarse con sus miradas. “Espero qu e nosotros lo estemos. Estamos corriendo mucho riesgo.” Kurt, Tom y Lucy se detuvieron en una sala de confe rencias del personal, ahora un improvisado centro de control y comando de la ONI. Técnicos médicos en delantales de laboratorio azules veían 330 monitores de vídeo y conjuntos de bio-signos. T om hablaba con uno de los técnicos mientras la mirada de Kurt saltaba de monitor en monitor. Entonces bajó hacia la abierta arena quirúrgica. Te nía cuatrocientas secciones… cada una de ellas dividida por una

Page 86: Halo fantasmas de onyx.

cortina de plástico semiopaco, y cada una ajustada con un generador de campo-estéril que brillaba con su cara cterística luz naranja en lo alto. Kurt entró en una unidad y encontró a la SPARTAN-G1 22, Holly, allí. La dividida área estaba repleta de máquinas. Había soportes con biomonitores. Muchos parches intravenosos y osmótic os la conectaban con una bolsa de infusión quimioterapéut ica, cargada con una colección de frascos llenos de líquido que podría mantener a Holly en un estado semisedado mientras l e hacía llegar un cóctel de drogas durante la próxima seman a. Había un carro de emergencia y un ventilador portátil cerca, también. Ella luchó para levantarse y saludar, pero se derru mbó, sus párpados se cerraron aleteando. Se puso al lado de Holly y agarró su pequeña mano h asta que entró en un profundo sueño. Ella le recordaba a Kelly cuando era así de joven: llena de valor, y nunca rindiéndose. Extrañaba a Kelly. Llev aba muerto para sus compañeros SPARTAN-II casi veinte años. Lo s extrañaba a todos ellos. La bolsa de infusión quimioterapeuta siseó, los fra scos rotaron hacia su lugar, pulsos micromecánicos hicieron ruid os sordos, y se filtraban burbujas dentro de los líquidos colore ados. Estaba empezando. Kurt recordaba cuando atravesó la aumentación. La fiebre, el dolor… sentía como si sus huesos se e stuvieran rompiendo, como si alguien hubiera vertido napalm e n sus venas. Holly se movió. Los biomonitores mostraron un alfil er en su presión sanguínea y temperatura. Pequeñas ampollas aparecieron en sus manos y ella se las rascó. Se llenaron de sa ngre y entonces se ablandaron en costras rápidamente. Kurt palmeó la mano de Holly por última vez y despu és se dirigió a la infusión y levantó el panel lateral. En su int erior había docenas de frascos con solutos. Entrecerró los ojos , leyendo sus números de serie. Divisó ‘8942-LQ99’ dentro de la bolsa con infusión. Era el catalizador de osificación con carburo cerámico par a hacer los esqueletos virtualmente irrompibles. Había un ‘88005-MX77’, el complejo proteínico muscu lar fribrofódico que incrementaba la densidad muscular. ‘88947-OP24’ era el número para el estabilizador de la inversión de retina, el cual amplificaba el color y la visión durante la noche. ‘87556-UD61’ era la solución para desunificación ne ural coloidal mejorada para reducir los tiempos de reacción. Había muchas otras: reductores de traumas, analgési cos, anti-inflamatorios, anticoagulantes, y regulares de pH. Pero Kurt buscaba tres frascos en particular, unos con códigos de serie distintos (009927-DG, 009127-PX, y 009762- OO) que no

Page 87: Halo fantasmas de onyx.

coincidían con ningún código logístico médico están dar. Allí estaban, burbujeando mientras sus contenidos e ran drenados y mezclados con una precisión de picolitros. Oyó unos pasos que se acercaban. Kurt bajó el panel de la bolsa con infusión y dio u n paso de vuelta al lado de Holly. Hubo un crujido de cortinas de plástico y un técnic o médico con un delantal de laboratorio azul entró. “¿Hay algo con lo que necesite ayuda, señor?” pregu nto el técnico. “¿Algo que pueda conseguirle?” “Todo está bien” mintió Kurt. Rozó al hombre mientr as pasaba a su lado. “Solo me iba.”

Page 88: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO ONCE

0210 HORAS, 20 DE FEBRERO DE 2551 (CALENDARIO MILITAR) / A BORDO DEL UNSC HOPEFUL, ESPACIO INTERESTELAR, SECTOR K-009. Kurt estaba sentado a solas en el atrio viendo el p rogreso de los candidatos en su contenedor. Había pasado las ú ltimas veinticuatro horas despierto, a su lado, y después tomó cuatro horas de sueño. Volvería a ellas dentro de poco, cu ando se levantara para felicitar a los candidatos. Corrección: felicitar a los Spartans. Hasta el último de ellos lo había logrado. Kurt des eaba poder sentirse aliviado, pero había demasiadas incógnitas . “Teniente Ambrose.” una voz femenina sonó por el SH IP-COM. “Repórtese en el puente inmediatamente.” Se levantó y marchó hacia el ascensor. Las puertas se cerraron y el ascensor se elevó a través de secciones de grave dades normal y cero; Kurt se agarró fuertemente a la barandilla. Kurt y su equipo para el Proyecto MAMÁ-CHRYSANTHE d ebían quedar aislados… órdenes directas del alto mando del FLEET COM. ¿Así que por qué la llamada al puente? Las puertas se abrieron. Una teniente comandante pe rmanecía de pie con los brazos cruzados esperándolo, una mujer de apenas un metro y cuarto y con un gris widow's peak. “Señora.” saludó Kurt. “Teniente Ambrose reportándo se como ordenó. Permiso para entrar al puente.” “Concedido,” dijo ella. “Venga conmigo.” Ella rodeó el borde de la larga habitación de baja iluminación. No estaban solo sus tres docenas de oficiales que m onitorizaban los sistemas de navegación, armas, comunicaciones y de impulsión; había equipos controlando compensadores de tensión estructural, tráfico de tranvías, agua, distribucio nes de carga-energética, y subsistemas de ecoreclamación. El Hop eful era más una estación espacial con una ciudad que una nave d el frente de batalla. La Teniente Comandante presionó su palma contra el biométrico al lado de una puerta lateral. Se abrió, y ambos entra ron. La habitación más adelante estaba forrada con estan terías de viejos libros dorados. Viejos globos Terráqueos y u na docena de otros planetas habían sido distribuidos con buen gu sto sobre un

Page 89: Halo fantasmas de onyx.

escritorio de madera de koa que brillaba como el or o bajo la luz de una solitaria lámpara de metal. Un viejo hombre estaba sentado en las sombras. “Eso será todo, Teniente Comandante.” dijo el hombre. Se puso de pie y Kurt vio brillar tres estrellas en su cuello. Kurt saludó reflexivamente. “¡Señor!” La Teniente Comandante se fue, con la puerta cerrán dose y sellándose detrás de ella. El Vicealmirante dio una vuelta alrededor de Kurt. El vicealmirante Ysionris Jeromi era una leyenda vi viente. Había llevado al Hopeful, una nave virtualmente sin armas y blindaje, a batalla tres veces para salvar las tripulaciones de naves críticamente dañadas. Había salvado decenas de miles de vidas, y casi lle vado a corte marcial por ello, también. La guerra necesita sus héroes, sin embargo. El ento nces Almirante había perdido y recuperado estrellas en s u cuello, pero también había recibido la mayor condecoración en tiempos de guerra del UNSC: la Cruz Colonial. Dos veces. “No estoy seguro de quién eres.” dijo el Vicealmira nte, y sus tupidas cejas blancas se juntaron. “Alguien mucho m ás importante que ‘teniente Ambrose’, o cual sea tu verdadero nom bre.” Kurt sabía demasiado bien que no debía decir nada a no ser que le dirigieran una pregunta directa. Permaneció ergu ido bajo atención. La clasificación de contraseña del proyec to SPARTAN-III lo prevenía de divulgar algo, incluso a un vice almirante, sin clarificación. Caminó de vuelta a su escritorio, alcanzó un cajón, y recuperó una esfera negra del tamaño de un pomelo. “¿Sabe lo que es esto, Teniente?” “No, señor,” dijo Kurt. “Una sonda COM Slipspace.” dijo él. “Un dispositivo Shaw-Fujikawa estacionario lanza una de estas ‘balas’ ne gras al espacio Slipstream en una trayectoria ultraprecisa. Rompe las leyes de la física conocidas por el hombre, y cae d e nuevo en el espacio normal en unas coordenadas muy distantes. C omo tu propia paloma mensajera. ¿Comprende?” “Sí, señor,” dijo Kurt. “Como unas sondas científic as Slipspace. Las he visto siendo lanzadas desde la Estación Arqu ímedes. O las nuevas vainas de descenso de los ODST que pueden se r disparadas desde una nave aún en el Slipspace.”

Page 90: Halo fantasmas de onyx.

“Para nada como todo eso, Teniente. Esas solo son e nviadas dentro, y después sacadas, del espacio Slipstream… son más una mierda arremolinada alrededor de un anticuado retre te gravitacional que ingeniería de precisión.” Golpeó la negra esfera. “Esta belleza navega de verdad a través del Slipspace. Atraviesa tanto y tan rápido como una nave del UNSC . Malditamente cerca de lo mágico si aprecias las mat emáticas. ¿Lo comprende ahora?” Kurt no estaba seguro qué intentaba pescar el Almir ante. Le habían dirigido una pregunta directa, sin embargo, así que respondió. “Si lo que ha dicho es preciso, señor, revolucionar ía las comunicaciones a larga distancia. Todas las naves s erían dotadas de un dispositivo así.” “Excepto porque implica construir un lanzador Shaw- Fujikawa ultrapreciso de poca-masa,” replicó el Vicealmirant e, “podría construir una flota de naves. Y con el coste de hac er una de estas pequeñas bolas negras” rodó la sonda peligros amente cerca del borde de su escritorio “podría comprar la ciuda d capital de alguna colonia alejada. Solo hay dos lanzadores así . Uno en Reach y otro en la Tierra.” El Vicealmirante volvió a Kurt y sus pálidos ojos a zules miraban fijamente a los de Kurt. “Esta sonda llegó quince m inutos atrás,” le contó el Vicealmirante, “desde cuarenta millones de kilómetros de la Hopeful. El vector de entrada no c oincide ni con la Tierra ni con Reach como punto de origen. Y es para usted.” Kurt tenía una docena de preguntas, pero se atrevió a no levantar ninguna de ellas. Se sentía como si camina ra por el filo de la hojilla del secretismo. El Vicealmirante resopló y se movió hasta la puerta . “Hay un protocolo de secretismo máximo para esto, así que u se mi oficina, Teniente. Tómese todo el tiempo que necesi te.” Le dio una palmada a la puerta y se abrió. Se paró y añadi ó: “Si hay algún peligro para mi nave o mis pacientes, espero ser informado, hijo. Órdenes o no.” Él salió y la puerta se cerró. Kurt se acercó a la esfera negra. No había controle s obvios ni pantallas. La luz emanaba desde su superficie como agua que cubría aceite. La tocó y se calentó. Apareció hielo en patrones de copos de nieve y cruj ió sobre el escritorio del Vicealmirante. La nieve holográfica flotó suavemente a través de l a oficina y

Page 91: Halo fantasmas de onyx.

se combinó en un manto blanco, presentaciones cince ladas, ojos glaciares, y un bastón de cristalino hielo: Deep Wi nter. “Dios mío,” jadeó la IA. “Y yo que creía que los contraalmirantes eran tediosamente habladores. Pens aba que el viejo Jeromi nunca se iría.” Deep Winter suavizó sus manos casi esqueléticas sob re la nada, y un brillo azul invadió el aire. “Paquete de contrae lectrónica conectado.” “¿Cómo has llegado aquí?” preguntó Kurt. Su mente luchaba para comprender las ramificaciones . Las IAs tenían grandes huellas, necesitaban instalaciones, y fuentes de energía masivas para alimentar sus mentes. Invierno Profundo no podía estar allí. ¿Y cómo la IA pudo ingeniárselas para alterar el vector de acercamiento desde el lanzador COM de la Tierra o Reach? Deep Winter levantó una mano. “Pare. Veo su mente e n un bloqueo lógico, Teniente. Podría, sin embargo, ayudar a exp licarlo.” “Por favor,” murmuró Kurt. “Primero,” dijo Deep Winter, “puede que solo podamo s comunicarnos durante un tiempo limitado. He imprimi do una fracción de mi intelecto en la matriz de memoria de esta sonda. El proceso ha destruido irreversiblemente una porci ón de la capacidad de procesamiento de la base, así que por favor no desperdicie los preciosos minutos que tenemos. Tamp oco hay suficiente energía restante en esta sonda para un d ebate prolongado.” Kurt asintió. Eso le había costado a la IA un alto precio, así que se esforzaría por escuchar. “Tampoco nos haga perder tiempo debatiendo los mati ces de esta sonda COM de espacio-Slipspace. Es clasificado, y n o tiene aclaración.” “¿Entonces de qué vamos a hablar?” preguntó Kurt. “He encontrado tres anomalías en los protocolos de bioaumentación actuales.” Deep Winrter dio un aplau so con sus manos y dos colecciones giratorias de esferas de ac ero aparecieron. “Esas representan los complejos proteí nicos miso-olanzapine y cyclodexione-4,” explicó Deep Win ter, “los cuales fueron segregados en el régimen de alteració n.” Kurt se acercó a las moléculas que giraban. “Son drogas antipsicóticas y de integración bipolar ,” dijo Deep Winter. Aplaudió y una tercera molécula apareció: serpentea ntes gotas

Page 92: Halo fantasmas de onyx.

doradas y plateadas. “Y esto,” dijo la IA, “es un m utágeno que altera las regiones clave del lóbulo frontal del su jeto.” Invierno Profundo se decoloró hasta semitranslucide z. “Aumenta la agresividad, haciendo la parte animal de la ment e más accesible en momentos de estrés. Alguien mutado tie ne reservas de fuerza y resistencia que ningún humano normal po dría invocar. Una persona así podría seguir luchando bajo la infl uencia de un amplio trauma sistemático y matar instantáneamente a un humano normal. El mutágeno, sin embargo, deprime los mayor es centros de la razón del cerebro a lo largo del tiempo,” contin uó la IA. “Las drogas antipsicóticas y de integración bipolar contrarrestan este efecto. Mientras los SPARTANs-II I tengan estos agentes en su sistema, estarán compensados.” Kurt lo entendió todo. Bajo estrés extremo los cont raagentes podrían metabolizarse rápidamente, y el cerebro pri mitivo tomaría el relevo. Sus Spartans lucharían y serían más difíciles de matar. El efecto solo era invertido por los cont raagentes. Era peligroso. Sus Spartans podrían perder la habil idad de razonar. Podría darles la extremidad para sobrevivi r, sin embargo. Deep Winter continuó decolorándose. La IA siempre h abía puesto a los candidatos Spartan por encima de su entrenamien to y de cualquier agenda que la Sección Tres tuviera para e llos. “Te preocupas por ellos a tu manera,” dijo Kurt. “L os Spartans.” “Por supuesto que lo hago. Son solo niños, sin impo rtar lo que se les haya hecho. Debe detener el protocolo. Las m utaciones cerebrales fueron puestas fuera de la ley específic amente por los COPRS MÉD del UNSC en 2513. Los argumentos de l os algoritmos morales son contundentes.” Deep Winter se redujo a un copo de nieve que brilla ba tenuemente sobre el escritorio. “Soy una IA lista de quinta ge neración, Kurt. He alcanzado el fin de mi vida operacional ef ectiva en Onyx. Para cuando llegues, habré sido desconectado y sustituido. He dejado archivos.” El copo de nieve brillaba, sus puntas se derretían. Deep Winter susurró: “Debe proceder cautelosamente; no estoy se guro de quién dentro de la ONI ha planeado este procedimiento ile gal, pero intentarán encubrirlo con seguridad.” El copo de nieve se derritió, y con él todo vestigi o holográfico de Deep Winter se desvaneció. La superficie de la e sfera negra COM se calentó, la superficie burbujeó, y finos hil os de humo ondularon desde el interior. Sí, lo encubrirían. Cuando Kurt volviera a Onyx inf ormaría al coronel Ackerson… y posiblemente se las arreglaría para purgar todos los archivos de Deep Winter. La mutación había sido idea de Kurt. Tuvo que persu adir al Coronel para que lo permitiera, y lo habían manteni do como un

Page 93: Halo fantasmas de onyx.

secreto incluso para los demás en la célula de la s ubsección SPARTAN-III para preservar su ‘posible negación’. Kurt había visto a demasiados Spartans suyos morir; hubiera roto cien reglas y políticas bioéticas para darle a su g ente la más mínima oportunidad de sobrevivir una batalla más. Su único pesar era no poder hacer nada más. El ‘instinto’ de Deep Winter de salvar a los Sparta ns estaba equivocado. Ninguno de ellos podría ser protegido d e esa manera. Los guerreros combatían batallas; prevalecían, pero todos se encaran inevitablemente con la muerte. Incluso sus niños candidatos entendían eso. No tenían, sin embargo, que morir tan fácilmente. Kurt le dio la espalda a la sonda COM, y dejó la of icina del Almirante. Tenía que ir a graduar a la Compañía Gamma… y darle s la bienvenida a la hermandad de los Spartans.

Page 94: Halo fantasmas de onyx.

SECCIÓN III

INTRUSOS

Page 95: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO DOCE

0645 HORAS, 31 DE OCTUBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DORADUS, CERCA DE LA ZONA 67, PLANETA ONYX.

Dos granadas cegadoras explotaron… bolas de relámpa gos y truenos y de ondeantes hojas. Ash cayó y reflexivamente se enrolló en una pelota. Había visto los tubos de acero hexagonales una fracción de segu ndo demasiado tarde, y después sus imágenes habían sido quemadas en sus retinas. Habían estado demasiado bien camufladas, a la altur a del pecho en los árboles. Estúpido. No estaba pensando, dejan do que su sangre se elevara y sacara lo mejor de él. Se desenrolló y rodó en sus pies. Lo único que escu chaba era su corazón martilleando; de lo contrario estaría sordo . Ash parpadeó para aclarar su borrosa visión. El Equipo Saber había caído. Mark, Olivia, Holly, y Dante estaban de rodillas. Los reguladores de camuflaje d e sus armaduras SPI habían sido expurgados por las aturdi doras, y solo las texturas de camuflaje beige más débiles empezab an a resolverse como magulladuras. La nueva tecnología d e recubrimiento foto-reactivo podía imitar un amplio espectro de radiación EM, pero seguía siendo sensible ante las sobrecargas. Empujó a Mark hasta sus pies, lo agitó. Mark asintió y después levantó a los demás. Ash les hizo señas para que volvieran, dando marcha atrás a la dirección por la que habían caminado hasta esa tram pa. Solo tuvieron un momento antes de que el Equipo Katana e ntrara en busca de la matanza. Era su culpa. Había estado demasiado ansioso, tambi én fácilmente impulsado dentro de la acción sin pensar. Mark habí a divisado a un francotirador del Equipo Katana, y Ash había dec idido demasiado rápido flanquear hacia la izquierda… y ca minaron derechos hacia la verdadera trampa, las cegadoras. Pero ese era el punto de ese ejercicio, ¿no? Compri mir a tres escuadrones Spartan en un área de un kilómetro cuad rado… piensa rápido o muere. O peor, en ese caso, piensa rápido o pierde.

Page 96: Halo fantasmas de onyx.

Ash levantó una mano, deteniendo a su equipo. No vo lverían a caer. Si el fuera del Equipo Katana habría colocado otra trampa para un enemigo en retirada. Les hizo señas para que se encorvaran. El Equipo Saber se movía agachado a través de los a rbustos, lento, cuidadosamente, con los ojos abiertos. Olivi a tomó posición, y se desvaneció dentro de las sombras ver des. Un zumbido empezó en las orejas de Ash. Era una bue na señal. Otro medio metro más cerca de esas granadas y hubie ra perdido el tímpano. La clonación In Situ era un terriblemente aburrido procedimiento, y estaría contento de esquivar el ti empo de descanso obligatorio de dos semanas. Una luz de estado roja parpadeó desde Olivia. El eq uipo se congeló. Cinco metros más adelante, un helecho se torció y s altó de vuelta a su posición inicial. Ash hizo parpadear rápidamente su luz de estado ver de: la señal para abrir fuego. Era el mejor objetivo que habían tenido toda la mañana. El fuego suprimido lo rodeó. El helecho explotó en una ducha de confeti. Un solitario Spartan oculto por el helecho se giró, su armadura SPI brillando plateada por el estacato de balas atu rdidoras que perforó su superficie. Sus pies se tropezaron con u na raíz y se cayeron. Ash repitió la señal de adelante, y su escuadrón se aseguró de que el objetivo permaneciera abajo con muchas ráfag as de balas bien situadas. La capa inferior de gel balístico se su armadura podía soportar un gran bombardeo antes de romperse. Después de tres segundos, brilló rojo, y cesaron co n el fuego. Olivia se movió y pegó una bandera adhesiva de verd e-lima en la espalda del Spartan que aún se contorsionaba. El ob jetivo estaba ahora oficialmente ‘muerto’. Ash activó un marcador de navegación y alertó a C y C para que levantaran el ‘cadáver’. El suelo tembló, solo por un momento, pero todos lo s Spartans en el Equipo Saber se paralizaron, y después escanearo n la jungla, buscando la fuente de la perturbación. ¿Terremoto? Improbable. No había actividad tectónic a en Onyx. Eso solo dejaba dos posibilidades: impacto o detona ción. Ninguna era especialmente bien recibida.

Page 97: Halo fantasmas de onyx.

Ash le indicó al Equipo Saber que saliera. Se escab ulleron a través de la jungla y emergieron en una llanura. Al lí pequeños granitos de piedra caliza y mesetas de cuarzo, grut as, y fisuras se extendían hacia el norte… por encima y más allá de la alta valla de la Zona 67. La Zona era donde se suponía que estaban los ‘fanta smas’ de Onyx. Habían sido vistos una o dos veces de acuerdo a los otros candidatos Spartan: un solitario ojo en la oscurida d. Habían inventado esa tontería simplemente para asustar a l a gente. Ash, sin embargo, había oído de un escuadrón de la Compa ñía Beta que se había desvanecido cerca de allí y que nunca fue encontrado. Miró alrededor cautelosamente y divisó un túnel ero sionado de manera natural que se extendía a lo largo de una co lina. Ash apuntó y el Equipo Saber se estableció dentro para evaluar la situación táctica. Ash se quitó su casco, y se limpió la sangre de su nariz y pelo. “Demasiado cerca,” dijo. “Aun así, tenemos a uno,” dijo Holly, quitándose su casco de cristal dorado “y no perdimos a ninguno de los nues tros… aunque seguro que tú le hubieras dado un buen intento.” se rascó el vello de su cabeza, que había cortado al ras en una serie de garras de oso en patrones de rasguños. La altura es taba bien según los reglamentos, pero algunos de los otros eq uipos se burlaban de ella sobre eso. Holly se había vuelto u n poco salvaje por las burlas, y había sido degradada dos veces por pelear. Dante se quitó su casco y tocó su cara llena de cic atrices en busca de daños. Satisfecho, recuperó dos granadas c egadoras de color negro de su mochila. “Encontré estas, justo a ntes de que las suyas explotaran. Atrapadas en el cable de alam bre.” Ash asintió. Debería haber reprimido a Dante por po ner sus manos cerca de granadas activadas. Pero de nuevo, Dante t enía habilidades cerca de lo mágico cuando se trataba de explosivos. Siempre sabía cuándo iban a explorar, y cuando no. Eso o era la persona con más suerte que había visto en toda su v ida. Olivia se dejó puesto el casco SPI. Se deslizó fuer a de la cueva, tomando posición de guarda exterior. Ash no estaba preocupado. Era la mejor infiltrándose de la Compañ ía Gamma. La llamaban ‘O’ para abreviar porque era un suave susu rro como la vocal de su mismo nombre. Ash se giró a Mark. “Comprueba la cabeza,” dijo él, y le dio una palmada a su amigo en la parte trasera del casco. Mark se quitó el casco, y Ash vio un moretón en su mejilla. Mark dirigió sus manos por encima de su rasurada cabeza y examinó los bordes de ese moretón.

Page 98: Halo fantasmas de onyx.

“Estoy bien,” dijo Mark. Alisó el recubrimiento int erior de su armadura, asegurándose de que estaba perfecta, y de spués se volvió a poner el casco. Llamaban a Mark ‘La Marca’, porque era su mejor tir ador… bueno con un rifle de francotirador, pero mejor con un ri fle totalmente automático sobre un buen objetivo totalm ente descubierto a la vista de todos. Cuanta más presión sobre él, más frío se volvía. Ash divisó bandas de ónice bruto a lo largo de la p ared del túnel, blanco y negro y rayado con líneas de oro. D irigió un dedo enguantado sobre los patrones, intrigado por l a rareza geológica. Entonces se separó de él y se centró en el aquí y a hora. Se volvió a poner su casco. “Comprobación de audio,” susurró Ash por la TEAMCOM . Luces verdes de estado parpadearon de regreso. Bien . No había nadie sordo. Un golpe sordo hizo eco desde las distantes paredes de la meseta, y el polvo llovió desde el techo de la cuev a. El Equipo Saber se agachó instintivamente. Ash sacó su arma de pequeño calibre. “Una grande,” murmuró Dante. “¿Artillería? ¿Uno de los nuevos cuatro-cuarenta?” “No creo que el Teniente Comandante use artillería sobre nosotros,” susurró Ash. “No normalmente,” contestó Holly. “Pero esta es la última prueba. Puede que esté jalando todos los listones p ara figurarse quiénes conseguirán los máximos honores.” Máximos honores. Ash había empujado al Equipo Saber para mantenerse en la cima durante los últimos tres años : afilando sus especialidades; aprendiendo todas las lecciones que Endless Summer les lanzara; y pensando, moviéndose, y actua ndo juntos como una precisa arma afilada. Solo otros dos equip os estaban cerca del nivel de ellos en las clasificaciones. El Equipo Gladius y Katana. Los máximos honores significarían alardear de derechos y respeto. Significarían que eran los mejo res. Que habían ganado. Por el TEAMCOM, Ash dijo: “O, ¿tienes una dirección para esa explosión?” La luz de estado de Olivia parpadeó roja. “De acuerdo,” dijo Ash, “asumiremos que es artiller ía por ahora.

Page 99: Halo fantasmas de onyx.

No puedo creer que el Teniente Comandante esté usán dola… pero Méndez es otra historia. Si oyen algo, dispérsense, y tomen cobertura.” Cuatro LED verdes se encendieron en su HUD, aceptan do la orden. Ash había leído en alguna parte que nunca oías el p royectil de artillería que te mataba. No tenía el deseo de prob ar personalmente ese mito del campo de batalla. “¿Cuál es el plan para el Equipo Katana y Gladius?” preguntó Mark. “El Equipo Katana tiene a uno caído,” respondió Ash . “Nos centraremos en el más débil de los dos. Encontrarem os…” Otro sonido sordo y la tierra se estremeció. “Más cerca,” susurró Olivia por el TEAMCOM. “Vector norte.” Ash dio un paso fuera del túnel y tomó cobertura al lado de una roca grande. Los otros lo siguieron y sus armaduras SPI se matizaron con el rocoso terreno. Si era otra trampa, entonces probablemente estarían saliendo directos a la línea de fuego de un francotirador. P ero Ash no lo creía. Nadie usaría artillería pesada tan cerca, ni siquiera Méndez. Una explosión como esa no era algo que pudieras sac ar entre brechas y piedras y un par de granadas cegadoras, t ampoco… así que eso eliminaba a los Equipos Katana y Gladius. ¿Entonces qué las estaba produciendo? Cuarenta metros al norte estaba la triple verja que rodeaba a la Zona 67. Un afilado alambre electrificado, sensores de movimiento, y caminos de minas hacían de esa una bu ena barrera. Si hubieran sido presionados, el Equipo Saber la hu biera rodeado… pero no lo hizo. Las órdenes del Teniente Comandante habían sido claras como el cristal: NO PASEN. Conta ría como descalificación instantánea para los máximos honore s. ¿Y qué hay de los demás equipos? ¿Simplemente un sa lto rápido y un movimiento lateral para flanquearlo? No. Ninguno de ellos se arriesgaría a una descalificación. Había una tormenta de polvo tres kilómetros más ade ntro de la Zona 67, una pared de arena, polvo que se arremolin aba… y fuego. Una meseta distante explotó… vaporizada en un hongo de brillante polvo de cuarzo, granizos de piedra, y llamaradas r odantes. Ash se agachó instintivamente, y su interior se est remeció. Había visto grandes explosiones antes. Nada como es o, sin embargo. “Dos kilómetros.” dijo Dante. “Sentí esa en mis hue sos.” Observaron las piedras lloviendo desde el cielo.

Page 100: Halo fantasmas de onyx.

“Unos pocos misiles Archer quizás…” murmuró Mark. Unos puntos se arremolinaban alrededor del borde de la nube de polvo en expansión. Si Ash no supiera tanto hubiera jurado que eran buitres. Pero Onyx no tenía especiales aviares parecidas a rapaces. Ash activó el zoom amplificando la imagen en su HUD . A cinco veces vio que los puntos tenían una simetría de tre s pliegues. Descolgó su rifle de francotirador y se situó tras la mira. Eran drones de algún tipo. Pero no MAKOS del UNSC. Tampoco voladoras Banshee del Covenant. Medían unos pocos m etros de largo. Tres opacos largueros de acero que rodeaban un ojo central, brillando como hierro fundido. Sin propuls ores obvios. Sin cabina. Había una docena de ellos. “Tiene que ser un prototipo experimental.” dijo Dan te. “Puede que la Zona 67 sea un campo de prueba para nuevas a rmas.” “No estarían ‘probando’ una fuerza de destrucción m erecedora de un megatón mientras nosotros estuviéramos tan cerca .” contrarrestó Ash. ¿O era eso parte de la prueba final? ¿Alguna nueva amenaza contra la que los tres escuadrones tendrían que uni rse para derrotarla? Sería el estilo del Jefe Méndez: cambia r las reglas en medio de una prueba. Los drones se alejaron de la meseta atomizada, se a cercaron flotando a la localización del Equipo Saber, parand o justo antes del lado apuesto de la verja de la Zona 67, donde r odearon otra colina. Ash espió el movimiento sobre esa formación. Los ob turadores de un búnker camuflado se abrieron de un salto, y el f uego de una ametralladora acribilló a los drones. Los largueros de los tres drones en la delantera se movieron hacia adelante para formar un liso plano triangular . Una brillante capa dorada estalló en el lugar y balas d e calibre cincuenta impactaron y rebotaron. “¡Escudos de energía!” dijo Dante. “Tiene que ser C ovenant.” Ash a regañadientes estuvo de acuerdo con su evalua ción. No era ningún juego, ninguna prueba de honores finales. La guerra había llegado a Onyx. Transmitió a través de un canal COM abierto: “Curra hee C y C, entrando. Aquí Saber Uno. Tenemos una emergencia.” No hubo respuesta. Su luz de radio estaba verde. Es taba transmitiendo, pero nadie estaba escuchando.

Page 101: Halo fantasmas de onyx.

“Comprobación de radio,” le dijo Ash a su equipo. “ Todos intenten contactar al Teniente Comandante o al Jefe . Intenten levantar al Agincourt, también.” Ash usó su rifle de francotirador y siguió a los dr ones. Los once restantes se alinearon detrás del deformad o para formar un escudo de energía; sus ojos rojos se alinearon y apuntaron directamente a la cima de la meseta. Hombres emergieron del búnker con lanzamisiles M19. Los ojos de los drones brillaron hasta un brillante dorado… la energía se proyectó hacia adelante, golpeando como un estoque. Los hombres y el búnker se agitaron por un momento, estallaron en llamas, y se vaporizaron. La cima de la meseta l uego detonó en una nube de polvo y piedra fundida. La tierra se inclinó y agrietó. El Equipo Saber se retiró hacia el túnel y los escombros llovieron sobre ellos. Ash entrecerró los ojos entre la neblina. Los drones se habían dispersado y seguido adelante, zigzagueando sobre el terreno rocoso: un patrón de búsqueda. Él se movió hacia el extremo opuesto del túnel y ar riesgó otra transmisión COM abierta. “Equipo Katana, Equipo Gladius, actividad Covenant en la Zona 67. Olviden la prueba, chicos. Tenemos una situació n.”

Page 102: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TRECE

0700 HORAS, 31 DE OCTUBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SISTEMA ZETA DORADUS, CERCA DEL CAMPAMENTO CURRAHEE, PLANETA ONYX. Kurt escaneó el horizonte con sus binoculares. Obse rvó el patrón del viento en la copa de los árboles, las aves que habían retomado el vuelo, y un murmullo de humo que serpen teó sobre la canopia. Había problemas en el aire. Desde su posición en la ‘casa del árbol’ él no podí a ver la fuente del disturbio cerca del área de examen de lo s Spartan. La casa del árbol era una plataforma a unos cien me tros del suelo de la selva en los brazos de un titánico árbo l de baniano. Lo único electrónico aquí era la radio y la unidad de proyección de una IA. Todo lo demás era pequeña tecnología: Bi noculares ópticos y telescopios, platos parabólicos de colecc ión de sonido, anticuadas banderas de señales. “¿Qué es lo que el Agincourt a traído?” Él preguntó a Mendez. El jefe Mendez giró hacia Kurt, presionando el auri cular en su oreja. “Un montón de estática. Encontrando interferencia d e banda ancha. Se mueven hacia órbita alta para obtener una imagen limpia.” El Agincourt solo había entregado suministros para la entrante Compañía Delta. Kurt había pedido un poco de asiste ncia basada en observación antes de que rompieran órbita. “Envíe mi agradecimiento al Comandante,” Kurt dijo. La cara del jefe Mendez se oscureció. “se despedaza n.” El proyector de la IA chispeó en vida, y la cálida luz roja del sol se desencadeno y llenó la casa del árbol. Se so lidificó en un alto y valiente Cherokee, llevaba su pecho desn udo, vestía pieles, una lanza emplumada en su masiva mano. Era Endless Summer, la IA de la ONI se situaba en la instalació n ultra segura treinta kilómetros hacia el norte, un lugar que técnicamente ya no existía, era muy secreto. La IA gesticuló hacia Kurt y luego se desvaneció, r eemplazado por el símbolo de un rayo para un comunicado de pri oridad flash del UNSC.

Page 103: Halo fantasmas de onyx.

La IA que había reemplazado a Deep Winter estaba di stanciada, apenas había tolerado a Kurt y a su personal, y nun ca había iniciado una comunicación. Esto significaba problemas. Kurt dio un paso más cerca y escaneó sus biométrico s en el contenedor. Varios archivos fueron emitidos directa mente sobre su retina, un protocolo altamente secreto que dio u n nuevo giro a la fase de seguridad “solo ocular”. Él leyó: Comando Espacial De Las Naciones Unidas Prioridad de Transmisión: FLASH 91762P-06 Código de Encriptación: NEGRO Llave Pública: Archivo / temporal De: NOMBRE CLAVE Endless Summer Para: / Teniente Kurt Ambrose, asistente especial. Comando logístico de Operaciones (NavLogCom), Oficina de In vestigación. UNSCMID: 045888947 Tema: Alerta Estado De Emergencia Clasificación: Restringido (Directiva XXX-XD) / Inicio de protocolo / des-encriptación del archiv o/ TRANSMISIÓN FLASH PARA EL COMANDO Y CONTROL DEL CAMPAMENTO CURRAHEE. ENDLESS SUMMER DIRIGIDO PARA EL TENIENTE COMANDANTE AMBROSE SOLO OCULAR. ZONA 67 BAJO ATAQUE. Por la orden general 98.93.120, estoy autorizado pa ra hacerme cargo de todo el personal militar en Onyx bajo circ unstancia de emergencia. Por este medio ejerzo esa autoridad y o rdeno a todos bajo tu comando para defender inmediatamente la zon a 67 del peligro eminente. Identidad Del Agresor: Desconocida. Origen No human o. ATENCIÓN: Posibles vectores Covenant. ATENCIÓN: Posibles vectores No Covenant. Estás autorizado con palabra clave despejada PATRIO TA-AZUL-SIETE para revisar el siguiente material resumido de vent aja inmediata. Cualquier infracción de confidencialidad de clasificación palabra clave es castigable con pena de muerte según UNSC MIL-JAG 4465/LHG, Artículos de Seguridad de Tiempos De Guerra, y Artículos modificados de las Actas de Seguridad de 2162. /Fin/

Page 104: Halo fantasmas de onyx.

/Archivo adjunto 1 DE 9/ 6 De Mayo De 2491, (Calendario Militar) Reporte de Campo A76344-USNC. ENGCORP Tema: Inspección del Planeta XF-0 63 Reporte Oficial: Capitán D. F. Lambert del UNSC. EN GCORP/ UNSCMID: 03981762 XF-0 63 es la joya rara de un descubrimiento. Hay G AS inerte oxigeno-nitrógeno en la atmósfera a una presión ade cuada y un ciclo moderado de clima. Hay una abundancia sorpren dente de flora y fauna autóctona, lo cual en la investigació n superficial no presenta un peligro. De hecho, presenta especies comestibles. (Ver información adicional para mas detalles.) Posi bles inserciones de especies de la tierra. Anomalías notables: Sin actividad tectónica detecta ble, pero todavía hay un campo magnético planetario extraordi nariamente fuertemente. Ligeramente superior que la radiación normal medida en el ambiente, pero adecuadamente dentro de las no rmas tolerables. Se recomienda reexaminación geológica a dicional. No requiere esfuerzo para construir en la tierra. C olonización Recomendada. /Fin/ /Archivo adjunto 2 DE 9/ 19 De Febrero De 2492, (Calendario Militar) Reporte de Campo A7 90 52-USNC. ENGCORP Tema: Expedición geológica Cuatro, Planeta XF-063 Reporte Oficial: Teniente W. K. Davidson del UNSC. ENGCORP / UNSCMID: 0772 9654 La región norte de la meseta del continente central de la latitud tiene una abundancia de granito y variedade s de cuarzo formando colinas y ALTIPLANICIES. Onyx esta impresi onantemente excavada. Exploración adicional de esta región ha revelado pi edra caliza de orígenes orgánicos, específicamente un antiguo a rrecife de coral con una historia sustanciosa de fósiles. Investigación superficial ha reportado variadas esp ecies aborígenes de origen desconocido, y PHYLUM ENCONTRA DO DE taxonomía POSIBLEMENTE ALIENÍGENA. Recomendación: Inspección de seguimiento. Especiali sta requerido en paleontología y xenobiología y bioquímica.

Page 105: Halo fantasmas de onyx.

/Fin/ /Archivo adjunto 3 de 9/ 3 De Enero De 2511, (Calendario Militar) Orden 178.8.64.007 Tema: Reclasificación de seguridad Emisión Oficial: Contralmirante M. 0. Parangosky, O ficina DE Inteligencia Naval, Sección Tres / UNSCMID: 03659271 Inmediatamente todos los materiales mencionando, es tableciendo referencias, o contenidos en reportes, inspecciones , notas personales y logaritmos, imágenes, o cualquier otro dato relacionado con, para o acerca del catálogo planeta rio. XF-0 63 (también conocido informalmente como ‘Onyx’) por es te medio está reclasificado como SECERTO MÁXIMO, SOLO OCULAR. Purga de la red del sistema UNSC autorizado por la Oficina de Inteligencia Naval (ref No. 0097833), bajo la direc ción de MIL.AI. ID: 477-SSD. /Fin/ /ARCHIVO adjunto 4 DE 9/ 22 De Octubre De 2511, (Calendario Militar) Reporte de Campo de la ONI A84110 Clasificación: SECRETO MÁXIMO, PALABRA CLAVE Tema: Estado de ruinas en la Zona 67 Reporte Oficial: Teniente Comandante J. G. Ortega, Oficina de Inteligencia Naval, Sección Tres / UNSCMID: 7631073 Concerniente a las ruinas alienígenas descubiertas en la Zona 67, continuamos encontrando pruebas de una cultura adelantada con una comprensión superlativa de las matemáticas y la astrogación, Con algunas posibles representaciones artísticas que sugieren una especie viajando por el espacio (v er las imágenes digitales adjuntadas de esculturas de Onyx ). Sus numerosos jeroglíficos, mientras que una compar ación a primera vista con las ANTIGUAS VARIANTES AZTECAS te rrestres, SON, DE HECHO, NADA COMPARADOS CON ESOS EQUIVALENTES NATIVOS de la TIERRA. VARIAS CAPAS DE SIMBOLOGÍA INDICAN UNA A PROXIMACIÓN DIMENSIONAL SUPERIOR EN SU LENGUAJE, SI INCLUSO VER DADERAMENTE PENSARON EN COMO ESCRIBIR O UN LENGUAJE EN CUALQUIER SENTIDO HUMANO. Las continuas traducciones eluden a todos los exper tos, humanos e IA.

Page 106: Halo fantasmas de onyx.

Recomendación: Aumento de financiamiento y excavaci ón indudablemente producirán tecnologías hasta ahora d esconocidas. Nota Adicional: No ha sido descubierta información adicional REFERENTE A LA ESFERA RESPLANDECIENTE DESCUBIERTA POR CADETES de LA COMPAÑÍA BETA. La subsiguiente detonación de la esfera borró todas las pistas de su origen. /Fin/ /Archivo adjunto 5 DE 9/ 2 De Septiembre De 2517, (Calendario Militar) Reporte de campo de la ONI C384409 Clasificación: SECRETO MÁXIMO, PALABRA CLAVE Tema: Estado de ruinas en la Zona 67 Reporte Oficial: Comandante J. G. Ortega, Oficina d e Inteligencia Naval, Sección Tres/ UNSCMID: 7631073 Nuevas Instalaciones se volvieron operacionales a p artir de las 0500 horas de hoy. Las IAs listas están funcionando conjuntamente según las especificaciones con algún éxito preliminar con algunos de los jeroglíficos más simp les. Las continuas excavaciones de millones de pies cúbi cos de tierra en la Zona 67 cede el paso a edificaciones en ruina s, esculturas, y contenedores, pero al igual que con l as otras regiones ningún descubrimiento de algún tipo de tec nológica (o si la hay, entonces carecemos de suficiente compren sión para discernir su función). Esculturas representando a los habitantes de Onyx a ún no encontradas. Como lucen estas criaturas, por el mom ento, permanece siendo un misterio. El personal directivo ahora cree que una catástrofe repentina reclamó a los habitantes de este mundo. Aun es desc onocido si fue patológico, sociológico, o radiológico en el me dio ambiente. Esto, sin embargo, puede explicar los antecedentes de radiación más alto de los niveles normales. Recomendación: Aumentó de personal y financiamiento . Las ruinas son tan extensivas que podría tomar varias eras par a desenterrarlas todas. Este mundo entero puede estar cubierto por ruinas similares. Las nuevas tecnologías ciertament e han debido sobrevivir y deben estar esperando por ser descubie rtas. /Fin/

Page 107: Halo fantasmas de onyx.

/Archivo adjunto 6 DE 9/ 6 De Marzo De 2525, (Calendario Militar) Orden 276.8.91.848 Tema: Financiamiento de la Zona 67 Emisión Oficial: Almirante M. 0. Parangosky, Oficin a de Inteligencia Naval, Sección Tres/ UNSCMID: 03669271 Caballeros, seré breve. Después de casi quince años de continua y costosa investigación sin una sola nueva tecnolog ía útil descubierta, el presupuesto de la iniciativa Onyx h a sido repriorizada. Aunque los artefactos alienígenas y los jeroglífico s continúan siendo de interés, las actividades rebeldes recient es en las colonias exteriores demandan que encaremos la reali dad y reubiquemos nuestra IA y personal militar para cont rarrestar esta nueva amenaza. Onyx debe permanecer confidencial, secreto máximo d e palabra clave. Todos los materiales y archivos han sido red esignados bajo la nomenclatura KING UNDER THE MOUNTAIN (REY B AJO LA MONTAÑA). Según la orden 178.8.64.007 cualquier infracción de confidencialidad de clasificación palabra clave es castigable con la pena de muerte SEGÚN UNSC MIL-JAG 4465/LHG, los Artículos de Secreto en Tiempo De Guerra, y los Artículos enm endados de Seguridad Patria Acta de 2162. Personal mínimo y una IA continuarán investigando l os misterios de la Zona 67. Tal vez encuentren suelo rico en min erales. Mientras tanto, el resto de nosotros tiene una guer ra que luchar. /Fin/ Kurt nunca terminó de leer la transmisión flash de Endless Summer. Una explosión oscureció el horizonte con una nube e n forma de hongo de fuego y polvo, y las páginas holográficas se disolvieron antes de que Kurt pudiera escanear el r esto de los archivos. El proyector crepitó, chispeó, y murió. La inteligencia Endless Summer solo las había envia do a través de su mente. ¿Ruinas alienígenas? ¿Posible invasión Covenant? ¿Qué quiso decir la IA por posibles vectores Covena nt? “Tenemos que salir de aquí,” Kurt dijo. El jefe Mendez continuó mirando la explosión distan te. “Artillería. ¿Tal vez un ataque de cohete?” Kurt analizó la figura de la nube de la explosión. “No, es sumamente asimétrica. Hay florecimientos disparejos de calor. Adivinaría un arma dirigida por energía.”

Page 108: Halo fantasmas de onyx.

El Jefe recogió la radio y otra vez trató de comuni carse con el Agincourt. “Éste es el Campamento Currahee C y C. ¿ Adelante, fuera?” Estática. “Intenta con los escuadrones,” Kurt dijo. Mendez inclinó la cabeza. “Saber, adelante. ¿Katana ? Reporte, éste es el Jefe Mendez. Gladius.” Él dio un clic so bre el micrófono. Esta vez, ni siquiera había estática, só lo aire muerto. “¿Usted piensa” Mendez miró al cielo “que e l Agincourt hizo algo?” El Jefe arrugó sus cejas plateadas a la vez, estaba preocupado. Fue una emoción que Kurt nunca antes había visto en los rasgos del viejo hombre. Otra explosión sacudió la Zona 67. Lo que había sid o una fanfarronada lejana de granito se transformó en una lluvia de polvo desintegrado. “Hemos recibido ordenes de defender la Zona 67,” di jo Kurt. Mendez suspiró y se encogió de hombros. “He traído mi M6.” Él palmeó la funda de su pistola. “Y un cuchillo en mi bota. ¿Usted?” Kurt tendió sus manos. “Debería ser una batalla justa entonces,” Mendez co mentó. Probó la radio otra vez. “Adelante, Saber.” Su voz se filtró a través del parlante, crujiendo c on explosiones y estática. Kurt sacudió su cabeza. “Algo obstruye la transmisi ón. Nuestros Spartans no van a luchar con rondas de aturdimiento y granadas de destello. Se encaminarán a la armería del Campam ento Currahee.” “Tom y Lucy ya deberían estar ahí,” Mendez dijo. Él se movió rápidamente hasta la línea que se extendía desde el techo de la casa del árbol hasta el suelo de la selva. Él agarr ó la línea, se deslizo hacia adelante, y luego saltó sobre el b orde. Para un hombre empujando los sesenta, el Jefe se mo vía como un soldado treinta años más joven. No era la primera v ez que Kurt se había preguntado sobre qué clase de Spartan él h abría sido. Kurt siguió rápidamente hacia la línea, cayendo lib remente por un momento, luego apretando la línea para frenar; A terrizó fuertemente.

Page 109: Halo fantasmas de onyx.

Corrieron hacia el Warthog estacionado en el camino de tierra de la base de la casa del árbol. Kurt se metió en el lado del conductor, y encendió el motor. El vehículo carraspeó en vida y ronroneó. “Ningún daño por pulsos electromagnéticos,” Mendez dijo. “o la bobina habría estado frita.” Fue casi una decepción. Una bomba atómica, Kurt pud o entender. Los materiales fisibles eran usados sólo por el UNS C o los rebeldes… fuerzas humanas. Él hundió hasta el fondo el acelerador y el Warthog derrapó, y luego las llantas se engancharon y colisionaron sob re la carretera de tierra. El día repentinamente se aclaró, y un conjunto adic ional de sombras entrecruzó el suelo de la selva. Kurt desaceleró el Warthog, y contempló el cielo. L a canopia obscureció su vista, así que él cambió de dirección , fuera del camino y condujo en la selva, rebotando sobre las r aíces expuestas, y luego cayendo en las bifurcaciones de ríos gemelos. Aquí Kurt tenía una clara línea de visión hacia el cielo, y él notó que el sol se había movido a una nueva posició n, más baja en el cielo. No, no se había movido. Había dos soles. Este nuevo sol se desvaneció y un anillo de humo se expandió alrededor de su centro. Esta bola de fuego parecía tomar una pausa, y luego se hizo pedazos en una explosión bri llante de metal derretido. En la orbita elevada, el Agincourt explotó.

Page 110: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO CATORCE

0715 HORAS, 31 DE OCTUBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SYSTEMA ZETA DORADUS, CERCA DE LA ZONA 67, PLANETA ONYX. Ash corrió por su vida sobre el suelo rocoso. Él no estaba seguro de cómo el objeto lo rastreaba en su traje S PI, pero lo hacia. Él miró sobre su hombro y vio los tres largueros y el único ojo del drone destellando a la luz del sol. Aceleró y e xaminó rápidamente la tierra en busca del Equipo Saber. “¡Dispérsense!” él ordenó sobre el TEAMCOM. El arma de rayo del drone podría derretir a través de sus armaduras en un parpadeo. Ash no iba a tomar el rie sgo de hacer desaparecer a su escuadrón entero con un solo dispa ro. Mark y Dante rompieron a la izquierda. Holly fue ha cia la derecha. Ash no vio a Olivia; Ella tenía que estar camuflada. Ash decidió correr hacia el frente, esperando atrae r su fuego. Él arriesgó otra mirada hacia atrás: El drone viró a la izquierda detrás de Holly. Ella corrió a toda veloc idad sobre una cuesta. Ash vio que esta cuesta finalizaba en un acantilado escarpado a unos cien metros delante de ella. Cuando ella logra ra llegar, estaría atrapada. Aun si ella saltara, y sobrevivie ra, el drone aún la tendría, para dispararle desde arriba. Ash no dejaría que eso sucediera. Él corrió de regreso. Holly derrapó al detenerse en el borde del acantila do. El drone giró sobre ella, y su esférico ojo central ardió en rojo. Ash disparó su rifle de asalto MA5B. Un dorado escu do translúcido de energía brilló tenuemente alrededor del drone, y la ronda de caucho reboto. El ojo central continuo calentándose. Él no se rendiría tan fácilmente. Esos escudos no eran como los escudos Covenant, inv isible hasta que interactuaran con algún proyectil o energía. As h lo había visto estallar en el lugar justo antes de que su ro nda hubiera

Page 111: Halo fantasmas de onyx.

golpeado. Tenía que probar otra cosa. Ash recogió una roca y la arrojo hacia el drone. No estaba ni cerca de la rapidez de una bala, pero era mucho más pesada. La piedra golpeó, y rebotó en uno de los largueros metálicos, rascándolo. No había escudos esta vez. El drone vaciló, y un largueros miró a medida que a vanzaba dando sacudidas. Ash notó que los tres largueros no estab an conectados a la esfera central. Todos ellos simplemente estaba n flotando ahí. ¿Qué era esta cosa? Se estaba acercando a Holly. Ella le disparó, pero sus escudos chasquearon otra vez, desviando la ronda. Ella miró sobre el borde del acantilado y respiró profundamente. Ella iba a saltar. “De ninguna manera,” Ash susurró. Él agarró un trozo de ónice del tamaño de un puño y lo arrojó con toda su fuerza. Conectó… absolutamente en el centro del esférico y rojo ojo del drone. “¡Sí!” él gritó. El drone giró para confrontar a Ash. Su júbilo instantáneamente se evaporó a medida que el objeto se deslizó hacia él, acelerando. Ash giró y corrió; Él corrió en zigzag hacia la der echa y luego a la izquierda. La tierra estalló. El calor hizo oleaje sobre él, y voló cabeza abajo. Aterrizó de llano sobre su espalda, golpeand o en el último momento para interrumpir la caída. Ash comenzó a rodar, y solo con una leve cojera, él continuó corriendo. Él esperó que los demás escuadrones estuviesen teni endo mejor suerte. Olivia hubiera recogido la señal del equipo Katana. Hubieran reportado que estaban siendo forzados en l a Zona 67. Habían perdido su señal poco tiempo después. Nunca habían obtenido palabra del escuadrón Gladius. Estarían vi vos o muertos.

Page 112: Halo fantasmas de onyx.

Él miró hacia atrás: El drone estaba casi encima de él. Su único ojo se calentó como una ceniza rojo cereza, prepara ndo otra explosión de energía. Adelante había una grieta en la roca, un canal de d os metros que pudo haber sido un río profundo hace un millón de a ños atrás, antes de que este lugar quedara seco. Él corrió a toda velocidad hacia ese lugar y se tir ó de cabeza. El canal era mucho más profundo de lo que él había supuesto. Rebotó de lado contra las paredes y aterrizó diez m etros más al fondo. La sombra del drone relampagueó en lo alto y desapa reció. Ash lentamente se puso en pie, y contuvo su aliento . ¿Lo había perdido? Tal vez después de todo tenían una oportun idad para… El drone reapareció sobre su cabeza. Él podría bajar corriendo por el canal, pero con to das sus contorsiones y sus vueltas, sería lento. Además, no tenía que chocar con su rayo de energía. Un disparó a las par edes y él sería sepultado vivo. Ash estaba atrapado. Así es que él permaneció absolutamente inmóvil… esp erando que sólo pudiera detectar movimiento. El drone descendió en el canal y se detuvo a mitad de camino… mirando directamente hacia el. El ojo resplandeció rojo opaco, calentándose hasta derretirse en dorado. Si Ash no tuviera mejor criterio entonces él diría que la máquina se veía e nojada. Él necesitaba hacerle saber al resto del equipo sab er dónde estaba, o al menos lo que había descubierto. El sil encio de la radio no era de ayuda ahora. Él dio un clic sobre s u COM, y elevó el aumento al máximo. “Sólo rastrean objetos de alta velocidad,” él dijo sobre el COM. El drone vaciló y sus largueros se movieron hacia a dentro y afuera casi como si estuviera… ¿qué? ¿Atenuando su señal? ¿Tratando de oírle? Ash gritó sobre su COM, “¡alto!” Los tres largueros frenaron en el área y el drone f lotó suavemente regresando medio metro. Le había oído. “¿Qué quieres?” dijo Ash. El drone avanzó acercándose lentamente. Sin embargo su voz hizo estallar el parlante de su casco: “JuberFhejelet 'Pnught Juber.” Ash sacudió su cabeza “No entiendo.” Él mantuvo en alto sus

Page 113: Halo fantasmas de onyx.

manos y se encogió de hombros… lo universal de una persona que no sabe que contestar. “¿Fhejelet non sequitur, ahora?” “Recibí eso en parte,” Ash dijo. “¿Non sequitur (Co nclusión errónea)… eso es latín, correcto?” Ash no estaba seguro acerca de lo que era esta cosa , o lo que trataba de decir, pero definitivamente no era Coven ant. El Covenant tenía traductores de lenguaje, y no sonaba n como esto. El Covenant generalmente los usaba sólo para pronun ciar maleficios floridos poco antes de que vaporizaran p lanetas. En este recinto, Ash podía ver la curva inerte de l os largueros del drone, y podía sentir el calor de su ojo. Los d iminutos jeroglíficos dorados brillaron tenuemente alrededor de la esfera, flotando un centímetro fuera de su superfic ie. Ash entrecerró los ojos, pero no pudo distinguir los ca racteres. “Protocolos de seguridad habilitados,” el drone hab ló sobre el COM. “Entendí eso,” Ash contestó. “Sistema ofensivo del anillo activado,” dijo. “Escu do en el modo de cuenta regresiva. Cambia a una contra respuesta apropiada. Reclamador.” “No quiero lastimarte,” Ash intentó. Él no tenía idea de lo que esta cosa quería. “Conclusión errónea,” dijo. “Reclasificación de obj etivos como no Reclamadores. Subespecie nativa. Recopilación pa ra análisis… si no neutralícese como posible vector de infección .” Ash entendió con perfecta claridad ‘Neutralícese’. El drone avanzó, extendiendo sus largueros como una boca abierta. Ash no tenia ideas. Una roca golpeo al drone, un trozo de granito de me dio metro de lado a lado. Rebotó cerca del larguero ventral del drone. El impacto hizo al drone hundirse, pero se recuperó , y sus largueros cambiaron de dirección, su geometría se r eacomodo de tal forma que quedó con la mirada hacia arriba, fij a en el borde del canal. El equipo Saber estaba parado ahí, mirando hacia ab ajo… todos ellos levantando grandes rocas. Dos piedras colisionaron en los largueros del drone , y una se hizo pedazos directamente en su ojo. Se hundió en e l suelo con

Page 114: Halo fantasmas de onyx.

un estruendo, y el ojo esférico caliente resplandec ió al rojo vivo. La tierra alrededor de eso se fundió en vidri o y burbujeó. Una piedra grande que apenas calzaba bien dentro de l conducto rebotó de lado contra las paredes… y aplastó al dro ne. El ojo, aplastado en una forma achatada, crujió y se enfrió hasta volverse rojo y luego negro. El objeto de tres larg ueros de metal se esparció hacia afuera desde debajo de la r oca como una araña aplastada. Ash exhaló, dejó su adrenalina apaciguarse, y trepó fuera del abismo. Mark y Dante le ayudaron a subir. Ellos se habían salvado el uno al otro un centenar de veces antes, pero aquéllos siempre fueron entrenamientos. Incluso bajo condiciones de fuego, nunca había sido como esto. R eal. Ash quiso decirles que eran como hermanos y hermanas pa ra él. Todo lo que él pudo decir sin que su voz se quebrar a fue: “Gracias, chicos.” Holly contestó, “Bien, gracias por ser la carnada.” “Buena invitación usando rocas,” Olivia murmuro. Ash asintió. “Nos hemos puesto bajo cobertura,” él dijo, “de regreso a la selva.” “No, de regreso al campamento,” Mark dijo. “Tomarem os un poco de munición real.” Dante agregó, “Explosivos, también.” Ash vio movimiento en su visión periférica. Tres dr ones más sobrevolaron las mesetas, moviéndose de acá para al lá… buscando.

Page 115: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO QUINCE

0745 HORAS, 31 DE OCTUBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX, CERCA Del CAMPAMENTO CURRAHEE. Kurt frenó el Warthog hasta detenerlo a medio kilóm etro fuera del Campamento Currahee. Una sombra grande cruzó la línea de árboles sobre sus cabezas, y una manada de loros de cola roja alzó el vuelo. Él salió de un salto e indicó a Mendez hacia la mal eza al borde del camino. Se escondieron agachados, y observaron como un drone no tripulado se deslizaba sobre su Warthog y se det uvo. La máquina no era un diseño del UNSC. Podía haber s ido Covenant, pero nunca variaban de su místico, achatado y feo a zul-gris. El objeto flotaba como un susurro silencioso, y eso qu ería decir tecnología antigravitacional… que probablemente lo hacía no humano. Él recordó la transmisión flash de Endless Summer c on un escalofrío. Posibles vectores no Covenant. La geometría del drone cambió de posición: La esfer a en el centro flotó hacia adelante a lo largo de la longit ud de sus largueros laterales. El primer instinto de Kurt fue agarrar su rifle de asalto y disparar. Él tenía una mejor posición de flanqueo. Trató de alcanzar su arma, y luego recordó que no tenían arm as salvo la M6 y el cuchillo del Jefe Mendez. Él decidió ocultarse, era por ahora, la estrategia más atinada. El drone rodeó el Warthog, y luego satisfecho, cont inuó hacia abajo por la carretera de tierra. Kurt esperó hasta que el drone desapareciera en la selva y luego él hizo una seña para que Mendez le siga a través d e los árboles hasta el borde del Campamento Currahee. Trescientos metros de selva habían sido despejados alrededor del campamento moldeando una herradura. Desde el borde de la zona despejada, Kurt vio varios de los drones alienígena s rodeando los edificios y las bases. “Patrones zigzagueantes,” Mendez murmuro. “Buscan a lgo. O a alguien.” Hubo una explosión desde el centro del campamento. No como el estallido de energía que habían presenciado en el c amino. Esto era como el crujido sordo de una granada de fragmen tación.

Page 116: Halo fantasmas de onyx.

Los drones sobre el campamento desaceleraron y camb iaron de dirección, y todos se movieron en la misma direcció n… el cuartel NCO. “Esta es nuestra oportunidad,” Kurt dijo. “Adelante . Corra.” Con los drones distraídos, ellos corrieron a toda v elocidad a través de la zona despejada, se movieron furtivamen te más allá del cuartel de guardia de la entrada, y corrieron h acia los dormitorios de los Spartans. Se metieron debajo del edificio levantado. Las sombras se deslizaron sobre los pasillos y cami nos de grava adyacentes a medida que los drones silenciosamente se deslizaban sobre sus cabezas. Kurt mantuvo levantada una mano hacia Mendez, y vio al hombre mayor cubriendo su boca para amortiguar un jadeo. T anto como él admiraba al Jefe, esa carrera a toda velocidad habí a sacado algo de él. Observaron hasta que hubieran tomado un respiro en las sombras, y corrieron apresuradamente hacia el siguiente edif icio, el cuartel NCO. Kurt divisó la fuente de la distracción de los dron es: Un montón de escombros, tres largueros doblados, y una esfera chamuscada yacía ardiendo lentamente en el patio de análisis d e NCO. Alguien había eliminado a uno de los drones alieníg enas. A través del patio y debajo de la enfermería aparec ió el resplandor rojo de una mira láser… un entrenamiento de Kurt. Él comenzó a contorsionarse hacia un lado. Como cuando una mira que es apuntada hacia ti, tú te mueves. Pero esto no er a una amenaza. Era una señal. Él apuntó y luego Mendez lo vio, también. El láser brilló intermitentemente otra vez y luego parpadeó complet amente. Mendez comenzó a moverse; Kurt comprobó el espacio aéreo, y luego jaló al Jefe contra la pared a medida que otr o drone flotaba sobre sus cabezas. Pasó. Corrieron a la enfermería y se lanzaron abajo . En espera de ellos en las sombras estaban perfectam ente camuflados con manchas de gris moteado: Tom y Lucy en su armadura SPI. Mendez dijo en voz baja, “Ustedes dos son lo mejor que he visto en casi toda la semana.” Kurt sentía lo mismo, pero él no podía darse el luj o de decirlo de esa manera. Él estaba al mando, y eso requería u n cierto distanciamiento, por mucho que a él le importara es tos dos.

Page 117: Halo fantasmas de onyx.

Lucy inclinó la cabeza y tomó posición a lo largo d el borde del edificio, en guardia. “Reporte,” Kurt dijo. “Contamos veintidós drones dentro del perímetro del campamento,” Tom dijo. “¿Algún otro personal del campamento aquí?” Kurt pr eguntó. “No, señor,” Tom contestó. “Todos perdidos… o muert os.” Él respiró profundamente. “Hemos neutralizado a dos dr ones con granadas. Tienen escudos y desvían rondas de asalto y de francotirador. Los proyectiles más lentos no son de sviados. Hemos aprendido eso de una débil transmisión del Eq uipo Saber.” “¿Saber está aquí?” Mendez preguntó. “Negativo, Jefe,” Tom dijo. “Nunca interconectamos con Saber, Katana, o Gladius después de que la Zona 67 se volv iera activa. No hubo transmisiones adicionales después de esa.” Kurt observó la reacción de Mendez. El hombre se ve ía como una roca sólida, y no había huella de la preocupación q ue él había visto antes. Él sabía que podía contar con él, Tom, y Lucy pase lo que pase. “Podemos estar aquí por mucho tiempo,” Kurt les dij o. “Tenemos que aprovechar bien nuestra posición en el Campamen to Currahee. Tom, ve a la armería, recolecta explosivos, cordone s de detonación, cualquier otra cosa que se vea bien. Ol vida la munición, sin embargo, todas las rondas son de atur dimiento. No te sobrecargues.” Tom inclinó la cabeza. “Sí, señor.” “Jefe,” Kurt dijo, “llegue al centro de comando. En cienda los generadores para amplificar el poder y obtener el C OM auxiliar. Podría ser lo suficientemente fuerte para pasar a t ravés de esta interferencia de radio. Envíe una alerta general. R efléjelo entre las antenas direccionales. Podría confundir a estas cosas lo suficiente como para pasar a través de ellos. Ha ga un intento y levante a cualquier sobrevivientes del Agincourt. ” Ambos sabían las probabilidades de que las vainas d e escape estuvieran fuera del rango de esa explosión. Aun as í, tenían que hacer un intento. “Deje una nota,” Kurt continuó, “en caso de que los otros Spartans vengan aquí. Dígales que recojan suministr os y nos encuentren en El Morro Point.” “Sí,” Mendez contestó. Kurt comprobó su reloj, una antigüedad mecánica de cuerda

Page 118: Halo fantasmas de onyx.

automática. “Marque el tiempo como 1045. Lucy y yo recogeremos munición y luego haremos los preparativos para una distracción en una hora. Luego parta rumbo a la selva, y nos en contraremos en El Morro Point.” “Sí, señor,” Tom y Mendez dijeron. Luego avanzaron lentamente hacia lados opuestos de la enfermería, esperaron a que las sombras de los dron es desaparecieran, y luego se lanzaron rodando hacia a fuera. “¿Lucy?” Ella avanzo a rastras desde el otro lado hacia él. “Sígueme.” Él se movió al borde del edificio. Lucy en su armadura SPI se convirtió en su sombra. Kurt apuntó hacia la pequeña casa blanqueada a través del cuadrángulo: L a residencia del Comandante del Campamento donde Kurt había vivi do por los últimos veinte años. Esperaron por largos tres minutos hasta que las som bras de los drones que patrullaban sobre sus cabezas desapareci eran. Él y Lucy entraron en la casa y cerraron la puerta. Kurt nunca la había cerrado, pero ahora, alguna par te de su mente le hizo reflexivamente dar vuelta el diminuto cerrojo en la puerta. La casa era pequeña, tres cuartos comprendidos por una oficina exterior, un área para el inodoro, y litera. Había cuadros enmarcados en la pared de su oficina, una urna grie ga con antiguos luchadores en una alcoba, y un montón de t rabajo de oficina bien arreglado en su escritorio… la recient e orden de implementación para la Compañía de Gamma. Él deseó que hubiera sucedido al inicio de la últim a semana… cuando había trescientos Spartans en Onyx. La situa ción táctica sería muy diferente. Lucy bajó las persianas de bambú, y luego vaciló al lado de los cuadros en la pared. Kurt se unió a ella. Por los últimos cinco años el programa SPARTAN-II había sido públicamente promovido por la Sección Dos para fomentar la moral. Había Spartans en su armadu ra MJOLNIR ayudando a los marines heridos sobre un Pelican, Sp artans rodeados por Elites Covenant caídos, los Spartans s e mantenían en lo alto. Todos héroes. Los SPARTAN-III habían es tudiado a sus legendarios predecesores, sus batallas, y sus tácti cas… aprendiendo de los mejores. Él recorrió con la mirada a Lucy, su expresión ines crutable dentro del reflejo de su casco, y luego él volvió a mirar hacia los cuadros. No había una sola foto de un SPARTAN-I II en la

Page 119: Halo fantasmas de onyx.

pared, en cambio, y ni siquiera una mención pública de sus sacrificios. Y nunca la habría, tampoco. Kurt deseó que hubiera sido diferente, y que él hub iera tomado los pequeños pasos para mejorar a sus Spartans much o antes. El énfasis en su entrenamiento de equipo, los programa s mejorados del sistema de la armadura SPI, las nuevas mutacion es… apenas parecían ser lo suficiente. “Por aquí,” él le dijo a ella, y se volvió hacia la puerta de acero cerca del cuarto de baño. Él palmeo los biomé tricos y permitió unos escáneres facial y de retina sobre su cara. La puerta silenciosamente se abrió y entraron. Las luces fluorescentes titilaron, revelando un cua rto revestido con casilleros de municiones, estantes de rifles, c ajas etiquetadas como SPNKr, y docenas de cartucheras de granada. Las vigas de titanio cruzaban las paredes y el techo, r eforzando el cuarto así podría resistir la explosión directa de una bomba. Él abrió una planta en el techo hacia un gabinete d e armas y le mostró a Lucy el arsenal de rifles, pistolas, y gra nadas Covenant que había adentro. “Comienza a empacar,” él le dijo a ella. “Toma toda la munición. Llena seis bolsas. Toma los SPNKrs, todas las grana das, también.” Ella alargó ambas manos, con las palmas hacia arrib a, e hizo un movimiento hacia arriba y abajo. La señal para ‘pes ado’. “Tendremos que hacer algunos viajes.” Kurt se movió hacia la esquina y se mantuvo ante un cuadrado de dos metros y medio, una caja fuerte de acero inoxid able. Él marcó la combinación y la puerta hizo clic abriéndo se con un siseo a medida que la atmósfera de nitrógeno presur izada se ventilaba. Kurt abrió la pesada puerta de la caja fuerte. Un v erde incandescente impregnó el cuarto. Lucy se congeló con un lanzador SPNKr en una mano, y una pistola de plasma en la otra. Ella se movió como en trance hacia su lado y miró el contenido de la caja fuerte y dejó escapa r un diminuto sonido sofocado de sorpresa. Adentro había una armadura MJOLNIR. Las planchas mu sculares relucían verde fantasmal sobre la capa balística ne gra. Se veía formidable aun estando ahí vacía. La última vez que él la había usado fue cuando habí a dado la bienvenida a los reclutas de la Compañía de Alfa. D esde entonces él rigurosamente había cuidado de ella, y había apr endido todo acerca de su mantenimiento. Sus vainas de fusión ha bían sido reparadas cuando Kurt había sido asignado al recono cimiento de la Estación Delphi, así que tenía suficiente poder para quince

Page 120: Halo fantasmas de onyx.

años de funcionamiento continuo. La armadura MJOLNIR era superior en todos los aspec tos en comparación con el traje SPI. Trayéndola puesta Kur t podría proteger mejor a sus SPARTAN-III, destruiría a esos drones más eficazmente, pero después de décadas de practicar c on los Spartans la importancia del trabajo en equipo, de s er una familia, la armadura MJOLNIR simbólicamente le aisl aría de ellos. Y eso era lo último que él quería. Él jaló un casillero hacia afuera desde la posición debajo del traje y lo abrió. Dentro había un conjunto gris mat e de una armadura de Infiltración Semi-Powered. Él se quitó sus botas y se puso las polainas. Lucy apuntó hacia la armadura MJOLNIR, y luego a Ku rt. “No,” él dijo. “Eso ya no es lo que soy. Soy uno de ustedes.”

Page 121: Halo fantasmas de onyx.

SECCIÓN IV

DOCTORA CATHERINE HALSEY

Page 122: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO DIECISÉIS

FECHA [ERROR] ANOMALÍA \ RANGO ESTIMADO 15 DE SEPTIEMBRE - 20 DE DICIEMBRES DE 2552(CALENDARIO MILITAR) \ A BORDO DE LA DECOMISADA NAVE DEL UNSC CLASE CHIROPTERA BEATRICE (REGISTRADA ILEGALMENTE), EN SLIPSPACE, LOCALIZACIÓN DESCONOCIDA. La Doctora Halsey alineó su cabello gris, alisó su andrajoso delantal de laboratorio, y luego se puso sus guante s y su delantal para protegerse de las partículas alfas y beta emitidas desde la matriz de aceleración. Alrededor yacían pa neles desarmados y blindajes contra la radiación de los m otores transluz Shaw-Fujikawa de la nave. Ella delicadamente condujo el spork que había confiscado de la cocina de la nave Beatrice a través del enredo de e lectrónica. Ella deslizó el borde del utensilio dentro de la ra nura del diminuto tornillo sobre el súper-enfriado imán supe rconductor. Ella recomprobó los cálculos en su cabeza. Dos milí metros, tres vueltas, debería hacerlo. La Doctora Halsey giro y aflojó el tornillo. La inc andescencia del arco iris emitido desde la matriz se intensific ó, y lágrimas titilaron desde sus ojos. Las chispas bailaron fuer a de las planchas de metal y formaron arcos entre las column as de titanio. Ella echo una mirada a través de la puerta abierta del puente. El monitor de ingeniería mostró un aumento de 32 po r ciento en el poder de la bobina. Aceptable. Ella reemplazó los paneles de acceso del núcleo del Shaw-Fujikawa y descendió al piso. Sesenta años atrás cuando los primeros impulsores S haw-Fujikawa habían sido instalados en una nave espacial como és ta, los técnicos tenían que realizar ajustes manuales todo el tiempo. Los campos magnéticos que alineaban las bobinas de aceleración derivaban de fase cuando efectuaban una transición hacia espacio Slipstream, donde las leyes de la física sólo ocasi onalmente trabajaban como uno esperaba. Ninguno de los contro les computadorizados eran usados; La electrónica siempr e funcionaba mal cerca del núcleo. Por supuesto, muchos de esos técnicos habían muerto o misteriosamente habían desaparecido. La Doctora Halsey había considerado retirarse del S lipspace y energizar la nave clase Chiroptera para hacer el aj uste. Habría sido más seguro, pero aquella primera activación de l motor Shaw-Fujikawa casi había ocasionado una sobrecarga de la bobina. Ella no sabía si podría dar otro salto en la pequeña nav e.

Page 123: Halo fantasmas de onyx.

Ella secó el sudor de su cara y luego revisó sus si gnos vitales. Ella vivía, al menos, por los siguientes momentos. Ella apartó con la mano el mamparo y floto libremen te sobre el puente. El centro de comando del Beatrice había sido diseña do, mejor dicho había sido rediseñado, por su anterior dueño, el Gobernador rebelde Jacob Jiles, para la comodidad e n vez de la eficiencia. Cada superficie salvo los monitores est aban curvados y acolchadados con piel de cordero color crema. La silla del capitán tenía controles de masaje y de temperatura… incluso una función ridícula: Un posa taza. La Doctora Halsey chequeo a Kelly. Ella la había at ado en la silla del segundo oficial para seguirla desde la di stancia. Una línea corrió dentro de una terminal de entrada en e l acoplamiento interior del codo de su armadura MJOLN IR, bombeaba esteroides dermacortic para ayudarle a regenerar la s quemaduras que cubrían el 72 por ciento de su cuerpo… y bastan tes sedantes narcolytive para dejarla inconsciente durante el ti empo que necesitara. “Lo siento, nunca habrías venido por ti misma,” ell a dijo. “los Spartans son atraídos por las misiones suicidas com o las polillas por las llamas. Pero esto es mucho más imp ortante que cualquier solución militar.” La Doctora Halsey se empujó hacia fuera y fue a la deriva hacia la computadora de control del Beatrice. Su computad ora portátil formaba parte del puerto de la multiinterfaz, y los protocolos de infiltración casi habían terminado de borrar los cierres patronales de seguridad primitivos de la nave. Ella tapo un emparedado de cristal de memoria y pro cesadores elevadores de potencia dentro de su computadora por tátil. Estos componentes se los había apropiado de lo que quedó del núcleo de la IA Gutted del Gettysburg. Ella luego extrajo un chip de su delantal de labora torio. Esto no se encontraba en el Gettysburg. Ella cautelosame nte colocó el chip en el puerto auxiliar del lector de su computa dora portátil. Una chispa diminuta iluminó y se elevó de su computadora en una proyección holográfica de dos ce ntímetros. “Buenas tardes, Jerrod.” “Buenas tardes, Doctora Halsey,” la chispa contestó con una formal voz británica. “Aunque técnicamente según mi cronómetro interno es la mañana.” “Ha habido algunas anomalías temporales desde nuest ra última charla,” ella dijo. “¿Ciertamente? Estoy deseando la explicación, señor a.” “Entonces lo haré,” ella murmuró.

Page 124: Halo fantasmas de onyx.

Después de que un artefacto alienígena hubiera dist orsionado el espacio-tiempo y un combate en un espacio Slipstrea m corrompido. La Doctora Halsey no estaba precisamente segura sob re en qué línea de tiempo debía estar. Las paradojas cuántica s esta vez parecían un ejercicio mental arcaico y curiosamente ahora era una parte de su realidad. “¿Cómo puedo ser de ayuda?” Jerrod preguntó. La Doctora Halsey sonrió a la IA. Aunque ella a men udo pensaba en Jerrod como un juguete, era una micro IA Complet amente funcional. El experimento había sido inicialmente p ara ver cuánto tiempo una IA lista duraría creciendo en una matriz estrecha de procesadores de memoria. Los teóricos d el Instituto de Intelecto Sintético de Sydney calcularon su dura ción de vida en solo unos pocos días. Jerrod, sin embargo, había engañado a los expertos en el ‘S.I doble’. Rápidamente había c recido, pero entonces se estabilizo dentro de su celda de crista l de procesadores de memoria. Jerrod nunca sería una décima parte tan brillante c omo una IA realmente ‘lista’ como Cortana, ni aun listo como u na IA ‘inferior’ tradicional de proporciones ilimitadas. Pero él tenía un poco de creatividad y valor, y a pesar del perso naje congestionado de mayordomo que él había adoptado, a ella le gustaba. Jerrod tenía otro rasgo excepcionalmente satisfacto rio para los propósitos de la Doctora Halsey: La portabilidad. O tras IAs requerían un instituto, una nave estelar, o en lo m ínimo un conjunto completo de una armadura MJOLNIR para func ionar. “Diagnostica los sistemas del Beatrice, por favor,” La Doctora Halsey dijo. “Luego correlaciona los datos descarga dos desde el núcleo de memoria de Cortana y prepáralos para un a nálisis. Ejecuta una búsqueda en la base de datos de coorden adas estelares de ingreso en el sistema de navegación; E xpande los parámetros de búsqueda dentro de cinco años luz del origen.” “Un momento, señora. Solamente tengo que quitar el polvo de los viejos circuitos. Trabajando…” “Y un poco de Debussy, por favor,” ella dijo. “Les Sons et equal les fums tournent dans l'air du soir.” La mota de luz de Jerrod se encogió en una punta de alfiler brillante a medida que él empujó sus habilidades pr ocesadoras. Después de cinco segundos, las caprichosas notas de piano complacieron a través de los parlantes del puente. “Hecho,” Jerrod contestó, sonando casi sin aliento. “Correlaciona los registros de misión de Cortana” La Doctora Halsey le había asignado a Cortana el re gistro de misión cuando ella había estado en el Gettysburg. E lla había

Page 125: Halo fantasmas de onyx.

accedido y borrado una porción de la memoria de la IA que involucraba al Sargento Johnson. En el momento, tam bién le pareció lógico descargar un resumen muy breve de to do sobre ella y John. La voz de Cortana narró un show de imágenes. La Doc tora Halsey vio a John y a la tripulación del Pillar of Autumn oponerse al Covenant en el artefacto alienígena, en el anillo, y luego presenció al horrífico Flood a medida que infestaba los cuerpos humanos y alienígenas. Ella cerró sus ojos a medida que algo similar al Capitán Keyes se destruía. “Descansa tranquilamente, viejo amigo,” ella murmur ó. “Limítate solo a las referencias de entradas Forerunner,” ell a dijo a Jerrod. La Doctora Halsey escuchó a Cortana y a la intelige ncia artificial Forerunner, Guilty Spark, discutiendo… h asta que revelaron el propósito verdadero de la construcción Halo: La exterminación de toda vida en la galaxia “No es extraño que el Covenant esté tan interesado en estos artefactos,” ella dijo. “¿Señora?” “Nada, Jerrod.” Ella ahora también entendió el interés del Coronel Ackerson. La Doctora Halsey se había tomado la libertad de ro bar los archivos altamente secretos del Coronel Ackerson en Reach antes de que el Covenant destruyera la instalación. En un archivo designado ‘King Under the Mountain’ (Rey Bajo la Mo pntaña) allí había datos de las piedras reensambladas de los jer oglíficos encontrados en Cote d'Azure en el Sistema Sigma Oct anus, y las coordenadas descubiertas que habían apuntado hacia las ruinas alienígenas en Reach bajo la Base Castillo. ¿Era esto una carrera armamentista por la tecnologí a Forerunner? La última migaja de pan en este largo sendero fue u na carpeta codificada en los archivos secretos de Ackerson, lo único designado como ‘S-III’. En esa carpeta había extensos registros médicos sob re sus SPARTAN-II. Como si Ackerson los estudiara. Había o tra referencia: ‘CPOMZ’ y la larga serie alfanumérica 5 12 que representaba viejas coordenadas celestiales. Ella introdujo la serie. “Exhibe todos los datos sobre objetos estelares en estas coordenadas.” “Este sistema de coordenadas es arcaico, Doctora,” Jerrod dijo. “No es usado desde la exploración tripulada extraso lar del

Page 126: Halo fantasmas de onyx.

espacio.” Él hizo una pausa. “cae fuera del espacio controlado por el UNSC.” “Es la mayoría del espacio, Jerrod. Muéstrame.” Una pelota resplandeciente de oro blanco apareció e n el monitor, con un análisis espectroscópico, y una lista de pla netas cercanos. Allí era para nada habitable: Pelotas de hielo y gigantes gaseosos. “El sistema Zeta Doradus,” Jerrod comentó. “Hay una falta peculiar de datos.” ¿Indicando algo escondido? La Doctora Halsey se hab ría jugado el todo por el todo a que había algo aquí. ‘S-III’ de Ackerson. Ésta era una referencia obvia para SPARTAN-III. ¿Qué más podría ser con todo los datos biomédi cos Spartan que él había acumulado en esa carpeta? La pista con firmativa fue ‘CPOMZ’ referencia atribuida para las coordenadas c elestiales… Chief Petty Officer Franklin Mendez, el hombre que había entrenado a sus SPARTAN-IIS. Desde que Ackerson no pudo arruinar su programa Spa rtan, ¿él había financiado y había reclutado a los entrenador es para el suyo? La pasmó pensar qué atajos él pudo haber toma do… y lo que él podría estar haciendo con su ejército privado de Spartans. Ella miró hacia la forma inconsciente de Kelly. La Doctora Halsey no podía salvar a sus Spartans, ellos ya est aban instruidos y en las líneas del frente… pero ella po dría hacer algo al respecto de estos nuevos, hasta ahora teóri cos, SPARTAN-III. La Doctora Halsey se estableció en la silla acolcha do del capitán. “Monitores Fuera, Jerrod.” Los monitores se apagaron. Ella miró a través de sus ojos cerrados. Ella había traicionado a todos, a John y al Almirante Whitcomb, los había abandonado, y había robado esta nave para perseguir ¿qué? ¿Gansos salvajes? ¿Por qué? “Luces,” ella dijo a Jerrod. “Despiértame en seis h oras.” “Sí, señora.” Las luces oscurecieron y sólo los LED s de la estación de navegación brillaron. La Doctora Halsey no quiso pensar ‘por qué,’ pero l a desagradable verdad no se iría: La raza humana conf rontaba la extinción. Ella había pensado que la lucha contra el Covenant había sido bastante mala, pero ahora sabían la posición de la Tierra. El

Page 127: Halo fantasmas de onyx.

mundo hogar de la humanidad había resistido siglos de intentos de autodestrucción, pero pronto los alienígenas acu mularían una flota y pondría en discusión todas sus luchas. Para esto, ella factorizó la horrífica arma Forerun ner. Halo, que podría aniquilar toda vida a todo lo largo de l a galaxia. Y entonces allí estaba el Flood, un parásito de pes adilla que puedo o no haber escapado de la construcción Halo, un organismo al que incluso los Forerunners habían temido. Su conclusión fue irrefutable. El UNSC, sus Spartans, toda la gente que ella admir aba, lucharía contra lo inevitable. Era instinto humano. Pero est aban equivocados. Nunca podrían ganar esta guerra. Ellos sólo podrían sobrevivir a eso. Y luego, sólo si eran muy afortun ados. Entonces dependía de ella tomar la única acción lóg ica: Correr. John y los otros Spartans nunca volverían la espald a a una batalla, pero ella podría convencer a estos otros S partans, engañarlos si era necesario, en sobrevivir. Eran la última oportunidad de la humanidad para res istir la oscuridad entrante. La Doctora Halsey se despertó con un arranque. “Tiempo, Jerrod. Y las luces, por favor.” Las luces en el puente calentaron a media intensida d. “Son cinco horas cincuenta y siete minutos desde nu estra última conversación. Doctora. Estaba a punto de despertarl e. Estamos cerca de nuestro destino.” La Doctora Halsey agarró su bolso médico y registró su contenido. Ella encontró una jeringa de narcolytic metabolase, una enzima que consumiría todos los agentes analgés icos en el flujo sanguíneo de Kelly. Ella sacó la línea del pu erto de su armadura MJOLNIR e inyectó la droga. “Des-energizando los motores transluz Shaw Fujikawa ,” Jerrod dijo. “calculado vector de salida.” Las matemáticas pasaron a través de los monitores. “Muy bien,” la Doctora Halsey dijo, analizando sus ecuaciones. “Pero el punto en el plano imaginario debería estar aquí.” Ella tocó la pantalla. “De ese modo recuperaríamos la en ergía del acelerador de partículas en las bobinas de plasma.” “Sí, Doctora, pero hay un riesgo que implica la sob recarga de la

Page 128: Halo fantasmas de onyx.

bobina.” “Que está bien dentro de los límites operacionales de ésta nave,” ella contrarrestó. “Por favor altera el vect or de salida.” “Por supuesto. Doctora.” Había un poco de disgusto en la voz de Jerrod. Una leve náusea pasó a través de la Doctora Halsey a medida que el Beatrice efectuó una transición desde espacio Sl ipstream a universo normal. Las estrellas chasquearon en los monitores, y un di sco dorado del tamaño de un antiguo centavo brilló tenuemente en el monitor central. “Estamos aproximadamente a doscientos millones de k ilómetros del centro del sistema de las coordenadas estelares pro vistas,” Jerrod reportó. “Busca planetas en la zona habitable,” ella dijo. “Doctora, tenemos un reconocimiento completo del si stema en los archivos.” “Míralos,” La Doctora Halsey ordenó. “Sí, señora.” Kelly se movió, sacudió su cabeza… luego tan rápido como un relámpago ella rasgó sus cadenas, engancho un pie a lrededor de la base de la silla, y mantuvo firme ambas manos, l a posición de la cobra, lista para luchar. “En descanso, Spartan,” La Doctora Halsey dijo. “Tú estás conmigo. A salvo.” “Fui drogada.” Kelly miró alrededor del puente; Sus manos descendieron un poco, pero no completamente. “Correcto. La última etapa del tratamiento de ester oides dermacortic es excesivamente estimulante. Habría si do desagradable para ti.” Esto era, por supuesto, indu dable, pero eso no era nada que un Spartan no pudiera haber sop ortado. “¿Dónde estamos?” “En la nave del Gobernador Jiles. Nos hemos apropia do de esto para una nueva misión.” “¿John y el Almirante Whitcomb?” Kelly dejó caer su s manos. “Ellos lo saben,” La Doctora Halsey dijo. Además té cnicamente no era una mentira. Ellos indudablemente sabían que la Doctora Halsey había secuestrado a uno de sus Spartans y ha bía robado

Page 129: Halo fantasmas de onyx.

esta nave. Kelly levantó su cabeza. “Doctora, esto es altamente irregular. Hay una estr icta cadena de mando, protocolos para…" “Loa cuáles fueron seguidos,” La Doctora Halsey le aseguró. “El desarrollo de Los nuevos acontecidos ocurrieron mie ntras tú estabas inconsciente.” Fue imposible leer la expresión de Kelly detrás del HUD polarizado de su armadura MJOLNIR. Ella miró, sin e mbargo, hacia la Doctora Halsey, poco convencida. “Planeta anormal encontrado,” Jerrod anunció. Sobre el monitor un mundo que se veía como una esfe ra de color turquesa apareció. “Planea el curso y muévenos hacia eso a media veloc idad.” “Respondiendo a media velocidad. Doctora.” “Señora,” Kelly dijo y se movió más cerca. “Usted t endrá que explicarme. Pensé que estábamos camino a la Tierra para advertirles sobre el Covenant.” “¡Advertencia de proximidad!” Jerrod dijo. “Naves e ntrantes. La configuración no corresponde ni al UNSC ni a los pe rfiles Covenant.” Sobre el monitor una silueta apareció en el radar: Una extraña simetría de tres lóbulos. Las imágenes termales rev elaron un cuerpo negro con una esfera central emitiendo radia ción de seis mil grados kelvin. “¿Qué es eso?” Kelly murmuró. “Que son ellos,” Jerrod corrigió. “Detectando tresc ientos doce de estas naves. En un curso de intercepción. Los ve ctores sugieren un patrón de ataque.”

Page 130: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO DIECISIETE

1000 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SISTEMA ZETA DORADUS, CERCA DEl PLANETA ONYX \ A BORDO DE LA DECOMISADA NAVE DEL UNSC CLASE CHIROPTERA BEATRICE (REGISTRADA ILEGALMENTE). La Doctora Halsey examinó los múltiples contactos e n la pantalla del radar. Le recordaron un enjambre de avispas eno jadas. “Trescientos,” ella murmuró. “Trescientos doce,” Jerrod corrigió. La Doctora Halsey golpeó ligeramente su labio infer ior con su pulgar, pensando. “No podemos luchar.” Kelly movió su cabeza desde la pantalla del radar h acia la Doctora Halsey. “Tenemos que intentarlo” Ella miró alrededor del pu ente. “¿La estación de armas?” “Jerrod,” La Doctora Halsey dijo, “muéstrame todos los datos sobre ese planeta anormal.” “Doctora Halsey,” Kelly insistió. “¿Armas?” “Esta nave no tiene armas,” ella contestó. Kelly se movió de estación en estación, sin aceptar lo. Como un Spartan ella había tenido toda una vida de entrenam iento que le exigía tomar acción, disparar un arma, confrontar a sus enemigos; Ella no estaba entrenada para sentarse y observar. En el monitor de navegación un planeta verde-azul a pareció así como también datos en su órbita y una atmósfera esp ectroscópica anormal. “Ese es nuestro objetivo,” La Doctora Halsey dijo. “La atmósfera y la gravedad es como la de la tierra. Los infrarro jos sugieren que existe vegetación. ¿Un planeta inhabitable habi tado tan cerca del espacio del UNSC? Algo improbable… o más probable, un secreto muy bien cuidado.” Ella toco el monitor. El planeta se encogió y una l una plateada como una pelota de hielo fue a la deriva a las dos en punto. La posición relativa del Beatrice apareció… también la flota de naves interceptoras entre ellos y el planeta.

Page 131: Halo fantasmas de onyx.

“¿Qué puedo hacer?” Kelly dijo. “Colócate el cinturón y mantente preparada,” La Doc tora Halsey dijo. “te necesitaré en tres minutos.” “Sí, señora.” Kelly se deslizó en la silla del segu ndo oficial, se puso rápidamente el cinturón, y lo apretó. “Parámetros del motor en esta pantalla,” La Doctora Halsey dijo, y observo el monitor sobre su izquierda. Los diagra mas termodinámicos de las bobinas de plasma brillaron intermitentemente en línea. “Lo bueno es que retuvi mos la energía de la transición Slipspace.” “Sí, Doctora,” Jerrod contestó. Su punto de luz hol ográfico se oscureció como si estuviera avergonzado. “Sin ident ificar las nave cercanas. Noventa mil kilómetros. Aumentando l a aceleración.” Ella se puso el cinturón de la silla del capitán. “ Ve al curso cuarenta y cinco por cuarenta y cinco.” “Sí,” Jerrod dijo. El Beatrice se inclinó y los mot ores crepitaron con la alineación abrasiva. “Curso corre gido.” La Doctora Halsey analizó las bobinas de plasma. Mi entras el resto de la nave era una antigüedad, las bobinas er an casi nuevas, robadas, parecían, de un remolcador clase B ehemoth (Colosal). Al parecer el Gobernador Jiles era sólo la mitad de tonto de lo que ella había creído. “Inicia una sobrecarga de un ciento veinte por cien to en la pre-bobina,” La Doctora Halsey dijo a Jerrod. Kelly se inquietó; Apretó sus guantes fuertemente e n un par de puños. “No podemos pelear,” La Doctora Halsey se aclaró. “ Ni soy una décima parte de astro navegador de lo que fue el Ca pitán Keyes.” “Sobrecarga en tres segundos,” Jerrod anunció. “Que sólo nos deja una opción: Correr como un demon io.” El Beatrice retumbó y saltó hacia adelante. La Doctora Halsey fue impulsada hacia su asiento. “Las naves de persecución están acelerando para int erceptarnos," Jerrod le informó. “Mantén el curso,” La Doctora Halsey dijo con un es fuerzo. La luna se agrandó en el monitor central. “Temo que no tuve oportunidad para comprobar dos ve ces la trayectoria,” La Doctora Halsey dijo a Kelly a trav és de sus

Page 132: Halo fantasmas de onyx.

dientes apretados. “es mi mejor suposición.” “Es muy precisa, señora,” Jerrod intervino en la co nversación. “No podré sobrevivir a la aceleración,” La Doctora Halsey dijo, ahora respirando con un esfuerzo excesivo. “Yo segu ramente no permaneceré consciente. Debes aterrizar la nave. En cuentra a los demás.” Ella hizo una pausa, jadeando. “Programando reingreso.” “¿Qué otros?” Kelly preguntó. “Aguijones de energía,” Jerrod dijo. Los núcleos ce ntrales de los vehículos de persecución ahora emitían radiació n desde su fuselaje negro equivalente a quince mil grados Kelv in.” La Doctora Halsey recomprobó el esquema del motor c on un dedo tembloroso. “Incrementa la potencia de salida al propulsor por ciento sesenta por ciento.” “Sí, señora.” La sección de popa del Beatrice tembló y el metal g imió por la tensión dispareja. La región en penumbra de la luna del planeta aparec ió en el monitor con cañones de hielo azul y géiseres de met ano. “Ve a popa,” La Doctora Halsey respiró. Las esquina s de su visión se nublaron. El monitor cambio. En el negro espacio, las puntas blancas centellearon y lanzas de energía acuchillaron a tra vés de la oscuridad. Kelly agarró los lados de su silla con tal fuerza q ue el metal se dobló. “Inicia el movimiento,” La Doctora Halsey murmuró. “Dos radianes por segundo.” El Beatrice giró. Los haces entrantes eran brillant es como llamaradas solares, y el alimentador de vídeo se de formo cromáticamente a medida que se aproximaban… luego p asaron. “¡Fallaron!” Kelly casi saltó fuera de su cinturón. El corazón de la Doctora Halsey golpeó en su gargan ta. Ella cerró sus ojos y golpeó ligeramente en los comandos . Era demasiado difícil hablar ahora, pero sus dedos sabí an qué hacer. Ella programó los retrasos por la abrasión, su mejo r suposición en cuánto a la sobrecarga que las bobinas de plasma podrían resistir, calculó ángulos de reingreso, y aunque el la no creía en Dios, ella rezó… a alguien.

Page 133: Halo fantasmas de onyx.

Cuando ella reabrió sus ojos, ella no podía ver. La sangre cubría sus órganos centrales, desaviando oxígeno de sde su cerebro. En su teclado pequeño ella presionó Enter. “Ese es un curso de acción poco aconsejable. Doctor a,” Jerrod dijo. “Kelly,” La Doctora Halsey murmuró. “Encuéntralos. Sálvalos.”

Page 134: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO DIECIOCHO

1020 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SISTEMA ZETA DORADUS, VECTOR ORBITAL DE ENTRADA SOBRE EL PLANETA ONYX \ A BORDO DE LA DECOMISADA NAVE DEL UNSC CLASE CHIROPTERA BEATRICE (REGISTADA ILEGALMENTE). Kelly desabrochó su cinturón y chequeó a la Doctora Halsey. Ella respiraba, pero sin un traje presurizado la acelera ción había sido demasiado para ella. La frustración poco familiar recorrió a través de K elly. Ella estaba resentida por no haber sido instruida previa mente acerca de esta nueva misión, siendo empujada en medio de u n conflicto del que nada sabia, y lo peor de todo… no tenía med ios para pelear. Pero tal vez había ocurrido demasiado rápido para q ue John y los demás la despertaran. Todo había ocurrido demasiado rápido desde la caída de Reach. No obstante, algo no tenía senti do. Kelly comprendió, sin embargo, que no obtendría alg una respuesta de la Doctora Halsey en un futuro cercano, asumiend o que cualquiera de ellas tuviera futuro. Lo primero de todo. Localiza a tu enemigo. “¿Actualiza sobre la persecución?” Kelly preguntó a la AI. La diminuta chispa holográfica contestó, “Desde nue stra posición emergente en el lado lejano del satélite, ahora sól o detecto ciento cuarenta y siete naves. Dos minutos hasta qu e nuevamente estén dentro del rango de armas.” “¿Sólo ciento cuarenta y siete?” Kelly susurró. “Un golpe de suerte para nosotros.” Un planeta verde-azul apareció en el centro del mon itor. “¿Cual fue la última corrección de curso de la Doct ora Halsey?” “Una inserción planetaria,” la IA dijo. El Beatrice tembló. Un siseo crujiente fue emitido desde la sala de máquinas, luego otro desde el ala de babor. La t emperatura descendió veinte grados. “Pérdida de presión en la cabina de doce por ciento por minuto,”

Page 135: Halo fantasmas de onyx.

la IA reportó. “No podemos introducirnos a esta velocidad,” Kelly dijo. “Las únicas cosas que reingresan así de rápido y tocan l a tierra son los meteoritos.” “Sólo estas parcialmente en lo correcto, Spartan-08 7,” la IA dijo. “Las últimas instrucciones de la Doctora Hals ey fue solucionar esa parte del problema, al menos en teor ía.” “Explícame.” La nave giró 180 grados y su nariz apunto hacia arr iba. “El cálculo de la Doctora Halsey es para un contra empuje. Estoy a punto de iniciar una sobrecarga de las bobinas. P ero esto es sólo una operación teórica a medida que sobrepasa e l diseño de salida de la bobina en un doscientos cuarenta por c iento.” Los vestigios de calor sobre el monitor se rizaron. Largas estelas de humo aparecieron. “Entrando en la atmósfera superior, y…” La AI hizo una pausa. “Alerta. Una transmisión débil entrando en la E-Ban d.” La E-Band era el canal de emisión de emergencias de l UNSC. “Adelante audio, rápido,” Kelly dijo. Hubo un baño de estática y luego: “…es el código ge neral automatizado de urgencia Flecha Sangrienta. Todo el personal del UNSC tenga cuidado y prepárense para el combate. Es tamos bajo ataque y req…” Se desvaneció en un ruido limpio. Kelly habría conocido la voz en cualquier parte. Er a el hombre que la había hecho a ella y a cada Spartan lo que e ran: El Chief Petty Officer Mendez. El código Flecha Sangrienta era usado sólo cuando t odas las posiciones amigables habían sido invadidas por fuer zas enemigas. Una derrota completa y total. La interpretación más probable era una invasión Covenant. “Advertencia. Siguiendo naves en el rango de armas en siete segundos,” La IA le informó. Chispas aparecieron en el azul oscuro del espacio. “Púas de energía detectadas des de múltiples fuentes de energía.” “Confirma, que no hay armas en ésta nave,” Kelly di jo. “Confirmado,” la IA contestó. ¿Por qué la Doctora Halsey Tomaría una nave sin arm as para una misión tan peligrosa?

Page 136: Halo fantasmas de onyx.

“Inicia maniobras evasivas,” Kelly ordenó a la IA. “Poco aconsejable. Con los ajustes precarios del pr opulsor apenas puedo mantener un descenso estable. Un giro ocasionaría una caída irrecobrable.” Florecimientos de calor aparecieron sobre la cámara de popa, haciendo que fluctuara la creciente persecución de la nave. Otro temblor recorrió todo el casco, continuó, y se inte nsificó. “Descargas de energía desde la nave perseguidora,” la IA dijo. Llamaradas doradas se encendieron en la pantalla. H aces centelleantes se extendieron entre la nave alieníge na y el Beatrice. Blancos muy fáciles y peces en un barril eran las f rases que a Fred le gustaba usar. Ella podría saltar. Kelly y los otros Spartans del Equipo Rojo habían sobrevivido a un salto a gran altura hacia a fuera de un Pelican… pero no era como esto. El Beatrice estaba en medio de la órbita. A alta velocidad, su armadura MJOLNIR po dría sobrevivir a la turbulencia y al calor… pero en el interior, ella sería comprimida y asada. Kelly recorrió con la mirada a la Doctora Halsey. N o había forma de que la Doctora Halsey pudiera saltar. Ella tendría que tomar los riesgos y quedarse. Trep o de vuelta a la silla del segundo oficial, abrochó su cinturón, y agarró los brazos. Un entrecruzamiento de haces de energía nublo el fr ente de las cámaras. La turbulencia acalorada fue una neblina d e caos, humo, y aire hirviendo. Dispersión Óptica. “Retrasa la maniobra de frenado.” “Poco aconsejable. Si no desaceleramos, entonces el Beatrice deambulara hacia arriba.” “Eso es con lo que cuento,” Kelly dijo. “Espera, tr es segundos.” La IA lo consideró, su luz parpadeo rápidamente. “E ntendido. Recalculando retardo de salida de la energía.” La energía de las armas alienígenas se distorsionar on, refractaron por la caótica turbulencia progresiva h asta que se desenfocó en docenas de haces más débiles… y luego se desintegró en la bola de fuego dejada por la estela del Beatri ce. “Dirige las emisiones de cohesión cerca de cero,” l a IA anunció. La temperatura dentro de la nave brincó a cuarenta grados centígrados, y Kelly escuchó un sonido metálico a t odo lo largo de la armadura.

Page 137: Halo fantasmas de onyx.

“Iniciando contra empuje ahora,” la IA dijo. Kelly se sujetó. Una explosión sonó en el compartimiento popa. Kelly fue tirada hacia atrás y la silla del segundo oficial, no dise ñada para sujetar media tonelada de un Spartan y su armadura MJOLNIR, se rompió completamente desde su base. Ella se desplomó, chocó violentamente contra el mam paro entre el puente y la sala de máquinas, ocasionando una aboll adura en el mamparo. El motor chilló con ultra sonidos y sacudió la nave violentamente, la visión de Kelly se nubló. Un cruj ido se propagó desde la columna vertebral del casco, micro fracturas por la fatiga, y un estallido y una rotura provino del ala de babor. Los motores cesaron y la desaceleración aplastante se moderó. Kelly se jalo a misma fuera de la pared, y vio a la Doctora Halsey que estaba quieta sin ningún daño atada con su cinturón en su asiento. La sangre goteaba desde la nariz de la envejecida mujer, y burbujeó, lo que era bueno; Quería decir q ue la Doctora aún respiraba. “Estamos actualmente a siete kilómetros sobre la su perficie del planeta,” la IA dijo. “Trayectoria estable para un aterrizaje controlado. Motores principales… inoperables. Motor auxiliar operable, pero incapaz de alcanzar la Velocidad de escape.” “Entendido,” Kelly dijo. Se quedaron atorados… dond equiera que estuvieran. “¿Estado de la nave de persecución?” “Ninguno dentro de la visual o del rango del radar. ” Kelly no pensó que hubiera visto al último de ellos . Se dirigió hacia la Doctora y comprobó su pulso. Er a fuerte y estable. Ella era la mas fuerte que había visto. Kelly divisó dos bolsas aseguradas bajo la silla de l capitán: Una estaba llena con una variedad de suministros mé dicos, y la otra tenía cuatro MA5B y dieciséis clips. Ella sonrió. Había armas aquí después de todo. Ella agarró uno de los MA5B, deslizó el clip de regreso a casa, y l evantó su peso reconfortante. El Beatrice lentamente se inclino y el casco chilló . El monitor mostró colinas redondeadas, selva, y sin uosos ríos. Hacia el norte había desfiladeros de roca blanca y llanuras, así como también columnas de humo y contornos oscilante s de polvo. Kelly se relajó, no complacida, pero más bien porqu e la situación era familiar. En el espacio, ella podía e star con los brazos cruzados pero sentada y observando… una situ ación insostenible para cualquier Spartan. Ahora, sin emb argo, ella

Page 138: Halo fantasmas de onyx.

podía analizar lo táctico, planear, actuar, luchar, y posiblemente ganar. “Canaliza esa señal de socorro,” ella le dijo a la IA. “Disculpa,” dijo Jerrod. “Todas las antenas han sid o vaporizadas. Yo, sin embargo, te puedo dar la posic ión aproximada de la última transmisión.” “Está bien. Llévanos allí.” La nave se inclinó hacia estribor. “Adelante a diecisiete kilómetros esta la fuente de la señal,” la IA dijo. La esquina del monitor se amplificó. Kelly vio edif icios y campos colocados en forma de herradura. Ella instantáneamente reconoció el trayecto de cont rol de tres metros de ancho de cuarzo blanco comprimido, la geo metría perfecta del patio de examen, y las largas marchas sobre tierra. Había cursos de obstáculos hacia el oeste. Y había un campo de tiro. Esto era un campamento militar del UNSC. Podr ía haber armas y munición ahí. “Desciende a cinco mil metros y rodea ese campament o,” ella ordenó. “Sí,” la IA contestó. El Beatrice descendió, y un estremecimiento se inic ió desde el ala de babor y continuó zumbando. Kelly aprovecharí a bien su reconocimiento aéreo. Ella tenía un presentimiento de que una vez este pájaro aterrizara, nunca volaría otra vez. Sobre el monitor Kelly vio otros objetos en el espa cio aéreo… destellos opacos de luz dorada. “Contactos en el radar,” Jerrod dijo. “La configura ción es idéntica a las naves de la persecución orbital.” Una silueta apareció y se amplificó en el monitor: Tres largueros Flotando sobre una esfera central. Docenas de esas cosas rodeaban el campamento. Ellos , o no los habían notado aún, o no les importaban. “Muévenos cinco kilómetros al oeste.” “Respondiendo al nuevo curso, sí.” Había una pequeña área despejada en la selva. “Esca nea el espacio aéreo local,” Kelly dijo, “Y si está despej ado, entonces bájanos aquí.” Ella no quería dejar la movilidad que esta nave la ofrecía, pero ella no iba a mantenerse suspendida aquí y ser un o bjetivo,

Page 139: Halo fantasmas de onyx.

tampoco. Si ella pudiera camuflar la nave, entonces podría m antener sus opciones de vuelo abiertas. “Ningún contacto en el radar,” la IA le informo. “G lide path calculado.” Un estruendo vino desde el tren de ater rizaje. “Propulsores de posición horizontal parcialmente fu ncionales. Prepárate para aterrizar.” Ella fue a popa a ver si había algo más que pudiera rescatar. Del desorden ella tomó bloques plastificados de Rac iones-F y tres botellas de agua. Ella echó una mirada en el c ompartimiento del motor. El contador de radiación de su armadura chasqueó salvajemente. Las bobinas de plasma estaban medio d erretidas. Ella regresó al puente. “¿Señora?” La IA dijo, con una duda progresiva en s u voz. “¿Me llevará tan bien?” La Doctora Halsey probablemente necesitaría la IA y era efectiva en el combate. “Estás cubierto.” “Gracias, señora. Aterrizaje en tres segundos.” Kelly observó los monitores. No había naves. Ella i ba a asumir, sin embargo, que ya la habían detectado. Hubo una colisión y los motores gimieron. Kelly jaló bruscamente la computadora portátil y la lanzó en una de las bolsas. Ella liberó a la Doctora y cuidadosa mente la echó sobre su hombro. Ella palmeo la escotilla de libera ción. La puerta descendió, convirtiéndose en un andamio. El área de afuera era más un pantano que pradera. L os insectos zumbaban, pero nada más se movía. Ella corrió en bu sca de los árboles, cubriendo la distancia con diez zancadas l argas. En la oscuridad de la selva ella colocó a la Doctor a Halsey contra un árbol y rechequeo sus signos vitales. Aún estaban fuertes y estables. Kelly escudriñó el cielo. No había compañía. Ella consideró moverse de regreso a la nave y camuf larla, pero eso podría no ser necesario. La cautelosa nave negr o mate se mezclo casi perfectamente con la línea sombreada de árboles. Kelly probó su COM, haciendo clic sobre la E-Band. “…esperen una respuesta inmediata de amenaza. Esto es un código general automatizado Flecha Sangrienta de suma urge ncia. Todo el personal del UNSC preste atención y prepárese para la acción. Estamos bajo ataque y requerimos ayuda. El campamen to Currahee y la península del norte han sido invadidos por Coven ant

Page 140: Halo fantasmas de onyx.

desconocidos, posiblemente, hostiles. Sugiero bomba rdeo orbital de la región del norte, como estas entidades están acondicionadas con armas de rayo de alto calor. Nue stras fuerzas se mantendrán bajo cobertura. Fuerzas en Tierra y e speren una respuesta inmediata de amenaza…” A través del pantano vino un susurro suave como un soplo del viento a través de las hojas. Kelly tomó cubierta, niveló su MA5B, y contuvo su a liento. Dos figuras emergieron de la selva. Humanoides. ¿Co venant? Estaban cubiertos con un traje de camuflaje activo. Sus texturas estaban ajustadas, y se veían parte hoja, parte som bra. Ella había visto a los Orbital Drop Shock Troopers exper imentar con esta tecnología… pero ellos nunca la habían llegado a trabajar en el campo. Las dos figuras se detuvieron. Fue difícil decir, p ero vio casi como si uno hubiera hecho señales con una mano, pre sionando el pulgar en la palma y los otros dedos enrollados hac ia dentro. Esa era la señal Spartan para ‘Desconocido adelante . Un momento.’ Ella correría el riesgo. Si eran humanos y usaban l a última armadura del UNSC, entonces deberían no ser hostile s. Ella saco una mano fuera de cobertura. Expuso su de do índice una vez, y luego otra vez, y luego el gesto ‘Preséntese ’. Ahí había más susurros alrededor de ella… unidades flanqueando. Por supuesto, nadie la iba a cercar a través de un área abierta. Incluso los amigos. Calmadamente, Kelly recordó los entrenamientos de c ombate. Ella tenía que reposicionarse, pero eso significaría dej ar a la Doctora Halsey vulnerable. Uno de los desconocidos estaba cerca; Ella no lo po día oír… simplemente un cosquilleo en el dorso de su mente, un sexto sentido que le decía a ella que estaba siendo vigil ada, y sin importar qué estuviera haciendo, la vigilancia ahor a estaba demasiado cerca como para sentirse cómoda. Hubo movimiento en la vista periférica de Kelly, un borrón. Ella dio vueltas y vio una figura fantasmal, movién dose hacia ella… más rápido de lo que cualquier humano podría moverse. Kelly se hizo a un lado, agarró el brazo, y lo torc ió. Su oponente retrocedió contorsionándose y contrarre sto la llave. Lo que fuera que sea, no era humano; De lo contrari o Kelly habría desgarrado su brazo humano de su cavidad. Su oponente retorció su muñeca y escapó del agarre de Kelly. Kelly era todavía más rápida… su otra mano golpeo h acia afuera, con la palma plana, e impacto en el abdomen.

Page 141: Halo fantasmas de onyx.

La otra figura voló dos metros hacia atrás, golpeó un árbol, y descendió. “Relájese. ¡Spartan!” Kelly giro en espiral. Ella reconoció la voz… está no era de Mendez… pero era otra voz del pasado… una que no po día ser. Esa persona estaba muerta. Antes de que ella se levantara una figura vacilo co mo si fuera un espejismo, luego el camuflaje activo se desvanec ió, y entonces una persona en lo que se veía como una arm adura MJOLNIR reducida estaba ahí, una mano mantenía un rifle MA5 K apuntado a la tierra, la otra sostenida en lo alto. “No hay tiempo para explicaciones, Kelly,” este hom bre dijo sobre el COM. “¡Muévanse! Hostiles en…” Una explosión desgarró a través de la selva.

Page 142: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO DIECINUEVE

1045 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX \ CERCA DE LA REGIÓN RESTRINGIDA CONOCIDA COMO ZONA 67. Kelly evadió y se posicionó entre la explosión y la Doctora Halsey. Las astillas y piedras impactaron el escudo de energía de su armadura MJOLNIR. Mientras que el polvo se despejaba, la otra persona … la que había sonado imposiblemente como Kurt… había desapa recido. Entonces apareció el soldado que ella había dejado fuera de combate. Sus preguntas tendrían que esperar, ya que Kelly vi o la fuente de esa explosión: Un drone idéntico a los que había visto en el espacio, ahora estaba suspendido diez metros sobre el piso de la selva, moviéndose como una morena a través de los á rboles y enredaderas. Ella apuntó su MA5B y disparó. Un estallido de tres rondas golpeo y se desvió fuer a de los escudos de luz dorada. Giró hacia Kelly, y su esfera central se calentó. Kelly corrió a toda velocidad para atraer el fuego lejos de la Doctora Halsey. Cinco zancadas, pasando velozmente entre árboles, y ella repentinamente se detuvo, giró… y s altó. Un destello de luz la cegó, y en ese entonces deton ó el lugar donde ella había estado parada un segundo antes. La superpresión la propulsó en el aire. Los escudos de Kelly se drenaron a la mitad, y ella sintió un pinchazo de c alor en su piel. Ella golpeó el suelo, su pecho impacto en primer lu gar, rodó torpemente, se tambaleó, y se puso de pie. Un impacto directo de esa arma de energía colapsarí a su escudo, y posiblemente derretiría su armadura… y a ella. El fuego de pistola crujió a través de la maleza. L os escudos del drone brillaron tenuemente, el objeto giró y se alejó. Kelly divisó los contornos camuflados de tres solda dos, giró hacia ellos. Ella apreció la ayuda, pero fue un acto suicida par a ellos. Kelly camino en dirección hacia ellos.

Page 143: Halo fantasmas de onyx.

Una luz ámbar de confirmación brilló intermitenteme nte dos veces. Esa era la señal de ‘espera’ del equipo Spar tan. Ella se puso a cubierta detrás del tronco de un árb ol. El drone se alineó para un disparo limpio a las dos . Su esfera central resplandeció derritiéndose. Los árboles a cada lado del drone estallaron en hum o y astillas. Fue el crujido agudo de los explosivos de alta pote ncia que Kelly reconoció como una mina antitanque LOTUS deto nando sobre el suelo. Dos de los largueros del drone se retorcieron, se d oblaron hacia dentro por la fuerza de la explosión. La máquina ca yó al suelo con un ruido sordo. Los árboles que habían sujetado las minas antitanqu es perdieron el equilibrio también y sus troncos de dos metros a plastaron al drone, la madera estallo en llamas. “Uno más,” una voz dijo sobre su TEAMCOM. “A las di ez en punto. Ingresando rápidamente.” Ella vio la nueva amenaza deslizándose hacia ellos. Definitivamente esa era la voz de Kurt. Sus últimas palabras habían rondado los sueños de Kelly por años. Ella l o recordó dando volteretas en el negro espacio. “Estoy bien. Estaré bi…” Ella comenzó a responder, pero entonces se dio cuen ta de que él no hablaba con ella. “Equipo Saber,” Kurt continuó, “muévanse y atraigan el fuego. Minas LOTUS fuera de alcance.” Luces verdes de confirmación parpadearon en su HUD, luces que eran reservadas exclusivamente para los Spartans de l Equipo Azul. Kelly tenía los reflejos más rápidos que cualquier otro Spartan, un hecho del que ella se enorgullecía con entusiasm o, y ella practicaba todos los días con entrenamientos de res puesta de contracción nerviosa y práctica de fuego para conse rvarlos agudos. Pero sus reflejos físicos no eran las única s cosas que eran tan rápido como un relámpago. En un instante, varios hechos se correlacionaron en su cerebro. Esos drones tenían escudos, pero no operaban contin uamente. Las minas antitanques habían sorprendido al único con s us escudos desactivados. El drone, sin embargo, la había visto, anticipó su fuego de rifle, y lo contrarrestó. Eso quería decir que ambo s deliberadamente habían activado los escudos o se ha bían accionado automáticamente por el movimiento o el ra dar.

Page 144: Halo fantasmas de onyx.

Así que ella tenía, probablemente, una forma para e liminarlos. Sería arriesgado pero ella no mantendría su posició n mientras que el equipo vulnerable de Kurt atraía el fuego y quedaran asados por su inquietud. “Dejen de disparar,” ella dijo sobre el TEAMCOM. Cuatro zancadas bombeantes que cortaban profundamen te la marga selva, ella acelero a su velocidad máxima de sesent a y dos kilómetros por hora. Kelly se dirigió lejos del drone, hacia un árbol ju sto a su derecha. Ella saltó, golpeó el tronco de tres metros de alto … empujándose hacia afuera, volteó, propulsándose a través del ai re directamente hacia la máquina que sobrevolaba. No había escudos para detenerla. Ella agarró los largueros de estribor y de babor y meció ambas piernas sobre el larguero mas bajo. Su ojo central de metal se fijo en ella y se calent ó hasta un blanco incandescente. Ella lo dejó ir y se sujetó lo mejor que pudo en el resbaloso larguero inferior, empuño sus manos, y luego golpeó al objeto con toda la fuerza que pudo… impactando totalmente en el centro de su ojo. Sus escudos dieron una llamarada a medid a que repelía el calor intenso. La esfera se abolló y dio vueltas hacia atrás. El drone giró por el impulso, y Kelly luchó para re tomar la persecución. Ella retrocedió otra vez, y antes de que la cosa pu diera recuperarse y dispararle… ella otra vez lo golpeó c omo un martillo. Una grieta apareció en la piel metálica de la esfer a. Adentro había una bola de azul-blanco caliente. Los bordes de metal de la esfera se encresparon fuera de esta brecha, derr itiéndose, burbujeando. Kelly se acuclillo y saltó, desviando todo el poder a sus escudos. El aire se encendió en un blanco deslumbrante. Su H UD destelló con estática. Kelly finalmente volteó y saltó, envu elta en fuego y humo… golpeo un árbol, rebotó, y cayó al piso de la selva. Ella parpadeó y vio nada excepto el resplandor rojo de las llamas. La cortina selvática estaba ardiendo; Una l luvia de hojas quemadas cayó como lluvia. Su visión se despe jó y ella vio tres figuras borrosas acercándose con una armadura de camuflaje activo.

Page 145: Halo fantasmas de onyx.

Ella se puso de pie. Una de estas figuras tenía una curiosa abolladura c on forma de una mano en su armadura, en la sección del pecho do nde Kelly había golpeado. Los patrones de camuflaje ahí estab an desalineados, parte sombra, parte llamas. Los tres dieron un paso hacia atrás, con sus MA5K a puntadas hacia el suelo. Otra figura camuflada apareció y dio un paso entre ella y estos soldados. “Relájense, todos,” él dijo. “Bienvenida a mi rincó n del bosque, Kelly.” La voz era idéntica a la de sus recuerdos. “¿Kurt?” Ella susurró. “Me alegro de que me recuerdes.” Como si ella alguna vez lo pudiera olvidar. “Déjame ver tu rostro,” ella dijo, manteniendo sus manos levantada s. El camuflaje activo desapareció y el reflejó dorado de su HUD se despolarizó. Kelly miró fijamente dentro del casco. La hendidura pequeña en su barbilla, los ojos color avellana, la repentina sonrisa… era Kurt. Al derredor de ellos, Kelly detectó movimiento: Dos más dentro de la curiosa armadura, tomando buenas posiciones d e disparo. Ellos eran inteligentes. Estaban bien entrenados. Kelly dejó caer sus manos. “¿Qué pasa aquí?” “Te lo explicaré todo,” él dijo, “pero necesitamos movernos. Cazan de a tres. Un par patrullando y uno en lo alt o observando. Tendrán nuestra posición.” Kurt apuntó a dos de su equipo y luego a la inconsc iente Doctora Halsey. Dos soldados fueron hacia ella y la envolvieron en una manta reflectora térmica. Se la llevaron en medio de ello s. Kurt dijo a Kelly, “Avanza con el COM silencioso.” Luego les hizo señales a ella y a su equipo para que le sigui eran. Se movieron rápida y silenciosamente a través de la maleza. Kelly admiró la cautela, la velocidad, y el profesi onalismo de estos soldados. Ninguna palabra de parte de ellos. Los dos

Page 146: Halo fantasmas de onyx.

transportando a la Doctora Halsey iban al paso del resto de ellos. Nadie rompió la formación imprecisa en forma de V. Todavía, algo sobre estos soldados le inquietaba. N o era nada que ella pudiera cuantificar, pero como Kurt a menu do había dicho, solamente un presentimiento. “¿Quién es este Equipo Saber?” Ella le preguntó a K urt en un susurro. “Estoy desilusionado de que no lo hayas adivinado,” él susurró de regreso. “son Spartans.”

Page 147: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO VEINTE

1125 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX \ REGION RESTRINGIDA CONOCIDA COMO ZONA 67. El maceo de la cabeza de la Doctora Halsey le hizo volver en sí bruscamente. Ella olió metal quemado y parpadeó abr iendo sus ojos. Ella estaba en un cuarto de concreto con una grieta como de una ventana a gran altura en una pared larga. A medida que su visión se ajustó a la luz indirecta ella vio a Kelly y una figura en una armadura corporal al lado de ella. La armadura era un híbrido entre una MJOLNIR y algo má s viejo… como una armadura de legionario, pero era difícil asegur ar la geometría precisa de como la luz parecía deslizarse fuera de sus bordes. En una esquina lejana ella divisó al Jefe Mendez, c onfirmando una mínima parte de sus teorías acerca de este luga r. Él evaluó un ángulo de luz que fluía a través de la ventana. Él fumaba su favorito, un puro Dulce William, y sopló echando an illos de humo. Habían otros siete, sentados en la esquina lejana, dos durmiendo, y cinco jugando cartas. Sus cascos y sus botas removidas, y sus MA5K, versiones recortadas del rif le de asalto estándar MA5B, estaban al alcance de la mano. Al principio, ella pensó que eran ODST usando pieza s de lo que ella ahora reconoció como los sistemas experimental es de una armadura de infiltración. Ella había revisado las e speculaciones técnicas sobre los sistemas: Los paneles foto-react ivos capaces de imitar las texturas circundantes, y debajo había una capa de amortiguación de nanocristales líquidos que proporc ionaban más protección balística que tres centímetros de tejido de diamante Kelvar sin la voluminosidad. Uno de los durmientes, una chica, dormitaba con un ojo abierto. Ella usaba un corte de pelo al ras para imitar la m arca de la garra de un animal. Ella no podía tener más de doce . Ella parpadeó, se puso derecha, e hizo uno suave gesto d e ‘corte’ lateral hacia los demás. Se detuvieron y conjuntamente se volvieron hacia la Doctora Halsey. Sus caras eran jóvenes, pero tenían las contexturas bien desarrolladas de atletas olímpicos. Estos tenían qu e ser los SPARTAN-III de Ackerson. La Doctora Halsey sintió una curiosa mezcla de repu lsión y

Page 148: Halo fantasmas de onyx.

maternalismo. “¿Cómo se siente?” Kelly preguntó. “Bien,” ella contestó, y continuó examinando sus al rededores. Había puntos de carbón y grandes cantidades de meta l derretido, como si el lugar hubiera sido bombardeado. Cerca de Mendez había algo que parecía haber sido un puesto de trabajo computadorizado… ahora era un conglomerado sólido. El jefe Mendez interpreto mal su mirada, y pensó qu e ella le miraba, le dirigió una reverencia corta. “Doctora, es bueno verle,” él dijo, “pero usted y l a SPARTAN-087 habéis aterrizado en un caldero de pesca… con agua hirviendo y todo. Si usted está bastante bien, entonces le pued o informar. Pero tómese tu tiempo; No es urgente si usted se si entes indispuesta.” “¿Ciertamente?” La Doctora Halsey dijo, y levantó u na ceja. Ella resintió ser tratada como una persona enferma e inválida. Como si un desvanecimiento inducido por una acelera ción menor la hubiera dejado incapacitada de sus facultades menta les. “Consiéntame. Jefe,” ella dijo. “Déjame hacer unas cuantas suposiciones acerca de su ‘caldero de pesca’… solam ente para probar mi condición mental.” El jefe Mendez hizo un gesto gracioso con su puro. “Por favor, Doctora.” “¿Dónde comenzar?” La Doctora Halsey golpeó ligeram ente su labio inferior, pensando. “Supongo que con usted. Jefe. T ú fuiste reclutado por el Coronel Ackerson y alguna subcélul a secreta de la Sección Tres para entrenar una nueva generación de Spartans.” El puro del Jefe cayó de sus dedos. Ella asintió hacia los adolescentes jugando a las c artas. “Éstos deben ser el producto de esos esfuerzos. Estoy ansi osa por preguntarles acerca de su entrenamiento y su aument o y descubrir qué más ha sido llevado a cabo.” Los jóvenes Spartans se miraron entre ellos, con la curiosidad titilando sobre sus caras. Kelly cambió su postura arrodillada, moviendo su pe so sobre su pie izquierdo como si se preparara para el ataque. Kelly era un arma finamente afilada, pero ella nunca había apren dido a ocultar sus emociones. Su lenguaje corporal expresa ba demasiado: Ésta tercera generación de Spartans la ponían nervi osa. La Doctora Halsey sabía que sus conclusiones acerca de estos nuevos Spartans habían sido correctas, pero había t antas

Page 149: Halo fantasmas de onyx.

preguntas sin responder. Mendez y el Coronel Ackers on habían tenido décadas para producir y entrenar dos o tres generaciones. ¿Si eso era cierto, entonces por qué ella nunca hab ía escuchado acerca de estos Spartans? Mantener en secreto un pr ograma piloto era una cosa; Conservar docenas de siguientes gener aciones de Spartans que probablemente pelearían y ganarían bat allas encubiertas era absolutamente otra cosa. Las implicaciones de ese silencio la enfriaron hast a los huesos. Por ahora, sin embargo, ella tenía que al menos par ecer saberlo todo. La Doctora Halsey se levantó y tomó un profundo res piro, oliendo ceniza, aluminio vaporizado, y el débil olor de car ne carbonizada. “Lo Siguiente,” ella dijo, “este búnker ha sido som etido a temperaturas extremas que aproximadamente correspon de al perfil de la radiación del blackbody de los drones que enc ontramos en el espacio. Supongo que aquí ha ocurrido una batall a.” Ella recorrió con la mirada a los jóvenes Spartans y las abolladuras y puntos flash- burn en sus armaduras. “Una Batalla, ya veo, eso ha sido mas bien unilater al.” “Los drones,” la chica con el estilizado corte al r as murmuro. “¿qué son?” “Buena Pregunta.” La Doctora Halsey casi sonrió. Fu e un buen comienzo entre ella y los nuevos Spartans: Enseñánd oles. La confianza vendría más tarde. “Los drones, de hecho se llaman Centinelas, son sim ilares a aquellos que he visto en un mundo construido por al ienígena,” ella explicó. “Sus constructores, se llaman Forerun ners, poseen tecnología más adelantada que el Covenant. Y tienen la misma, o más, voluntad para usar esa tecnología para fines d estructivos.” La Doctora Halsey volteó y dio un paso hacia la otr a figura desconocida en una armadura completamente camuflada . “Pero antes de que continúe a lo largo de líneas de especulació n teórica, déjame acabar con las cadenas de lógica simple.” La persona desconocida se levanto casi dos metros y medio de alto en su armadura. “Reconozco mi trabajo,” ella afirmó. “Tú eres un SP ARTAN-II.” Muy pocos soldados en el UNSC eran tan altos o se m ovían con tal fluida elegancia. La figura asintió.

Page 150: Halo fantasmas de onyx.

La Doctora Halsey caminó alrededor de este desconoc ido Spartan. “A pesar de la política del UNSC de catalogar a cad a Spartan como perdido o herido en acción cuando a sido asesi nado,” La Doctora Halsey continuo, “he seguido la pista a eso s realmente ‘perdidos’. Ellos eran Randall en 2532, Kurt en 253 1, y Sheila, en 2544.” Ella completó su círculo alrededor del Spartan y co ntemplo directamente el reflejo de su HUD. “Sheila está muerta,” La Doctora Halsey dijo. “Pers onalmente presencié su asesinato en la Batalla de Miridem. Lo que quiere decir que tú eres Kurt o Randall. Si tuviera que ad ivinar, entonces diría que eres Kurt, porque él se esforzab a en entender a las personas y sus sentimientos. Si yo dirigiera un programa Spartan secreto, entonces él habría sido el único q ue escogería para dirigirlos.” El HUD del casco se despolarizó y Kurt le sonrió. “¿Hay algo que usted no sepa, Doctora Halsey?” Kurt dijo. Ella cerró sus ojos, repentinamente cansada, y lueg o palmeó su mano con un guante. “Es bueno verte vivo.” Ella no podía cometer el error de demostrar precisa mente que tan feliz estaba de ver a Kurt. Uno de sus Spartans reg resaba de los muertos, era una pequeña victoria en una guerra de derrotas interminables. Redobló su determinación para salvar los a todos de las amenazas crecientes. Pero ella tenía que man tener el control. Los Spartans respondían a la autoridad y l as órdenes… nunca al sentimentalismo. “Necesitamos enviar un mensaje al FLEFT COM,” ella dijo. “Conseguir ayuda, y quizá descubrir lo que los Fore runners buscan aquí.” Conseguir ayuda podría ser traducido como naves cap aces de vuelo transluz, una forma para que la Doctora Halsey cond ujera a los últimos Spartans restantes hacia la seguridad. “Nuestras opciones COM son nulas,” Mendez dijo, y a spiro su puro delante de la pared de concreto. “Todas las naves e n orbita…” él negó con la cabeza. “El Agincourt fue destruido día s atrás por esos drones.” “¿Destruido?” La Doctora Halsey preguntó. “Deberían haber podido aventajar a las naves pequeñas.” “Los drones pueden combinarse,” Kurt le dijo a ella , “dándoles poder acumulativo a sus sistemas de armas, propulsi ón, y capacidad de escudo.” “El Beatrice fue gravemente dañado en el reingreso, ” Kelly dijo. “Los motores principales están inoperables. No hay posibilidad

Page 151: Halo fantasmas de onyx.

para una transición Slipspace.” La Doctora Halsey bajó su voz, a un susurro, pero a pesar de eso lo suficiente fuerte para que todos pudieran oír. “ Debemos encontrar una forma de salir de este mundo, o una f orma para contactar al UNSC. Otra ruina Forerunner fue recien temente descubierta, un anillo construido para un propósito : La aniquilación de toda la vida en la galaxia. Si los Centinelas de Onyx son parte de un sistema de armas similar…” Ella dejó ese pensamiento suspendido en el aire. “Nuestras opciones COM no son completamente nulas,” Kurt dijo. Él se cruzó de brazos, frunció el ceño, y con vacil ación agregó, “transgredo un secreto bajo palabra clave, pero apa rentemente no hay alternativa.” “Continúa,” La Doctora Halsey insistió. Kurt respiró profundamente luego dijo, “Hay dos cos as. Primero, estos drones no están ‘buscando’ algo aquí. Podría ser que Siempre hayan estado aquí.” Él reveló los contenidos del mensaje flash de Veran o Infinito. Cómo Onyx era hogar de un vasto complejo altamente secreto de ruinas alienígenas. “Accidentalmente pudimos haber provocado su activac ión,” él dijo. La mente de la Doctora Halsey corrió, conectando la s pistas: Los datos de los registros de Cortana, la piedra en Cot e D'Azure, el cristal y pasajes alienígenas bajo Reach. “¿Cuándo, exactamente, aparecieron?” Ella preguntó. “La mañana del veintiuno de septiembre,” Kurt conte stó. “Esa fecha coincide con la activación de un mundo a rma alienígena… antes de que John agradecidamente lo de struyera. No es coincidencia que los Centinelas aparecieran desp ués. Debe ser parte de un plan mayor de los Forerunner.” La Doctora Halsey se esforzó en encontrar una concl usión a estos hechos disparejos, pero falló. Ella necesitaba más datos. “Debo tener acceso a esa IA Endless Summer,” ella d ijo, “y a todos los registros de la Zona 67.” “Eso no es posible,” Kurt dijo. “Retrocedimos a est e búnker porque nuestra base fue encontrada y evaporizada. E stos Centinelas analizan nuestros métodos, aprenden, y s e vuelven más difíciles de derrotar. Sólo puedo suponer que la IA y el centro de operaciones de la ONI se encuentra en lo profund o de la Zona 67, una región excesivamente patrullada por drones. Con sólo siete de mis Spartans, Kelly, y yo, seria tácticame nte

Page 152: Halo fantasmas de onyx.

imprudente intentar una inserción.” “¿Sólo siete Spartans aquí?” La Doctora Halsey preg untó. “Pensé que habrían más.” Todos ellos se quedaron en silencio. Mendez finalmente habló: “Había tres escuadrones en Onyx cuando fuimos atacados. El equipo Gladius, los encontramos … muertos. El equipo Katana fue forzado hasta lo más profundo de la Zona 67. No a habido contacto con ellos desde que esto comen zó.” “Ya veo,” La Doctora Halsey murmuró. “Más Spartans muertos.” Ella detuvo sus emociones. Tenía que mantener la ap ariencia de un líder insensible en sus ojos. Ella giró hacia Kurt. “¿Cuál es la otra cosa? Usted dijo que había dos hechos que no sabía.” “Sí, señora,” Kurt dijo, enderezándose. “Aunque no pueda ser de uso ahora, en la Zona 67 había un lanzador de sonda COM Slipspace.” “¿Estás seguro?” La Doctora Halsey dijo. “Hay solo dos lanzadores COM SS de los que sé. Uno En Reach.” Ell a hizo una pausa, recordando el planeta y la gente que ya no e xistía. “Y uno en la Tierra. Son inmensamente costosos para co nstruir y operar.” “Estoy seguro. Doctora. Años atrás, la anterior IA de la Zona 67 me envió un mensaje por una sonda Slipspace. Yo la manipulé.” Kurt cambió de posición sobre sus pies. Ahí había algo más que Kurt no le dijo a ella, y no por alguna infracción de permiso de seguridad. La Doctora Hals ey lo entendería más tarde cuando estuvieran solos. Interesante. Un Spartan con secretos. “Es imperativo entonces que entremos en la Zona 67, ” ella dijo, “y alcancemos ese lanzador COM SS.” “Asumiendo, señora,” el Jefe Mendez dijo, “que esto s Centinelas Forerunner no hayan volado ya el lugar.” “Ciertamente,” ella murmuró, y su mirada se estable ció en la destruida estación computacional cerca del Jefe Men dez. “Podría haber otra forma. ¿Podemos mover esa basura?” Kurt asintió y sus jóvenes Spartans movieron los es combros de metal a un lado. La Doctora Halsey inspeccionó los componentes medio derretidos de la computadora. Nada recuperable.

Page 153: Halo fantasmas de onyx.

Incrustado en la pared, bastante intacto, en cambio , había un puerto COM óptico.

Page 154: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO VEINTIUNO

1300 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)\ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONIX\REGION RESTRINGIDA CONOCIDA COMO ZONA 67. La Doctora Halsey tecleó una línea de códigos a 140 palabras por minuto en su computadora portátil. Parecía el fuego de una ametralladora. Jerrod se esforzó para mantenerse al ritmo de ella, su luz brillo a medida que él encontraba y neutralizaba la s células de contraintrusión en la red de la ONI. Esto no iba a funcionar. No con un hackeo directo. Ella estaba en el lado equivocado de una docena de cortafuegos, y había una IA de la Sección Tres sentada al otro lado, observá ndola, jugando un juego de ajedrez con el doble de las pie zas que ella tenía, haciendo tres movimientos mientras que ella hacía uno. Bajo circunstancias normales, la Doctora Halsey lo vería como un desafío, pero no hoy. Tres de los jóvenes Spartans y el Jefe Méndez perma necían en pie sobre y alrededor de ella sujetando mantas termales de plata, formando una primitiva Jaula Faraday. Kurt parecía pensar que los drones podrían detectar las señales electrónica s desprotegidas, incluso de su computadora portátil. Los jóvenes Spartans no la molestaron; ellos solo m ostraron respeto supremo. De hecho la distracción principal era su propia curiosidad. Ella quiso entrevistar a estos nuevos S partans, aprender de donde venían y por lo que habían pasado . Ella hizo lo mejor para ignorarlos, sin embargo; te nía que hacer contacto con esta IA. Este Endless Summer de algún modo tenía que ser tentado a salir de sus defensas. Ella tecleó que la vida es el camino y agregó un pr otocolo de enlace simple y un código de asignación de ruta que enviaría esto sin bordear algún sistema de seguridad directa mente hasta la raíz de la IA. “Eso es desaconsejable. Doctora,” Jerrod dijo. “No penetrará ni siquiera las medidas de contraintrusión más rudimen tarias.” “No tienen que,” la Doctora Halsey contestó. Era un Zen Koan(Adivinanza Zen budista). Dada la im aginación de una IA inteligente y la duración de vida predetermi nada, la filosofía intelectual de existencialismo y trascend encia era tan tentadora como un dulce que pudre los dientes a los niños.

Page 155: Halo fantasmas de onyx.

La pantalla se borró y el cursor pestañeo tres vece s. Una respuesta apareció: “¿PUEDE EL CAMINO SER VISTO?” “Lo he conseguido,” La Doctora Halsey susurró. “OBSERVA EL CAMINO Y TU ESTAS LEJOS DE ÉL,” ella te cleó. El cursor parecía parpadear más rápidamente, casi e nojado. “¿SIN OBSERVAR COMO ALGUIEN PUEDE SABER QUE ESTAN EN EL CAMINO?” La Doctora Halsey tecleó de vuelta: “EL CAMINO NO P UEDE SER VISTO, Y ÉL NO PUEDE SER INADVERTIDO. LA PERCEPCIÓN ES EL ENGAÑO; LA ABSTRACCIÓN ES ABSURDA. TU CAMINO ES LA LIBERTAD. NOMBRALO Y DESAPARECERÁ.” “Protocolo de enlace establecido, señora”, Jerrod a nunció. “Simplemente me apartare.” Su luz parpadeo apagándo se. El proyector holográfico se calentó a rojo ascuas y un guerrero indio con el pecho descubierto apreció. Sosteniendo una lanza emplumada en una mano, hizo una reverencia. “Yo est aba buscando la luz, y usted me ha dicho que yo sostengo la lint erna en mi mano. Doctora Halsey, sus habilidades no son exager adas.” La Doctora Halsey no se atormentaría en una discusi ón de cómo el había deducido su identidad. Las IAs de quinta gene ración siempre trataban de presumir. “El placer es mío,” mintió la Doctora Halsey. “Pero suficiente filosofía. Tenemos problemas más viscerales.” “Los drones,” él dijo. “Ellos se llaman Centinelas,” ella corrigió. “Yo lo s he visto antes, o más precisamente una variedad de este dise ño.” “Yo no era consiente de esos datos.” El color de En dless Summer oscureció a rojo sangre. “Por favor, Doctora, si és ta es una invención para engañarme y hacerme compartir los ar chivos restringidos…” “No es un engaño,” dijo la Doctora Halsey. “Tengo l os archivos. Puedo mostrártelos, pero primero discutamos sobre l a sonda de comunicación espacial Slipstream bajo tu control.” Endless Summer se congeló por un segundo completo a medida que el procesaba esto. “No hay tal instalación de lanza miento en este planeta. Los fondos para tal…” “Yo escribí los subprogramas a los que estas accedi endo para crear esa falsedad,” la Doctora Halsey dijo. “Yo re conozco mi propio trabajo.” Ella recolecto los registros de Cortana, los archiv os sobre la

Page 156: Halo fantasmas de onyx.

roca de Cote d’Azure, y los escasos datos colectado s en las ruinas y el cristal encontrado bajo la Base Castill o en Reach… los copió al directorio de transferencia de la IA. Endless Summer se refrescó a una luz verde ondeante . “Ya veo,” él susurró. “La tecnología Forerunner… Halo… semeja nte y asombrosa fuerza destructiva. Esto verifica muchas hipótesis pendientes.” “Entonces estás de acuerdo en que necesitamos envia r un mensaje al FLEETCOM del UNSC. Necesitamos controlar esta te cnología, o si eso falla, destruirla.” Él puso su lanza a un lado y sostuvo ambas manos. “ Yo… me demoré en usar la sonda COM. Yo esperaba que nosotros pudi éramos sobrevivir hasta que los refuerzos planificados lle garan en tres semanas.” La Doctora Halsey se dio cuenta de una vacilación d e un microsegundo en sus palabras. “Ésa no es toda la verdad,” ella dijo. “¿Qué estás omitiendo?” Él cruzó sus brazos. “El Coronel Ackerson es sabio en temerle. Muy bien, Doctora, la sonda COM es lanzada desde un acelerador gauss subterráneo. Un generador transluz Shaw-Fujik awa luego se enfoca en el desgarre Slipspace en la órbita alta p ara evitar las obvias ramificaciones de una transición en la a tmósfera.” “El lanzamiento de la sonda y la transición,” ella dijo, “sería como enviar una señal luminosa” Endless Summer se decoloro a un blanco y negro fant asmal. “Los Centinelas encontrarán la instalación de lanza miento,” él dijo, “y quizás los pasajes que llevan al corazón d e la base de la Zona 67, y a mí.” “Anula el imperativo de la auto preservación,” susu rró la Doctora Halsey. “Comando FOX IN THE HEN HOUSE (ZORR O EN EL GALLINERO) /427-KNB.” “No es necesario. Doctora,” dijo Endless Summer, y sostuvo sus manos. “Yo entiendo por completo mi deber. Si ellos me encuentran, hay cargas explosivas en el lugar. Yo e stoy preparado para morir en una buena muerte. ¿Usted lo está?” Él miró fijamente a cada uno por un momento. La Doc tora Halsey se preguntó si este valor era un truco, una fachada programada… o era auto sacrificio real. “Prepararé el mensaje,” ella dijo. “Se precisamente a quién del FLEETCOM debo enviarlo. Ellos me escucharán.” “Por supuesto,” Endless Summer dijo con una oleada de descuido. “Yo encuentro tales comunicaciones humanas de bajo nivel y

Page 157: Halo fantasmas de onyx.

desagradables.” “Una cosa más,” ella dijo. “Aquí están mis conclusi ones personales unidas a los datos reunidos de los Forer unner. Tú mereces saber todo.” Ella puso sus notas en su directorio FTP… junto con un gusano de captura en el pie de página de los datos. Copiaría y transmitiría cada archivo a los que Endless Summer accediera con sus notas abiertas. Los múltiples archivos empezaron a transferirse ráp ida e inmediatamente a su computadora portátil. “Gracias,” él dijo y sus cejas se curvaron repentin amente. “Su lógica es impecable.” “Permíteme un momento para redactar las notas,” ell a dijo. Endless Summer hizo una reverencia. “Preparé la son da COM.” Su holograma se desvaneció. La Doctora Halsey descripto los archivos robados, y los jeroglíficos alienígenas aparecieron en su monitor. “¿Qué es aquello?” Méndez susurró, apoyándose más c erca. “Muestras del idioma Forerunner de estas ruinas, su pongo,” ella dijo. “Junto con las variantes teóricas de traducci ón.” Ella buscó patrones equivalentes en los registros d e Cortana, y luego hizo referencias cruzadas de las coordenadas estelares incrustadas en la roca de Cote d’Azur. Había una co incidencia: el símbolo de la estructura de Halo. Ella verificó dos veces la piedra y encontró las co ordenadas de ónix y un símbolo igual a otro en la base de datos de Endless Summer. “¿Qué significa eso?” Méndez preguntó, apuntando a un icono de doble-lóbulo “Esto,” ella susurró, “bruscamente traducido, signi fica ‘mundo escudo’.” “Graciosa forma de llamar a un lugar,” él observó. En un momento de claridad ella entendió… no todo, p ero bastante para ver un indicio del plan de los Forerunners. Para cada esfuerzo militar coordinado había aspecto s ofensivos y defensivos: ataque, refuerzos y, si es necesario, r etirada. La estructura de Halo era sólo parte del plan de los F orerunners. Cualquier cosa que ocurriera en este mundo sería ot ra porción de su estrategia… activada cuando el Halo hubiera sido activado.

Page 158: Halo fantasmas de onyx.

Onix, el ‘escudo’, era algo que la Doctora Halsey p odría usar para sus propios propósitos. Ella tecleó rápidamente al Señor Hood del FLEETCOM, pidiendo que enviara una gran fuerza militar, explicando que la tecnología Forerunner de aquí podría cambiar el curso de la gu erra. Entonces ella codificó los registros de Cortana y l os otros datos… en caso de que el Almirante Whitcomb y los o tros SPARTAN nunca lograran volver a la Tierra. El proyector holográfico se calentó y Endless Summe r reapareció. “El lanzador de la sonda COM esta preparado y los c apacitores (o condensadores) del generador Slipspace están cargad os,” él dijo. “¿Tiene el mensaje, Doctora?” Ella le envió los archivos. “Conciso y desprovisto de elegancia,” Endless Summe r comentó. “Que es lo que he llegado a esperar de la comunicac ión humana.” “Súbelos y envíalos,” le dijo la Doctora Halsey. “Acelerador preparado, matriz de transición Slipstr eam establecida.” Su imagen se oscureció. “Sonda COM fu era.” Entonces Endless Summer frunció el entrecejo, y una onda de estática pasó por su imagen. “Hay una anomalía,” él dijo. “Estoy dejando la matr iz de Slipspace abierta y ejecutando un diagnóstico de la sonda.” “Explícate,” exigió la Doctora Halsey. “Estoy recibiendo una señal E-band del UNSC, enviad a por la sonda hacia nosotros, una transmisión que se origin Ó dentro del espacio Slipstream.” Él arqueó sus cejas. “Esto no debería ser posible. La energía requerida sería mayor a todos l os recursos del UNSC combinados.” “No es posible con nuestra tecnología,” la Doctora Halsey dijo. “Descarga el mensaje… ponlo en el altavoz mientras la sonda aún está al alcance.” La voz de una mujer llenó el bunker. Estaba llena d e estática y agitada. E inconfundiblemente era Cortana. “Éste es un mensaje automático de la IA MIL DEL UNS C NÚMERO DE SERIE: CTN 0452-9.” “Todo el personal del UNSC atención y escuchen: Est oy declarando emergencia general código Bandersnatch y Hydra.” ‘Bandersnatch' Era el código para desastres radioló gicos o

Page 159: Halo fantasmas de onyx.

basados en energía. La Doctora Halsey había oído es to durante un bombardeo planetario por el plasma del Covenant y d urante el bombardeo nuclear del UNSC a la Colonia Isla Lejana para poner en su lugar a la rebelión de 2492. “Hydra,” en cambio, ella nunca había oído que fuera usado antes. Era reservado para la amenaza inminente de armas bi ológicas de destrucción masiva. “In Amber Clad ha seguido a la nave Covenant con éx ito desde nueva Mombassa hasta su destino, otra estructura Ha lo (coordenadas estelares incuídas)” “Descubrimos que hay más Halos distribuidos a lo la rgo de la galaxia.” “La nave base Covenant y su flota están aquí en mas a protegiendo Delta Halo” “La infestación parasitaria conocida como los Flood ha contaminado esta estructura.” “Los Flood intentan escapar. Las estrategias indica n una hasta ahora desconocida inteligencia coordinadora.” “Estimo una alta posibilidad de amenaza de contamin ación biológica y la aniquilación radiológica a partir de la detonación de Halo.” “Sugiero al FLEETCOM neutralizar la nave de comando Forerunner controlada por el Covenant. Informo que el SPARTAN- 117 está a bordo.” “Adicional: se sugiere al FLEEETCOM pensar en la bo mba Nova para contrarrestar la amenaza biológica inminente en Del ta Halo.” “Fin del mensaje.” Cortana tenía que estar usando tecnología Forerunne r para enviar este mensaje a través del espacio Slipstream. ¿Pero alguna nave del UNSC lo escucharía? Ellos no estaban diseñados para detectar las señales en la notoriamente impredecible transdi mensión. “La sonda COM está casi fuera de nuestro rango,” En dless Summer dijo. “Colapso inminente de la matriz del espacio S lipstream.” La Doctora Halsey tecleó rápidamente en su computad ora portátil. “Enlázate con la sonda COM,” ella le dijo a Endless Summer, “y enmienda nuestro mensaje con esto. Calcula un cambi o de frecuencia para que coincida con la señal de Cortan a, y reenvía nuestro mensaje desde la sonda dentro del Slipspace .” “Enlazado con la sonda.” Endless Summer miró fijame nte al espacio. “Espere.”

Page 160: Halo fantasmas de onyx.

Si esto funcionaba, la señal de Cortana actuaría co mo una onda transluminal portadora. Si las estaciones de monito reo del espacio Slipstream en la Tierra tenían los oídos ab iertos, su mensaje conseguiría llegar al FLEETCOM en minutos e n lugar de semanas. Posiblemente a tiempo para hacer algo buen o. “Hecho,” Endless Summer anunció, “pero es imposible la comprobación. La matriz del Slipstream ha colapsado .” La Doctora Halsey suspiró, esperando que el mensaje enmendado hubiera llegado, y esperando que ella hubiera hecho lo correcto. Mucho dependía de sus mentiras. Ella le dio una mirada al mensaje adicional que ell a había tecleado. “HOOD, TENDRA MUCHO QUE HACER. REVISE LA PETICIÓN: ENVÍE AL EQUIPO ÉLITE DE ATAQUE PARA RECUPERAR RECURSOS TECNOLÓGICOS DE ÓNIX. ENVÍE SPARTANS.”

Page 161: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO VEINTIDOS

1440 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)\ VECTOR DECONOCIDO EN EL ESPACIO SLIPSTREAM\ABORDO DEL MERODEADOR DUSK DEL UNSC. El comandante Richard Lash rondaba sobre la espalda del Teniente Yang, mirando la pantalla por un blip… esperando po r un solo ion de titanio para ser olfateado por la fila de sensor es en la nariz del DUSK. El teniente Yang se movió en su silla. “Señor, han sido quince minutos. Voy a purgar los colectores y recalibrar.” “Espere,” Lash dijo. “Si, señor.” Yang alisó sus cejas, un hábito nervio so. Cinco minutos pasaron en el reloj mientras Yang y e l Comandante Lash esperaban. ‘Cronometraje preciso’ era un oxímoron en el espaci o Slipstream. Sin embargo, Lash se aferraba a la ilusión de que é l estaba al control y no volando a ciegas, cazando un sendero t an débil que podrían calificarlo como inexistente detrás de la n ave capital del Covenant y el destructor del UNSC In Amber Clad . Una sola chispa se encendió en la pantalla. “Uno conseguido,” el Teniente Yang proclamó. “El es pectrómetro de masa dice que es titanio-50. Consistente con la lámina de blindaje de batalla del UNSC. Uno de los nuestros, señor.” “Muy bien,” el Comandante Lash palmeo el hombreo de Yang. “Siga vigilando.” Él empujó y flotó de regreso a la silla del capitán. Lash se sentía intranquilo sentado allí; realmente le correspondía capitanear, pero cuando regresara a la Tierra estaría en rehabilitación. Tratamiento por radiació n durante seis meses. Esta guerra probablemente terminaría pa ra entonces. Él se sentó y pulso el botón del arneses. Para bien o para mal el estaba a cargo ahora. Probablemente para mal, porque esta misión era una mezcla de una búsqueda sin sentido y puro suicidio. Su merodeador, el Dusk, había estado bastante cerca para actuar cuando el In Amber Clad había entrado en la hendidu ra Slipspace de la nave capital del Covenant cuando dejaba Nueva Mombassa. Ellos tenían una de cuatro naves del UNSC con los c apacitores Slipspace cargados, y la suficiente agilidad como p ara hacer la transición antes de que la onda de sobrepresión gen erada por una

Page 162: Halo fantasmas de onyx.

transición en la atmósfera los aplastara. Miranda Keyes era la oficial mas osada en la flota por ir tras esa nave Covenant. ¿Ella estaba chiflada? ¿O intent aba estar a la altura de la legendaria reputación de su padre? Lash nunca sabría como se sentía. Su padre había si do un soldador en Cradle… al menos antes de que Cradle hu biera sido destruido en Sigma Octanus el año anterior. Su padr e siempre había querido ser un héroe. Él había conseguido su deseo. El Dusk (con las dos fragatas Redoubtable y París, y la corbeta Coral Sea) se habían aproximado al vector de entrad a de la nave Covenant, esperando encontrar hacia donde estaban s iendo dirigidos, eso o asistir al In Amber Clad para hace rlos estallar hasta el infierno. Habían quedado atrapados en la estela de la nave Co venant y aceleraron muchas veces la velocidad máxima de cual quier nave del UNSC en el Slipspace. Un golpe de suerte. Nunca lo habrían alcanzado de otro modo. Técnicamente ‘la aceleración’ y ‘la velocidad’ eran términos inexactos. No tenían mapas para las once dimensione s del Slipspace, pero el Comandante Lash nunca había cons eguido la destreza de pensar tan abstractamente. Él volteo ha cia su Oficial de navegación. El efecto de esta estela significaba que en condici ones específicas las naves Covenant viajaban geométricam ente más rápido de punto a punto a partir de sus naves. Una ventaja estratégica adicional que los alienígenas poseían. El comandante Lash examinó a su tripulación del pue nte. Primero. El teniente Comandante Julian Waters, sentado al la do de él, escaneando los resultados de los esquemas del motor , con su frente surcada con líneas de preocupación. En naveg ación se encontraba la Teniente Bethany Durruno ejecutando u n diagnostico, cabeceando. Ella tenía hielo en sus ve nas, y tristemente esa calma fortalecedora bajo calamidade s era desaprovechada en el Slipspace. En la estación de s ensores estaba el Teniente Joe Yang; Su oficial menor había visto más batallas en los últimos cuatro años que la mayoría ha visto en toda una vida, y él había sufrido por eso. Atrás en Ingeniería estaba el Teniente Comandante Xaing Cho, haciendo s u trabajo y el trabajo de otros tres técnicos. Todos ellos habían tomado turnos dobles, y el esper aba comenzar a usarlos a todos ellos. El Dusk había estado atrapado entre rotaciones cuan do el Covenant golpeó la Tierra. La nave normalmente tení a una tripulación de noventa. Ellos tenían que arreglárse las con un complemento de cuarenta y tres. Y ahora estaban solos, también.

Page 163: Halo fantasmas de onyx.

El Redoubtable, el París, y el Coral Sea, con sus m otores más grandes, se habían movido a la cabeza de la estela Slipstream. Habían superado el rango límite del COM una hora at rás. “Aciertos de los sensores asociados, señor,” Yang d ijo. Una gráfica apareció sobre el monitor del Comandant e Lash, la frecuencia de esquematización y distribuciones temp orales de su estela de ion. Era una descomposición de la ley de energía. Ese era el último ion que podrían esperar. La estel a estaba tan fría como helio líquido. Eso quería decir ya sea el Dusk había perdido al In Amber Clad… o se habían retirado del Slipspace. “Mantente preparado para la transición,” Lash dijo. Sus oficiales instantáneamente, prepararon al Dusk para descender al vacío interestelar normal… o en la mit ad de una estrella o un planeta, por todo lo que sabían. No h abía quedado tiempo para tramar un curso. El comandante Lash aspiró profundamente. “Arroje las minas HORNET,” él dijo al Teniente Coma ndante Waters. “¿Señor?” Él preguntó. “Hágalo. Accione los códigos de denotación y luego arrójelos.” Waters suspiró explosivamente y asintió con su cabe za. “Sí, señor. Entendido.” Sus oficiales menores del puente intercambiaron una mirada, pero todos ellos sabían que tenían que perder las bombas atómicas. Iban a permanecer cautelosos, sin importar lo que c ostara, y materiales fisibles saldrían del Slipspace iluminan do con radiación Cherenkov… una señal de bengala para cual quier nave Covenant dentro de pocos minutos. “Minas fuera,” Waters murmuro. “Todo el poder externo fuera de línea,” Lash ordenó . “Parlantes cerrados. Examine nuevamente los amortiguadores del motor, y todo el poder para contrarrestar la serie de sensor es.” La tripulación luchó para hacer al Dusk virtualment e invisible. LEDs verdes se prendieron en el tablero de estado d el Comandante Lash. “Efectúe la transición,” él dijo. “Alerta,” El Teniente Durruno dijo desde su estació n de navegación. “Coordinando con el Teniente Comandante Cho en el c uarto del núcleo. En cuatro, tres, dos… ahora.”

Page 164: Halo fantasmas de onyx.

Las estrellas se dividieron en el monitor delantero . Un sol resplandeció a la izquierda. “Nuevo curso: cero tres cero por cero tres cero,” e l Comandante Lash dijo. “Una cuarta parte completa.” “Sí, señor,” Durruno dijo, “respondiendo nuevo rumb o.” Fue una buena idea alterar la trayectoria al salir de una transición en caso de que algún signo revelador de su apariencia se manifestara. Durante los siete años que él había estado en un merodeador. Lash había aprendido que esta clase de nave era una de las más lenta, menos energizada, y la nave más p obremente equipada en la flota del UNSC. La invisibilidad era su única defensa. El monitor del teniente Yang se iluminó con patrone s de onda portadora. “Señales,” Yang gritó. “No son de nuestr os chicos. ¡Son demasiados… al menos cien de ellos!” Durruno en navegación levantó su cabeza para una me jor visión, y luego regreso a su estación. “La señal se origina c erca del cuarto planeta,” ella dijo. “Magnificando e increme ntando la visión de la cámara de estribor.” El monitor central giro hacia estribor y la imagen se magnifico unas mil veces. Había cien o más naves Covenant, una súper base Cov enant o una ciudad orbital… y minimizando todo esto había una c onstrucción de un mundo anillo tan grande como una luna. Por un abrir y cerrar de ojos. Lash no pudo pensar. Él era todo animal, pelear o volar… con una porción abrumadora de su mente enfocó la atención en la parte del vuelo de modo im perativo. Él se recobró de eso. “Yang,” él murmuró. Yang fijó la mirada, boquiabierta por las abrumador as fuerzas Covenant. “¡Yang!” “Señor, sí.” Yang sacudió su cabeza para despejarse . “Estoy aquí, señor.” “Bien. Triple chequeo a todos los paquetes de senso res receptores. Asegúrese absolutamente que estamos fre nando lentamente. Muy lentamente.” “En eso, señor.” “Durruno,” El Comandante Lash dijo, “muévanos total mente

Page 165: Halo fantasmas de onyx.

despacio dentro de ese campo de asteroides, en dos punto cuatro AU (Unidad Astronómicas).” “Sí, señor.” Sus manos temblaron, pero ella tramó e l nuevo curso. “No hay rastro del In Amber Clad,” El Teniente Coma ndante Waters dijo, mirando fijamente su monitor. “o El Redoutabl e, París, o Coral Sea.” “Detectando múltiples aguijones de energía,” Yang d ijo, su voz ahora raramente estable. “pudieron habernos divisad o, señor.” “Prepárese para avanzar a todo poder,” el Comandant e Lash dijo. Los oficiales del puente se tensaron. “Señor,” Waters dijo. “Veo armas descargando en la región… dirigiendo fuego de plasma, proyectores de energía. Ninguno apuntándonos.” Lash aumentó el monitor hasta que las imágenes de l as naves Covenant se nublaron. Los destellos de fuego y las lanzas de relámpago entrecruzaron la oscuridad. “¿A quién Diablos le están disparando?” Lash murmur ó El Mayor Voro' Mantakree sacó su pistola lo más ráp ido y disparo a la cabeza del Maestro de Nave Tano. Las púas cristalinas arremetieron dentro del cráneo del Maestro de Nave y estallaron… rociando sangre, cerebro, y t rozos de su cráneo sobre la consola de comando. La magnitud de su traición no tenía precedente. ¿Qu é Mayor Sangheili se atrevería a desobedecer a un Maestro d e Nave, que tenia siete gloriosas campañas en contra de sus ene migos? ¿Quién asesinaría a su oficial superior en el puente del ú nico crucero

Page 166: Halo fantasmas de onyx.

renombrado de la flota? ¿Pero cómo podría Voro dejar que esto continuara?” Tano 'Inanraree había perdido su juicio, literalmen te y figuradamente. Y mientras el fervor religioso era a dmirable bajo la mayoría de las condiciones, no lo era si mataba a la tripulación entera del Incorruptible… y destruyera su carrera. Voro pasó por encima del cuerpo de su amigo y ex of icial comandante y sostuvo su arma. El puente con forma de U parecía en cierta forma má s pequeño ahora, la luz blanca-azul un poco más chillona que hace un momento, y las consolas holográficas se mostraban c ubiertas por iconos que él no pudo entender. Voro parpadeó y mir o con sus ojos despejados a los oficiales del puente. Los Sangheili del respetado Dn'end Legion… Uruo Los onaee en Operaciones y Zasses Jeqkogoee en Navegación… mirar on fijamente con sus fauces boquiabiertas, conmocionadas en la i nactividad. Y'gar Pewtrunoee en las estaciones de Comunicacione s/Sensores asintió con comprensión. Pero el par Lekgolo responsable de la seguridad en el Incorruptible se tensaron; Sus masas blindadas dier on dos pasos hacia el Mayor Voro. Sus púas se desplegaron en cól era. Uno de sus deberes era proteger al Maestro de Nave, y si f allaban, promulgarían la venganza en su asesino. En realidad, el par se unió, Paruto Xida Konna y Wa runa Xida Yotno, eran un misterio para Voro. Él los había vis to desgarrar a los enemigos por la mitad con sus ‘manos’ en medi o de una furia de sangre sin discernimiento, y luego hacer u na pausa para recitar poesía de guerra. ¿Cómo podría verdaderamen te entender al Lekgolo? Dentro de sus gruesas armaduras abundab an gusanos anaranjados… una colonia gestalt alienígena que Vor o nunca en toda la vida había encontrado. Prácticamente, eran indestructibles… al menos para Voro con su única pistola. La armadura Lekgolo podría resistir múltiples pernos de plasma antes de calentarse. Voro se mantuvo firme e inescrutable. El Lekgolo clavó los ojos en él. Sus figuras se est remecieron y las colonias de anguilas pulsaron en un armónico un isón produciendo un rugido subsónico, las palabras tenía n más sentido realmente escuchándolas. “Una ejecución misericordiosa,” dijeron conjuntamen te. “Usted le ha hecho al Maestro de Nave un honor.” Voro reanudó su respiración. Ahora eran de él para comandarlos y para enviarlos a la batalla. Al igual que el crucer o Reverence Incorruptible.

Page 167: Halo fantasmas de onyx.

“¿Alguien tiene una palabra para esto?” Voro pregun tó a sus oficiales en el puente. Se miraron el uno al otro. Y'gar, el oficial mas antiguo del puente, dio un pa so hacia adelante. Su única vanidad era su ojo izquierdo, el cual había sido cegado en combate. Él se había rehusado a cura r la catarata. “Tano fue devoto hasta el fin,” Y'gar dijo. “Pero s u razonamiento, a consecuencia de los acontecimientos recientes, no fue atinado. Esto fue lamentable, pero necesario Maestro de Nave.” Allí estaba: Voro era Maestro ahora. Todo el honor era suyo. Toda la responsabilidad también. Él lanzó una mirada a Tano, derramando su sangre vi tal sobre la consola de mando, y coloco una mano en el hombro de su mentor, un gesto de despedida. “Sáquenlo,” Voro murmuró. Y'gar hizo un sonido y tres Unggoy aparecieron y ll evaron a Tano fuera del puente, limpiando los restos que quedaban . Voro golpeó a uno que limpiaba con un trapo al lado . “Deje el resto de su sangre ahí,” él dijo. El Unggoy se escabulló. La impureza siempre permanecería en el alma de Voro ; Podría permanecer en la cubierta también, un recordatorio del precio que él había pagado por su supervivencia. Voro luego clavó los ojos en el proyector holográfi co central: En la ofuscación que rodeaba al Incorruptible. La Segunda Flota del Homogeneous Clarity estaba en caos; Más de cien naves hacían maniobras en vectores aleatorios, apenas evitando colisionarse, y en la distancia el arco pl ateado construido por los Forerunner, Halo… amenazador, im ponente, y la fuente de este problema. Había hecho que el Maestro de Nave Tano perdiera la razón. Él pertenecía a una secta confinada, los Gobernadores del Arrepentimiento, quienes creían que todas las creac iones Forerunner eran sagradas. Esto incluso se aplicaba a la infección parasitaria Flood en Halo. Tano había raz onado que los Forerunners habían creado una forma de vida perfect a, y por consiguiente era su deber protegerlos, incluso acep tarlos. Él había comandado al Incorruptible junto al anillo Ha lo para permitir que la enfermedad abordara.

Page 168: Halo fantasmas de onyx.

Eso nunca ocurriría mientras Voro respirara. El Flo od era una infección que tenía que ser limpiada. No había nada remotamente ‘santo’ en eso. El Incorruptible se estremeció. “Plasma sobre el escudo lateral de babor,” Uruo Los onaee dijo, recostándose sobre su estación de operaciones. Su v oz tensa delataba que él recientemente había sido iniciado e n el combate. “Exitosamente desviado, pero el escudo a colapsado. ” El casco retumbó otra vez. “Golpe en el escudo de popa,” Uruo dijo. “soportado .” “Una tercera parte del poder hacia adelante,” Voro dijo. “Gira para ofrecer los escudos de estribor.” Él volteó ha cia Zasses en navegación. “¡Trace aquellas soluciones de fuego y obtenga un objetivo!” “Haciendo cálculos, señor,” Zasses dijo. “Solución obtenida. Dos objetivos.” Un par de fragatas holográficas apareció en la cubi erta y aceleró hacia ellos: El Tenebrous y el Twilight Com punction, comandado por el Jiralhanae alfa, Gargantum. Esto era otro problema para Voro. En la confusión causada por la partida de los Profe tas, la antigua lucha entre Sangheili y Jiralhanae se había incrementado a genocidio. El par de fragatas se movía como una, aceleraron, s u línea lateral se calentó, y descargó una segunda salva de plasma hacia el Incorruptible. “Maniobra a uno dos cero por cero siete cinco,” Vor o gritó. “En ello,” Zasses contestó, y las estrellas rotaron a través del espacio holográfico. “Señor, eso coloca al trasport ador Lawgiver entre nosotros y ellos.” “El Lawgiver ha generado totalmente sus escudos lat erales,” Voro gruñó. “pueden tomar el golpe.” El par de fragatas se separo para esquivar el trasp ortador en su trayectoria de vuelo. Las naves enemigas, y sus tor pedos de plasma, se opacaron por la dimensión del trasportad or liso y brillante. “Calienta la línea cuatro y siete,” Voro ordenó, y prepárese para apuntar al Tenebrous a medida que emerge de la sombra del trasportador. Desvíe el poder del motor hacia el pr oyector de energía delantero y prepárese para disparar a capac idad total. Evalué una solución de objetivos basada en la últim o trayectoria

Page 169: Halo fantasmas de onyx.

conocida.” Uruo inclinó la cabeza y preparó las armas. El Maestro de Nave Jiralhanae alfa era salvaje, per o era efectivo. Voro no podría permitirse solamente herir a uno de ellos. Los bordes del escudo del Lawgiver brillaron tenuem ente, dispersando el plasma en vestigios fogosos… una des ventaja para ellos… una maniobra salvadora para el Incorruptible . El par de fragatas Jiralhanae aparecieron atacando, una sobre y debajo del trasportador. “Fuego todas las líneas,” Voro ordenó. Las luces en el puente se oscurecieron a medida que el plasma se acaloró y fluyó desde sus hileras laterales y hacia adelante en dos haces aniquiladores a través de la oscuridad. “¡Recepción de señales dirigidas detectadas!” Y'gar gritó. “Intentando desestabilizar.” Las manchas de plasma flotaron suavemente de acá pa ra allá y se propagaron en manchas de señales de medición de fue rzas entre ellos y el Jiralhanae. Voro no había anticipado que tuvieran tales dotes. Robadas, sin duda… así es que no sabía n todas las complejidades del sistema. “Reprograme para dirigirse hacia su señal bloqueada ,” Voro dijo. “Sí,” Y'gar murmuró, y sus manos se desplazaron por bloques de algoritmos sobre la consola. “bloque restablecido e n una nueva señal,” él dijo. Su plasma suavizó, se concentró… y aceleró. La fragata Jiralhanae se convirtió en su disparo, p resentando un blanco más pequeño. Una maniobra desesperada y no lo suficiente rápida. El escudo de la fragata se calentó, dispersando el primer perno de gas ionizado sobrecalentado. El segundo golpe ch oco en el casco desnudo, derritiendo los imponenentes escudos y sensores, hervían capas de aleación azul suave del blindaje. “Dispara el proyector de energía,” Voro ordenó, “so lución de objetivo para el centro muerto.” “Sí, señor,” Uruo dijo. “Proyector girando… dispara ndo.” Las luces del puente titilaron en un respaldo ultra violeta a medida que todo el poder del Incorruptible se drena ba en una lanza de destrucción.

Page 170: Halo fantasmas de onyx.

Iluminó el espacio alrededor de la batalla, una ilu minación purificadora. El Tenebrous se mostró congelado por un momento… antes de que la energía desgarrara a través de su c asco, bombardeando cubiertas internas hasta los átomos (e n medio del navío, y luego de popa a las bobinas de plasma) hac iendo pedazos la nave en una neblina de partículas encendidas. La fragata Jiralhanae superviviente, el Twilight Co mpunction, sin embargo, no fue tocada… y continuó hacia ellos. “Reciclando energía del motor,” Zasses dijo. “Quinc e segundos hasta que el motor vuelva a estar en línea.” Quince segundos podrían ser toda una vida luchando en un espacio abarrotado. “Descomprima la bahía de lanzamiento Seraph numero catorce,” Voro gritó. “Descargue el plasma de las bobinas aux iliares en las líneas laterales.” “Plasma desviado,” Uruo contestó, su cara ruborizán dose a púrpura. “Descompresión de emergencia… ahora.” Una vibración recorrió toda la nave a medida que la bahía se despresurizaba. Fueron propulsados bruscamente por la repentina salida del gas de su atmósfera, cambiaron de direcc ión hacia la fragata superviviente. Las líneas laterales del Inc orruptible parecían calentarse. Los motores del Twilight Compunction destellaron y giraron, maniobrando detrás de un destructor cercano por cob ertura. Se retiraban… como deberían cuando son encarados co n potencia de fuego superior… incluso si ese poder era una ilusió n. Voro se preguntó si el Maestro de Nave Jiralhanae, Gargantum, había estado a bordo del Tenebrous, o si él lo habí a enviado adelante como un señuelo. El trasportador, Lawgiver, giró, y láseres cubriero n la fragata. Varios haces trazaron su casco, calentando los escu dos… antes de que otro destructor cruzara la línea de fuego. “Bobina principal energizada,” Uruo dijo. “Nuevo curso: dos siete cero por cero cero cero. Ro mpe la formación de la flota. No podemos luchar sin destru ir a nuestros aliados así como también a nuestros enemigos.” El Incorruptible cambió de dirección y aceleró a un a posición a trescientos kilómetros de la flota. Varias naves se disparaban el uno al otro, pero muchos solamente iban a la der iva, inseguros de qué acción tomar.

Page 171: Halo fantasmas de onyx.

Sus líderes, los Profetas, estaban perdidos; Alguno s dijeron que los habían dejado para participar en el Gran Viaje. Los abundantes rumores decían que realmente se habían a liado con los Jiralhanae. Había, sin embargo, una amenaza mayor. El arco holográfico de Halo apareció en el monitor principal. Cuatro destructores se mantenían cerca, en ángulo r ecto, y apuntaban a centenares de nave más pequeñas (Phanto ms, Spirits, e incluso Banshees) que trataban de evacuar la supe rficie de la estructura en forma de anillo. Quemaron éstas nave con bombardeo de plasma y destellos de fuego láser… pero había mu chas naves intentando escapar. No podían permitirse que algo dejara ese lugar. Si una sola nave infectada por el Flood efectuaba una transición Sli pspace… su existencia acabaría. La plaga nunca más volvería a ser contenida. “Consígame un canal COM de la flota,” él dijo a Y'g ar. “Use las frecuencias personales de los Profetas.” “Señal adquirida,” Y'gar dijo. “Listo para emitir a la flota.” Voro habló: “Éste es el Maestro de Nave Voro 'Manta kree del Incorruptible para todas las naves leales a la Segu nda Flota del Claridad Homogénea. Hermanos, debemos dejar nuestra confusión, y debemo s cesar de atacarnos unos a otros. La reliquia sagrada está ma nchada. Debemos quemar la corrupción antes de que nos lleve a todos nosotros.” “Zasses,” él ordenó, “envíe soluciones coordinativa s del objetivo hacia la flota.” Él indicó sobre el monito r holográfico principal, seleccionando porciones del anillo Halo donde docenas de Spirits se esfumaban. “los debemos detener antes de que hagan contacto con uno de esos destructores.” “Sí, señor. Soluciones de objetivos enviadas.” La mayor parte de la flota, torpe y desorientada, l entamente se alinearon en una fuerza coherente de combate: El ar queado plasma de cien naves, y disparos láser con patrones de uni ón en la oscuridad del espacio. Bajo una salva tan destructiva de fuego combinado, las naves más pequeñas ardieron… dejando sólo escombros y marcos esqueléticos. “No se acerquen a los objetivos,” Voro dijo sobre e l COM de la Flota. “o la enfermedad se propagará.” Sus manos se aferraron a la consola de comando. Voro susurro al par de Lekgolo, “Revisen la nave, p atrullen continuamente, hasta que ordene lo contrario. Repor ten cualquier grieta en el casco no importa que tan leve sea. Cua lquier

Page 172: Halo fantasmas de onyx.

muerto. Cualquier cosa que pudiera ser la infección Flood.” Los Lekgolos Xida inclinaron la cabeza y se moviero n pesadamente fuera del puente, flexionando sus manos con expecta ción. “Uruo,” Voro dijo, “prepare la secuencia de autodes trucción. Debemos estar preparados.” Uruo inclinó la cabeza, sus fauces trabajaron nervi osamente, pero él colocó las bobinas de plasma en el modo de detonación. “Todo listo,” él contestó. “Uno de los destructores cerca del anillo saluda a la flota,” Y'gar dijo. “Rapturous Arc.” La estática crujió y surgió un susurro; “Éste es el Maestro de Nave del Rapturous Arc. Estamos agobiados. No les p ermitan hacernos sus instrumentos. No lo haré…” La señal terminó. El Arc Rapturous se movió, giró hacia las estrellas , y luego continuó cambiando de dirección hacia los otros tre s destructores de Halo. Hizo contacto con una de sus naves hermanas, los escudos de energía brillaron tenuemen te, las frecuencias se igualaron, y la nave infectada por e l Flood soltó un enjambre de formas bulbosas dese el trasportador . Voro dijo Sobre el COM de la flota, “Reapunten. Que men esas naves.” Voro luego ordenó a Uruo, “Calienta las líneas y el proyector de objetivos.” “Soluciones de objetivos listas,” Uruo anunció. Voro no podía tomar el riesgo. “Dispara,” él dijo. El plasma y los proyectores de energía fueron dispa rados desde una docena de naves cercanas y trazaron las dos nav es. Los escudos de los destructores colapsaron… las cubiert as crecieron descontroladamente hacia afuera desde la a popa has ta los compartimientos del motor… una oleada de iluminació n blanca brilló, y luego enfrió a consecutivas imágenes hume antes. “Nuevos objetivos,” él dijo a Uruo, indicando a los otros dos destructores cerca del anillo. “Coordine las soluci ones de objetivos a través de la flota.” Uruo vaciló sólo un momento, y luego inclinó la cab eza. “Cerrado y listo. Soluciones de objetivos enviadas, señor.” Esas últimas dos naves habían estado demasiado cerc a de sus equivalentes infectadas. No había margen de error a quí. Ni

Page 173: Halo fantasmas de onyx.

siquiera una sola célula de la infección Flood podí a escapar. “Señor,” Y'gar dijo, y se mantuvo derecho, “apuntó a los destructores con sus escudos disipados.” Voro inclinó su cabeza, casi sobrecogido con la nob leza de su hermano Maestro de Nave. “Envíe la orden a la flota,” él murmuró. “Dispare t odas las líneas y todos los láseres. Descargue los proyector es.” Las líneas de plasma se calentaron, separaron, y sa lieron en un enjambre fuera del casco del Incorruptible y la Seg unda Flota. Los proyectores de energía dispararon y descascaron la armadura de las naves en un instante. Los láseres acribillar on sus cascos hirvientes, y su aire despresurizado, enviándolos e n una caída. Los pernos de plasma impactaron, saliendo a presión a través de las aberturas, y encendiendo las naves. “Otra ronda,” Voro ordenó. “Quémelos hasta cenizas. ” Más plasma impactó y las naves en ruinas giraron ha cia la estructura Halo, capturados por su gravedad. Sería su hoguera. “Haga retroceder al Incorruptible,” Voro ordenó. “T reinta mil kilómetros.” Sobre el COM interno de la nave Voro se conectó con el par Lekgolo Xida. “Reporte.” Paruto habló: “Ninguna brecha detectada. Todas las naves personales respondieron. No existe contaminación.” Voro exhaló. Pero podía haber esperanzas de que pud ieran sobrevivir. “Detectando al Twilight Compunction, señor,” Y'gar dijo, “y otras dos fragatas Jiralhanae en un curso de interc epción. Sus líneas laterales están calientes.” La crisis no estaba todavía superada pero ya regres aban a los antiguos odios. Voro escudriñó la flota y vio que l os otros volteaban y disparaban sobre las naves que sólo mom entos atrás habían luchado uno al lado del otro. “Prepárese a efectuar una transición Slipspace,” Vo ro ordenó. “Con todo respeto, señor,” Y'gar murmuró. “¿Dejamos la batalla?” “Quedarse aquí y pelear hasta que todos nosotros es temos muertos es una locura. Todo ha cambiado. Escucharemos la ll amada Imperial del Almirante Xytan 'jar Wattinree. Les de bemos advertir lo que ha ocurrido… el jiralhanae, el Floo d.”

Page 174: Halo fantasmas de onyx.

“Matriz Slipspace energizada,” Zasses dijo. Él sacu dió su cabeza, confundido. “Anomalías detectadas en la dim ensión YED-4, señor… causa indeterminada.” “¿Podemos efectuar una transición segura?” Voro pre guntó. “Lo desconozco, Señor.” Las dimensiones del espacio Slipstream no presentab an ‘anomalías’. ¿Fue esto causado por el anillo sagrad o? No había tiempo para hacer averiguaciones. Tenían que arries garse. “Establezca el curso y ejecute la transición,” Voro le dijo. “Sistema Salia, mundo de la avanzada Joyous Exultat ion.” El merodeador Dusk del UNSC sobrevoló la zona sombr eada de la luna del cuarto planeta. Estaba tan tranquilo sobre el puente que el Comanda nte Lash escuchó su respiración y sus latidos. Cada monitor exhibió la furiosa batalla entre las fuerzas Covenant. El son del último acto de: Der Ring Des Nihelungen se reprodujo en su mente – Gotterdammerung, Ragnarok, Armagedón… el completo final del universo condenado. “Confirme que todas las grabadoras están en el modo de captura de alta definición,” Lash dijo. Durruno comprobó dos veces su estación. “Confirmado , señor,” ella susurró. “Señor,” el Teniente Yang dijo, “como ordenó, conde nsadores cargados, y todo seguros para entrar al Slipspace e n el vector tango.” Lash y el Teniente Comandante Waters miraron los mo nitores, observando como la flota Covenant se destruía a sí misma. “Lo que sea que esté ocurriendo allí afuera,” Water s comentó, “al menos no nos han divisado.” “¿Señor,” Yang preguntó, “qué cree que ocurrió?” “Hay una única cosa que podría ser,” Lash contestó. “Una guerra civil Covenant.”

Page 175: Halo fantasmas de onyx.

SECCIÓN V

EQUIPO AZUL

Page 176: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO VEINTITRES

1550 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ SISTEMA SOLAR, PLANETA TIERRA \ OCÉANO CARIBEÑO, CERCA DE LA COSTA CUBANA. El Equipo azul (SPARTANS: 104, 058, y 043) sentados en la bandeja sangrienta del Pelican a medida que rugía s obre el océano, a unos pocos metros sobre el agua. La escot illa de popa fue bajada, abierta a la fuerza ya que un disparo d e plasma había fundido el sistema hidráulico. Fred vigiló el jets camarada detrás de ellos, feliz de que esté por enc ima del agua en lugar de abajo. En las últimas dos semanas el Equipo Azul había sid o desplegado en numerosas operaciones en gravedad cero para repe ler las naves Covenant en órbita sobre la Tierra. Luego habían si do enviados al Monte Erebus en la Antártica donde neutralizaron una excavación Covenant con una bomba atómica táctica H AVOK. Ellos luego fueron redistribuidos fuera de la costa de la Península de Yucatán para un chapuzón. Las fuerzas Covenant habí an estado registrando el suelo marino por algo. Que precisame nte… una reliquia sagrada, una prueba geológica… nadie sabía , y no importaba. Lo que importaba era cuando obtenían lo que querían, la lógica del Covenant era luego cristalizar el pla neta para eliminar cualquier “infección” humana. El equipo azul había detenido ambas operaciones. Fred miró el océano y se preguntó cuánto tiempo pod rían mantener a raya al Covenant en el espacio. Su mirada descend ió al piso corrugado del Pelican. Había vivido al límite de su apodo “bandeja sangrienta”… manchada con salpicaduras de rojo oscuro congelado. Buenos soldados habían muerto hoy. En su HUD el TACMAP mostraba el borde de Cuba más a delante. Fred exhaló y despejó su mente. Estaban cerca de su terc er objetivo: Centennial Orbital Elevator. Había información dispersada acerca de que el Coven ant había invadido la instalación… antes de que todo contacto con el COE Control hubiera sido perdido. Fred se levantó y se estiró. Linda y Will se levant aron también, sintiendo que su breve tiempo inactivo estaba termi nando. Linda abrió una de las cajas que habían adquirido e n la Segunda Base Terrestre cerca de Ciudad De México. Dentro ha bía un rifle de francotirador SRS99C nuevo. Ella lo desensambló, limpió cada una de las partes, aplicó lubricante de grafito, y ensambló el arma con precisión mecánica. Ella luego examinó el Zoom Oráculo Variante-N que iba con el rifle, e hizo unos microa justes con un fino conjunto de destornilladores.

Page 177: Halo fantasmas de onyx.

William desgarró la caja de munición y cargó unos c argadores, ordenándolos por tipo: fragmentación y AP. Fred abrió una caja ‘transportador ovoide’ y dividi ó las granadas de fragmentación y las colocó en tres bols os. Él encontró un contenedor de datos de la ONI y lo e ncendió. Tenía nuevas matrices de traducción Covenant-Inglés y el último software de intrusión y de contra intrusión de la O NI. Actualizaciones cortesía de Cortana. Él lo lanzó de ntro de su bolso. En la cabina. El sargento Laura Smokes Tanner pilot eaba, mientras su Tripulación Principal, Cabo Jim Higgins , jugaba nerviosamente con el COM, tratando de filtrar repor tes de la acción en el espacio y en la tierra. Tanner hizo es tallar una burbuja negra y continuó masticando la goma de taba co de contrabando tan popular con hojas de NCO. “¡Así pues,” Tanner dijo a Higgins, “In Amber Clad fue tras el maldito acorazado Covenant a medida que hacía un sa lto Slipspace en la atmósfera! Aplastando Nueva Mombassa. No sé l o que esos fenómenos de barbilla partida harán después, pero e llos de seguro no se quedaran por ahí después de que lo enc uentren… eso es todo lo que oí. Los canales del CENTCOM están fu era de línea. Eso no puede ser bueno.” Fred miró hacia Linda y Will. Linda hizo un pequeño corte lateral con su mano, el gesto ‘mantén la calma’. No podían preocuparse por el cuadro estratégico may or. Tenían que permanecer enfocados en su parte. Asegurar el e levador orbital, y ganar esta guerra una batalle a la vez. Fred observó la costa cubana adelante: El oleaje y las arenas blancas. El Pelican emitió un chillido sobre la intrincada s elva. Cincuenta kilómetros en la distancia una línea se e xpandía desde la tierra hasta las nubes: El UNSC Centennial Orbit al Elevator, o como los locales lo llamaban: El Maíz de Tallo ne gro. Tenía doscientos años de edad, anticuado pero era u no de los pocos elevadores Orbitales sobrevivientes capaces d e elevar peso desde la Tierra. En las últimas dos semanas, los di spositivos nucleares destinados a ser modificados para propósi tos pacíficos habían sido transportados a Cuba. Las acciones reci entes habían agotado las provisiones nucleares del UNSC, y estas viejas, bombas de bajo rendimiento eran todo lo que había q uedado. El sargento Tanner continuó, “Si la flota Covenant realmente comenzara a destrozar las defensas orbitales. Se po ndría desagradable allá arriba. Especialmente las batalla s con la Segunda, Séptima, y Decimosexta Flota.”

Page 178: Halo fantasmas de onyx.

“…Siempre y cuando el plasma suficiente no comience a caer,” Higgin contestó. Tanner dejó de masticar su goma. “Múltiples Silueta s al frente. Banshee volando. Whoa…” Ella estiró el cuello, leva ntando la vista. Fred se movió hacia la cabina y siguió su mirada. A rriba del elevador orbital, pasó una neblina de nubes, un par de puntos… en cada kilómetro y medio de distancia una nave Cov enant… orbitando. “¿Qué diablos están haciendo ellos allá arriba?” Ta nner susurró. El Covenant en la columna orbital complicaba esta m isión. Las fuerzas en tierra podrían tener soporte aéreo, arma mento pesado, o artillería. Pero el Covenant no necesitaba el tallo para transp ortar una fuerza de invasión. Ellos simplemente aterrizaban s us naves o usaban haces de gravedad. ¿Por qué estaban ellos aq uí? El equipo azul tendría que moverse cerca antes de que ellos p udieran percibir sus intensiones. Fred estudió las imágenes del radar. “Hay un hueco en el patrón de patrulla de los Banshee.” Él golpeó ligeramente el borde distante de la pantalla. “Bájenos aquí. Entraremos a pie.” “Lo que usted diga,” Tanner dijo dudosamente. Ella empujó el acelerador y el Pelican aceleró, descendiendo ahora decapitando las palmeras. “Prepárense para un caluroso descenso, Spartans.” E lla hizo girar el Pelican alrededor y se hundió en la selva. “Llamen si necesitan ser levantados. Equipo Azul. Que tengan u na buena cacería.” Fred, Linda, y Will agarraron su equipo y salieron de un salto hacia atrás, seis metros hasta la tierra arenosa. El Pelican rugió alejándose. Fred apuntó al noreste y ellos se movieron silencio samente a través de la maleza tropical, y accedió a la sombra del Maíz de Tallo negro. Medio kilómetro desde el complejo del elevador, la jungla había sido despejada y había sido reemplazada por concret o, asfalto, y bodegas. Las grúas elevadoras de contenedores de ca rga se levantaban en lugar de árboles de coco. Fred oyó los golpeteantes pasos torpes de un Covena nt Scarab atacando la plataforma. Él divisó algo muy grande q ue se movía pesadamente a medida que colisionaba a través de un a bodega, desgarrando paredes de acero como papel de seda.

Page 179: Halo fantasmas de onyx.

“Problemas,” él susurró sobre el TEAMCOM. “Oportunidades,” Will contrarresto. Linda se dejó sus comentarios para sí misma y metód icamente envolvió el barril de su rifle nuevo con harapos ca fé y verdes. Ella se acostó en la maleza, acciono el Zoom Orácul o, y diviso a la distancia. “Personal UNSC caído,” ella reportó. “Termales frío s. Todos están muertos. Divisando seis… no, una docena de Co venant moviéndose en grupos de cuatro… llevan vainas de ca rgamento. No Elites. Brutes.” Fred hizo una pausa, recordando a las criaturas com o gorila de su operación en el Unyielding Hierophant. Un solo B rute había luchado contra John en su armadura MJOLNIR… y casi había ganado. No era tan malo como enfrentarse a un Hunter Covena nt, pero los Hunters sólo venía de a dos a la vez. “¿Adónde van ellos?” Fred preguntó. Ella desvió su mira. “Al elevador. Han recibido un vagón de ascenso medio lleno.” “Cambia para detectar neutrones,” Fred sugirió. Linda giró un dial en el Oracle scope. “Las vainas de cargamento están calientes,” ella confirmó. “¿Bombas atómicas?” Will dijo. “Los Covenant no usa n bombas atómicas. Tienen un decreto acerca de la utilizació n de armas ‘heréticas’.” Él estaba en lo correcto. Fred había visto a Elites , con la carga de sus armas agotadas, morir en vez de tomar los fusiles de asalto del UNSC a sus pies completamente cargado s. Pero los Brutes no eran los Elites. “Estimación de diez minutos antes de que el vagón d e ascenso esté cargado a su capacidad máxima,” Linda dijo. Fred tenía que pensar rápido, o si no lo conseguía, simplemente actuar. No, él resistió ese impulso. Mejor entender esto, al menos tácticamente, antes de tener a su equipo en a puros. “Podríamos tomar a una docena de Brutes,” Will dijo . “Linda podría dispararles a escondidas. Podríamos movernos y eliminarlos uno a la vez.” “Demasiado lento,” Fred le dijo. “Y enviarían por r efuerzos. El vehículo de ascenso podría estar ascendiendo su cam ino en el tallo antes de que pudiéramos llegar.”

Page 180: Halo fantasmas de onyx.

Linda movió su puntería de un lado a otro. “Encontr é un estacionamiento. Warthogs, camiones, APCs… un camió n cisterna de gasolina.” Fred y Will intercambiaron una mirada. “Es una vieja escuela rebelde,” Fred murmuró, “pero me agrada. Linda, has un hueco. Will, tú insertaras ese camión cisternas en el Scarab. Aseguraré el vagón de ascenso. Ustedes d os me encontraran después del estallido.” Él tomó un alie nto profundo, recordando qué tan resistentes eran estos monstruos . “Usan autolanzadores de granadas,” él les dijo, “y son de masiado fuertes y resistentes para enfrentarlos en un lugar estrecho. Intenten dispararles en la cabeza… en el rango.” “Roger,” Will dijo. La luz verde de estado de Linda parpadeó en respues ta. Ella ingresaría en su estado frío-helado de pensamiento zen. Fred asintió a Will y ellos corrieron en direccione s opuestas a lo largo del borde de la maleza. Fred se detuvo cua ndo él estuvo a un kilómetro de la posición de Linda, y luego él pulsó su señal verde de estado. Un momento más tarde. El estado de Will ardió verde . Fred recomprobó su rifle de asalto, sus cargadores adicionales, y luego se tensó preparándose para correr. Una patrulla de tres Brutes se movió a lo largo del borde de la instalación. Eran listos, limitándose solo a las so mbras, observando de un lado a otro, olfateando. Hubieron tres silbidos distantes… tres salpicaduras de sangre… y tres Brutes, cada uno perdiendo su ojo derecho y un a porción considerable de su fea cara, arrugada. No hubo luz de advertencia de Linda, así que ella n o tenía objetivos adicionales a la vista. Ella pronto se re posicionaría a una posición más elevada para obtener un mejor pu nto de vista. Ésta fue la apertura de Fred. Él corrió a toda velocidad a la base, y se agachó r ápidamente en torno de la esquina de una bodega… casi chocando co n un Brute que corría hacia su posición. Se levantó sobre él, cubierto de músculos gruesos c omo tablas y una piel azul opaca como de un rinoceronte. Fred disparó sin pensar, una ráfaga auto-completa, al centro muerto de masa. El Brute se apresuró, sin vacilar.

Page 181: Halo fantasmas de onyx.

Fred dio un paso a la carga de la bestia, embistien do su grueso cuello con la parte trasera de su rifle. Conectó. El Brute tambaleó hacia atrás y rugió. Fred descargó la ronda restante en su cargador en l a boca abierta del Brute. El Brute gruño un bocado de dientes destrozados, al rojo vivo y dio pasos dobles hacia Fred… y cayó. Fred reflexivamente volvió a cargar su MA5B, y desa celeró su respiración. Él le arrebató al Brute un RPG tipo es pada. Su rastreador de movimiento debería haber recogido al Brute. Tal vez el agua de mar que reciente lo había mojando y la incrustación de hielo había causado un problema en el sistema MJOLNIR. Fred reinicio su rastreador; Titiló, y luego mostró cinco contactos enemigos moviéndose rápidamente en su dir ección. Esto podría ponerse más complicado. Él oyó el trueno de un motor diesel, volteó, y vio el borrón de un camión cisterna de dieciocho ruedas chocando a t ravés de la puerta y el cuartel de guardia. Will estaba a punto de poner las cosas muy caliente s. Fred corrió, aplastando las paredes del almacén. Él volteo en la siguiente esquina y observó una bola de fuego envol viendo al Scarab caminante de cincuenta y cinco metros de alt o… el camión cisterna quedo aplastado bajo un ‘pie’. El Scarab comenzó a arder, y se abrió una brecha en su rector, arrojando plasma blanco-azul sobre las calles, volv iéndose asfalto hasta llamear, y derretir edificios blindad os. La luz verde de estado de Will titiló. Fred se movió hacia el inmóvil elevador orbital mas adelante. Acurrucados en el centro del soporte de la torre, l os cables de nano cables estirados para sujetar proposiciones de sde cien metros hasta kilómetros de distancia, y las líneas de los vagones del elevador esperaban en una cola. Los vagones eran usualmente cargados por grúa y rie les con vainas de cargamento de fibra de vidrio. Hoy sin em bargo, tres Brutes forcejearon cajas en el vagón, los aseguraro n con cuerdas, y las protegieron con cuñas de Styro foam. Fred sacudió su cabeza… como si esas bombas atómica s se detonaran si las empujaran. Podrías hacer estallar una bomba ahí dentro y sus cajas endurecidas apenas serían rasguñ adas. Sin los

Page 182: Halo fantasmas de onyx.

códigos de detonación, esas viejas bombas atómicas no eran más peligrosas que unos pisapapeles. Los Brutes entraron en el vagón, y comenzaron a for zar las anchas puertas cerradas. Fred emitió su luz verde de estado hacia Will y Lin da. Él no podía esperar. Él tenía que detener a esos Brutes a hora, antes de que ellos lanzaran el tallo… fuera de alcance. Él arrojó su rifle de asalto y levantó su capturado lanzagranadas. Disparó dos proyectiles arqueados de ntro del elevador. Fred corrió a toda velocidad por el vagón y cerro l as puertas. Las detonaciones brillaron intermitentemente adentr o. Fred saltó… torciéndose de costado, pasando a duras penas por el leve espacio entre las puertas. Él se posó en el suelo, comenzó a rodar en sus pies , y vio las expresiones de las fauces abiertas de los tres Brut es sorprendidos. Él niveló su rifle y disparó a uno en la cara. Fred volteó a medida que el otro parpadeó y cargó c ontra él. Él hizo estallar el punto blanco entre los ojos. El Brute lo tumbó, y sus puños bajaron dando golpes como martillos gemelos que dejaron estupefacto a Fred y redujeron drásticamente la carga de sus escudos a una cuarta parte. La sangre fluyó en su cara enmarañada… y luego fina lmente registró la ronda que había penetrado su grueso crá neo. Se tumbó sobre Fred, inerte. El último Brute le quitó de encima el cuerpo, y apu ntó un lanzagranadas en el HUD de Fred. El rifle de Fred estaba perdido. Él trató de quitar se de encima la desorientación del doble golpe demoledor. Sentía como si su cabeza estuviera llena de bioespuma. El Brute parecía sonreír abiertamente. Dos suaves soplidos sonaron. El Brute se rigidizó y colapsó sobre la cubierta, u n par de huecos rociaron sangre de la base de su cabeza. Las sombras cruzaron la leve abertura entre las pue rtas. Will y Linda se deslizaron adentro. Will se movió d irectamente al panel de control manual del vagón. El rifle de f rancotirador de Linda aún ardía.

Page 183: Halo fantasmas de onyx.

“Compañía entrando rápidamente,” ella dijo y luego le disparó a cada Brute una vez más. “espero que este vagón toda vía pueda moverse.” Fred recobró sus sentidos. El interior del vagón era un desorden. Las granadas habían averiado cada caja y perforaron hendiduras en las p aredes. Una docena de cabezas explosivas cónicas yacían desparr amadas, pero intactas, en la cubierta. Fred tomó posición en la puerta y miró hacia afuera . Tres tanques Wraith aplastaron un camino a través d el complejo, encabezando su camino. En el cielo. Banshee volaron en patrones circulares. Fred cavó en su bolsa y le dio a Will el contenedor de datos de la ONI. Will auto-arrancó el software de intrusión y atrave só el software de control del elevador. “Espera,” él dijo . “Aceleración máxima.” Los motores involucraron el ascenso y chillidos de frecuencia alta sacudieron ruidosamente el vagón. “Ah… el embrague,” Will apuntó y presionado un botó n. Una sacudida de aceleración ascendente golpeó. Fred , Linda, y Will se cayeron, y el vagón gimió y produjo un soni do metálico. Fred se dio vuelta y miró hacia afuera atreves de l as puertas abiertas. La tierra descendió afuera; Los tanques W raith se veían como juguetes. ¿Dispararían en el tallo? ¿O acumularían fuerzas y los seguirían con otro vagón? “Will” él dijo. “Estoy en eso.” Will regresó al panel de control. “Interconectando Con el Control del Tallo. Atascand o la secuencia de rastros. Eso los debería retardar.” Linda se desplomó al lado de Fred cerca de las puer tas abiertas. Ella colocó sobre el suelo un diminuto plato sateli tal y se abrió como un capullo rosado. “Obteniendo un interc ambio de señales de la red del UNSC,” ella reportó. “Contacta con el CENTCOM,” Fred le dijo a ella. “Di les que necesitamos una extracción extrema de órbita baja. Necesitaremos una nave rápida para entrar antes de que esas naves Covenant arriba puedan…”

Page 184: Halo fantasmas de onyx.

“Alerta,” Linda dijo. “El FLEETCOM está contactándo nos.” Ella volteó hacia Fred. “Es Lord Hood en la Estación del Cairo.” La voz confiada e inquebrantablemente de Lord Hood accedió al COM: “Deme una actualización de estado, Equipo Azul.” “Señor,” Fred contestó. “Las fuerzas Covenant en el COE estaban detrás de la inhabilitación del transportador usand o bombas atómicas encima de la flota. Hemos recuperado doce cabezas explosivas FENRIS. Estamos en el tallo camino a la órbita baja. Hay una compañía entera de Brutes sobre el terreno con tanques Wraith y refuerzos Banshee.” Fred levantó su cabeza hacia el cielo. A lo largo del arco de la Tierra las chispas distan tes y las líneas de fuego trazaban patrones de destrucción. L as largas huellas humeantes cayeron en picada al suelo, acaba ndo en flores termales de naves impactadas y bombardeo de plasma. Los cascos quebrados de naves del UNSC hicieron un patio óseo de la termosfera. Allí había naves Covenant en órbita también… muchas más de las que Fred recordaba… docenas. Él incrementó la magnificación directamente en su H UD. “Hay dos destructores Covenant en la terminal del e levador cerca de la Estación Wayward Rest.” “Enviaré a un merodeador para una extracción ELO,” Lord Hood dijo. “Prepara a tu equipo habrá una vacilación inu sual,” y luego él dijo en una voz decrecida, “Una cosa más h a subido: Un mensaje de la Doctora Catherine Halsey, y una nueva misión.” Fred, Linda, y Will se miraron unos a otros. “Un mensaje de la Doctora Halsey,” Lord Hood explic ó, “fue enviada en una señal del trasportador en Slipspace directo a Cortana. El mensaje fue subsiguientemente detectado por la Estación de Monitoreo Democritus del Espacio Slipst ream en Plutón. Tendrá más sentido si usted escuchara y ley era el material. Coloque treinta y siete en el esquema de código.” Fred digitó sus códigos de codificación. Treinta y siete correspondía para la palabra OVEJAS VESTIDAS DE LOB OS. Él introdujo en la computadora el código. “En condi ción de recibir, señor,” Fred le dijo. El mensaje de Cortana se reprodujo. Los Spartans escucharon su angustia cibernética sob re la nueva amenaza Halo y el Flood. John había estado con ella ahí… no

Page 185: Halo fantasmas de onyx.

había detalles específicos aparte de la única menci ón de él en la nave Forerunner. Lord Hood tenía que enviarlos c omo respaldo. Pero luego El mensaje de texto de la Doctora Halsey apareció, explicando el descubrimiento de nuevas tecnologías Forerunner, y la posibilidad de capturarla y usarla para neutrali zarlos a ambos: El Covenant y la amenaza Flood. Fred releyó el mensaje; No había mención de Kelly. Sus ojos se demoraron en la última línea: “ENVÍE SPARTANS.” Él ahora entendió por qué la Doctora Halsey los hab ía dejado, aunque no su temeraria desatención del protocolo de misión. Ella había seguido algunas pistas encontradas en las rui nas de Reach, o quizá dentro del cristal azul alienígena. Fue una aventura de alto riesgo que afortunadamente había dado frutos. Si ella había descubierto una reserva escondida de tecnología, en tonces podría cambiar el curso de esta guerra. Fred sostuvo sus manos, con las palmas levantadas, y dio un leve encogimiento de hombros a sus compañeros de equipo, solicitando sus opiniones. Linda asintió. Will dio el signo de aprobación. “Entendemos, señor,” Fred contestó, “y estamos list os para la redistribución. Este sistema Onyx, sin embargo…” él recomprobó la coordenada estelar incrustada en el mensaje. “es tá a semanas fuera de la corbeta más rápida del UNSC”. “Nosotros simplemente tendremos que hacer lo mejor que se pueda,” Lord Hood dijo. “El Pony Express estará lis to y en espera de su equipo. Saltarán en el mismo momento e n que ustedes aborden. Enviaré refuerzos si nosotros los podemos escatimar.” Fred se asomó por las puertas del elevador. Afuera el cielo azul se volvió negro y las estrellas no centelleantes ah ora los rodeaban. Él entrecerró los ojos. En la órbita medi ana había lisos destructores Covenant… mucho más rápidos que cualquier nave humana. “Señor,” él dijo. “Creo que nos he encontrado una m ejor forma. Pero voy a necesitar los códigos de detonación para estas cabezas explosivas FENRIS.”

Page 186: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO VEINTICUATRO

1420 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)\ SISTEMA SOLAR, PLANETA TIERRA\ EN ORBITA MEDIA CERCA DEL CENTENNIAL ORBITAL ELEVATOR DEL UNSC. Fred, Linda, y Will se aferraron a la base de la to rreta, tratando de hacerse tan pequeños como fuese posible . No era un arma tan imponente como sus homólogos más grandes m ontados en naves de guerra Covenant. Con una bobina de energía alrededor de un tercio del tamaño de un Warthog, era apenas capa z de ocultar tres Spartans. Un gran plan... siempre y cuando el arma no fuera d isparada. Dos Destructores Covenant flotaban en la oscuridad, sus suaves cascos parecían más una criatura de aguas profundas que una nave espacial. Una docena de naves de combate Seraph y u n puñado de transbordadores en ángulo hacia sus naves base. Fred les dio un rápido asentimiento a los demás. Estaba funcionando. Al menos, así como cualquier pl an que pudiera involucrar tres seres humanos en contra de cientos de Brutes y la fuerza combinada de dos buques de guerr a listas para la batalla. La corveta Chalons del UNSC había llegado, pero no para una infiltración atrevida. Había sido de poca distracci ón, dándole a las naves del Covenant algo en lo que enfocarse a m edida que los Spartans eran transferidos fuera de la cabina del a scensor. Cuando dos naves de descenso Covenant llegaron a re coger las ojivas, Fred, Linda y Will habían tenido sigilo baj o uno de los buques y (si su suerte se mantenía) serian transpor tados lejos. La ‘suerte’ de esta misión no podía darse por conce dida… porque por encima de ellos estaban sentadas una docena de – ahora armadas – ojivas nucleares tipo FENRIS. ‘Un pequeño trozo de Armagedón’, Will las había lla mado. Su nave suavemente aceleró hacia uno de los destruc tores y una bahía libre de transporte se abría ante ellos. Divisó la otra plataforma a medida que se movían ha cia la nave hermana. Entonces el casco del destructor pasó por delante de ellos y le cortó la vista. La gravedad artificial t iró de ellos. Habían logrado adentrarse. Los tres Spartan se deslizaron desde la parte infer ior de la nave y salieron de las sombras.

Page 187: Halo fantasmas de onyx.

Fred y Linda se pusieron a cubierto en torno a cada bifurcación del casco. Will saltó a la parte superior del buque . Diez jackals y una veintena de grunts estaban en la bahía abierta entre los dos cascos de la nave – un espaci o usualmente envuelto por un campo gravimétrico, ahora se redujo para permitirles descargar su carga robada. El Equipo Azul abrió fuego. Tres Jackals cayeron, pero el resto de los alieníge nas cabeza de buitre encendieron sus guantes escudo y retrocedier on. Los Grunts se dispersaron, y Will concentró su fuego so bre ellos, eliminando a seis, encendió un paquete de metano, q ue explotó en una bola de fuego y acabó con otra docena. Fred y Linda combinaron fuego contra el Jackal líde r de armadura roja. Su escudo brillaba, falló, y rondas perforant es penetraron su cuerpo, haciéndolo estremecerse y bailar. Dos Ja ckals chillaron, se prepararon y tiraron granadas de plas ma a Fred. Linda los localizó, disparó una vez, dos veces, dis parando a medio lanzar ambos proyectiles. Las granadas estallaron en un spray de gas ionizado medio caliente, que hizo que los escudos de energía de lo s Jackals y Spartan brillaran y se drenaran. Mientras tanto, un par de Jackals abrieron fuego co ntra Will; esquivó los disparos, pero se vio obligado a volver . Un perno de plasma quemó cerca del casco de Fred, p ero él lo ignoró y se centró en la pareja que apuntaban a Wil l. Pasó su rifle de asalto MA5B a modo automático y disparó. L inda combinó su fuego y los Jackals cayeron. Los últimos cuatro Jackals cargaron contra Linda y Fred… disparando sus pistolas de plasma. Linda hizo un puño y lo bombeo una vez. Fred asintió con la cabeza y se desvaneció detrás d el casco, dejando una granada preparada sobre el suelo. Volvió a recargar, esperó dos latidos del corazón, y luego dos explosiones estremecieron a través del casco. Fred se movió hacia arriba y disparó contra los jac kals heridos que luchaban por salir de la cubierta. Él miró por otro objetivo. Nadie más solo los Spartans estaban de pie. La cave rnosa bahía de transporte del destructor estaba vacía salvo cad áveres mutilados y ensangrentados de grunts y jackals. Fred señaló a Linda y luego a las armas nucleares e n la nave.

Page 188: Halo fantasmas de onyx.

Tenían que conseguir desactivar esas cosas. Ella as intió y se dirigió hacia las ojivas FENRIS. Fred se dirigió a un conjunto de presurizadas puert as y al cercano panel de control. Tres Spartans no podían tomar una nave del Covenant ; no en circunstancias normales, pero el Equipo Azul tenía tres ventajas. Primero tenían el elemento sorpresa. ¿Qué capitán d el Covenant soñaría que tres seres humanos abordarían su nave y la capturarían? Luego, Equipo Azul había estado en un buque de guer ra enemigo antes; ellos sabían del diseño básico. Y por último, y más importante, el Covenant es lent o para cambiar. Mientras que su tecnología estaba siglos p or delante de la más avanzada que la del UNSC podría reunir, se h abía convertido en dogma más que en ciencia. Ellos no in novaban; eran imitativos. Ciertamente, ellos sabían acerca de la captura del Ascendant Justice por John. Si eso hubiera ocurrido a un buqu e del UNSC, habría nuevos protocolos de seguridad promulgados e n todas las naves de la flota para evitar que volviera a sucede r. Fred estaba apostando sus vidas a que el Covenant no pen saba así. Él recuperó el contenedor de datos de la ONI, recie ntemente actualizado con el software de traducción del Coven ant, lo colocó sobre el panel de control. Luces púrpura par padearon en el panel cerca del contenedor a medida que los prog ramas de infiltración de la red del contenedor se iniciaban… y se deslizó en el sistema de la nave del Covenant. Él estaba dentro. Igual que tener alrededor a Corta na… sin la charla. Fred buscaba mensajes entre naves y se encontró una alerta: el equipo de descarga de las armas nucleares estaba ex cediéndose para el reporte. Un equipo de Brutes había sido env iado para ver qué le pasaba. Will y Linda se refugiaron dentro de la cabina de l a nave. Fred deseaba poder unirse a ellos. Ellos encendieron la nave. Se levantó, dio media vu elta y retrocedió hasta el rincón más alejado para protege r las armas nucleares de la próxima fase de su plan. Fred volvió al contenedor de datos. Tenía poco tiem po antes de que la nave entera fuera alertada de la fuerza inva sora de tres. Fred se desplazaba a través del sistema de la nave y encontró el icono que él necesitaba: una flecha rodeada de punt os dobles.

Page 189: Halo fantasmas de onyx.

Presurizo las moléculas de oxígeno. John les había mostrado aquello. Fred hizo caso omiso del atasco de los mam paros del sello propio de la nave, entonces se abrieron. Toda puerta de presión entreabierta… él las aseguró. El programa de Hackeo de la ONI se agitaba a medida que despojaba los protocolos de seguridad. Él preparo l as vainas de vida de la nave y congeló su sistema hidráulico de bloqueo de aire. Él mostró luces de estado color rojo, ámbar y verde , para darle a Will y Linda una cuenta regresiva. a medida que el verde fue parpadeando, Fred se apod eró de una manija en la pared y agarró el contenedor de datos. A medida que la luz ámbar se atenuaba, él esclavizó los controles del escudo de energía sobre la bahía de t ransporte, soltó las vainas de emergencia, y anulo las cámaras de aire. En rojo... le dio un puñetazo a la liberación maest ra. Un tambor de chasquidos golpeaba el casco del destr uctor. El escudo de energía de la bahía de transporte se d esvaneció. Un huracán tiró de Fred, volaron fuera las vainas d e carga, los órganos, las herramientas, los pequeños buques de r eparación, y los cuerpos de jackals y grunts. Él se aferró a la manija; por un lado de la barra d e metal doblada y tiró libre, pero entonces se calmó la tre menda tormenta. Todo el aire había evacuado al espacio. Fred volvió a comprobar sus reservas atmosféricas. Ellos habían estado en combate y en el COE durante mucho tiempo en el que nadie estaba tomando pequeñas respiraciones. Su tra je MJOLNIR apenas tenía siete minutos de aire. Volvió al contenedor de datos y comprobó: todos los pasillos y las habitaciones sin lectura de presión. A menos que hubiera fuerzas del Covenant en trajes de presión, esta nave era una nave fantasma ahora. Will y Linda se unieron a él. Fred desvió el poder, y las puertas se deslizaron a briendose. El Equipo Azul entró en el pasillo y rápidamente se di rigieron hacia el puente. Seis muertos. Brutes yacían en el suelo. A pesar de su ferocidad, incluso ellos tenían que respirar. Fred se detuvo en otra serie de puertas de presión y accedió a los paneles de control.

Page 190: Halo fantasmas de onyx.

Linda se arrodilló a su lado, con el rifle francoti rador a la altura de su hombro, con la mira en el centro de la s puertas. Will estaba en el lado opuesto, con una granada en cada mano, listo para lanzarlas. Fred toco el mamparo con su casco, y escuchó, aumen tando sus sensores auditivos. Nada. Él luego abrió las puertas. El puente ovalado estaba vacío excepto por un Hunte r que milagrosamente se aferró a la barandilla de la cons ola de comandos. Dentro de la armadura de ocho centímetros de espesor del monstruo, su cuerpo, compuesto por una colonia de criaturas anguilas, se había escurrido y se congeló sobre la cubierta. Los tres Spartans comprobaron las escotillas de las vainas de emergencia por cualquier signo del enemigo. Fred vi o más allá del espacio abierto, las estrellas… y los otros des tructores del Covenant volviéndose hacia ellos. Él se trasladó a la plataforma de comando e incrust o el contenedor de datos en la localización de la interf az. Fred tenía que darse prisa; tenía que moverse lento, tam bién. Corriendo ahora podría provocar errores que podrían costarles más tiempo. Tomó todo lo que tuviera que centrarse en las matrices del lenguaje, números, e iconos. Will observó desde una escotilla de la vaina de eme rgencia, y susurró por el TEAMCOM, “Destructor en vector de in tercepción.” Fred acceso a la memoria del contenedor de datos y obtuvo una solución de salto Slipspace proporcionada por un of icial de navegacion en la estación Cairo. Él esperaba que la nave del Covenant aceptara las matemáticas humanas o ellos e starían atrapados aquí. Linda se unió a Will cerca de la escotilla abierta, mirando a través del Zoom Oráculo de su rifle de francotirado r. “Diez mil kilómetros y acercándose rápidamente,” el la dijo. “Arma las cabezas FENRIS,” Fred le dijo a ella. “Recibido,” ella dijo. Esta era la parte donde la suerte de su plan se est iraría a su parte más delgada. ¿Si el Covenant transportaba las ahora activas ojiv as nucleares hacia sus naves? ¿Podrían darse cuenta que los deto nadores se habían preparado?

Page 191: Halo fantasmas de onyx.

“Confirmación de bloqueo de señal,” dijo Linda. “Bueno, vamos,” Fred susurró hacia el contenedor de datos. Las superficies de los comandos se iluminaron y geo métricos holográficos derivaron sobre su superficie. Una ver sión pequeña de la consola apareció en su tablero de datos con l as traducciones en inglés. Fred tomó el comando esférico de Slipspace y lo gir ó. El estado listo parpadeo en un color ultramarino. É l introdujo las coordenadas del salto. La esfera luego se congeló, y un vector blanco se e xtendió hacia pequeñas estrellas que aparecieron sobre la superfi cie del comando. Un estallido estelar intermitente de oro a pareció para iniciar la transición Slipspace. “Cuenta regresiva de dos segundos,” dijo Linda “en mi marca.” Will tiró del sistema hidráulico de la escotilla ab ierta, agarró la puerta, y la puso de nuevo en su lugar. El proyector holográfico del puente principal parpa deó y mostró al destructor acercarse. Indicadores de advertencia señalaron que las líneas laterales de plasma de las naves se calentaron. “Contador de tiempo de dos segundos confirmado,” di jo Linda. “Comandos aceptados y confirmados. Todas las seis c abezas nucleares FENRIS muestran estados de armadas y list as.” “Marca,” Fred pulso el botón de salto. No pasó nada... El negro espacio se tornó blanco. Lord Hood miró desde el puente de comando de la est ación Cairo, pasando por alto el gorjeo de las señales de emerge ncia. El destructor Covenant había maniobrado para un alc ance óptimo del plasma. Esperaba que los escudos de la nave cap turada por los Spartans rechazaran por los menos una salva, y le diera al Equipo Azul el tiempo necesario. El plan del Spartan-104 había sido genial, pero seg ún la opinión experimentada de Lord Hood, era suicida. La Doctora Catherine Halsey le había dicho una vez en confianza que sus Spartans consideraban su deber en probar que lo imposible es posible. Las líneas de plasma de la nave Covenant se enrojec ieron, con pernos formados, y disparados. Al mismo tiempo, el destructor enemigo brilló dentro de sus escudos de energía; su casco

Page 192: Halo fantasmas de onyx.

resplandeció y se vaporizó junto con los robados di spositivos nucleares detonados. Un círculo de luz blanca apare ció al instante antes de que los escudos polarizados de la estación Cairo cortara la visión de las pantallas. Proyectó manchas térmicas y radiológicas de color ámbar y rojo multi plicándose hacia el exterior como un bocel oscilante. La Estación Wayward Rest había sido destruida tambi én. La longitud del Maíz de Tallo Negro, se arrugó y cayó a la Tierra. No había rastro de la nave en manos de los Spartans . No había manera de saber si habían tenido éxito y saltaron a l espacio Slipstream o no. Lord Hood optó por creer que habían hecho lo imposi ble y susurró. “Buena suerte, Equipo Azul.”

Page 193: Halo fantasmas de onyx.

APÍTULO VEINTICINCO

1440 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ A BORDO DEL CAPTURADO DESTRUCTOR COVENANT BLOODIED SPIRIT, EN ESPACIO SLIPSTREAM. Fred estaba sentado sobre la cubierta del puente de l Bloodied Spirit, respirando aire matizado con el perfume de sangre Hunter. Eso olía como plástico quemado para él. Él pulió un diminuto espejo y lo colocó detrás en e l contenedor de su sensor. Resbaló en el pauldron de su armadura MJOLNIR y pulso sobre la cobertura. El espejo estaba cubierto con sal marina, causando que su sensor de movimiento fallar a… y casi costándole su vida en La Habana. Linda pasó una cantimplora a Fred y derramó su cont enido para obtener su atención. Él lo aceptó, abrió su HUD, y disfrutó del sabor del agua no reciclada ¿Eran ellos tres en esta nave los últimos Spartans? Fred se preguntó si John estaría muerto. O Kelly. No hubo m ención de Kelly en el comunicado de la Doctora Halsey. ¿Y qué le había ocurrido al Equipo Gris en una misión fuera de los límites del espacio UNSC, ahora perdidos por más de un año? Él nunca expresaría estas preocupaciones. Podría debilitar e l estado de ánimo del Equipo Azul. Pero por primera vez, la dud a real deterioró la confianza de Fred. Dudaba que John, Ke lly, y los demás estuvieran vivos. Linda tocó su brazo con un dedo y dispersó estos pe nsamientos. Ella luego palmeó la cabeza nuclear con forma de ba la en el piso al lado de él. “¿Recuerdas? ¿La base rebelde?” Habían traído una de las cabezas explosivas FENRIS aquí en caso de que necesitaran una opción final. Fred no pensab a que pudieran llegar a necesitarla… pero era mejor cubri r todas las eventualidades. “¿La base rebelde?” Will preguntó, dándose vuelta y despertándose. “Fue hace veinte años atrás,” Fred explicó. “Los re beldes en el Sistema Tauri afirmaron que tenían bombas atómicas para comercializar. El equipo azul fue enviado para recu perar las cabezas explosivas, pero resultó ser una trampa.” É l meneó su cabeza. “Habría funcionado también, si no hubiera s ido por Kurt.” Linda tomó la cantimplora y la alzó. “Por nuestros amigos

Page 194: Halo fantasmas de onyx.

ausentes,” ella murmuró y sorbió. Ella pasó la cantimplora a Will, quien bebió profun damente. Un octaedro rojo brilló intermitentemente sobre la consola de comando Covenant. Proyectó haces ámbar sobre la sup erficie y las geometrías holográficas intercambiaron. Los Spartans cerraron sus HUD. Fred se movió a la consola, dominó los controles, p ero se revirtieron, parecía tener una mentalidad como la d e ellos. ¿Había Covenant vivos en esta nave, tratando de rec uperar el control? Una traducción se desplegó a través de su contenedo r de datos: ‘BLOODIED SPIRIT…SISTEMA AUTOMÁTICO ACTIVADO… PARA LUCHAR… CUANDO ESCUCHEN LA LLAMADA PARA GUERRA… ADVERTENCIA… ANOMALÍA EN EL SLIPSPACE DETECTADA… DIMENSION YED-4… CAUSA: RESULTADOS SINGULARES.’ “Problemas,” él dijo a Linda y Will. Linda saltó a la estación de armas y sus manos se m ovieron sobre la superficie. “Calentando líneas de plasma,” ella dijo. “Creo. Capacitor láser cargando.” Will se mantuvo de pie en la estación de navegación . “Estamos aproximadamente a dieciséis años luz de Onyx,” él d ijo. “Ningún sistema estelar u otro cuerpo significante en la re gión. La matriz Slipspace deconvolucionando.” Fred tecleó un hexágono… el comando de reinicio de la matriz del espacio Slipstream. Parpadeó una vez y se desvaneci ó. “Entraremos a espacio normal,” él dijo. “Estén list os.” Las estrellas parpadearon en el visualizador hologr áfico del puente junto con cuatro naves Covenant. Tres naves más pequeñas daban caza a uno más volumi noso. Los pequeños eran dos terceras partes del tonelaje del Bloodied Spirit. La nave mayor era dos veces su tamaño. Los contornos lisos de las naves hicieron a Fred pensar en tiburo nes cazando a una ballena. Lanzas de plasma relampaguearon desde las tres nave s y brilló a medida que colisionaban en los escudos de la nave m ayor. “Creo que nos retiramos del Slipspace por alguna an omalía,” Fred dijo. “O… en respuesta a una señal de socorro. No e stoy seguro de cuál.” “¿Qué nave?” Linda preguntó. “¿A cuál apuntamos pri mero?”

Page 195: Halo fantasmas de onyx.

El proyector holográfico central se desvaneció y un Brute erguido se materializó delante de ellos con su piel azul gris, una cabeza de gorila, y fieros ojos rojos. Él habló en una serie de gruñidos y siseos. Una traducción apareció de pronto en el contenedor de datos de Fred: “Hermanos, el cisma está aquí. Finalmente som os libres para aplastar las razas inferiores. Nosotros ya no seremos dirigidos por…” El Brute miró alrededor del puente, parpadeó, y lue go miró encolerizadamente a Fred. Siseó y desapareció. En el contenedor la traducción de una solitaria pal abra apareció: “Demonios.” Una de las naves más pequeñas viró hacia ellos. Esf eras azules brillaron intermitentemente sobre la consola de arm as de Linda. “Nos apunta,” ella dijo. “Eso contesta tu pregunta,” Fred murmuró. “Apunta a las naves más pequeñas. Will, consígueme el mejor vector para una transición Slipspace hacia Onyx.” Fred no tenía intención de involucrarse en un comba te nave a nave. Él no era capitán. Él estaría en aguas demasi ado profundas si esto fuera una nave del UNSC con controles que é l pudiera entender, y la astrogación, tácticas, y sistemas de armas con los que él estuviera familiarizado. Sobre el Bloodi ed Spirit, él no podría comenzar a entender cómo luchar. Correr e ra la única opción realista. “Trabajando en una solución,” Will dijo. Él echó un a mirada de acá para allá entre la hoja impresa del plagio de l os símbolos traducidos y las matemáticas Covenant que brillaban intermitentemente ante él. “Tiempo sobre el objetivo calculado,” Linda reportó . “Listo para disparar el plasma.” “Solamente cómpranos tiempo,” Fred le dijo a ella. “no nos movemos para involucrarnos.” “Fragata Covenant ahora en el rango de armas,” Lind a dijo. “Líneas de plasma calentándose. ¡Han disparado!” En el proyector central lanzas gemelas de color car mesí se movieron a gran velocidad desde la nave y hacia ell os. Círculos chasquearon en las puntas de estas líneas, que lueg o se torcieron en esferas tridimensionales. La perspectiva holográfica se deslizó hacia atrás y mostró la fragata, el plasma, y las naves en sus posiciones r elativas. Las esferas translúcidas giraron alrededor de los dispa ros de plasma y se transpusieron sobre el Bloodied Spirit.

Page 196: Halo fantasmas de onyx.

“Creo que esas esferas dirigen las soluciones,” Lin da dijo. “Indican hasta dónde pueden dirigir las manchas de plasma. Nos tienen.” “Haznos retroceder,” Fred le dijo a Will. “De acuerdo” Will examinó los controles. Él agarró una flecha naranjada y la torció a popa. “Respondiendo complet amente a reversa,” él dijo. “No será suficiente,” Linda dijo. Linda colocó ambas manos sobre sus controles, y un nuevo par de esferas apareció en el campo de estrellas. “Esa es nuestra solución de fuego,” ella murmuró, y su voz se enfri ó hasta la temperatura del nitrógeno líquido que Fred había ll egado a identificar con su estado mental zen. Fred consultó su consola. “Trece segundos hasta el impacto de plasma,” él dijo, y sus manos agarraron los bordes de su consola. “Vector Slipspace calculado,” Will dijo, “condensad ores cargando… en veintitrés segundos.” Linda hizo unos diminutos ajustes en sus controles, y dio un golpecito hacia adelante con sus dedos. “Plasma fue ra,” ella dijo. Las luces del puente se oscurecieron. El holograma principal mostró al Bloodied Spirit a medida que sus líneas l aterales destellaban y su plasma se desprendió y aceleró hac ia afuera, pero no hacia la fragata enemiga, más bien hacia lo s pernos de plasma que se acercaban rápidamente. Esferas direcciónales aparecieron en las líneas de plasma de Linda. Sus manos se torcieron y cambiaron de direcc ión. El plasma osciló de acá para allá en respuesta. Las líneas enemigas comenzaron a moverse también. Fred entendió lo que ella trataba de hacer: Luchar fuego con fuego. Pero chocar un haz de plasma con otro a esta s velocidades era como disparar una bala al aire. Los movimientos como en trance de Linda desacelerar on. Los pernos de plasma corrieron uno hacia el otro. E l plasma del enemigo viró fuera de dirección. Linda juntó sus manos en un manchón… ambos pernos d el Bloodied Spirit se movieron en espiral alrededor de la línea de fuego del enemigo, más ajustado y rápido, y conectaron.

Page 197: Halo fantasmas de onyx.

Tres líneas se denigraron en una masa informe y los jets hicieron erupción a través de la oscuridad del espa cio, desvaneciéndose en una neblina de color rojo. “Lo tengo,” Linda murmuró. “El otro perno aún nos rastrea,” Will dijo. “Colisi ón en dos segundos.” “¿Escudos?” Fred preguntó. “Trabajando,” Will dijo. “No… están derribados.” Los proyectores holográficos derramaron luz roja re splandeciente sobre el puente. Bajo la cubierta, la nave se estremeció. “Pérdida de poder a través de todos los sistemas,” Will dijo a Fred. “Condensadores Slipspace drenándose desde nov enta y ocho porciento… intentando reprogramar.” “Salta ahora,” Fred ordenó. “Antes de que perdamos más poder.” Las transiciones Slipspace efectuadas con un bajo p oder eran técnicamente posibles. Durante los últimos treinta años las naves del UNSC habían intentado tal maniobra, dos v eces. Ambas veces tuvieron éxito al efectuar una transición… at omizados en pedacitos. Fred esperó que la tecnología Covenant tuviese una mejora para ese problema. “Sí,” Will dijo. Él golpeó ligeramente un control. Las naves enemigas y las estrellas desaparecieron d el proyector. Los Spartans se mantuvieron silenciosos; Fred sujet ó su aliento, inseguro de si estallarían. Los proyectores se tornaron completamente oscuros. Estaba silencioso. Los parámetros Slipspace emanaron a través de la co nsola de Will. “Nosotros lo hicimos,” Will respiró. Fred exhaló. “Buen trabajo,” él les dijo. Él se lev antó allí estupefacto y silencioso a medida que él resolvía l a lógica innegable de qué simplemente había ocurrido. “¿Qué es eso?” Linda preguntó. “Estamos en espacio Slipstream,” él dijo, “y contes tó a una señal de socorro de una nave en combate en espacio normal.”

Page 198: Halo fantasmas de onyx.

Linda asintió y nerviosamente flexionó una de sus m anos. “¿Entonces?” Will preguntó. “El Covenant puede envi ar señales en Slipspace. Entonces nosotros también podemos.” “Pero no tomen precipitadamente esas señales en esp acio normal,” Linda dijo. “Pudieron haber escuchado el mensaje de Cortana y d e la Doctora Halsey,” Fred les dijo. “pueden saber todo.” El maestro de nave Voro agarró firmemente el riel d e su plataforma de comando y gritó, “¡Ahora! Todos los p ropulsores contesten al nuevo curso uno ocho cero por cero cer o cero. Desvíen la energía del motor y del escudo hacia el proyector de energía delantero.” “Contestando al curso nuevo,” Zasses dijo. El Incorruptible dio vueltas en torno… su impulso c ontinuó hacia delante… pero ahora encaraban al par de fragatas qu e perseguía. Uruo en su estación de Operación gritó, “Proyector caliente, señor. Solución de objetivo lista.” “A mi palabra.” Voro vaciló y escuchó tres pulsaciones de sus coraz ones… uno por la fe, uno por la familia, y el último por el honor … el ritual de mediación del Mendicante. La fragata delantera disparó láseres. “Sección de la armadura principal uno y Ventral Tre s gravemente dañados,” Y'gar anunció con absoluta calma. “Mantente alerta,” Voro dijo. Él sintió los ojos de sus oficiales subalternos sob re él. Se preguntaban quizá, como estaba, si él había perdido la razón. “Déjelos acercarse para la carnicería,” Voro dijo. “Pero tenemos un disparó. Espera… Espera…” Ambas fragatas, el Twilight Compunction y el Revena nt, llenaron y nublaron los bordes de los proyectores holográfic os, con sus líneas laterales energizándose. Un solo disparo, normal del proyector de energía po r sí mismo no podría destruir una nave Covenant de guerra. Eso po dría eliminar

Page 199: Halo fantasmas de onyx.

los escudos, pero tenía que ser seguido por un pern o de plasma para dañar o inhabilitarla. Ésta era una táctica neutralizadora para las hábile s maniobras empleadas por un par de fragata Jiralhanae. Cambiab an de posición para tomar alternados y eficaces golpes de plasma, dándole al par de escudos energizados. Luego podría n combinar potencia de fuego. Si no cometían errores, entonces eran más que un combate para el Incorruptible. Ésta era la manera táctica estándar de pensar Coven ant. Los acontecimientos recientes, sin embargo, habían estr emecido a Voro qué había considerado comportamiento ‘estándar ’. Ésta sería una jugada, pero en la estimación de Voro, su opció n sólo era ganar. “Ahora,” Voro profirió. “¡Dispare!” El sobrecargado proyector de energía cursó un estre mecimiento a través del Incorruptible. Todo su poder… escudos, motores, las reservas del c ondensador Slipspace… canalizado en una solitaria explosión de l proyector. La oscuridad del espacio interestelar se dividido. Los escudos del Revenant hirvieron y estallaron. El casco se descascaró, burbujeando, a medida que el rayo penet raba a través y de un lado a otro. La fragata fue cortada por la mitad diagonalmente, ventral hacia adelante hasta la popa dorsal… hasta que el plasma cortó las líneas de estribor. E l fuego resplandeció a lo largo de su superficie y alcanzó las bobinas principales. La sección de popa de la nave explotó y sus secciones medias y delanteras se desplomaron en lla mas y arrojaron humo. “Todos los sistemas de armas inactivos,” Uruo repor tó, a medida que él se quedó con la mirada fija en la destrucció n. “Nada de poder para maniobrar,” Zasses dijo nervios amente. “Los propulsores en espera.” La otra fragata Jiralhanae viró y continuó cambiand o de dirección, presentando conos de llamarada desde el motor a medida que se marchaba. Después de ver el aniquilam iento de su nave hermana, el Twilight Compunction tenia pocas g anas de confrontarlos a solas. Como Voro había esperado: El Jiralhanae se apresura ba para actuar sin pensar. Eran salvajes, sí, pero no suici das. Él contó sus bendiciones que el Maestro de Nave Jir alhanae no se hubiera tomado su tiempo para escanear al Incorrupt ible para evaluar su valor de batalla. “Reparaciones en curso,” Y'gar anunció. “Todas las tripulaciones

Page 200: Halo fantasmas de onyx.

en la labor. Estimación setenta ciclos hasta que la s líneas de plasma estén listas.” “Dirija las reparaciones a las bobinas y los conden sadores Slipspace,” Voro ordenó. “Una Maniobra táctica brillante, señor,” Zasses dij o, e inclinó su cabeza. Voro gruñó. ¿Brillante? Desesperado era más cercano a la verdad . Pero Voro nunca expresaba sus sentimientos en estos asuntos a nte su tripulación. No los expresaba, sin embargo, sintió una mezcla de vergüenza y disgustó detrás de su garganta. Él se h abía jugado el todo por el todo para ganar. ¿Quizá esto era lo que sentía Tano? ¿Las vidas de sus hermanos en sus manos en ca da misión? Voro se sintió indigno para liderar. Él analizó el proyector central. La fragata Jiralha nae se había dirigido a la tercera nave de su grupo de batalla, el que había empezado a atacar al Bloodied Spirit. Habían interceptado las transmisiones del enemigo y habían visto a los humanos a bordo del Bloodied Spirit. Una reve lación perturbadora. “Zasses,” Voro gruñó. “¿Usted rastreó al Spirit a m edida que saltaba?” “Sí, señor,” él contestó, y recomprobó su consola. “Sólo un sistema estelar en ese vector.” Voro apretó sus dientes y flexionó sus manos. Luego al menos el Bloodied Spirit podría ser cazado y destruido. “Pre párese a saltar. Debemos advertir a nuestros hermanos… de to do.”

Page 201: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO VEINTISEIS

1520 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ EN EL CAPTURADO DESTRUCTOR COVENANT BLOODIED SPIRIT, EN ESPACIO SLIPSTREAM. El Espíritu Sangriento estaba en llamas. El disparo que había tomado de la fragata del Covenant había golpeado un a línea auxiliar de plasma, y el fuego estaba transmitiéndo se a lo largo de su superficie en una nube carmesí. Las furiosas llamas hicieron imposible las reparaciones. Fred no pudo e ncontrar los controles para apagar la dañada línea sin necesidad de apagar la bobina de plasma principal y colocarse fuera del Sl ipspace… así que dejó que se quemara. La aleación púrpura fundid a emanaba desde el casco hasta la popa, consumiendo los sopor tes vitales y varios nódulos de sensores. El Espíritu Sangriento iba a durar solo unos minuto s más, pero era, él esperó, todo lo que necesitara. Will suavizo sus manos sobre la consola de navegaci ón. “Transición a espacio normal en tres segundos,” el dijo, “dos, uno… ahora.” Las estrellas parpadearon en el proyector central. Fred se trasladó en perspectiva a lo largo del Bloodied Spi rit, revelando agujeros humeantes en su costado, dejando al descubierto conductos arrojando plasma, y en lugare s cavidades de dos cubiertas de profundidad. Un planeta giraba a la vista. El salto de Will había sido asombrosamente preciso. Estaban sólo unos cien mil kilómetros del mundo conocido como On yx, una joya de azul y blanco contra el negro. “Parece habitable,” comentó Fred. “Leyendo vapor de agua, oxígeno y nitrógeno,” dijo Linda. “¿Otras naves?” Fred le pregunto, “escanea la regió n.” Linda se inclinó sobre los sensores del Covenant. “ No hay señales de plasma, ni siluetas en el radar,” ella d ijo. “No nos siguieron.” “Sin embargo,” agregó Will. “Me quedo con el golpe de suerte,” le dijo Fred, “y descubrir por qué lo hicimos tarde.” Fred no podía relajarse, aunque, siendo Líder del Equipo Azul y la responsabilidad d e ‘capitán’ de esta nave era sólo suya.

Page 202: Halo fantasmas de onyx.

Había sido entrenado en astrogación rudimentaria y en tácticas de nave a nave, pero no era suficiente; era como tr atar de realizar una cirugía cerebral con sólo un botiquín básico. Entre mas rápido consiguiera estar en tierra donde podría luchar en sus propios términos, seria mejor para todos ellos. No estaba seguro de lo que el Covenant hacía, lucha ndo entre ellos y robando armas nucleares humanas… pero lo qu e fuera, esperaba que mantuviera ocupado al capitán del Cove nant que habían visto, pues no iba a permitir que una nave C ovenant con tripulación humana se saliese de su radar durante m ucho tiempo. “Señales terrestres,” dijo Linda. Líneas ondearon e n una ventana flotante de su consola. “UNSC E-Band.” “Ponlo en el audio,” dijo Fred. Hubo un silbido, una explosión, y se cortó. El silb ido se repitió y de nuevo se quedó en silencio. “Esa señal es una secuencia,” menciono Linda. “Espe ra, ralentizando en un factor de trescientos.” Una serie de pitidos resultaron del ruido. “Mas lento,” Will le dijo a ella. Tres largos pitidos, luego tres mas cortos, y tres largos. Después de un momento, se repetía. “No es un ‘SOS’,” declaro Linda “es un ‘OSO’.” “¿La fuente de la señal?” Fred le preguntó. Linda regresó a la consola. “Fuente de puntos múlti ples,” ella dijo. “ciclos de forma aleatoria. Alguien no desea que ll eguemos a triangular.” “Si el SOS es una llamada de socorro,” Will mencion o, “¿entonces que se supone que es OSO? ¿Una advertencia? ¿Por qu é la Doctora Halsey envío una llamada de auxilio y luego nos adv ierten de inmediato?” “El mensaje se repite cada doce segundos,” dijo Lin da. “Veintisiete unidades OSO, una pausa de dos segundo s, y entonces el resto de las ciento dieciocho unidades.” “¿Veintisiete por uno uno ocho?” Fred lo consideró “¿Latitud y longitud?” “¿En qué dirección?” Will pregunto. “¿Norte o Sur? ¿Este u

Page 203: Halo fantasmas de onyx.

Oeste? ¿Todos los equivalentes de aquellas permutac iones para las fuentes de señales aleatorias?” Se acercó a la estación de Linda. “Allí,” ella dijo. “Veintisiete grados al norte, ci ento dieciocho este.” Fred les dijo: “Establezcan un curso hacia esas coo rdenadas. Danos una salida de órbita agradable y fácil de gra bar. Tenemos que…” “Espera,” dijo Linda. “Recogiendo contactos. Espera ... recalibrando.” Su mano se movió sobre la superficie de control. “M últiples siluetas en órbita alta. El sistema los perdió; no se establece el seguimiento de algo tan pequeño. Los objetos son de tres metros de largo. En el proyector central.” Fred se trasladó a la pantalla holográfica. Flotand o delante de él estaba una estructura simple: Tres brazos cilínd ricos montados paralelamente entre sí. Desde una vista fi nal formaban un triangulo equilátero. En el centro de este conju nto una esfera, un cuarto de metro de diámetro. Los brazos eran una franja de metal mate satinado. La resolución era lo suficientemente buena para ver el arremolinado patrón grabado en la aleación. La esfe ra resplandecía en un rojo pálido, como si se calentar a desde dentro. Nada conectaba la esfera a las barras asoci adas. No había campos de energía brillante, tampoco. “¿Una bomba?” Fred preguntó. “Nueva tecnología de l a Doctora Halsey?” “No hay radiación detectada,” informo Linda “¿Satélites?” sugirió Will. “Estoy leyendo dos mil cuatrocientos veintitrés de estos objetos en órbita,” Linda, dijo. “Eso es una exageración pa ra una red COM. Espera, ellos están rompiendo órbita.” Con un movimiento de su mano cambió la perspectiva en el depósito central y Onyx derivó en el centro. El Blo odied Spirit era un guión brillante color púrpura entre las estr ellas. “Mejora de imagen en línea,” ella dijo. Una nube de puntos rojos que invadieron en el negro del espacio y poco a poco se desviaron hacia ellos. “¡Escudos!” Fred murmuró a Will. “Respondiendo. Máxima resistencia confirmada.” Will recomprobó los controles. “No hay error,” el dijo. “Están arri ba en esta ocasión.”

Page 204: Halo fantasmas de onyx.

“Si esos no son armas nucleares,” Fred les dijo, “n o hay forma en que algo tan pequeño pueda penetrar los escudos del Covenant.” Fred vio en el proyector holográfico como los hosti les se acercaban. Era como ver llegar una marea, y Fred re cordó una de las lecciones que Deja le había dado en su infancia : Un enjambre de medusas en línea en la marea de una playa de Aus tralia. Una picadura de los pequeños invertebrados causaba necr osis en los tejidos y parálisis. Un centenar era exageradamente letal. “Haznos retroceder. Will,” él ordeno. “Algo está pasando,” dijo Linda. La imagen en el proyector se incremento en un grupo de las naves espaciales. Siete de ellos se movían en una línea. La vista se retrocedió y puso de manifiesto otras f ormaciones idénticas. Siete de estas líneas apiladas en un tri ángulo alargado, y las esferas en el patrón de cuarenta y nueve naves brillaban al rojo vivo. “¡Golpes a babor!” Exclamo Fred “Energía de emergen cia a los escudos.” La cubierta se inclinó. “Respondiendo a golpes en el puerto,” gritó Will. Una ráfaga de luz dorada abrumo la imagen en el pro yector. El marco del Bloodied Spirit resonó como si hubiera si do golpeado con un martillo. La gravedad artificial fallo y Fre d se agarró de la barandilla. “El lado de estribor fue golpeado” menciono Will. “ Escudos destruidos.” Fred movió su mano por la consola y el Bloodied Spi rit apareció en el proyector. Un enorme cráter en la armadura de l casco azul ardía al rojo vivo. Electrónica cristalina crepitab a, las cortadas líneas de plasma arrojaban fuego. A medida que la nave giraba, Fred vio que el agujero era de cinco cubier tas de ancho y tenía una perforación limpia a través de la banda de babor. “Presión principal del plasma nulo,” informo Will. “Reciclando las celas de combustible. Capacitadores Slipspace c argados. Tenemos suficiente energía para saltar.” Linda miró a Will y luego a Fred y asintió con la c abeza. Fred observó como más drones alienígenas se cristal izaban en retículos triangulares. Individualmente no podían competir contra una simpl e nave

Page 205: Halo fantasmas de onyx.

Covenant. Combinados, ellos tenían suficiente fuerza para ato mizar al Espíritu Sangriento. “No nos vamos,” murmuró Fred. “Nos moveremos mas ce rca. Will, dame una solución de salto en las coordenadas a vei ntisiete grados de latitud norte, ciento dieciocho de longit ud este, la elevación de quince mil metros.” “En eso,” dijo Will, y él miró fijamente las matemá ticas del Covenant como el vapor encima de su consola. “Linda, acciones evasivas,” ordenó Fred. Su mano se fundió en los controles holográficos y e l Bloodied Spirit se inclinó hacia delante, acelerando, lo cua l hizo un silbido en el casco con la tensión. Las diminutas naves alienígenas fácilmente rastrear on su movimiento, alrededor de ellos. Naves Covenant pueden realizar y determinar saltos Slipspace bastante precisos. Pero, ¿podría el debilitado casc o del Bloodied Spirit sobrevivir a un cambio instantáneo de presión, cambiar de cero a más de un kilogramo por centímetr o cuadrado? Y eso solo era contando la atmosfera. Su velocidad en el aire podría ejercer fuerzas tremendas en los bordes prin cipales de la nave. “Curso trazado,” anuncio Will “Sólo una aproximació n de segundo orden, pero el sistema de salto está aceptando los números. Voy a tener los términos de orden superior en un minuto .” “Asegúralo” ordeno Fred, “Linda, dame todo el poder a los motores. Esclavízalo a las coordenadas de salto de Will a través del sistema de navegación y danos una cuenta regres iva de treinta segundos.” “Hecho,” dijo. “Movámonos, Equipo Azul,” les dijo Fred. “Estamos a bandonando la nave.” Era un día perfecto en la península envuelta en sel va. El cielo estaba salpicado de un cobalto cristalino con nubes en forma de altocúmulos (Nube formada por una capa de masas redondeadas con una base nivelada) y bolas de algod ón. El zumbido de lo insectos y el graznido de las aves ce saron abruptamente y cientos de guacamayos alirrojo huyer on cuando el mundo estalló sobre sus cabezas. Una mancha de quince kilómetros de largo, de vapor de agua condensada estropeó el aire, y de ella una bola de fuego de color rojo y todas las nubes del Bloodied Spirit la nzadas como una bala. Retumbos sónicos se agitaron fuera de la proa del destructor. La armadura de placas hexagonales revol oteó y se

Page 206: Halo fantasmas de onyx.

desprendieron, revelando un marco esquelético. Las descargas estáticas se arquearon desde la nave hasta las nube s y hacia atrás. Dentro del Espíritu Sangriento incendios arrasaron de proa a popa y cada cubierta resplandecía en caliente, arra strando las llamas y un aceitoso humo negro. La nave se balanceaba y la nariz empezó a temblar h asta que toda la longitud de la nave se tambaleó. La una vez mortal nave Covenant no era más que una masa balística, un meteoro, con sólo una trayectoria pos ible: una parábola que cruza hacia la superficie del planeta. Una docena de drones perforó a través de las nubes con vórtices giratorios a la izquierda, y a continuación un cent enar de drones más aparecieron, dando persecución. A medida que el destructor se redujo a un centenar de metros, el calor encendió un corredor en la selva, dejando un camino abrazador a su paso. Los restos de la desintegrada nave llovieron en los árboles, triturándolos a astillas. Los drones se acercaron y dispararon. A medida que el Bloodied Spirit giraba y su bahía d e transporte presentaba cimientos, lo que parecía ser otro pedaz o de la nave que cayó, girando hasta que se desplomó por debajo de la cubierta, y entonces los motores de las naves de de scenso se encendieron y se enderezaron. El dinamismo de las diminutas naves destruyo comple tamente tres árboles de higuera de Bengala (o árbol Baniano) ant es de tocar tierra y rasparse en una parada completa. Tres figuras se aflojaros de la nave en forma de U sincronizado, y rápidamente se fundió en la selva circundante. Fred vio pedazos del Bloodied Spirit caer a la tier ra. El suelo debajo de él se estremeció por los impactos. Drones aceleraron tras el perdido destructor, tanto s que el cielo ennegreció. Un destello cortó a través de la selva, lanzando so mbras largas y rígidas. Una presión disparó rocas, astillas y ve getación ardiendo lanzándolo sobre su cabeza, encendiendo ho jas y madera, y aplanando maleza y árboles. El Bloodied Spirit había aterrizado. Un kilómetro al norte un muro de fuego de combustib le de plasma se disparó hacia el cielo y las nubes de encima se separaron.

Page 207: Halo fantasmas de onyx.

Fred encendió su estado verde a sus compañeros de e quipo. La luz de estado de Linda quemo en verde, pero Will permaneció un momento a oscuras, y luego parpadeo en ámbar. Hubo un revuelo en el detector de movimiento de Fre d, a las dos en punto, luego nada. ¿Otra avería? Linda cambió la luz a ámbar también. No, problemas reales. Fred localizó su rifle de asalto y cubrió el área. Linda pronto estaría en posición de francotiradora. Will atraerí a lo que sea que estuviera a la intemperie. ¿Los habían encontrado tan rápido los drones? ¿O ha bía logrado el Covenant encontrarlos aquí después de todo? En su HUD, un solitario canal COM seguro se activó. El altavoz de su casco silbó con estática, y luego una voz tan familiar como la suya habló. Kelly le susurró: “Olly olly oxen free.”

Page 208: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO VEINTISIETE

SÉPTIMO CICLO, 49 UNIDADES (CALENDARIO DE BATALLA COVENANT) / A BORDO DEL TRASPORTADOR SUBLIME TRANSCENDENCE DE LA FLOTA, EN ÓRBITA SOBRE JOYOUS EXULTATION, SISTEMA SALIA. El Unggoy Kwassass conocía su lugar a bordo del tra nsportador Sublime Transcendence del Covenant. Él debía estar pisando bajo las botas de sus gloriosos oficiales Sangheili. Él debía limpiar, fregar, esperar en las sombras por órdenes , y nunca hablar a menos que le hablaran. Entre sus otros deberes Kwassass era también respon sable del mantenimiento de la subcubierta de almacenamiento K . El engranaje minero que había demandado el mundo forta leza humano Reach había sido almacenado en la subcubierta K. La s excavadoras, los transportadores terrestres, los pr oyectores portátiles de micro-energía, las celdas de combusti ble de plasma todo colocado en filas ordenadas. Él había recibido órdenes para reparar y volver a e quipar todo, una tarea enorme que tomaría seis meses y la tribu entera de la Cubierta-K. Era una responsabilidad aplastante… per o también una tremenda oportunidad. Kwassass caminó a lo largo de los corredores oscuro s de la subcubierta K, admirando sus espacios como de caver nas y el calor del lugar. Incluso después de siete años de s ervicio para el Covenant no podía ayudarle a maravillarse en su copiosa riqueza de calor. Después de congelar cada día de s u infancia, observando a su familia una por una sucumbir a la m uerte azul, el calor era algo que él nunca asumió que fuera cie rto. Él divisó un grupo de obreros jugando un juego con rocas, saltándolas sobre una que otra cuadrícula rayada en el piso. Se rieron y apostaron diminutos tanques de comprimidos orgánicos y cristales de audio. Kwassass se unió a ellos, perdió algunos cartuchos de formaldehido, ganó un viejo archivo de la BBC, y lu ego les deseó que estuvieran bien y siguió en su patrulla matutin a. Hoy era mejor mantener las apariencias. Él caminó hacia el Sector Tres de Almacenamiento, a segurándose que nadie lo notara. Kwassass había oído sin intención a un Sangheili ha blar de vainas de benceno que necesitaban eliminar en ese s ector. ¡Precioso pulmón dorado! Él suspiró, reviviendo el placer de su última inhalación del divino aroma. Él desaceleró en el lugar, aunque; El Sector Tres d e

Page 209: Halo fantasmas de onyx.

Almacenamiento era un área oscura dónde sólo los Hu ragok se aventuraban, a medida que estaba lleno de conductos de plasma activados. Los Huragok como vainas tentaculadas nunca hablaban a los de su especie. Algunas veces arreglaban cosas para ellos… pero tal como a menudo deshacían cosas y las dejaban de ese modo. Él había aprendido que era mejor evitarlos, a medida q ue el Sangheili valoraba sus servicios. Kwassass se aventuró en la sección oscura de la nav e. Sólo la incandescencia de ocasionales bobinas de pl asma proveían una luz azul espectral, y las sombras estaban llena s de Huragok flotantes que murmuraban unos a otros con gorjeos u ltrasónicos. Esta noche parecían moverse con mayor determinación , flotando en vainas de a tres mas distantes dentro del sector de almacenamiento. Él siguió una de estas vainas y emergió en una cáma ra circular, iluminada por un cambiador de calor aéreo que chorr eaba líquido de refrigeración verde fluorescente. Una máquina se alzaba imponentemente en la cámara. Era cinco veces su alt ura en cuclillas, y tomaría treinta Unggoy para circunferi r su superficie curveada. Docenas de Huragok se aglomeraron en torno al objet o, sus tentáculos delicadamente investigaban su superficie en veneración. El dispositivo de metal era de plata al descubierto , lo que era una rareza en las aleaciones del Covenant. Kwassass fue atraído por el material brillante. Él quiso tocarlo, tomarl o para él. Había pictogramas alienígenas al lado y él dirigió su mano sobre ellos. Aunque su tribu había sido entrenada para oír y tra nscribir transmisiones alienígenas como parte de sus deberes , ellos tenían prohibido leer. Había cuatro pictogramas. El primero eran tres líne as conectadas. El segundo era un punto vacío. El terce ro era un ángulo de dos líneas. El último icono era el mismo ángulo invertido con una línea horizontal al medio de ella s. … N…O…V…A. Muchos de los Huragok se aglomeraron en el costado distante, y Kwassass delicadamente se abrió camino entre ellos para ver que era tan interesante. Una caja negra yacía en la cubierta. El Huragok quitó inconscientemente un panel del cil indró: Un

Page 210: Halo fantasmas de onyx.

enredo de cables y el cableado se extendía desde un a cavidad en el cilindro hasta está caja. Dentro de la caja había relampagueando luces rojas, azules, y verdes y muchos botones. Él se arrodilló y tocó un botón. Un sonido provino de la caja: Una serie curiosa de ruidos, detonaciones, y profundos retumbos que hizo a Kwass ass reír nerviosamente. Una transmisión alienígena extraña. Un tesoro ciertamente. Él quizá podría intercambiar esto por un extraño AS THE WORLD TURNS (mundo como curvado) que él había e scuchado que estaba en la cubierta M. El ruido se detuvo, así es que él tocó el botón, y el ruido se repitió para su deleite. Él se esforzó en descifrar los sonidos. Como toda t ransmisión humana él entendió muchas de las palabras, pero muy poco de lo que realmente quería decir. Esta voz tenía un acent o gangoso. Él escuchó otra vez, esforzándose para entender… “…Soy el vicealmirante Danforth Whitcomb, temporalm ente al mando de la base militar Reach del UNSC. Para los uglies Covenant que puedan escuchar, tienen pocos segundos para rezarle s a sus condenados dioses paganos…” “Hemos sido traicionados por aquéllos en los que má s confiábamos,” dijo a gritos el Almirante Imperial y Comandante Regente de la Flota Combinada Righteous Purpose, Xy tan 'Jar Wattinree. Él sacudió ambos puños a medida que habl aba. “hemos sido traicionados por nuestros Profetas.” El Sangheili se levantó a tres metros y medio de al tura y llevaba puesta una armadura plateada cubierta de gr abados dorados Forerunner del Sacred Mystery. En el centro de la cámara de discurso a bordo del supertrasportador Sublime T ranscendence, la imagen de Xytan fue holográficamente amplificada de esta manera se levantó treinta metros delante de ellos, y las réplicas de imagen hicieron que su cara estuviera p resente en las cuatro direcciones simultáneamente para la mult itud. Xytan parecía nada menos que un dios. El Maestro de Nave Voro se levantó en atención y ob servó al legendario comandante. Él nunca había sido derrotad o en combate. Él nunca había fallado en alguna tarea, ningún asun to lo desafiaba. Él nunca estaba equivocado.

Page 211: Halo fantasmas de onyx.

El único defecto del Almirante Imperial era que él había sido tan reverenciado, algunos decían que incluso más qu e cualquier Profeta. Por el pecado él había sido exiliado a los mundos al margen del vasto Imperio Covenant. Esto había ocurrido antes; El anterior Comandante S upremo de la Flota del Particular Justice nunca había regresado de la ‘misión gloriosa’ en que los Profetas le enviaron. Xytan había convocado a todas las facciones de los Sangheili a Yoyous Exultation. Él era, en la opinión de Voro, s u mejor oportunidad para la supervivencia. Voro era uno de los treinta Maestros de Nave repres entantes que fue llamado de las doscientas naves en órbita para escuchar estas palabras. “Yo, como todos ustedes, creí en nuestros líderes y su sagrado Covenant,” Xytan continuó, su voz resonaba fuera de l domo del estadio de plata en lo alto. “¡Cómo pudimos nosotro s haber sido tan voluntariosos de creer en un Covenant de mentir as!” Xytan hizo una pausa y miró entre ellos. Los treint a Maestros de Nave y sus guardias parecían ser tragados por el es pacio vacío en la cámara, diseñada para una multitud de tres mi l. Nadie se atrevía a hablar. “Han exigido la destrucción de todos los Sangheili. Se han alineado con el Jiralhanae barbárico,” Xytan dijo. Él suspendió su cabeza y sus cuatro mandíbulas se abrieron descu idadamente por un momento, y luego él miró hacia arriba, una n ueva determinación ardía en sus ojos. “El Gran Cisma est á sobre nosotros. El inquebrantable Escrito de Unión Covena nt ha sido dividido en pedazos. Éste es el fin de la Novena, y ultima, Edad.” Un gruñido hizo eco dentro de la cámara de discurso . Estas palabras eran un sacrilegio grosero. Hoy, sin embar go, podrían ser la verdad. Xytan sostuvo en alto una mano y la discordia se ap aciguó. “Ustedes ahora deben decidir entre rendirse al dest ino… o resistir y esforzarse para persistir. Yo, yo prefie ro luchar.” Él extendió ambas manos a su audiencia. “Acudo a to dos ustedes para que se unan a mí. Dejen los viejos caminos des vanecerse y luchen a mi lado. Conjuntamente podemos construir u na nueva, mejor unión… un nuevo Covenant entre las estrellas. ” Los Maestros de Nave Sangheili rugieron en aprobaci ón. Eso fue un discurso inspirador, pero los Profetas h abían usado palabras para engañarlos a todos ellos anteriorment e, también. El Maestro de Nave Tano había consentido a esas pal abras, y su subproducto más peligroso, sus creencias, nublaron su razón.

Page 212: Halo fantasmas de onyx.

Las palabras por si solas no les ayudarían. Voro se cruzó de brazos sobre su pecho. Asombrosamente, Xytan vio este gesto y empezó a con frontarlo, bloqueando su mirada. “Usted está en desacuerdo. ¿Maestro De Nave?” Una silencio como de tumba sofocó el estadio. Voro sintió todos los ojos sobre él. “Hable, entonces, héroe de la batalla por el Segund o Anillo de los Dioses, y de facto comandante de la Segunda Flo ta del Homogeneous Clarity.” Xytan le hizo gestos hacia ad elante y le ofreció el púlpito central, un inaudito y noble pas o para alguien tan elevado. Dejó estupefacto a Voro al oír tales honoríficos ad juntos a su nombre. ¿Xytan sabia lo que sucedió? ¿Quién era él? Por supuesto, su red de inteligencia era legión. ¿Y qué mejor manera para silenciar las preguntas que con cumplidos? Voro, sin embargo, no había sobrevivido a la traici ón y a la guerra y a la división de una Edad para ser silenci ado ahora. Él dio un paso hacia adelante. El deseó suplicar antes de que Xytan fuera apabullante, pero él resistió. Tomó todo la fuerza de Voro para cruzar esa distanc ia con todos observándole. Él dio un paso en la plataforma central y su imagen apareció holográficamente amplificada, un titán elevándose s obre la multitud. “Estoy de acuerdo con lo que usted dice,” Voro decl aró. “Debemos destruir al Jiralhanae, incondicionalmente, y ademá s a quienes se alían con ellos. Pero la victoria puede no signi ficar nada si la enfermedad en el anillo sagrado escapara. Debe s er limpiada de la galaxia si tenemos que sobrevivir.” Un murmullo de asentimiento pasó a través de sus co mpañeros. Xytan asintió también, y luego hizo un leve gesto c on su mano, indicando a Voro que bajara. Él se inclino hacia el Almirante Imperial y se reti ró. Voro llego a su asiento sin delatar como se estremecía p or dentro, sin revelarle a los demás cómo él había sobrevivido . Xytan reapareció en la plataforma. “Sus palabras son Sabiduría, Maestro de Nave Voro. Que es por lo qué he convocado al Líder de Nave Jiralhanae Alpha bajo un estandarte de tregua a este mundo.” Una protesta creció entre los Maestros de Nave reun idos.

Page 213: Halo fantasmas de onyx.

“No tengo ilusiones de que venga con falsos ofrecim ientos de paz,” Xytan dijo. “Así es que llevaremos a escena n uestra emboscada… aquí, donde somos fuertes. Después de qu e hayamos pactado un golpe que decapite a las Tribus del Jira lhanae Alpha, estaremos en libertad para erradicar la infección q ue amenaza a propagarse desde el anillo santísimo. Por lo que respecta a cómo lograremos esto,” Xytan dijo, “yo he acudido al Oracle Master Parala Ahrmonro para repo rtar sobre una nueva oportunidad.” La imagen de Xytan parpadeó fuera de sitio y un San gheili envejecido apareció en el centro del estadio. Paral a hace mucho tiempo había sido consejero del Profeta del Arrepen timiento. Encorvado con la edad, un intelecto feroz no obstan te brilló en sus ojos lechosos. “Tenemos inteligencia más perturbadora,” Parala dij o con desagrado. “La humanidad ha creado el caos con sus demonios, destruyendo la primera construcción del anillo sagr ado descubierta. Estuvieron en el segundo anillo tambié n, y aparentemente han descubierto otro mundo diseñado p or los Forerunner. No deben ser subestimados.” Mientras esto irritó a Voro, él había visto por su cuenta al Bloodied Spirit capturado por los humánanos, y a re gañadientes había tratado de aceptar las palabras del Oracle Ma ster como la verdad. “Aquí,” Parala les dijo, “está una transmisión Slip space humana interceptada y traducida.” Voces humanas sonaron a través del aire del estadio . Una traducción cubrió las ofensivas palabras humanas y Voro escuchó como los incidentes en la segunda reliquia Halo fue reportado. “La infestación conocida como el Flood ha contamina do esta construcción… intenta escapar… desconocida coordina ción de inteligencia… Sugiero al FLEETCOM que bombardee Del ta Halo con una Nova…” Entonces los iconos alienígenas aparecieron en el a ire, transformándose en las palabras apropiadas: “ENVÍE AL EQUIPO ELITE DE ATAQUE PARA RECUPERAR TECNOLÓGIAS ACTIVAS DE ONYX. ENVÍE SPARTANS.” Una serie de coordenadas celestiales emanó a lo lar go de estas palabras. Un número colectivo de ofensas provino de los Maest ros de Nave. Voro se esforzó en aislar la palabra humana para lo s demonios en su discurso inaceptable… Spartans. Calentó su sangr e hasta un punto de ebullición.

Page 214: Halo fantasmas de onyx.

La imagen de Xytan regresó a la plataforma. “Esta h erejía no puede ser ignorada por razones dogmáticas y estraté gicas. Iremos a este mundo. Onyx, a proteger y asegurar los artef actos sagrados. Serán de valor incalculable en nuestras i nminentes luchas.” Xytan extendió su titánica mano holográfica hacia V oro. “Usted, Maestro de Nave Voro 'Mantakree, es ahora Maestro d e Flota Voro Nar 'Mantakree. Conduzca su grupo de batalla recién armado hacia este mundo. Destruya a los demonios y niégueles su presea a todo costo.” Voro cayó en una rodilla. “será como usted dice,” él dijo. “Mi tarea es sagra da. Mi sangre pura. No fallaré.” En secreto Voro se preguntó si estos honores habían sido otorgados sobre él para eliminarlo a él y a sus ‘pa labras sabias’ del coro del ascenso unánime de Xytan. Así sea. Él ejecutaría su tarea. Él regresaría glorioso. Kwassass pulsó el botón en la caja negra y escuchó la voz humana. Él estaba cerca de entender lo que quería d ecir. Una amenaza. Para él. Para todo el Covenant. Una promes a de retribución. El sonido distorsionado, desaceleró, y se detuvo. L a caja no tenía poder. Uno de los Huragok observó, dio un grito ultrasónic o que pasó rápidamente el cráneo de Kwassass. La criatura carg ó hacia él, agitando violentamente sus tentáculos, y apresó su caja. Lo retorció del agarre de Kwassass. Otro Huragok fue a la carga y trató de tomar la caj a de su compañero. ¿Entendían lo qué el humano dijo? ¿Entendían el pel igro? Había más Huragok alrededor de él que se hubieran p ercatado. Las sombras ondearon con sus cuerpos flotantes, cada un o con seis cristalinos ojos negros firmemente fijos en la caja de la voz humana. El Huragok despachó la caja de regreso al Gran Cili ndro, al panel de donde la caja había sido removida. Había a lambres multicolores dentro acoplados en la caja.

Page 215: Halo fantasmas de onyx.

El Huragok retorció estos alambres conjuntamente. D iminutas chispas danzaron. Símbolos rojos titilaron en una p antalla de la caja, y el dispositivo habló otra vez. La verdad de su naturaleza, los Huragok era tan pro bable que arreglaran algo arruinado como probablemente tomarí an apartadamente algo que trabajaba perfectamente. Una docena de Huragok presionó más cerca alrededor del dispositivo, todos retorciendo sus tentáculos y rel uciendo ojos ansiosos. La voz de la caja comenzó de nuevo… ahora bien clar a: “Esto es la bomba prototipo Nova, nueve cabezas exp losivas de fusión encajonadas en una armadura de litio. Cuando exploté comprimirá su material fisionable a la densidad neu tron- star, impulsando el rendimiento termonuclear unas cien ve ces. Soy el vicealmirante Danforth Whitcomb, por ahora al mando de la base militar Reach del UNSC. Para los uglies Covenant qu e puedan escuchar, tienen pocos segundos para rezar a sus co ndenados dioses paganos. Todos ustedes tengan un bonito día en el infierno.” Kwassass se abrió paso entre la multitud de Huragok . Él tenía que llegar al objeto. Jalar esos alambres. Hubo un destello de la más bella luz, y más calor g lorioso que él en toda la vida había tenido… Un grupo de batalla de dieciocho destructores, dos cruceros, y un trasportador congregados en la órbita alta sobre el Joyous Exultation, e inspiraron una formación esférica en torno a su buque insignia, el Incorruptible. Brillaron azul-blanco y desaparecieron en el Slipsp ace. Un latido más tarde la táctica del Vice Almirante W hitcomb de deslizar la bomba prototipo Nova del UNSC en los su ministros Covenant finalmente había dado fruto: Una estrella se encendió entre el Joyous Exultation y su luna. Cada nave no protegida en el lado oscuro del planet a hirvió y se vaporizó en un instante. La atmósfera del planeta fluctuó a medida que las e spirales helicoidales de partículas luminiscentes prendieron ambos polos norte y sur, creando cortinas de onda azul y verde sobre el mundo. A medida que la onda de presión termonuclear se propagó y embistió contra la termosfera, calentó el aire nara njado, lo comprimió, hasta que tocó la tierra y quemó una cua rta parte del mundo. La diminuta luna cercana Malhiem se agrietó y destr ozó en un billón de fragmentos rocosos y nubes de polvo.

Page 216: Halo fantasmas de onyx.

La fuerza de superpresión se apaciguó, y vientos de trescientos kilómetros por hora barrieron sobre Joyous Exultati on, borrando ciudades y azotando olas gigantescas sobre sus lito rales. El Cisma Covenant… la destrucción de sus razas clie ntes por unos miles de años, y el génesis de su fin… realmente ha bía comenzado.

Page 217: Halo fantasmas de onyx.

SECCION IV

FANTASMAS DE ONYX

Page 218: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO VEINTIOCHO

1700 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)\ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX \ CERCA DE LA REGIÓN RESTRINGIDA CONOCIDA COMO ZONA 67. Kurt se agachó, inmóvil en la maleza, y esperó a qu e los centinelas se movieran de su posición. No había sido un feliz encuentro con el Equipo Azul , no había tiempo para explicaciones, ni siquiera un apretón d e manos; todo momento había sido para correr. La patrulla centinela había estado sobre ellos en e l instante en que habían recuperado a los Spartans… hora del gato y el ratón sin parar a través de la selva. Los drones eran muy buenos cazándolos. Un par de centinelas pausaron, rondando cuatro metr os por encima del suelo. Después de bombardear la selva de un centenar de me tros, con ráfagas de energía… y fallando, ellos finalmente ha bían descendido a su nivel. Sus largueros laterales flexionaron como si pudiera n oler la trampa. Los largueros de cada esfera a continuación , se desviaron más lejos y ambas esferas se trasladaron a centímetros del uno del otro. Le recordó a Kurt la división celular, sólo que al revés. Ellos se combinaron. Cuál era el propósito de este ‘aparejamiento’, Kurt no estaba seguro. Él estaba, sin embargo, seguro de que a él no le gustaría. El ahora doble centinela se acercó más. El equipo Saber sobre el flanco izquierdo detono la fougasse colocada debajo de los drones. Disparándose llamas y encendiendo la superficie con ardiente metralla destruyendo el follaje. Una fracción de segundo más tarde el Equipo Azul en el flanco derecho soltó un misil SPNKr y una lluvia de fuego MA5B. Estaban perfectamente ocultos. El aire exhibió contrastes al rojo vivo y turbulent as nubes negras. Dos árboles cercanos crujieron y cayeron.

Page 219: Halo fantasmas de onyx.

Kurt mostró su luz de estado rojo, y el fuego cesó. El Equipo Saber había empezado antes de tiempo. Med io segundo, tal vez, pero definitivamente habían disparado ante s de que los centinelas estuvieran en posición. ¿Qué había esperado? Por todos los combates simulad os que habían pasado los Spartans de la compañía Gamma, nada podr ía haberlos preparado para la continua acción de guerrilla con las máquinas asesinas de los Forerunner. Kurt entrecerró los ojos. Incluso con la mejora de imagen y termales él no podía distinguir nada en el aire don de los centinelas habían estado. Pero el podía ver el suelo... y entre los troncos a stillados, hojas quemadas, y el metal estallado, no había ning ún drone. Destelló dos veces su luz ámbar, ordenando a los eq uipos que retrocedieran. No le gustó esta parte. Una hilera llena de luces de estado parpadeó verde. Kurt vio movimiento en la niebla: sombras que se tr ansformaron en seis barras dispuestas en una larga geometría he xagonal… dos esferas dentro… pulsando a medida que el campo de e nergía envolvía al Centinela combinado. Ellos estaban completamente ilesos. Kurt destelló su luz roja tres veces: la señal de r etirada. Una esfera brilló y se movió hacia atrás y adelante … buscando. Se detuvo y se centró en Kurt. Él saltó. Un destello de luz golpeó. El suelo de la selva det onó y un cráter de tres metros chisporroteo y grietas se cri stalizaron. Kurt rodó en cuclillas e instintivamente respondió al ataque enemigo con su MA5K. Esto era parte del plan, también: la parte en que t odo salía mal y él había insistido en atraer el fuego del enemigo , mientras que los demás escapaban. Conocía el terreno: La bif urcación de los rio gemelos estaba trescientos metros hacia el este. Debería ser un paseo por el parque. La otra esfera brilló como el oro bruñido y sus ron das se reflejaron fuera de su escudo de energía… incluso a medida que la primera esfera se recalentaba, creando una carga para otro disparo.

Page 220: Halo fantasmas de onyx.

Kurt corrió, zigzagueando en el follaje. Esta configuración doble de los Centinelas podía al mismo tiempo disparar y defenderse con un escudo de energía. Eso era un gran problema. Parecía que en todos sus enfrentamientos con los Ce ntinelas, ellos les estaban haciendo enseñarles cómo ser más eficaces en el combate. Las explosiones siguieron a Kurt casi como si sus h uellas estallaran. Los árboles se abrieron por delante y la bifurcació n de los ríos gemelos serpenteó a través de la selva. El agua estaba turbia y agitada. Kurt saltó y se estrelló en la rápida corriente. Se hundió hasta el fondo. El oxígeno interno se int errumpió en el interior de su traje SPI, y Kurt agarró rocas a lo largo del fondo del río, arrastrándose aguas arriba. A través del agua turbia vio una cornisa de roca y se metió debajo. E ntre él y los Centinelas había tres metros de agua helada en movi miento, un metro de roca, y una capa de circuitos Foto-reactivos en su armadura. Él debería ser indet ectable a cualquier sensor. Por lo menos lo suficientemente indetectable, él es peró, para engañar a estos objetos. Él esperó. Ninguna explosión, ni destello, ni calor. El centinela combinado no era su mayor preocupación , sin embargo. Era el único en vigilancia. Los centinelas patrullaban en grupos de tres ahora: dos a la mitad del nivel del suelo, y otro entre dos y tres mil metros en el aire… viendo todo, informando de sus tácticas, y aprendiendo. Mientras que los tres los rastrearan, los Spartans habrían de estar a la defensiva, reaccionando, en vez de inici ar la acción. Kurt se preguntó por qué los centinelas no habían p edido refuerzos, en conjunto, y dar rienda suelta con po tencia de fuego suficiente, para quemar la selva entera. … ¿A menos que ellos estuvieran deliberadamente jug ando al gato y al ratón con ellos? ¿Para obtener más información sobre la forma en que luchaban? Él tenía que ser más inteligente que ellos. Elimina r a los tres.

Page 221: Halo fantasmas de onyx.

Tomar la iniciativa. Tal vez con el Equipo Azul, él podría hacerlo. Kurt esperó dos minutos más, luego salió del río. S alió corriendo hacia la cobertura de la selva. No había señales de persecución. Mantuvo el silencio por el COM y se arrastró de nue vo a la posición de retirada preestablecida. Mientras se acercaba a la región de terreno agrieta da bordeando la zona 67, él desaceleró. Había menor cobertura, p or lo que escaneó el cielo en busca del Centinela Vigilante. Todo despejado. Delante la tierra se volvió sabana de hierba, árbol es de acacia, y grandes rocas estriadas. Una roca en particular, tenía un hueco por debajo d onde habían planificado encontrarse. Les proporcionaba cobertura sin restringir el punto de vista del espacio aéreo local. Si eran atacados, ellos tenían una línea limpia de regreso a la selva. Habría al menos dos guardias en alerta, y por lo me nos un Spartan en la línea de la selva para vigilar su lín ea de retirada. Normalmente el podría hacer clic en su CO M dos veces para alertar al Centinela, pero él no quería tomar ese pequeño riesgo al aire libre. Así que Kurt esperó, adivinando el centinela que po dría ser Olivia o Linda. Si se trataba de Linda… él escanear ía los árboles cercanos… ella estaría allí, en una buena p osición francotiradora. Si se trataba de Olivia, podía estar en cualquier l ugar. Ella era extrañamente hábil en el camuflaje y el sigilo. Hubo un ruido: una simple piedra tres metros a su i zquierda. Se volvió y, como predijo, Olivia se agachó un metr o detrás de él a la sombra de un árbol bajo, perfectamente mezc lada la hierba y la luz moteada de su armadura SPI, saludán dolo para asegurarse de que el viera el ligero desenfoque de movimiento. Kurt no tenía ninguna duda de que ella podría haber estado con un uniforme de color naranja fluorescente y a pesar de eso se la arreglaría para parecer parte del terreno. Kurt le saludó y luego le apuntó con su haz COM a la roca de encuent ro. El COM estableció un protocolo de enlace y entonces cobró vida. “Uno en camino,” él dijo.

Page 222: Halo fantasmas de onyx.

“Vamos adelante.” La voz de Kelly de regreso. “Es b ueno escuchar tu voz.” “También la tuya. Fuera.” Kurt recordaba la última vez que estuvo con Kelly e n el canal seguro… cuando su mochila cohete había explotado y él había sido disparado fuera de control en el espacio profundo. Nunca se había dado cuenta de lo mucho que él había extrañado a sus viejos compañeros hasta que los volvió a ver. P or supuesto, ahora el Equipo Azul estaba en peligro, pero parecí a como los viejos tiempos también. Él no podría haber pedido mejores soldados al estar en problemas. Corrió por el campo, lento y silencioso, y luego sa ltó al sombreado hueco. Tom, Ash, y Méndez estaban agachados junto a Kelly, Linda y Fred. Ellos susurraban de uno a otro y trazaban pla nes en la tierra. Lucy se sentó en silencio junto a la Doctora Halsey , que miró a Kurt y luego volvió a su ordenador portátil, examin ando los jeroglíficos Forerunner. Los otros SPARTAN-III que estaban ausentes, probabl emente vigilando. “Me alegro de que haya regresado en una sola pieza, ” dijo el Jefe Méndez, y le dio un breve saludo. “Casi me hab ía preocupado.” “Gracias, jefe. Establezcan un canal seguro afuera y llame a los otros que patrullan.” “Sí, señor.” Méndez tomó una antena pequeña en form a de plato. Linda, Kelly, y Fred, todos se volvieron a Méndez c uando dijo: “señor” y luego miraron a Kurt. Kurt movió su dedo índice, el gesto de esperar un s egundo, y luego se volvió hacia Ash. “Soldado.” “Señor,” dijo Ash, y se puso mas derecho. Había retirado su casco. El sudor brillaba sobre su cabeza y cuello. Era una violación grave del protocolo de co mbate, pero las armaduras SPI nunca habían sido diseñadas para un uso prolongado, y el Equipo Saber debía haber sudado a mares durante días.

Page 223: Halo fantasmas de onyx.

Kurt miró el casco y Ash palideció en su error, e i nmediatamente se lo colocó. Kurt dijo, “El Equipo Saber comenzó antes de tiempo esa emboscada.” “Sí, señor.” Ash se quebró en una regulación de pre cisa atención. “Fue mi culpa. Sentí que era el momento o portuno, que los centinelas estaban a punto de salir de la posic ión de disparo óptimo. Eso no es excusa, señor. No volverá a suceder.” ¿Ash había sentido algo que Kurt no había sentido? Sin embargo, las órdenes tenían que seguirse. “Cuento con usted para mantener su equipo en su tarea y enfocado. Estamos claros.” “Absolutamente claro, señor,” respondió Ash. Kurt entonces se acercó al Equipo Azul. Fred puso una mano sobre el hombro de Kurt, un gest o poco frecuente entre los Spartans. Decía mucho en el len guaje de las emociones fuertemente restringida de los Spartan. “Creíamos que estabas muerto,” susurró Fred. Kurt palmeó el hombro de Fred también. “Hay tanto q ue informarles. Los Centinelas, los SPARTANS-III… todo .” Méndez salió detrás de las sombras. “Canal seguro v inculado y listo, señor.” “... Lo que tendrá que esperar un poco más,” les di jo Kurt. Kurt abrió el COM del equipo a ambos Azul y Saber, “Eliminemos a esa pareja de centinelas antes de la próxima fase d e esta operación,” él dijo. “Ash, toma al Equipo Saber y e xploren la quebrada de adelante. Encuentren ese túnel que saqu earon hace unos días. Dante lo perforará con dos mochilas de c arga. Vamos a atraer a los Centinelas al interior y, a continuaci ón, ya que no podemos penetrar sus escudos, vamos a volar el luga r, y enterrarlos.” Fred, Linda, y Kelly intercambiaron miradas. Normal mente Fred daba las órdenes al Equipo Azul. Fred dio a su equipo un movimiento casi imperceptib le de su cabeza. “¿Qué pasa con el Vigilante?” Fred le preguntó. “Tomaremos nuestro mejor disparo en el rango” dijo Kurt. “Dale con dos misiles SPNKr, que esperanzadoramente debil itara su escudo lo suficiente para que Linda penetre con uno s pocos disparos.”

Page 224: Halo fantasmas de onyx.

“¿Qué rango?” Linda preguntó. “Ellos nunca se acercan más de dos kilómetros,” Kur t dijo. No era un tiro imposible. Pero teniendo en cuenta l a variación de los vientos, un blanco en movimiento, y tratar d e combinar fuego con ataques de misiles... sería altamente imp robable. Sin embargo, Kurt tenía que intentar algo para cons eguir un paso por delante del enemigo. Linda lo consideró un momento y luego respondió: “T engo un ochenta y tres por ciento de precisión en ese rango .” “Está bien,” dijo Kurt a Ash, “Ve. Tom, Lucy, vuelv an con el Equipo Saber, luego tomen un par de lanzadores SPNK r y encuéntrense con el SPARTAN-058.” Sus NCO mayores y Ash se levantaron, asintieron, y rápidamente salieron del hueco. Kurt recibió la luz de estado v erde a través de su HUD. Él cerró los canales vinculados a la red . Después de que los SPARTAN-III hubieran salido, Kel ly dijo, “Esos niños van a hacer que nos maten. Están actuan do como si tuvieran que demostrar algo. Podríamos haber tomado a los Centinelas anteriormente si ellos siguieran la orde n de abrir fuego.” Kurt se molestó con sus palabras. Los del Equipo Saber eran sus soldados y cada uno d e sus defectos era culpa suya. Su ira se enfrió tan rápid amente como había venido. Ella estaba en lo cierto. En una imperturbable voz él le dijo: “No son ‘niños ’. Son Spartans.” Kelly se cruzó de brazos. Méndez dijo: “Creo, señor, es posible que desee dec irles a ellos lo que hemos logrado aquí.” Kurt asintió con la cabeza y, a continuación explic ó gran parte del programa de formación SPARTAN-III, y la creació n de las Compañías Alfa, Beta, y el recientemente creado Gam ma. “Algunas Bio-Aumentaciones son nuevas,” explicó Kur t. “La respuesta de agresión normal de los SPARTAN-IIIS ha sido…” Él buscó la palabra adecuada “…mejorado en situaciones de estrés extremo. Les da reservas increíbles de resistencia y los hace insensibles cercano al shock.” “¿Es eso lo que los está poniendo nerviosos?” se qu ejó Kelly. “Nadie está nervioso,” respondió, luego quedó en si lencio.

Page 225: Halo fantasmas de onyx.

Kurt sabía que estaba mal. ¿Por qué no iba a admiti rlo? ¿Estaba a la defensiva porque él quería que sus Spartans fu eran todo lo que los Spartans mayores eran? Fred, Kelly y Linda tenían décadas de experiencia de campo. Como entrenador de los SPARTAN-III tenía que mantenerse objetivo. “Tienes razón,” dijo Kurt suavemente. “Ellos están nerviosos. Y son novatos. ¿Qué otra cosa podía ser? Recién salid os del reclutamiento y lanzados contra los Centinelas.” Mi ró a Kelly, a Fred, y luego a Linda. “Necesito su ayuda para aseg urarme de que ellos permanezcan en línea... y si es posible, sobr evivir a esto.” Linda y Fred asintieron lentamente. “Claro que sí,” Kelly dijo, descruzando los brazos. La Doctora Halsey levantó la vista de su computador a. “Me gustaría hablar de esta ‘mejora de la agresión’,” d ijo. “De hecho, tengo muchas preguntas sobre el programa SPA RTAN-III, como ¿dónde está el resto de la compañía Gamma? Y ¿ Beta? O ¿Alpha?” “Sus preguntas tendrán que esperar, Doctora” contes tó Kurt. “Nos estamos quedando sin tiempo. Los refuerzos de Lord Hood podrían no llegar aquí. Cada enfrentamiento con los centine las les enseña más. Pronto no vamos a ser capaz de detenerl os.” “Debo insistir,” dijo la Doctora Halsey. Sus palabr as eran tan apacibles como el agua, lisa; pero sus duros ojos p enetraron a través del casco de Kurt. Fred se acercó a Kurt. “Estoy de acuerdo con Kurt, señora. Y si se me permite señalar, con todo el debido respeto, usted no está en posición de exigir nada en esta situación táctic a… especialmente después de que usted secuestrara a Ke lly, eludiendo la cadena de mando, y nos dejara en medio de una misión crítica en el Gettysburg.” Kelly miró entre ellos, atrapada en una red de leal tades. La Doctora Halsey se levantó. “Ya he explicado mis acciones,” dijo. “Y el descubrimiento de esta nueva tecnología Forerunner debe pesar más que cualquier llamado incumplimiento de protocolo militar que pudiera haberse cometido.” Un frío silencio lleno el hueco. La Doctora Halsey no tenía rango oficial, pero siem pre había ejercido una considerable influencia sobre sus Spar tans. Eso tenía que terminar. Kurt valoró los conocimientos científicos e intelec to de ella,

Page 226: Halo fantasmas de onyx.

pero él no podía dar emisión de órdenes confusas o contradictorias de ella. “Ya que mencionan el protocolo...” Kurt deliberadam ente le dio la espalda a ella y enfrentó al Equipo Azul. “Quier o aclarar nuestra cadena de mando. Entiendo que Lord Hood te dio el mando de esta misión,” le dijo a Fred. “Pero yo estoy a c argo de todo el personal del USNC en Onyx.” Kurt activó su etiqueta electrónica de amigo o enem igo, en extrema baja potencia… lo suficiente como para que ellos la pudieran recibir. En sus HUD apareció su color verd e con su código de número de identificación militar, así com o las barras y las estrellas de la insignia de un teniente coman dante del UNSC. Los Spartans se irguieron, su respuesta involuntari a en presencia de un oficial. “Por lo tanto, estoy asumiendo el mando de esta mis ión,” dijo Kurt. Nadie dijo una palabra por un momento... y entonces Fred se rompió en atención, “Sí, señor.” Había algo diferente en la voz de Fred. Un poco de familiaridad se había perdido, pero había algo más: respeto. Kurt le dio al Equipo Azul un rápido asentimiento, y luego se volvió a la Doctora Halsey. “Señora, quiero que continúe con su análisis de la Zona 67 sobre los documentos Forerunners. Espero una actualizació n sobre su progreso en dos horas.” La Doctora Halsey arqueó una ceja. Ella no dijo nad a y se sentó lentamente, volviendo a su computadora. Kurt internamente suspiró. Esa fue una batalla gana da hoy. El estado de luz verde de Olivia brillo dos veces… la señal de ‘amigos aproximándose’. Una onda cruzó la entrada del hueco, parte sombra, parte roca, y entonces el camuflaje SPI se convirtió en Olivia. “ Un par de Centinelas,” susurró. “Medio kilómetro al sur, seño r. Moviéndose a esta dirección en un patrón de búsqueda.” Kurt dijo, “Todo el mundo, prepárense para salir. K elly ejercicios de calentamiento, eres nuestro conejo.” “Feliz de hacerle el favor, señor.” Ella hizo la se ñal de dos dedos por encima de su HUD, la tradicional sonrisa Spartan. Los otros asintieron.

Page 227: Halo fantasmas de onyx.

Kurt sabia que ellos le seguirían, a la batalla, y derecho a las puertas del infierno si él lo ordenaba. Tenía la se nsación de que podría llegar a eso.

Page 228: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO VEINTINUEVE

1810 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX \ CERCA DEL ÁREA RESTRINGIDA ZONA 67. Kurt antes había visto a los francotiradores poner en cero sus instrumentos, pero nunca en un rango extremo, cerca del objetivo vertical. Linda tomó la tarea tan seriamente como un cirujano preparándose para un trasplante de corazón. Ella despejó una par cela de suelo rocoso y diseñó una alfombra con patrones de camufl aje así el polvo no ensuciaría su rifle SRS99C-S2 AM. Después ella abrió un equipo que contenía herramientas, botellas de limpi ador y lubricante, varios cargadores para su rifle, una ca ja de munición de 14.5x114mm, y un diminuto contenedor de datos. Ella seleccionó uno de los cargadores y lo analizó; Sati sfecha, ella abrió la caja de municiones y removió una de las ro ndas: Los pétalos rojos superendurecidos de polímero rodeaban un dardo de tungsteno. Ella lo hizo girar y miró la base del ca rtucho. Al frente la leyenda ‘51’ perforaba la marca de la cab eza del reloj de arena alado flanqueado por una doble ‘X’… signif icaba que fueron cargadas con municiones equivalentes de la A rmería Misrah en Marte. Ella deslizó el cargador en el rifle. Después ella enlazó su zoom Oráculo con el contened or de datos e hizo microcalibraciones. Ella finalmente se sentó, unió a tope el rifle en su hombro, y luego se recostó horizonta lmente y divisó arriba en el cielo. “Listo,” ella dijo sobre el único haz COM. Su voz f ue abstraída y como en trance. “Ojos atentos,” Kurt les dijo a todos. Los Spartans se habían movido del nicho de reunión a tierra elevada entre altiplanicies y cañones agrietados do nde el Equipo Saber por primera vez había encontrado a los Centin elas. Kurt les hizo desplegarse a lo largo de ambos lados del valle. Kelly se levantó en la grava erosionada en el centr o del valle y escaneó el horizonte, en espera del Centinela doble para que la divisara. El sol estaba alto y su sombra era una ma ncha vacilante en sus pies. Para alguien que era cebo, ella se veía perfectamen te fácil. El túnel donde Dante había equipado la abertura y l a salida con cargas estaba a un cuarto de kilómetro fuera de su posición. Solo lo suficientemente lejos. La parte difícil de este plan sería meter al dúo de Centinelas en el túnel, en lugar de quedarse en lo alto y bomb ardear a

Page 229: Halo fantasmas de onyx.

Kelly mientras ella estuviera adentro. ¿Continuaría n su ‘juego’ del gato y el ratón, o seria la fase recaudatoria d e datos de su operación? De una u otra manera, Kurt había colocado a su amig a en grave peligro. Kelly miró hacia la posición de Kurt y activó su ha z. “Lo veo,” ella dijo. “Dos Khcks a lo lejos. Voy a echármelo a l hombro.” “Adelante, Azul Dos,” él dijo. “Conserva tu cabeza. ” Kurt sostuvo en alto una mano, hizo un puño, y lo m ovió de arriba abajo dos veces… la señal de ‘preparado’ par a el resto del equipo. Kelly disparó al par de drones con su MA5B… un obje tivo imposible con un rifle de asalto, pero quería golpe arlo, simplemente para obtener la atención del objeto. El Centinela giró hacia la detonación del disparo y aceleró hacia ella. Will reportó sobre el haz solitario: “Vigía divisad o, a las once en punto, elevación doscientos cuarenta metros. El viento está a tres nudos desde el noroeste.” Kurt transmitió esto a Linda. Su luz de estado vaciló ámbar a medida que ella hac ia unos leves ajustes en su posición, movió su rifle hacia arriba , y luego lo detuvo. De cada lado, Tom y Lucy levantaban lanzado res de cohete, en espera de su orden para disparar. Entretanto, el par de Centinelas combinados descend ió rápidamente hacia Kelly. Ella se levantó, observándolo. Holly se movió cerca de Kurt, su rifle de asalto in útilmente apuntado hacia el drone entrante. “¿Es ella lo sufi cientemente rápida?” “Kelly es la Spartan más rápida,” Kurt murmuró. Eso no contestó a su pregunta, sin embargo: ¿Era el la lo suficientemente rápida?, Kurt no lo sabía. El par de Centinelas estaba a medio kilómetro de di stancia. Una de las esferas se calentó y la luz relampagueó. Kelly se aparto del camino a medida que la tierra d onde ella había estado parada se vaporizó. Glóbulos de roca d erretida salpicaron cerca del escudo de energía de su armadu ra MJOLNIR. Ella hizo un antiguo y misterioso gesto a la máquin a con un

Page 230: Halo fantasmas de onyx.

dedo. Mark se unió a Holly y Kurt. “No hay forma,” él res piró. Kelly giró y corrió, dejando una pluma de polvo en su estela. Los Centinelas se sumergieron y aceleraron a doscie ntos kilómetros por hora. Una lanza dorada relampagueó d esde su centro de masa… detonando la tierra bajo sus pies. Kelly se plegó en una pelota, volteó, y subió corri endo sin romper zancada. Ella corrió a toda velocidad directamente hacia el interior del túnel. La geometría hexagonal de los Centinelas revoloteó a lo largo de su trayectoria. A unos escasos cinco metros sobre l a grava erosionada y chilló hacia el túnel… no tenía tiempo para detenerse. La persiguió hacia la abertura. La silueta de Kelly apareció en la desembocadura, u na iluminación dorada resplandeció detrás de ella… Y e l túnel explotó. Los conos de fuego dispararon a ambos objetivos. La ola sobrecalentada de superpresión nubló la imagen de K elly a medida que ella fue propulsada a través del aire. La colina colapsó, y cien toneladas de tierra aplas taron al par de Centinelas. Arena, piedra, y polvo estallaron ha cia afuera en chorros a presión. El cuerpo de Kelly impactó en un muro de rocas, y c ayó en la grava erosionada. Kurt hizo señales al Equipo Saber para que bajaran y la ayudaran. Él quiso apresurarse a ir también, pero é l tenía que quedarse aquí y asegurar que la parte arriesgada de su operación tuviera éxito. O, si fallaba, idear una retirada. Linda estaba todavía recluida en su posición, rastr eando al Centinela vigía. Tom y Lucy se arrodillaron a cada lado, con sus misiles listos. Kurt entrecerró los ojos a lo largo del ángulo de s u blanco. Colgando en el aire, sobre dos kilómetro a lo lejos , había un punto solitario, su objetivo. Tenían que conseguirlo o el Centinela reportaría su posición y enviaría por refuerzos… que no caerían en este truc o otra vez. “Objetivo fuera de centro, larguero de estribor,” L inda susurró a Lucy y Tom. “Punto delantero,”

Page 231: Halo fantasmas de onyx.

Ajustaron sus miras. “Cerrado sobre el objetivo,” T om contestó. “Fuego,” Linda dijo suavemente. Las plumas gemelas eyectadas hicieron oleaje sobre ellos a medida que los cohetes chillaban en el aire. El Centinela vigía dio vuelta hacia los proyectiles entrantes y su escudo de energía brilló dorado. La boca del rifle de Linda relampagueó. Aparentemen te sin mover una molécula ella disparó hasta que el cargador est uviera vacío. Los cohetes impactaron… humo y llamas enardecieron alrededor del Centinela. Un latido más tarde, el viento sopló la nube de las descargas a un lado… el Centinela se sacudió, y cayó en picada. Linda se puso de pie. El Centinela se esparció a medida que caía, la esfe ra central y tres largueros dieron vueltas fuera de control hast a que impactaron. “Adelanté,” él les dijo. “Asegúrate de que esté aba jo.” Kurt no desaprovechó otro segundo en el Centinela; Él giro de regreso al barranco y corrió… hacia Kelly. Él escaneó los biosignos de Kelly: Latido errático, presión sanguínea cayendo, temperatura corporal baja. Ella estaba al borde del shock. Kurt resbaló en una parada en el barranco a medida que Ash y Holly la sostenían. “Lo siento, señor,” Ash dijo. “Los Centinelas estab an a tres metros de la salida. Si hubiera esperado más habría n traspasado la trampa. Le habría disparado a ella. No podía tom ar ese riesgo.” Kelly sacudió su cabeza… no para discrepar, para ac larar sus sentidos. Sus biosignos incrementaron. “Él está en lo correcto,” ella murmuró y tosió. “El niño lo hizo bien.” Ella le dio a Ash una señal de aprobación. Ash inclinó su cabeza. Kurt dio un suspiro de alivio al ver que Kelly habí a

Page 232: Halo fantasmas de onyx.

sobrevivido. Él había arriesgado su vida para obten er una delgada ventaja sobre el enemigo… él ahora tenía qu e usarla sabiamente. “¿Qué sigue?” Fred preguntó. Kurt les dijo, “Ahora tenemos una oportunidad. Si e se Centinela vigía no consiguió determinar nuestra posición, ent onces tendremos algunos cuartos para hacer maniobras y to mar la iniciativa.” “¿Hacer maniobras, en donde?” Holly preguntó. “En la Zona 67,” Kurt dijo. “Es el centro de todo. Si hay alguna tecnología para recobrar aparte de las piezas rotas del Centinela, entonces va a estar allí.” “Las patrullas se vuelven más densas al norte más a llá de donde hemos salido, señor,” Dante advirtió. “Pronto atardecerá,” Kurt dijo, “suficiente tiempo para dar vuelta de regreso en la nave de descenso del Equipo Azul. El sol se colocará y volaremos en el punto bajo, obtendrem os algo de camuflaje de las sombras largas. Las rocas en estos cañones han estado horneándose todo el día y tendremos cobertur a termal, también.” Kurt examinó a su equipo. “¿A menos que haya una me jor idea?” Su mirada cayó sobre la Doctora Halsey a medida que ella y el Jefe Mendez se abrían paso hacia abajo a la cuesta del valle. Ella le miró como si pudiera ver a través del refle jó de su HUD. “De acuerdo, permanezcan atentos. Olivia, Will, Lin da, exploren adelante. No utilicen el COM. Logremos terminar est o.” La Doctora Halsey observó a Kurt dar instrucciones detalladas a los Spartans. A ella no le importaba que sus órdenes fueran así m ientras lo expresara, y el efecto que tenía en ellos. Él habla ba con confianza, pero había también calidez y orgullo en su voz. Ella nunca había escuchado a algún Spartan tan expresivo . Ciertamente Kelly descifraría las inusuales bromas, pero esa er a solamente una capa de armadura emocional. Kurt era diferente. Los Spartans, jóvenes y viejos, respondían ante él. Allí estaba la imperturbabilidad usual de un Spartan y ninguna de las preguntas fue preguntada, pero también había asenti mientos, leves inclinaciones de sus cabezas… la indicación i nvoluntaria de atención absorta. Kurt era su líder ahora. Ese hecho podría servir para su bien en la próxima crisis.

Page 233: Halo fantasmas de onyx.

Por supuesto que él escondía algo acerca de sus SPA RTAN-III. Si el silencio dañaba psicológicamente, entonces Lucy era alguna indicación de lo que era este secreto, la Doctora H alsey sólo podría especular sus horrores. Pero a medida que el final se acercaba, ella no ten dría más elección que confiar en Kurt. Ella tendría que conf iar en todos ellos para perdonar las mentiras que ella había dic ho acerca del tesoro de tecnologías Forerunner descubiertas.

Page 234: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO TREINTA

1950 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX \ CERCA DEL ÁREA RESTRINGIDA ZONA 67. Kurt se quedó detrás de Kelly y Will en la cabina d e la nave de descenso Covenant. Kelly sentada en el asiento del piloto mientras que Will tripuló la estación de artillería y observaba los escáneres. Los otros Spartans, Méndez y la Doct ora Halsey estaban atrás, preparando el equipo, esperando, y v igilando. Kelly se movió hacia atrás y adelante… el asiento d el piloto estaba en ángulo incorrecto para la fisiología huma na, y se apoyó torpemente sobre la superficie de control. Ella mantuvo la nave en un punto bajo y rápido sobr e la selva. Los controles eran un conjunto impar de geometrías holográficas que bailaban delante de sus manos. Kurt trató de ap render lo más que pudo en el caso de que él tuviera que volar la nave alienígena. Era difícil, mirarla a ella y no a los monitores. El sol estaba a un palmo del borde del horizonte, y la nave Covenant pasó a través de largas sombras y una tenu e luz roja. A medida que la selva se aclaraba, Kelly descendió y se desvió entre los árboles de acacia, rozando a dos metros s obre el pastizal. Sin levantar la vista de sus controles, dijo Kelly, “Pan comido, Teniente Comandante. Relájese.” Ella alisó su mano sobre una franja de aceleración y la nave saltó hacia delante… relampagueando fuera de la sab ana y las quebradas tierras del cañón. Kelly maniobró agresivamente… evadiendo hacia arrib a y abajo, realizando giros de un cuarto de rueda en torno a l as mesetas, cayendo al barranco y elevando en el último momento para evitar un choque de cabeza en una pared. “Bien,” Kurt le susurró a Kelly. Se forzó a si mism o para liberar el borde del asiento de ella. Muerta adelante la ladera de una montaña se levantó suavemente a lo largo de dos mil metros. “No hay nada en los sensores aéreos,” anuncio Will, “navegación despejada adelante.” “Condición de las cabezas nucleares,” Kurt preguntó sobre el COM. Ash hizo clic en el canal. “Todos los detonadores d e las ojiva FENRIS ahora seguros y esclavizados a nuestra señal segura COM,

Page 235: Halo fantasmas de onyx.

señor. Como lo ha dispuesto, dos cabezas activas, a rmadas y listas para el transporte. Trabajando en el resto.” “¡Espera!” Kelly exclamó. La nariz de la nave tiró hacia arriba. Una roca del tamaño de un Warthog rodó por la ladera de la montaña… golpeando el tren de aterrizaje de la nave. La nave giró, pero Kelly expertamente rodó, enderez ó, y obtuvo de vuelta el curso. “Estuvo cerca,” murmuró. “Vuelve a examinar el movimiento de la superficie,” ordenó Kurt a Will. Will barrió el ángulo de babor y estribor de la cám ara. Kurt vio que no estaban en una sola montaña; era un a elevación equivalente al rango de todas, que se extendía en u n arco suave por lo que él podía ver. “Movimiento detectado,” Will dijo. “Apenas apareció , señor. Adelante. Tengo un objetivo asegurado.” Una silueta se resolvió en el monitor, descrita por el resplandor del atardecer. Kelly dificultosamente llegó a babor. A medida que su ángulo relativo cambió, Kurt vio mo vimiento: la tierra y las rocas se dispararon y luego en cascada bajaron por la pendiente. Will deslizó sus manos sobre sus controles y polari zo el monitor, cortando el deslumbramiento. El movimiento provenía de un conjunto de treinta Ce ntinelas entrelazados, sus largueros y esferas centrales ens amblados en una forma rectangular, y a través de su centro viaj o un flujo continuo de piedra. Para Kurt parecía un gusano mec ánico regurgitando sobre la ladera de la montaña. La Doctora Halsey se encaramó en la cabina. “No hay lanzas de energía detectadas,” dijo Will. “ Ellos no están listos para disparar.” Kurt tragó. “Manténgase sobre ese rumbo,” le dijo a Kelly. Vio la máquina gigante retroceder detrás de ellos. Tenía que haberlos visto. Treinta pares de ojos no han de per der algo tan grande como una nave Covenant. ¿Por qué no atacó? La Doctora Halsey golpeó un control y uno de los mo nitores saltó

Page 236: Halo fantasmas de onyx.

de nuevo hacia los Centinelas combinados. Ella estu dio esto en un momento, y luego declaró: “Juego de ensamblaje.” “No entiendo la referencia,” dijo Kurt. “Un antiguo juguete de niño,” ella dijo, “palos y c onectores planos redondeados. Estas pueden ser las contrapart es Forerunners. Ellos se reconfiguran para realizar di versas tareas teniendo todos los componentes básicos necesarios: unidades de antigravedad, generadores de campos de fuerza, proy ector de energía, armamento. Es el equivalente, supongo, a l as máquinas simples que componen nuestra tecnología: la rueda, la rampa, la palanca, la polea, y el tornillo.” Su análisis informal de un siglo de la tecnología m ás avanzada que la de ellos irritaba a Kurt. “Yo diría que esta configuración,” la Doctora Halse y continuó, “no está diseñada para el combate, y no va a atacar ... a menos que, por supuesto, fueran provocados. Su programaci ón, mientras que sofisticada, aparece dedicada, es decir, cada c ombinación de cada Centinela es especializado para una sola tarea . Y ahora, esa tarea es mover es tierra.” “No significa que no haya más pares de combate alre dedor,” dijo Kelly. “¿Ordenes, señor?” Kurt detectó el más ligero margen de nerviosismo en la voz de Kelly. Él lo sintió, también, en el fondo de su est ómago. Si esos treinta Centinelas hubieran querido volver, po drían haber bombardeado esta nave. Sólo había dos opciones: avanzar o retroceder. Kurt sentía como su suerte se había agotado, pero t ambién sentía que estaban cerca de encontrar algo. Anhelaba los días de las misiones simples cuando só lo había dos cosas de qué preocuparse: maniobras y donde estaban las líneas de fuego de su equipo. Sin embargo, cuando se rompió en sus componentes, o lvidó las consecuencias del éxito o el fracaso, ¿no era esta misión igual que cualquier otra? Moverse y disparar. Buscar un objetivo para captura r o neutralizar. Minimizar las bajas, infligiendo máxim o daño al enemigo. Entrar rápido. Salir rápido. “Nuevo curso,” le dijo a Kelly, “Ve noventa grados a estribor. Llévanos hasta esa ladera de la montaña.” “Sí señor.” La ajustada nave en forma de U, se lade o por la pendiente. La tierra se desvaneció debajo de ellos a medida que llegaron a la cresta de la cumbre.

Page 237: Halo fantasmas de onyx.

Más allá había un cráter de un centenar de kilómetr os de diámetro. Había miles de movimientos de tierras en la vertien te interna… todos arrojando piedras sobre el borde. Los Centine las habían creado un hormiguero gigante. ¿Cuánto, Kurt pregunt ó, había limpiado la ONI en las décadas en que había estado aquí? ¿Y cuánto de esto fue echo por los Centinelas? En las elevaciones más bajas no había nada que ver. El sol estaba muy bajo, y se agruparon las sombras. Kurt aumentó la mejora de la imagen sobre su HUD y débiles líneas se resolvieron... pero nada tenía sentido. “Acércanos mas,” susurró. Kelly ángulo la nave por la pendiente interior, red uciendo su velocidad a una cuarta parte. Las nubes de arriba s e iluminaron de naranjo y rojo a medida que la luz del sol ponie nte se reflejaba fuera de su lado inferior... y el interio r del cráter brillaba un tenue color ámbar. Kurt parpadeó, deslumbrado por lo que vio. Imágenes idénticas en la que las nubes flotaban sua vemente reflectándose en la superficie y quemaba en carmesí y oro. A medida que sus ojos se acostumbraron, vio remolin os y bandas de otros colores apagados subyacentes a las imágene s reflejadas: rayas verdes y negras y grises ondas que parecían s er una tempestad en un océano congelado en el lugar. Él parpadeó una vez, dos veces, y finalmente resolv ió el efecto óptico de patrones, colores, y sombra. Había columnas y arcos, acueductos elevados; templo s de columnas con coronas tridimensionales con símbolos Forerunne r; un esculpido bosque de geometrías de esferas, cubos y boceles, carreteras que se curvaban hacia arriba y retorcían en superficies Mobius… era una enorme ciudad alienígen a. Kurt sacudió su cabeza para despejarse, y luego rec onoció el material con que se construyó la ciudad. El lo habí a visto antes caer en despojos de piedras de río y placas de la c antera del cercano Cañón Gregor. Una piedra tan abundante en e ste mundo había sido nombrada por él. Sólo el material en el cráter había sido pulido con óptica categoría, reflejando el cie lo con las superpuestas bandas del arco iris. “Onyx,” susurró. “Cuarzo calcedonio con trazas elementales mejoran s u variación espectral,” la Doctora Halsey remarcó.

Page 238: Halo fantasmas de onyx.

Columnas festoneadas se levantaron del suelo del cr áter a la cumbre montañosa, una elevación. Kurt podía sólo asumir que había sido el nivel del suelo antes de que la ONI comenzara su excavación. A medida que maniobraba cerca de uno de los pilares , Kelly acerco la nave a una curva y Kurt vio reflejado imá genes de un millar de diferentes puestas de sol… todas con vari antes nubes geométricas, algunas de ellas con bandadas de aves migratorias, o dinosaurios, otros tenían manchas de naves espaci ales azules, y uno quemado con una supernova que iluminó el ocas o… todas las imágenes capturadas aquí. ¿Desde el pasado? ¿El futuro? ¿Ambos? Y sólo luego ejecutó la escala del registro de la estructura. Eran tres kil ómetros de diámetro, más grande que un transportador del UNSC. En la mente de Kurt se rebeló la escala de esta tec nología, el esfuerzo que había que haber tomado para construir una cosa así. Miró a la doctora Halsey. Mientras que ella estudia ba con atención el monitor, ella no parecía en lo más míni mo impresionada. “¿Usted sabía que esto iba a estar aquí?” él le pre gunto a ella. “Yo sospechaba,” dijo. “Francamente, después de rev isar los informes de las estructuras de Halo, estoy algo dec epcionada.” “Más grande que las ruinas debajo de Reach,” dijo K elly. “No descubrimos la extensión de esas ruinas,” la do ctora Halsey respondió, “y probablemente nunca lo haremos.” Ella miró el monitor. “Allí,” dijo, apuntando a un distante domo reluciente. “¿Puede acercarse a esa estructura?” Se volvió a Ku rt. “Con su permiso, Teniente Comandante.” “Nuevo rumbo cero dos cinco,” dijo Kurt. “Elige tu mejor camino.” “Nuevo rumbo, sí,” respondió Kelly. A medida que descendieron más, la nave aceleró más allá de una escalera que ascendía a ninguna parte… cada peldaño una hectárea de intacta piedra pulida. Las nubes reflejaban la luz tenue y las superficies lisas se fundieron en la sombra. El domo de la Doctora Halsey se puso rojo-oro y se desvaneció a una silueta. Will volvió el radar pasivo sobre el objeto y un co ntorno revistió la estructura. Kurt discernió que la parte superior del domo facet ó en siete

Page 239: Halo fantasmas de onyx.

superficies planas, cada uno con un arco alto que c onducía a su interior. “¿quello es suficientemente grande como para volar a través?” Kurt le preguntó. Will consultó su sensor en el monitor, “Enorme,” re spondió. “Muévenos,” Kurt le dijo a Kelly. “Si,” Sacó la nariz de la nave hacia arriba. A medida que los últimos vestigios de luz desaparec ieron, Kurt vio luces en el cráter… puntos rojos que invadieron todas las superficies. Centinelas. Las manos de Will brillaron sobre el panel del sens or. “Nuevas lecturas de energía detectadas. Frecuencias extrema damente bajas.” Miró hacia arriba. “Más de un centenar de miles de emisores distintos, señor.” “¿Qué configuración?” Preguntó la doctora Halsey. “ ¿Grupos, unidades individuales, o parejas?” Will estudió el panel. “Noventa y cinco por ciento grupos, unos pocos cientos de patrones únicos... y unos pocos ci entos de lecturas duales.” “Pares de combate,” Kurt susurró. “Kelly, iguala s u velocidad.” El tecleo por el TEAMCOM, y dijo, “Estén listos par a un descenso caliente. Condiciones de batalla listas.” Luces verdes de estado brillaron de vuelta, confirm ando su orden. Ellos desaceleraron sobre la oscura ciudad, deslizándose hacia el domo. El instinto de Kurt le dijo que esto era lo correcto a hacer. La parte lógica, consciente de su mente, sin embargo, instó a que se fueran. Había que confiar e n sus ‘entrañas’ en este caso… llevarlos adentro y bajo c ubierta, antes de que cada centinela en el lugar disparara c ontra ellos. “Agradable y fácil,” dijo. La mano de Kelly gravitó sobre la franja del aceler ador. “¿Crees que estas cosas son lo suficientemente inteligentes para utilizar nuestros propios trucos en contra de nosot ros? ¿Atraernos dentro y luego cerrar la trampa?" “Es una posibilidad,” admitió. “Pero no creo que el los se tomaran toda la molestia de descubrir este lugar só lo para que lo explotaran en pedazos.” Él se encogió de hombros . “Sólo un presentimiento.” Kelly y Will se miraron. “Entendido,” dijo Kelly. “Acercándonos a la estruct ura. Trescientos metros.”

Page 240: Halo fantasmas de onyx.

“Devuélvenos,” dijo Kurt. Su nave desaceleró, dio la vuelta, y disminuyó haci a uno de los arcos del domo. Cinco naves de descenso del Covenan t podrían caber a través de la apertura con espacio de sobra. Dentro, el brillo azul de sus motores iluminaron la s paredes. Las superficies interiores fueron reflectadas y esc ulpidas con mapas estelares y jeroglíficos Forerunner. A continuación, siete superficies planas, cada una del tamaño de un transportador de plataformas de aterrizaje, fuer on uniformemente espaciadas. Kelly los puso abajo a cada uno. Kurt salió de la nave. Will le siguió, y juntos ayu daron a la Doctora Halsey a salir. Los otros Spartans tomaron posiciones defensivas al rededor de la nave. El sensor de movimiento de Kurt mostró a todos en c ubierta, pero no había nada más allá de la pista salvo la oscurid ad. Cada ruido era tragado por el inmenso vacío del interior , y él sintió como si se estuviera ahogando en las sombras y el s ilencio. Inició una solitaria red de haz COM, y abrió el aud io externo así la Doctora Halsey podría oírlos, también. “Hagamos esto rápido,” le dijo a su equipo. “Olivia , Will, exploren el perímetro de esta pista. Quiero un info rme en noventa segundos sobre todas las rutas y accesos de l sensor de movimiento.” Olivia y Will asintieron y se fundieron en la oscur idad. “Linda, Fred, Mark, Holly, obtengan rondas para la lucha, escalen el domo, y adopten posiciones de vigía en l os arcos. Establezcan un solitario haz de retransmisión y lín eas de silbido. Todo lo que se mueva hacia esta dirección, suenen la alarma.” Sus luces verdes de estado brillaron. Linda desapar eció en la nave y regresó con ejes como arpones y bolsas de cu erda. Les pasó a los otros tres Spartans. Ellos deslizaron las rondas en sus rifles de franco tirador, apuntaron y dispararon a través de los pasajes abov edados en lo alto. Trenzando mono líneas desenrolladas, tirando por el gancho. Ellos probaron las líneas, y luego ascendieron rápi damente por las cuerdas. “Dante, Méndez, quédense con la nave. Tengan nuestr o equipo listo y cargado en paquetes equilibrados.” La luz d e estado de

Page 241: Halo fantasmas de onyx.

Dante se mantuvo apagada durante un segundo en seña l de protesta, y luego parpadeo en verde. Méndez asintió con la cabeza y abordó la nave. “Kelly, Ash, Tom, Lucy, están conmigo y la Doctora Halsey. Ash, agarra las armas nucleares desactivadas.” Ash se trasladó a la zona de carga de la nave y reg reso levantando una mochila. “Tom, Lucy,” dijo Kurt, “mantengan a la Doctora Hal sey en cubierta.” Sus suboficiales se acercaron a cada lado de la Doc tora. “Tengo una escalera, señor,” Will informó. “Pasa a través del piso y alrededor del pedestal de apoyo de la pista de aterrizaje. No se detecta movimiento.” “Recibido,” dijo Kurt. “Olivia, enlázate con Will. Exploren mas adelante. Vamos a seguir.” Él se orientó en la etiqueta de IFF de Will y estab leció una antena repetidora de un solo haz en el borde de la plataforma para que pudiera mantenerse en contacto con la part e superior. Kurt llevó a su equipo a las escaleras que contorne aban alrededor del pedestal gigante de apoyo a la pista de aterrizaje. Kelly y Ash fueron detrás de él, Tom vino después, a continuación, la doctora Halsey, y Lucy en la retag uardia. Cada peldaño de la escalera era un espacio de un cu arto de metro, pero se desplegaron desde el pedestal de die z metros. Kurt se mantuvo en la superficie interna de la espi ral, evitando la oscuridad que había más allá. La doctora Halsey hizo una pausa para examinar la s uperficie de la piedra. Lucy se detuvo, también, y la iluminación tenue de las luces Etiquetas sobre su armadura SPI se reflejaron en la bandas de roca. Ella extendió la mano y tocó la imagen. Había translucidez del material que, por un momento , reflejó reflexiones dentro de las reflexiones… y un número infinito de Lucys aparecieron reflejadas. Ella retiró la mano, y siguieron a toda prisa. Después de tres vueltas alrededor del soporte, la e tiqueta IFF de Will apareció en el visor de Kurt. Un solo canal de haz COM se abrió. “Cámara a delant e, señor,” informó Will. “Con símbolos Forerunner, creo.”

Page 242: Halo fantasmas de onyx.

La voz de Fred rompió sobre el COM: “Estamos en el lugar, Nada entrante.” “Ojos agudos,” dijo Kurt a Fred. A continuación, a Will, dijo, “Enséñame.” Will los llevó hasta las escaleras que pasaban a tr avés de un piso y se detuvieron en una entrada arqueada. Olivia en cuclillas, rifle levantado, cubriendo la sala de más allá. La cámara sólo tenía cuatro metros de diámetr o. Después del espacio que induce agorafobia de la cuidad, est a sala parecía sofocantemente pequeña. “Mira,” dijo Will, y dio un paso en el interior. Holográficos jeroglíficos Forerunner (puntos, guion es, líneas y polígonos) surgieron desde el piso de piedra y se r etorcieron en torno a él. “¿Con su permiso, teniente comandante?” Preguntó la doctora Halsey. “No es peligroso, te lo aseguro. He visto u n control similar en las superficies, en los registros de la misión de Halo.” Kurt no gustaba de una líder civil, pero la Doctora Halsey era la experta aquí... como gran experta que él tenía p or cualquier caso. “Muy bien. Doctora,” dijo. “Pero con cuidado.” La doctora Halsey se abrió paso hacia adelante. “Qu édese totalmente inmóvil,” le dijo, y entró en la habitac ión. Ella golpeó un pequeño cuadrado azul cristalino. Qu e parpadeó en respuesta. “Incluso estancado es difícil de leer,” murmuró. “H ay una simple traducción de dos dimensiones, pero ahora veo que h ay interpretaciones de dimensiones superiores.” Ella tomo su computadora portátil. “No hay tiempo para más detalles,” Kurt le dijo. Ella frunció el ceño y aparto su portátil. “Todo el sentido está en los detalles. Teniente Com andante.” Ella apretó los labios, se concentro en los símbolo s, y luego se enderezó. “Por aquí.” Empezó a pasar a través del cuarto, y el piso ilumi nándose de un azul brillante delante de ella, corriendo directame nte a una pared en blanco.

Page 243: Halo fantasmas de onyx.

Kurt coloco una mano sobre el brazo de ella, suavem ente comprobando su movimiento. Luego él le hizo gestos a Lucy y a Tom para que se unieran a él y los tres Spartan caminaron lentamente por delante . La doctora Halsey señaló a un pequeño punto azul li geramente más brillante en la pared. Tom y Lucy tomaron posiciones de fuego a cada lado de él. Kurt alcanzó el punto, listos para los problemas. El muro se deslizó aparte y en la oscuridad más all á, un puente de luz que parpadeaba sobre arcos a la distancia. Kurt le dijo a Olivia, “Quédate aquí y transmite se ñales a la parte superior.” Ella asintió. Kurt se detuvo en la pared, poniendo a prueba su pe so en el puente semitransparente. Se mantuvo. Sin embargo, no le gusto. Si el poder se cortaba, e sto podría desaparecer. Se trasladó doce pasos, con Tom y Lucy justo detrás de él… a pesar de la distancia recorrida por sus pasos no pa recían coincidir con la distancia mucho mayor que él perci bía que estaban viajando a lo largo de la curva del puente. Miró hacia abajo: sombras insondables. Mantuvo su v ista al frente. Cuando llegaron al final del puente, una puerta de deslumbrante luz apareció, y la sombra se deslizó aparte. Kurt, Tom, y Lucy pasaron a través, no registrando más que un breve momento en sus sensores de movimiento de cont acto enemigo. Se encontró en una cámara de media esfera a través de veinte metros. En el centro había una consola sobre la cual los je roglíficos Forerunner de matices metálicos abundaban. Kurt se volvió y le indicó a la Doctora Halsey que siguiera. Ella se dirigió rápidamente a través del puente. Ke lly, Will, y Ash corrieron detrás de ella, atentos a cualquier m ovimiento. Entraron en la habitación, y la Doctora Halsey estu dió el holograma. “A falta de un término mejor,” ella dijo, “se trata de un centro de información.” Pasó sus manos sobre los símbolos en la consola. “D eberíamos ser capaces de encontrar, ah,” ella golpeó un pequeño i cono triangular flexible “un mapa.” La luz explotó alrededor de Kurt. Geometría holográ fica brilló y

Page 244: Halo fantasmas de onyx.

se amplificó con una perspectiva distante… y una es fera de símbolos, líneas de topología, y formas aumentaron sobre la consola, hasta tocar la cima de la habitación. “¿Un mapa?” Kurt le preguntó. “Por nuestra ubicación actual,” dijo la Doctora Hal sey. “¿Así que este edificio es redondo?” Kelly preguntó . “No es precisamente incorrecto,” respondió la Docto ra Halsey. “Estamos en este edificio. Y es este edificio en es ta ciudad, que es técnicamente sobre este llamado planeta, per o esta visión es al revés. Observa.” Ella giro un símbolo circular dorado, y las estruct uras holográficas pasaron a través de Kurt a medida que el mapa se amplificaba. Un punto en la superficie de la esfera se amplió y se resolvió en líneas y cuadrículas, cuadrados, triángulos, y u n círculo. La vista se amplio sobre ese círculo y se inclinó 9 0 grados, mostrando profundidad, y una faceta del domo con si ete arcos. La Doctora Halsey giró el símbolo circular dorado y precisó el contenido, descendiendo a través de las capas del e dificio, mostrando la pista de aterrizaje, y el contorno de la nave Covenant con el núcleo del reactor en llamas. Ménde z y Ash aparecieron y pequeños bio-signos aparecieron junto a ellos. Hundieron las vista aun mas profundo y la habitació n donde estaban resolvió y Kurt se vio a si mismo, los otro s Spartans y a la Doctora Halsey. “Y de vuelta,” ella dijo mientras giraba el icono c ircular. La habitación se redujo a la construcción de la ciu dad y de regreso a la gran esfera construida. La escala finalmente hizo clic en la mente de Kurt. Una vez que lo comprendió, le tomó unos pocos segundos para hab lar de nuevo. “Cuando usted dijo que la traducción Forerunner par a Onyx era ‘mundo escudo’,” susurró, “esa era una traducción l iteral, ¿no?” “Parece que sí,” admitió la Doctora Halsey. “El pla neta entero es artificial... como los anillos Halo.” Algo llamó su atención en la consola. Ella golpeó un octaedro azul. “¿Podría ser...?” susurró. El mapa cambió una vez más, a través de la superfic ie del mundo, profundamente en la corteza, y reveló una cámara ll ena de máquinas y ocho vainas alargadas que brillaban con campos de energía. Dentro había cuerpos humanos, translucidos, sus ras gos como espectros. Al lado de cada uno pulsó el rastro de s us latidos. “Es el Equipo Katana,” dijo Ash, y dio un paso más cerca. “Por lo menos cinco de las personas en aquellas cosas. D esaparecieron en la Zona 67… antes de que comenzara todo esto.”

Page 245: Halo fantasmas de onyx.

“Tenemos que sacarlos,” dijo Kurt. “Doctora, encuén treme un camino hacia ese lugar. Kelly, Ash, consigan materi al médico de la nave y…” La doctora Halsey levantó una mano. “Un momento. Teniente Comandante.” Tocó un punto. El mapa de Onyx retrocedió hasta un metro de diámet ro y las estrellas brillaron en el mapa de las paredes de la sala. Un pequeño destructor Covenant apareció en órbita.. . y luego otro... y otro, hasta que veinticuatro naves habían brillado hacia el espacio normal del Slipspace. Kelly murmuró, “Fuera de la sartén…” La mente de Kurt corrió. Ellos aún podrían hacer es to. Rescatar al equipo Katana y salir de aquí. Pero ellos no podían irse y darle al Covenant la te cnología de Onyx. Allí estaban las ojivas Fenris, pero si él de tonaba todas ellas ni siquiera destruiría una pequeña fracción d e este planeta. “Tenemos compañía,” la voz llena de estática de Fre d crepitaba sobre el COM. “Centinelas.” “¿Cuántos?” “Señor, todos ellos.”

Page 246: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TREINTA Y UNO

SÉPTIMO CICLO, 193 UNIDADES (CALENDARIO DE BATALLA COVENANT) \ A BORDO DEL CRUCERO, INCORRUPTIBLE; EN ÓRBITA SOBRE EL PLANETA ONYX: SISTEMA ZETA DORADUS (DESIGNACIÓN HUMANA). El maestro de flota Voro se aproximó a la consola d e comando en el puente del Incorruptible. Su tripulación rompió en atención en su presencia. Todo era perfecto. Él controlaba una de las flotas de naves mas magnifica en la que podría ser la misión más import ante para su pueblo… y éste sería su momento de consagración: Co ntactar con los guardianes Forerunner de este mundo. “Maestro de Nave Qunu,” él dijo sobre el COM nave a nave, “reporte.” En el proyector holográfico central, el destructor de Qunu, el Far Sight Lost, continuaba acelerando desde la segu ridad de la formación defensiva en forma de esfera de la flota. Descendió rápidamente dentro de una órbita alta sobre el mund o que los humanos habían llamado ‘Onyx’; Esta palabra no tení a significado para su Oráculo de traducción. “Maestro de flota,” Qunu contestó, “moviéndome en e l vector proscrito de suplicación.” Miles de diminutas naves pasaron sobre el polo nort e magnético del planeta y se movieron hacia el Far Sight Lost e n vectores de ataque. “La luz del honor está en su dirección,” Voro dijo a Quno. Quno contemplo al antiguo máximo Sangheili: “Nuestr a sangre forjará miles de generaciones.” Voro había considerado iniciar contacto por sí mism o, pero decidió que el honor debería ir con Qunu, cuyo cono cimiento de los antiguos rituales de respuestas a partir del Có dice del Fuego y Arrepentimiento de la Primera Edad era sin precedente. En la estación de sensores de Y'gar un esquema de u na de las naves Forerunner apareció: Tres cilindros desconect ados y una esfera. “Sintonía de poder detectada, señor,” Y'gar reportó , su único ojo bueno miraba los patrones. “Escudos de energía y sistemas ofensivos presentes en formas de onda.” Voro consideró esto: Los rendimientos de poder de e stas diminutas naves eran insuficientes para penetrar en sus escudos…

Page 247: Halo fantasmas de onyx.

pero había tantas. “Gire hacia arriba el proyector de energía delanter o,” Voro ordenó. Uruo vaciló un latido, y luego movió sus manos sobr e los controles. “Proyector de energía delantero cargando, señor.” Las trémulas lecturas de poder de las naves Forerun ner se reflejaban en la mirada de Voro. Durante su viaje en el Slipspace, Voro había dejado claro a sus Maestros de Nave que tenían que estar dispuestos a colocar a un lado sus creencias. Los otros habían estado cegado por la gloria del Anillo de los Dioses, y subsiguientemente destr uido por los humanos y las infestaciones Flood. Deben prepararse para cualquier cosa. “Alerte a la flota para preparar sus armas,” Voro o rdenó a Y'gar. “Sí, señor” Voro quiso creer que los Forerunners habían dejado este mundo para libertarles en su hora de máxima necesidad… su s instintos, sin embargo, le decían a él que no confiara en cual quier cosa excepto en la sangre Sangheili. “Far Sight Lost comunicándose en un canal abierto,” Y'gar dijo, y puso el audio en el puente. “Lancemos las armas a un lado,” el Maestro de Nave Qunu comenzó el saludo ritual. “…y como descartemos nuestra cóle ra. Usted, en verdad, nos mantendrá a salvo. Mientras encontramos el camino.” Las miles de diminutas naves flotaban suavemente en el proyector holográfico central como una nube de polvo. Formaba n geometrías octaedrales, solidificándose en cristales de oro y rubí en la oscuridad del espacio, rodeando al Far Sight Lost. “Transmisión entrante,” Y'gar dijo. Ambos ojos, el vidente y el ciego, estaban amplios con asombro. “En el canal de los Profetas, señor.” Una voz insípida, entonando perfectamente el antigu o dialecto, retumbó sobre el puente: “Fase de rescate concluida . Fase de análisis de peligrosidad concluida. Petición para a cceso al Mundo Escudo denegado Reclamador. Iniciando program a de defensa exterior.” “Lanzas de Energía detectadas,” Y'gar dijo. “Altern ando frecuencias para resonar la comitiva.” Él miró haci a arriba. “combinan fuego, señor.”

Page 248: Halo fantasmas de onyx.

“Canal de la Flota,” Voro gritó. “Todos los Maestro s de Nave prepárense a disparar. Control de enlace enfocando a través del Incorruptible.” Uruo monitoreó su consola a medida que las naves en su flota se conectaban en una única red de potencia de fuego. “El control de fuego de la flota ahora es suyo, señ or,” él dijo a Voro. “Objetivos Láser y proyectores de energía sobre est e grupo de formaciones,” Voro dijo. Uruo alisó sus manos sobre la red, comprobando dos veces los números, y luego dijo, “Soluciones de Objetivos cal culadas, señor. En su orden.” Miles de diminutos ojos resplandecieron dentro de l as formaciones alienígenas. Haces collimated de energí a en lanzas de luz dorada que coloreaban el casco del Far Sight Lost. La nave no tenía sus escudos en marcha. Los haces p artieron la armadura y las cubiertas, perforándolas por complet o, bombardeando conos de aleación vaporizada en el esp acio. Voro sofocó su furia y analizó la masacre. Alguna v entaja tenía que ser recabada de esta tragedia. Individualmente las diminutas naves podrían no hace r daño. Conjuntamente, sin embargo, fueron más que una cont ienda para el Far Sight Lost. Sus estructuras octaedrales brillar on tenuemente con escudos de energía. Voro asumió su fuerza defen siva multiplicada cuándo estaban combinados también. “Liberen la interconexión de los seguros de las arm as,” Voro ordenó, y levantó su mano. Él rezó por el alma del Maestro de Nave Qunu, quien había revelado a ellos un nuevo enemigo. Penetradas por una docena de haces, las cubiertas v entrales del Far Sight Lost estallaron. La nave volteaba como un a gran bestia en su agonía. Las armas atravesaron la sección de p opa. El núcleo de plasma se escindió, y tres plumas de fueg o azul hicieron erupción desde el casco… calentando una cu arta parte de la popa de la nave al rojo, amarillo, y luego blanc o caliente… antes de que la nave explotara. La geometría cristalina de las formaciones alieníge nas ondeó y sus escudos brillaron. “¡Ahora!” Voro ordenó. “Todos los láser y todos los proyectores fuego.” Todas las naves bajo su comando lanzaron una descar ga, y la noche profunda del espacio se encendió con entrecru zadas líneas

Page 249: Halo fantasmas de onyx.

de iluminación. Centenares de láseres colorearon lo s escudos alienígenas debilitados y los hicieron crepitar con estática. Diez microsegundos más tarde, los condensadores de los proyectores de energía descargaron y explosiones de radiación de blanco sagrado impactó las formaciones, sobrecargar on los agobiados escudos, y dispersaron su consistencia. Despojados de su protección, las diminutas naves dr ones hicieron erupción en corrientes de partículas sobrecalentada s. Sus ojos centrales resplandecieron blanco caliente como si ú nicamente su furia los pudiera proteger. Explosiones se encadenaron a través de la asamblea octaedral. Los láseres y proyectores terminaron y el espacio s e zambulló otra vez en la oscuridad. Voro parpadeó. Dentro del proyector holográfico miles de naves ali enígenas se esparcían, la mayoría ahora enfriándose en informes masas de metal, cayéndose desconectando barras y esferas. Aq uéllos que habían sobrevivido se movieron letárgicamente a med ida que trataban de reorganizarse para otro ataque. “Ochenta y tres por ciento de las naves destruidas, ” Y'gar dijo. Voro dijo Sobre el COM de la flota, “Todas las nave s rompan y ataquen. Aniquilen a los sobrevivientes con cargas de plasma antes de que se reagrupen.” La flota aceleró para atacar con rapidez, quemando todo ante ellos. Las más pequeñas naves alienígenas estaban i ndefensas antes de este ataque. El maestro de nave Qunu había sido un héroe. Él hab ía demostrado a todos ellos que los viejos caminos de devota paci ficación no tenían lugar en esta Nueva Edad. El Sangeili forjar ía su camino, con su sangre, si fuera necesario. “Contacte al Absolution,” Voro dijo a Y'gar. “Haga que se preparen para una transición Slipspace hacia dentro de la atmósfera. Explorarán la región polar norte desde d onde estos drones vinieron y determinaran si hay objetivos de alto valor que nuestros sensores hayan pasado por alto.” “El Absolution saludando, señor,” Y'gar contestó. “ Envían una transmisión.” Él hizo una pausa escuchando, luego d ijo, “el Absolution es suyo para comandarlo, Maestro de Flot a.” Voro inclinó la cabeza, indicándole que prosiguiera . El espacio rodeando al liso destructor relucía a me dida que sus condensadores Slipspace descargaban. “Algo sobre la superficie planetaria, señor,” Y'gar dijo, y él

Page 250: Halo fantasmas de onyx.

se encorvo más cerca, concentrándose. “Anomalía de energía en la región polar del norte.” Él ondeó su mano sobre sus controles y el proyector central se dividió, la mitad llenada con una vista de los casq uetes glaciares del planeta, incrementados para revelar u n paisaje batido por el viento en las dunas de nieve. Un kiló metro fuera de la tierra, el aire brilló con el mismo patrón ta l como la matriz de transición Slipspace del Absolution. “Eso no debería ocurrir,” Uruo comentó, y dio un pa so más cerca hacia la imagen, intrigado. “Una matriz Slipspace s ólo aparece en la salida de una nave. Al Absolution aún le falt a para efectuar una transición.” “Salude al Absolution,” Voro dijo. “Aborte el salto .” Y'gar meneó su cabeza. “La matriz Slipspace está in terfiriendo con Nuestra señal, señor.” “Muévase para interceptarla,” Voro ordenó. El Incorruptible se inclinó y aceleró hacia el dest ructor a medida que se aproximaba a su campo Slipspace. La vista en el proyector holográfico cambió de posi ción. Sobre el polo norte tres nuevas formaciones de naves octa edrales alienígenas se materializaron en la radiación del c ampo de salida Slipstream. “¿Pueden saltar?” Voro susurró. Eso tenía poco sentido. ¿Si tenían tal capacidad en tonces por qué no habían saltado en el combate con el Far Sigh t Lost? ¿O por que no saltaron durante la batalla para evitar la destrucción del resto del grupo de batalla? Voro recurrió a Y'gar, quien entendía el espacio Sl ipstream mejor que cualquiera de sus oficiales. “Explíqueme,” él pidió. Y'gar se enderezó. “Señor, una transición Slipspace requiere más poder de lo que naves de ese tamaño puedan generar. Sólo puedo sospechar que en cierta forma se conectaron con en el campo Slipspace del Absolution.” “Lanzas de energía,” Uruo dijo. “Región polar del n orte.” Las naves alienígenas dispararon, centenares de hac es rebotaron dentro de su conectada geometría, combinándose y en focando sin embargo sus escudos de energía… le dirigió hacia el centro de la envoltura Slipspace. El Absolution desapareció desde la órbita alta… rea pareciendo en el centro del campo de fuego alienígena.

Page 251: Halo fantasmas de onyx.

El casco del destructor se sobrecalentó hasta blanc o… vaporizado en un destello, floreciendo en una pelota de fuego ultravioleta. Las naves alienígenas comprendiendo formaciones oct aedrales se deformaron desde las ondas de superpresión. Luego e mprendieron el vuelo en trayectorias aleatorias desde la nube d e humo, lo cual era todo lo que quedaba del Absolution. Voro observó estupefacto y luego recobró su discern imiento. “Escanea la superficie del planeta,” Voro dijo a Y' gar. “Y re chequea los registros de los sensores por anomalías justo antes de que aparecieran las naves.” Él abrió el canal de la flota. “Ninguna nave inicie una transición Slipspace sin m i orden explícita.” Sus Maestros de Nave enviaron sus confirmaciones, y veintiuna insignias personales iluminaron su consola. “Sintonía de energía detectadas,” Y'gar dijo. “En n uestros registros de servicio antes de que las naves enemig as aparecieran, los escáneres detectaron un estallido de energía de frecuencia extremadamente baja… una transmisión des de esta posición.” En el proyector central un anillo de montañas rotas se enfocó. Había movimiento a lo largo del borde. Voro increme ntó la imagen hacia dentro y vio un drone salir rápidamente desde las sombras. ¿Transmisión? ¿Órdenes coordinando tal vez? ¿O una posición central donde estos drones tenían algo que valía pr oteger? “Ese es nuestro objetivo,” él dijo. Voro activó el COM de la Flota. “Todas las naves en patrón de ataque OVERARC H y prepárese para el descenso orbital. Carguen las líneas latera les a máxima capacidad.” El Incorruptible tomó posición en el ala de estribo r de la formación del flanco combinado y dirigió al grupo d e batalla a la atmósfera del planeta. Bajo ellos, el aire se calentó y abrazó sus cascos con ondas de convección. Voro observó como las nubes en la atmósfera superio r se dividían antes que su estela combinada… y lamentó los orific ios en su formación. Dos naves perdidas. La culpa era de él. ¿Cómo podía alguien continuar siguiendo sus órdenes después de tales errores? Pero Voro sentía su confianza. Quizás esa era una f alsa ilusión, pero le habían seguido incondicionalmente en la bat alla. Sabían que lo que sucediera aquí podría determinar el dest ino de todos los Sangheili.

Page 252: Halo fantasmas de onyx.

Tenían que tener éxito, aun si costara sus vidas. Bajaron en picada sobre la superficie del planeta, sobre selvas cubiertas en la penumbra, ondeando llanuras de hier ba, y cañones sombreados. Bandadas de aves y manadas de animales se dispersaron ante su presencia amenazadora. Ninguna nave alienígena se elevó para desafiarlos. ¿Dónde estaban los centenares que habían visto en el polo norte? ¿En reserva? ¿Acechando en una emboscada? “Desaceleren,” Voro ordenó sobre el COM de la Flota . “Mantengan formaciones de batalla.” A medida que la flota cruzó la cima del cráter, un agrupamiento de drones apareció en el borde interior arrojando t ierra y piedras en el aire. Tres de sus destructores abrieron fuego y dejaron n ada menos que una crujiente superficie cristalizada. A medida que el cuerpo mayor de la flota cruzaba de ntro del cráter, la luz de sus líneas laterales calientes il uminó el oscuro interior, reveladores arcos gigantes y pilar es, escaleras que rodeaba domos de plata. Era una ciudad de propo rciones magnificentes. Las figuras fueron instintivamente r econocidas por Voro de las Sagradas Escrituras. Cada línea y c ada curva, cada símbolo habían sido quemado en su alma. Ésta era una ciudad Forerunner. Intacta. Sagrada. I lesa. Eso era lo que cada miembro del Covenant había soñado con d escubrir… si no en esta vida, entonces en la siguiente. ¿Sería tan fácil reclamar su premio? Los tesoros te cnológicos y teológicos estaban bastante cerca como para tocarlo s. Las articulaciones de Voro se debilitaron y él quiso de scender e inclinarse ante la gloria de todo eso. Él se detuvo, avergonzado. Tal estupor religioso só lo le cegaría hacia el peligro. Voro no debía inclinarse ante los fantasmas Forerun ner. Él debía ser la única autoridad aquí. Él se volvió hacia el par Lekgolo que siempre perma necía a su espalda en el puente. “Prepárense para la batalla,” él les dijo. Aunque los Lekgolo no podían sonreír, Voro sintió s us ‘caras’ flexionadas en placer, una docena de anguilas se re torcían y arrollaban una sobre la otra. Gruñeron su asentimiento, se levantaron, saludaron, y retumbaron fuera del puente.

Page 253: Halo fantasmas de onyx.

Voro dirigió su mano sobre la consola de comando. L a sangre del Maestro de Nave Tano todavía manchaba los bordes, m atizaciones que las emisiones holográficas azuleaban. Él se lam entó que su viejo mentor no hubiera sobrevivido para presenciar este momento. “Naves alienígenas acelerando desde la superficie,” Uruo anunció. “Dos docenas de formaciones pares. Sobre v ectores de ataque.” “Destruye las nave,” Voro dijo sobre el COM de la F lota, “y sólo las naves. Usen láseres, apunten precisamente.” Diminutas explosiones iluminaron la noche a medida que los drones eran eliminados. Él activó el COM de la Nave. “Paruto, Waruna, duran te el asalto en tierra esfuércense para minimizar daños colatera les.” En respuesta hubo un gruñido doble, y luego Paruto preguntó, “¿Cuál es el objetivo. Maestro De Flota? Voro examinó la extensa ciudad. Una búsqueda comple ta tomaría semanas. “Pulse los antiguos saludos para una señal de respu esta,” él dijo a Y'gar. “Sí, Maestro De Flota.” Él difundió la secuencia de l saludo universal del Covenant, y esperó luego por una resp uesta. Era sólo un sueño que algún Forerunner hubiera qued ado para responder el llamado. “Algo…” Y'gar se inclinó más cerca para examinar la vacilante señal de respuesta. Voro se movió a su estación. “Es una nuestra,” Voro afirmó. “Envíeselo al Orácul o de la nave para un patrón de encuentro.” “Sí, señor,” Y'gar contestó. “ID de la nave… Clase DX.” “¿Una nave de descenso? Identifique el registro la nave paterna” Y'gar citó la referencia y sus mandíbulas se abrier on en sacudida. “Bloodied Spirit,” él murmuró. Voro entrecerró sus ojos en una vacilante señal de respuesta. Esto venía de la nave hurtada por los demonios huma nos. ¿Los habían batido aquí? ¿Sobrevivieron las defensas For erunners e infiltraron en las bases sagradas? La cólera hirvió dentro de él y nubló su mente, pero él acumuló su furia… ahorrán dola para ellos.

Page 254: Halo fantasmas de onyx.

“Triangule la señal,” él ordenó. “Sí, señor. Ahí.” La imagen cambió de posición en el proyector centra l. Un domo de plata vaciló en la semi-solidez. El apogeo de la es tructura pulimentada en siete niveles, y en cada uno, un arc o abierto hacia los… arcos internos bastante grandes para que atravesara una nave de descenso. Voro regresó a su consola de comando. “Paruto, Waru na, nosotros tenemos un objetivo. Reúna las reservas de cada nav e en la flota.” Paruto y Waruna contestaron simultáneamente con un trueno subsónico de aceptación. “Ustedes, sin embargo, esperarán,” Voro le dijo. Hubo silencio sobre el COM. ‘Esperar’ era una palabra que no se atrevían a deci rle a un par de Lekgolo al borde de la batalla. “Me esperarán para que me una a ustedes,” Voro dijo . “Pues dirigiré este asalto.”

Page 255: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TREINTA Y DOS

2040 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ ESPACIO SLIPSTREAM CERCA DEL SISTEMA ZETA DORADUS \ UNSC MERODEADOR DUSK. “Habilitar los protocolos de sigilo,” ordenó el com andante Richard Lash. “Prepararse para la transición hacia el espacio normal.” “Sí, señor.” El Teniente Comandante Julian Waters s e dirigió hacia los oficiales del puente del Dusk. “Fuentes externas de energía fuera de línea,” dijo. “Bloquear deflectores de ablación. Asegure los amortiguadores del motor.” La teniente Bethany Durruno en su estación de naveg ación verificó doblemente los cálculos para la transición de espacio Slipspace a normal. “Ya casi hemos llegado, señor. Treinta segundos.” En la estación de OPERACIONES-SENSOR. El teniente J oe Yang dijo, “Preparando para la oscura y silenciosa marcha, señ or. Cinco puntos confirmados.” Lash personalmente comprobó todo en la pantalla en el asiento del capitán. Todo en perfecto orden. Así que ¿por q ué tenia una sensación de que todo estaba a punto de tener un im pacto indeseable? Respuesta: en su corto período como com andante del Dusk, un inminente desastre había sido la norma. Él no esperaba menos esta vez. “Vuelva a espacio normal,” ordenó. “Iniciar conteo. ” Waters estableció el cronómetro y dijo: “Tiempo de misión: quince y contando.” Lash miró los engranajes y resortes de su antiguo r eloj de muñeca, un regalo de su padre cuando se había gradu ado de la OSC. “Mantenlo bobinado, Hijo.” Revisó: era de hecho un bobinado ajustado. Las luces del puente se atenuaron a rojo a medida q ue el poder de la nave era desviado al acelerador de partículas de la unidad trasluz Shaw-Fujikawa, y rasgó un agujero nuevament e dentro de las tres dimensiones normales del espacio intereste lar. El trío de ennegrecidos monitores brillaron con las estrellas. Un punto de luz fue inusualmente brillante. El moni tor principal se centró en esta estrella, y los parámetros astron ómicos se transmitieron junto a Zeta Doradus. Órbitas elíptic as trazaron en los seis planetas interiores.

Page 256: Halo fantasmas de onyx.

“Solución positiva en las referencias estelares,” d ijo el teniente Durruno. “Estamos ligeramente desviados, s eñor. Tres millones de kilómetros.” “Movámonos,” ordenó Lash, “un tercio a toda marcha en curso para interceptar al cuarto planeta. Dile al Teniente Com andante Cho en Ingeniería que inicie la recarga de los condensa dores Slipspace.” “Sí, señor,” dijo ella. Ella se mordió el labio inferior, y el Comandante L ash sabía que significaba que estaba nerviosa, demasiado... sinti endo que algo ya anda mal en esta misión. El Dusk pasó rápidamente atreves del espacio, negro sobre negro, sólo un parpadeo delator de las estrellas de fondo dio la más mínima indicación de que algo estaba allí. Waters miró el cronómetro y susurró: “Señor, trece minutos para el final. Apenas hay tiempo para acercarnos al obje tivo mientras nos dirigimos en la oscuridad, y mucho menos obtene r un análisis detallado.” El tiempo no estaba del lado del Comandante Lash. O bien no había demasiado tiempo y su tripulación esperaban d ías o semanas en sigilo o, como fue el caso ahora, ellos tenían q ue correr y el equilibrar la recolección de precisos datos perm aneciendo ocultos. Fue un infierno de elección: El destino de las vida s de miles y de otras ocho naves dependía de esto. Por otro lado , si el Dusk era detectado, la Intel no volvería, Sin mencionar, que todos estarían muertos. Dieciocho meses de desgaste y la acción constante d e la tripulación ahora estaban cobrando su cuota a los o ficiales de Lash. Observó a los tenientes Durruno y Yang y vio el cansancio del combate reflejado en sus cristalizados ojos, y oscuras ojeras. Habían sufrido una espera interminable… mar cadas por salvas de plasma Covenant y fuego láser. Habían pre senciado la caída de cuatro colonias y la cremación de miles de millones. Estaban cerca del borde. Por lo demás, así era él. “Tenemos nuestras órdenes,” Lash dijo a Waters. “Qu ince minutos dentro y luego transición de regreso. Haremos nuest ro mejor esfuerzo con el tiempo asignado.” Tenían poco tiempo por dos razones. En primer lugar , los últimos quince minutos los Covenant detectados por los sens ores crecieron a una tasa estadísticamente geométrica. E n segundo lugar, después de quince minutos la capacidad del D usk para encontrar el resto de su grupo de batalla en Slipsp ace disminuiría exponencialmente.

Page 257: Halo fantasmas de onyx.

Lash se echó hacia atrás, y en la buena tradición d e los comandantes de merodeadores en cualquier parte, él practicó exudar paciencia. El viaje de regreso del Dusk a la Tierra se había p roducido en un tiempo récord. Ellos habían capturado una estela en espacio Slipstream, una estela indeterminablemente grande q ue el Covenant había seguido. Su IA-NAV informó: “Patrones de ondas como SOLITON Detectadas cerca de Halo.” Lash no tenía idea de lo que lo había causado, sólo informó a Lord Hood... que había examinado su informe de este las Slipspace e inmediatamente ordenó intentar el mismo truco y s eguir el vector del equipo de asalto Spartan hasta que llega ron a la estación remota Trípoli. Allí se encontraría con un grupo de batalla bajo el mando del almirante Carlos ‘Buster’ . Patterson, proporcionaría asistencia al equipo Spar tan, y esperanzadoramente obtendría nuevas tecnologías que podrían cambiar el rumbo de esta guerra. Lash había oído rumores de las audaces acciones de los Spartan, abordar una nave Covenant, bombardear su nave herma na, destruyendo el majestuoso paso orbital Maíz de Tall o Negro en el proceso. El ataque de leyendas fueron hechas. Estaba más feliz permaneciendo en las sombras. No h ay video-transmisiones sobre su gloriosa muerte, gracias. El Dusk no tuvo oportunidad en la Tierra de asumir una tripulación completa o reabastecimiento, sino que t uvieron que hacer una transición inmediatamente al espacio Slip stream para captar la estela de rápida disipación de la nave Co venant capturada por los Spartans. “Rango máximo para el sistema de radar X-ELF,” anun ció el teniente Yang. “Ocho minutos en el reloj, señor.” “Iniciar una serie de alta resolución,” Lash le dij o, “superficie planetaria a los puntos Lagrange.” “Llegada en línea ahora,” dijo Yang. Se enderezó. “ ¡Dos contactos en alta orbita planetaria! Dos destructor es Covenant.” Siluetas brillaron en el monitor de Lash, lo que co nfirmaba el análisis de Yang. “Destructores pesados,” murmuró Lash. Suficiente po tencia de fuego concentrado para sacar una docena de merodead ores del UNSC. Waters preguntó. “¿Una podría ser la nave de los Sp artans?

Page 258: Halo fantasmas de onyx.

Podríamos enviar un ping cifrado de banda estrecha, señor.” “Cualquier cosa es posible con los Spartan,” dijo L ash, “pero no es nuestro trabajo comunicarnos con ellos. Estamos aquí para recoger datos para la consideración estratégica del Almirante Patterson.” Waters cerró los ojos, pensando un momento y finalm ente dijo: “Sí, señor.” El teniente comandante quería entrar en la lucha. E ra un sentimiento mortal para el oficial de un merodeador . Lash simpatizaba. Waters hacía mucho tiempo que perdió a su esposa e hijos en Harvest. Sin embargo, el sigilo era su úni ca defensa contra esa fuerza. La venganza no tiene lugar en su nave. “Escombros en órbita,” dijo Yang. “Estructuras metá licas. Composición de la aleación desconocida sobre el aná lisis espectroscópico.” “¿Combates recientes?” Waters preguntó. “Sí, señor, residuos de plasma detectados. Sin emba rgo… tonelaje insuficiente para contar siquiera un destructor Cov enant.” “Vamos al curso cero dos cero por tres dos cinco,” el comandante Lash ordenó al teniente Durruno. “Corta la energía de los motores y desvía el poder para recargar los condensadores Slipspace.” Ella centró su atención en sus controles NAV de ray o láser. “Llegando próximamente. Nueva trayectoria estableci da. Nuestra inercia nos llevará en una órbita muy ajustada.” Todo rastro de su fatiga se desvaneció y ella tipeo un mensaje de fuego rápido en su teclado, y luego respondió. “ Teniente Comandante, informes de Cho condensadores en un cin cuenta por ciento. Van a estar caliente en seis minutos.” “Vuelve a activar el camuflaje,” dijo el comandante Lash a Waters. Lash se obligó a permanecer recogido. Se sintió com o un fraude, pero tenía que tratar de mantener la ilusión de con fianza por el bien de sus oficiales. Él nunca habría dejarles sab er lo asustado que estaba. “Camuflaje activo en línea,” dijo Waters. “Textura de memoria llena. Cuatro minutos en el reloj.” El Dusk se precipitó hacia la línea de demarcación crepuscular del planeta. El recubrimiento ablativo normalmente negro mate en su superficie dorsal parpadeaba con los patrones de cirroestratos y el mar lapislázuli (piedra azul) y el brillante color naranja del atardecer.

Page 259: Halo fantasmas de onyx.

“¿Ondas radiológicas?” Lash preguntó. “La Tecnología Argus-ei no detecta radiación Beta e n la magnetosfera,” respondió Yang. “El equipo Spartan n o ha detonado ninguna ojiva Fenris.” “¿Es una cosa buena o mala?” Waters murmuró. Lash no estaba seguro. Si los Spartans habían estad o aquí, él esperaba que hubiese una franja de destrucción. “¿F uentes de energía planetaria?” le preguntó a Yang. “Nada, señor” Yang contestó a medida que él estudió minuciosamente los datos que parpadeaban en sus mon itores. “Todavía nos queda una cuarta parte de la superfici e del planeta para explorar, sin embargo. Llevará siete minutos e n esta órbita para cubrir esa área.” “Un minuto en el reloj,” Waters le dijo. Dudó como si hubiese más que decir… pero no lo hizo. Lash sabía lo que él quería: una órbita completa, m ás tiempo, y un paso más cerca de los combates activos del Coven at. Waters quería ser un héroe. “Estamos siguiendo las órdenes de Almirante Patters on palabra por palabra,” dijo Lash. “Tenemos dos naves de guer ra Covenant en el otro lado de este planeta. Ningún signo detec table de los Spartans. Ninguna arma nuclear activa. Y no hemos s ido vistos. Eso es suficiente.” Lash bloqueo mirada con Waters. Waters miró hacia otro lado, frunció el ceño, pero asintió con la cabeza. Él dijo, “Plataforma para la transición Slipspace.” “Sí,” dijo el teniente Durruno. Ella suspiró, visib lemente relajada en la decisión de salir. “Introduciendo cálculos en la matriz. Listo para la transición en diecisiete segundos.” Lash se inquietó en la silla del capitán. Era la de cisión correcta al salir. Si ellos llevaban a cabo una órb ita completa, su suerte habría sin duda de agotarse. Y en espera de sus datos de reconocimiento en Slipspace donde estaba el grup o de batalla de las ocho naves de Patterson. Dos destructores Covenant eran una amenaza, pero se aceptaba tres a una las probabilidades a favor del UNSC cont ra las fuerzas del Covenant, incluso era una coincidencia. ¿Cuatro a uno? Rara vez había probabilidades de este tipo en esta guerra. Así que ¿por qué esta sensación de que estaba incor recto?

Page 260: Halo fantasmas de onyx.

“Iniciar la transición Slipspace,” ordenó el comand ante Lash. Alrededor del Dusk el espacio brilló azul y blanco y las estrellas desaparecieron. Ocho naves UNSC bajaron desde el espacio Slipstream al vacío interestelar negro y hubo un espectáculo de fuegos artificiales de la radiación azul Cherenkov y se desintegraron l as partículas subatómicas en espiral. El Comandante Lash utilizó esto a su ventaja. “Establezcan nuevo curso al puerto, perpendicular a l vector de la flota de ataque,” ordenó al teniente Durruno. “Sí señor,” Bajo el resplandor rojo de la iluminaci ón del puente de batalla, sus oficiales parecían más vivos ahora. .. y más asustados. El sigiloso Dusk se alejó de los destructores, carg uero, y crucero del grupo de batalla del Almirante Patterso n. Lash no estaba huyendo, un sentimiento que encontró repitiendo desde que había sido testigo de los acontecimientos en el anillo Halo. Él había ofrecido al Dusk para regresar y exp lorar el planeta en una segunda misión de reconocimiento. Pe ro el Almirante le había dicho que no había tiempo. Él ib a a ‘atrapar esos bastardos del Covenant con los pantalones abaj o’ y atacar mientras se encontraban cerca de la gravedad del pl aneta también. Con las probabilidades a su favor era una buena tác tica. Aún así, lo que molestaba a Lash era que el Almirante P atterson comprometiera tantas vidas si un panorama completo. “Muévenos en una órbita elíptica alrededor del lado oscuro de Onyx,” ordenó Lash. “Establezcan un apogeo de cincuenta mil kilómetros. Hacia delante un tercio de poder.” “Nuevo curso establecido, señor.” La Teniente Durru no se volvió hacia él. Mirando dolida, ella abrió la boca para h ablar, dudó, y luego rápidamente dijo: “Le pido perdón, Comandan te. Pensé que nosotros teníamos órdenes de permanecer fuera del c ombate.” “Lo haremos,” dijo Lash, “pero vamos a concluir la exploración planetaria.” El se trasladó a la estación de navega ción y coloco una mano sobre el hombro de Bethany. “Sólo llévanos bonito y sencillo.” Sus ojos se fijaron hacia adelante en sus monitores . “Sí, señor.” Él dijo hacia el teniente Yang, “Monitorea las term ales del motor e impúlsanos pasando un tercio de poder… hast a el límite de la línea oscura.”

Page 261: Halo fantasmas de onyx.

Yang tragó, y luego respondió, “A la orden. Comanda nte.” Lash bailó una línea muy fina. Quería velocidad e i nvisibilidad. “¡Acción en el monitor!” el Teniente Comandante Wat ers anunció. En el monitor central destellos aparecieron en la o scuridad. El Almirante Patterson ha puesto en marcha su ataque a lfa. “Aumenta a cuarenta,” Lash ordeno. Los dos destructores del Covenant chasquearon en el monitor central. Dispersos misiles Archer detonaron sin causar daño en sus escudos. Las naves cambiaron de dirección fuera de la alinea ción orbital para hacer frente a su enemigo, y al hacerlo, cerra ron filas. Tres esferas blancas aparecieron detrás de los buqu es ampliando y envolviendo a los ahora agrupados destructores en emigos. Chorros de iones sobrecargados canalizaron hacia ab ajo a la magnetosfera del planeta. “Ubicación perfecta para las armas nucleares,” murm uró Yang, mirando entre el monitor y sus instrumentos. “destr ucción máxima y la radiación los atraparía en el planeta por lo q ue la flota podría moverse hacia adentro.” “... Y acabar con ellos.” Waters se frotó las manos en inconsciente anticipación. Las bolas de fuego se enfriaron a un rojo y surgió una individual silueta lisa: uno de los destructores de l Covenant había sobrevivido. Cargas de plasma en marcha hacia el centro del grupo de combate del UNSC… directamente hacia e l carguero insignia del Almirante Patterson, el Stanligrad. La s proas de las naves del UNSC estallaron a medida que los caño nes de aceleración magnética dispararon. Líneas de fuego y proyectiles sobrecalentados cruzaron el espacio entre las dos f uerzas. El destructor del UNSC Glasgow Kiss aceleró hacia e l frente de la flota; la estrecha nave se colocó lateralmente, situándose entre el plasma entrante y el Stalingrad. Una docen a de cápsulas de escape estallaron desde su casco mientras el bar co capturó tres de las cuatro lanzas de fuego. El casco se cal entó por un instante, y luego se rompió en fragmentos. “Sigue esas vainas,” ordeno Lash al teniente Yang. “Sí, señor.” En la pantalla, el Stalingrad recibió un impacto di recto en su costado de babor. Plasma grabó a través de los metr os del blindaje de titanio-A como un soplete a través de p apel de arroz, y las cubiertas centrales se ventilaron. Las rondas MAC de la flota del UNSC impactaron en el destructor de l Covenant. Los proyectiles golpearon a través de los escudos r econstituidos

Page 262: Halo fantasmas de onyx.

de la nave, y luego a través del casco, golpeándola de nuevo tan violentamente que cayó fuera de control a la atmósf era del planeta, dejando una estela de turbulencia y fuego. Sus motores estallaron y aceleró a una órbita muy b aja, lejos de la flota. “Cobardes,” murmuró Waters. “Lo dudo,” dijo Lash. “Hemos sobrevivido a cinco en frentamientos UNSC-Covenant.” Miró hacia el espacio profundo, rec ordando la masacre, y que el UNSC había ganado sólo una de esa s batallas. “El Covenant no se limita a huir. Teniente Comandan te. Pueden retirarse para reagruparse, pero cuando son superad os en potencia de fuego y superados en número... van bajo balance.” Sólo había una razón concebible este solitario dest ructor Covenant volviera. Lash dijo el teniente Durruno, “Nos estamos volvien do listos. Aumenta la velocidad para flanquear. Mantenga su cu rso.” “¿Señor...?” Ella se inclinó sobre sus controles. “ Sí señor.” Lash tecleo en el COM de la nave a Ingeniería. “Ten iente Comandante Cho, drena los condensadores Slipspace y desvía el poder a los motores. Los quiero calientes a ciento treinta por ciento.” Lo que había sentido como la victoria en el puente hace un momento se desvaneció y los oficiales de Lash apare cieron de nuevo cautelosos y cansados. Hubo un silencio largo en el COM de la nave y luego Cho respondió, “Re direccionando poder ahora.” El Dusk estaba al descubierto, y Lash estaba violan do la primera regla de cualquier capitán merodeador: permanecer o culto. Pero cada instinto le había gritado que el Covenant no sería tan fácil de derrotar, y que habían pasado por alto alg o de vital importancia. Las siete naves del Almirante Patterson persiguiero n después a la única nave Covenant. Desaparecieron a medida que el Dusk arqueó alrededo r del planeta. Lash volvió a la silla del capitán y la in quietud se instaló en ella. Waters estaba junto a él y le susurró: “Dime que sa bes lo que estás haciendo, Richard.” Lash se inclinó hacia delante y no dijo nada. “Próximamente sobre el lado oscuro de Onyx en quinc e segundos,”

Page 263: Halo fantasmas de onyx.

dijo el teniente Yang. “Diez... cinco... tres, dos, uno.” La cara del planeta durante la noche apareció en to dos los monitores, oscuridad salvo las nubes brillantes sob re el borde del crepúsculo. “¡Situación critica!” Yang gritó. “En el horizonte: Veintisiete grados de latitud norte, ciento dieciocho Sureste. Recalibrando térnales para reducir, aunque la distorsión atmosfé rica.” En el monitor principal una imagen oscilante resolv ió en veinte naves de guerra Covenant… subiendo a toda velocidad del flanco a través de la atmósfera… en un vector de intercepció n hacia la flota del Almirante Patterson. Lash se puso en pie. “Cortar la potencia del motor a un tercio,” dijo. “Volver a activar los protocolos de ocultació n. Vamos a un nuevo rumbo: Órbita polar. Consígueme una buena vis ibilidad al Stalingrad.” “Nuevo rumbo, sí,” dijo la teniente Durruno, su voz esforzada mientras ella calculaba la órbita. “Prepárense para resistir la corrección a potencia de un tercio.” El Dusk se posiciono y se inclino a una alineación polar. Los motores retumbaron y el merodeador se arqueó hacia las capas de hielo de Onyx. “Zenith en veintitrés segundos,” dijo Durruno. Lash sintonizó al el teniente comandante Waters. “I nforme de Acción.” La mirada de Waters ya estaba trabada en su monitor . “Nada. La flota del Covenant nos está ignorando.” Lash debería haber estado aliviado; ellos podrían h aber destruido el Dusk con unos pocos disparos láser. El ir a oscuras era lo correcto. Pero a pesar de sus años de formac ión en evadir al enemigo, Lash deseaba que el Pacto se hubiera vu elto. Lo que podría haber dado a Patterson algunos segundos más para ver lo que se avecinaba. Esperó quince segundos… el cuarto de minuto más ang ustioso de su vida… mirando las nubes, masas de tierra y los océa nos de Onyx pasar por debajo de su nave. El Dusk finalmente llego a la cima del polo y las e strellas… así como la flota del Almirante Patterson volvió a apar ecer en el monitor frontal. Sólo a un centenar de kilómetros a lo lejos las nav es del UNSC dispararon todos los cañones de aceleración magnéti ca y lanzaron una salva de misiles Archer a las naves del Covenan t que corrían hacia ellos.

Page 264: Halo fantasmas de onyx.

Las meteóricas rondas ardieron a través de la atmós fera, dejando cicatrices de humo. Los láseres brillaron desde las naves del Covenant destruyendo los misiles entrantes, pero no pudieron detener los trozos de metal disparados directamente de los cañones MAC. Siete rondas MAC golpearon los dos destructores que lideraban la línea del Covenant, destrozando los escudos, abolla ndo la armadura, y golpeando a través de los cascos, incap acitando las naves así que abortaron la ejecución de su ataque a medida que quedaban atrapadas en la influencia gravitacional d el planeta. Uno de los motores de la nave estalló, sobrecargánd olo a medida que su capitán intentaba un aterrizaje de supervive ncia. Un solitario destructor, sin embargo, giró en órbita, su impulso neutralizado. Una victoria. Lash sabía que iba a ser de corta dur ación. El enemigo le superaba en número casi de tres a uno co n armas superiores y escudos defensivos. Y la proximidad de la gravedad significaba que Patterson estaba acorralado en una esquina. Sería una masacre. Plasma surgió de la flota del Co venant que parecía una llamarada solar que hervía a través del vacío del espacio hacia las naves del UNSC. Patterson no era tonto. Él no trató de evadir a est e rango. En cambio los motores de sus naves calentados y en áng ulo a una órbita baja… acelerando al ataque. Esto no haría na da para detener el plasma guiado, pero ellos habían de emer ger pasando mucho más rápido, posiblemente lo suficientemente r ápido como para evitar un segundo ataque. El plasma rastreó las naves del UNSC a medida que s e zambullían. Una fracción de segundo antes del impacto, proyecto res de luz de energía sobres las naves Covenant y deslumbrantes r ayos de radiación de color blanco puro iluminaron las naves de Patterson… tan brillante, la escena se congeló por un instante, quemando en la retina de Lash. Las explosiones y ll uvias de titanio fundido llenó los monitores y se expandió r ápidamente en una nube de chispas y humo y cayendo agrietados cas cos de los buques del UNSC. Milagrosamente cinco naves de guer ra humanas se dispararon desde el centro de esta destrucción, ema nando fuego y ventilando la atmósfera… tronando en el corazón de la flota del Covenant. Un destructor del UNSC, Iwo fima, rozó una nave del Covenant tres veces su tamaño, desviada por sus escudos, y c hocando a otros dos destructores del Covenant. El buque del U NSC estalló desde el interior, sobrecarga del reactor y una sol a cabeza nuclear detonada en un acto de auto-destrucción. La bola de fuego envolvió ocho naves cercanas de los enemigos. .. de los cuales seis sobrevivieron detrás de sus brillantes escudos de energía. La flota del Covenant estaba en desorden, desaceler ó y pausó para reagruparse.

Page 265: Halo fantasmas de onyx.

Las naves de Patterson continuaron acelerando y en arco alrededor del lado más alejado de Onyx. Habían sobrevivido... al menos para un paso orbital más. “Contactos adicionales,” dijo Yang. Él medio se lev antó de su asiento y se cernía sobre el tablero de sensores. “ Rápido ascenso desde la superficie del planeta. Curso de i ntercepción hacia la flota del Covenant.” El corazón de Lash se hundió a su estómago. “Refuer zos,” dijo. Yang se quedó en silencio, el estudio su monitor, y luego dijo: “No, señor. Mire, en su monitor.” Lash sintonizo el pequeño monitor de la silla del c apitán y mostró la silueta de una nave. La computadora extrapolo un modelo tridimensional a proximado de tres brazos, y una esfera sin estructuras de conexi ón. “Son tres metros de proa a popa,” dijo Yang. “El ra dar pasivo esta captando miles de ellos.” La pantalla central se ajusto a una ventajosa orbit a media y Lash vio como una nube de las pequeñas naves se fus ionaron en tres formas octaédricas. Las naves del Covenant se volvieron hacia esta nueva amenaza, abandonando su búsqueda d el grupo de combate del Almirante Patterson. Líneas laterales calentaron y el bombardeo de plasm a se arqueo hacia las entrantes formaciones alienígenas. Fuego llovió sobre la construcción principal de ocho lados y un escudo de energía se fusiono que parecía como agua de oro moteado. El plasma vaciló allí como si fuera capturado en un campo mag nético. Se calentó de amarillo, un blanco caliente, y luego te ñido de azul y ultravioleta. El plasma derretía el escudo, y lue go pasó sin causar daño dentro de la formación. “¿Captura de plasma?” Waters susurró con asombro. “ Eso es el infierno de un truco.” Las esferas dentro de la formación alienígena brill aban, y de cada una, brillantes haces atravesaron la atmósfera hacia la naves Covenant que comprendía el borde delantero de su flota. Unos cien rayos de energía penetraron los escudos d el Covenant rebanando a través de sus cascos. El plasma supercaliente dentro de la formación alie nígena fluyó a lo largo de los haces, enrollándose y retorciéndo se como serpientes, y pintaron las naves dañadas del Covena nt, vaporizando sus cascos, cubiertas y superestructura s de fusión como si fuera una capa de material plástico. Tres destructores Covenant detonaron bajo el fuego combinado.

Page 266: Halo fantasmas de onyx.

El plasma se disipó en la atmósfera superior, llena ndo el vacío casi con una decolorada neblina púrpura. Las naves sobrevivientes del Covenant lucharon para acelerar y salir de la gravedad también. Las otras naves extra terrestres, sin embargo, eran más rápidas y lograron alcanzarla s. Dos buques del Pacto giraron y dispararon sobre sus proyectores de energía y láser a la entrante formación alieníge na. Los escudos de los octaédricos crujían con estática y s e disiparon. La nave pequeña dentro de la formación floreció en bolas de fuego. Las restantes dos formaciones alienígenas dispararo n contra la retaguardia Covenant… rayos de energía reducieron s us escudos y los arruino a átomos. La táctica del Covenant, sin embargo, había funcion ado. El resto de su flota había escapado a la gravedad d e Onyx y distanciado de sus persuasores. La mente de Lash tambaleó. ¿Quiénes eran estos nuev os alienígenas? ¿O se trata de un arma capturada y con trolada por los Spartans que enviaron ante ellos? Las tácticas del Covenant también eran confusas par a Lash. Que no habían utilizado un salto Slipspace… algo que él estaba seguro que ellos hubieran hecho antes de escapar qu e sacrificar dos naves. De repente, todo en esta guerra había ca mbiado. El Comandante Lash no estaba seguro si era para mejor o para peor. “Rompe orbita… totalmente lento,” susurró Lash. “Mu évanos a Lagrange-Tres. Teniente Yang, verificación continua de nuestro perfil de cautela. Durruno, manténgase en el radar pasivo y esté pendiente de las cápsulas de escape.” “¿Qué diablos son ellos?” Waters preguntó, mirando el monitor. Las formaciones octaédricas se separaron y los dron es se extendieron en la parte superior de la atmósfera. Lash meneó la cabeza. “Transmisión desde la UNSC E-Band, señor,” dijo Yan g, tratando de escuchar en su auricular. “Desde la superficie del planeta. Alguien está tran smitiendo al aire libre.” “Para las fuerzas del UNSC en órbita sobre el plane ta designada XF-063, esta es la IA Endless Summer, *MIL AI ID 42 79. Si quieren sobrevivir los próximos tres minutos, respo ndan a este saludo.”

Page 267: Halo fantasmas de onyx.

Lash y Waters se miraron sorprendidos. “El mensaje se repite, señor,” dijo Yang. “Régimen codificado en la onda portadora indica una respuesta a través del protocolo cifrado JERICHO.” Lash estaba inseguro de qué hacer. La flota de Patt erson estaba en el lado equivocado del planeta para recibir este mensaje. El Covenant y las fuerzas alienígenas desconocidas est aban demasiado cerca para su comodidad. Y por el momento, siempre y cuando el Dusk permanec iera en silencio, ellos estaban a salvo. “Deja caer un saté lite COM BLACK WIDOW (Viuda Negra),” Lash ordenó, “y entonce s llévanos fuera de treinta mil metros y enruta un solo haz. E nvíe esto: Para AI MIL ID 4279, este es el Comandante Richard Lash del merodeador Dusk del UNSC. Estamos escuchando...”

Page 268: Halo fantasmas de onyx.

SECCIÓN VII

RECLAMADORES

Page 269: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TREINTA Y TRES

2050 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX \ REGIÓN RESTRINGIDA ZONA 67. Kurt giró hacia la Doctora Halsey. “La puerta, Doct ora.” Ella golpeó ligeramente un icono Forerunner. Un portal se deslizó abriéndose. “Use este objeto,” Kurt dijo, e hizo gestos hacia e l cuarto del mapa holográfico, “y encuentre un camino hacia los Spartans en cryo. Si usted no puede hacer eso, entonces luego e ncuéntrenos una ruta para salir de este lugar… subterránea, lo bastante pequeña para que esos Centinelas no puedan seguirno s.” La molestia cruzó las facciones de la Doctora Halse y a medida que ella manipulaba el cuarto del mapa e incrementa ba la estructura interna del planeta… las capas de cuarto s, máquinas, recortes de los diseños, barras de conexión y junta s esféricas, corredores y extensas cámaras… revoloteó rápidament e a través del área. “Hay algunas cosas que debo comprobar primero, Teni ente Comandante.” La Doctora Halsey ladeó sus gafas así el brillante resplandor de las imágenes holográficas ocultó sus ojos. “Will,” Kurt dijo sobre el COM. “Defiéndela… y mant éngala en su tarea.” Lo último que él necesitaba en una situación de com bate era a la Doctora Halsey paseándose y no siguiendo sus órdene s. “Entendió,” Will contestó. “Kelly, Tom, defiendan el corredor,” Kurt dijo. “El resto de ustedes, a la superficie conmigo.” Luces verdes de confirmación ardieron en su HUD, y Kurt dirigió el resto de su equipo de regreso a las escaleras. En la mitad de la espiral, Kurt contactó a Dante. “ Quiero explosivos en ese domo. Arréglalo tan pronto como s ea posible.” Dante contestó con un gruñido sobre el COM. “A medi o camino, las cuerdas listas, señor.” Gratificó a Kurt oír que sus SPARTAN-III estaban do s pasos delante de él.

Page 270: Halo fantasmas de onyx.

Él rodeó la última curva de las escaleras y dio un paso sobre la plataforma de aterrizaje. Kurt hizo señas a los Spartans y luego a las cuatro cuerdas colocadas en serie en lo alto de la bóveda. Ash, Ol ivia, y Lucy treparon las cuerdas. Él luego encontró al Jefe Mendez al lado de la nave de descenso. “Todo está listo para salir señor,” Mendez dijo, “e xcepto las cabezas explosivas FENRIS. Necesitaremos más tiempo para traer el resto de ellas hacia el transporte.” Él asintió sobre el borde. “Equipado con seis líneas comprimidas encima , solamente en caso de que necesitemos una bajada rápida.” “Bien pensado. Jefe.” Kurt quitó el contenedor de datos del tamaño del de do pulgar de su guante, y se lo entregó a Mendez. “Primero los d etonadores de las cabezas explosivas y sincronice los códigos de fuego a través de este contenedor. Con Centinelas y Covenan t de entrada, quiero todas mis opciones abiertas.” La cara de Mendez se convirtió en una máscara de ac ero. “Sí, señor. ¿Después de eso dónde me quiere?” Mendez era un tirador de primera, pero él no estaba blindado y era más lento que los demás. Mantenerle cerca arrie sgaba la vida de todos. “Lo necesito con la Doctora Halsey, Jefe. Siga las luces. Deje a Kelly saber usted está en camino. Ella está cavando .” A su favor el Jefe no exteriorizó alguna decepción… solo un momento de vacilación antes de que el contestara, “ Sí, señor.” Kurt agarró una línea de ascensión y se levantó a s í mismo, rápidamente ascendiendo a una bóveda veinte metros por encima de la plataforma de aterrizaje. Linda le dio una mano y le ayudó sobre la cornisa. Ella volvió a su posición en el lado lejano de la bóveda, se reco stó, y divisó a través de la mira de su rifle de francotirador. Kurt se encorvó en el lado contrario y escaneó la c iudad. Bajo cualquier otra circunstancia la vista nocturna de l a arquitectura alienígena y los Centinelas desplazánd ose en lo alto le habrían llenado de temor. Ahora, sin embarg o, él estaba sólo preocupado en sobrevivir. El espacio aéreo era claro. No queriendo arriesgarse usando incluso un solitari o haz, Kurt hizo gestos con las manos a Fred en la bóveda adyac ente y hizo un gesto, un círculo horizontal en el aire, pregunt ando. ¿Dónde están ellos?

Page 271: Halo fantasmas de onyx.

Fred sostuvo en alto una mano. Un emparejado par de Centinelas se deslizó silencio samente más allá de la bóveda abierta… diez metros delante de K urt. Las esferas dentro de los largueros se movieron hacia a trás y adelante. Continuó su movimiento en órbita alrededo r del domo, moviéndose fuera de su visión, y otro par de Centin elas apareció a lo largo de la misma trayectoria. No atacaban, pero tenían que sentir a los Spartans adentro. Casi se veía como si protegieron esta bóveda. Kurt se endureció, resistiendo el deseo a disparar a un blanco tan cercano. ¿Qué bien podría hacer? Él no podría p enetrar esos escudos. Él sintió vibraciones, y a lo lejos luces titilaron a lo largo del borde del cráter. El casco bulboso de una solitaria nave Seraph del C ovenant apareció, luego otro Seraph apareció, luego siete m ás… y luego dos docena volando en formación. Kurt mantuvo su aliento, esperando que éste fuese s implemente un grupo de rescate. Una línea de destructores Covenant siguieron, tan m asivos que borraron las estrellas en el cielo de la noche. Una segunda ola de naves con forma de cetáceos, y luego un trasport ador Covenant voló encima vigilando, rodeados por cien batallador es Seraph. Kurt nunca había visto de cerca tantas naves enemig as… todas ellas se dirigían hacia su posición. Veinte buques de guerra. El zumbido subsónico de sus unidades antigravedad paso suavemente por su interior. Los Centinelas rodeando el domo se movieron para in terceptar la nueva amenaza. La precisa artillería de láser disparó sacándolos d el aire. Los dos destructores a la cabeza desollaron al grup o de batalla y flotaron suavemente sobre el domo. Lanzas de luz púrpura brillante relampaguearon desde sus partes inferiore s… haces antigravedad de transporte. Cien acorazadas tropas de choque Elite emanaron hacia la tierra. Kurt buscó a Dante y lo divisó en lo alto en la sup erficie interior del domo pegado con un equipo de cuerda y escaladores succionantes. Él presionaba masas informes de C-12 sobre la piedr a estampada.

Page 272: Halo fantasmas de onyx.

Kurt dirigió un solitario haz hacia el relevador CO M en la plataforma de aterrizaje. “Will, ¿cuál es el estado de la Doctora Halsey?” “Ella ha encontrado algo,” Will contestó. “Dice que necesita diez minutos para prepararlo.” “¿Preparar qué? No importa. No tenemos diez minutos ,” Kurt le dijo. “Prepárense para una calurosa bienvenida.” Kurt observó diluvios de Covenant activos bajar por los haces de transporte y se reunieron en la ciudad: Más Elites con rifles de plasma, Hunter como titanes haciendo parejas esgrim iendo cañones de barra de combustible y escudos casi impenetrable s, torres de plasma y sus Grunt supervisores, y un monstruoso Sc arab caminante. Naves de descenso Spirit y Phantom escoltados por B anshee hicieron zumbar la bóveda. Era un ejército invasor. Kurt indicó a sus Spartans que bajaran de las línea s hacia la plataforma de aterrizaje. Tenían que retroceder… rá pido. Sus equipos silenciosamente se deslizaron hacia la seguridad. Después de que todos hubieran bajado de su cuerda, Kurt siguió. El plasma azul salpicó a través de las cornisas de la bóveda. Kurt aflojó su agarre de la cuerda y cayó librement e una docena de metros, apretó el freno en el último instante an tes de que él golpeara el piso. Él rodó y se zambulló detrás del casco de estribor de su nave. Los láseres cosieron la plataforma de piedra detrás de él. Seis naves de descenso y sus escoltas Banshee ingre saron a través de la bóveda. Dieron vueltas, rápidamente de scendieron. Fred y Lucy se encorvaron, levantaron lanza cohetes SPNKr, y dispararon. Los cohetes se movieron a gran velocidad hacia arri ba y detonaron en las cabinas de los pilotos de las nave s de descenso entrantes. Las naves manearon fuera del control y c hocaron violentamente contra la pared del domo. Las otras cuatro naves de descenso aterrizaron con fuerza; Los elites salieron de un salto, tomaron posición detrá s de los cascos, y comenzaron a disparar. El aire se llenó de patrones entrecruzados de aguij ones, pernos de plasma, y haces MA5B y rastreadores MASK.

Page 273: Halo fantasmas de onyx.

Kurt no quería dejar atrás las cabezas explosivas F ENRIS, pero no había forma de que pudieran mantener esta posici ón. Su cobertura era pobre, y pronto tendrían que batirse con más soporte aéreo. Él comenzó a ordenar su retirada, pe ro el plasma Covenant salpicó cerca, y un metro cuadrado del cas co de su nave de descenso estalló. Un par de Hunter emergió y se agacharon detrás de s us sobrepuestos escudos de batalla. Linda apuntó al par monstruoso y los esperó para pl antear un objetivo. Un Hunter posó su cañón de barra de combustible alr ededor del borde de su escudo impenetrable… las energizadas ro ndas verdes resplandecieron con radiación mortífera… y disparar on. Fred saltó desde su cobertura, su armadura MJOLNIR en llamas como si quemara fósforo. El Hunter golpeó el punto muerto en su pecho, una e xplosión que habría destruido su nave de descenso. Sus escudos d e energía dieron una llamarada más brillante, colapsaron, y F red cayó al el piso, su armadura estaba humeando. “¡Fuego de cubertura!” Kurt gritó. Los Spartans rociaron a los Elites y Hunters, quien es se refugiaron detrás de sus escudos. Dante y Lucy salieron rápidamente y agarraron a Fre d, arrastrándolo de regreso. Un equipo de fuego de cinco Elites apareció de pron to desde su cobertura y desataron un torrente de plasma y aguij ones. Fueron acribillados con municiones y cayeron… pero uno log ró dispararle a Dante y un perno de plasma brillo a su lado. Él s e sobresaltó, pero no dejó de jalar a Fred hacia la seguridad. El par de Hunter miró a hurtadillas alrededor de su s escudos sobrepuestos. Linda disparó precisamente… la sangre naranjada sal picó de una de las secciones medias expuestas de los Hunter. Los Hunters descendieron detrás de sus escudos, gri tando, pero aún en posición. “Hacia el borde, todos,” Kurt ordenó. Uno por uno los Spartans se deslizaron hacia el bor de y saltaron a la oscuridad. Kurt colocó tres granadas en el piso, agarró a gran velocidad una línea, y descendió a rapel. Un descenso extenso y rápido a la intemperie y él se movió hacia adelante y hacia atrás

Page 274: Halo fantasmas de onyx.

regresando, aterrizando en la curveada escalera esp iral bajo la plataforma. Una ruda explosión golpeo en lo alto y las cuerdas se desprendieron. Kurt vio que Dante y Lucy sostenían a un Fred aturd ido entre ellos. La armadura MJOLNIR de Fred estaba carboniza da. Sus biosignos eran erráticos pero fuertes. Todos sus bi osignos empujaban la línea roja. “Haz estallar el domo,” Kurt le dijo a Dante. Dante asintió, pasó a Fred sobre el hombro de Mark, y él cojeó hasta el lejano borde de las escaleras, con el deto nador remoto en su mano. Kurt indicó a Olivia que tomara la punta, y el rest o de los Spartans la siguieron escalera abajo. La explosión hizo eco fuera de las paredes del domo , y los trozos de roca cayeron pesadamente sobre la platafo rma de aterrizaje en lo alto. Los Elites gritaron y las de tonaciones azules de plasma iluminaron el aire. Tres giros alrededor de las escaleras y Olivia mant uvo una mano en alto. Todos ellos se detuvieron. “Los tengo en mi visión,” Kelly dijo sobre el COM d el equipo. “Mantengan posición, desactivando las mina, okay, p rosigan.” Kurt y los demás entraron en la cámara. Kurt notó l as minas antitanques LOTUS adheridas en las paredes de este cuarto y en el cielo, haciéndolo una buena zona para una carnic ería. Will y Kelly se agacharon a ambos lados de la abert ura hacia el puente de luz, ocultos por su resplandor. Kurt hizo un conteo rápido. Todos presente… salvo D ante. Dante cubrió la retaguardia, cojeando en el cuarto, con una mano sujetando su costado. Él se enderezó y saludó a Kur t. “Señor,” él dijo, “creo que quedé marcado.” Los bio-signos de Dante estaban en paro cardiaco y él colapsó. Kurt cayó al lado de Dante y levantó la pieza del p echo de su SPI. Él había visto el plasma rozar su costado izqu ierdo, y de seguro, había quemaduras de segundo y tercer grado, allí había hervido completamente la capa balística líquida. Ba jo su brazo y a través de su pecho una media docena de aguijones se habían alojado y detonado. Los huesos de su caja torácica estaban expuestos, y más profundo, sangre negra congelada.

Page 275: Halo fantasmas de onyx.

Él estaba flácido. Frío. Sus Biosignos estaban plan os. Dante estaba muerto. No había nada que Kurt pudiera hacer. Kurt había visto a Shane, Robert, y Jane morir. Él había escuchado a Tom decir cómo la Compañía Beta había s ido arrasada en Pegasi Delta. Ahora Dante. Uno más que se iba de su custodia. Sería fácil acusar a Ackerson y a Parangosky por la s muertes de sus Spartans. ¿Diseñados para misiones de alto ries go, eran todos enviados para morir, no fueron ellos? Y Kurt había cooperado y había seguido órdenes. ¿Qué otra opción había ahí? Él examinó sus manos, cubiertas por la sangre del S partan. Linda colocó una mano en el hombro de Kurt. “Lo lle varemos con nosotros.” Su entrenamiento se reafirmó en sí mismo. Moverse… luchar… vivir. La alternativa era sentarse aquí y unirse a Dante. Kurt delicadamente colocó a Dante sobre el piso. Él tenía que enfocarse. Tenían una misión: Obtener la tecnología Forerunner. Sacar vivo al resto de su equipo. Kurt prometió que la balanza sería equilibrada por Dante. De alguna f orma. Él se ocuparía de eso si él tenia que. Linda y Olivia se movieron hacia Dante y lo recogie ron. “Coge su equipo y sigue,” Kurt le dijo a Kelly. Él marchó sobre el puente de luz y entró en el cuar to del mapa holográfico. La Doctora Halsey se mantuvo en la consola Forerunn er, repleta de jeroglíficos sobre su superficie, el significado de los símbolos alterándose a medida que se alineaban en e levados patrones dimensionales por un momento, luego reacom odándose en nuevas formaciones multicolores. Olivia y Linda colocan sobre el suelo el cuerpo de Dante. Mark, Ash, y Holly se arrodillaron al lado de él y tímidamente juntos colocaron sus manos en su pecho. “¿Doctora Halsey?” Kurt dijo. Ella sostuvo en alto una mano y con la otra ella fu riosamente escribió en la computadora portátil que Mendez suje taba para ella. El diminuto contenedor de proyección de la co mputadora portátil emitió una mota de luz que se movió rápida mente entre los símbolos como una abeja recogiendo néctar. Mendez le dio a Kurt el contenedor de datos del tam año de un

Page 276: Halo fantasmas de onyx.

pulgar. “Código cerrado y en condición de proseguir, señor. ” Kurt comprobó: Los códigos de detonación para las c abezas explosivas FENRIS fluyeron a través de la diminuta pantalla. Él lo deslizó en el puerto de datos de su guante y emp uñó su puño. “Hay mucho aquí,” La Doctora Halsey murmuró. “he co nfirmado que este mundo es parte del plan de los Forerunners con juntamente con los anillos Halo… su ‘espada’ y su ‘escudo’. Ot ras partes todavía me eluden. Hay una referencia para el ‘arca ’. Aún tengo que determinar si algo salió mal… por qué no están aquí.” “Doctora,” Kurt dijo más firmemente, y él dio un pa so mas cerca. “Tenemos a una armada Covenant sobre nuestras cabez as, y un ejército a punto de abarrotarnos hasta el final de esta construcción. ¿Hay una salida?” “Sí y no,” ella contestó, todavía sin mirarle. “Hay un cuarto en el núcleo de este mundo,” ella explicó, “donde los Forerunners aseguraron algo preciado. Quizá las tecnologías que ustedes buscan. El cuarto es normalmente inaccesible, pero el armamento de los anillos Halo provocó algo dentro de este pla neta.” Ella corrió sus dedos a través de las corrientes superpu estas de jeroglíficos luchando para leer. “Hay una entrada h acia este cuarto, abierta ahora, pero cerrándose. En una hora diecisiete minutos la entrada del núcleo se cerrará. Para siem pre.” “¿El núcleo del planeta?” Kurt dijo. “No hay forma de alcanzar el núcleo tan rápido.” “Debemos recoger lo que está dentro, y efectuar nue stro escape.” Ella finalmente lo miró, la conmoción refulgía en s us ojos. “Y ciertamente hay una forma para llegar ahí. Este cua rto del mapa puede acceder a un sistema de desplazamiento Slipsp ace parecido al que Cortana usó en el anillo Halo.” Ella señaló hacia abajo. Kurt vio que estaban parados en una superficie negr o mate a ras del piso. Eran extensos cuatro metros y tenían siete lados. S u mirada pareció deslizarse más profundo en la superficie co mo si mirara a algo infinitamente profundo… o nada en absoluto. Él parpadeó, apartó la mirada. “¿Desplazamiento Sli pspace? Un sistema de tele-transportación.” “Efectivamente, sí.” El cuarto se estremeció y el polvo llovió desde el cielo. La Doctora Halsey se concentró más allá de Kurt den tro del cuarto. Ella hizo un leve movimiento de corte sobre varios

Page 277: Halo fantasmas de onyx.

símbolos dorados. El puente de luz conectado hacia la cámara exterior desapareció. La puerta hacia el cuarto del mapa se cerró. Ella vio a Dante y su cara drenada de color. “Oh” e lla susurró. “Usted nos debe llevar a lo otro SPARTAN-III en cry o primero,” Kurt le dijo a ella. “Por supuesto, creo que entiendo las complejidades del sistema de transporte bastante bien,” ella dijo. “Le debo a dvertir. Sin embargo, que no detone las cabezas explosivas FENRI S. El EMP volverá el sistema inoperable.” “Entendido,” Kurt dijo. “Simplemente active este di spositivo de ‘desplazamiento’. Lléveme hacia mis Spartans.” “Aún hay mucho por aprender aquí,” La Doctora Halse y dijo. “Sugiero que me deje. Puedo…” Un estremecimiento sacudió el cuarto. Trozos de roc a llovieron desde el cielo. La Doctora Halsey cayó, y Kurt la a trapó, la protegió con su espalda a medida que las piedras de l tamaño de una pelota de béisbol rebotaron contra las placas e ndurecidas de su armadura SPI. Fuera de la cámara hubo cuatro detonaciones… las mi nas antitanques LOTUS que Kelly había colocado. “Se nos ha acabado el tiempo, Doctora,” Kurt dijo. “están aquí.” Ella se levantó, apartó el polvo de su delantal de laboratorio, y enderezó sus gafas. “Entonces aparece.” Ella golp eó ligeramente un manojo de símbolos. “Hay una platafo rma de desplazamiento” Ella consultó el mapa holográfico “ dentro de un kilómetro de los otros Spartans.” Más allá del mapa holográfico de Onyx, la pared del cuarto se agrietó a medida que las piedras se calentaron a ro jo. Los Spartans se posicionaron entre la pared y la Do ctora Halsey. Kurt dio un paso directamente delante de la Doctora y Mendez tomó una posición en su flanco, con su MA5B nivelad o. Ash excavó en su paquete y distribuyó guantes escud os Jackal para su equipo. Conjuntamente se encorvaron delante de los SPARTAN-II, formando una pared escudo. La Doctora Halsey alternó los símbolos Forerunner. “Ahí,” ella murmuró. La pared estalló y los escombros rebotaron contra l os escudos de los Spartans. Desde la brecha en la pared, pernos d e plasma y aguijones entrecruzaron el aire.

Page 278: Halo fantasmas de onyx.

Los escudos Jackal lo desviaron todo… pero se drena ron rápidamente. Will, Kelly, y Fred aparecieron de pronto y rociaro n fuego supresor dentro de la oscuridad. Linda hizo maniobras entre ellos, niveló su rifle d e francotirador, y lanzó tres rondas. El enemigo cesó el fuego. “Ahora está bien. Doctora,” Kurt dijo. “Activando,” La Doctora Halsey dijo. “puede haber a lguna desorientación.” Ella trató de alcanzar un símbolo resplandeciente. El COM de Kurt crujió en la vida y la voz de Endles s Summer llenó su casco. “Adelante, Ambrose,” la IA dijo. “t engo una misión de alta prioridad para redirigirte.” Él agarró a la Doctora Halsey de la mano. La mota de luz en su computadora portátil se extend ió en un guerrero indio. “Pensé que usted se destruiría,” Kurt dijo. “Los Centinelas encontraron y destruyeron el dispos itivo de lanzamiento COM, pero planee bien mi escape.” Él so stuvo su mano apartadamente y un globo apareció. Giró hacia la re gión del polo norte, aumentó los campos de hielo, y luego descend ió a una caldera volcánica. “Estas coordenadas son las últim as imágenes termales provistas por un merodeador UNSC en órbita alta. Usted debe ir hacia allá. Ahora.” “Tenemos otros asuntos de los que encargarnos prime ro,” Kurt le dijo. Técnicamente Endless Summer tenía la autoridad para ordenarle a quien quisiera, pero dadas las circunstancias, Kurt no escucharía a una IA controlada por la ONI… no cuand o las vidas de su gente estaban en juego. “Este sitio es una instalación confeccionadora de C entinelas,” Endless Summer dijo, mirando encolerizadamente. “En órbita hay una enfurecida batalla entre una flota Covenant y é stas naves alienígenas, una que probablemente destruirá las Fu erzas Covenant.” “Genial,” Kurt contestó. “Déjalos.” Una nueva descarga de pernos de plasma emanó a trav és de la pared fraccionada. La unidad escudo de Ash crepitó y se sobrecargó. Él comenzó a

Page 279: Halo fantasmas de onyx.

rodar para evitar recibir quemaduras. Fred y Kelly lanzaron granadas. Las distantes explo siones y los gritos hicieron eco. Otra sección de la pared se calentó… y otra. El Cov enant no iba a rendirse tan fácilmente. Abrían muchas aberturas a medida que necesitaban penetrar sus defensas. “Usted no entiende,” Endless Summer dijo. “Una vez que las fuerzas alienígenas hayan acabado con las naves Cov enant, enfocarán la atención en la amenaza inferior: El gr upo de batalla UNSC en órbita. La única enviada para resca tarlos.” El cuadro estratégico cambió instantáneamente en la mente de Kurt. El destino de este grupo de batalla y sus Spa rtans estaba conectado. Salvar las naves y ellos tendrían una fo rma de salir de esta roca. Fracasar y se quedarían atorados aquí para luchar contra los Centinelas y las fuerzas terrestres Cove nant hasta que el infierno se congelara. El Rescate de los otr os SPARTAN-III en cryo tendría que esperar. “Esta fábrica de Centinelas produce una nueva unida d cada seis segundos,” la IA explicó. “A ese paso pronto abruma rán cualquier fuerza que el USNC pueda enviar.” “¿Puede encontrar ese lugar?” Kurt preguntó a la Do ctora Halsey. “¿Nos puede mover hasta allí?” Ella mordisqueó su labio inferior. Sus manos se mov ieron rápidamente sobre los símbolos, girando la proyecci ón holográfica del planeta alrededor de ellas a una ve locidad vertiginosa. “Lo tengo,” ella dijo. Endless Summer hizo una reverencia y parpadeó desco nectándose. Kurt hizo una seña para que los Spartans retrocedie ran hasta el centro del cuarto. “Hágalo,” él dijo. “Ahora.” Las paredes de la cámara estallaron hacia el interi or.

Page 280: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

2050 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)\ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX \ FABRICA DE CENTINELAS EN LA REGION POLAR NORTE. Kurt se arrastró hasta la orilla donde Linda y el J efe Méndez se habían establecido, y se asomó a la gran fábrica, a unque la palabra ‘fábrica’ era totalmente inadecuada para de scribir el paraíso de ingeniería. Desde su posición se extendía un espacio cavernoso tan grande que se detectó el ligero arco de la curva del plane ta en la distancia. El techo estaba más allá del telémetro ( Dispositivo usado para medir distancias) del zoom Oráculo de fr ancotirador de Linda, y delgadas nubes negras derivadas dos ter cios del camino desde su techo. Una máquina del tamaño de un buque de guerra arrojó un río de aleación fundida en el aire. Este metal licuado se arqueó hacia arriba y luego s e conectó en cascada a una torre hueca que latía con colores bioluminiscentes. Desde el fondo se desplomaron un sinnúmero de peque ñas piezas parpadeando con la luz. Estas piezas fueron llevada s por brillantes cintas de energía tan gruesa con distors iones que Kurt no podía ver lo que ocurría adentro… pero desd e del extremo opuesto se escuchaba una procesión interminable de cilindros de tres metros. Una pirámide de cinco veces la altura de la Gran Pi rámide de Giza se posaba a kilómetros de la vista de Kurt. En lugar de bloques de piedra, sin embargo, la estr uctura estaba compuesta de esferas flotantes de oro que giraban y brillaban con jeroglíficos Forerunner grabados en su superfic ie. Cada seis segundos una esfera desde el vértice de l a pirámide ascendía en un rayo de luz plateada. Al subir, la l uz se intensificó por lo que incluso con la polarización máxima en su HUD Kurt no podía percibir lo que ocurría allí. Cuando surgió la esfera, tres barras la acompañaron , todo girando en gravedad cero, flexionando, hasta que la s piezas se instalaron en su configuración mortalmente reconoci da… un centinela de Onyx. El nuevo drone voló en las nubes sobrecargadas... l o cual Kurt solo podría estimar que eran miles de unidades term inadas. Parpadeó, preguntándose cómo ellos iban a cerrar es te lugar, y

Page 281: Halo fantasmas de onyx.

se alejó del borde. Profundo en las sombras de la amplia saliente estab a sentada en una plataforma de cuatro metros de diámetro y una p equeña consola holográfica: El dispositivo de ‘desplazamie nto’ de la Doctora Halsey. Ella se arrodilló en el medio, escaneando los símbo los flotantes, y de vez en cuando golpeando uno que le interesaba. Ella los había salvado… los había trasladado desde la sala de mapas a esta fábrica de centinelas en un abrir y ce rrar de ojos. Fred, Kelly, y Will se agacharon alrededor de la pl ataforma, con sus rifles de francotirador nivelados. No es que di sparando pudieran hacer algún bien, pero al menos verían ace rcarse a cualquier centinela. En frente de los Spartan-II estaban posados Ash, Ol ivia, Holly, Mark, Tom, y Lucy… una colección de negros y mancha s grises en el camuflaje de su armadura SPI. Mantenían sus guantes escudo jackal, listos para ac tivarlos para proteger a los demás. Había habido graves efectos de náuseas durante el desplazamiento. ‘errores indefinidos,’ la Doctora H alsey los había llamado. Se sentía como si las entrañas de Kurt hubieran sid o desenredadas, y a continuación colocadas de nuevo e n su cuerpo, al revés. Holly había vomitado durante el viaje. Ella sacudió la cabeza, limpiando su visor como le fuera posible. No se atr evió a quitarse el casco en un terreno hostil. Había un de sempaño de ventilación que podría secar el material, pero toma ría unos minutos. Ella se acercó a Dante y puso una mano en su hombro . El cuerpo del joven Spartan estaba contra la pared, envuelto en una manta térmica. Kurt miró hacia otro lado… era demasiado doloroso, y estaba agradecido de que nadie podía ver su expresión desn aturalizada. “¿Está seguro de que no podemos usar las armas nucl eares?” Kurt le susurró a la doctora Halsey. “El pulso electromagnético interrumpiría el sistema de desplazamiento durante días.” Echó un vistazo a su reloj de pulsera. “En sesenta y ocho minutos lo que fue pues to en marcha por la activación de los anillos Halo llegara a ter minar en este mundo. La puerta de entrada a la sala principal de Onyx se cerrara. Sin el sistema de desplazamiento nosotros no tendríamos

Page 282: Halo fantasmas de onyx.

ninguna manera de movernos, recuperar las tecnologí as, y escapar.” Fred asintió hacia la fábrica. “Si las cosas se pon en feas, sacan a la flota del UNSC, y ganan, entonces estare mos atrapados aquí.” La Doctora Halsey desplegó su ordenador port átil. Ella tecleó unas cuantas teclas y luego giro la pantalla hacia los Spartans. “Aquí, aquí y aquí,” dijo señalando. “Eliminen esta s estructuras y la producción de centinelas se detendrá indefinid amente.” Los objetivos eran un cristal emisor de energía del tamaño de un edificio de tres pisos, un objeto en forma de U tan grande como un crucero del UNSC, y una esfera titánica que se e xtendía diez mil metros bajo el suelo. “Oh... fácil,” bromeó Kelly. “Si utilizamos el resto de la C-12,” dijo Will, “y unos pocos misiles SPNKr, podríamos ser capaces de romper ese cristal.” Fred negó con la cabeza. “Mira la escala del mapa. Los objetivos tienen treinta kilómetros de distancia. Esto va a t omar mucho tiempo para llegar y establecerse.” Holly tosió, y dijo: “Así que tenemos que estar en tres lugares simultáneamente, y necesitamos diez veces el poder de fuego que tenemos actualmente. Eso no es posible.” Kurt se estremeció ante ello, recordó la creencia d e que ‘nada es imposible para un Spartan’. ¿Cuántas vidas habían costado demostrar eso? Quizás esta vez estaban en un atasco táctico intratable. Todos ellos miraban el diagrama, perplejos. “... Conejo,” Ash murmuró. Kurt esperó una explicación, pero Ash sólo siguió e xaminando el mapa de la Doctora Halsey. Kelly chasqueó los dedos. “¡Ya lo tengo!” Ella solt ó una simple carcajada. “Audaz plan, chico.” Ash los miró. “Podemos estar en tres lugares al mis mo tiempo,” dijo. “Y tenemos cien veces el poder de fuego que n ecesitamos.” Se volvió y miró a la fábrica. “Todos nosotros vamo s a ser los conejos.” Ash resistió el impulso de vomitar. Este fue el pla n más estúpido que alguna vez había pensado e iniciado. Demasiado tarde ahora, sin emba rgo, para retroceder. En un momento él estaba en el borde mirando a la do ctora Halsey

Page 283: Halo fantasmas de onyx.

mientras manipulaba los símbolos holográficos…en el próximo el equipo S aber estaba sobre el piso de la fábrica, sus entrañas retorcier on alrededor, y ellos estaban corriendo para salvar sus vidas. Desde las altas nubes sobrecargadas de centinelas, un centenar de pares despegaron y se zambulleron tras ellos. Los Spartans del Equipo Saber se dispersaron, esqui vando bajo tuberías y brillantes conductos cristalinos, avanza ndo lo más rápido posible. La velocidad era la única táctica viable ahora. Ash vio el objetivo, cerniéndose tan grande delante de él que parecía más una característica geológica que un obj eto destruible. La pirámide de esferas se extendió eter namente… millones y millones de bolas de oro menearon en el lugar, girando suavemente…todos sostenidos en el lugar por tres enormes generadores de campos de fuerza subterráneos. El su elo era de metal azul con dibujos de símbolos Forerunner relac ionados entre sí. Más adelante, sin embargo, un brillante movimie nto de plata brillaba como un faro. Sólo a través de diez metros , esto era la cúspide de un generador que se extendía diez mil me tros bajo la fábrica. En lo alto una fuente de metal fundido se arqueó ki lómetros a través del aire, un brillante arco iris de fuego. El acoplamiento de la alineación magnética de la ba se era el objetivo del Equipo Azul. Tom y Lucy se habían ocultado por delante de todos ellos para hacer estallar el cristal de tres pisos de altura s obre el lado lejano de la fábrica. Ash hizo una pausa y se volvió para ver dónde estab an los centinelas que los perseguían. Sus ojos registraron destellos. Su entrenamiento to mo el cargo y su cuerpo se movía antes de que su mente abarrotada con el pensamiento. Dio un paso a la derecha, se apartó, y saltó a la i zquierda. El piso explotó. La metralla desgarró a través de su a rmadura SPI, y fue remotamente consciente de que algo le había s ucedido a su pierna izquierda, pero él lo ignoró. Ash rodó, giró, y tiro una granada a medida que los tres pares de centinelas se movían rápidamente sobre él. La granada rebotó en sus escudos, y sin causar daño s detonó en el aire. Por lo menos esta parte del plan estaba funcionando ; ellos atraían al fuego.

Page 284: Halo fantasmas de onyx.

Él detectó una docena más de Centinelas en el aire, disparando a otros objetivos, bañando la fábrica en una iluminac ión de oro brillante, sombras afiladísimas y brillantes cráter es fundidos. Ash transmitió sobre el TEAMCOM: “Fórmense, acelere n al aproximarse al objetivo.” En su TACMAP marcó la cúspide del generador, y lueg o se coloco un marcador secundario sobre el punto de extracción … un lugar a trescientos metros de distancia sobre campo abierto . Ash cargo adelante, corriendo en un loco patrón… de recho, izquierdo, paradas repentinas, girar, y esquivadas. Rayos de energía cayeron a su alrededor. Fuego cayó sobre él. Metal líquido salpicó su espalda, pero no se inmutó . Sus ojos se nublaron en color rojo, y su visión brillo en un bl anco sobre un túnel adelante. Tenía que llegar. Él llegaría. Ash corrió hacia adelante. Cada músculo bombeaba y quemaba con ácido láctico. Olivia y Holly llegaron al domo, giraron, y sus gua ntes Jackal cobraron vida. Se quedaron juntas, sobreponiendo sus escudos de en ergía. Detrás de ellos se alzaba la pirámide de esferas in creíblemente grande, todos los ojos se volvieron hacia ellos. “Rápido,” exclamó Holly sobre el TEAMCOM. Ella levantó el borde inferior de su escudo un metr o y medio. “¡Por debajo… rápido!” Ash dio un salto, zambulléndose bajo sus pies y por detrás de los escudos de energía. La Luz le rodeaba, y el suelo a ambos lados se fund ió y estalló. Se puso de pie entre sus compañeros de equipo y cha squeó sobre su propio guante Jackal. Mark se unió a ellos. Ash dudó, esperando a que Dante llegara allí. Él se dio cuenta de su sombrío error. Él deseaba que su amigo estuviera aquí a su lado... pero se había ido, y Dante hubiera querido que el equipo ma ntuviera sus cabezas. Lucharan. Y ganaran. Ash vio el enjambre d e enemigos que les rodeaba. Había unos cuarenta pares de Centi nelas. Ellos podrían haberles disparado a todos, y mandar al Equipo Saber al infierno, pero en su lugar ellos parecían cautelosos...

Page 285: Halo fantasmas de onyx.

como si estuvieran pensando en esto. Lo cuál era la única cosa que él no podía permitir que pasara. “Consigue su atención,” Ash dijo a Mark. Mark asintió, y levantó su único lanzador de misile s SPNKr. Él apuntó hacia el grupo de centinelas a las cuatro. El proyectil atravesó el aire y golpeó una pareja e n el centro muerto…proliferando en truenos y humo. Los centinel as, detrás de sus escudos, no fueron tocados. Los Centinelas flotantes dejaron de dar vueltas y s iete se alinearon uno detrás del otro para formar una línea apuntando al equipo Saber. “Apriétenlos, chicos,” ordenó Ash. “Olivia, ojo sob re nuestros seis.” Los Spartans se amontonaron tan cerca como podían. “Todo despejado atrás,” susurró Olivia. “El mejor v ector de salida a las nueve.” No había forma de que unos pocos escudos Jackal pud ieran resistir una ráfaga de energía combinada que había arrasado una meseta de granito entera. Por otra parte, no tendría que hacerlo. Los siete Centinelas ajustaron su puntería y sus es feras brillaron en rojo, ámbar, y luego a un reluciente o ro. “Esperen,” susurró Ash sobre el TEAMCOM. Se agachó bajo y apretó los dientes. Los drones se contrajeron e intensificaron el brill o de sus esferas. “¡Ahora!” Ash gritó. Los Spartans del equipo Saber saltaron, rodaron y d ispersaron. Los centinelas dispararon un culminante haz de ener gía que golpeó donde el Equipo Saber había estado hace un m omento… un golpe directo en la cúpula resplandeciente del gene rador de campo de fuerza. Ash se volvió, pero la explosión rodó a través de s u cuerpo. Metralla cortó en su espalda, y ampollo la piel. Se centró sobre el segundo indicador de navegación sobre la pantalla de su HUD: lo único que importaba ahora. Corrió hacia eso, una pequeña plataforma a trescien tos metros de

Page 286: Halo fantasmas de onyx.

distancia…la única salida. A su alrededor el aire s e detuvo, y luego corrió hacia atrás, hacia el generador con la fuerza de un huracán. Se dio vuelta, la curiosidad supero el instinto de huir. Donde el domo de plata había estado había un cráter enneg recido de metal torcido. Los Centinelas se habían trasladado, proyectando su s escudos sobre la herida abierta, pero los bordes del cráter se arrugaron a medida que la atmósfera penetraba hacia el interi or. Más Centinelas se precipitaron hacia la brecha, tra tando de mantenerla. Un destello de plata abrumo los sentidos de Ash. Hu bo una doble explosión y una mano gigante le dio un manotazo. Él rodó diez metros y golpeó ruidosamente en una parada seca sob re su espalda. Aturdido, se levantó lentamente. Los Centinelas se habían ido. El cráter que habían tratado de mantener era ahora una ruptura humeante de un centenar de metros de ancho. La pirámide de esferas, la montaña de metal, se est remecieron. El generador de campos de fuerza era sólo uno de lo s tres, pero sin él en su lugar, la formación estaba desequilibr ada. Y cuando un millón de emplazamientos de bolas apila das una sobre otra, no era exactamente equilibrado... Ash se volvió y corrió. Más adelante, Holly había caído y luchó para poners e en pie. Se acercó a ella, la agarró de la mano y la levantó. Pero ambos se congelaron cuando alcanzaron a ver la pirámide. Las capas exteriores de las esferas cayeron y rebot aron cerca de sus compañeros, una reacción en cadena de destrucci ón en cascada; ríos de bolas de metal fluían, luego torre ntes, una avalancha que rodó por el suelo en grandes olas, to neladas de metal se dirigía hacia ellos. “¡Chicos! Muévanse,” Mark gritó sobre el TEAMCOM. Ash parpadeó y salió de su letargo. Él y Holly se volvieron y corrieron hacia el punto de extracción. Mark y Olivia ya estaban en la platafor ma, haciéndoles gestos para que se apresuraran. Ash sintió la fuerza atronadora a través del suelo que se hizo más fuerte a cada paso hasta que sacudió sus huesos .

Page 287: Halo fantasmas de onyx.

Él y Holly saltaron en la plataforma. “Doctora Halsey, vamos,” él gritó a través de un ca nal COM abierto. No pasó nada. El Equipo Saber estaba hombro con hombro y vio el m aremoto romper el metal sobre la maquinaria y aplastar a lo s centinelas que luchaban por escapar de una oleada de un kilóme tro de alto. Pero no había cosa para escapar de esto. “Conseguimos terminar la misión,” dijo Ash a sus am igos sobre el TEAMCOM. “Hemos ganado.” Él todavía sostenía la mano de Holly. El la agarro y apretó. La sombra de la ola los cubrió y hundió en la oscurida d. Hubo un destello de luz. Náuseas golpearon a Ash en el intestino como un gua nte de plomo envuelto alrededor de un ladrillo. La luz cegadora se desvaneció. Ellos estaban de regreso en la cornisa. Holly desligo su mano de la de él y miró hacia otro lado. Marck se apoyó contra la la pared. Olivia bajó de la plataforma y bajó la ca beza entre sus piernas. La Doctora Halsey se sentó y miró un tornado de sím bolos Covenant que se levantó de su ordenador portátil, s us ojos lanzándose de un lado a otro tratando de verlos tod os al mismo tiempo. Ella vigiló una colección de triángulos de plata co njuntamente. “Mis disculpas por la demora,” dijo sin levantar la vista. “Hay complicaciones. Por favor, bajen de la plataforma. Tom y Lucy son l os siguientes.” Los SPARTAN-II del Equipo Azul ya estaban de vuelta agachados a lo largo de la línea sombría de la cornisa con vist a a la fábrica. El aire estaba lleno de centinelas que volaban en f ormaciones. La pirámide se había ido, y en el suelo un millón d e esferas rebotaban y se lanzaban hacia delante, aplanando ma quinaria y conductos. La fuente del fuego que el Equipo Azul había dirigi do osciló violentamente fuera de control, esterilizando aleac ión fundida

Page 288: Halo fantasmas de onyx.

sobre las paredes, el techo, en todas partes, excep to el contenedor receptor que supuestamente había sido go lpeado. Sobre el COM la voz de Tom crujió: “Listo para el d esplazamiento Doctora Halsey…” Un tiroteo sonó en el fondo. La Doctora Halsey exhaló un silbido de frustración y acuchillo la mano a través de los iconos, y luego comenzó el proceso de recolección de nuevo. “¿Cuál es la demora?” el Teniente Comandante pregun tó. “Alguien mas tiene acceso a este sistema” Ella cont esto. “Esto representa un retraso para el equipo de Saber... y ahora Tom y Lucy.” “¿Alguien más?” El dijo. “¿Quieres decir el Covenan t?” “Enteramente probable,” respondió ella. Fred se dio la vuelta y le susurró: “Eso quiere dec ir que pueden volver y seguirnos.” Sobre el COM Tom gritó: “Doctora, si usted va a hac er algo usted tiene que hacerlo…” Anillos de oro pintaron en la plataforma y luego de saparecieron; Tom y Lucy se quedaron allí, manos en alto en un es fuerzo instintivo de evitar el peligro. Centellas de plasma curvó y se disipó alrededor de ellos. “Ahora,” concluyó Tom. Exhaló un largo suspiro y lu ego informó al Teniente Comandante, “Misión cumplida, señor.” En la distancia pequeñas explosiones aparecieron, s onando como una serie de fuegos artificiales. Los Centinela volaron en dispersas formaciones… alg unos chocando entre sí, otros acelerando directamente a las pared es. La Doctora Halsey consultó su reloj. “Tenemos cincu enta y tres minutos antes de que la entrada de la habitación de l núcleo se cierre, Kurt.” El teniente comandante asintió. “Todo el mundo sobr e la plataforma,” ordenó. “Doctora, llévenos a la ubicac ión del equipo Katana.” La inquietud ya se instalo en su estómago, Ash se a piñó sobre la plataforma de cuatro metros con sus compañeros de e quipo. Era curioso, pero no había pensado en los Spartans mayores como parte del equipo hasta ahora. ¿O él era parte de su equipo? Él entonces se dio cuenta de la sangre brotando de las

Page 289: Halo fantasmas de onyx.

articulaciones de su armadura, reflejada roja por l os paneles de camuflaje. Bautizado en la batalla. Habían perdido a Dante, también. Un alto precio a pagar. El Jefe Méndez observaba la semidestruida fábrica. “Eso es un montón de Centinelas,” murmuró. “¿Me pregunto por qué sólo se desplegó una fracción de ellos?” “Ajuste de tiempo de retardo de tres segundos,” dij o la Doctora Halsey, apagó su computadora portátil, y luego se u nió a ellos. La observación de Méndez molestó a Ash más de lo qu e él podría explicar, y se intensificó el malestar en su estóma go. Había cientos o miles de Centinelas aquí. ¿Por qué sólo tenían que sentarse alrededor? Tenían que servir para algo... Anillos de luz envolvió al escuadrón. Ash espero que él nunca descubriera el por qué. Él sólo quería rescatar al Equipo Katana, obtener l a tecnología que la Doctora Halsey había prometido, y salir de a quí antes de que el Covenant se encontrara con ellos. El tenía una sensación, sin embargo, que no iba a s er tan fácil.

Page 290: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO TREINTA Y CINCO

2105 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE, 2552 (CALENDARIO MILITAR)\ SISTEMA ZETA DORADUS, ÓRBITA CERCANA A LA LUNA DE ONYX \ A BORDO DEL UNSC PROWLER DUSK. El Comandante Richard Lash supervisó la liberación de las minas. Él y el Teniente Comandante Cho monitorearon la bah ía de lanzamiento del Dusk. La cámara del tamaño de un ar mario detrás de la delgada ventana de observación había sido enf riada hasta casi el cero absoluto. Las armas nucleares dentro h abían completado un ciclo a través de 3 enfriamientos tér micos y estaban ahora a la misma temperatura que el espacio interestelar. Las pequeñas ojivas HORNET habían sido trasladadas a bordo de la Brasidas, un Destructor con grandes daños. Afortuna damente Cho había detectado la minúscula fuga de su reactor y l o alejó antes de que irradiara el casco del Dusk. Eso los habría iluminado contra la radiación solar de fondo y comprometido f atalmente su capacidad de sigilo. “Déjala volar,” ordenó Lash. “Liberando,” susurró Cho. Tomó la palanca de accion amiento manual, y con una concentración suprema, dejó caer la cabeza nuclear. La puerta de la bahía se abrió y la ovoide mina neg ra HORNET descendió desde su portador y, centímetro por centí metro, derivó en el espacio. “Esa fue la última, señor.” Cho secó las gotas de s udor que se habían acumulado en su arrugada frente. Cho estaba técnicamente después de la edad de retir o obligatoria en la tripulación del UNSC Prowler. Éste era un hec ho que había sido cuidadosamente ignorado por el Capitán Iglesia s. El UNSC estaba quedándose sin reclutas calificados, y Cho h abría sido imposible de reemplazar. Lash le dio una inclinación de cabeza aprobatoria, la cual fue tanta alabanza para el viejo ingeniero como podía s erlo. “Gracias, señor.” Lash introdujo el tubo en el puente y se largó, pro pulsándose a sí mismo en gravedad cero, dando un salto mortal y luego usando sus piernas para frenar. Él tomó un momento para tr anquilizarse antes de que abriera la escotilla. En los últimos q uince minutos el Dusk había sembrado el espacio en el lado oscuro de la luna de Onyx con catorce explosivos nucleares de treinta megatones dejados con cargas reforzadas en vacío.

Page 291: Halo fantasmas de onyx.

Un trabajo delicado el permanecer ocultos y tener t odo listo en el horario del Almirante Patterson, pero lo habían hecho. Todo lo que había costado fue el desgarro de los ya cansados nervios de Lash. Él alisó su uniforme, cepilló su a delgazado pelo, tomó un respiro profundo, y luego hizo girar la escotilla. “Reporte,” le dijo al Teniente Comandante Waters. Waters miró hacia arriba con ojos sanguinolentos de sde su pantalla. “El Almirante ha sido informado de la misión lograd a, señor. Está moviendo la flota a las nuevas coordenadas, un a órbita alta en el lado brillante de la luna.” Lash examinó el mapa del sistema de navegación. Pat terson iba a usar el planetoide entero como cubierta. Él lo nece sitaría. Las fuerzas enemigas todavía les excedían en número de dieciséis naves contra cuatro. Por cualquier medida cuerda er a suicida atacar ese grupo de batalla Covenant. La línea, sin embargo, entre cuerda y no se estaba volviendo cada vez más borrosa en este sistema. Lash se acomodó en la silla del capitán. “¿Teniente Yang? ¿Estado?” “Tan oscuro como la medianoche bajo una roca, señor .” Lash inclinó la cabeza, complacido de la hipérbole de Yang. Un poco de humor era una buena señal. “Teniente Durruno, muévenos a la Luna Lagrange-Cuat ro, a un cuarto de capacidad. Dile al Teniente Comandante Ch o que empiece a cargar nuestros capacitores Slipspace.” “Sí señor,” Ella tecleó en los comandos, maldijo y luego borró y los reescribió correctamente. Durruno necesitaba dormir. Todos ellos. Pero él deb ía mantenerla en juego un poco más. No había nadie para reemplaza rla, y esto terminaría, de un modo u otro, muy pronto. “Flota Covenant en pantalla,” ordenó Lash a Waters. “Reescanea y dame un análisis espectral completo.” “Todos los sensores en el blanco,” dijo Waters. Arcoíris aparecieron sobre la pantalla central, cre ando imágenes compuestas desde la radiación lejana de infrarrojo al suave gamma, y catorce naves Covenant se resolvieron, agr upadas en una formación esférica de 300.000 kilómetros de distanc ia. Para Lash parecían hambrientos tiburones, listos pa ra abalanzarse sobre unas pocas sardinas.

Page 292: Halo fantasmas de onyx.

Su análisis espectral, sin embargo, pintaba un cuad ro diferente. Flores térmicas y fugas de radiación fueron arrojad as en lluvias helicoidales desde las naves. Habían sido dañadas p or el golpe alfa del Almirante Patterson y el plasma capturado fue redirigido por los drones alienígenas. El enemigo estaba allí establecido, haciendo repara ciones, con toda probabilidad, espuma desde boca de su dividida para volver a la lucha e ir otra ronda con el grupo de batalla del UNSC. Patterson, sin embargo, tenía otro plan: golpear pr imero. Duro. “¿Actividad desde Onyx en la banda-E?” Lash le preg untó a Yang. “No, señor. No hay un parpadeo desde que la IA de l a ONI se hizo cargo de los drones extranjeros.” Lash se preguntó cómo la IA y los Spartans en el pl aneta habían neutralizado la flota alienígena. ¿Habrían recupera do algunas nuevas súper-armas? Sin importar como lo hicieron, prometió que él personalmente estrecharía cada una de sus manos. “Continúe vigilando todas las bandas de la UNSC,” d ijo a Yang. “Los Spartans podrían necesitar un ascensor.” “Acción en pantalla,” anunció a Waters. La cámara g iró en popa y se centró en la luna plateada. En las regiones de penumbra a ambos lados de la lun a, cañones de aceleración magnética estallaron, iluminando brevem ente el ahora dividido grupo de batalla del UNSC en órbita alta. Proyectiles de acero y tungsteno disparados hacia el espacio, c urvándose ligeramente por la distorsión gravitacional… avanza ndo hacia las naves Covenant. Las naves Covenant rompieron la formación. Un disparo de MAC perdido limpiamente. Tres impactos. Las naves golpeadas se encendieron conforme sus esc udos absorbían la masiva energía cinética. Ellos se movi eron hacia atrás... frenaron y se detuvieron, sin daños de la única salva MAC. Las naves Covenant dieron la vuelta y aceleraron ha cia la Luna. La salva MAC había hecho precisamente lo que el Alm irante Patterson había esperado: atraer sus narices colect ivas, y tenerlos buenos y locos. El grupo de combate del UNSC maniobró detrás de la luna, negándole al enemigo una línea clara de fuego. “Establezcan amortiguadores de EMP,” dijo Lash, tra tando de

Page 293: Halo fantasmas de onyx.

controlar su adrenalina en aumento. “Apaguen los eq uipos primarios y secundarios.” “Sí, señor” dijeron Durruno y Yang juntos. Ellos se apresuraron a aislar la electrónica delicada del Dusk de las in minentes explosiones nucleares. El grupo de combate Covenant se dividió… cada mitad se movió a los lados opuestos de la luna, tomando posiciones d e flanqueo donde podrían dejar las ocultas naves humanas en el olvido con su plasma. Lo que ellos no podían ver en su vector de acercami ento, sin embargo, fue la flota de respaldo del Almirante Pat terson directamente del otro lado de la Luna. “Naves enemigas acercándose al radio distal de los campos minados alfa y beta,” informó Durruno. “Arma los campos alfa y beta,” Lash susurró. Yang se puso nervioso y le dijo: “Comando enviado, señor... y la confirmación recibida a través del tablero.” Esa flota Covenant estaba a punto de averiguar por qué los grupos de batalla del UNSC siempre tenían un Prowle r asignado a sus filas. Ellos eran los ladrones y los espías de la flota del UNSC, capaz de hacer operaciones de reconocimiento detrás de las líneas enemigas, misiones de rescate... y en las co ndiciones adecuadas, determinar la ubicación de un campo de m inas nucleares. “Grupo enemigo próximo ahora en el centro del campo alfa,” anunció Durruno. Sus manos temblaban. “Grupo distal cruzando la línea terminal del campo beta.” “Retira los dispositivos de seguridad,” dijo Lash. Yang asintió y tecleó en código palabras que hicier on que las dieciséis armas nucleares se calentaran. El botón rojo ‘infierno’ en la consola de comandos de Lash se iluminó. Él puso su dedo pulgar junto a él, y sonó, la verificación de su firma biométrica. Luego volteó h asta la cubierta protectora transparente, insertó la llave maestra en la ranura adyacente, y lo activó. “Grupo próximo acercándose al plano terminal,” dijo Durruno. “Grupo de naves Beta ahora centrada en el campo dis tal.” “Nada viene aquí,” susurró Lash. “Todo viene de aqu í.” Apretó el botón, e hizo una expresión satisfactoria . A ambos lados de la luna, siete diminutos soles bri llaron en la existencia, englobando, y envolviendo a los grupos de combate Covenant.

Page 294: Halo fantasmas de onyx.

Las colectivas bolas de fuego nucleares se enfriaro n a amarillo y luego a un rojo opaco. Incluso con una carga mejo rada al vacío, las ojivas nucleares en el espacio no persis tieron una fracción como las explosiones aéreas o terrestres. Las nubes destructivas se redujeron a translucidez y una brillante bruma de metal fría formó un creciente ha lo alrededor del planetoide. Dentro de este confeti plateado, sin embargo, grand es manchas brillantes se divisaron: los escudos de energía de cuatro Destructores Covenant sobrevivientes. El Almirante Patterson movió su flota hacia la Luna y abrió fuego. Rondas MAC rasgaron a través del espacio y d etrás de ellos misiles Archer trazaron el sendero de escape a través del vacío. Dos naves Covenant lentamente cambiaron de rumbo e interceptaron las balas MAC. Sus escudos debilitados cayeron y su s cascos tenían un cráter hacia el interior. Fuego surgía a la vez que sus líneas de plasma se ventilaban. Bandadas de mis iles Archer se zambulleron en las naves dañadas y explosiones p untuaron la armadura y redes de propulsión. Las naves estropeadas se volvieron hacia la luna, y en cámara lenta se desplomaron hacia su superficie. El grupo de combate del UNSC siguió su carga. Cuatr o buques de guerra contra los dos últimos Destructores Covenant deteriorados... probabilidades no del todo imposibl es. Lash imaginó que en un centenar de años en el futur o los historiadores podrían acudir a este momento y decla rarlo el punto de giro de la lucha de la humanidad. Que ello s habían luchado y derrotado al Covenant en Onyx, ganando el premio de tecnología alienígena, y que fue no sólo para sobre vivir, sino para ganar su larga lucha. Él había creído en secreto que ellos no podían gana r esta guerra durante mucho tiempo. Lash apenas reconocía la emoc ión que corría por él ahora: la esperanza. “Naves Covenant trazando nuevo curso,” dijo la Teni ente Durruno. Ella se mordió el labio inferior y apareció una peq ueña gota de sangre. “Curso de intercepción, señor.” En pantalla los últimos dos Destructores enemigos a celeraron hacia la Luna. Una trayectoria extrapolada apareció : una órbita de catapulta que les dejaría rodear y volver, en lí nea recta hacia el Dusk. “Pongan los equipos primarios en línea,” ordenó Las h. “Cho, ¿cuál es nuestro estado Slipspace?” Sobre el COM la voz de Cho crujía con estática. “Lo s

Page 295: Halo fantasmas de onyx.

condensadores en un ochenta por ciento y drenando. Necesitaré la potencia completa del motor por dos minutos más.” “Entendido,” dijo Lash. Dos minutos podría ser para siempre. “Continúa los protocolos de ocultamiento,” le orden ó a Yang. “Bloquea todos los sistemas externos.” A la Tenient e Durruno le dijo, “Usa los jets de acoplamiento para presentar el mínimo aspecto a las naves entrantes mientras están en el lado ciego.” “Sí señor,” Activó los propulsores y golpeó una pal anca de mando para reposicionar manualmente la nave. En la pantalla la luna se inclinó conforme ellos se reajustaban. La pareja de Destructores Covenant surgió desde el otro lado de la luna... y se hizo más grande en la pantalla. Ele gantes y peligrosos como el infierno, sus cascos de color az ul grisáceo se abalanzaron hacia el Dusk. “Redirigiendo su curso,” dijo Lash al Teniente Coma ndante Waters. Waters estaba sobre su estación, comprobando y reco mprobando sus números. “No es un curso de intercepción,” susurró, “... pero malditamente cerca.” ¿Una coincidencia? ¿O el enemigo los había visto y venían por venganza? “Mantéenos oscuro,” ordenó Lash. Había pocas cosas que podían hacer. Las curvas azul suave de los Destructores llenaron sus campos de visión. Lash sentía la sensación de mariposas en el estómag o de las fluctuaciones cuánticas de los motores de repulsión Covenant. El Dusk cayó y giró. La pantalla se despejó, revelando un campo de rotac ión de estrellas destellantes. “Treinta y un metros fuera de la amura de babor,” r espiró Waters. “La estela del repulsor nos ha puesto a la deriva f uera del punto de Lagrange, señor” dijo la Teniente Durruno. “Déjanos a la deriva, Teniente,” dijo Lash. “Fija c ámaras en el Stalingrad.” Las estrellas girando en el monitor de visión frena ron y luego se centró en los cuatro buques de guerra del UNSC m ientras rodeaban la luna a velocidad de flanco, persiguiend o a los dos Destructores Covenant.

Page 296: Halo fantasmas de onyx.

“Están alineándose para un tiro,” dijo Waters. “Tie nen seis proyectiles MAC restantes. Eso debería ser suficien te.” “¡Pico de energía!” gritó Yang, “No de nuestras nav es. No de los navíos Covenant, tampoco, señor.” “¿Ubicación?” Lash preguntó, y él mismo se expulsó de la silla del capitán. Yang negó con la cabeza, abrió la boca, pero las pa labras no salieron. Waters fue a la estación SENSOR-OPERACIONES y miró. “El perfil de energía indicativo de un campo Slipspace,” dijo. “Uno grande. Deconvolucionando señal. La ubicación es…” sus rasg os se aflojaron “en todas partes.” El espacio alrededor de la flota del UNSC fluctuó y líneas azules aparecieron, conectadas y entrelazadas como olas de agua color zafiro. Campos Slipspace rompieron las dimens iones normales y la radiación Cherenkov deslumbró la noch e –mientras decenas de Destructores, Cargueros, y Cruceros Cove nant aparecieron, enjambres de ellos formaron una falang e entre el grupo de combate del UNSC y las dos naves enemigas sobrevivientes. “Contando treinta y dos naves Covenant,” gruñó Yang . La Teniente Durruno se congeló en su estación, con los ojos muy abiertos por el terror. La armada Covenant disparó. Proyectores planos de energía brillaron, y la pura luz blanca rompió la oscuridad. La armadura de titanio de las naves del UNSC hirvió y se vaporizó, mezclado con la ventilac ión de oxígeno y la presión fotónica explotó las llamas en vacilantes columnas. Los misiles Archer y los cañones de aceleración mag nética dispararon en un contraataque desesperado. Los misi les detonaron una fracción de segundo a lo largo de sus trayector ias de vuelo, explosivos de alta potencia calentados hasta el pun to de ignición. Cuatro proyectiles MAC bombardearon a tra vés de los conos de energía del proyector, bolas de fuego de m etal licuado. Tres perdidos. Un impacto, salpicando en vano en lo s escudos Covenant. Treinta y dos líneas de plasma calentado, dispararo n, y arquearon hacia la flota humana, atacando naves gra vemente dañadas, explotando cráteres, rasgando a través de las cubiertas interiores, hasta las superestructuras reforzadas y atmósferas internas descomprimidas en grandes burbujas de esta llido en los ahora fundidos cascos. La armada Covenant cesó el fuego y avanzó lentament e.

Page 297: Halo fantasmas de onyx.

Las naves del Almirante Patterson se habían reducid o a un campo de escombros en cuestión de segundos. Rayos láser guiados dispararon desde las naves enem igas a medida que destruían las vainas de escape. “Desechos entrantes,” advirtió Waters. “Tenemos que hacer algo,” la Teniente Durruno susur ró. Lo que había sido un grupo de batalla victorioso pe rsiguiendo a un enemigo condenado ahora estaba caído, proas medi o derretidas y brillantes núcleos de reactor. Un cementerio flot ante. Fantasmas. La esperanza que el Comandante Richard Lash había s entido se marchó para siempre. “No hagan nada,” les dijo Lash. “Si algo nos golpea, señor2,” dijo Waters, “asumien do que sobreviviéramos al impacto, los ángulos de desviaci ón delatarán nuestra posición.” “Tan cerca de muchas naves,” dijo Lash, “por lo que habría que maniobrar.” Fue con la Teniente Durruno en la estac ión de navegación. “Deslícenos apretadamente,” le dijo. Sus ojos brillaron con lágrimas, pero asintió con l a cabeza, y se apoderó de los bordes de su asiento. Lash miró su reloj de pulsera y se aseguró de que e staba apretado. La armada Covenant se acercó, borró la luz de las e strellas, y cubrió al Dusk con sombra.

Page 298: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

2115 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR \ SISTEMA ZETA DORADUS \ LOCALIZACIÓN INDETERMINADA EN LA CONSTRUCCIÓN FORERUNNER CONOCIDA COMO ONYX. Kurt le indicó a Fred y a Ash que regresaran, Linda y Mark que cerraran la abertura. De dos en dos subieron el corredor, deslizándose de pilar a pilar, los SPARTAN-III en la punta apenas visibles en su armadura, parte sombra, parte patrones de rayas neg ras. Los SPARTAN-II cerraban la retaguardia como mercurio lí quido rodando por terciopelo, suave y silencioso. Las diferencias entre sus dos generaciones se había n quedado atrás. Los equipos Azul y Saber trabajaban como una sola unidad, como una familia que cooperaba en una emergencia. Kurt vigiló su rastreador de movimiento, etiquetas IFF revestían la red. Los Spartans tenían las mejores posiciones posibles … establecidos junto a cada uno de los alargados pila res de diez metro de alto del corredor. Kurt, Tom, y Lucy tenían la punta. Olivia estaba en reconocimiento, su IFF estaba desa ctivada, así es que Kurt no estaba seguro de su precisa posición en el cuarto de adelante. Este corredor estaba enlosado con entrelazados símb olos Forerunner de jade, turquesa, y laps (piedra azul). La Doctora Halsey supuso que era un poema épico representando una lucha en el largo y perdido pasado de los Forerunners. Todo lo que Kurt sabía era que eso era una zona de ejecución, con escasa cobertura y largas líneas de visión. Un buen lugar para recibir una emboscada. Olivia emitió su luz verde de estado tres veces: La señal de todo despejado. Kurt hizo una seña para que Tom y Lucy le sigan, y ellos se escabulleron dentro del cuarto de adelante. Las som bras cubrían las filas de máquinas agazapadas, y la única luz vi no de ocho sarcófagos como vainas aglomerados en el centro. Estas vainas eran semitranslúcidas, y dentro de cad a uno yacía una persona, con sus facciones obscurecidas.

Page 299: Halo fantasmas de onyx.

Olivia se movió junto a Kurt. “Cinco de estos tiene n que ser el Equipo Katana,” ella murmuró. “Éste todavía está et iquetado con la bandera verde limón de presa del ejercicio de má ximos honores.” Kurt pasó su guante sobre la superficie de la vaina . ¿Estaban ellos vivo adentro? ¿Muertos? ¿En algún lugar de po r medio? Él había venido aquí primero… no fue después de la tec nología que el UNSC necesitaba, arriesgando todo por el Equipo Katana. Nunca dejen atrás a un camarada caído. Pero había más en ello que eso: Dada una elección e ntre las tecnologías alienígena que podrían salvar a toda la humanidad y estos cinco Spartans… él los habría escogido en pri mer lugar. Él habría hecho cualquier cosa para protegerlos. “Veamos con lo que estamos tratando aquí,” él dijo. Kurt hizo titilar las luces tácticas en su casco, y tomo una vista preliminar sobre la cámara. Complementos Orgá nico-metálico acunaban cada vaina y radiaban ramajes conectados h acia bancos de cubos de dos metros. En el reconocimiento más cercano, Kurt vio una luz trémula filtrándose de estos cubos y lo miró más de cerca, él notó que no eran en todos los cubos… sus bordes estaban defo rmados y emitían resplandores extra dimensionales. Él titubeó, paso sus manos pensativamente por sus s ienes. La desorientación hizo oleaje sobre él a medida que él chequeaba la débil luz verde, inspiró las fragancias polvorienta s que se daba a entender desde los símbolos en el piso, y oyó com o campanas tintinando desde la electrónica orgánica de las vai nas. Él se sumió en una rodilla y la enredada entrada se nsorial se desvaneció. “Den un paso hacia atrás,” Kurt alertó a los demás. Sobre el COM él dijo, “Will, escolte a la Doctora Halsey aquí ar riba.” Otra ola de desorientación golpeó a Kurt y su visió n se zambulló. Cuando él otra vez pudo ver. La Doctora H alsey se arrodilló al lado de él. “Aléjalo de las máquinas,” ella le dijo a Will. Will lo arrastró de regreso a la entrada del cuarto , y la visión de Kurt inmediatamente se aclaró y el mareo desapar eció. “¿Qué fue eso?” Él le preguntó a la Doctora Halsey. “Un campo Slipspace sin protección,” ella dijo. Su cara era una máscara de concentración, clavando los ojos en el a lojamiento cúbico de la máquina. Frunciendo el ceño, ella cami nó hacia las vainas. “Linda,” ella dijo, “necesito su ayuda por favor.”

Page 300: Halo fantasmas de onyx.

Linda avanzó hacia la Doctora Halsey, con su rifle de francotirador apuntando hacia al piso. “Use el telémetro de su arma; Apunte al interior de la vaina.” Linda asintió, levantó su rifle, y puso la mira en el Spartan dentro de la vaina. Después de un momento, ella baj ó el arma, revisó la configuración de su zoom Oráculo, y luego repitió el procedimiento. Ella sacudió su cabeza. “¿Usted lee un rango infinito?” La Doctora Halsey d ijo. “Sí,” Linda contestó, con una molestia inusual en s u tono. “Debe haber algo malo con eso.” “No,” La Doctora Halsey contestó. “me temo que está en perfecto orden de trabajó.” Ella giró hacia Kurt. “No puedo reanimar a sus Spar tans o a los otros tres, Teniente Comandante. No están en suspen sión criogénica.” Kurt se sacudió los últimos vestigios de confusión. “Explíqueme,” él dijo. “Están atrapados en un campo Slipspace. El proceso para estabilizar tal campo en espacio normal está más al lá de cualquier tecnología nuestra o que el Covenant pose a. Esencialmente estos Spartans están aquí, pero no, m oldeados en un substituto determinado de coordenadas espaciales y excluidos del tiempo.” “Están justo aquí,” Linda dijo, y apuntó a las vain as. “No” La Doctora Halsey dijo. “Usted ve solamente el reflejo de su imagen. Es como mirar una masa acelerando pasar el horizonte de acontecimientos de un agujero negro. Su imagen p uede permanecer mucho tiempo ahí por siempre, pero eso s e ha ido.” “¿Así que ellos se han ido?” Linda susurró. “Oh no,” la Doctora Halsey contestó. “están justo a quí.” Kurt dijo, “Usted precisamente dijo que se han ido. ¿Que es eso?” La Doctora Halsey consideró un momento y luego cont estó, “Ambos. Las implicaciones de la mecánica cuántica no se tra ducen tan simple, poco contradictorias, condiciones clásicas. ” “Luego adhirámonos a condiciones prácticas,” Kurt d ijo, con una creciente molestia. “¿Ellos están a salvo?” Ella inclinó su cabeza, considerando, y luego conte stó, “Usted podría detonar una cabeza nuclear sobre estas vaina s y debido a

Page 301: Halo fantasmas de onyx.

que el Slipspace no está en esta dimensión, No Habr ía efecto para sus contenidos.” A esa referencia para ‘cabeza nuclear,’ Ash busco e n su bolso, el cual contenía las dos reducidas bombas FENRIS. “¿Los podemos mover?” Kurt preguntó. La Doctora Halsey caminó hacia el final de una vain a. Ella examinó la línea conectada en el torso y la desacop ló. Hubo un siseo y la vaina se elevo medio metro del piso. “Parece que fueron diseñadas para ser movidas,” ell a dijo, sus últimas palabras desvaneciéndose en un profundo pen samiento. Kurt indicó hacia las vainas. “Equipo Saber, Azul, desacóplelos. Los llevaremos con nosotros a la entrada del cuarto del núcleo.” Los Spartans desconectaron las vainas. A medida que Ash manipulaba una vaina. La Doctora H alsey levantó una mano, indicándole que parara. Ella se encorvó m ás cerca hacia la última vaina y dirigió sus dedos sobre los iconos Forerunner a lo largo de su costado, traduciendo a medida que ella hacía eso: “‘Aquello que debe ser protegido… d etrás del afilado borde del escudo… más allá del alcance de l as espadas… para los reclamados’. No, ese no es precisamente el significado correcto.” “Reclamados…” Ash repitió. “¿Tal vez ‘Reclamadores’ ?” La Doctora Halsey alzo la vista, se sobresaltó, a é l. “Sí. Un título. Específicamente, uno honorífico.” “Sí,” él dijo, “así es como el Centinela nos llamó. ” “¿Uno habló?” la Doctora Halsey preguntó. Ella empu jó sus gafas arriba del puente de su nariz y se movió hacia Ash. “Lo había olvidado con todo lo demás en marcha.” As h sacudió su cabeza, avergonzado. “¿Qué exactamente dijo? Ella demandó. “La frase pre cisa. Puede ser importante.” Ash cambio de posición de pie en pie. “…No recuerdo , señora.” El Jefe Mendez apareció y colocó una mano en el hom bro de Ash. “Respire hondo. Spartan. Piense y regrese: ¿Qué est aba haciendo poco antes de que la cosa hablara?” “Nos habíamos movido hacia el borde de la Zona 67,” Ash dijo lentamente, “para librarnos del Equipo Katana y Gla dius. Eso fue cuando comenzaron a explotar los búnkeres de la ONI … y luego uno vino detrás de nosotros. Persiguió a Holly directam ente hacia el borde de un acantilado. Conseguí su atención. Lancé una roca al

Page 302: Halo fantasmas de onyx.

objeto. Me persiguió, me alcanzó en un barranco. Co mencé a transmitir en la intemperie, para dejarle saber al Equipo Saber que ustedes podrían superar sus escudos con un obje to lento de balística… no tenía mucho que perder en ese momento . Pero el Centinela atenuó mi señal COM, y me la transmitió d e regreso.” “Despacio,” El Jefe Mendez susurró. “Tómese su tiem po. ¿Que sucedió después?” “Al principio no tenía sentido,” Ash continuó. “Com o Covenant no traducido… sólo era diferente. Algo como ‘Pungent J uber’. Traté de contestarle. Dijo algo que no entendí. Habló otr a vez, todavía la misma jerga, pero entonces dijo ‘non seq uitur’. Estaba seguro de que habló latín.” “Análisis lingüístico basado en un aparato microscó pico de prueba,” La Doctora Halsey dijo. “hizo un intento p ara comunicarse con un lenguaje raíz.” “Luego dijo ‘protocolos de Seguridad habilitados’ y ‘Escudo en modo de cuenta regresiva. Cambie a una contra respu esta apropiada. Reclamador.’ Le dije que no quería hacer le daño. Especulo que fue algo equivocado para decirle, porq ue fue cuando me dijo que no era un Reclamador, y me reclasificó como una ‘subespecie aborigen’.” La Doctora Halsey miró fijamente hacia el espacio, pensando. “Sí…” ella murmuró. “Todo esto tiene sentido.” “Estaba a punto de relampaguearme con su haz de ene rgía cuando el resto del Equipo Saber vino y dejó caer unas poc as rocas en eso.” Ash encogió los hombros. “Eso es todo, señor. ” Kurt había escuchado bastante… más importante, él h abía visto la reacción de la Doctora Halsey. Ella sabía mucho más de lo que decía. Y era tiempo de saber lo qué era. “De acuerdo,” Kurt les dijo, “todos agarren las vai nas y muévanlas a la plataforma de desplazamiento.” Él dio un paso más cerca hacia la Doctora Halsey. “ Me gustaría una palabra con usted, señora.” Los Spartans condujeron las vainas de vuelta al cor redor. Mendez reservó una mirada a Kurt y a la Doctora Halsey, y luego salió. “No tenemos mucho tiempo,” Kurt le dijo a ella. Ella echó una mirada a su reloj. “Cuarenta minutos, para ser precisos, hasta que la entrada del cuarto del núcle o se cierre.” “Usted sabe lo que hay adentro.” Hubo una leve vacilación, y luego ella contestó, “¿ Cómo podría yo saberlo, Teniente Comandante?”

Page 303: Halo fantasmas de onyx.

“Pero usted no me ha dicho todo.” Los ojos de la Doctora Halsey se endurecieron y su boca se ajustó hacia adentro lo que Mendez habría llamado u na cara inmutable. “Doctora, no voy a arriesgar a mis Spartans vivos s in saberlo todo. Incluso lo que usted podría considerar un det alle insignificante podría tener repercusiones tácticas graves.” “Ciertamente,” ella murmuró, y su expresión se suav izó un poco. “Si significa mucho para usted, entonces cuénteme p rimero sobre sus aumentos neurales.” Kurt se tensó, dudoso de cómo proceder. La Doctora Halsey era un civil fuera de su cadena de mando. Había reglas y p rotocolos dictando cómo se relacionaría la milicia con los ci viles bajo su protección… todo muy lento, para sus propósitos. Si él no fuera dependiente de su destreza científica, entonces Kur t habría considerado una acción más directa; En lugar de eso él intentó de nuevo. “No hago trueques. Doctora. Usted no tiene la liber tad adecuada para esa información. Ahora por favor cuénteme sobr e el núcleo. Usted podría salvar vidas.” “‘Salvar vidas’ es exactamente lo que trato de hace r,” ella contestó, y cruzo sus brazos. El gesto fue idéntico al único que Kelly hacía cuando ella imponía su intención de ser resueltamente testaruda. Kurt estaba arrinconado. Si él amenazaba a la Docto ra Halsey, entonces él podría perder su cooperación. Si él no obtenía la información, entonces él podría perder vidas. Con e l tiempo escapándose, él sólo tenía una opción, y ella lo sa bía. Él respiró profundamente y dijo, “Muy Bien. La muta ción neural para los SPARTAN-III altera su lóbulo frontal para incrementar la respuesta de agresión. En tiempos de tensión ner viosa extrema los hace casi inmunes al shock, son capaces de resi stir daño que incluso un SPARTAN-II no podría.” “¿Como Dante?” La Doctora Halsey dijo. “¿Todavía mo viéndose cuándo él debería haber estado en coma?” Kurt revivió ese momento, sujetando a Dante que sol amente un segundo antes lo había saludado y le contó que él p ensó que había sido marcado. “¿Efecto secundario?” Ella preguntó. “Sí,” Kurt murmuró. “Con el paso del tiempo, las fu nciones superiores del cerebro se suprimen y los Spartans p ierden su juicio estratégico. Una antitoxina bloquea esto, pe ro debe ser regularmente administrada.”

Page 304: Halo fantasmas de onyx.

“No estoy segura de que el intercambio valga la pen a,” ella dijo. “A menos que, sus necesidades fuesen, incluso para las normas espartanas… extraordinarias.” Ella examinó c uidadosamente a Kurt, y luego murmuró, “¿Que sucedió con la Compa ñía Alpha?” “Fueron desplegados para clausurar un astillero Cov enant en el borde del espacio del UNSC.” Kurt se detuvo, esforz ándose para contener la obscuridad que se levantaba dentro de é l. Shane, Robert, cada uno de ellos muertos, y la culpa era d e él. “Nunca escuché acerca de la operación,” la Doctora Halsey dijo. “Porque fue un éxito,” Kurt contestó, recobrando al go de control. “Si no hubiera sido, entonces el Covenant habría destruido a cada colonia de Orion… Pero la compañía entera, trescientos Spartans, se perdieron.” La Doctora Halsey comenzó a extender la mano hacia él, y luego se detuvo, cambiando de opinión acerca de eso. “¿To m y Lucy?” “Los únicos sobrevivientes de la Compañía Beta de l a operación en Pegasi Delta,” él contestó. Guardaron silencio un momento. Kurt luchó para sobr eponerse a sus emociones y recuerdos. Pero con tantas perdidas él sintió como se ahogaba. “Entiendo por qué usted arriesgaba un protocolo tan derogado,” la Doctora Halsey dijo. “Usted haría cualquier cosa para ayudarles, a sus Spartans… como lo harían yo por lo s míos.” Sobre el COM el Jefe Mendez habló: “Estamos en la p lataforma, señor. Esperando más órdenes.” “Mantengan posición,” Kurt contestó. Él desterró su s sentimientos hacia un recipiente oscuro en su mente , uno rebosando para desbordar de dolor, y luego él enfoc ó la atención en la Doctora Halsey. “¿Por qué está usted aquí?” Él preguntó. “No tiene que recuperar tecnología Forerunner. Si usted realmente hubiera s ospechado, entonces le habría dicho a John y él habría enviado más recursos que un solo Spartan y una nave de cincuenta años de edad convertida para el uso civil.” La Doctora Halsey descendió su mirada hacia el piso intrincadamente enlosado. “No hay necesidad para fi ngir con usted,” ella murmuró. “Simplemente, uno se acostumb ra a conservar sus secretos; Uno se olvida de cómo decir le a alguien… cualquier cosa.” Su frente se arrugó casi como si l e doliera para hablar. “Usted está en lo correcto. No vine a Onyx buscando tecnología Forerunner. Vine por los Spartans. Quere mos lo mismo: Su supervivencia.” Ella puso una mano por encima de su cuello… algún g esto reflexivo de defensa para protegerse.

Page 305: Halo fantasmas de onyx.

“Ésta no es una guerra que el UNSC pueda ganar, Kur t. ¿Seguramente esto se le ha venido a la mente?” Él asintió, aunque de hecho no lo había pensado. Ella pareció aceptar esto, en cambio, y continuó. “ Hemos estado perdiendo esta guerra lentamente. ‘Lentamente’, pie nso, porque no habíamos sido el foco principal de la hegemonía Covenant hasta hace poco. Ahora han encontrado y apuntaron a la Tierra. Sume al Flood a esté panorama sombrío… una biología emergente que incluso los Forerunners no pudieron controlar.” “Pero tenemos que luchar,” Kurt dijo. “El Covenant no toma prisioneros. Y lo que usted nos ha dicho del Flood… ahí no existe otra opción.” La Doctora Halsey sonrió. “Entonces como un Spartan … y, al mismo tiempo eres tan diferentes de cualquiera de ellos. Usted cruzó una línea que nadie de su clase en toda la vida se ha atrevido antes: Rompiendo reglas y diseñando un encubrimient o masivo. Todo para proteger sus cargas. Que había planeado, sin embargo, a ido mucho más lejos…” Sobre el COM que Fred irrumpió. “Señor, los control es Forerunner en la plataforma se mueven. Opera locamente, no est oy seguro lo que significa.” “Espere” Kurt contestó. “Me entiende,” la Doctora Halsey dijo, “mis SPARTAN -II nunca dejarían una lucha. Están demasiado adoctrinados pa ra conocer algún otro modo. Pero cuando me enteré de la posibi lidad de una nueva generación de Spartans, me percaté que había una oportunidad para atraerlos con engaño. A lo mejor c olocarlos en cryo y volar tan rápido y tan lejos como pueda de e ste sector de la galaxia.” “Para vivir y luchar otro día,” Kurt murmuró. “Tropezando sobre esta instalación Forerunner,” la Doctora Halsey continuó, “fue pura casualidad… O como mucha ‘casualidad’ a medida que construía el Campamento Currahee al la do de la Zone 67. En cualquier caso, allí puede o no puede haber tecnologías armamentísticas que podemos redirigir. Su suposición es tan buena como lo mía. Hay, sin em bargo, algo mucho más valioso para nosotros: Una forma para sal var sus vidas, pienso qué pudo haber sido parte del plan or iginal de los Forerunners. Hay un refugio para estos Reclamadores …” Disparos hicieron eco desde el corredor. Kurt giró y levantó su rifle. Fred anunció sobre el COM: “Exploradores Covenant a parecieron en la plataforma de desplazamiento. Tres Elites despac hados. Sin

Page 306: Halo fantasmas de onyx.

lesiones aquí. El panel de control está todavía act ivo. Recomendaciones.” “Escuche cuidadosamente si usted quiere que ellos v ivan,” la Doctora Halsey dijo a Kurt. Ella usó su cara inmuta ble otra vez y había acero en su voz. “Ordene a Fred que mueva l as vainas sobre aquella plataforma… ahora.”

Page 307: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

2130 HORAS, 03 DE NOVIEMBRE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ SISTEMA ZETA DORADUS \ LUGAR INDETERMINADO, EN LA CONSTRUCCION FORERUNNER CONOCIDA COMO ONYX. Los Spartans estaban de pie en una formación semici rcular de la ‘muerte’ alrededor de la plataforma. Las vainas sim ilares a sarcófagos habían sido empujadas hacia el centro. L os cuerpos de tres élites exploradores en su armadura azul habían sido arrastrados a un lado y despojados de sus armas. La sangre fluorescente agrupada ahí apestaba como el alquitrá n fresco. La doctora Halsey se dirigió directamente a la cons ola de control. A medida que ella tecleaba y arreglaba sím bolos holográficos, le dijo a Kurt, “Los campos Slipspace que suministran las vainas impenetrables para atacar ef ectivamente bloquean cualquier entrante desplazamientos de mate ria. Ellos están perfectamente a salvo.” Fred informó a Kurt, “Para lo que vale la pena, señ or, los élites miraron sorprendidos. No creo que ellos sabí an que estábamos aquí.” “Bueno, ellos probablemente lo hacen ahora,” dijo K urt. “¿Doctora?” “Estoy insegura cómo los del Covenant aprendieron t an rápido,” dijo la doctora Halsey, brillantes símbolos refleja ndo en sus gafas, “pero estoy en el registro reiterando intent os para obtener acceso a esta plataforma. Cercanos sistemas han sido activados. Ellos están tratando de encontrar rutas alternativas a nuestra situación.” “Entonces nos movemos,” dijo Kurt. “Si las vainas bloquean el desplazamiento.” Ash dij o, “¿ellos deberían llegar hasta el sistema?” La Doctora Halsey considero esto. “Creo que sí. Ell os están diseñados para ser transportados. Una vez que sus c ampos Slipspace están atrapados en la estela de una disto rsión espacial generada localmente ellos deberían ser tra nsportados cerca.” “Establecer los temporizadores de misión en modo de cuenta regresiva.” Kurt les dijo, y miró a la Doctora Hals ey. Ella consultó su reloj. “Treinta y dos minutos hast a que la puerta de entrada a la sala central se cierre,” dij o. “En mi marca.” Kurt dijo. “Marca.”

Page 308: Halo fantasmas de onyx.

‘52:00’, apareció en la esquina inferior derecha de su HUD. “Formación de defensa beta,” ordenó, e hizo un gest o a todos hacia las plataformas. “Usen las vainas para cubrir se.” Will llevó el cuerpo envuelto de Dante y lo puso su avemente sobre la plataforma. Kurt rápidamente desvió la mir ada, cada vez que veía el cadáver, le recordó que la muerte de Da nte era su responsabilidad, y que él le había fallado a los jó venes Spartans. Los SPARTAN-II hicieron un anillo en el i nterior de las vainas protegiendo a Méndez. Los SPARTAN-IIIS e n posición plana y contemplando bajo las vainas flotantes, dán doles un campo de fuego de 360 grados. La Doctora Halsey se unió a ellos en la plataforma, aglomerándose junto al Jefe Méndez. Ella abrió su portátil y la vinculo a los controles de la unidad Forerunner. “¿Está seguro?” le preguntó a Kurt. “El Covenant puede ser capaz de rastrearnos a la sala principal. Puede ser que los llevemos directamente a ella.” La expresión de su cara era ilegible. Kurt reconoció la cuestión como estratégica: ¿conti nuar a la sala central o escapar, mientras había fuerzas del UNSC en el espacio de sobre Onyx? La Doctora Halsey había dado a entender también que había una manera para salvar la vida de los Spartans… algo re lacionado al plan original de los Forerunner con estos ‘Reclamad ores’. Pero él no tenía el lujo de hacer planes basados en teor ías a medio explicar de la Doctora Halsey. Él había de seguir con su plan: llegarían a la sala central, tomarían cualquier tecnología o armamento que estuv iese allí, y saldrían de este mundo. Tenía una misión que cumpli r, y en su defecto – su mirada se trasladó a Ash y su paquete con dos cabezas Fenris – él todavía podía negarle al enemig o su premio. “Sala central,” dijo Kurt. La Doctora Halsey suspiró y asintió con la cabeza. ¿Fue resignación lo que el detectó en su cara? ¿O alivio ? Ella era la persona más difícil de leer que nunca h abía encontrado. Anillos de luz dorada los envolvió, las paredes del corredor se fundieron, y Kurt sintió que su interior salió haci a afuera y después fue rellenado de vuelta en su armadura. La luz, sin embargo, no desapareció como lo había hecho antes. Se intensificó a un brillante magnesio ardiendo blanco . Méndez buscó en el bolsillo de su chaleco y se puso un par de espejos antiguos envoltorios. Los lentes de la Doctora Halsey automáticamente se oscurecieron.

Page 309: Halo fantasmas de onyx.

El HUD de Kurt no estaba polarizándose para compens arlo, por lo que él manualmente intensificó el tono en un 60 por ciento. Al principio se confundió con su ubicación una llan ura de nieve, en algún lugar de la región polar norte, pero enton ces vio las paredes en la brumosa distancia. Él estimó cinco ki lómetros. Empujó la polarización al 80 por ciento. El suelo se hizo visible, azulejos con símbolos For erunner de plata, rubí, esmeralda, y ámbar. Cada línea y curva interrelacionados de manera precisa en geometría de Penrose, aunque si había un patrón de repetición, capaces de discernir Kurt no lo vería. Los símbolos parecían cantar en s u mente, y él estaba frustrantemente cerca de entender lo que dec ían… algo más trascendentalmente galáctico sobre el significado. Kurt movió la cabeza para despejar la falsa ilusión . Cayó de nuevo a su entrenamiento. Analizó en busca de movimiento. No había enemigos visibles. No había vi sibles posiciones defendibles, tampoco. Revisó su rifle: c lip de munición completa. Todos los sistemas de la armadur a SPI chequeados. A medida que su visión se continuó ajustando, una c olina se resolvió en el centro de esta ‘sala’. Había una pendiente uniforme en el suelo que se lev antó con suavidad y luego se trazó un arco hiperbólicamente hasta una docena de metros. Le recordó a Kurt un hormiguero. Alrededor de la ci ma de este cerro estaba sentada una corona de aletas levantada s al cielo; reforzada en sus bases y con dentaduras en sus extr emidades, que se alzaba otros diez metros por encima de la estruc tura. “Si este es el núcleo del planeta,” Kelly le susurr ó, “no debe ser poca, en su caso, la gravedad. Se siente normal ” La Doctora Halsey volvió a comprobar su portátil. “Desplazamiento confirmado,” dijo. “Estamos en el c entro de Onyx. La gravedad es artificial.” “Despliéguense en equipos de a dos, hacia fuera, en reconocimiento,” dijo Kurt. “Doctora, Jefe, Ash, no sotros vamos a esa estructura.” Luces verdes parpadearon en reconocimiento. “Señor,” dijo Holly, “¿qué pasa con el equipo Katan a? ¿Las vainas?” “Déjalos en la plataforma. Van a bloquear los despl azamientos del Covenant.”

Page 310: Halo fantasmas de onyx.

Se sentía mal dejarles aquí solos, por lo que orden ó a Holly “Resguárdalos.” Se alejaron, y a medida que Kurt marchaba sobre el piso, los símbolos bajo sus botas alisaron en una senda de or o. Estática arañó a lo largo del interior de su armadura SPI y el exterior fue un derroche de colores como los circuitos fotor eactivos intentaban mezclarse en el local terreno arlequín. Méndez se detuvo y alzó una mano hacia la doctora H alsey. “Cuidado con el escalón, señora.” Apunto al piso. Una cordillera se elevó un cuarto de metro, difícil de ver porque los iconos Forerunner brillaban a lo largo d e su lado liso, así como la parte superior. La Doctorara Halsey se arrodilló y tocó los marcos de sus lentes, mirando de derecha a izquierda. “Un anillo. .. circunscrito a la totalidad de la estructura centra l. De hecho, la deformación es toda una serie de círcu los concéntricos similares.” Kurt se subió a la superficie elevada. El examino e l cerro y contó las torres en forma de aleta: había trece. Aumentó el factor de ampliación en HUD y noto que l a curvada superficie de la formación del centro era de hecho una serie de escalonados anillos. “Me recuerda a Infierno de Dante,” dijo Méndez, y l e tendió la mano a la Doctora Halsey. Ella tomó su mano y se acomodo en la cordillera. “E l infierno de Dante era una serie de descendientes anillos,” dijo . “Éstos son más representativos de…” El suelo se desplazo. Kurt instintivamente se agachó para mantener el equ ilibrio, pero no fue necesario, había caído sólo unos pocos centí metros. La sala entera se estableció, sin embargo, la disto rsión se propago hacia el cerro con un estruendo subsónico. “Si la sala central se encuentra en el centro,” dij o la Doctora Halsey, acelerando su paso, “debemos darnos prisa.” “Hay algo aquí, señor,” anunció Fred sobre el COM. “Es mejor que vea por usted mismo.” Kurt se volvió hacia las señales IFF de Fred y de M ark en su HUD. Fueron siluetas contra el deslumbramiento, a 150 me tros de distancia.

Page 311: Halo fantasmas de onyx.

“Ash, Jefe escolten a la Doctora a la estructura. M anténganme informado.” “Entendido, señor,” dijo Ash. Kurt corrió hacia Fred y Mark y vio a los Spartans de pie en el borde de un agujero negro, y un parche liso de siet e caras desprovisto de iconografía Forerunner. Una consola holográfica de pie junto a él, iconos m oviéndose. “Plataforma de desplazamiento,” Fred susurro. “Act iva, si estoy leyendo estos controles bien.” “Vamos a utilizar otra vaina para bloquearla,” dijo Kurt. Empezó a introducir la clave al COM, pero Ash le ro mpió: “Señor tengo cierta altura, y puedo ver... puntos en el pi so.” “¿Puntos negros?” Kurt preguntó. “Sí, señor. Contabilizando una docena… no, por lo m enos treinta de ellos en un circulo disperso.” El corazón de Kurt se hundió hasta la boca de su es tómago. Había muchos puntos de salida a bloquear. Potencial mente, se enfrentaban a un enemigo con superioridad numérica y con potencia de fuego, y todo lo que ellos tenían era u na única posición semidefensible. ‘26:00’ pasó a ‘25:59’ en su cuenta regresiva. Estaban cerca del cuarto central, un posible tesoro oculto de los secretos Forerunner. Con una considerable fuerza Covenant en su camino, no sería suficiente para llegar primero. Tenían que evitar q ue el enemigo obtuviera eso a como fuera posible. Kurt equilibro la vida de sus Spartan contra los billones que se salvarían y la elección fue lamentablemente demasiado clara para él. Kurt cliqueo el TEAMCOM. “Olivia, Will, Holly tomen las vainas y lleguen a la cima de la colina lo antes posible. Ke lly establece las últimas minas LOTUS alrededor de la estructura. Todos los demás, lleguen a la cima y desempaquen todo, cargue n todos los fusiles. Prepárense para defenderse contra las entr antes fuerzas enemigas.”

Page 312: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO TREINTA Y OCHO

SÉPTIMO CICLO, 265 UNIDADES (CALENDARIO DE BATALLA COVENANT)\CIUDAD FORERUNNER NO IDENTIFICADA; SISTEMA DE ONYX: ZETA DORADUS (DESIGNACIÓN HUMANA). El Maestro de Flota Voro inspeccionó su batallón. E llos se habían amontonado en la superficie de la ciudad For erunner, más de doscientos Sangheili en filas ordenadas para su revisión. Naves de descenso y cazas Seraph sobrevolaban la zo na, sus luces de aterrizaje iluminando sobre el patio, protegiend o contra ataques inesperados de Centinelas o de los demonios . Los edificios cercanos y adoquines de mineral con b andas negras y blancas proporcionaban un marcado contraste con s us soldados en sus armaduras de colores primarios. Miró hacia las filas de guerreros con trajes de com bate azul, en posición de firmes, dispuestos a luchar, matar y mo rir en su palabra. La única queja entre sus soldados se debía a que ll evaban guantes escudo Kig-yar para completar su armadura. Muchos vieron esto como una grave deshonra, pero Voro lo había or denado. Ellos no correrían riesgos con los demonios humanos, esto s ‘Spartans’. El Sangheili no podía perder este mundo como lo ha bían hecho con el primer anillo Halo. Voro asintió hacia los Sangheili Domo Mayor en sus armaduras de color rojo brillante. Los Mayores percibieron y sos tuvieron su mirada. Ellos creían en él. Lo vio en sus miradas inquebrantables. Su confianza era contagiosa... y le dieron una paus a, porque era peligrosa para un líder de cualquier rango creerse imparable. Aun así, Voro se maravilló de que se le había dado el mando de los guerreros E‘Toro, R'Lan y N'Nono cuyo valor y s alvajismo era legendario. Sin embargo, tan hábil como estos solda dos eran, él habría cambiado una docena de ellos por un infiltra do en un traje de flexión lumínica para explorar el terreno en frente e informar sobre los demonios. Se detuvo ante Paruto y Waruna. El imponente par Le kgolo gruñó su gratitud al liderar la verdadera vanguardia. Voro había sido bendecido no con una, sino tres par ejas Lekgolo. Nunca había visto un solo par derrotado en combate antes. Y, sin embargo, los Spartans habían conseguido herir a War una y escapar, un insulto al orgullo Lekgolo que sólo ser ía aplacado

Page 313: Halo fantasmas de onyx.

triturando a los delincuentes hasta hacerlos pulpa. “Tengan listos los preparativos finales,” Voro dijo a sus Mayores. Los Mayores gritaron a sus escuadrones, quienes sac aron sus espadas y saludaron a Voro… sus hojas de energía le vantadas hicieron ondear el aire con su calor combinado. Bajaron su saludo; agarraron rifles, granadas, pist olas, y células de energía, y marcharon a través del patio, estableciéndose cerca de las orillas de la platafor ma de desplazamiento negro mate. Escuadrones Unggoy suicidas los siguieron, arrastra ndo disimuladamente unidades de mortero de energía. Sus chillidos frenéticos molestaron a Voro. Ellos irían por delan te de los demás, intentarían enfrentar al enemigo, mientras q ue sus compañeros establecerían sus escudos y morteros... y probablemente caerían antes de que una sola unidad fuera montada. Ellos, sin embargo, servirían como una distracción necesaria, mientras que el resto de su grupo de combate encont raba cobertura y se asentaba. Era tan buena muerte como cualquier Unggoy podía de sear. Voro alzó la vista hacia las estrellas. Ellos habían sobrevivido al Flood y a la traición d e los Jiralhanae en la segunda construcción Halo, repelie ron a los Centinelas guardianes de este mundo, y salieron vic toriosos, incluso después de que la flota humana diezmara sus naves. Muchos en sus filas susurraron que el Destino los p rotegía. Esa así llamada victoria contra la flota humana, si n embargo, habían circulado rumores de que las naves de refuer zo habían sobrevivido a una catástrofe. Voro sospechaba de un ataque sorpresa de los Jiralhanae. Sea cual sea la causa, la venganza tendría que esperar. Tenían que ganar esta batalla, aquí y ahora, y recl amar las tecnologías Forerunner que cambiarían el equilibrio estratégico de poder en la galaxia. Así que tal vez era el Dest ino después de todo, lo que los había traído a este mundo, pero era el destino de su propia creación. Se dirigió a las plataformas de desplazamiento y re visó de nuevo las coordenadas del blanco. Voro no era sacerdote, y él entendió sólo una fracción de la escritura sagrada Forerunne r. El mismo mensaje se repetía desde que encontraron e ste sistema. Iconos holográficos aparecieron sobre la superficie de control. Voro los leyó, gritando el pasaje divino a sus sold ados: “Los

Page 314: Halo fantasmas de onyx.

tiempos oscuros están sobre nosotros... desenvainen sus espadas y ataquen... El Arca, será su guía... y bendigan a los Reclamadores que puedan refugiarse detrás del borde afilado del Escudo... La Maravilla más allá espera.” Doscientos Sangheilis rugieron su aprobación como s i el mensaje hubiera sido colocado aquí para ellos, escrito hace miles de años por los dioses. En verdad, los matices del significado de este mens aje se perdieron en Voro. Él había discernido, sin embargo , que el centro de este mundo era donde los ‘Reclamadores’ i ban a reunirse: un lugar que mantenía maravillas tecnológ icas y armas más allá de toda medida. Su tarea estaba clara: detener a los demonios human os de llegar allí primero. Ordenó moverse a los escuadrones suicidas Unggoy. Las pequeñas criaturas se agolparon en las platafor mas. Voro insertó el comando de desplazamiento y envió l a primera ola a la batalla.

Page 315: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO

TREINTA Y NUEVE 2140 HORAS, 3 DE NOVIEMBRE DEL 2552 (CALENDARIO MILITAR)\SISTEMA ZETA DORADUS\ UBICACIÓN INDETERMINADA EN LA CONSTRUCCIÓN FORERUNNER CONOCIDA COMO ANTECÁMARA DEL CUARTO DEL NÚCLEO DE ONYX. El crujido del rifle de francotirador de Linda fue inusualmente tranquilo. El sonido se disipó en la amplia habitac ión. Doscientos metros desde su posición un Grunt gritó. Cayó, muerto por el disparo en la cabeza. Un chorro de metano de su aparato de respiración se prendió y arrojó fuego. Ese fue el quinto. Las criaturas habían aparecido e n las plataformas de desplazamiento, chillando como una d ocena de cucarachas, cargando partes de una unidad de escudo de energía. Parecían confundidos, corriendo en direcciones alea torias… hasta que eran derribados por Linda. Sin moverse de su posición llana o quitar su mirada de la mira telescópica Oráculo, Linda dejó caer su cargador e insertó uno nuevo. Situados junto a ella en una fila precisa es taban cinco cargadores, todo lo que ella había dejado. Kurt inspeccionó a su equipo. Habían tomado la únic a posición lógica y defendible en la cámara: la cima de la col ina artificial de anillos concéntricos. La cima de la estructura estaba coronada con una sa liente de un metro de ancho y trece torres en forma de aletas qu e proporcionaban amplia cobertura. Los Spartans y Mén dez tomaron puestos a cada lado de tres de estas torres. Kelly había colocado sus últimas minas antitanque L OTUS en la base de la colina, suficiente fuerza explosiva para penetrar el blindaje superdenso de un Tanque de Batalla Princip al Scorpion M808. Su equipo tenía altura, líneas de fuego claras, y s in embargo, Kurt sabía que estaban totalmente vulnerables rodea dos por muchas plataformas de desplazamiento. Dentro del anillo de torres, una serie de círculos concéntricos adicionales cayeron abruptamente en el medio de la estructura. En el centro exacto estaba un agujero de tres metro s de ancho, resplandeciendo con una brillante iluminación sin c alor azul-blanca. Esta era ostensiblemente la ‘entrada’ a la cámara d el núcleo que

Page 316: Halo fantasmas de onyx.

buscaban. Estaba abierta, pero en el tiempo en que ellos habían estado aquí, los anillos en las laderas interiores y exteriores de la colina habían seguido estrechándose, y las to rres en forma de aleta se habían inclinado y angulado hacia el in terior. La estructura entera se estaba cerrando, como el pétal o de una gran flor. Kurt miró su reloj de misión: 21:22 Superficies de control holográficas brillaban sobre el borde del agujero, y la Doctora Halsey se agachó ahí, con el ordenador portátil abierto, y la pequeña mota de luz de su IA revoloteando entre los símbolos. No se había estremecido con el sonido del rifle de precisión, su plena concentración se fijó en el centro. A su alrededor Kurt había puesto los ocho criotubos para una cobertura adicional. “Campo Slipspace comprimido,” la Doctora Halsey le susurró a su computadora. “Cruce transdimensional confirmado. Im posible en el espacio tridimensional normal, por lo menos mayor q ue el límite de Fermi-Planck.” “¡Acción en cubierta!” Méndez gritó. Las plataformas de desplazamiento dispersas a travé s de la cámara blanca parpadearon con anillos de oro. Sobre decenas de plataformas… doscientos Grunts se materializaron. Gritaron, dispararon pistolas de plasma y aguijonea dores, y embistieron. Kurt nunca había temido a estos pequeños alienígena s. Pero esto era diferente. Las cobardes criaturas eran de mirad as furiosas y corrían a toda velocidad hacia ellos, dando zarpazo s al aire. Sus pernos de plasma se disiparon a lo largo de sus trayectorias de doscientos metros de largo, pero varias rondas d e aguijoneador explotaron en las piedras cerca de Kur t. “Mantengan el fuego,” dijo sobre el TEAMCOM. Echó u n vistazo a la línea de avance, y luego más allá de ellos vio t res equipos de Grunts instalando morteros de energía. “En la parte trasera,” dijo. “Elimina la artillería .” Linda disparó dos veces. Un trío de Grunts ensambla ndo un mortero cayeron. Holly y Ash agarraron rifles de francotirador y neu tralizaron a los otros dos equipos de Grunts antes de que se act ivaran los escudos de energía de los morteros. La oleada de Grunts subió contra la base de la coli na, trepando unos sobre otros para correr por las terrazas empin adas “¿Minas?” preguntó calmadamente Kelly sobre el COM.

Page 317: Halo fantasmas de onyx.

“Negativo,” respondió Kurt. “Rifles. Todo el mundo arrasen las laderas.” Luces de reconocimiento verdes parpadearon. Salieron de su cobertura y arrojaron ríos de fuego automático sobre el terreno rico en objetivos. Los Grunts de enfrente se sacudieron conforme las b alas alcanzaban sus cuerpos. Cayeron de espaldas a sus c ompañeros, quienes lucharon para mantener su impulso hacia del ante. Unidades de respiración perforadas arrojaron metano y florecieron en llamas. Muchos Grunts se inflamaron, cayeron escaleras abajo, y rodaron desesperadamente para ex tinguirse. Los Spartans soltaron cargadores, insertaron unos n uevos, y siguieron disparando metódicamente. Los Grunts frenaron y se detuvieron a la mitad de l as escaleras, cayeron hacia atrás, muertos y vivos, aún gritando, pero ahora de terror. Los sobrevivientes giraron y huyeron… y fueron acri billados. Montones de Grunts estaban al pie de la colina. Tan ques inversos de metano detonaron, y armadura y carne se elevaron en espiral en columnas de humo acre. Algunos Grunts se arrastr aron para salvarse. “Vigilen a los heridos,” ordenó Kurt. “Disparos ind ividuales.” Su equipo rápidamente los despachó. Entonces Kurt vio su error: Doscientos cincuenta me tros atrás, casi perdidos en el resplandor de la amplia sala, h abían Elites… ahora seguros detrás de los generadores de escudo e stacionarios. Kurt aumentó la magnificación de su HUD. Había tres grupos colocados equidistantemente alrededor de la colina… y 30 Elites en cada uno. “Doce, cuatro y siete en punto,” Kurt susurró en el TEAMCOM. “Problemas.” “Tenemos tres misiles SPNKr restantes,” ofreció Lin da. “Podría obtener una trayectoria sobre esas unidades de escu do.” Luego Kurt vio contornos que le hicieron un nudo en el estómago, siluetas que sobresalían sobre los más pequeños Eli tes. Tres parejas de Hunters, una en cada compañía. “Demasiada potencia de fuego,” dijo a Linda. “Los d erribarían antes del impacto. Vamos a esperar a que vengan por nosotros. Estén a la espera.”

Page 318: Halo fantasmas de onyx.

Por encima de ellos, las torres se inclinaron en un ángulo de 45 grados; la profundidad de la cima de la colina en e l centro era ahora de tan sólo seis metros. Kurt podía ver los a nillos concéntricos asentándose, centímetro a centímetro. Su temporizador de cuenta regresiva leía ‘17:41’. Un enemigo que estaba bien preparado y, Kurt tuvo q ue admitirlo, aventajándolos. Se movió hacia la Doctora Halsey. “¿Progreso?” susurró. La Doctora Halsey siguió mirando al espacio blanco comprimido en el centro. Se flexionó, y reveló una visión sugesti va de la luz del día normal más allá, y luego regresó a deslumbr amiento y distorsión. “No hay nada que pueda hacer para acelerar el cierr e de esta apertura,” murmuró. “¿Estás insistiendo aún en perm anecer aquí hasta el último momento posible?” “No podemos permitir al Covenant entrar,” dijo Kurt , “y no voy a enviar parte de nuestro equipo por delante. Sólo se debilitarían nuestras fuerzas aquí, y potencialmente dejaría cua lquier grupo de avanzada enfrentando Centinelas en el otro lado. ” Ella lo miró y suspiró. “Me encuentro renuentemente de acuerdo con tu análisis táctico.” Kurt desenfundó su pistola M6 y la puso junto a ell a. “Es posible que necesite esto. Doctora. Mantenga su cab eza abajo.” Ella tomó el arma y sacudió la corredera como si hu biera utilizado una muchas veces antes. Kurt se trasladó de nuevo a la saliente superior. Los Elites se habían extendido en tres líneas. Pres entaban escudos Jackal, vinculados entre sí, y comenzaron s u lento avance hacia la colina. Esta fue otra táctica inspi rada. Si los Spartans les disparaban, sólo acabarían a través de estos escudos desechables y todavía tendrían sus sobreesc udos personales con los que lidiar. Los pares de Hunters se alzaban en el centro de las formaciones. Las gruesas placas de aleación utilizadas para sus escudos eran impenetrables a cualquier arma que tenían. Kurt miró a Ash preparando su lado, y luego a su mo chila sobre el suelo. Dentro estaban las dos ojivas FENRIS arma das. Kurt comprobó dos veces el panel de control del detonado r en el socket de datos en su guante. Aún ahí. “Todos los escuadrones,” ordenó Kurt. “Contra los v ectores de

Page 319: Halo fantasmas de onyx.

entrada enemigos.” Ash y Olivia se acercaron a Kurt a sus siete en pun to. Kelly, Will, Holly, y Lucy se agruparon a las cuatro en pu nto. El Jefe Méndez, Fred, Mark y Tom tomaron posición a las doc e en punto. “A cincuenta metros,” continuó Kurt, “lancen granad as para romper esas líneas, primero de plasma para drenar e scudos, enseguida las de fragmentación. Ignoren a los Hunte rs. Seguimiento con fuego de francotirador. Cuando esté n lo suficientemente cerca, usen rifles.” “¿Qué tan cerca, señor?” preguntó Holly. Hubo un te mblor en su voz… no miedo, sino anticipación. “Cuando estén en las escaleras,” le dijo Kurt. “Kel ly, estate lista con las minas LOTUS.” Kurt sabía que no podían detenerlos a todos. Alguno s podrían llegar a la base de la colina. Y algunos podrían su bir las escaleras. Cuánto dependía de su habilidad, sincron ización, y una gran parte de suerte. Luces de reconocimiento verdes brillaron, y los Spa rtans se tensaron. Los Elites estaban a doscientos metros de distancia . No habían disparado un solo tiro todavía. Quienquiera que los comandaba mostró una moderación poco común. Kurt buscó la armadura de oro reluciente de un Maes tro de Nave o de Flota, pero solo vio el equipo de batalla rojo d e los Mayores Covenant en el campo. Cien metros. Los SPARTAN-III cambiaron de un pie al otro, un ges to nervioso no reflejado en los SPARTAN-II endurecidos por la batalla cuyos biosignos en la pantalla táctica de Kurt apenas mos traron un revuelo. A cincuenta metros vio a soldados Elite abriendo y cerrando sus cuatro mandíbulas articuladas como si anticiparan l a sangre humana. “Lancen… ahora,” ordenó Kurt. Trayectorias borrosas de plasma azul ardiente pasar on como rayo a través del aire, seguidas por granadas de fragmen tación. Los Elites vacilaron y una onda distorsionó a travé s de sus precisas líneas. Las granadas de plasma impactaron; hubo un destello blanco azulado que drenó grupos de escudos Jackal superpuestos y golpeó a muchos Elites en sus rodill as. Las granadas de fragmentación golpearon, rebotaron y ro daron en sus filas… y explotaron.

Page 320: Halo fantasmas de onyx.

Cuerpos y salpicaduras de sangre volaron por el air e; armaduras azules y rojas se desplomaron desde el centro de la explosión. Kurt levantó su rifle de francotirador y apuntó a E lites todavía aturdidos, sus sobreescudos debilitados y parpadean do. Los Elites Mayores gruñeron órdenes, y las líneas s e esforzaron para estrecharse. Kurt disparó un tiro, y la ronda desgarró el casco abierto de un Elite, emergiendo por la parte trasera en un spray de azul. A la derecha e izquierda de Kurt llegó el crepitar como de palomitas de maíz de tiros únicos, y más Elites en la línea quebrada cayeron. Tres Elites se mantuvieron firmes y devolvieron el fuego. Pernos de plasma impactaron en la piedra cerca de l a cabeza de Kurt. Sintió el baño de calor encima de las placas de su armadura SPI. Esto era lo que había esperado: caos. Él felizmente intercambiaría fuego cuando él tenía una visión, co bertura y ángulo superior. Un Hunter rugió de rabia, avanzó pesadamente hacia uno de los Elites regresando el fuego en lugar de volver a for mar la línea, y martilló ese Elite con un masivo puño… aplastando su columna vertebral. Girando, el Hunter le gritó a los otros dos Elites y ellos rápidamente cerraron filas. Kurt siguió disparando, matando uno a uno a los rez agados conforme su formación se agrupaba… disparando a un Elite en la articulación de la rodilla, a uno en el ojo, hasta que sus escudos Jackal se superpusieron. Tomó un rápido recuento de cadáveres. Once caídos e n la formación acercándose a su posición. Ellos continuaron su avance a menos de cinco metros de la base de las escaleras. “Mantengan su fuego”, ordenó Kurt. “Kelly, LOTUS a la espera” Las minas antitanque LOTUS parecidas a una flor hab ían sido colocadas en el punto crucial de los primeros escal ones y cubiertas con un cuadrado de manta reflectante plat eada que servía como camuflaje en la brillante luz. Dos grupos de cinco Elites se separaron de su línea y tomaron posiciones a ambos lados de las escaleras, anguland o sus escudos hacia la parte superior. Cinco Elites más se refugi aron detrás de ellos y abrieron fuego. Plasma y fragmentos de c ristal brillaron por la ladera.

Page 321: Halo fantasmas de onyx.

Kurt se agachó y el aire centelleó por encima. Se a rrastró hasta el borde y se asomó por encima. Los Hunters subieron las escaleras seguidos por el resto de los guerreros Elite… justo pasando el primer escalón. “Ahora,” le dijo a Kelly. Las LOTUS estallaron en un destello de múltiples pé talos de rayo, trueno y fuego, envolviendo a la fuerza próxi ma. Tres explosiones sónicas simultáneas hicieron eco e n las paredes. Kurt apareció con su rifle de asalto y abrió fuego. Ash y Olivia estaban a su lado, sus MA5K emitieron rondas hacia las escaleras. La pareja de Hunters, a medio camino por las escale ras, estaba aturdida y sangrando por la fuerza de conmoción, su s impenetrables escudos torcidos. Kurt apuntó al centro desprotegido del Hunter más c ercano. Rondas rasgaron en su carne expuesta. La maraña de gusanos dentro de su armadura se retorció e hicieron que la masa del monstruo pareciera hervir. Agarró su última granada de plasma, y se la equipó. La granada se pegó al abdomen del Hunter, brilló, y encendió una docena de gusanos naranjas simbiontes que constituí an su forma. Muchos cayeron, en llamas, ardiendo y gritando en l os escalones. El hunter se tambaleó hacia atrás y cayó, la Gestal t perdió cohesión y derramó un montículo humeante de gusanos . El Hunter sobreviviente se agachó detrás de su escu do, rugiendo un grito de venganza. Kurt recogió un rifle y se unió a Ash y Olivia, com binando fuego para penetrar los sobreescudos de los soldados Elit e restantes en las escaleras. Un grupo de Elites en la base se reagruparon, sus e scudos se regeneraron, y devolvieron el fuego. Ash y Olivia se agacharon detrás de cobertura. La colina tembló detrás de Kurt. Se volvió y vio a un par de Hunter caminar pesadame nte en la cima de las cuatro en punto, rodeados por una vangu ardia de tres élites con espadas de energía. Kelly reaccionó primero, se movió, agarró la muñeca de un Elite, y la partió. Ella siguió con el codo a la cara del Elite… torció

Page 322: Halo fantasmas de onyx.

la espada y acuchilló, cortando por la mitad, así c omo a los dos Elites a ambos lados. Giró para enfrentar a los Hunters. Por primera vez en su vida, ella fue demasiado lent a. Los monstruos habían apuntado sus cañones de barras de combustible a Kelly. La tenían. Holly saltó entre Kelly y las armas. Los Hunters dispararon, esbozando ambas Spartans en la cegadora radiación verde por una fracción de segundo. La sobrepresión de ambas detonaciones a quemarropa de cañón de barras de combustible lanzó a Kelly, Will y Lucy en el aire. Holly explotó hacia atrás… una rociada de armadura SPI líquida, carne desintegrada, y chorros de humo. Kurt estaba horrorizado, congelado, pero los instin tos y el entrenamiento hicieron clic en pleno vigor, y sin p ensarlo, se lanzó hacia delante antes de que los hunters pudier an terminar con sus compañeros bocabajo. El Hunter más cercano se volvió hacia él más rápido de lo que esperaba… deslizando su escudo de dos toneladas en el plexo solar de Kurt. La capa exterior de la armadura de Kurt se agrietó y las subcapas balísticas líquidas fallaron y salieron a chorros. El dolor atravesó su torso; sus costillas quebradas; t osió y la sangre salpicó el interior de su HUD. Se dejó caer como muerto en las botas del Hunter, a turdido, sólo recuperando el conocimiento suficiente para ver al Hunter elevar ambos puños por encima de él para el golpe final. El rifle de francotirador de Linda crujió. La regió n expuesta de la zona intermedia del Hunter estalló en una masa n aranja, pero se mantuvo milagrosamente de pie. Kurt se levantó, ignorando el dolor casi cegador, y cojeó hasta el borde. Will estaba entre ambos Hunters en la base de la co lina. Pateó al más cercano en la mitad desprotegida y se tambal eó hacia atrás. Alrededor de él estaba una docena de Elites quienes , ante la vista de un único Spartan enfrentando dos Hunters e n combate cuerpo a cuerpo, estuvieron momentáneamente demasia do aturdidos para actuar. Kurt y Lucy abrieron fuego, suprimiendo a los Elite s, antes de

Page 323: Halo fantasmas de onyx.

que recuperaran sus sentidos. Un Hunter arremetió con su escudo. Will se agachó, se lanzó dentro de su alcance, y maltrató su herida en la se cción media… golpeando a través de la carne y arrancando trozos retorciéndose de la colonia compuesta de gusanos. El segundo Hunter se anguló lejos de la lucha y lle vó su cañón para ofrecer soporte. Will dio la vuelta. El Hunter le disparó. El escudo de energía de Will desapareció, y el fren te de su armadura MJOLNIR se fundió. Dio un paso hacia la be stia, y colapsó. El Hunter se volvió y gritó a los Spartans encima d e la colina, y luego comenzó a poner su enorme escudo de nuevo e n línea… Un misil SPNKr chilló junto a la cabeza de Kurt, de jando una espiral de propulsor de escape, avanzó al Hunter, e impactó el centro muerto de su masa. El aire estalló en una borrosa esfera de fuerza exp losiva. Los Elites cercanos fueron echados a un lado como muñec os de trapo, sus escudos resplandeciendo. El Hunter explotó en u na nube de pedazos en forma de serpiente que húmedamente salpi caron en el suelo. Kurt giró y vio a Fred de rodillas junto a él, su g astado tubo de SPNKr humeando. Estaba en silencio. Nada se movió. Ni los Elites, los Hunters, o Willia m. Kelly y Linda finalmente se levantaron, sacudiéndos e la conmoción de la explosión del cañón de barras de co mbustible. Se pararon con Kurt y Fred y miraron a su compañero ca ído. Ash estaba de rodillas donde Holly había estado hac e un segundo. Allí estaban las siluetas de dos huellas de botas e n la piedra… nada más. Dos Spartans caídos en cuestión de segundos. Uno un viejo amigo, la otra una chica que Kurt había conocido desde que tenía cuatro años. Sin embargo, no podía detenerse y pensar en e so… no cuando ellos estaban rodeados de enemigos. Había aún muchas vidas que eran su responsabilidad. Kurt apartó la vista y evaluó la amenaza restante. Olivia, puesta a las siete en punto, le indicó a Ku rt que se

Page 324: Halo fantasmas de onyx.

acercara. Él cojeó hacia ella. “Ellos sólo se retiran,” susurró. Desde la base de la colina, el Hunter y los Elites sobrevivientes habían vuelto a formar su línea y se retiraban, ya cincuenta metros lejos. Kurt se dirigió a las doce en punto, hacia Méndez, Mark, y Tom. El Jefe Méndez se reunió con él. El viejo hombre nu nca había parecido tan sombrío. “Se están retirando aquí también, señor,” dijo Ménd ez. “No tiene sentido. El Covenant siempre pelea hasta el último. ” Los signos vitales de Will se detuvieron. La señal de Holly… estaba perdida por completo. Sobre el TEAMCOM dijo, “Ojos bien abiertos, todo el mundo. Kelly, trae a Will. Linda, cúbrela.” Ellas se movieron, pero ninguna luz verde de recono cimiento brilló, la única señal de su paralizante aflicción. Kurt se sentó, de repente demasiado cansado para pe nsar. Entonces se dio cuenta de sus biosignos: presión ar terial fallando, ritmo cardíaco irregular, electrolitos to dos mal. Había una hemorragia interna. Encontró una lata de bioespuma, insertó su extremo en el puerto de inyección de la línea media de su armadura, y la vació. El polímero líquido expansible enfrió su pecho. Cerró los ojos, y cuando volvió a mirar su presión arterial se había estabilizado. Su cabeza se había despejado. Fred hizo un breve gesto de ven aquí y Kurt atontad o se levantó y fue hacia su compañero. “Ahí.” Fred señaló al lado lejano de la cámara del núcleo. “Trescientos cincuenta metros. Intensifique la pola rización a noventa y cinco por ciento, señor, y usted los verá .” Su voz temblaba de rabia. Kurt oscureció su HUD, y entonces comprendió la raz ón de la retirada del Covenant. Más de un centenar de Elites nuevos se concentraban detrás de los generadores de escudos de energía. Aviadores Ba nshee pasaron de ida y vuelta sobre ellos. Cañones de plasma fuer on ensamblados por escuadrones de Grunts. En la parte frontal, Kurt vio un destello de armadura de oro, su líder… devol viéndole la mirada.

Page 325: Halo fantasmas de onyx.

“Nos han ablandado antes de la ofensiva principal.” susurró Kurt. “¿Órdenes, señor?” preguntó Fred. Entre el choque mental de perder a Holly, Will y Da nte, y el impacto fisiológico contra el que su cuerpo luchaba , Kurt había olvidado que estaba a cargo. Su deber de obtener la tecnología alienígena y preservar toda la raza humana volvió c on aplastante peso. En realidad, había pocas opciones restantes. Ellos podían luchar: avanzar para enfrentarse a est a amenaza antes que sus fuerzas fueran totalmente cristalizad as. En el terreno abierto sin embargo, sin artillería o blind aje o soporte aéreo, incluso los Spartans serían abatidos. Ellos podían correr: utilizar la ruptura Slipspace en el núcleo. La fuerza Covenant sin duda seguiría, posiblemente los destruiría, y ganaría más tecnologías Forerunner. E so no era aceptable. No cuando les había costado tanto llegar hasta aquí. Todavía estaba su última opción: las armas nucleare s. Si él no podía detener al Covenant, podía negarles su premio . Tomaría las cabezas nucleares en el núcleo y volaría todo al in fierno. “Mantenme informado y alerta,” le dijo a Fred, y lu ego cojeó hacia el centro. La Doctora Halsey se encontró con él. “Lo siento,” susurró. “Holly y Will…” Se detuvo a media sílaba y Kurt vio que sus lentes reflejaron las inestables líneas de sus señales TEAMBIO. No te nía idea de que ella pudiera interceptar sus canales COM cifrad os. “Estás herido,” dijo ella, y parecía mirar fijament e a su cuerpo. “Sangrado interno… tu hígado… laceración ma siva….” Su mirada volvió al centro, y su voz se convirtió en u n susurro. “Vas a desangrarte, Kurt, si no te opero. La única cosa que te mantiene junto por dentro es la bioespuma.” Kurt tuvo suerte de que ese escudo Hunter no lo hub iera cortado a la mitad. “Entiendo.” Volvió a revisar su tempori zador de misión: 6:32. “Voy a mantenerme unido por unos minu tos más. Después podrá hacerme lo que quiera.” Miró más allá de la Doctora Halsey a la brecha cent ral. Los anillos aquí estaban cerrándose más rápido. Las sal ientes eran de sólo una octava parte de un metro de altura y se contractaba visiblemente. Dentro de la grieta captó destellos de rayos solare s dorados. Había otros colores: verde, azul, y café, pero la d istorsión era tan grande, que Kurt no podía concentrarse en las f ormas que se

Page 326: Halo fantasmas de onyx.

extendían más allá. “Una vez que se cierre, ¿este campo Slipspace perma necerá intacto?” “No tengo ninguna razón para creer lo contrario,” r espondió ella. “impenetrable…” Kurt susurró. “A cualquier fuerza en nuestras tres dimensiones no rmales, sí.” Los Centinelas, los anillos de Halo, este así llama do ‘mundo escudo’, y el diseño de mecanismo de reloj que los Forerunners habían puesto en marcha hace milenios estaba a punt o de terminar… y tenía sentido para Kurt. Por lo menos tenía sentido en términos de que él ah ora tenía una opción ganadora. Despolarizó su HUD y la miró. “Creo que entiendo lo que estaba tratando de decirme, Doctora. Los Forerunners edifi caron esta construcción para proteger a estos ‘Reclamadores’ d e las detonaciones de Halo. Como un refugio antibombas. P ero nunca llegaron a su interior. Usted va a utilizarlo para los Spartans.” “‘Detrás del borde afilado del escudo’,” citó la Do ctora Halsey. “Seguro… tal vez de todo.” Intercambió miradas con ella y asintió. “Voy a enviar al Equipo Saber, Méndez y a usted por delante”. Ella parpadeó. “pensé que habías dicho que permanec iéramos juntos.” Por las dos últimas décadas Kurt había luchado por mantener a sus Spartans vivos. ¿Pero qué pasa si la Doctora Ha lsey estaba en lo correcto y todas sus batallas no significaban nada? ¿Qué pasa si, sin importar cuán valiente fuera el combat e, ellos no podían ganar esta guerra? ¿Tenía sentido morir, o e ra mejor vivir para pelear otro día?... incluso si ese ‘día’ estaba muy lejos. Se volvió hacia los Spartans. “Tom, Lucy, Equipo Sa ber”, dijo sobre el COM, “coloquen a Dante y a Will en las vai nas. Saber seguirá adelante y explorará el núcleo.” Tom y Lucy asintieron, y con la ayuda de Olivia y M ark, reunieron a los Spartans caídos. Ash saltó en el centro y se acercó. “Señor,” dijo, “no vamos a abandonar la lucha.” “Esto no se trata de una pelea,” Kurt le dijo. “Tie nes una

Page 327: Halo fantasmas de onyx.

misión que cumplir, hijo. Lleva a cabo mis órdenes. ” “Entendido, señor.” Ash les hizo un gesto a Olivia y Mark de unirse a é l cerca de la ruptura. “Vayan,” les dijo Ash. Hubo un par de llamaradas y se desvanecieron. Ash dudó, su mano se levantó como si fuera a saluda r, pero se detuvo, recordando la orden permanente de ‘no salud ar en las zonas de combate’. Se paró recto, le dio a Kurt un gesto, y saltó después de sus compañeros de equipo. Kurt tecleó el COM, “Saber Uno, ¿me lees?” “Vamos aaaaa…” La voz de Ash pasó a los ultrasonido s. “¿Saber Uno? ¿Ash?” La estática inundó el canal. Ni siquiera una señal COM podía atravesarlo… una ob servación que sólo reforzó la convicción de Kurt de que estaba ha ciendo lo correcto. Esperó lo mejor, esperó que Saber y los d emás estuvieran bien. Sus suboficiales empujaron los criotubos y los cuer pos de Will y Dante a través. Más destellos. Silencio. “Jefe. Doctora,” dijo Kurt. “Ustedes siguen.” Méndez miró a la ruptura espacial y luego a Kurt. T ragó saliva, y dijo, “Sí, señor. Nos veremos en el otro lado.” Por primera vez, la Doctora Halsey no tenía nada qu e decir. En cambio, hizo el tradicional gesto de ‘sonrisa’ Spar tan con dos dedos sobre su cara. Ella parpadeó rápidamente, y l uego se volvió hacia la fisura. Méndez tomó su mano y dieron un paso… Y se fueron. “Están empezando,” anunció Fred sobre la COM. “Protejan la entrada, ustedes dos,” ordenó Kurt a L ucy y Tom. Kurt se trasladó de nuevo hasta el borde de la coli na y vio con Fred como 150 Elites dirigiéndose hacia ellos. Esta vez no fue una lenta y cuidadosa marcha con lo s escudos superpuestos. Ellos cargaron en masa. Banshees se p recipitaron en el aire y sobre la formación, dos arriba y dos a bajo,

Page 328: Halo fantasmas de onyx.

acelerando por delante de la infantería Covenant y después sobre la colina. Se escondieron detrás de las torres, y luego Linda salió conforme los Banshees pasaban. “Los tengo.” El rifle de precisión de Linda fue a s u hombro. Ella se quedó inmóvil por un instante, luego dispar ó una vez a los voladores de atrás, movió su objetivo ligeramen te, y disparó una vez más. Los pilotos de los dos Banshees posteriores cayeron . Sin pilotos, los Banshees chocaron con el suelo, rebota ron, y desataron su fin. Linda soltó el cargador, examinó la cámara, cicló e l cerrojo, y luego lo dejó. “Estoy fuera.” Kurt, Kelly y Fred apuntaron con sus rifles de asal to a los voladores restantes y abrieron fuego. Rondas trazad oras arquearon en el aire y se suturaron sobre los Bansh ees. Humo salió del líder, y estalló en una bola de fuego que manchó a través del aire. El último Banshee solitario se levantó y voló en cí rculos hacia atrás. La horda de Elites y Hunters estaba a sólo doscient os metros de distancia. Algunos en sus filas dispararon, y salva jes pernos de energía pasaron por encima. Las torres ahora yacían treinta grados sobre la cub ierta, y la ‘colina’ era sólo tres metros de alto. Kurt sabía q ue ellos pronto no tendrían ninguna cobertura. Fred miró al humeante cerrojo abierto de su MA5B. “ Estoy fuera, también,” dijo. Kurt abrió el subdirectorio administrativo en su HU D de datos y accedió al expediente del SPARTAN-104. “En calidad de Oficial Jefe del Equipo Azul, por la presente te concedo un a promoción de campo al rango de Teniente, Grado Júnior,” le di jo Kurt a Fred. “Felicidades.” Fred sacudió la cabeza, sin comprender. Kurt subió el cambio de rango de Fred, y su ícono I FF parpadeó a la insignia de estrella y barras de Teniente. “Como un oficial, tendrás que mantener el ojo en la situación más grande, Fred. Lleva tu equipo a través de ese c ampo Slipspace. Estaré justo detrás de ti.” Linda y Kelly se reunieron alrededor de ellos. Kelly susurró, “Te perdimos una vez, Kurt. No vamos a dejarte de nuevo.”

Page 329: Halo fantasmas de onyx.

“Nadie está dejando a alguien atrás,” Kurt le asegu ró. “Sólo tengo que arreglar un pequeño regalo de bienvenida para nuestros amigos.” Tomó el paquete con las cabezas FENRIS, y lo giró sobre su hombro. Kelly, Linda, y Fred intercambiaron miradas. “Estaré justo detrás de ustedes,” les dijo Kurt. “A hora, vayan. Los SPARTAN-III van a necesitarlos.” Una lluvia de fragmentos de aguijoneador arquearon hacia arriba y sobre la cima de la pendiente, impactando las sup erficies a su alrededor. Los Spartans se juntaron, presentando la menor supe rficie de objetivo, sus escudos de energía brillando acorde l as rondas de cristal detonaban. Las placas endurecidas de la armadura SPI de Kurt s e agrietaron y la conmoción sacudió sus huesos y astilló la bioe spuma endureciéndose en su abdomen. Él probó la sangre fr esca. El bombardeo cesó. “¡Dense prisa!” les dijo Kurt. Todos ellos corrieron hacia el centro. La ruptura s e estaba desvaneciendo y ahora sólo era de un metro de lado a lado. En el fondo, Kurt vio una cinta de azul y plata. ¿Agua br illando en la luz del sol? Kelly y Linda entraron sin vacilar; Fred se detuvo, giró y le tendió la mano. Kurt la tomó y la estrechó. Fred dio un paso atrás y desapareció. Sólo Tom y Lucy quedaban, aún protegiendo la brecha . Sus armaduras SPI tomaron e imitaron los rayos solares de oro en la fisura. “Bien, ustedes dos…” “Con el debido respeto, señor” Tom dijo. “No vamos a irnos. Tendrás que hacernos una corte marcial.” Lucy no dijo nada, pero dio a entender su intención de luchar levantando su último lanzador de misiles SPNKr. La ruptura onduló, se atenuó y se contrajo a apenas medio metro. “No hay tiempo para esto,” gruñó Kurt. Tom se acercó un paso más a Lucy.

Page 330: Halo fantasmas de onyx.

Por supuesto, Kurt había sido tonto al pensar que T om y Lucy lo abandonarían después de tantos años juntos… órdenes o no. Tal vez ellos incluso sabían lo que él tenía en mente. “De acuerdo, ustedes ganan. ¿Cuánta munición tienen ?” Kurt se movió hacia Tom. “Vamos a juntar nuestras reservas. ” Tom bajó la mirada a su rifle… Kurt lo golpeó, su palma aplanada se conectó con la parte inferior del casco de Tom. El impacto levantó al Sp artan medio metro sobre el suelo, y aterrizó como muerto. Kurt volteó hacia Lucy y levantó un dedo de adverte ncia, indicando que se quedara dónde estaba. Revisó los signos vitales de Tom. No había huesos r otos. No había edema cerebral. Sólo inconsciente. “Vivirá,” dijo. “Ambos van a vivir. Ahora dame una mano.” Sombras cruzaron la colina, y cincuenta metros arri ba Kurt vio tres Banshees pasar. Lucy dejó caer el lanzador de misiles y ayudó a Kur t a levantar a Tom. Kurt rodeó con su brazo lastimado su hombro. “Usted es dos no sobrevivieron a Delta Pegasi para morir aquí,” le d ijo. “Hay mucho aún para ustedes por hacer.” Ella sacudió la cabeza violentamente atrás y adelan te. “Sí,” dijo. “No me hagas…” Su visión se empañó y una ola de vértigo se apoderó de él. Su corazón luchaba, bombeando más fuerte y más rápido. Hubo un hilo caliente en su estómago. Estaba perdiendo más sangr e. Cayendo en shock. Pernos de plasma llenaron las piedras cercanas, des trozándolas, a la vez que Banshees gritaban en una carrera de ametrallamiento. “Por favor,” susurró. Lucy llegó hasta el HUD de Kurt, tocando con dos de dos su boca. Se esforzó por hacer un sonido pero lo único que co nsiguió fue un llanto medio ahogado. Él tomó su mano, le dio un apretón, y la dejó ir. Lucy se detuvo, miró a Kurt por última vez, y luego se deslizó en la ruptura. “Adiós,” dijo Kurt.

Page 331: Halo fantasmas de onyx.

Se habían ido. Todos ellos. Ahora Kurt podía concentrarse en lo que había que h acer. Recogió el MA5K de Tom. Su contador de munición ind icó la mitad del cargador. Lo tendría que hacer. Agarró el últim o lanzador de misiles, también. Estaba seguro de poder encontrar un uso para él. La ‘colina’ alrededor del centro era de sólo un met ro de altura y se contraía rápidamente conforme los anillos conc éntricos se recostaban en el suelo de la cámara. Las torres con forma de aleta se doblaron hacia dentro, casi planas contra el suelo. Elites francotiradores se asomaron por encima de la colina y dispararon un grupo compacto de plasma. Kurt era demasiado lento para esquivar los disparos . Su armadura SPI se calentó, agrietó y la mitad de su placa pect oral se hizo añicos. Humeando, Kurt se dejó caer de rodillas. La negrura nubló su mente. Se esforzó por permanecer consciente… se abr ió camino de vuelta por pura fuerza de voluntad, y su visión se aclaró. Los francotiradores se apartaron, sin molestarse en acabar con él. Más Elites aparecieron en la colina, de ahora s ólo medio metro de altura, hundiéndose incluso más rápido hac ia una topología de nivel. Una pareja de Hunters apareció en la ligera elevaci ón y evaluó a Kurt. Resoplaron, no impresionados. Casi ahí, pensó. Casi hecho. Casi ganado. Kurt cogió el lanzador SPNKr y disparó desde la cad era. El misil avanzó hacia un Hunter, explotó, y lo golpeó fuera de la cima. Kurt apuntó con su rifle de asalto y roció al otro Hunter, pero se cubrió detrás de su escudo. El cerrojo del rifle tabaleó… vacío. El Hunter se levantó y gruño. Su compañero, ensangr entado y todavía humeante del impacto del misil, pisoteó a K urt, sus manos listas para hacerlo pedazos. Kurt arriesgó una mirada hacia atrás. La ruptura er a sólo un parpadeo ahora, y disminuía. Su temporizador de misión leía ‘0:47’ Un ladrido brusco detrás de los Hunters les hizo de tenerse en seco. Un Elite en armadura dorada se dirigió hacia ellos, honrando a

Page 332: Halo fantasmas de onyx.

Kurt con una mirada que era parte desprecio… y part e respeto. Farfulló órdenes a los Hunters y a los otros. Un rugido de estruendoso triunfo estalló de los Cov enant reunidos. Kurt luchó para levantarse. Había más dolor del que había sentido nunca, y sus piernas se habían convertido e n arena húmeda. Su visión se hizo de túnel… pero él se puso de pie… y levantó ambas manos en postura de lucha. “No han ganado,” Kurt dijo. “Todavía tienen que ven cerme para pasar.” El Maestro de Flota evaluó a Kurt y asintió, tal ve z entendiéndolo, tal vez no. Contempló a Kurt como a un igual. Un compañero guerrero. A su alrededor los anillos concéntricos se asentaro n en el suelo, y con un silbido susurrado, todos los bordes se fundieron en una sola superficie lisa. Las aletas aterrizaron en silencio, trece armazones de sujeción extendidos dos metros d esde el centro de la cámara. Su temporizador de cuenta regresiva parpadeó ante é l: ‘0:00’. Exhaló. La brecha estaba cerrada. Kurt abrió su lista de equipo –subtítulo de estado– y movió a Will, SPARTAN-043; Dante, SPARTAN-G188; y Holly, SP ARTAN-G003 a la columna de perdidos en acción, adhiriéndose a la tradición de nunca registrar un Spartan caído como ‘muerto en ac ción’. Kurt a continuación resaltó al Teniente Comandante Kurt Ambrose… y movió ese nombre a la lista de MIA también… a un lado de Kurt, SPARTAN-051. La habitación empezó a girar. Su boca se secó. Trat ó de tragar. No podía. Su visión se dobló y le pareció ver a Tom y Lucy vo lver por él… pero no eran ellos. Eran Shane, Robert, y Jane del Equipo Wolf Pack. Había cientos de Spartans con él en la plataforma… de las compañías Alfa y Beta, Dante, Holly, Will, e inclus o Sam… todos listos para luchar y ganar esta última batalla con él ¿Alucinación? Quizá. Era no obstante bienvenida. Los fantasmales Spartans asintieron, y le dieron la señal de aprobación “puedes hacerlo”. Kurt no los defraudaría. Todo lo que tenía que hace r era detener sin ayuda de nadie a un ejército Covenant. Una últi ma misión

Page 333: Halo fantasmas de onyx.

imposible… la definición corta de cualquier Spartan . Era lo menos que les debía. El Elite Maestro de Flota le gruñó a Kurt, y la tra ducción se filtró a través del altavoz de su casco: “Una últim a pelea, demonio. Vas a morir y nosotros abriremos de nuevo el camino plateado.” “¿Morir?” Kurt se echó a reír. “¿No lo sabías?” le dijo al Elite. “…los Spartans nunca mueren.” Kurt giró su guante bocarriba y apretó el detonador .

Page 334: Halo fantasmas de onyx.

EPILOGO

MUNDO ESCUDO

Page 335: Halo fantasmas de onyx.

CAPITULO CUARENTA

2205 HORAS, 04 DE NOVIEMBRE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ SISTEMA ZETA DORADUS \ LUNA DE ONYX \ A BORDO DEL MEDOREADOR DUSK. “¡Señor, algo!” El teniente Joe Yang inclinado sobr e la estación de censores, lanzas de energía bailando en la panta lla. “Doble lectura BMP. Subsuelo.” Sacudió la cabeza y tiro de una ceja con nerviosismo. “Múltiples lecturas de energía ahora. Cientos. Todas bajo tierra.” El Comandante Lash y el Teniente Comandante Waters se colocaron sobre el hombro de Yang y trataron de hacer sentido de eso. “Definitivamente armas nucleares,” respiró Waters. “Relaciones radiológicas indican que es uno de los nuestros.” Los pulsos electromagnéticos se perdieron en un mar turbio de formadas ondas. “Eso es mucha más energía que dos c abezas Fenris,” dijo Lash. “Algo grande está pasando allá abajo.” Exhaló, y su respiración se hizo en escalofríos tem blorosos. Nadie se dio cuenta. Abrió un canal SHIPCOM a Cho. “Situación de los con densadores Slipspace?” “Siete-tres por ciento,” Cho contestó, “perdiendo p unto tres por ciento por minuto.” “Espera para calentar el reactor,” Lash dijo “y des vié todo el poder al sistema Slipspace.” Hubo una pausa larga en el COM, entonces, “Sí, seño r. Cho fuera.” Poner a calentar los reactores enviaría una señal a la armada Convenant. Lash esperó, sin embargo, cualquiera que fuera esta actividad del lado del planeta fuera que les distra jera y diera al Dusk una oportunidad para finalmente escapar. La teniente Bethany Durruno se mecía en su asiento, sus ojos pegados a los tres satélites de transmisión enlazad os a su estación de navegación. Ella golpeó en un trío de c ontroles micro propulsores, manteniendo los satélites VIUDA NEGRA apenas sobrevolando en el rango de contacto extremo. Ella estaba justo en el límite. Por lo demás, por l o que fueron Yang y Waters. Incluso bajo cubierta Cho estaba mos trando signos clásicos de abstinencia que acompañó a la fatiga de l combate. El Dusk había sobrevivido a la destrucción de la fl ota del Almirante Patterson, y luego se quedaron tranquilos y camuflados en la oscuridad, mientras la armada Covenant corría justo sobre ellos. Eso había sido lo más duro de su tripulación … moviéndose

Page 336: Halo fantasmas de onyx.

metro a metro hacia la Luna, flotando a través de u n campo de escombros llenos de pedazos de cascos de buques del UNSC, capsulas de escape destruidas… y miles de cuerpos d e los valientes hombres y mujeres en la Armada. Ellos lo habían hecho sin ser detectados hacia el l ado opuesto de la luna plateada de Onyx, y suavemente vinieron a descansar a la sombra de un cráter. Mientras que el Dusk se est ablecía a la superficie. El teniente comandante Cho había lanzad o tres satélites de sigilo VIUDA NEGRA, para que pudieran vigilar a las fuerzas del Covenant. “Ondas de energía extendiéndose en todo el planeta, señor,” dijo Yang, totalmente confundido por sus lecturas. “Ponlo en pantalla,” ordenó Lash. Las tres principales pantallas parpadearon a la vid a a medida que se alimentaban de sus satélites transmitiendo i mágenes de Onyx: océanos de nubes color lapis y perla, contine ntes esmeraldas con zigzagueantes cordilleras. En órbita alta se deslizaban buques Covenant. Se movían en grupos, hi rviendo azul sobre el negro del espacio. Un punto apareció en la superficie del planeta… una llamarada roja que se arqueó hacia arriba, derramando rocas f undidas y ceniza. Tres más parpadearon sobre... a continuació n, una docena más brillaron... luego cientos. Dentadas grietas desgarraron entre las erupciones y un patrón de ardientes telas de araña por las fisuras distribuid as en el mundo. Llegaron a las regiones polares y las capas de hiel o detonaron en géiseres de vapor. “Bombardeo de Plasma,” Waters susurró. “El Covenant esta cristalizando el lugar.” “Plasma no detectado, señor,” dijo Yang. “Toda la e nergía proviene desde el interior del planeta.” Un solo rayo de luz atravesó las engrosadas nubes… un cegador tono dorado que rebano la atmosfera superior y disp aro hacia el espacio. Espectros ondeantes brillaron en la pantalla de Yan g. “Hemos visto eso antes,” dijo Lash. “Fuego combinad o drone.” Un segundo haz se unió al primero, a continuación, miles brillaron e irradiaron desde la superficie de Onyx… centelleantes lanzas llenaron el espacio y transfor mó el mundo en un erizo de mar de pura energía. Las naves Covenant capturadas por los rayos desapar ecieron, ionizadas instantáneamente.

Page 337: Halo fantasmas de onyx.

Onyx destrozado y la superficie explotó hacia el es pacio. Oculto por capas de polvo y fuego, un patrón ardien te emergió por debajo: cruces, líneas y puntos. “Modifique a un factor mil,” ordenó Lash. Yang estaba congelado. Waters se inclinó y tocó en el comando. La vista en la pantalla parpadeó y dio un paso más cerca… pasando aire hirviendo, nubes, montañas cayendo… ac ercándose al nivel del suelo, revelando un entramado de barras d e tres metros de largo y medio metro de ardientes esferas rojas q ue flotaban entre ellos, formando una estructura cristalina. “Vuelve atrás,” dijo Lash. La vista retrocedió y demostró que este andamio con struido de drones se extendía por kilómetros... ellos habían e stado bajo cada masa de tierra, cada océanos... en toda la sup erficie… ordenadas filas relacionadas como los enlaces de ca rbono de una cadena de polímero infinito, o una inmensa colonia de hormigas ejercito viviendo interrelacionada. Los drones eran el planeta Onyx. “Hay miles de millones de ellos,” la teniente Durru no susurró. Racimos de drones calentaron; culminantes rayos lan zaron de nuevo, dirigidos a los más distantes buques Covenan t y vaporizándolos. “Ellos están protegiendo este lugar,” dijo Waters. “¿Por qué?” “Ondas de choque detonando desde la superficie impa ctando el lado lejano de la luna en siete segundos,” Durruno dijo. La sangre se dreno de su rostro. Las pantallas se llenaron de estática. “Satélites perdidos,” exclamó Yang. “Cho,” dijo Lash. “Ponga a calentar el reactor y de scarga todos los condensadores. ¡Ahora! ¡Salgamos de aquí!”

Page 338: Halo fantasmas de onyx.

CAPÍTULO

CUARENTA Y UNO OO HORAS, 4 DE NOVIEMBRE 2552 (CALENDARIO MILITAR) \ LOCALIZACIÓN INDETERMINADA DENTRO DE LA CONSTRUCCIÓN FORERUNNER CONOCIDA COMO MUNDO ESCUDO. Los Spartans y la Doctora Halsey se reunieron en to rno a las tumbas de William y Dante. Era un magnífico lugar: La luz del sol moteaba el r ío que fluía más allá de este bosque de robles. Un camino circun dado con ónice (Piedra semipreciosa con capas alternas de co lor) curveó a través del área. Habían buscado algunas tablas, esc ribieron los nombres de William y Dante, y erigieron dos más pa ra servir de indicadores para Holly y el Teniente Comandante. Senior Chief Petty Officer Mendez leyó de un pequeñ o libro negro de cuero: “Hemos llegado a un lugar lejos de casa / Bastante tiempo a pasado desde que hemos visto la a scensión del sol / Un lugar donde finalmente la paz puede llegar / Un lugar donde podemos descansar y podemos reírnos y podemos cantar y podemos amar otra vez.” Él suspendió su cabeza y cerró el libro, Un Cuento de Soldado: Guerra en la Selva Tropical, el clásico militar esc rito en 2164. Hubo un momento de silencio. “Buen detalle para terminar,” Fred les dijo. Ash colocó una gastada envoltura de bronce en cada indicador, una señal de respeto para sus compañeros Spartans. Él no sabía qué otra cosa hacer. Había sido un día completo y medio desde que el Ten iente Comandante los había comandado en la grieta, y un d ía y medio desde que él había silenciado, dejándolos aquí desa mparados a todos ellos. El shock de perderlo y a los demás no había termina do completamente. Todos ellos se sentían entumecidos y vacíos. Los Sp artans usualmente no tenían el lujo de sentir pena (triste za); La contemplación de los muertos era casi siempre trunc ada por otra misión, una batalla, y su enfoque reorientado para el cuadro estratégico mayor de salvar a la humanidad.

Page 339: Halo fantasmas de onyx.

… No esta vez. La grieta Slipspace había sido estable cuando Docto ra Halsey y el Jefe Mendez primeramente habían atravesado, desc endiendo tres metros sobre una colina cubierta de hierba. Las vai nas cryo y el Equipo Saber habían seguido poco tiempo después. Ob servaron como la abertura luego comenzó a colapsar. Cuando Fred, Linda, y Kelly aparecieron, inmediatam ente trataron de regresar. Tom y Lucy habían caído a través de la abertura, y para entonces la grieta era muy pequeña. Sólo podía n observar como se comprimía de vuelta a un singular punto flu ctuante y desapareció. La mayor parte de ellos había pensado que el pasaje Slipspace los desplazaría a un cuarto interno dentro de la co nstrucción artificial conocida como Onyx. Nadie, ni siquiera la Doctora Halsey, se había prep arado para esto. En lo alto brillaba un sol dorado. El cielo, si así podía llamarse aquello, podría ser de color azul verdoso en el horizonte pero rápidamente ahondó hasta índigo y ne gro, luego calentó otra vez a medida que se acercaba el sol. N o había estrellas. La superficie se extendió en todas las direcciones… los prados, los ríos, los lagos, los bosques, los caminos serpe nteaban perfectamente planos. Todo plano, es decir, hasta q ue Linda divisó a través de su zoom Oráculo. Ella luego desc ubrió que cada horizonte se inclinaba hacia arriba hasta que estas superficies curvadas desaparecían en la distancia e xtrema. Linda dijo que tenía la impresión de que estaban al pie de un tazón grande. La Doctora Halsey les había asegurado que ellos def initivamente no estaban en un ‘tazón’. “Una Esfera,” ella dijo, repitiendo esto por tercer a vez al Jefe Mendez, “es donde estamos.” El Jefe se sentó en la hierba. “Una vez más,” él di jo, “explíqueme eso, por favor, Doctora. Lentamente.” La Doctora Halsey suspiró, alineó su falda, y luego se sentó al lado de él. “Muy bien, Jefe” Ella abrió su computad ora portátil, y números, gráficas, y análisis espectroscópicos br illaron intermitentemente en la pantalla. Los Spartans también se reunieron para escuchar. En realidad, mientras entendían los principios científicos que d irigieron a la Doctora Halsey a sus conclusiones, realmente aún no creían en ellas.

Page 340: Halo fantasmas de onyx.

“Comenzaremos con esto así es que… lo llamaremos so l. Ella señaló directamente hacia arriba y luego gesticuló hacia los datos en su pantalla. “Los espectros y la salida de energía son coherente con un tipo G2 enano, uno de dimensiones ligeramente más pequeñas que la del Sol. A continuación, usted notará la curvatura de este m undo, cóncavo, como visto directamente desde el zoom de f rancotirador de Linda.” Ella tabuló a una nueva pantalla y dibuj ó la estrella y una curva tan arqueada hasta completar un círculo completo. “Calculando, calculó un diámetro de ciento cincuent a millones de kilómetros… dos unidades astronómicas, o un radio e quivalentes a la distancia de la Tierra orbitando alrededor de su sol. ¿Conclusión?” Ella hizo una pausa para el efecto dr amático. “estamos dentro de una esfera Micro Dyson.” Ash se sacó su casco y enérgicamente se rascó la ca beza Con ambas manos. “Eso no puede ser correcto,” él pr otestó. “Dimos un paso a través de la falla y aparecimos aq uí instantáneamente. Aun en espacio Slipstream habría tomado bastante tiempo viajar a otra estrella” “Absolutamente correcto.” La Doctora Halsey dijo, “ pero no hemos salido de Onyx.” “Ésta es la parte que no recibo,” Kelly susurró. “El control de la tecnología Slipspace de los Forer unners esta mucho más adelantada a la nuestra o la de los Coven ant's,” la Doctora Halsey explicó. “creo que esta esfera resid e en el centro del planeta, encapsulada y al abrigo de una burbuja Slipspace de dimensionalidad comprimida.” El jefe Mendez miró alrededor y meneó su cabeza, in capaz o no dispuesto a aceptar su interpretación de los hechos . “Si todo esto es cierto. Doctora,” Fred dijo, “y lo s Forerunners crearon esto como un refugio, un refugio para prote gerlos de los Halos o el Flood, entonces ¿por qué ellos no están aquí?” La Doctora Halsey se encogió de hombros y pronunció las palabras que nadie pensaba que fuera capaz de pronunciar: “N o sé.” Ella cerró su computadora portátil. “¿Algo salió mal con su plan? ¿O fue todo planificado? Nunca podremos saberlo. Por q ué el Flood sobrevivió hasta el día de hoy y dónde fueron los F orerunners son misterios que nos falta solucionar.” Permanecieron allí un minuto, quietos, considerando cuidadosamente la escala de este lugar, los secreto s de los Forerunner de eones de antigüedad, y trataron de in tegrarlo en los acontecimientos de las últimas semanas. Fred luego agarró su rifle y dijo, “Ash, conduzca a su equipo y recoja nuestros suministros. Nos desplegamos en cin co.” “Sí señor” Ash se colocó su casco. Él y los otros S PARTAN-III se movieron como si fueran sacudidos por relámpago.

Page 341: Halo fantasmas de onyx.

“Jefe,” Fred le dijo a Mendez, “quiero una cuenta d e cada ronda de munición que tengamos.” “Señor.” Mendez se puso rápidamente en pie. “estoy en eso.” “Con el debido respeto. Teniente,” la Doctora Halse y dijo, y permaneció sentada. “¿Dónde exactamente usted tiene la intención de ir? Deberíamos descansar, pensar, y deberíamos c urar nuestras heridas. Hemos perdido a tantos…” “Sí, tenemos,” Fred contestó. “Que es por lo qué no s estamos moviendo. Dante y Holly dieron sus vidas luchando. Kurt se quedó atrás e hizo seguro que el Covenant no nos siguiera . Ahora es nuestro deber completar la misión: Encontrar las te cnologías Forerunner y llevarlas de regreso a Tierra.” Él dis minuyó su voz y agregó, “Haciendo menos deshonraríamos sus sacrif icios.” Linda se movió al lado de él y dijo, “Sugerimos que comencemos encontrando la manera de abrir las vainas cryo del Equipo Katana, señor. Obténgalos y diríjalos.” “¡sí!” Kelly dijo, y se unió a ellos. “Agriete los campos Slipspace en esas cosas, y tal vez encontraremos al guna forma para averiarlas y salir de este lugar, también.” La Doctora Halsey los miró y empujó sus gafas arrib a del puente de su nariz. “Ya veo. Usted entiende que mientras e xternamente, este espacio sólo puede ser de unos pocos metros de diámetro en del centro de Onyx, internamente, su dimensionalida d comprimida concede una superficie de área” ella levantó su cab eza, calculando “muchas veces la superficie de la tierra .” Fred miró hacia Kelly y Linda, y él dijo, “Luego me jor comenzaremos. Hemos conseguido un montón de tierra para cubrir.” La Doctora Halsey se levantó, suspiró profundamente , y apartó la hierba de su delantal de laboratorio. “Muy bien, re cogeré mis cosas.” Ella caminó a grandes pasos y los Spartans le obser varon irse. Kelly murmuró, “¿Usted piensa que John esté todavía allí afuera? ¿Quiero decir vivo?” “Sí,” Linda dijo. “Él tiene que estarlo,” Fred le dijo a ella. “Él es el único que puede salir a detener al Covenant.” “Mientras estemos atorados aquí adentro.” Kelly pat eó la hierba. “¿Estas de acuerdo en tomar a los demás? ¿El Equipo Saber?” “Son niños,” Fred dijo. “Pero también lo fuimos una vez. Pienso que son Spartans, como nosotros.”

Page 342: Halo fantasmas de onyx.

Ash trotó hasta ellos, Olivia y Mark quedándose atr ás, levantando paquetes. “Todo listo, señor,” Ash dijo. “Bien.” Fred colocó una mano en el hombro de Ash, y asintió hacia los demás. “Bienvenidos al Equipo Azul, Spartans,” Kelly dijo. “vamos a ser un gran equipo.”

Page 343: Halo fantasmas de onyx.

Vocabulario.

Absolution : Absolución.

All Under Heaven : Todo Bajo el Cielo.

Amura de Babor : es la dirección entre la proa y babor, en un barco -o en este caso, una nave.

AP: Perforating armor; Perforador de Blindaje.

APC: Código de Procesamiento de Actividad.

Arbol de baniano : Un árbol indio del higo, cuyas ramas producen ancho extendiéndose raíces aéreas que lueg o se convierten en troncos accessory.

ASAP: Tan pronto como sea posible.

Astrogación : Acto de navegar una nave espacial.

Biométrico : aplicación de análisis estadístico para datos biológicos.

blackbody : Cuerpo negro, objeto que absorbe todas las longitudes de onda de la radiación electromagnética y es también el emisor más eficiente de longitudes de onda (Físi ca).

Blip : punto de luz en la pantalla del radar indicando l a presencia de un objeto.

Bloodied Spirit : Espíritu Sangriento.

Bogies : Aeronave no identificada.

C y C : Comando y Control.

Page 344: Halo fantasmas de onyx.

CENTCOM: Centro de Comando.

Centennial Orbital Elevator/COE : Elevador Orbital Centenario.

Chief Petty Officer : Suboficial en Jefe.

Circumference : Circunferencia.

Cisma : significa división, discordia o desavenencia entr e los individuos de una misma comunidad.

Collimated : Colimar; Obtener un haz de rayos paralelos a partir de un foco luminoso; ajustar la visual de un aparato.

Coral Sea : Mar de Coral.

CPO: Chief Petty Officer; Jefe Suboficial de Marina.

Deconvolución : se refiere a las operaciones matemáticas empleadas en restauración de señales para recuperar datos que han sido degradados por un proceso físico que puede describirse mediante la operación inversa, una convolución.

Deep Winter : Invierno Profundo.

Delphi : Delfos.

DI : Drill Instructors; Instructores de Entrenamiento.

DUSK: Anochecer.

EMP: Pulso Electromagnético.

Endless Summer : Verano Infinito.

Estacato : Pasaje musical que tiene distinto quiebres entre los tonos sucesivos.

ETA: Esteemed time arrived: Tiempo estimado de llegada .

Eternal Spring : Primavera Eterna.

Falcon Wings : Alas de Halcón.

Far Sight Lost : Lejana Visión Perdida.

Flash- burn : Quemadura causada por una exposición muy breve de intenso calor radiante (característica de una qu emadura causada por explosión atómica).

Page 345: Halo fantasmas de onyx.

FLEETCOM: Comando de Flota.

Fougasse : Mina improvisada echa de dinamita y proyectiles e n un hoyo.

FTP: protocolo de transferencia de archivos.

Gestalt : Es un sustantivo de la lengua alemana, por lo que siempre debe escribirse en mayúscula. Aunque ha sid o traducido como forma o configuración, suele utilizarse sin tr aducción ya que no cuenta con un equivalente exacto en el idiom a español. Configuración funcional de elementos separados.

Glide path : Línea de descenso de una aeronave para aterrizar, especialmente indicado por el radar del terreno.

HAZMAT, HMAT: Hazardous Materials; Material peligroso.

HAZNAV: Hazardous navigation; Peligro para la navegación.

Homogeneous Clarity : Claridad Homogénea.

Hopeful : Esperanzador. Huragok: El nombre Forerunner para la raza de los I ngenieros.

In Amber Clad : Blindado En Ámbar.

Jaula Faraday : Contenedor que da protección de los campos eléctricos.

Jets : Rayos de partículas, comúnmente emitidos por núcl eos galácticos activos o una estrella de neutrones o pú lsar. Se diferencian de los chorros de los aviones jet en qu e éstos son emitidos en una dirección, mientras que los jet ast rofísicos son gatillados en pares en direcciones opuestas.

Jiralhanae : Nombre Elite para la raza Brute.

Joyous Exultation : Gloria Jovial.

Lagrange : Puntos de libración o de Lagrange, puntos invisib les de fuerzas de gravedad equilibradas, o de liberació n, dentro de cualquier sistema de dos cuerpos (como la Tierra y la Luna), giran a medida que gira el sistema sobre su centro común de masas.

Lawgiver : Legislador.

Lekgolo : Nombre Elite para la raza de los Hunter.

Page 346: Halo fantasmas de onyx.

MIL AI/AI MIL: IA Militar.

Narcolytic Metabolase : Es un tipo de droga usada por el UNSC. Es una enzima que, cuando es inyectada en una persona, consume a todos los agentes analgésicos en la corri ente sanguínea del paciente, para despertarlos si fueron sedados.

NAVSPECWEP: Naval Especial Weapons; Armas y Operaciones Especiales de la Marina.

NCOs: Noncommissioned Officer: Suboficial.

neutron-star : Estrella de neutrones Estrella hiperdensa (mil millones de toneladas por centímetro cúbico) que es tá compuesta por un gas de neutrones degenerados. Representa el estado final de una estrella de masa mayor que 8 masas solares. Las estrellas llegan a este estado después de pasar por una fase explosiva conocida como supernova. En sus inicios una estrell a de neutrones rota muy rápidamente y emite pulsos de ra diación electromagnética que la llevan a ser conocida como un púlsar.

New Harmony : Nueva Harmonía.

Oracle Master : Oráculo Maestro.

Override : Operación manual que pasa por encima de una operación automática.

Oxímoron : Figura retórica que reúne términos contradictorio s.

Plexo solar o celiaco : Es una densa red nerviosa que rodea a la arteria aorta ventral en el punto de donde sal en la arteria mesentérica superior y el tronco celíaco, a nivel d e la primera vértebra lumbar, detrás del estómago.

Particular Justice : Justicia Particular.

PA: Public-Address system; Sistema de altavoces para reproducir discursos, etc. en lugares públicos. Pauldron : Una pieza de la armadura que cubre el hombro en l a unión de la pieza corporal y la pieza del brazo.

Point Of No Return: Punto Sin Retorno.

Psy-ops : Operación Sicológica. PZ: punto de aterrizaje o extracción.

Rapturous Arc : Arco Extático.

Page 347: Halo fantasmas de onyx.

Razor Edge: Borde de la Navaja.

Redoubtable : Temible.

Reverence Incorruptible : Reverencia Incorruptible.

Righteous Purpose : Propósito Justo.

RPG (Rocket Propelled Grenade): Granada propulsada por cohete, arma de fuego anti-tanque portátil.

Roger : Entendido.

Sacred Mystery : Misterio Divino.

Sangheili : El nombre de la raza de los Elite.

Socket : Dispositivo que transporta datos en una red.

Solitón : es una onda solitaria que se propaga sin deformar se en un medio no lineal. Por ejemplo, la onda de una solitaria ola del mar.

SPI : Semi-Powered Infiltration: Infiltración Semi-potenciada.

spork : Dispositivo que combina una cuchara y un tenedor.

Sublime Transcendence : Transcendencia Sublime.

T-PACK: Thruster Pack: Paquete propulsor.

TACMAP: Mapa Táctico.

TEAMCOM: Comunicación del equipo.

TEAMBIO: Signos Vitales del Equipo.

Thermite o thermit : Sustantivo; Una mezcla precisa de aluminio en polvo y óxido de hierro que produce una temperatura muy alta de combustión, usada para soldar y para bo mbas incendiarias.

Transponder : Dispositivo que automáticamente transmite cuando recibe una señal.

Telémetro : Dispositivo usado para medir distancias.

Tenebrous : Tenebroso.

Page 348: Halo fantasmas de onyx.

Tri-amino hydrazine : Triamino Hydrazine es un combustible usado por el UNSC. El material raíz, Hydrazine (Fór mula Química N2H4), ha sido utilizado como un combustible de coh ete desde la Segunda Guerra Mundial de la Tierra. Triamino Hydrazine es comprimido y almacenado en de pósitos de combustible de los T-Pack. Sin embargo un combusti ble eficiente, Triamino Hydrazine es sumamente volátil, y si el tanque es fisurado, entonces causará una pérdida fa tal de control para el que lleva puesto el T-PACK. Hydrazine es también utilizado como un combustible para vainas de propulsión en algunos cargueros comerciales civi les usados por la humanidad, como el Horn of Plenty.

Twilight Compunction : Remordimiento de Crepúsculo.

Unggoy : Nombre Elite para la raza de los Grunt.

Velocidad de escape : Velocidad mínima que un cuerpo debe alcanzar para vencer un esfuerzo gravitacional.

widow's peak : Un brote del cabello con forma de V hacia el centro de la frente.

Page 349: Halo fantasmas de onyx.

UNSC Pablo-117

Sierra-360

Spartan Ultra

http://halomexico.com/

Page 350: Halo fantasmas de onyx.

Agradecimientos.

Quiero agradecerle a adrian753py por haberme acompañado en parte del camino, a Sierra-360 y

Spartan Ultra por haberme acompañado en el final de este camino, y a todos aquellos que nos han

apoyado y que han seguido el tema, y a aquellos que tradujeron caps y por la portada de Francisco.

Spartan Ultra: A Miss Spartan que nos inspiró y

sirvió de ejemplo para no rendirnos nunca en los momentos más difíciles de esta traducción. Su

legado seguirá vivo mientras continuemos. Y sus esfuerzos que recordamos y nos levantan la moral,

por eso le deseamos que disfrute de esta traducción que bien merecido lo tiene.

Sierra-360: Dedico unas palabras para agradecer a

todos los users que en algún momento tradujeron parte de este gran libro, agradecer también a mis colegas UNSC Pablo-117 y Spartan Ultra por llegar

a concluir esta obra, por otro lado agradecer a Shadow Forerunner por haber creado al grupo de

Traductores Halo México por que sin el no estuviera, hoy en día este libro concluido, por

ultimo y no menos importante agradecer a Miss Spartan, una gran impulsadora de traducir los

libros de halo y una de las grandes leyenda del Universo Halo junto con Shadow Forerunner. A todos

ellos y por supuesto a los users que siguieron nuestro trabajo, espero disfruten del libro tanto

como nosotros.

Gracias a todos.