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Versión literaria del Corán; una traducción en equipoMikel de Bpalza, Josep V. Forcadell, Joan M. Perujo

En 2001 llegó a las librerías una nuevatraducción del Corán o Alcorán, la primeraversión íntegra en catalán, elaborada direc-tamente a partir del original árabe.1 Por pri-mera vez se intentaba ofrecer la traduccióndel libro sagrado de los musulmanes en unestilo claramente literario, con una preten-sión de fidelidad tanto a los aspectos forma-les y estilísticos del texto en la lengua recep-tora como a los sentidos o contenidos re-ligiosos del original, finalidad prioritariaconstante en las numerosas traduccionesdel Corán elaboradas por motivos religiosos,por musulmanes o no musulmanes.2 La tra-ducción llamó la atención por el hecho dehaber sido realizada por un equipo de trestraductores, en el que no estaban claros lospapeles, como traductor o colaboradores, decada uno de los autores que aparecían en laportada interior.3 Tres observaciones, enparticular, mostraban que el trabajo enequipo no había sido explicado suficiente-mente en la introducción o en los estudiosque acompañan la traducción:

1. En la entrevista publicada en estamisma revista, por su director, el catedrá-tico Miguel Ángel Vega Cernuda,4 éste pre-guntaba a Epalza: «En cierta época de suhistoria, la Escuela de Traductores de Tole-do utilizó un peculiar método de traducción.Personalmente lo llamo "traducción media-da": un judío traducía del árabe al romancey un cristiano vertía a continuación del ro-mance al latín. ¿Se ha servido usted implí-citamente o explícitamente de cualquiera de

' L 'Alcorà. Traducció de l'àrab al cátala, introdúcelo a lalectura i cinc estudis alcorànics, Barcelona, Editorial Proa(colección «A tot vent», 393), 2001, 2002 (2a ed.), 2004 (3a

ed., en prensa), 1.275 p., 24x16 cm.2 La dialéctica fondo/forma es bastante original en elpensamiento teológico musulmán, que cree que el Corán esinimitable e intraducibie: sólo los contenidos, los sentidos,el mensaje, pueden transmitirse en la traducción, no el textomismo, que sólo en árabe puede utilizarse para el culto ypara el estudio teológico y jurídico. Sobre esta cuestiónremitimos a nuestro estudio 3, «Inimitabilitat de PAlcorá.Valor de les traduccions segons eis teôlegs musulmans»(f Alcorà, p. 1.047-1.056).J «per Míkel de Epalza, catedràtic d'Estudis Arabs iIslàmics, amb la collaboració de Josep Forcadell i Joan M.Perujo, de la Universität d'Alacant».4 «Entrevista: con Míkel de Epalza. Premio Nacional deTraducción 2002», Hieronymus Complutensis, n° 9-10(2002-2003), p. 139-146.

las lenguas que maneja como "lengua depaso" o ha logrado usted ese doble embra-gue que supone pasar de una lengua nomaterna a otra de igual calidad?». Y Míkelde Epalza contestaba, claramente asombra-do: «Curiosamente, su pregunta sobre estefamoso precedente histórico, del siglo xii, dela traducción latina que el propio Lutero hi-zo editar en Basilea a mediados del siglo xvi,me hace reflexionar, con un prisma nuevo,sobre nuestra forma de traducir, con Forca-dell y Perujo. No me había fijado nunca enel precedente medieval como modelo nues-tro. Pero sí, hay unos paralelismos».5

2. El método de trabajo seguido por elequipo de los tres traductores, que no sepodía deducir de la lectura del libro, fue amenudo objeto de curiosidad, tanto por laprensa como por profesionales de la traduc-ción, arabistas y no arabistas, desde la pri-mera edición de 2001 y, sobre todo, con mo-tivo de los premios que recibió en 2002 y2003.6 Aparte del interés por valorar las di-versas competencias de cada uno de losmiembros del equipo, era notorio que, ini-cialmente, el conocimiento del catalán porparte de Epalza era deficiente, dado el nivelliterario que se pretendía dar a la traduc-ción, y que Forcadell y Perujo, también ini-cialmente, conocían sólo rudimentos de ára-be y de cultura islámica, como se expondráen apartados siguientes.

3. En una extensa y muy estudiada rese-ña, Juan Pablo Arias Torres, investigador entraducciones del Corán al castellano, apun-taba también: «Dos observaciones finales aeste apartado. En primer lugar, la ausenciade unas líneas para explicar con más dete-nimiento el procedimiento de actuación queEpalza siguió con los colaboradores de estaversión y que no podemos reconstruir con lainformación dada en este estudio ni con lasentrevistas en prensa posteriores que hemospodido consultar. La cuestión de la visibili-

5 Ibid., p. 142-143. Epalza inicia así, improvisadamente, unasreflexiones sobre el tema, que han desembocado en el pre-sente estudio, más estructurado y íealizado conjuntamentepor los tres traductores.6 Había recibido el Premi Ciutat de Barcelona 2002 detraducción al catalán, otorgado por el Ayuntamiento de Bar-celona, y el Premio Nacional 2002, del Ministerio de Cul-tura, Educación y Deportes, a la mejor obra traducida a unade las lenguas de España y publicada en 2001.

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dad explícita en la portada de esta traduc-ción de los nombres de Josep Forcadell yJoan M. Perujo pero no en la cubierta o enlos títulos de crédito constituye un caso deestudio y catalogación para los estudiosdescriptivos de traducciones».7

Era evidente que era un tema que faltabaen el libro y que había que completar. El ge-neroso ofrecimiento que nos hizo la revistaHieronymus Complutensis para que cubrié-semos ese vacío informativo ha sido unaexcelente ocasión para reflexionar sobrenuestra forma de trabajar en equipo du-rante el proceso de traducción, en sus di-versas vertientes. Aunque habíamos ido re-flexionando muchísimo, a lo largo de losaños de elaboración del libro, sobre las múl-tiples novedades que íbamos incorporandoal proyecto inicial de traducción del Corán,no habíamos explicado nuestra forma detrabajo.

1. Una versión literaria y religiosadel texto árabe: erudición,

exactitud y claridad al serviciode la traducción

Antes de exponer la forma de trabajar enequipo, tenemos que presentar los objetivosiniciales del proyecto y el resultado de nues-tro trabajo, en la edición de 2001. Es lo quelos traductólogos o teóricos de la traducciónentienden por estrategia de traducción. Laintención, por tanto, era ofrecer un proyec-to traductológico teórico y razonado, cuyocampo puede centrarse en los tres subapar-tados siguientes: 1) características religio-sas; 2) estilo literario; 3) claridad y exactitudsemántica. La traducción obtenida con eltrabajo en común, a esos cuatro niveles, hadado como resultado un texto relativamenteinnovador en catalán, que pretende ser fielal original árabe, y acompañado de unaintroducción y de cinco estudios, que inten-taremos resumir en este apartado.

1.1 Características religiosas del textoárabe y de la traducción

El texto del Corán, en árabe, tiene uncarácter eminentemente religioso, enmarca-do en una religión -específica, el islam, queinfluye notablemente en toda la lengua ára-be -aunque haya varios millones de ara-bófonos de religión cristiana, especialmenteen Egipto, Irak, Líbano, Siria, Jordania y

Palestina. Había que traducir ese texto clá-sico y fundamental de la lengua árabe a otralengua, el catalán, que -como el castellano-está muy marcada por el cristianismo ca-tólico latino, cuando se expresa sobre temasreligiosos, aunque esa lengua conoce tam-bién -corno todas las lenguas europeas- eltratamiento lingüístico moderno para enten-der y traducir los textos religiosos orienta-les.8 Precisando un poco más, el Corán sepresenta como un texto sagrado, de origendivino, con unas características particularesdentro del conjunto de los textos religiosos,tanto entre los textos religiosos en árabecomo en catalán o en castellano.

La traducción tenía que tener muy pre-sentes estos factores, de lo religioso y de losagrado, con numerosas semejanzas en am-bas religiones, el islam y el cristianismo. Nohay que olvidar que ambas nacen en lamisma región de Oriente Medio: el cristia-nismo en Palestina, con unas expansionesprioritarias por el Mediterráneo y por Meso-potamia, y el islam, en unas rutas cara-vaneras entre esa misma región siropales-tina y mesopotámica, al norte, y las zonasigualmente cristianizadas del Yemen y delCuerno de África, con la Abisinia y la Nubianilóticas, al sur. Ambas religiones están in-mersas en una misma cultura, urbana y ru-ral al mismo tiempo, de lo que se llama he-lenismo, con antecedentes egipcios y persas.Ambas son religiones que proceden del mo-noteísmo judío y de sus valores, recogidos yexpresados en sus libros sagrados [ta biblia,en griego). Finalmente, en esos grandes te-mas de civilización, el cristianismo y el is-lam se expresan, en esa región del CrecienteFértil con centro geográfico en las cordille-ras de la Arabia Occidental (La Meca yYathib, Yemen), en unas lenguas semíticas(el arameo o siríaco y el árabe, ambas seme-jantes al hebreo), además de las lenguas in-doeuropeas de las superestructuras políti-cas dominantes (griego, latín, persa).

Esas convergencias religiosas y cultura-les entre el texto original del Corán en árabey el texto de su traducción en catalán notenían, con todo, que ignorar o enmascararunas reales divergencias entre islam y cris-tianismo, difíciles de salvar en una traduc-ción de una lengua a otra. Por eso tuvimosque investigar sobre los modelos de traduc-

7 Reseña publicada en Trans. Revista de Traductologla, n° 7(2003), p. 139-146 (cita en p. 146).

8 Vid. la rica tesis doctoral, desde el catolicismo actual, deAry A. Roest Crollius S. I., 77»« Were they Hearing. TheWord in the Experience of Revelation in Our 'an and HinduScriptures, Roma, Università Gregoriana Editrice, 1974.

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ción en la tradición religiosa cristiana delcatalán, que tiene por libros sagrados losmuy diversos textos de la Biblia judía y dela cristiana. Finalmente escogimos en cata-lán el género literario de los libros bíblicossapienciales y proféticos, que son una re-flexión meditativa y exhortativa sobre la rea-lidad, una exposición dirigida a los hom-bres, de parte de Dios.9 Estos textos bíblicosson, en general, los que más se parecen alCorán, en su temática y en su estilo. Elestilo de la traducción quedaba así unifi-cado, en particular en el léxico, en la sin-taxis y en la tipografía, para que el lector encatalán pudiese leer L'Alcorà de la formamás cercana posible a como el lector en len-gua árabe lee, recita u oye recitar el Coránoriginal, de una forma sapiencial y medita-tiva dominante, como una exhortación a lareflexión sobre la realidad, no como un textonarrativo/informativo o doctrinal, por ejem-plo. Vendría a ser algo semejante a lostextos del Libro de la Sabiduría o a los Sal-mos, las Bienaventuranzas o el discurso deJesús en la Santa Cena, y no como el Gé-nesis, el Levítico o los Libros de los Reyes ocomo las Epístolas de san Pablo, o comootros textos cristianos no bíblicos, de aná-lisis filosófico o teológico.10

Hay que hacer notar, aunque sea sólo depaso, que el déficit de traducciones de loslibros sagrados no sólo afecta al Corán, tra-ducido directamente del árabe al españolsólo desde hace medio siglo. También los li-bros de la Biblia se mantuvieron en lenguasmás o menos arcaizantes o muertas durantemuchos siglos, tanto en los libros en hebreoo en griego, como en la llamada Vulgata desan Jerónimo, en latín. Hay que reconocerque esos libros sagrados de judíos y de cris-tianos han modificado muy sustancialmentesus traducciones a las lenguas vivas moder-nas, desde el alemán de Lutero en el sigloxvi, desde los esfuerzos difusores de las so-ciedades bíblicas a muchísimas lenguas devarios continentes y, particularmente, desdela colaboración interconfesional contempo-

9 Vid. inteligente libro sobre esa clase o género de textosbíblicos en Bernardo Atxaga - Luis García Montero -Almudena Grandes - Fernando Savater (introducción deJosé Ignacio González Faus), Poetas y profetas del AntiguoTestamento, Barcelona, Bestsella, 1999.10 Ofrecemos una manera más detallada y diferente deexponer esta problemática de la traducción de un textoreligioso en L'Alcorà, apartado 5.2, p. 1.145-1.161 (sobrelos contenidos y estilos sapienciales y proféticos del Coránen la solemnidad musulmana).

ranea entre expertos cristianos y judíos,ecuménica, a lo largo del siglo XX.

1.2 Estilo literario del texto árabey de la traducción

Por otra parte, el Corán es leído o reci-tado por los musulmanes como un texto li-terario -lo que no significa un texto deliteratura o de ficción-, un texto estética-mente bello, con una musicalidad realzadapor la entonación musical de su recitaciónlitúrgica habitual (oraciones ordinarias oextraordinarias, funerales, etc.).11 Esta for-ma oral y melódica que implica el conoci-miento del texto sagrado del islam es actual-mente muy conocida y difundida por los me-dios audiovisuales (radio, televisión, discosy vídeos, altavoces callejeros, etc.). Así se haido ampliando muy notablemente el carácteroral y recitativo, ya tradicional, de la lecturadel Corán. El carácter oral ha estado siem-pre muy centrado en el aprendizaje escolar yen los usos litúrgicos, como práctica tradi-cional del pasado.

Nada de eso puede esperarse de unastraducciones a las lenguas hispánicas, quese leen como cualquier otro libro, en silencioy con actitud de mera información intelec-tual sobre los contenidos del texto. Másaún, la colección de la editorial Proa en laque se proyectaba editar la traducción delCorán tiene como finalidad prioritaria el dara conocer en lengua catalana los grandesescritos del pensamiento y de la literaturauniversales, sean o no religiosos. Huelga de-cir que la traducción del Corán tenía querespetar el carácter prioritariamente religio-so del texto original, pero podía y quizás de-bía reflejar la belleza literaria de su estilo yel importante elemento de oralidad y de mu-sicalidad que tiene aún hoy en día el Coránpara la inmensa mayoría de sus principa-les lectores, los creyentes musulmanes y loslectores o recitadores arabófonos. Creemosque la traducción catalana de 2001 puedecalificarse de literaria, en comparación conlas traducciones anteriores, sin que por ellohaya renunciado a las otras finalidades ycaracterísticas que buscan también todasellas: carácter religioso, fidelidad al textooriginal, claridad y exactitud en la lenguareceptora, erudición para comprender y dara comprender los contenidos del Corán(texto, contexto, temática...), etc.

" Remitimos al estudio 2 de L'Alcorà, sobre el Corán y lavida religiosa de los musulmanes, p. 1.004-1.046.

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Por tanto, intentamos buscar unos recur-sos literarios que acercasen al lector en ca-talán, tanto como fuese posible, al estilooral del original coránico en árabe y a la ac-titud de respeto religioso y literario del lec-tor musulmán o arabófono. A los tradicio-nales recursos estilísticos de las traduccio-nes anteriores, que respetaban muchos delos elementos retóricos del estilo coránico enárabe (exhortaciones, interrogaciones, repe-ticiones...), buscamos añadir un estilo lite-rario nuevo, propio del catalán, que pudie-se ser equivalente al estilo literario árabe,aunque no igual.

Por supuesto que era inaceptable buscarun estilo literario en catalán imitando o re-produciendo la prosa literaria o rimada delCorán (sach', 'arrullar', 'zureo') o sus rimasinternas léxicas, basadas en el carácter se-mítico de esa lengua con su estructura delas letras radicales. Hubiese sido de una in-sufrible artificiosidad. Había que buscar yencontrar en catalán un estilo musical, cer-cano a la oralidad coránica original. El estilocoránico tiene una musicalidad evidente,aunque no sea tan rígida como la prosodiade las casidas de la llamada poesía preislá-mica, también del siglo vil. El Corán está enprosa, pero no es prosaico ni debía leerse enun catalán prosaico, como una simple bús-queda de información religiosa, doctrinal olegal.

El resultado de nuestra investigación, aese nivel, ha sido un estilo literario que con-sideramos innovador en catalán, entre unaespecie de verso libre y la prosa poética, con«una decidida tensión poética», tal y comoelogiaban los cinco miembros del comitétécnico de traductores que concedió el men-cionado Premi Ciutat de Barcelona 2002.Tiene una musicalidad basada en el sistemade los pies de origen griego y latino, parti-cularmente con una base muy variable -lamusicalidad coránica también lo es- de pen-támetros o de versos pentasilábicos, que esun metro no muy habitual en catalán, peroque sí existe en su literatura culta y popu-lar, la medieval y la moderna, y en su can-cionero de todas las épocas. Este ritmo estásubyacente en toda la traducción catalana;aunque no se detecte fácilmente, porquealterna con otros ritmos, hemos intentadoque sea el dominante en L'Alcorà. Es unalectura musical dirigida por la puntuación(comas, puntos y aparte, puntos con apar-tado doble cuando se cambia de tema), alservicio de la claridad semántica del texto

traducido, de su explanación clarificadora,de repeticiones y de esa variada musica-lidad.

Bene'ít sigui el qui té en la seva ma tot el dominii tota la sobirania!

Ell tot ho pot!Ell es qui créa la mort, qui créa la vida,

per provar-vos,per saber qui de vosaltres es el millor

en les bones obres.Ell es el Fort, el Poderos,perdona molt!12

Aplicando esta metodología, la traduc-ción, en castellano, de estas dos mismasaleyas o versículos daría el resultado si-guiente:

¡Bendito sea el que posee entre sus manos todoel dominio y toda la soberanía!

¡Todo lo puede!Creó la muerte, creó la vida,

para probar lo que valéis.para saber quién de vosotros es el mejor

en obrar bien.¡Él es el Fuerte, el Poderoso!¡Perdona mucho!

También hemos aprovechado un recursoretórico común al árabe y al catalán comolengua predominantemente galo-románica,como el francés, y no íbero-románica, comoel castellano. Es el fenómeno de la caídade las vocales finales o epentéticas en ca-talán -o la existencia dominante de vo-cales postónicas en castellano- (ejemplos,font/fuente, àngels/ ángeles), fenómeno pa-recido al que se da en árabe a consecuenciade la pausa al final de la dicción (waqf fiajiri l-kalám). El resultado de esta inves-tigación estilística nos permitió hallar unainnovadora forma musical y tipográfica deltexto del Corán en catalán.

12 Q.67:l-2, al principio del capítulo o sura Al-Mulk («Lasoberanía»). La transcripción del original árabe es:«tabâraka l-ladhî bi-yadi-hi l-mulk wa-huwa "alâ faillishay 'in qadîr, al-ladhî jalaqa I-mawta wa-l-hayât li-yablù-kum ayyu-kum ahsan amala wa-huwa l-'azîzu l-gafûr».Una de las mejores traducciones del Corán al castellano(publicada en edición bilingüe), si no la mejor, por sucorrección, claridad y exactitud, pero con otra estrategia detraducción, especialmente en el aspecto literario, expone asíestos dos versículos: «¡Bendito es Aquél en Cuya mano estáel dominio! Es omnipotente. / Quien creó la muerte y la vidapara probaros, para ver quién de vosotros es el que mejor seporta. Es el Poderoso, el Indulgente», Julio Cortés, ElCorán, Barcelona, Herder, 1999.

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1.3 Claridad y exactitud semánticade la traducción

Las traducciones anteriores del Corán alas lenguas ibéricas (latín, castellano, cata-lán, portugués) habían buscado, con abso-luta prioridad, la fidelidad al texto original.Oscilaban de forma diferente entre el litera-lismo o fidelidad a la morfosintaxis y al esti-lo del texto árabe original y la fidelidad a latransmisión de los contenidos de su mensa-je religioso.13 Ya las dos primeras versiones,las toledanas en latín, de hacia 1143 y dehacia 1184 respectivamente, una encarga-da por Pierre de Cluny y la segunda reali-zada por Marcos de Toledo, diferían a esenivel: Marcos quería traducir con más exac-titud morfosintáctica que la traducción an-terior, que le parecía que no se ajustaba altexto árabe, con el que se tomaba muchaslibertades.14

Nosotros, al mismo tiempo que buscába-mos las formas literarias de la traducción,en catalán, para acercar al máximo al lectora la actitud adecuada de lectura del texto enárabe, también pretendíamos reflejar en lalengua de llegada, con la mayor fidelidadposible, todos los contenidos semánticos deltexto coránico original. Por eso acabamosescogiendo conscientemente un estilo sen-cillo aunque, si era necesario, amplificativo,para que se entendiese claramente el textocoránico y sus significados, aun a costa deno respetar la práctica de que para traduciruna palabra de la lengua original se procu-rase escoger una sola palabra de la lenguareceptora, la palabra más cercana semán-tica y hasta morfosintácticamente. Tambiénhemos procurado evitar un léxico y unos gi-ros abstractos en catalán, que si bien pue-den asumir los variados sentidos de una pa-labra coránica, son más propios del len-guaje teológico y filosófico del cristianismo ode la teología musulmana posterior y no dellenguaje propio del texto y de la culturaárabe del Corán, de las sociedades del siglovil, mucho más sencillo.

Para conseguir estos objetivos, tuvimosque descartar otras opciones igualmente vá-

b Sobre las traducciones hispánicas del Corán remitimos alestudio 4 de l'Alcorà, p. 1.056-1.094.14 Vid. estudios clásicos sobre esta versión, por MarieThérèse d'Alverny, «Deux traductions latines du Coran auMoyen Age», Archives d'Histoire Doctrinale et Littérairedu Moyen Age, XXII-XXIV (1947-1948), p. 69-131; y M.T. d'Alverny - Georges Vajda, «Marc de Tolède, traducteurd'Ibn Tumart», Al-Andalus, n° 16 (1951), p. 99-140 y 259-307 y n° 17 (1952), p. 1-156.

lidas, utilizadas por otros traductores. Elprimer descarte fue el de las notas explica-tivas o el glosario de conceptos propios delislam.15 Las notas obligan, o invitan al me-nos, al lector a interrumpir la lectura deltexto para leer las explicaciones, en las no-tas a pie de página y especialmente si hayun reenvío a un glosario, explícito en unanota, o poniendo la palabra con una mayús-cula, en cursiva o con un asterisco, porejemplo, ya que no se puede repetir en notala explicación del concepto islámico cada vezque aparece la palabra en el texto. No essólo la molestia física de la interrupciónpara leer la nota, es el efecto perverso deapartar al lector de la lectura seguida, me-ditativa y musical, del texto religioso y lite-rario del Corán -de carácter predominante-mente sintético- con una lectura crítica enbusca de información, de carácter predomi-nantemente analítico.

Para hacer clara e islámica la traducción,optamos por integrar la información deta-llada de los contenidos semánticos del textoárabe en el propio texto en catalán, con va-rias palabras explicativas si era necesa-rio para algunas nociones, y con la iden-tificación de algunos referentes, para losnombres de objetos, personas y lugares, en-tre corchetes. Creemos que este procedi-miento no puede llamarse comentario deltexto (tafsir del Corán, en árabe teológico),sino simple traducción, como toda traduc-ción, que es diferente del original pero queprocura expresar lo mejor posible el conte-nido semántico del texto de origen, explici-tándolo con la máxima exactitud. Este me-canismo de restitución correspondería, encierto modo, al tipo de intervenciones explí-citas del traductor en el propio texto.16

También procuramos evitar cualquier se-guimiento innecesario de la sintaxis árabedel Corán, tanto en el orden de las palabrascomo en las funciones morfosintácticas. He-mos seguido especialmente la claridad que

15 Sólo se realizaron índices del léxico y de la onomásticacoránicos, en su forma árabe transcrita, en su forma cata-lanizada o en la forma que adopta el referente en esta len-gua, como por ejemplo gin (pl. jan /g/wja/gins/junnuns);Issa / Fill de Maria / Ibnu Mariam / Issa-bnu-Mariam /Jesús. Además de los índices de autores citados en la intro-ducción y en los estudios, de topónimos y de suras coránicas(p. 1.249-1.272). Los índices fueron realizados con la ayudade la licenciada en árabe Immaculada Cerda.16 Es la opción que Salvador Peña y Ma José HernándezGuerrero consideran como la más indicada para la prácticade la traducción profesional; en su manual de Traducto-logía, Málaga, Universidad de Málaga, 1994, p. 36-37.

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permite, en catalán, el orden de: 1) sujeto (amenudo explicitándolo, si no lo está másque por la forma verbal, en árabe); 2) verbo(expresando con más exactitud las formastemporales con ciertos adverbios en catalány manifestando los matices estativos propiosde las lenguas semíticas y que exigen a ve-ces una duplicación de las palabras verba-les o de los adverbios que las acompañan);3) complementos que desarrollan las diver-sas circunstancias de la acción verbal, unatras otra, estructurándolas con las preposi-ciones o adjetivos adecuados y especial-mente con una «arquitectura tipográfica» depuntuación.17

Lo que se obtiene también, con esa formade traducir, es una mayor exactitud y clari-dad de la traducción. No se trata de unaexactitud estilística ni morfosintáctica conrespecto al texto coránico, pretendidamenteatribuible al hecho de estar pegada a laliteralidad y a la traducción palabra porpalabra de su léxico, de su gramática y desu fraseología. Quiere ser, y creemos que lologra generalmente, una versión o transmi-sión mucho más exacta de lo que entende-mos que dice y quiere decir el texto sagradoen árabe, para que lo comprenda en la ple-nitud de su expresión el lector en catalán,aunque sea con otro estilo equivalente y conun mayor número de palabras.

2. Antecedentes de traducciones delCorán en equipo a las lenguas ibéricasL'Alcorà de 2001 incluye un estudio que

recoge, presenta y compara los antecedenteshistóricos de la traducción catalana, en laslenguas de la península Ibérica, desde laslatinas del siglo XII a las castellanas, catala-nas y portuguesas del XX.18 En este aparta-do resumiremos la aportación de aquel es-tudio de casi 30 páginas.19 Los antecedentes

' ' La expresión es nuestra. L'Alcorà, p, 1.180.18 Estudio 4, «Traduccions hispaniques de l'Alcorà», p.1.057-1.094.19 Remitimos, por tanto, a esas páginas para todos los datoseruditos, con los complementos añadidos por J. P. Arias, op.cit., y Epalza, «Traducciones catalanas del Corán», enJoseph Giralt (coord, y dir.), Joyas escritas. Los fondosbibliográficos árabes de Cataluña, Barcelona, InstitutEuropeu de la Mediterrània, 2002, p. 101-113 (versiones encastellano, en catalán y en inglés) y «Seis nuevas tra-ducciones españolas del Corán (1994-2002)», Revista delinstituto Egipcio de Estudios Islámicos, en prensa. Vid.también e! panorama de traducciones españolas del Corán,entre los siglos xv al xx, con bibliografía final, presentadopor J. P. Arias, «Imágenes del texto sagrado», en GonzaloFernández Parrilla y Manuel C. Feria García (coords.),

que más han influido en nuestra traducciónhan sido la traducción francesa de DeniseMasson (1967)20 y las traducciones en len-guas románicas de los fragmentos del Coránque se aducen en la introducción y en losestudios para cotejarlos con nuestra propiaversión en catalán: castellanas de Cansinos,Cortés, Melara y Vernet, portuguesa de Ma-chado, italiana de Bausani y francesa deMasson y El Saleh. Los antecedentes histó-ricos, influyan o no, en general, en las nue-vas que van apareciendo, incluida la cata-lana, son interesantes, porque forman partedel pasado cultural de los países de la pe-nínsula Ibérica y de las relaciones entre eicristianismo y el islam.

En el estudio 4 (p. 1.057-1.094) queacompaña la traducción catalana del Coránse recogen los datos bibliográficos sobre lastraducciones a las lenguas de la penínsulaIbérica, con un esbozo de historia que va delsiglo XII al XX. Después de la edición de2001 se ha completado esta bibliografía conalgunas informaciones y correcciones nue-vas, que no repetiremos aquí.21 Pero, a laespera de un estudio más general y en pro-fundidad sobre esos datos,22 puede ser inte-resante presentar en este apartado algo delo que significan esas traducciones para lasrelaciones culturales y religiosas entre elislam y el cristianismo en las sociedades de

Orientalismo, exotismo y traducción, Cuenca, Ediciones dela Universidad de Castilla-La Mancha, 2000, p. I81-190.Para el ambiente cultural de los traductores de Toledo, véasela reciente presentación general de José Sangrador Gil, «LaEscuela de Traductores de Toledo durante la Edad Media»,en Miguel Hernando de Larramendi y Gonzalo FernándezParrilla (coords.), Pensamiento y circulación de las ideas enel Mediterráneo: el papel de la traducción, Cuenca, Edi-ciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1997, p.25-52.20 Sobre la importancia de esta obra en la génesis yelaboración del proyecto de nuestra traducción, vid. Epalza,«Alguns antecedents islamocristians de la primera traducciócompleta de l'Alcorà al cátala (Barcelona 2001)», publicadoen el número monográfico Homenatge a Miquel Batllori.voi. 1, de la revista Randa, n° 48 (2002), p. 13-26."' Vid. J. P. Arias, op. cit., y Epalza, «Traduccionescatalanas...». También, para la historia de las traduccionesdel Corán a otras lenguas, puede ser útil la introducción a laobra bibliográfica de Ekmeleddin Ihsanoglu, «Introductionto the History of Translating the Meaning of the HolyQur'an», en Ismet Binark y Halit Eren, World Bibliographyof Translations of the Meanings of the Holy Qur'an. PrintedTranslations. 1515-1980, Estambul, OIC Research Centrefor Islamic History, Art and Culture, 1406/1986, p. XI-XXXVI.22 En capítulos respectivos de Arias y Epalza, en libro enpreparación de J. P. Arias - M. de Epalza — J. Forcadell - J.M. Perujo, Traducir el Corán. Estudios.

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la Península y de Europa. Estas reflexionespermiten comprender mejor el marco denuestra labor de traducción.

Las ya mencionadas traducciones latinasde Toledo, del siglo xil, representan dos as-pectos culturales diferentes. La del británi-co Robertus Ketenensis ¡Roberto of Keton,de Retines o de Chester) con el balcánicoHermannus Dalmata (Germán de Carintia),de alrededor de 1143, se inserta en unamultiforme curiosidad e interés europeo porla ciencia árabe y, más aún, por un deseode la cristiandad occidental por llevar la«guerra contra el infiel musulmán» (las cru-zadas) al campo religioso y de polémica teo-lógica. Aunque este movimiento intelectualpuede tener su origen ya en el siglo VIH y elllamado Renacimiento carolingio,23 tuvo unauge particular en el siglo XI, con la acciónintelectual y política de personajes como lospapas benedictinos Silvestre II, Gregorio VIIy Urbano II y con la traducción benedictinaencargada en Toledo por el abad Pedro deCluny a un equipo europeo y en latín, tra-ducción que dominaría la visión medievalsobre el Corán y el islam, gracias también alas traducciones medievales a otras lenguas,hasta su edición propiciada por Lu tero, amediados del XVI. En cambio, la traducciónde Marcos de Toledo nace probablemente deun ambiente más minoritario, con otrosintereses intelectuales, que se podría rela-cionar con el poco conocido ambiente de mi-norías toledanas, especialmente de los cris-tianos mozárabes de origen musulmán, es-tudiados por María Jesús Rubiera.24

De la traducción latina del xil surgen, apartir del siglo xill, algunas traducciones alas lenguas románicas (castellano, catalán,portugués, francés...) mal documentadas y

:3 Vid., específicamente, Epalza, «Félix de Urgel: influen-cias islámicas encubiertas de judaismo y los mozárabes delsiglo VIII», en el monográfico Homenatge al Dr. Manuel Riui Riu, vol. 2, de la revista Acta Histórica et ArchaeologicaMedievalia. n° 22 (1999-2001), p. 31-66.:4 Vid. especialmente M. J. Rubiera Mata, «Los primerosmoros convertidos o las primicias de la tolerancia», enLouis Cardaillac (ed.), Toledo XII-XIII. Musulmanes, cris-tianos y judíos: el saber y la tolerancia, Madrid, AlianzaEditorial, 1992, p. 109-117 (versión francesa, París. 1991,102-111) y «Un insólito caso de conversas musulmanas alcristianismo: las princesas toledanas del siglo xi», en Lasmujeres y el cristianismo medieval. Imágenes teóricas ycauces de actuación religiosa, Madrid, Castalia, 1989, p.341-347. Vid. también estudio de Eva Lapiedra, «María Je-sús Rubiera y sus estudios sobre los mozárabes», Sharq Al-Andalus, 10-11 (1993-1994), p. 177-185.

peor conservadas, sólo fragmentariamente,25

y la primera traducción impresa, en inglés,también fragmentaria, en 1515.26 Se puedeasentir con el juicio global de J. P. Arias pa-ra todos los siglos medievales, hasta el sigloXIX: «A pesar de nuestro pasado islámico, omás bien a causa del mismo, el desinteréspor los estudios árabes e islámicos en Espa-ña [...] el afán instigado desde las altas esfe-ras políticas y religiosas por cortar todo lazoque nos pudiera aproximar al enemigomuslime hizo que el estudio del islam seconvirtiera en patrimonio oculto».27 Con to-do, hay suficientes testimonios de que sobe-ranos de la Corona de Castilla y de la deAragón lo mandaron traducir a las lenguasromances y lo tenían en sus bibliotecas.28

Pero es verdad que no había -ni podía ha-ber, seguramente- un acceso general de lagente culta a esas traducciones del libro sa-grado -y vetadísimo- de los musulmanes.

En el Renacimiento europeo (siglos xv-xvii) aparecen nuevas corrientes de conoci-miento del Corán, que podríamos sintetizaren tres fenómenos bien documentados:

1. Unas traducciones, conocidas por ma-nuscritos generalmente bilingües y fragmen-tarios -para uso litúrgico-, difundidos espe-cialmente por musulmanes de las socieda-des cristianas, entre sus correligionarios, losmudejares y los moriscos.29

2. Unas elites cristianas que quieren dis-poner de traducciones del Corán mejoresque la toledana y se alian con musulmaneso ex-mulmanes para nuevas traducciones:el cardenal Juan de Segovia e Ice de Gebir,el obispo Martín García y Juan Andrés deXátiva.

3. Difusión de libros más accesibles gra-cias a la imprenta (en inglés, desde 1515;del latín, desde 1543). Se amplía con la tra-ducción directa del árabe al francés por elSr. Du Ryer (1647) y de éste a otras len-guas, entre ellas el español.

Esta última corriente -de traducción delárabe al francés y de esta lengua al cas-tellano- es la que dominará a partir del sigloXIX y hasta mediados del XX, al igual que lastraducciones al inglés y luego al castellano y

25 Vid. L'Alcorà, p. 1.060-1.064, y E. Ihsanoglu, op. cit., p.XXXIV-XXXVI.26 Vid. I. Binark- H. Eren, op. cit., p. 152.*7 Arias, «Imágenes del texto sagrado», p. 182.28 Algunas referencias recogidas en L'Alcorà, p . 1.062-1.064, y Epalza, «Traducciones catalanas. . .».29 Vid. bibliografía de invest igadores c o m o Bernabé Pons .López-Mori l las , Vernet , Wiegers , en índices de L'Alcorà.

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al catalán hasta finales del xx, por múltiplesrazones que no se pueden estudiar en loslímites de este apartado. Las traduccionesdirectas del árabe al español o castella-no -en América y en la península Ibérica-,al portugués y al catalán empiezan a me-diados del siglo XX y siguen cada vez másnumerosas, relativamente. Esta abundanciarelativa, aunque sea con una tirada y reedi-ciones no siempre muy amplias, permiteunos rápidos progresos de ofertas de estra-tegias de traducción y de variedad de desti-natarios (público general, lectores eruditos yuniversitarios, musulmanes hispanohablan-tes, etc.). En este periodo y en esta situaciónsociocultural se inserta nuestra traducciónal catalán y las más recientes traduccionesespañolas ya mencionadas.30

3. El proyecto de traducción en equipo

3.1 El reto: cómo traducirun texto sagrado

Para Perujo y Forcadell la traducción delCorán representaba un reto de tipo lingüís-tico, en primer lugar, y literario en un se-gundo y definitivo momento. Los valencia-nos y la lengua catalana no disponemos detraducciones medievales o de época moder-na de los grandes textos sagrados; no tuvi-mos la fortuna que tuvieron, por ejemplo,los alemanes a partir de la traducción de laBiblia por Lutero en 1534. Entre los siglosXIII y XV se hicieron varias traducciones alcatalán a partir del occitano, del francés ydel latín, pero fueron quemadas en diversosactos de fe en tiempos de Jaume I (1233) oen 1498. De la traducción al catalán deprincipios del siglo XV, obra de BonifaciFerrer, hermano de san Vicent Ferrer, quefue impresa en Valencia en 1478, sólo selibró de la hoguera de la Inquisición unapágina, el colofón.

Sí que disponemos de vidas de san-tos, de la vida de Cristo y de otras muchasnarraciones piadosas. Los referentes másinmediatos son las traducciones modernasde la Biblia o de los Evangelios desde el si-glo XIX y las lecturas de los libros de la Bi-blia en castellano a partir del Concilio Vati-cano II. De la tradición literaria del catalán,más allá de las geniales obras de RamonLlull, no podíamos obtener un modelo de

lengua para temas religiosos que no pre-sentase problemas de interferencias de sig-nificado desde la omnipresente cultura yteología cristiana. Las advertencias perma-nentes de Epalza nos ayudaron en gran me-dida a mantener las distancias pertinentespara no desvirtuar los contenidos del Coráno para no simplificarlo y presentarlo comouna simple variante de las otras religionesmonoteístas del Oriente Próximo.

La traducción pretendía hacer accesibleel texto del Corán a todo tipo de lectorespersonas catalanohablantes sin conocimien-tos de árabe. Por esta razón teníamos quebuscar un modelo de lengua culta que fueseaccesible, fácilmente, a todos los ciudada-nos de cierto nivel cultural interesados poruno de los grandes libros sagrados de la hu-manidad. Si hubiese llegado a la posteridadla traducción encargada por el rey Pere elCerimonós en el siglo XIV, probablemente eltexto estaría lleno de arabismos a causa delcontacto diario entre ambas lenguas enaquel momento y por el poso de arabismosen el catalán y, especialmente, en el catalánde Tortosa y Valencia, y en menor medidade Mallorca, variedades y territorios en losque el mayor contacto con los musulmanesfacilitó unos productivos préstamos lingüís-ticos y culturales.

La realidad, no obstante, es que en nues-tra traducción hemos prescindido de viejosarabismos integrados desde antiguo en elcatalán pero que ya no gozan de la vitalidady de la actualidad necesarias para recupe-rarlos en un texto destinado al conjunto deldominio lingüístico, a no ser que hubiése-mos optado por una traducción arcaizante opara lingüistas, con el riesgo de dificultar lareceptividad de nuestra versión y de des-viarnos del objetivo de preparar una edicióndestinada al público lector general.

En algunos casos hemos optado por tra-ducir el término árabe para recoger mejor elsentido o sentidos del concepto. Esta opciónera nuestra manera de resolver posiblesconfusiones surgidas por la utilizacióntradicional o en los medios de comunicaciónde unos términos complejos con un signifi-cado reduccionista o simplificador de los di-versos contenidos que tienen en árabe. Se-ría el caso de la expresión «fi sabili l-lah»,utilizada habitualmente como sinónimo de«guerra santa»,31 mientras que en nuestratraducción hemos optado por darle el

50 Vid. «Seis nuevas traducciones españolas del Corán(1994-2002)». 31 Vid. estudio 2 de L'Alcorà., p. 1.042.

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sentido que corresponde a cada contexto apartir del significado principal 'en el camí deDéu'.

A pesar de todo, hemos decido adaptar eintroducir en el texto meta algunos arabis-mos nuevos, o no consolidados, que en lasotras lenguas románicas ya habían sidoaceptados y que convenía adaptar al catalánporque son conceptos específicos del Corány del mundo islámico. En este sentido, enunos casos hemos integrado plenamente al-gunos arabismos hasta ahora poco docu-mentados o desconocidos en catalán, comosura, aleia, sala (plural salauat, 'oracionesobligatorias'), zakà ('limosna purificadora').Mantenemos también algunos arabismossin adaptar, y por tanto en cursiva, comoaia/aiat (plural), gin/junnuns ('genios', ara-bismo con marca de plural); Ax-Xaitan (Sa-tanás), nombre propio, pero xaiatins, el co-lectivo; hanif ('monoteísta'), haj ('peregri-nación'), entre otros, recogidos en el índicede léxico y onomástica árabes de nuestratraducción.

Del mismo modo, en la traducción y enlos estudios, hemos optado por aquellos pa-tronímicos, substantivos y otros adjetivosmás próximos a las formas árabes que encatalán convivían o eran aceptados comosegundas acepciones, en contraposición alas formas también tradicionales o introdu-cidas a través del francés, el castellano ode otras lenguas interpuestas (sufijos -ita o-ida). Así, por ejemplo, hemos preferido lassoluciones del tipo xií, marroquí, marroquinao saudí, en vez de xiíta, Saudita, etc.32

Un tratamiento diferente hemos dado alos nombres propios. A menudo coincidencon los nombres de la Biblia judía o cristia-na, pero estos personajes casi nunca tienenel mismo significado religioso que para loscristianos europeos. Abraham sería una delas pocas excepciones. Faraón en el Coránes un personaje, una especie de gobernadorde Egipto en tiempo de Putifar y José(Iússuf), pero Faraón/Firawn no es utilizadocomo el nombre común faraón; Jesús es unprofeta especial, pero no tiene la mismaconsideración que el Jesús Cristo para loscristianos, o para los judíos, por eso hemos

J~ Hemos seguido, en buena medida, las recomendacionesdel Institut d'Estudis Catalans sobre la transcripción de ara-bismos y plurales de los nombres de origen árabe. Vid.«Proposició sobre eis sistemes de transliteració i transcrip-ció deis mots àrabs en cátala», en Documents de la SeccióFilológica /, Barcelona, Institut d'Estudis Catalans, 1990, p.141-158.

mantenido el nombre árabe Issa bnu-Màriam (Jesús, hijo de María). Un caso se-mejante sería el de Maria/Màriam, mujervirtuosa madre del profeta Jesús/Issa. En elmismo sentido, hemos optado por dar pree-minencia a las formas árabes, aunque entrecorchetes se recoja el equivalente judeocris-tiano o una breve explicación: Adam (Adán),Ismail (Ismael), Mussa (Moisés), Nuh (Noé),Ibrahim (Abraham), Gibril (el ángel Gabriel),etc.

3.2 Del texto inicial de Epalza al textocorregido en catalán

Desde las primeras suras escogidas paratraducir ya fijamos una metodología para laelaboración de nuestra versión. En primerlugar, Epalza elaboraba un texto inicial encatalán, traducción de todos los conceptos osentidos del texto árabe y con una formabastante definida de presentación. Perujo yForcadell, por separado, hacían una lecturareposada del texto facilitado por Epalza y, amenudo, lo comparaban con otras versionesen castellano33 para comprobar que no hu-biese saltos de aleia y, sobre todo, para en-tender algunos conceptos o expresiones queen el texto inicial de Epalza pudiesen que-dar confusos por la redacción o causa de ladisposición formal. A menudo el texto no seentendía en una primera lectura o bien,pendientes de la comprensión, nos olvidába-mos de la redacción, de los anacolutos, delhipérbaton exagerado para mantener el rit-mo o de las habituales interferencias delfrancés y de castellano en el texto de Epalza.Interferencias que con el trabajo y el pasodel tiempo fueron reduciéndose considera-blemente.

En una segunda fase, Perujo y Forcadellintercambiaban las correcciones y observa-ciones sobre el texto inicial. En unos pocoscasos se advirtió en esta fase que faltabaalguna aleia o versículo por traducir. A con-tinuación, en la reunión periódica conjuntacon Epalza se le planteaban las dudas desentido o de redacción detectadas. Era elmomento para comenzar a afinar la expre-sión, el ritmo y el léxico más adecuados alos objetivos y destinatarios de la traducciónuna vez comprendido el texto y la justifi-cación de Epalza a las dudas y preguntas dePerujo y Forcadell. Decidíamos también

' Nos han sido muy útiles la traducción de Cortés sobretodo y, por la abundancia de explicaciones, a pesar de su an-tigüedad, una reimpresión con un prólogo de V. Tariqa.

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entonces el tratamiento de los arabismos, elmantenimiento de la forma árabe de losnombres propios y la inclusión de brevesexplicaciones entre corchetes (amplificacio-nes o explicitaciones) cuando se considera-ba imprescindible o conveniente.

Perujo y Forcadell reescribían el texto ini-cial con las aportaciones fruto de esta pri-mera revisión, a la espera de acabar de revi-sar todas las suras, la introducción, los es-tudios, los índices y la bibliografía. Una vezrevisados todos los textos teníamos argu-mentos para adoptar unos criterios defini-tivos para la disposición formal, para laadaptación de determinados arabismos, pa-ra el mantenimiento de otros arabismos sinadaptar y para la utilización de los nombrespropios árabes y la explicación entre corche-tes de los equivalentes bíblicos. En el casode las abundantes fórmulas o expresionesque se repiten a menudo idénticas o con li-geras variaciones, optamos por mantenerunas pocas con la misma redacción, pero enotros casos decidimos optar por ligeras mo-dificaciones en función de los sentidos delcontexto, de la musicalidad, etc.

Posteriormente hicimos, todavía, dos lec-turas, o más, para detectar errores de todotipo (incoherencias de criterios adoptados,errores ortográficos, sintácticos o de signifi-cado) que se nos habían pasado por alto.Con motivo de la preparación de la terceraedición hemos hecho una nueva relectura,que nos ha servido para introducir pe-queños cambios y corregir incoherencias ylapsus. La traducción del Corán ha sido unaprendizaje para el equipo, en todos los sen-tidos.

3.3 Aprendizaje en los mecanismos detraducción de un texto sagrado

En traductología se entiende la traduc-ción como una oferta informativa que imitaotra oferta informativa previa. Según esto,intentar traducir un libro que se presentacomo inimitable por definición podría pare-cer, de buenas a primeras, una osadía. Eneste sentido, el primer osado que acometiótal intento fue Ramon Llull. El beato mallor-quín conocía perfectamente la milagrosainimitabilidad que los musulmanes (los«sarraïns», como él los llamaba) atribuyen alCorán, «car l'Alcorá és tan bell dictât queno-1 poria fer null hom semblant d'ell», talcomo comenta en uno de sus numerososprólogos. Él nunca llegó a traducir el Corán,pero con la intención de ganar la partida a

favor del cristianismo, intentó escribir algu-nas obras en catalán que pudiesen superarla belleza literaria del libro sagrado de losmusulmanes. Siglos más tarde, Epalza havuelto a aceptar el reto, consciente, comoLlull, del peligro que representa imitar elmensaje divino revelado al profeta Mahoma.

Los no musulmanes podemos aceptar ono el precepto de la inimitabilidad del Co-rán, pero no podemos dejar de reconocerque se trata de un texto difícil de imitar y,por lo tanto, de muy complicada traducción,al menos a una lengua románica como elcatalán. Más allá de la dificultad de trasla-dar, y además sin cristianizarlos, los conte-nidos (especialmente los de temática religio-sa) de una lengua tan alejada del cataláncomo el árabe de la época del profeta, másallá aún de la complicación de conseguir unestilo literario que pueda imitar -en la bús-queda de una equivalencia aceptable- labella prosa rimada del original, hay quecontar, especialmente, con la dificultad dehacer llegar al lector catalán actual los sím-bolos y las connotaciones que acompañan elmensaje de Alá. A Epalza corresponde elmérito de haber elaborado la primera tra-ducción catalana completa de este libro sa-grado, hecha directamente a partir del árabey no a partir de una lengua intermedia; aJosep Forcadell y a Joan M. Perujo, la satis-facción por la oportunidad de haberle acom-pañado en esta peregrinación por uno de loslibros más importantes de toda la historiade la humanidad. Sin duda, esta traducciónera una asignatura pendiente en el ámbitode la cultura catalana ya desde el viejo pro-yecto del rey Pere el Cerimoniós. Gracias ala labor de Epalza, este libro universal pasaa enriquecer ahora la historia literaria y lin-güística de la lengua catalana. Y esto ha si-do posible por el hecho de aprovechar, unavez más, el maravilloso vehículo de la tra-ducción.

Para Joan M. Perujo, como colaboradorde la traducción, el proyecto ha sido suma-mente gratificante, muy especialmente te-niendo en cuenta la novedad de la expe-riencia, vivida entre la expectación de vercómo nos era revelado el mensaje de Alá,no a través de Mahoma, sino a través deEpalza, gran intérprete del texto árabe, con-dición, por otro lado, indispensable parapoder traducirlo con un mínimo de fidelidady rigor. Como colaboradores, nuestra apor-tación se ha centrado en el trabajo de aseso-ramiento destinado a buscar un modelo de

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lengua claro y comprensible, estilísticamen-te elegante al mismo tiempo, pero sin la ar-tificiosidad retórica que pudiese enturbiar lacomprensión.

Como ya se ha dicho, desde la perspec-tiva académica, este libro es mucho másque una traducción. Los cinco estudios quelo acompañan y, especialmente, las estrate-gias que ha utilizado Epalza en la traduc-ción {explicadas en el quinto estudio) loconvierten en un instrumento útilísimo parala traductología, como guía de futuras tra-ducciones (al catalán o a otras lenguas) ytambién como herramienta de estudio paralos estudiantes de traducción. Quizás cabríaañadir ahora que explicar el método de tra-bajo seguido por el equipo de tres personasque ha participado en el proyecto podría serinstructivo, según nuestro criterio, desde elplano teórico (para los traductólogos), histó-rico (para una posible historia de la tra-ducción) e incluso práctico, puesto que con-sideramos -y así lo han considerado tam-bién otras personas que nos han planteadola cuestión- que el método del trabajo enequipo (en un equipo integrado por parti-cipantes expertos en varios campos o espe-cialidades) puede ser adecuado para futurastraducciones del Corán.

3.4 El proceso de revisión: la búsquedade un estilo adecuado

El método de trabajo propuesto porEpalza (sesiones de explicación de los conte-nidos de cada sura) contribuía sobremaneraa hacer más completa la labor de interpre-tación (en el sentido de comprensión y asi-milación de los contenidos) que supone todatraducción, desde el momento en el que alesfuerzo interpretativo que implicaba la ela-boración de su primer borrador de traduc-ción se sumaba un segundo proceso expli-cativo (en varias sesiones) destinado a hacercomprensible, para unos destinatarios aje-nos a la lengua y a los contenidos de la cul-tura árabe (los dos colaboradores), el men-saje que, a su vez, durante el proceso derevisión y mejora de los sucesivos borrado-res, los dos colaboradores habían de inten-tar que fuese más fácil de entender para eldestinatario catalanohablante.

El hecho de contar con dos colaboradoresexpertos en lengua catalana permitía queEpalza se centrase en los mecanismos real-mente importantes en el proceso de traduc-ción, sin preocuparse por cuestiones meno-res como la corrección lingüística del texto

resultante. Esta tarea recaía, pues, en losdos colaboradores. Ellos se encargaban deintentar entender y pulir, en un primer mo-mento de forma general, el primer borradorque elaboraba Epalza (ya en catalán, porsupuesto). Esta primera versión, corregidade forma general (cuestiones ortográficas ode normativa lingüística) servía de texto ba-se para las siguientes sesiones de trabajo,durante las cuales eran comentados y expli-cados por Epalza los contenidos de cadasura y se debatían en equipo diversas solu-ciones de traducción que pudiesen contri-buir a hacer más comprensible el texto, aembellecerlo literariamente o a conseguirobtener una expresión genuina y natural encatalán.

El método de traducción seguido porEpalza recoge, mutatis mutandis, el espíritude las palabras del filósofo y talmudista he-breo Maimónides, que en el s. xil establecióde manera bastante clara los postuladosque deberían guiar, y además desde la pers-pectiva de las lenguas semíticas, una buenatraducción. Unos postulados -citados conbastante frecuencia en la reflexión traduc-tológica actual- que continúan vigentes to-davía y que merece la pena recordar:

Aquel que pretenda traducir de una len-gua a otra y se proponga traducir siem-pre una palabra dada únicamente por otraque le corresponda, guardando el ordende ios textos y el de los términos, tendráque esforzarse mucho para finalmenteconseguir una traducción incierta yconfusa. Este método no es correcto. Eltraductor debe, sobre todo, aclarar el de-sarrollo del pensamiento, después escri-birlo, comentarlo y explicarlo de modoque el mismo pensamiento sea claro ycomprensible en la otra lengua. Y estosólo se puede conseguir cambiando a ve-ces todo lo que precede y le sigue, tra-duciendo un solo término por más pa-labras y varias palabras por una sola, de-jando aparte algunas expresiones y jun-tando otras, hasta que el desarrollo delpensamiento esté perfectamente claro yordenado y la misma expresión se hagacomprensible, como si fuera típica de lalengua a la que se traduce.34

Precisamente, las sesiones de trabajomantenidas por este equipo iban orientadas,

j4 Citamos la traducción de Miguel Ángel Vega, publicadaen su antología , Textos clásicos de teoría de la traducción,Madrid, Cátedra, 1994, p. 87.

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en primer lugar, a «aclarar el desarrollo delpensamiento». Los dos colaboradores eranlos primeros que necesitaban la aclaración ytambién los primeros que detectaban, en losborradores, puntos confusos o poco claros,es decir, expresiones e ideas que había queexplicar de manera más comprensible parael nuevo destinatario, de forma que «el mis-mo pensamiento» fuese perfectamente «claroy comprensible en la otra lengua». Respectode los cambios operados en la traducción,basta decir que las trasposiciones, explicita-ciones (en el texto y no en notas a pie depágina), amplificaciones y otros procedi-mientos técnicos de traducción oblicua ha-rían prácticamente imposible un cotejo conel original como el que se podría esperar enuna traducción más literalista. Considera-mos que romper con la idea de sacralidad ala letra35 que ha guiado muchas de las tra-ducciones del Corán a otras lenguas yactuar con plena libertad -en realidad lalibertad de la que dispone todo traductor-«hasta que el desarrollo del pensamiento»estuviese «perfectamente claro y ordenado yla misma expresión» se hiciese «compren-sible, como si fuera típica de la lengua a laque se traduce» ha constituido, precisa-mente, la aportación de esta traducciónmás destacada y de la cual nos sentimosmás orgullosos.

Afortunadamente, Epalza ha sido cons-ciente en todo momento de los peligros queentraña la traducción literal, operación, porotro lado, prácticamente imposible cuandose trata de verter una obra árabe a una len-gua románica. Sería inútil, pues, buscar laliteralidad a partir del cotejo del texto cata-lán con el original árabe. Epalza ha tenidosiempre presente que, como traductor, teníaque trabajar al servicio del destinatariomodelo de esta traducción: un lector catalánque no sabe árabe y que seguramente no

"° Hace años que dos expertos en la traducción bíblica(Eugene A. "Nida y Charles R. Taber) advirtieron del peligroque supone sacralizar la lengua de partida: «Por tanto, si lostraductores quieren conseguir unos textos que produzcan ensus lectores una respuesta equivalente a la que produjeronlos originales, necesitan cambiar sus puntos de vista sobrelas lenguas con que trabajan. Esto exige, por una parte, dejarde poner las lenguas originales en un pedestal teológico y dedoblegarse ante ellas con una sumisión ciega; por otra,revisar a fondo la postura ante la lengua receptora, inclusocuando se trata de la lengua materna del mismo traductor»,La traducción: teoría y práctica, versión española y adap-tación de A. de la Fuente, Madrid, Ediciones Cristiandad,1986, p. 18.

conoce, en general, la mayoría de cultemasde la cultura islámica. La finalidad que rigeeste encargo de traducción respondería,pues, al objetivo de hacer llegar al lector delámbito catalán, de la forma más compren-sible posible, en un modelo de lengua claroy actual (sin arcaísmos, filigranas retóricasni excesos literarios),36 los contenidos delmensaje coránico.

El efecto de la traducción, sin embargo,había de ser distinto a la fuerza. Inútil hu-biese sido intentar que los lectores catala-nes pudiesen recibir el Corán igual que losmusulmanes arabófonos, pero por lo menoshabía que procurar conservar el efecto detexto literariamente bello, escrito para lareflexión y la meditación, y con un grancomponente de oralidad. «El traductor debebuscar la equivalencia en vez de la iden-tidad», advierten Nida y Taber.37 En el casodel Corán, además, el precepto de la inimi-tabilidad convierte la identidad en empresaimposible, desde el momento en el que seconsidera que el único texto sagrado es eloriginal árabe, que no puede ser traducido,sino comentado o explicado.38

Para poder llevar a la práctica todos estosideales, Epalza ha aplicado la máxima tra-ductológica que propugna que en traducciónel fin, la finalidad (skopós), justifica losmedios y, por lo tanto, el traductor tienetanta libertad como sea necesaria para tras-ladar el contenido del texto original a losdestinatarios de la traducción, de lengua ycultura diferentes.39 En este sentido, la

j 6 En este mismo sentido, recordemos de nuevo las palabrasde Nida y Taber: «Además de inducir a error, unatraducción puede ser tan pesada estilísticamente que resuiteincomprensible», ibid., p. 17.

37 Ibid., p. 29.

jS Como comenta J. P. Arias, «el Corán es inimitable e intra-ducibie, y la lengua árabe la lengua más excelsa por ser laelegida por Dios para transmitir su mensaje. De ahí el de-sinterés teórico en el islam por la reflexión traductológica,en general, y por los problemas de la traducción del textocoránico, en particular. Las traducciones que desde la apa-rición del islam y hasta nuestros días se han llevado a cabono son tenidas como tales sino como simples comentarios alos significados contenidos en el mismo», «Traductor, con-feso y mártir: ocho versiones del Corán en español», enEsther Morillas y Juan Pablo Arias (eds.), El papel del tra-ductor, Salamanca, Ediciones Colegio de España, 1997. p.373. Vid. también el estudio 3 de nuestra traducción (p.1.047-1.056), ya citado.

j 9 Sobre los postulados de la teoría funcional, sin dudaampliamente conocidos por los lectores de esta revista.

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traducción se convierte también en un obje-to digno de estudio para los especialistas entraductología. Sería de gran utilidad, porejemplo, analizar de qué modo ha sidoexplotado al máximo el procedimiento técni-co de la explicitación, con el objeto de recu-perar en el texto, y no mediante el molestosistema de notas a pie de página,? lossignificados, los múltiples significados, deloriginal árabe. Por otra parte, numerososcontenidos del original (no necesariamentereligiosos, sino también culturales en elsentido genérico), tan sólo conocidos por losdestinatarios de cultura islámica, hubiesendesaparecido en el nebuloso camino de latraducción. Recordemos que una lengua estambién una forma de estructurar la rea-lidad y de ver el mundo y, desde este puntode vista, abundan las diferencias entre lalengua árabe del s. vil y el catalán actual.Un ejemplo: ¿cómo podría entender unlector catalán la expresión «bufar sobre eisnues» (literalmente «soplar sobre los nu-dos») si no se le explica que los musulmanesconjuran el mal de esta manera, igual quelos catalanohablantes «toquem ferro» paraconjurar la mala suerte o los castellanoha-blantes tocan madera?

Sin duda alguna el lector catalán norecibirá este texto con la misma disposicióncon la que los musulmanes veneran el textorevelado por Alá. El efecto de la traducción,repetimos, tenía que ser necesariamente di-ferente. Ellos siempre considerarán que elCorán es un libro sagrado que los acom-pañará a lo largo de sus vidas, lo escu-charán recitar y lo aprenderán de memoria,en las escuelas, en las mezquitas y en laintimidad de sus alcobas. El lector catalán,en cambio, se acercará a esta lectura movi-do por otro interés o por otra curiosidad almenos. Para compensar, aunque sea enparte, esta pérdida inevitable, Epalza haaprovechado también otro recurso segura-mente más innovador: la disposición gráfica

remitimos a Katharina Reiss y Hans J. Vermeer, Funda-mentos para tina teoría funcional de ¡a traducción, trad, deSandra García Reina y Celia Martín de León, Madrid, Akal,1996: orig. Grundlegung einer allgemeine Translations-theorie, Max Niemeyer Verlag GmbH & Co., K.G. Tü-bingen, 1991 (T ed.). Y de forma más sintética, K. Reiss,«Teorías de la traducción y su relevancia para la práctica»,Sendebar, n° 3 (1992), p. 25-37; Christiane Nord, «Tradu-ciendo funciones», en Amparo Hurtado Albir (ed.), Estudissobre la traducció, Castelló de la Plana, Publicacions de laUniversität Jaume I, 1994, p. 97-112.

del texto. El lector catalán, ante esta es-pecial jerarquización gráfica de la infor-mación que ofrece la versión catalana, re-cibirá de entrada la sensación que tieneante cualquier texto poético: un texto, portanto, destinado a la lectura pausada yreflexiva, meditativa, íntima. De manera queel efecto de solemnidad que provoca eioriginal queda recuperado y compensado enparte en la traducción.

Epalza cuenta con la ventaja de ser pluri-lingüe, ahora bien, su conocimiento de va-rias lenguas (francés, castellano, catalán,italiano, inglés...), junto con diversos facto-res de índole histórica y sociolingüística quehan constituido el proceso de normalizacióndel catalán provocan también que los fenó-menos de interferencia lingüística sean rela-tivamente abundantes cuando se expresa enesta lengua, que ha aprendido de forma casiautodidacta. En general, en la expresiónespontánea de los catalanohablantes es es-pecialmente significativa la interferencia dela lengua vecina.40 Los distintos borradoresde esta traducción no han sido ajenos a estainfluencia y ello no porque la traducción deEpalza haya pasado por una traducción in-termedia al castellano o a otra lengua, sinoporque en su expresión habitual en catalán,como suele ser normal en los usuarios deesta lengua, hay un influjo importante delcastellano (lengua dominante) sobre la len-gua minorizada.

Ahora bien, como hemos dicho, los doscolaboradores eran los encargados de solu-cionar las cuestiones de ortografía, apostro-fación o las interferencias en aspectos comoel vocalismo, la morfología verbal o la morfo-sintaxis. Y también otros aspectos más com-plejos como interferencias en el género o elnúmero gramatical, en el uso de los pro-nombres, cambios de preposiciones, etc.Más complejo resultaba buscar la soluciónadecuada a determinadas locuciones, colo-caciones y frases hechas. Por ejemplo, du-rante el proceso de revisión la locución «permor de» se convertía en «per rao de» y laexpresión «eis ulls oberts de par en par»pasaba a «eis ulls oberts com taronges»(Q.70: 36), según la formulación genuina encatalán.

40 Vid. una visión general sobre este aspecto en LluísPayrató, La interferencia lingüística. Comentaris i exemplescatalà-castellà, Barcelona, Curial-PAM, 1985.

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En el terreno del léxico también eranabundantes las interferencias: fallo porerror, porvindre por futur o destí, adiví porendeví, barco por vaixell, cobre por coure, elsdemés por eis altres / la resta, empenyatspor capficats, derramar por vessar, falles (detexto) por fulls, etc. No eran extraños tam-poco los falsos amigos, del castellano e in-cluso del francés, como el uso del verbo de-mandar o demanar ('pedir' en catalán) utili-zado en el sentido de 'preguntar' por in-fluencia del fr. demander o la curiosa crea-ción de un verbo *envolupar por influen-cia del francés développer, en vez del equi-valente catalán [desenvolupar] o de un*guidar, del francés guider, en vez del ca-talán guiar.

Otro aspecto que teníamos que tener encuenta era que las opciones lingüísticasusadas en esta versión catalana se ajusta-sen, en cuanto a la adecuación, a la varie-dad de catalán exigida en el encargo. Con-viene explicar aquí que en catalán se uti-lizan habitualmente dos grandes modelos delengua estándar: el que corresponde al ca-talán de la zona este de Cataluña y a las Ba-leares (catalán oriental) y el que correspon-de a la Comunidad Valenciana, Andorra y ala zona oeste de Cataluña (catalán occiden-tal). Así, es relativamente frecuente encon-trar traducciones distintas de un mismotexto según la variedad de catalán utilizadapor el público destinatario al que van di-rigidas.41 De forma general, en la varie-dad estándar las diferencias se reducena determinadas preferencias léxicas (mi-rall/ espül), algunos dobletes en infinitivos{néixerI nàixer, treure/traure) o unas po-cas discrepancias en la morfología verbal(sigui/ siga, constitueixi/ constituïsca), etc.42

41 Disponemos, por ejemplo, de dos traducciones de la Bi-blia interconfesional, una primera al catalán oriental (Asso-ciació Bíblica de Catalunya - Editorial Claret - SocietatsBibliques Unides, Barcelona, 1993) y otra, algo posterior, alcatalán occidental (Castellón, Editorial Sao - ABC - So-cietats Bibliques Unides, 1996). El procedimiento es habi-tual en el mercado editorial e incluso en el ámbito tele-visivo, ya que numerosas series de televisión son dobladasal catalán oriental para la TV3 o al catalán occidental(valenciano) si van destinadas al Canal 9 o a Punt 2.

42Esta situación provoca curiosas realidades en el ámbito dela traducción profesional, como el hecho de hallar profe-sionales que se ganan la vida practicando la modalidad detraducción intralingüística (traducen al catalán occidentaltextos escritos en catalán oriental o viceversa), especial-mente en la traducción de manuales escolares y libros in-fantiles. E incluso en el ámbito de la traductología, como la

Sin duda, un método de trabajo en el queno hubiese habido interrelación entre tra-ductor y colaboradores (como implica la pro-puesta inicial de la editorial Proa de pro-porcionar un corrector que revisase el textoal final del proceso) habría dado corno re-sultado un texto de menor calidad lin-güística y literaria. Veámoslo con un ejem-plo. En la versión preliminar de la sura 13(«El Trono»), el borrador previo de Epalzarezaba: «Al-lá, Déu, va posar alts els eels, /sense pilars que pugueu veure. / I, després,Ell es va instal-lar sobre el Seu tro» (Q.13:2). En estos versículos, la interferencia de lapalabra castellana trueno y el fenómeno dela hipercorrección, tan habitual en una len-gua minorizada como el catalán, debieronde influir en la confusión producida entrelos términos catalanes tro ('trueno') y tron('trono'), que es el que corresponde al títulode esta sura y a la designación de Alá comoSeñor del Trono. Afortunadamente, las se-siones de trabajo destinadas a revisar losborradores previos y a comentar los conte-nidos de cada sura hicieron posible corregireste lapsus y otros muchos semejantes,difíciles de detectar en una simple correc-ción de original previa al proceso deimpresión.

El hecho es que a veces se acumulabanen pocas líneas varios fenómenos de inter-ferencia que complicaban la comprensióndel texto y, en consecuencia, la labor derevisión. Sirvan como muestra del tipo decambios operados durante el proceso lacomparación de dos versiones diferentes deun fragmento de la sura 10. El primerborrador de Epalza ofrecía el siguiente texto:

Aquesta vida, la terrenal, és com l'exemple de l'aigua,que nos hem fet baixar dels eels.

Amb aquesta aigua totes les plantes sobre la terraes posen grosses i van creixent,

i d'elles menjen eis homes tots i tot el remat.I quan la terra está molt bella i adornada,

i quan es pensa tota la gent queja la teñen dominada,arriba a ella el nostre ordre, siga de nit, siga de dia,i la deixem tota pelada, com si estigués tota segada,

i com si ahir no hagués estât rica i florent.

necesidad de elaborar un texto meta marcado por la va-riación lingüística a partir de un original en el que este as-pecto era tan sólo latente. Es la situación que Perujo planteóen «L'adaptació a la realitat sociolingüística de la llenguameta com a estrategia de traducció», comunicación presen-tada al V Congrès Internacional de Traducció. Intercul-turalitat i traducció: les llengües menys traduïdes (Bella-terra, Universität Autónoma de Barcelona, 29-31 de octubrede 2001), en prensa.

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D'aquesta forma nos expliquen! nostres miracles i textos sants,signes divins, per tots els homes qui reflexionen.

Déu ha invitât a qui ell vol a la mansió de la seva paui dirigeix a qui ell vol pel camí recte.

Pels qui han fet sempre obres bones,els donará sempre el millor i abundancia sempre afegida.

Mai estarán cuberts llurs rostresper l'ombre obscura, humiliant, vil, de la polsa.

Aquests serán Companys del cel,i en el jardí paradisiac ells viuran sempre, eternament.

Pels qui han fet sempre, amb intenció, coses dolentes,serán premiats amb un gran càstig

corresponent a llur maldat.Eis cobrirà la humiliació i no tindran cap protector

qui els defensi contra Al-là, Déu.Es com si hi hagués un troc de nit, que els cobreixi tota la cara.Aquests seran Companys del foc,

i en eix infem ells viuran sempre, eternament. (Q.10: 24-27)

Corno hemos dicho, la primera revisiónera realizada de forma individual por cadauno de los dos colaboradores. En esta pri-mera corrección se eliminaban los erroresde ortografía o los pequeños lapsus meca-nografieos: estarán por estaran (acentua-ción), menjen por mengen (consonantismo),remat por ramat o cuberts por coberts (voca-lismo), etc. Tampoco era demasiado compli-cado solucionar los problemas de interfe-rencia en la morfosintaxis: en el género gra-matical (el nostre ordre por la nostra ordre),en los posesivos (nostres por eis nostres),en el relativo (qui reflexionen por que re-flexionen), en el uso de determinadas pre-posiciones (per tots els homes por per a totsels homes), etc. Se eliminaban del textodeterminadas soluciones lingüísticas que,aunque se ajustan perfectamente a la nor-mativa lingüística, se asocian a un modelode lengua estilísticamente más alejado delusual en la variedad estándar e incluso con-siderado arcaizante: la forma de posesivollur fue sustutuida por la más habitual (llursrostres > els seus rostres, llur maldat > laseva maldat). Se ajustaban también las op-ciones lingüísticas que, a pesar de sercorrectas, no son propias de la variedad decatalán oriental seleccionada para la tra-ducción (cambio del presente de subjuntivodel verbo ser, siga por siguí). Además, deci-díamos adoptar determinados criterios tipo-gráficos, como el uso de mayúscula paramarcar los pronombres personales o los po-sesivos referidos a Alá (Nos, eis Nostres).

A parte de otras correcciones de tipolingüístico que no viene al caso comentarahora (cambios de puntuación, anacolutos,correlación en los tiempos verbales, etc.), enlas distintas sesiones de trabajo se opera-ban otras modificaciones más complejas,

destinadas a solucionar la extrañeza quecreaban determinadas expresiones (como al-gunas construcciones en pasiva refleja) y,sobre todo, a buscar una expresión, des-pués de haber entendido el sentido gracias alas explicaciones de Epalza, más adecuadadesde el punto de vista de la comprensión(para el lector catalán) y de la naturalidad yla riqueza expresiva. En otros casos loscambios eran simplemente estilísticos, paraintentar lograr una formulación más acordecon el ritmo o la musicalidad de la frase omás elegante literariamente. A esta inten-ción responde, por ejemplo, el cambio de«les plantes sobre la terra es posen grosses ivan creixent» por «les plantes sobre la terraufanegen i van creixent», y también loscambios de adornada por engalanada oflorent por esponerosa. Después de todas lasmodificaciones realizadas en las distintassesiones de trabajo en equipo, estos versí-culos quedaban del siguiente modo en laversión publicada en 2001:

Aquesta vida, la terrenal, és com l'exemple de l'aigua,que Nos hem fet baixar dels eels.

Amb aquesta aigua totes les plantes sobre la terraufanegen i van creixent,

i d'aquestes mengen els homes tots i tots els ramats.I quan la terra esta molt bella i engalanada,

i quan es pensa tota la gent queja la teñen dominada,hi arriba la Nostra ordre, sigui de nit, sigui de dia.

i la deixem tota pelada, com si estigués tota segada.i com si ahir no hagués estât rica i esponerosa.

D'aquesta forma Nos expliquen! eis Nostres miracles i textos sants,signes divins, per a tots els homes que reflexionen!

Déu invita a qui Ell vol a la mansió de la Seva paui dirigeix a qui Ell vol pel camí recte!

Als qui han fet sempre obres bones,els donara sempre el millor i abundancia sempre afegida.

Mai estaran coberts els seus rostresper l'ombra obscura, humiliant, vil, de la pols.

Aquests seran Companys del cel,i en el jardí paradisiac ells viuran sempre, eternament.

Eis qui han fet sempre, amb intenció, coses dolentes,seran premiats amb un gran càstig

corresponent a la seva maldat.Eis cobrirà la humiliació i no tindran cap protector

qui els defensi contra Al-la, Déu.Es com si hi hagués un tros de nit que eis cobrís tota la cara.Aquests seran Companys del foc

i, en aquest infern, ells viuran sempre, eternament!(Q.10: 24-27)

Podemos sintetizar los aspectos tenidosen cuenta durante el proceso de revisión enlos cuatro puntos esenciales que indicamosa continuación. Ahora bien, para poder re-visar la traducción teniendo en cuenta es-tos cuatro puntos era absolutamente ne-cesario un trabajo en equipo en el que teníalugar una auténtica reflexión traductológica

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-puesto que el intercambio de ideas entrelos tres participantes en el proceso iba des-tinado a hallar mejores soluciones de tra-ducción- de doble sentido, del traductorpropiamente dicho, Epalza, a sus dos cola-boradores, y viceversa. Corregir el texto sinla tutela constante del traductor -aunquehubiese realizado la corrección un profe-sional perfectamente cualificado como los dela editorial Proa- habría sido un peligro enun texto de estas características, puesto quepara aplicar los cuatro criterios siguientesera absolutamente necesario reflexionar enequipo y de la mano del traductor, paraconseguir:

a) Corrección de soluciones incorrec-tas según la normativa lingüística.

b) Resolución de problemas de inter-ferencia lingüística o de hipercorrec-ción.

c) Adecuación de la expresión a lavariedad lingüística (catalán oriental)y a la modalidad textual (texto litera-rio, solemne, del carácter y ámbitoreligioso, considerado sagrado, conun nivel de formalidad alto, etc.).

d) Búsqueda de la expresión másadecuada según los principios de na-turalidad de expresión y genuini-dad, con la intención de ofrecer unalengua estilísticamente elegante (lite-raria) pero comprensible (sin excesosretóricos o estilísticos).

4. ¿Faltaba un musulmán en el equipo?

El que no haya un musulmán en los tra-bajos en equipo de traducción o de estudiodel Corán es una ausencia que a veces pue-de llamar la atención, por parte de los pro-pios organizadores de un trabajo colectivode estudio de las traducciones del Corán,que sienten la necesidad de excusarse poresa deficiencia.43 Nosotros no nos vamos aexcusar, pero sí creemos que explicar unpoco el tema permitirá aclarar bastante lametodología y el proceso de esta traduccióndel Corán.

Nuestro itinerario comenzó sin ningúnproblema en particular, desde este punto de

vista, porque el primer proyecto era unainiciativa de musulmanes, de universitariossirios de la Universidad de Granada. Esainiciativa no cuajó, en el primer proyecto deEpalza por traducir el Corán, hacia 1977,como hemos explicado en las líneas prece-dentes.44 Más tarde se reanudó aquel pro-yecto con otros presupuestos traductológi-cos, pero pensando en unos lectores musul-manes en Cataluña, catalanohablantes ymusulmanes de nacimiento o por conver-sión. Pero a ese hipotético destinatario, conun mínimo numérico de público lector, almenos actualmente, se sobrepuso la imagende la gran mayoría de probables lectores: loslectores catalanes de cierto nivel cultural,que quieren conocer en su lengua uno delos textos más importantes e influyentes dela humanidad.

Creíamos, en primer lugar, los tres tra-ductores no musulmanes de la Universidadde Alicante, que el punto de vista musul-mán en nuestra traducción estaba suficien-temente representado por la opinión formu-lada por escrito en la bibliografía consultadapara realizar nuesta traducción, especial-mente por las traducciones al español y alfrancés realizadas por musulmanes, por loscomentarios coránicos de musulmanes con-sultados -por nosotros y por otros traduc-tores- y por el propio texto del Corán, tanconocido y estudiado. Los libros consultadosforman parte, evidentemente, del equipo deestos tres traductores, que han tenido encuenta la opinión de muchos expertos mu-sulmanes, para su traducción.

Pero ya en la rueda de prensa de pre-sentación de la primera edición, en Barce-lona, surgió la pregunta: «¿Han tenido elaval de las autoridades religiosas musul-manas? ¿Piensan pedirlo y obtenerlo?». Larespuesta, improvisada y tajante, fue «¡No!Es una traducción universitaria y aconfe-sional, sin finalidad religiosa de proselitismoo de propaganda religiosa. Quiere dar a co-nocer este texto sagrado de los musulma-

"" Vid. principio de la «Presentazione» del editor de G. Zetti(ed.), // Corana..., p. 5.

44 Vid. Epalza, «Alguns antecedents...», p. 23. En cambiofue exitoso y resultó ser muy provechoso, por esas mismasfechas de 1977, colaborar con un imam musulmán de origenpalestino, instaladc hacia ya varias décadas en España, parahacer una presentación en castellano de un resumen de ladoctrina musulmana, en forma de catecismo, para una reu-nión de trabajo destinada a editores de libros escolares espa-ñoles dé religión y para una revista del episcopado católicoespañol: Ahmad El-Agha (traducción de Epalza), «Resumende la doctrina musulmana». Actualidad Catequética, n° 94(1979), p. 87-109(487-507).

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nes, lo más objetivamente posible». La pre-sentación de Cansinos (1951), que era es-critor sevillano (de la llamada generación del27) y de religión expresamente judía, en elprólogo a la primera traducción españoladel Corán, nos parecía suficientemente es-clarecedora de nuestra actitud ante las tra-ducciones oficiales o confesionales.45

En realidad, no nos habíamos planteadoel problema de incorporar a un musulmán anuestro trabajo de traductores simplementeporque hubiese sido no por el solo hecho deser musulmán, sino por su competencia entraducción del Corán. Y no conocíamos aninguno con estas cualidades en nuestroentorno de la Universidad de Alicante.46

También podíamos tener ciertas reticen-cias a integrar en nuestro equipo a un mu-sulmán que no fuese experto en traduc-ciones del Corán. Su sola labor hubiese con-sistido, entonces, en avalar la ortodoxia reli-giosa de nuestra traducción, partiendo deuna doctrina probablemente simplificadoray tradicional, cuando lo que buscábamosera una innovadora forma de traducir estetexto sagrado, de la forma más exacta yclara posible, con fidelidad a los contenidos,pero sin estar atados a las expresiones mor-fosintácticas del texto árabe original.

Un punto concreto y muy sencillo puedeejemplificar este problema: la traducción delnombre al-lâh ('Dios', con mayúscula, elDios Único del islam, o con minúscula,cualquier dios, incluido el Dios único de losárabes cristianos). Un primer sondeo entrelos traductores del Corán al castellano, conconocimiento del árabe, daba las siguientescifras: siete traducciones daban siete va-riantes ortográficas (Alá, ¡Dios!, El Dios,¡Alá!, Dios, Allah, Al-Alah), con 4 versionesque mantienen el nombre árabe «Alá» y 3que lo traducen al castellano «Dios».47 La

45 Reproducido en su original en castellano (1953) enL 'Alcorà, p. 8: «tenemos que [...] hacer constar en términosclaros y precisos, que no entrañan desdén para los que creenrevelado este libro, que nuestra intención al traducirlo no hacorrespondido a ningún móvil apologético en ese sentido,sino simplemente cultural, como el que nos hubiese guiadoa traducir los Vedas o Zend-Avesta, o cualquier otro gran li-bro religioso de esos que han guiado a fracciones más o me-nos considerables de la Humanidad».4" Epalza había colaborado en tareas de traducción de im-portantes, aunque breves, textos religiosos del español alárabe o del árabe al español, respectivamente, con el traduc-tor marroquí Dr. Abderrahmán Cherif-Chergui, en Madrid,y el ya mencionado imam palestino Ahmad El-Agha, actual-mente residente en la región de Valencia.47 Cfr. L 'Ahora, p. 1.086-1.087.

diferencia depende de un punto de vistareligioso algo diferente: «Dios» indicaría queel referente es el mismo y «Alá», que tiene lasespecificidades del Dios único del islam.Nosotros, en la traducción catalana del Co-rán, hemos escogido y razonado el utilizarambas denominaciones indistintamente pa-ra englobar ambos significados (Allá y Déu,ambas sucesivamente, en cualquier orden, osólo una de ellas, también indistintamenteo, a veces, en función de la musicalidadestilística).48 Esta opción original49 no hu-biese sido posible probablemente en unaeditorial musulmana, ya que es norma ge-neral de muchas de ellas el mantener elnombre en árabe en las traducciones o ver-siones del Corán. El traductor AbdelghanyMelara Navio, excelente traductor español,musulmán, en las dos primeras ediciones desu obra (Granada, 1994; Palma de Mallorca,1998), ambas en editoriales aparentementeespecializadas en libros islámicos, utiliza latraducción «Dios», mientras que en la terce-ra (Medina, 1417H) lo sustituye por «Allah».Julio Cortés, que en todas sus traduc-ciones en España ha utilizado la traducción«Dios» (Madrid, 1979, hasta la bilingüeárabe-español de Barcelona, 1999), lo sus-tituye por «Allah» en la edición bilingüe deuna editorial musulmana estadounidense(Baldwin, 1987).50

Es evidente que toda editorial puede te-ner una política editora y que, si es religio-samente confesional, puede tener en cuentadiversas opciones teológicas. El problema defondo está en considerar este libro, el Co-rán, como oficial, canónico en función deuna ortodoxia religiosa, también en sus tra-ducciones a otras lenguas que no sean elárabe (lenguas aljamiadas o no árabes,'achamiyya). Nosotros sólo queríamos darloa conocer, desde un planteamiento científicoy universitario, pero con bastante libertadpara utilizar una estrategia de traduccióninnovadora, la que hemos considerado másadecuada, sin los reflejos teológicos islámi-cos de querer ser más fieles a formas mor-fosintácticas del original que a la lengua dellector que no sabe el árabe, actitud quehabía hecho fracasar el intento con losestudiantes sirios en 1977, que prefirieron

48 Vid. just if icación en L'Alcorà, p. 1.086-1.087 y 1.109.49 Adver t ida por muchos recens ionadores de nuest ro libro,entre ellos Arias , Samsó y Vernet , menc ionados anterior-

mente .50 Vid. referencias bibliográficas completas de estas traduc-ciones en L'Alcorà, p. 1.233 y 1.212, respectivamente.

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reproducir la traducción argentina anterior,llena de expresiones extrañas, y no precisa-mente debidas al español de ese país hispa-nohablante.

Igualmente hubiese habido dificultad uti-lizando el doblete «Muhámmad/Mahoma», apesar de haber expuesto las razones en fa-vor de ese uso.51 O hubiésemos tenido queponer más notas explicativas, como en laprimera sura (Q.1: 7), como en el texto «losque han provocado tu ira» [los judíos, ado-rando al becerro de oro, en el Sinaí] y «losque se equivocan» [los cristianos, engañadospor el demonio Iblís y sus hijos];52 hemosdudado en añadir esas explicaciones tradi-cionales en el islam, muy probables y cohe-rentes con el pensamiento musulmán sobreesos dos colectivos religiosos, pero no es deltodo seguro que el texto se refiera a ellos yhemos preferido dejarlo en su ambigüedad.

A esos pequeños y muy salvables incon-venientes hubiese podido añadirse el deseomusulmán de que la edición fuese bilingüe,con el texto árabe enfrentado a su traduc-ción, página por página, como es tradicionalen el islam y en las traducciones del Corán.Entraba en el proyecto y en la oferta inicialde la editorial Proa, pero hubiese encarecidomucho la edición. De todas formas, tenemospreparada una eventual edición bilingüe,como las diversas que hay ya en castellano,pero con algunos rasgos particulares.

5. Conclusión

Finalmente, el trabajo de este equipo detres se ha prolongado durante muchos me-ses, preparando una edición de bolsillocon la traducción al catalán, para hacerlamás asequible económicamente, suprimien-do simplemente los estudios. Pero nos he-mos encontrado con una dificultad impre-vista: nuestra traducción tenía que cambiartotalmente si renunciábamos a la disposi-ción tipográfica que habíamos utilizado enla primera edición. No vamos a explicar, porahora, este problema, hasta que no haya-mos encontrado una solución. Pero es unproblema interesante, traductológicamentehablando.

Como han pedido muchos, sería necesa-ria una versión en castellano -proyecto queya hemos iniciado- que aplicase los mismosprincipios de traducción de la edición encatalán. Creemos que es posible y proba-blemente útil para comprender el texto delCorán de una forma nueva, diferente y com-plementaria a la que ofrecen las numerosastraducciones buenas que ya hay en cas-tellano y en otras lenguas. El libro sagradodel islam se lo merece.

51 L'Alcorà, p. 1.008-1.013.52 Vid. texto completo de la sura, traducido al castellano y alcatalán, anteriormente.

Mikel de Epalza,Josep V. Forcadell, Joan M. Perujo

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