Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación « ESQUEMATISMO TRASCENDENTAL KANTIANO»

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATAFacultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

« ESQUEMATISMO TRASCENDENTAL KANTIANO»

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Enrique V. GarcíaFEBRERO de 2007

[I] – INTRODUCCIÓN: «un arte oculto en lo profundo del alma humana»

[1]

Con la Doctrina del Esquematismo parece haber cristalizado una

«contribución» que llenó de «perplejidad a sus críticos y comentaristas» Así fue

porque el «aparato conceptual» que Kant (1724-1804) había creado, resultaba

«incomprensiblemente complicado» [2]

El esquema, ese «simple producto de la imaginación» [3], no constituye

una imagen, ni comporta una «representación singular del objeto» Su carta de

presentación lo muestra como «un procedimiento general de la imaginación

para la generación de imágenes» [4], o «para suministrar a un concepto su

propia imagen» [5] Uno podría concebir una imagen pormenorizada de un

1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura (traducción al español de Pedro Ribas), Ediciones Alfaguara S. A., Barcelona, España, 1995, A141, B181, p. 185. 2[?] Torretti, Roberto; Manuel Kant, Editorial Charcas, Buenos Aires, Argentina, 1980, pp. 406 y 407.3[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A140, B179, p. 184. 4[?] Torretti, Roberto; Manuel Kant, Ibíd., p. 407.5[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A140, B180, p. 184.

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triángulo, de un pentágono o de un polígono de mil lados, pero, en cambio, uno

nunca podría formularla repentinamente, aún cuando conociera

pormenorizadamente el procedimiento constructivo de figuras así. Ese

procedimiento es el esquema. El esquema, entonces, comporta una regla que se

da uno mismo a sí mismo, no por mera enunciación, sino mediante una figura,

un monograma, un esbozo del entendimiento. En otras palabras: el esquema

«significa una regla de síntesis de la imaginación respecto de figuras puras en el

espacio» [6]

Ante lo dado, a los fenómenos visuales que se combinan en la

aprehensión, además, se les asocian expectativas de percepción que

circunscriben el alcance de lo que puede aceptarse como representación

empírica de lo aprehendido inicialmente: ver moverse al objeto, oír los ruidos

que provoca, o captar los olores que despide. Uno, en la secuencia, podría

sustituir (o no) «un sistema de procedimientos sintéticos de la imaginación por

otro ... en el cual la representación inicial, las recientes y las futuras tienen que

dejarse encuadrar [en la imaginación]» Aquí, ya entrevemos que interviene el

tiempo. Pero, previamente debemos admitir que los conceptos puros del

entendimiento (las categorías) poseen un esquema que cuenta con una

naturaleza. Dice Torretti que «las categorías ... sólo pueden emplearse para

pensar lo que existe si comprenden ... ‘procedimientos generales de la

imaginación’ o esquemas» [7] Así como el esquema de un concepto empírico

implica poner en juego los modos de configurarse espacio-temporalmente una

multiplicidad empíricamente dada, el esquema de una categoría tiene que ser

un modo de configurarse la multiplicidad pura del espacio y el tiempo. Como el

tiempo es la «forma pura de la intuición sensible» (KrV: A31, B47), y las

categorías tienen que ser aplicables a los objetos de experiencia, los esquemas

de ellas comportan modos de configurar la multiplicidad temporal [8]

Kant concibió tantas definiciones para los esquemas como categorías

estableció. Cada una de ellas, caracteriza la configuración temporal que reviste

una experiencia empírica para poder ser pensada en su categoría correlativa.

Los esquemas, entonces, proporcionan la condición sensible para la aplicación

de las categorías, la condición que señala el objeto al que las categorías se

aplican y, al hacerlo, les procuran un significado. Así, el esquema de la

causalidad sería la sucesión de la multiplicidad de un objeto dado, en cuanto

dicha sucesión contiene una regla. Por ejemplo: el hecho A es la causa del hecho

B, sí y sólo sí hemos establecido una regla, extraída de la experiencia a

posteriori, que prescribe que los hechos del tipo A van siempre seguidos por

6[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A141, B180, p. 184. 7[?] Torretti, Roberto; Manuel Kant, Ibíd., p. 408. 8[?] Algunos esquemas, como la permanencia de lo real en el tiempo, constituyen casos excepcionales, dado que implican una configuración del espacio.

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hechos del tipo B. Mediante este ejemplo, en el que la regla proviene de la

empiria, se advierte a qué se refería Kant cuando creía imposible definir las

categorías separadas de las condiciones sensibles de su aplicación, o sea de sus

esquemas.

Pero, concebir un concepto, por ejemplo el de número, ¿implica pensar

en ese método de construcción? [9] Parecería que sí, aunque Frege (1848-1925)

refute el argumento en la creencia de que ambas estructuras, la de construcción

del número y la del acto de contar, difieren. Cuando Descartes (1596-1650)

distinguió entre representación conceptual y representación imaginativa de una

figura geométrica, señaló que de un quiliógono solamente se podría tener la

representación conceptual [10] Kant, en cambio, entendió que la representación

de esa figura (que no es una imagen, sino un esquema o procedimiento de

construcción) pertenece a la imaginación y, «de hecho, nuestros conceptos

puros sensibles no reposan sobre imágenes, sino sobre esquemas» [11]

Parece que aquello que las categorías significan, lo expresan sus

esquemas. Esta es su función: conferir significado a los conceptos puros del

entendimiento. Sin embargo, Kant vislumbrará la posibilidad de pensar las

categorías escindidas de condición sensible alguna. Nos asegurará que así

consideradas, en sentido puro, esas categorías carecerían de valor cognoscitivo,

no tendrían «realidad objetiva», serían «meras funciones lógicas» Así pues, las

categorías sin los esquemas, constituyen solamente funciones del entendimiento

destinadas a formar conceptos, pero no a determinar objeto alguno. Aún así, las

categorías consignan «el pensamiento de un objeto en general según modos

diferentes» [12]

Kant necesitaba reservar ese estatuto para las categorías puras, puesto

que únicamente así podía sostener el argumento que garantizaba el equilibrio

de la Filosofía Crítica: su concepción del entendimiento, independiente de la

sensibilidad. Es apoyándose en ello [13], que puede afirmar que, aún cuando no

seamos capaces de conocer lo suprasensible, estamos en condiciones de

pensarlo «en sentido práctico», en beneficio de la vida misma: «las categorías

puras, impotentes para definir por sí solas ninguna determinación que

9[?] Torretti, Roberto; Manuel Kant, Ibíd., p. 410. 1 0[?] «Si quiero pensar en un quiliógono, concibo en verdad que es una figura compuesta de mil lados, tan fácilmente como concibo que un triángulo es una figura compuesta de tres lados solamente; pero no puedo imaginar los mil lados de un quiliógono como los tres de un triángulo, ni, por así decirlo, mirarlos como presentes con los ojos de mi espíritu». Cf. Gombay, André; Œuvres Complètes de René Descartes: Meditationes de prima philosophia Meditatio Sexta: De rerum materialium existentia, et reali mentis a corpore distinctione, p. VII, 71; Folio Corporation, 1992-1997, p. VII, 72. 1 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A140/1, B180, p. 184. 1 2[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A247, B304, p. 266. 1 3[?] «las categorías puras sin las condiciones formales de la sensoriedad sólo tienen un alcance trascendental, pero sin que se las pueda emplear trascendentalmente» Cf. Cassirer; Ernst; Kant-vida y doctrina (traducción al español de Wenceslao Roces), Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina, 1918, p. 255.

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especifique el ‘objeto general’ que ellas conciben, no bastan para suministrar

una representación de lo suprasensible» [14] Es por esto que, posteriormente,

Kant describe, junto al esquematismo, otro procedimiento de la imaginación: el

simbolismo, la representación analógica para tramitar la aplicación objetiva de

un concepto puro.

Hay una manera de conferir realidad objetiva a las categorías. Con

representarlas como pensables en un objeto de experiencia empírica, se les

conferiría tal carácter y se concretaría la exposición del objeto. Sin embargo,

cuando esa exposición no es posible, el concepto queda vacío, no tiene entidad

como conocimiento. La operación procedente se llama esquematismo cuando la

realidad objetiva se correlaciona con un concepto a su vez conectado a la

intuición de lo dado empíricamente, es decir cuando el concepto queda

expuesto in-mediatamente. De lo contrario, cuando el concepto no puede ser

expuesto de tal suerte, sino únicamente observado en sus consecuencias, la

operación implicada se denomina «simbolización» del concepto. El primer caso

es característico de los conceptos de lo sensible. El segundo caso constituye un

recurso de emergencia característico de los conceptos de lo suprasensible,

propio de los objetos que no pueden ser dados al psiquismo humano en

experiencia posible alguna.

El símbolo de una idea, al igual que un concepto de la razón, es una

representación, por analogía, del objeto. Tiene igual relación, en cuanto se

refiere a ciertas consecuencias, que la relación que el objeto tiene con sus

propias consecuencias, aún cuando los objetos difieran. Si bien –de tal suerte- no

puedo tener conocimiento teórico alguno de lo supransesible, de Dios, por

ejemplo, sí puedo pensar, sin embargo, un conocimiento por analogía. Es la

razón la que se ve impelida a pensar así. Las categorías están en la base por

pertenecer a la forma del pensar lo sensible o del pensar lo suprasensible,

aunque no constituyan conocimiento por no determinar objeto alguno, y –no

obstante- requieran esquematismo: «al Principio del conocimiento sintético a

priori compete: que la composición es lo único a priori que, aconteciendo según

el espacio y el tiempo, tiene que ser hecho por nosotros. Pero el conocimiento

enderezado a la experiencia contiene el esquematismo, ya sea el esquematismo

real (trascendental) o el esquematismo por analogía (simbólico). -La realidad

objetiva de la categoría es teórica, la de las ideas, solamente práctica.-

Naturaleza y libertad» [15]

He aquí un tema central, complicado, oscuro y críptico; tematizado en

1 4[?] Torretti, Roberto; Manuel Kant, Ibíd., p. 412. 1 5[?] Kant, Immanuel; Los progresos de la Metafísica desde Leibniz y Wolff (traducción al español de Félix Luque), Editorial Tecnos, Madrid, España, 1987, p. 146.

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«uno de los más difíciles capítulos de la Crítica de la razón» [16]: ¿qué es el

Esquematismo Trascendental de la Crítica de la razón pura de Kant? ¿qué lo

distingue de las categorías? ¿en qué se distingue el esquema del concepto

mismo? ¿cuántas y cuáles son las formas que asume? ¿cómo funciona? ¿qué

objeciones puede merecer?, y «¿cómo entender que un algo no dado se

represente a nuestra conciencia como si se tratase de una cosa dada?» [17] A

intentar despejar estas, y otras preguntas semejantes, dedicaremos estas

páginas inspiradas en el ejercicio de «un arte oculto en lo profundo del alma

humana» (KrV: A141, B181).

[II] - EL ESQUEMATISMO TRASCENDENTAL Y SUS MÚLTIPLES

ASPECTOS

El Idealismo Trascendental «es inseparable de ... la naturaleza,

condiciones y límites del conocimiento humano» [18] Para salvar la consistencia

de la razón, Kant se abocó a probar que la metafísica podía ser una ciencia, que

cuadraba la posibilidad de un conocimiento puro, que cabía «la posibilidad de ...

conocimiento a priori de los objetos de la experiencia» [19], cuando la razón

opera con objetos de experiencia, y no cuando trabaja con objetos inteligibles

cuyo conocimiento entró en cuestión. La estrategia kantiana consistió en

sopesar la posibilidad del uso puro de la razón a partir de un análisis del

conocimiento en general. Era preciso investigar las fuentes del conocimiento de

la razón, para saber lo que ella puede (alcance), y lo que ella no puede (límite)

conocer a priori. Pero, ¿es posible que el conocimiento se alcance

independientemente de la experiencia?

Ya conocemos el empeño de Kant por justificar una clase de juicios que

tengan el mérito, la virtud, de los juicios analíticos: ser verdaderos, necesarios y

universales; y a la vez, el mérito, la virtud, de los juicios sintéticos: sumar,

agregar, aumentar, incrementar el conocimiento, el saber objetivo; es decir, una

clase de juicios sintéticos a priori. Lo sintético a priori, reside en la posibilidad

de que los juicios sintéticos posean el fundamento no empírico de los juicios

analíticos: los juicios, «en tanto que son sintéticos no pueden tener una

fundamentación puramente conceptual o lógica; en tanto que son ... a priori no

pueden ser fundamentados en la experiencia» [20]

1 6[?] Cassirer, Ernst; El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia moderna (traducción al español de Wenceslao Roces), T. II, Fondo de Cultura Económica, México, 1956, p. 664. 1 7[?] Cassirer, Ernst; El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia moderna , Ibíd., p. 665. 1 8[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant-Una interpretación y defensa, Editorial Anthropos, Barcelona, España, 1992, p. 29.1 9[?] Kant, Immanuel; Prolegómenos a toda metafísica del porvenir. Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime. Crítica del juicio (traducción al español de Manuel García Morente), Editorial Porrúa, México, 1999, p. 106. 2 0[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 137.

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El problema de lo sintético a priori consiste en explicar cómo es posible

que la fundamentación extra-conceptual y extra-lógica de un juicio sea no

empírica. La respuesta la proporcionó el mismo Kant: «conocimiento es un juicio

a partir del cual resulta un concepto que tiene realidad objetiva, e. d. que le

puede ser dado un objeto correspondiente en la experiencia. No obstante, toda

experiencia consta de intuición de un objeto, e. d. de una representación

inmediata y singular mediante la cual es dado el objeto como tal al

conocimiento, y de un concepto, e. d. una representación mediada por una nota,

que es común a más objetos y que permite así pensar el objeto. Por sí sola, cada

especie de representaciones no constituye conocimiento alguno; y en caso de

que haya conocimientos sintéticos a priori, debe haber tanto intuiciones a priori

como conceptos a priori» [21] Aquí, el punto clave es la declaración de que los

juicios sintéticos a priori requieren tanto de las intuiciones puras o a priori como

de los conceptos a priori. El conocimiento humano, en suma, entonces, para

Kant, está compuesto por (a) condiciones sensibles, y por (b) condiciones

intelectuales. El esquematismo de las categorías enlaza esas dos condiciones.

El Esquematismo, es el lugar de la Crítica donde Kant se ocupa de los

productos de la síntesis trascendental de la imaginación que unifica los

conceptos puros con la intuición pura. El análisis de Kant aborda ocho aspectos:

(a.1.) la función del esquematismo, y (a.2.) el problema del esquematismo de los

conceptos puros en términos de subsunción; (b.1.) las formas que caracterizan

al esquema trascendental, y (b.2.) las formas como intuiciones puras

determinadas; (c.1.) la naturaleza de la tesis que consagra que un esquema

particular pertenece a una categoría dada, y (c.2.) la misma tesis constituyendo

los juicios de esquema; y (d.1.) la conexión entre los esquemas y los principios, y

(d.2.) la interpretación de los esquemas como intuiciones puras determinadas,

para la comprensión de la naturaleza sintética a priori de los principios.

(A.1.) – LA FUNCIÓN DEL ESQUEMATISMO

La función que cumple el esquematismo consiste en establecer la

manera en que las categorías pueden aplicarse a lo que es dado a la sensibilidad

del psiquismo humano, es decir a los fenómenos, es decir a «los entes tal y como

se muestran en el contexto de la experiencia construida» en el «ejercicio de

nuestra facultad de conocer», y no «tal y como existen por sí mismos» [22]

Por «condiciones en las que se nos dan los objetos del conocimiento

humano», Kant entiende los rasgos, las propiedades específicas, las notas de lo

que es dado, de lo que es presentado sensiblemente al psiquismo humano y que,

al manifestarse, «preceden a las condiciones bajo las cuales son pensados»

2 1[?] Kant, Immanuel; Los progresos de la Metafísica desde Leibniz y Wolff, Ibíd., pp. 25 y 26. 2 2[?] Torretti, Roberto; Manuel Kant, Ibíd., p. 489.

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(KrV: A16, B30), y se corresponden con lo que es pensado en el concepto. En

estas verdaderas condiciones del significado empírico de un concepto, reposa

una idea básica: «prescindiendo de tales condiciones (esquemas), los conceptos

puros del entendimiento tienen un ‘uso lógico’ ..., pero no un ‘uso real’, i. e., una

aplicación a objetos ‘reales’» [23] opuestos a lo negativo, a lo ideal, y a lo formal

[24]

No podemos dejar de mencionar una objeción levantada contra la

descripción del esquematismo. Juzgada como sobreabundante, innecesaria, y

por ende superflua, la descripción del esquematismo alcanzó resultados que,

con anterioridad, ya se habían alcanzado en la Deducción Trascendental (B),

que oficia como la demostración de la realidad objetiva de las categorías: «la

categoría no tiene otro uso para el conocimiento de las cosas que su aplicación a

objetos de experiencia» [25] Esta interpretación fue sugerida por H. A. Prichard

(1871-1947) y por G. J. Warnock (1923-1995). Según Prichard se advierte «una

dificultad preliminar respecto de la ... segunda parte de la ‘Analítica’ en general.

Es claro que si la primera parte es exitosa, la segunda debe ser innecesaria.

Porque si Kant está en posibilidad de fundamentar que las categorías deben

aplicarse a los objetos, no necesita determinarse subsiguientemente ninguna

condición especial de su aplicación» [26] Según Warnock, la inserción de La

Analítica de los Principios es fruto de la separación ilegítima que trazó Kant

entre (a) la posesión de un concepto, y (b) la facultad de usarlo: «el objetivo de

la ‘Deducción trascendental’ es probar que poseemos un grupo de conceptos

(las categorías); si se alcanza esta meta, ya no quedarían pendientes cuestiones

relativas a la aplicabilidad de estos conceptos y, por lo tanto, no tendríamos el

problema de requerir la teoría del ‘Esquematismo’ para su solución» [27] La

cuestión principalmente implicada aquí, estriba en la naturaleza totalmente

general del resultado de la Deducción Trascendental. En efecto, la Deducción

Trascendental establece la realidad objetiva de las categorías. Ellas tienen una

referencia sensible, una aplicación a los datos de la sensibilidad humana. Esto

se alcanza en la segunda parte de la Deducción, en aquella instancia en la que

se conectan las categorías, en primer lugar, (a), con las formas puras de la

sensibilidad, particularmente el tiempo, a través de la síntesis trascendental de

la imaginación, y, en segundo lugar, (b), con el contenido empírico de la

sensibilidad, mediante la síntesis de la aprehensión. Sin embargo, el propósito

de la Deducción Trascendental no es, tal como lo sugiere Warnock, probar que

poseamos un cierto conjunto de conceptos. Al contrario, en la Deducción

2 3[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 274. 2 4[?] Kant, Immanuel; Los progresos de la Metafísica desde Leibniz y Wolff, Ibíd., p. 188. 2 5[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., B146, p. 163. 2 6[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 275. 2 7[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 276.

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Metafísica subyace la idea de que ya los poseemos y que, cuanto menos tienen

un uso lógico, que operan como funciones lógicas del Juicio. La Deducción

Trascendental procura discernir la aptitud de los conceptos puros para el uso

extra-lógico, para el uso objetivo, para el uso real de ellos; estriba en la

posibilidad de aplicación de ellos a los objetos de experiencia empírica, en «la

posibilidad de aplicar a los fenómenos los conceptos puros del entendimiento»

[28]

Si el argumento esgrimido resulta válido, con ello se probaría que las

categorías revisten, además de un uso formal, un uso ontológico, pero no se

revelaría bajo qué condiciones, ni cómo habrían de emplearse: «no nos dice qué

propiedad o qué relación de fenómenos en el tiempo debe ser considerada como

expresión sensible o análoga de la relación lógica de fundamento y

consecuente ... El Esquematismo [,en cambio,] muestra las condiciones bajo las

cuales un fenómeno es determinado respecto de la función lógica, y por lo tanto,

bajo una categoría» [29]

[A.2.] - EL ESQUEMATISMO EN TÉRMINOS DE SUBSUNCIÓN

Los críticos también han encontrado otra dificultad en la explicación de

Kant: la «subsunción» Ello se verifica en dos ocasiones, en las cuales

«subsunción» es usado con diferente sentido: en la primera ocasión, (a), en la

introducción a la Doctrina Trascendental del Juicio, Kant define que juzgar es

«la capacidad de subsumir bajo reglas, es decir, de distinguir si algo cae o no

bajo una regla dada» [30] Aquí las reglas son los conceptos puros, y los

esquemas funcionan como los medios para determinar si un fenómeno dado cae

bajo el dominio de una regla o de otra; y, en la segunda ocasión, (b), en un

pasaje inicial del capítulo del Esquematismo donde Kant comienza destacando

que todos los casos de subsunción de un objeto en un concepto requieren

congruencia (KrV: A137, B176). Esa congruencia se ejemplifica con el concepto

geométrico de un plato, y no con el plato mismo, como sería de esperar: «el

concepto empírico de un plato guarda homogeneidad con el concepto

puramente geométrico de círculo, ya que la redondez pensada en el primero

puede intuirse en el segundo» [31] (podríamos entender, con Vahinger, que se

ha querido decir que «la redondez pensada en éste, puede intuirse en el

primero» [32]) Pero a reglón seguido, Kant nos desconcierta: «comparados con

las intuiciones empíricas ..., los conceptos puros del entendimiento son

totalmente heterogéneos y jamás pueden hallarse en intuición alguna ¿Cómo

2 8[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A138, B177, p. 182. 2 9[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 277. 3 0[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A132, B171, p. 179. 3 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A137, B176, p. 182. 3 2[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., nota 2, p. 182.

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podemos ... subsumir ésta bajo tales conceptos y ... aplicar la categoría a los

fenómenos, ya que a nadie se le ocurriría decir que una categoría, la causalidad,

por ejemplo, pueda ser intuida por los sentidos ni hallarse contenida en el

fenómeno? En realidad, es esta ... pregunta la que hace necesaria una doctrina

trascendental del Juicio ... que manifieste la posibilidad de aplicar a los

fenómenos ... los conceptos puros del entendimiento» [33] En el párrafo glosado,

«subsunción» designaría la relación entre el concepto de una clase y los

particulares que caen en ella: la relación entre el concepto geométrico de

círculo y el concepto empírico de plato. De acuerdo con esta lectura, se podría

argumentar que esta noción no sólo es inadecuada para captar la naturaleza del

juicio, sino que, además, confunde la relación existente entre las categorías y lo

dado sensiblemente al psiquismo. Pero, «esta es ... una relación de forma y

materia, estructura y contenido, ... no de universal y particular» [34]

Uno puede verificar que los párrafos iniciales del Esquematismo, no

pueden ser considerados como un modelo de transparencia filosófica. Todo lo

contrario. Causan sorpresa por la oscuridad que exhiben. ¿Pudo Kant, en

realidad, estar tan confundido como sus críticos suponen? En primer lugar, (a),

difícilmente Kant haya querido decir que el concepto de un plato pueda ser

considerado como un miembro de la clase de los círculos. Más bien, parece que

el intento kantiano reposa en la referencia a la «redondez que es intuida en el ...

(concepto geométrico puro de un círculo)» Ahora sí que, aceptando esto,

podríamos interpretar que Kant sostiene que la posibilidad de exhibir el

concepto geométrico en una intuición pura, en la construcción de un círculo, es

lo que explica la congruencia de un círculo con los objetos, con los platos que

son dados en la intuición empírica («la redondez pensada en el primero puede

intuirse en el segundo» (KrV: A137, B176)), y con los conceptos empíricos

formulados a partir del contenido de la intuición. En síntesis, «la homogeneidad

se da entre intuiciones puras y empíricas, no entre el concepto de una clase y los

miembros de esa clase. Es más, sólo esta interpretación nos permite

comprender el sentido del contraste que Kant desea trazar entre el concepto

geométrico y los conceptos puros del entendimiento, los cuales ‘nunca pueden

ser encontrados en una intuición» [35]

Parece que Kant usa el término «subsunción» como sinónimo de

«aplicación», y no como un (el) vocablo predominante, lo cual permitiría

concluir que planteó erróneamente el problema de la aplicación de las

categorías en términos judicativos de subsunción. El término, empero, no

resulta inútil sin más. La concepción que está operando parece ser «la ...

3 3[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A137/8, B176/7, p. 182. 3 4[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 278. 3 5[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 279.

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silogística de subsunción y no la concepción judicativa de ella» [36] Si bien Kant,

empero, no pudo haberse valido del razonamiento silogístico, la analogía

procede, es atinada porque refleja la manera de entender el problema, en punto

a solucionar el trámite de aplicación de las categorías a los fenómenos. El

problema radica en la heterogeneidad de los elementos a conectar. En efecto, la

heterogeneidad es innegable. Resulta de la contraposición entre conceptos

puros del entendimiento y conceptos sensibles puros o conceptos matemáticos

derivados de la naturaleza misma del entendimiento. Como tales, ninguna de las

dos clases de concepto tiene relación directa con la intuición. Sin embargo,

ambas están referidas a la intuición y, por consiguiente, a los fenómenos.

A la luz de las consideraciones expuestas, se puede entrever que el

propósito de la analogía consiste en sugerir que, al igual que en el caso del

razonamiento silogístico, la conexión entre la regla expresada (en la premisa

mayor) y el ítem al que se aplica (en la conclusión), sólo se establece por medio

de la subsunción del ítem bajo la condición de la regla. Así, en este caso en el

que las categorías constituyen las reglas universales, hay necesidad de algo

análogo al término medio del silogismo bajo el cual los fenómenos pueden ser

subsumidos: el esquema trascendental, el tercer término que hace posible la

mediación entre categoría y fenómeno.

La cuestión con la que Kant abre el capítulo del Esquematismo tematiza

acerca de cómo los juicios sintéticos son posibles a priori. Cuando Kant plantea

este problema en términos generales, alude a «la incógnita X» [37], necesaria

para fundamentar la conexión (afirmada en el juicio) entre los conceptos.

Luego, en la Analítica Trascendental, esa incógnita está caracterizada con

mayor precisión: constituye un esquema trascendental.

[B.1.] - FORMAS DEL ESQUEMA TRASCENDENTAL

El capítulo del Esquematismo contiene un «exceso de formulaciones»

[38] inconciliables entre sí. Compone una variedad «desconcertante» de visiones

sobre el esquema trascendental: (a) como «un tercer término ... [congruente]

con la categoría, por una parte, y con el fenómeno, por la otra, ... [de tal manera

que el tercer término, como representación mediadora] ... haga posible aplicar

la primera ... [la categoría] al segundo ... [el fenómeno] ...; [o como] una

representación mediadora ... pura (libre de todo elemento empírico) [e]

intelectual, por un lado, y sensible, por otro» [39]; (b) como una «determinación

trascendental del tiempo [homogénea con la categoría y con el fenómeno]

cuando tal aplicación permita, como esquema de los conceptos del

3 6[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 280. 3 7[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., B13, p. 50. 3 8[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 283. 3 9[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A138, B177, p. 183.

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entendimiento, subsumir los fenómenos bajo la categoría» [40]; (c) como una

«condición formal y pura de la sensibilidad, a la que se halla restringido el uso

de los conceptos del entendimiento» [41]; (d) como la «representación de un

procedimiento universal de la imaginación para suministrar a un concepto su

propia imagen» (caracterización general que se conecta con la descripción de

los esquemas matemáticos como reglas para la construcción de imágenes) [42];

(e) como «la síntesis pura, conforme a una regla de unidad conceptual –

expresada por la categoría- y constituye un producto trascendental de la

imaginación ... que concierne a la determinación del sentido interno en general

(de acuerdo con las condiciones de la forma de este, el tiempo) en relación con

todas representaciones, en la medida en que éstas tienen que hallarse ligadas a

priori en un concepto, conforme a la unidad de apercepción» (los esquemas no

pueden ser tomados como reglas para la construcción de imágenes) [43]; (f)

como «las verdaderas y únicas condiciones que hacen que tales conceptos se

refieran a objetos y, consiguientemente, que posean una significación» [44]; (g)

como «determinaciones del tiempo realizadas a priori según unas reglas que,

según el orden de las categorías, se refieren a los siguientes aspectos del

tiempo: serie, contenido, orden y ... conjunto, en relación todos ellos con la

totalidad de los objetos posibles» [45]; y (h) como circunscripto «al fenómeno o

concepto sensible de un objeto concordante con la categoría» [46]

[B.2.] - LOS ESQUEMAS COMO INTUICIONES PURAS DETERMINADAS

«Ante este exceso de formulaciones [–dice Allison-], la tesis que yo deseo

defender es que un esquema trascendental ha de considerarse como una

intuición pura» [47] Allison llega a esa conclusión luego de analizar dos

afirmaciones: una, (a), de la Crítica de la razón práctica; y otra, (b), de la Crítica

del juicio. En el primer caso: (a.1) «el juicio de la razón pura práctica» presenta

«las mismas dificultades que el juicio de la razón pura teórica»; sin embargo,

(a.2.), hay «un medio para escapar a esas dificultades», considerando que el

«uso teórico» trata «de intuiciones, a las cuales» pueden «ser aplicados

conceptos puros del entendimiento»; por lo tanto, (a.3) «pueden tales

intuiciones ... ser dadas a priori (como esquemas)» y en lo concerniente «a la

conexión de lo diverso en ellas», conforme «a los conceptos puros a priori del

entendimiento» [48]. En el segundo caso: (b.1) «exponer la realidad de nuestros

conceptos» exige «siempre intuiciones»; (b.2) «si los conceptos son empíricos, 4 0[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A139, B178, p. 183. 4 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A140, B179, p. 184. 4 2[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A140, B180/1, p. 184. 4 3[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A142, B181, p. 185. 4 4[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A145, B185, p. 188. 4 5[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A145, B184/5, p. 187. 4 6[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A146, B186, p. 188. 4 7[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 283.

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Page 13: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

entonces llámanse las intuiciones ejemplos»; (b.3) «si son conceptos puros del

entendimiento, llámanse esquema; (b.4) «si se pide que se exponga la realidad

objetiva de los conceptos de la razón [...], de las ideas, y ello, para el

conocimiento teórico de las mismas»; entonces, (b.5), «se desea algo imposible,

porque no puede [...] darse intuición alguna» [49]

La tesis mencionada, sin embargo, no es nueva. Moltke S. Gram (1938-

1986) ha insistido en ella. Su interpretación comporta una visión «oculta» o

«implícita» del esbozo kantiano [50] de la sinteticidad, donde los juicios

sintéticos predicarían conceptos de intuiciones y los juicios sintéticos a priori

predicarían conceptos puros de intuiciones puras. Los esquemas

trascendentales, considerados como intuiciones puras, son, en esta perspectiva,

los referentes de los conceptos esquematizados y no los referentes de los

conceptos puros. Gram no admite que su interpretación sea compatible con las

formulaciones del tercer término. Para él, la raíz del problema está en la noción

de un tercer término que reposa en una contradicción; que es, a la vez,

universal y particular, intelectual y sensible. Para Allison, la confusión nace de

una distinción errónea de Gram entre los dos sentidos de la intuición pura. La

distinción es compatible con la que propio Kant establece entre (a), el espacio

como una mera forma de intuición; y (b), una representación actual de espacio,

como en la geometría, que es una (pre) intuición formal . Se podría decir que,

de estos dos sentidos, sólo el primero, (a), es puro y totalmente sensible. Siendo

así, entonces, la objeción de Gram a la formulación del tercer término, es el

resultado de una errónea suposición donde la noción de intuición pura sólo

podría ser entendida únicamente como, (a), forma de la sensibilidad,

desconociendo que (b), también es pura. El segundo sentido de intuición, (b), es

una tesis central en la Deducción: sólo en la medida en que la pura diversidad

de la intuición indeterminada sea sintetizada de acuerdo con las categorías,

podría ser llevada a la unidad de la conciencia y producir un contenido real para

el conocimiento. Kant lo establece muy claramente: «si mi pensamiento dejara

escapar siempre las representaciones precedentes (las primeras partes de la

línea, las partes antecedentes del tiempo ...) y no las reprodujera al pasar a las

siguientes, jamás podría surgir una representación completa, ni ninguno de los

pensamientos mencionados. Es más, ni siquiera podrían aparecer las

representaciones básicas de espacio y tiempo» [51] Ciertamente, tales

representaciones cuentan con intuiciones puras en el sentido kantiano: la

4 8[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón práctica (traducción al español de Emilio Miñana y Villagrasa y Manuel García Morente), Editorial Espasa-Calpe S. A., Madrid, España, 1984, pp. 101 y 102. 4 9[?] Kant, Immanuel; Prolegómenos a toda metafísica del porvenir. Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime. Crítica del juicio , Ibíd., § 59, p. 308. 5 0[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 283. 5 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A102, p. 133.

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Page 14: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

concepción de intuición pura determinada es tan importante en el pensamiento

de Kant como lo es la doctrina de la síntesis trascendental de la imaginación.

Más aún, cuando el matemático construye sus conceptos, apela a una intuición

pura determinada. La intuición pura formal, que es producida por dicha

actividad, es la presentación sensible de un concepto, es sensible e intelectual, y

es también universal y particular. Kant sostiene esto mismo en su explicación de

la construcción geométrica: construir un concepto supone presentar la intuición

a priori que le corresponde. Para construir un concepto se requiere una

intuición no empírica que es un objeto singular, a pesar de lo cual, en cuanto

construcción de un concepto, tiene que expresar en su representación una

validez universal en relación con todas las posibles intuiciones del mismo

concepto (KrV: A713, B741). Por lo tanto, si consideramos también como noción

pura, el segundo sentido, (b), no habría dificultad en aceptar que un esquema

trascendental es una intuición pura, y está caracterizado como tercer término.

Pero, ¿es esto compatible con la caracterización del esquema como

determinación trascendental del tiempo? Veámoslo.

El tiempo es una intuición pura, dice Kant. Sin embargo, de ello no se

sigue que también sea una determinación trascendental del tiempo. «Aquí [–

dice Allison-], trascendental equivale a a priori o universal y necesario» [52] Hay

sólo una manera por la cual un concepto puede entrar en relación con un objeto

y obtener realidad objetiva: sintetizar, conceptualizar o subsumir, bajo un

concepto, la intuición dada, para que la intuición sea referida a un objeto.

Entonces, una determinación regida por un concepto a priori, es lo que Kant

señala como «una determinación trascendental del tiempo [que] guarda

homogeneidad con la categoría (que constituye la unidad de esa determinación)

en la medida en que es universal y en que está basada en una regla a priori. Y es

igualmente homogénea con el fenómeno en la medida en que el tiempo se halla

contenido en toda representación empírica de la diversidad» [53] En suma, «una

determinación trascendental del tiempo debe ser una conceptualización de

tiempo sujeta a un concepto a priori, la cual, al referir el tiempo a un objeto ...,

proporciona realidad objetiva al concepto implicado. Objetivar el tiempo

significa representar un orden temporal de los eventos o estados de cosas del

mundo fenoménico válido intersubjetivamente, en contraste con el orden

meramente subjetivo ... de las representaciones en una conciencia individual»

[54] Esto lo efectuaría la síntesis trascendental de la imaginación.

Consiguientemente, una determinación trascendental del tiempo puede

caracterizarse como un producto de esa síntesis: «producto trascendental de la

imaginación» (KrV: A142, B181).

5 2[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 286. 5 3[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A138/9, B177/8, p. 183. 5 4[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 286.

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Page 15: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

Si quisiéramos extraer una conclusión, podríamos señalar que las

determinaciones trascendentales del tiempo, como productos de la síntesis

trascendental de la imaginación, son características universales y necesarias, es

decir a priori, de un orden temporal objetivo. Aquí, ya se hace patente la

congruencia de las determinaciones trascendentales del tiempo con el

fenómeno (ya que todo fenómeno está contenido en un orden objetivo) y con el

concepto puro (ya que todo concepto proporciona la regla por la cual es

determinado ese orden). Sin embargo, el tiempo, al igual que el espacio, no es

un objeto..., ni puede ser percibido. Por eso, una determinación trascendental

del tiempo debe ser considerada como una característica universal y necesaria

de las cosas en el tiempo; como fenómenos en virtud de los cuales el tiempo

puede representarse como relaciones objetivas del tiempo. En esta línea

argumental, el esquema del concepto de sustancia sería la «permanencia de lo

real en el tiempo ..., la representación de tal realidad como sustrato de la

determinación empírica temporal en general ... que ... permanece mientras

cambia todo lo demás» [55] Del mismo modo, Kant, en la Primera Analogía, va a

sostener que el cambio, y con él el transcurso del tiempo, podrán ser intuidos

por referencia a algo permanente que constituye un rasgo necesario para que

un mundo pueda ser experimentado como temporal [56] En consecuencia,

procedería afirmar que la permanencia, aunque no sea una propiedad del

tiempo, sino más bien de las cosas en el tiempo, puede considerarse como una

determinación trascendental del tiempo. Pero, ¿puede esta descripción

desvirtuar la tesis que consagra que un esquema trascendental es una intuición

pura? ¿Cómo puede ser considerada intuición pura una característica necesaria

de las cosas en el tiempo? Si permanencia es un concepto que se refiere a un

número de objetos posibles, lo mismo podría decirse del esquema. Esta es la

razón por la cual los esquemas trascendentales son considerados como

conceptos, y son identificados con las categorías esquematizadas. Es más, esta

interpretación está corroborada por el propio Kant: «fenómeno o concepto

sensible de un objeto concordante con la categoría» [57]

«Con relación a la permanencia [–dice Allison-], al igual que [en] todos

los esquemas trascendentales, el elemento intuitivo debe ser localizado en el

componente sensible ... de la representación. Pensar algo permanente es

pensarlo ... como durando a través del tiempo. Así pues, el concepto ...

presupone la intuición del tiempo a la cual determina. En este sentido es

análogo al concepto matemático, e. g., triángulo, que posee una referencia

esencial a la intuición pura de espacio donde es elaborado o presentado» [58]

5 5[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A144, B183, p. 186. 5 6[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A182, B225, pp. 215 y 216. 5 7[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A146, B186, p. 188. 5 8[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 288.

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Page 16: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

Aquí cabe formular una aclaración: la diferencia que media entre (a) los

conceptos matemáticos, y (b) los conceptos puros del entendimiento, estriba en

que, en tanto los primeros pueden ser construidos, esto es, presentados en una

intuición pura formal, en los segundos eso es imposible. En efecto, el problema

del Esquematismo nace, principalmente, por la incongruencia que registran los

conceptos puros y la intuición. «Así pues, la justificación básica para

caracterizar la realización (construcción) del concepto matemático como

intuición pura (formal) parece estar totalmente ausente en el caso de los

esquemas de» las categorías [59] En la Estética Trascendental, Kant

correlacionó la intuición pura con la noción de forma. Hizo que intuición pura

equivaliese a la «mera forma de la sensibilidad, incluso prescindiendo del objeto

real de los sentidos» [60] Como intuición pura empírica es presencia de

sensación, una forma de la sensibilidad sería forma de intuición empírica.

Correlativamente, en tanto que el fenómeno se entiende como el «objeto

indeterminado de una intuición empírica» (KrV: A20, B34), una intuición pura

puede concebirse como una forma del fenómeno.

Forma, entonces, equivale a condición en sentido epistémico. En ese

sentido, en la Exposición Metafísica del Espacio, Kant sostiene que la

representación de espacio funciona como una condición de la experiencia

externa, puesto que sólo por referencia a esta representación los objetos pueden

ser experimentados como exteriores al psiquismo y exteriores unos respecto de

los otros. Kant afirma que el espacio no es sino la forma de todos los fenómenos

del sentido externo, precisamente porque asegura haber demostrado que es la

«condición subjetiva de la sensibilidad [, y que] sólo bajo esta condición nos es

posible la intuición externa» [61] En síntesis, Kant correlacionó condición de la

intuición, forma de la intuición, e intuición pura. Entonces, parece auspicioso

entender que los esquemas trascendentales sean intuiciones puras si puede

demostrarse que funcionan como formas o condiciones de la intuición sensible.

Sin embargo, al margen de esto, ahora debería quedar bastante claro cuál es la

función de las determinaciones trascendentales del tiempo. Como condiciones

de la determinación empírica del tiempo, deben tomarse en un sentido diferente

a las del espacio y del tiempo, a la sazón condiciones bajo las cuales los datos de

la intuición empírica son presentados al psiquismo. Por su parte, las

determinaciones trascendentales de tiempo son condiciones temporales

específicas de las intuiciones empíricas reales. Son condiciones de la intuición

empírica. Son intuiciones puras.

[C.1.] – CADA ESQUEMA PARTICULAR ES LA EXPRESIÓN SENSIBLE

5 9[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 288. 6 0[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A21, B35, p. 66. 6 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A26, B42, p. 71.

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Page 17: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

DE CIERTA CATEGORÍA

Kant estableció un «catálogo de los esquemas particulares que están

conectados con diversas categorías» [62], y que contiene una serie de

enunciaciones conocidas como «juicios de esquema» Mediante ellas, se afirma

que cierto esquema es la expresión sensible de cierta categoría. A título

ejemplificativo: «el esquema de una realidad, como cantidad de algo, en la

medida en que llena el tiempo, consiste ... en esa continua y uniforme

producción de tal realidad en el tiempo» [63] Para C. I. Lewis (1883-1964) y L.

W. Beck (1913-1997), tales juicios pueden considerarse declaraciones

semánticas porque están recubiertas por un sentido significante, mientras que,

al margen de sus esquemas, las categorías poseen un mero significado

lingüístico. Es por esta razón que los esquemas han sido caracterizados como

reglas semánticas: «los esquemas de los conceptos puros del entendimiento

constituyen las verdaderas y únicas condiciones que hacen que tales conceptos

se refieran a objetos y, consiguientemente, que posean una significación» [64]

Pero Kant modifica esa tesis. Lo hace cuando destaca que los conceptos puros

poseen una significación lógica e incluso una significación trascendental, pero

no tienen significado real porque carecen de referencia a objetos que puedan

ser dados en la experiencia posible.

[C.2.] – NATURALEZA DE LA CONSTITUCION DE LOS JUICIOS DE

ESQUEMA

[C.2.1.] - DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

Ya hemos hablado acerca de la conexión de los conceptos puros con los

esquemas. Esa conjunción presenta algunas características distintivas.

Identificarlas importaría conocer la naturaleza y la justificación de los juicios de

esquema que la legitiman. Pero, ¿cómo han de caracterizarse estos juicios

dentro de la estructura kantiana? En primer término, (a), los juicios de esquema

no comportan enunciados analíticos. En efecto, la (a.1) incongruencia entre lo

intelectual y lo sensible, y las, (a.2), condiciones de sensibilidad de los esquemas

trascendentales, anularían la posibilidad de que los juicios de esquema puedan

considerarse como enunciados analíticos. En segundo término, (b), los juicios de

esquema no constituyen meras estipulaciones. En efecto, esta posibilidad no se

compadece con la función que Kant reservó para estos esquemas como únicas

condiciones bajo las cuales las categorías obtienen significación. En tercer

término, (c), los juicios de esquema no pueden ser juicios sintéticos a posteriori.

En efecto, ello implicaría que la conexión entre categoría y esquema se funde en 6 2[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 290. 6 3[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A 143, B 183, p. 186. 6 4[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A 146, B 185, p. 188.

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Page 18: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

la experiencia, lo cual es incompatible con (c.1) el carácter a priori de ambos; y

con (c.2) la tesis kantiana según la cual, solamente en virtud de esquemas, las

categorías se refieren a la experiencia. En cuarto término, (d), restaría

considerar si los juicios de esquema son enunciados sintéticos a priori.

Veámoslo.

Como los juicios de esquema no equivalen a la definición real de las

categorías, sino que funcionan de modo análogo, siempre se comportan como

juicios sintéticos. Por otra parte, como «proporcionar un esquema a un concepto

..., es proporcionar la condición de la sensibilidad en sí’» [65], tal condición es

una intuición pura, un predicado real, un predicado sintético. Vale decir que,

todo juicio en el que ello se realiza, es sintético en sentido kantiano. Y, si

además, tal como sucede con el juicio de esquema, el predicado es una

representación a priori, el juicio constituye una enunciación a priori. El carácter

sintético a priori de los juicios de esquema, requería justificación (Deduktion).

Para Kant, este aspecto no pasa inadvertido. Presupone el resultado de la

Deducción Trascendental cuando dice: (a), que «la filosofía trascendental debe

... exponer ... las condiciones bajo las cuales pueden darse objetos concordantes

con ... conceptos [que han de referirse a priori a sus objetos]» [66]; y (b), que

«los conceptos puros a priori deben contener a priori ... condiciones formales de

la sensibilidad [esquemas trascendentales] (sobre todo, del sentido interno)»

[67] En ambos pasajes, está presente la íntima relación de los conceptos puros

con el tiempo; y esto porque también es estrecha la conexión con la síntesis

trascendental de la imaginación. Parece que Kant estuviese sosteniendo que, de

algún modo, la categoría ya contiene su esquema. Pero, como en la Crítica no

hay indicio alguno que permita certificarlo, tenemos que remitirnos al

«problema de lo sintético a priori [que] aparece en la doctrina del

‘Esquematismo’» [68] De tal suerte, la vía de abordaje más promisoria

consistiría en distinguir entre categoría pura y categoría esquematizada. Sólo

así se podría sostener que, en tanto los conceptos puros no guarden conexión

con el tiempo, no podría suministrarse esquema alguno. Por otra parte, ya que

las categorías esquematizadas, como reglas de la síntesis trascendental de la

imaginación, guardan conexión con el tiempo, la conexión entre ellas y sus

esquemas podría determinarse analíticamente. Allison da un ejemplo al

respecto: «si ... definimos la categoría pura de sustancia como ‘el concepto de la

síntesis de sujeto y predicado’, y la categoría esquematizada como ‘el concepto

de la síntesis de permanencia y cambio en el tiempo’, ... sería imposible

proporcionar un esquema para la primera y sería ... trivial proporcionar un

6 5[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., pp. 291 y 292. 6 6[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A136, B175, p. 181. 6 7[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A139/40, B179, p. 184. 6 8[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 293.

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Page 19: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

esquema para la segunda» [69]

Pero, incluso aceptando la distinción entre categorías puras y categorías

esquematizadas, el problema se circunscribe a la conexión entre ambas. Por

eso, proseguir con el distingo entre categoría pura y categoría esquematizada

de sustancia, mueve a preguntar por la conexión entre el concepto de la síntesis

de sujeto y predicado (a la que corresponde la relación entre representaciones

en un juicio) y el concepto de síntesis de permanencia y cambio en el tiempo (a

la que corresponde la relación entre entidades). Es factible demostrar que esta

conexión debe ser tanto sintética como a priori, con lo cual habríamos

regresado a nuestro planteo de origen.

Por lo tanto, debemos encontrar el fundamento de los juicios sintéticos a

priori conectando categoría y esquema. Existen dos puntos particularmente

relevantes: (a), las categorías, concebidas como reglas operantes en la síntesis

trascendental de la imaginación, sirven para determinar el tiempo, que es la

forma del sentido interno; y (b), en cada caso, el esquema es el producto de la

determinación de (a). Dice Allison: «pretendo limitar mi análisis a las categorías

modales, en las cuales los juicios de esquema han de interpretarse a la luz de los

‘Principios’ correspondientes, y a las categorías de sustancia y causalidad, en las

cuales la exposición de los juicios de esquema sirve como preludio» [70] a la

tematización de (c.2.1.1)las categorías modales y sus esquemas, y a la

tematización de (c.2.1.2) la sustancia, de la causalidad y sus esquemas.

Veámoslo.

[C.2.1.1.] - LAS CATEGORÍAS MODALES Y SUS ESQUEMAS

Según Kant, «el [esquema] de la modalidad y sus categorías ... [es] el

tiempo mismo, en cuanto correlato que determina si un objeto pertenece al

tiempo y cómo lo hace» [71] Las categorías modales y sus respectivos esquemas

específicos son: (a), posibilidad; (b), realidad; y (c), necesidad. Son posibilidad

como «concordancia de la síntesis de distintas representaciones con las

condiciones del tiempo en general» [72]; son realidad como «existencia en un

tiempo determinado» [73]; y son necesidad como «existencia de un objeto en

todo tiempo» [74]

Ambos enfoques, el general y el específico, sugieren que lo que Kant

presenta es una serie de traducciones de las modalidades lógicas a las

modalidades reales. Está señalando las condiciones bajo las cuales podemos

6 9[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 293. 7 0[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 294. 7 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A145, B184, p. 187. 7 2[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A144, B184, p. 187. 7 3[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A145, B184, p. 187. 7 4[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A145, B184, p. 187.

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Page 20: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

designar un objeto empírico, o un estado de cosas, como posible, real o

necesario. Esas traducciones nos dicen, como reglas, cómo y en qué términos

debe proceder el pensar categorial. Por otra parte, puesto que el pensar

categorial es la condición indispensable para todo pensar, estas reglas son

también condiciones de todo pensamiento que refiere fenómenos. Por lo tanto,

pueden considerarse como reglas para la aplicación de reglas a los fenómenos.

Sin embargo, la cuestión clave estriba en que solamente pueden funcionar como

reglas si se acepta que expresan el resultado de las traducciones, a términos

temporales, de las funciones lógicas pensadas en las categorías. O sea: «sólo si

... ya sé que la traducción temporal ..., de realidad debe ser ‘existencia en un

tiempo determinado’, puedo usar esto como base para determinar si algo es

real» [75] Pero, más que describir los esquemas trascendentales simplemente

como reglas, es más preciso caracterizarlos como productos trascendentales

que pueden funcionar como reglas.

Es más claro el caso de la posibilidad, sin que esté exento de dificultades.

Kant entiende la posibilidad como ausencia de contradicción. Pero, como

sabemos, no todo lo que es lógicamente posible es realmente posible: por

ejemplo, el argumento ontológico. La posibilidad real se define como acuerdo

entre la síntesis en el pensamiento de un objeto y las condiciones del tiempo en

general: ser realmente posible es ser posible en un período del tiempo, en tanto

que «la negación es aquello cuyo concepto representa un no ser (en el tiempo).

La oposición entre ambos [ser y no ser] consiste ..., en su diferencia dentro de

un mismo tiempo, según se trate de tiempo lleno o de tiempo vacío» [76] Si,

entonces, se quiere determinar la posibilidad real, es necesario un indicador

temporal. Pero, ¿qué ha pasado con el espacio?: «lo que concuerda con las

condiciones formales de la experiencia ... es posible» [77] El espacio es también

una forma de la intuición y, en consecuencia, parecería que cumple un papel

fundamental respecto de la posibilidad: «el Postulado de la posibilidad de las

cosas exige ... que el concepto de éstas concuerde con las condiciones formales

de una experiencia en general. Pero ésta ..., la forma objetiva de la experiencia

en general, es la que contiene toda síntesis requerida para el conocimiento de

los objetos ... Así, el concepto de una figura encerrada entre dos rectas no

implica contradicción alguna, ya que los conceptos de dos rectas y su cruce no

implican la negación de ninguna figura. La imposibilidad no descansa en el

concepto como tal, sino en la construcción de tal figura en el espacio, es decir,

en las condiciones del espacio y de la determinación de éste. Ahora bien, estas

condiciones poseen, a su vez, realidad objetiva ..., se refieren a cosas posibles,

7 5[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 295. 7 6[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A143, B182, p. 186. 7 7[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A218, B265, p. 241.

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Page 21: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

por contener a priori en sí mismas la forma de la experiencia en general» [78]

Este es el párrafo que concitó tantas objeciones fundadas en la supuesta

ignorancia del espacio en que habría caído Kant al designar sus esquemas.

Hay aspectos que merecen considerarse: (a), el problema del espacio en

relación con la posibilidad; (b.1) el problema del presunto descuido kantiano del

espacio; y (b.2) el problema ocasionado por la interpretación de la teoría del

esquematismo como un todo. La cuestión (a), comprende la caracterización

kantiana de la posibilidad geométrica en términos espaciales, que no está

presente en el esquema de la posibilidad, y sí quedó expresada en los

Postulados. Existe una justificación: el capítulo del Esquematismo no tematiza

acerca de los conceptos puros en matemática, trata las condiciones de su

aplicabilidad a los fenómenos. En efecto, en la Estética Trascendental, «el

tiempo es la condición formal a priori de todos los fenómenos», y está

contrapuesto al espacio, que es, la «condición [única] a priori» [79] de los

fenómenos externos. La prevalencia del tiempo proviene de su cuño: es la forma

del sentido interno. Los fenómenos, en tanto que modificaciones del sentido

interno, están en el tiempo, mientras que únicamente los fenómenos externos

están en el espacio. Pero, si bien no todos los fenómenos están en el espacio,

entonces la conformidad de ellos con las condiciones del espacio, la

espacialidad, no puede ser criterio de posibilidad real para los objetos como

fenómenos. Por lo tanto, estaría justificado que Kant definiera el esquema de la

posibilidad en términos exclusivamente temporales. La cuestión (b), la objeción

general, es un poco más compleja. Requiere dos consideraciones: (b.1), es

menester distinguir entre (b.1.1) la esfera de objetos a los que se aplican las

categorías y (b.1.2) las condiciones necesarias en virtud de las cuales ellas se

aplican. Según Kant, las categorías se aplican tanto a los objetos espaciales

cuanto a los temporales, pero también sostiene que se aplican a los objetos

espaciales en virtud de su temporalidad. La síntesis trascendental de la

imaginación rige la determinación de la diversidad del sentido interno y, por lo

tanto, de la diversidad en tanto que temporal; y (b.2), una determinación

trascendental de tiempo no se contrapone con las existencias en el espacio.

«Las determinaciones trascendentales de tiempo, mediante las cuales podemos

representar las relaciones temporales de los fenómenos, no son propiedades del

tiempo mismo, sino de las cosas del tiempo» [80] Así pues, aún cuando para

Kant, la permanencia es solamente una propiedad de las cosas en el espacio, en

realidad funciona como una determinación trascendental del tiempo. Kant ni

siquiera abandonó esta posición en la segunda edición de la Crítica, cuyo mayor

énfasis en el espacio es proverbial: «para entender la posibilidad de las cosas

7 8[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A220/1, B267/8, pp. 242 y 243. 7 9[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A34, B50, p. 77. 8 0[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 297.

21

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con arreglo a las categorías y, consiguientemente, para mostrar la realidad

objetiva de éstas últimas, no sólo nos ... [hacen] falta intuiciones, sino incluso

intuiciones externas» [81] Pero, necesitar de la intuición externa, necesitar que

lo permanente solamente pueda justificarse en el espacio, no afecta el estatuto

del esquema calibrado como determinación trascendental del tiempo.

A esta altura, deberíamos estar en condiciones de ocuparnos de las

conexiones entre las categorías modales restantes y sus esquemas. Parece obvia

la conexión entre la categoría de realidad y su esquema, «la existencia en un

tiempo determinado» [82] Para que algo pueda ser considerado como real en

sentido empírico, debe ser asignable a una determinada localización en el

tiempo. Las razones por las cuales el espacio no está incluido aquí, son también

las esgrimidas para la posibilidad. Si es que existe algún problema aquí, el

problema afecta al concepto puro de realidad, pero no a su esquema. Realidad,

en contraste con posibilidad y necesidad, no parece tener un sentido lógico o

puro. Así pues, no queda claro qué es lo que se traduce a términos temporales

por medio de la esquematización. Sin embargo, Kant hace uso de la noción de

«realidad lógica» con el fin de expresar la «verdad trascendental» de un juicio

[83] En tanto que el concepto puro es conectado con la forma asertórica [84] del

juicio, podría ser caracterizado como el concepto de aserción. Dice Allison, a

este respecto, que «en la introducción a las Lecciones lógicas, Kant conecta esta

noción con el principio de razón suficiente» [85] Evidentemente, ese principio ha

sido tomado por Kant en sentido lógico: afirma que toda proposición tiene una

razón o fundamento. La noción de realidad empírica, la «existencia en un

tiempo determinado» (KrV: A145, B184), puede ser concebida como el correlato

de la noción de fundamento lógico. El pensamiento de determinación, es común

en sendas dimensiones: (a) el principio de razón suficiente se aplica a las

proposiciones consideradas en conexión con aquellas que constituyen su

fundamento; y (b) la realidad empírica, en cambio, se aplica a los

acontecimientos considerados en conexión con otros acontecimientos en un

único tiempo.

Se presentan problemas serios en relación con el esquema de necesidad,

que Kant define como «la existencia de un objeto en todo tiempo» (KrV: A145,

8 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., B291, pp. 256 y 257. 8 2[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A145, B184, p. 187. 8 3[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A75/6, B101, p. 110. 8 4[?] «Los [juicios] asertóricos se llaman así por considerar la afirmación o la negación como algo real (verdadero)» (KrV: A 74/75, B 100).8 5[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 298. El principio de razón suficiente, es la versión corregida de Leibniz (1646-1716) del principio de causalidad. Establece que la causa de un acontecimiento no es sólo la razón de su existencia, sino también la de su esencia: de que sea de un modo determinado y no de otro. Leibniz, por lo tanto, asume el principio de que la causa es también la razón de cómo es el efecto, no sólo la razón de que exista, siguiendo la idea tradicional de que el efecto debe asemejarse a la causa. Cf. Cortés Morató, Jordi y Martínez Riu, Antoni; Diccionario de filosofía en CD-ROM, Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. España, 1996.

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Page 23: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

B184) En primer lugar, (a), cuando afirmamos que un objeto o que un estado de

cosas es necesario, no queremos decir que ello se verifica en todo tiempo. En

segundo lugar, (b), la existencia en todo tiempo, es decir la permanencia o

eternidad, es el esquema de la sustancia: «la necesidad que podemos conocer

no es la de la existencia de las cosas (sustancia), sino la de su estado» [86]

Finalmente, Kant vincula la «necesidad material [real] en la existencia» (KrV:

B279), distinta de la «mera necesidad formal y lógica en la conexión de los

conceptos» (KrV: B279) con el principio de causalidad: «la necesidad afecta

únicamente a las relaciones de los fenómenos de acuerdo con la ley dinámica de

la causalidad y a la posibilidad –basada en ella- de inferir a priori una nueva

existencia (la del efecto) a partir de una existencia dada (la de la causa)» [87]

Pero, ¿Kant sugirió otra cosa distinta de la que parece proponer en la

caracterización del esquema de necesidad?: «Sugiero [–dice Allison-], seguir

aquí a Paton, quien ... caracteriza el esquema de la necesidad como ‘existencia

en relación con la totalidad del tiempo’» [88] Siguiendo esta interpretación,

podríamos considerar que Kant afirma que la existencia de un estado de cosas

es determinada en relación a la totalidad del tiempo, en el sentido de que, en

cuanto efecto, es el producto de una cadena causal, la cual, puesto que no puede

poseer un primer inicio, debe existir en todo tiempo. Sin embargo, el punto en

cuestión centra en lo que define la necesidad real o material: la pertenencia a

una cadena causal. Pero, «esto no es ... lo que Kant sugiere ..., [es] lo que ...

debería haber entendido» [89]

[C.2.1.2.] - SUSTANCIA, CAUSALIDAD Y SUS ESQUEMAS

La deducción de los esquemas de las categorías de la relación está

basada en el mismo principio que rige las categorías modales: el esquema debe

proporcionar una traducción, a términos temporales, del sentido lógico que

pertenece al concepto puro. Ya hemos visto que el concepto puro de sustancia

es el concepto de algo que siempre debe ser tenido como sujeto y nunca como

predicado. Así pues, procede determinar cómo puede especificarse tal concepto

en términos temporales. Dicho en otras palabras, debemos señalar las

condiciones bajo las cuales podríamos decir de algo temporal que es un sujeto.

Esta condición será el esquema del concepto, será la «condición de una regla»

[90]

Hay una condición necesaria bajo la cual podemos decir, de algo

temporal, que es un sujeto real que posee propiedades, y no un mero sujeto

8 6[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A227, B279, p. 250. 8 7[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A227/8, B280, p. 250. 8 8[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 299. 8 9[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 300.9 0[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A193, B239, p. 224.

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Page 24: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

lógico que posee predicados: la reidentificabilidad. «Sólo algo que es

reidentificable a lo largo del cambio de estados puede ser distinguido de uno o

más de esos estados y considerado como su ‘sujeto real’» [91] El sujeto debe

continuar existiendo en todo el período, a fin de ser reidentificado durante todo

un lapso. Es así pues, como llegamos a poder decir que la condición necesaria

para que algo temporal funcione como sujeto real, es su permanencia relativa.

Sin embargo, el esquema que Kant le asigna al concepto puro de sustancia, es la

permanencia real o sempiternidad. Para poder justificar esa tesis, es menester

recurrir a la distinción introducida en la exposición de la Deducción Metafísica,

entre el concepto estrictamente judicativo de algo que se establece como sujeto

de un juicio dado, y el concepto ontológico puro de sustancia, el concepto de

algo que en todo contexto judicativo debe ser concebido siempre como sujeto y

nunca como predicado o propiedad. El punto en cuestión consiste en que el

esquema de sustancia, la permanencia, es requerido para la concepción en

términos temporales del concepto ontológico, pero no es requerido por el

concepto de sustancia. Como la reidentificabilidad a lo largo de un cierto lapso,

y por ende la permanencia relativa, es una condición que debe ser satisfecha por

cualquier cosa temporal que funcione como sujeto real al que se refieren

propiedades, así también la reidentificabilidad en todo tiempo, y por ende la

permanencia absoluta, es una condición que debe ser cumplida por cualquier

cosa temporal que se conciba siempre como sujeto y nunca como predicado de

algo. Dicho de otra manera: el concepto de algo existente en el tiempo debe

considerarse siempre como sujeto, nunca como propiedad o estado. Equivale al

concepto de algo que es reidentificable ante el cambio, lo que le confiere

permanencia. La permanencia es, entonces, el esquema del concepto de

sustancia: «si prescindo de la permanencia ... no me queda del concepto de

sustancia sino la representación lógica del sujeto, la que me figuro realizar

representándome algo que sólo puede tener lugar como sujeto (no como

predicado). Pero no sólo no conozco condiciones bajo las cuales esta preferencia

lógica corresponda a alguna cosa, sino que tampoco puedo hacer nada con ella,

ni sacar ... consecuencia, ya que no se determina a través de la misma ningún

objeto al que se aplique este concepto» [92]

Para Kant, el concepto puro de causalidad es equivalente a la relación de

fundamento y consecuente, el concepto de la secuencia lógica de los

pensamientos en un juicio, conectado con la forma hipotética del juicio. En

términos mucho más precisos: «es la regla para la secuencia ordenada de los

pensamientos (en sí juicios problemáticos [en los que se toma el afirmar o el

negar como algo meramente posible (opcional) (KrV: A74, B100)] que se

9 1[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 300. 9 2[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A242/3, B300/1, p. 263.

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Page 25: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

conjuntan y se conectan en un juicio hipotético» [93] El esquema de la

causalidad está definido como «la sucesión de lo diverso, en la medida en que

tal sucesión se halla sometida a una regla» [94] En cifra: el esquema es la regla

que rige la sucesión. Siendo así, procede determinar si ello resulta admisible

como traducción de la concepción lógica de la relación fundamento-consecuente

en términos temporales. Aquí, la cuestión esencial pivotea sobre el concepto

puro que sirve como regla ordenadora. Determina la secuencia de los

pensamientos en un juicio como consecuencia necesaria. Por lo tanto, el

esquema debe proporcionar la representación de una secuencia temporal que

presenta análoga necesidad. Sin embargo, representar como necesaria una

secuencia temporal de eventos o estados de cosas es pensarla como regida por

una regla que establece que si A en t1, entonces B en t2. Esto equivale a pensar

el orden como irreversible. Por lo tanto, el esquema del concepto puro de

causalidad es la irreversibilidad o regla que rige la sucesión. Esta es la condición

única bajo la cual el concepto puro tiene alguna aplicación a los datos de la

sensibilidad humana, es decir la «condición de una regla» (KrV: A193, B239).

[D.1.] – CONEXIÓN ENTRE ESQUEMAS Y PRINCIPIOS

Los esquemas trascendentales funcionan como: (a), condiciones

sensibles; y (b), condiciones de posibilidad de la experiencia. Como (a) confieren

significado real a las categorías, y restringen su esfera de acción (alcance).

Como (b) operan en la determinación de los fenómenos en el tiempo. Es en

razón de esta doble función, que los esquemas pueden mediar entre los

conceptos puros y los fenómenos.

La función (a), constituye el punto focal del Esquematismo del primer

Capítulo de la Doctrina Trascendental del Juicio. La tesis según la cual el

esquema proporciona al concepto puro correspondiente su condición de

significado, está expresada en los juicios de esquema sintéticos a priori, que ya

hemos visto. La función (b), opera en los Principios Puros del Entendimiento.

Cada uno de ellos, con excepción de los Principios Modales [95], que son juicios

de esquema, podría ser caracterizado como un juicio sintético a priori que

afirma que un esquema particular funciona como una condición necesaria de la

posibilidad de la experiencia. Por ejemplo, los Axiomas de la Intuición y las

Anticipaciones de la Percepción afirman, respectivamente, que toda cosa intuida

tiene una magnitud extensiva y, por lo tanto, es numerable (esquema de la

cantidad) y que toda sensación tiene una magnitud intensiva, un grado

9 3[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 302. 9 4[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A144, B183, p.187. 9 5[?] Para Kant, los Postulados son «explicaciones de los conceptos de posibilidad, realidad y necesidad en su uso empírico» (KrV: A219, B266) y no son «objetivamente sintéticos» (KrV: A233, B286).

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Page 26: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

(esquema de la cualidad). De otro modo: cada una de las Analogías de la

Experiencia afirma que el esquema de las categorías de la relación funciona

como una condición de la determinación empírica del tiempo.

Esta íntima conexión entre los esquemas y los principios ha sido

subrayada por el mismo Kant: «los fenómenos no deben ser subsumidos bajo las

categorías sin más, sino simplemente bajo sus esquemas» [96] Queda claro que

esta tesis es igualmente aplicable a todos los Principios. Lo mismo puede

decirse respecto de las observaciones con las que se cierra la exposición

general: «mediante estos principios podremos ..., enlazar los fenómenos con la

unidad lógica y universal de los conceptos, pero solo según una analogía. Por

ello podremos ... servirnos de la categoría en el principio mismo, pero ... (en su

aplicación a los fenómenos) sustituiremos la categoría por el esquema de esta

como clave de su uso, o más bien lo pondremos como condición restrictiva, al

lado de la categoría con el nombre de fórmula de la misma» [97] El párrafo

glosado, no solamente explica la conexión existente entre los esquemas y los

principios, sino que merece atención en virtud de la forma de elaborar el

término «analogía». Los Principios que implican los esquemas de las categorías

de la relación son denominados Analogías de la Experiencia. Pero, en la Crítica

de la razón pura, también hay un segundo sentido.

En un sentido, (a), analogía es aplicable sólo a los principios designados

con ese nombre. Equivale a los términos matemáticos razón y proporción. Kant

justifica la elección de esta acepción. Afirma: que (a.1), los esquemas implicados

en estos principios corresponden a las categorías de la relación (cada una de las

cuales expresa una relación entre los dos términos); y que (a.2), la función

específica de esos principios consiste en determinar la relación de los

fenómenos entre sí en un solo tiempo. Así pues, la analogía se establece, por

una parte, entre los dos términos de la relación expresada en la categoría y su

esquema, y, por otra parte, entre la supuesta relación de un fenómeno dado y un

relacionar no especificado. Por ejemplo, en el caso de la relación causal, la

analogía nos permite determinar a priori que para todo evento dado «Y», debe

haber algún evento antecedente «x» del cual «Y» se sigue, de acuerdo con una

regla. Las analogías en filosofía difieren de las analogías en matemática: en

filosofía analogía no es una fórmula que expresa la igualdad de dos relaciones

cuantitativas, sino cualitativas. Proporciona una regla para buscar y una

característica para encontrar algo en la experiencia, pero no proporciona ese

algo en sí. Por eso, estos principios son considerados regulativos, no

constitutivos, ya que no pueden construirse.

En otro sentido, (b), analogía parece expresar una idea tardía de Kant.

9 6[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A181, B223, p. 214. 9 7[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A181, B224, pp. 214 y 215.

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Page 27: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

Resulta claro que la analogía que Kant está pensando se sitúa entre los

conceptos puros y sus esquemas. Dice Allison, al respecto: «la tesis de que hay

una analogía entre los conceptos puros y sus esquemas equivale a sostener que

el esquema traduce a términos temporales lo que es pensado en los conceptos

puros» [98] La analogía resultante entre categoría y principios es atribuible al

hecho de que todos los principios hacen uso de los esquemas: subsumen a los

fenómenos en ellos. Esto es lo que hace que estos juicios sean sintéticos a priori.

Ni la categoría, ni el esquema (por consiguiente tampoco el principio) son

idénticos. Son, meramente análogos. Esto deriva directamente de la distinción

entre sensibilidad y entendimiento. Una distinción que es trascendental, puesto

que, de no ser así se desvirtuaría la base misma de toda distinción entre el

concepto puro y su contrapartida sensible, el esquema: «esta negación subraya

el conflicto emblemático del filósofo racionalista entre la relación temporal de

causa y efecto y la relación lógica de fundamento y consecuente» [99] Esta

negación nos llevaría –según Allison- a la ilusión trascendental por la que estos

conceptos puros serían tomados como la fuente de principios metafísicos que se

aplican a objetos reales. Principios que serían analíticos en la medida en que

están basados en un análisis de lo que es lógicamente necesario para la unidad

del pensamiento. Principios como el principio de razón suficiente, según la

versión derivada del principio de no contradicción. Además, los objetos a los

cuales se podrían aplicar tales principios analíticos serían nóumenos: objetos del

mero entendimiento sin referencia alguna a la sensibilidad. En síntesis: la

caracterización de la relación entre concepto puro y esquema, más como

analogía que como identidad, es crucial para (a), la sinteticidad de los Principios

que usan esos esquemas, y (b), para la limitación del alcance de ellos a los

fenómenos.

En la postura de Kant, es igualmente importante esta tesis: existe una

analogía entre concepto puro y esquema. La tesis que sostiene que existe dicha

analogía implica que los principios contienen un elemento categorial (debido a

los esquemas) que los hace funcionar como reglas universales y necesarias para

la unificación de los fenómenos. En consecuencia, negar esta analogía equivale

a negar la aprioricidad de los principios. Debemos, pues, interpretar estos

principios como meras generalizaciones a partir de la experiencia. Es necesario,

sí, negar que se trate de algo más que de una analogía. Por otra parte, la clave

de esta analogía es la analogía fundamental entre concepto puro y esquema.

[D.2.] - NATURALEZA SINTÉTICA A PRIORI DE LOS PRINCIPIOS

De acuerdo con la interpretación del parágrafo anterior, subsisten 9 8[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 305. 9 9[?] Allison, Henri E.; El idealismo trascendental de Kant, Ibíd., p. 305.

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algunas dudas respecto del carácter sintético a priori de los principios. A

diferencia de los juicios en los que se predican conceptos puros de objetos en

general, los juicios que subsumen fenómenos en esquemas no pueden ser

considerados ni siquiera como implícitamente analíticos, ya que las condiciones

formales de la sensibilidad (esquemas) bajo las cuales los objetos (fenómenos)

son subsumidos en estos juicios no están contenidas en el mero concepto de un

objeto. Tampoco puede argüirse que estos juicios lleguen a ser analíticos tan

pronto como caractericemos como temporales a los objetos subsumidos bajo

estos esquemas. La determinación de las propiedades esenciales, universalidad

y necesidad, de los objetos temporales, es posible únicamente merced a los

juicios sintéticos que vinculan a los objetos con sus condiciones. En efecto, los

principios son precisamente tales juicios. Sin embargo, también podemos

abogar por la posibilidad de estos juicios y, por ende, por la posibilidad de una

metafísica de la experiencia, que descanse sobre la posibilidad previa de

especificar los análogos temporales de las reglas del entendimiento. Esta

especificación es la tarea del capítulo del Esquematismo.

[III] – CONCLUSIÓN: el constructivismo kantiano en la

posteridad.

Llamado a funcionar como una forma vicariante de representarnos el

tiempo, el Esquematismo se erige en una pieza clave dentro de la estructura de

la Filosofía Crítica kantiana.

Como ha dicho el Kant de los Prolegómenos, la suerte de la Metafísica,

«siempre desfavorable», quiso que Hume no fuera entendido por casi nadie.

Baste con decir que los integrantes de la filosofía de la Escuela Escocesa fueron

los que produjeron la primera reacción sistemática contra la filosofía de Hume.

Sin embargo, la reacción más notable fue iniciada con el despertar de la Crítica

kantiana. Es, precisamente con Kant, con quien llegaron a exponerse

claramente las dificultades observadas en torno al tiempo en perspectiva

filosófica. Para entonces, Locke (1632-1704) ya había advertido sobre esas

dificultades. Pero, un siglo después de Kant, el tiempo siguió constituyendo un

problema filosófico crucial.

Fueron los escritos de Hume los que interrumpieron el adormecimiento

dogmático de Kant. Además, fueron esos mismos escritos los que le imprimieron

una nueva dirección a sus investigaciones de filosofía especulativa, que por

entonces dominaba la filosofía alemana y concitaba su complacencia. Empeñado

en superar el criterio de Hume para la captación del mundo mediante una

continua sucesión de objetos, Kant entrevió su objetivo: tematizar sobre la

permanente y sintética unidad de la conciencia; algo que Hume rechazaba

rotundamente. Consideró que el tiempo debía preceder a la intuición empírica,

28

Page 29: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

y también a cada parte de tiempo; separó las facultades de la sensación de las

facultades del entendimiento; y advirtió la gravitante importancia de los factores

epistemológicos, psicológicos y ontológicos implicados en toda experiencia.

Debe recordarse que, antes de aproximarse a los problemas del espacio

y del tiempo como filósofo crítico, Kant había pasado por innumerables

soluciones contrapuestas, con las cuales la física buscó resolver también esos

mismos problemas. Así, a Kant, (a), lo encontramos en la Monadología physica

de 1576, intentando reconciliar los principios de la filosofía de Leibniz con la

física de Newton. Dos años más tarde, (b), lo encontramos en la Nueva doctrina

conceptual del movimiento y del reposo de 1578, adoptando la opinión de los

relativistas, estableciendo el principio de la relatividad de todo movimiento,

oponiéndose al pensamiento ortodoxo predominante, sin que fuera capaz de

apartarse de la influencia de la física matemática de su tiempo. Luego, (c), lo

encontramos coincidiendo con Euler (1707-1783) en la defensa de los conceptos

newtonianos del tiempo absoluto y el espacio absoluto, en el Ensayo para

introducir en la filosofía el concepto de cantidad negativa de 1763. Seis años

más tarde, en 1769, (d), lo encontramos acompañando, una vez más, a Euler en

una pretendida prueba del espacio absoluto, agregando a los argumentos

basados en principios mecánicos, otros argumentos provenientes de la

geometría pura. Posteriormente, (e), lo encontramos pronunciando la

Disertación inaugural de 1770, que marcó un hito decisivo en su carrera y sentó

las bases de la Crítica de la razón pura. Allí, en la Disertación inaugural,

produce el desprendimiento total de la discusión del espacio y el tiempo como

conceptos físicos. Los encuadra bajo el dominio de la Filosofía Trascendental. El

tiempo ya no constituye algo objetivo y real, sino que es intuición pura y

condición subjetiva, por la naturaleza del psiquismo humano, necesaria para que

el psiquismo coordine con una ley, cualesquiera datos sensibles. Finalmente, (f),

lo encontramos en los Principios metafísicos de la ciencia natural de 1786,

participando de una discusión adicional sobre el espacio absoluto y el tiempo, y

sustrayendo el problema del campo de la física. El tiempo es una forma de la

intuición, una intuición pura de la sensibilidad, una forma o concepción

universal que tiene universalidad lógica y es, así, diferente de una objetividad

física.

El espacio absoluto y el tiempo absoluto, tomados como entidades

existentes fuera de las realidades y acontecimientos empíricos, son rechazados

por Kant porque los considera ficticios. Un criterio mejor consistiría en

considerar espacio y tiempo como un esquema de conexión por el cual lo que se

percibe a través de los datos de los sentidos se explica en relaciones de

coexistencia yuxtapuesta (espacio) y de secuencia sucesiva (tiempo). Esto

quiere decir que el espacio y el tiempo son «trascendentalmente ideales», y

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Page 30: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

«empíricamente reales» a la vez.

Esa suerte de fraseología, se alzó con frecuencia como un escollo para

los lectores. En efecto, es así porque para Kant realidad empírica significa

validez de toda experiencia, y no existencia de la experiencia como concepto

objetivo. El tratamiento que Kant hace aquí, detrae «objetividad física» al

espacio y al tiempo [100] El tiempo, para Kant, no tiene una existencia separada

como un objeto real que pueda ser percibido. El tiempo es (a) la regla del

entendimiento; (b) el único medio por el cual la existencia de fenómenos puede

adquirir unidad sintética que señala, a priori y con validez universal, su lugar en

el tiempo a cada uno de los fenómenos [101] Por lo común, la epistemología del

físico parte de la experiencia para dirigirse hacia la idea. Kant, en cambio, va a

marchar desde la idea para dirigirse, en sentido inverso, hacia la experiencia. El

filósofo está más interesado en la naturaleza del tiempo como una forma

universal de la experiencia, y el físico, en cambio, se refiere, en primer lugar y

primordialmente, al problema que le plantea la medición del tiempo.

Al respecto, Cassirer se ha preguntado ¿hasta qué punto la doctrina de

Kant se involucra con el destino de la física newtoniana, en la cual tenía bastante

confianza y cuyo sistematizador filosófico parecía ser? Se sabe que Kant estuvo

mucho más involucrado con las dificultades propias, inherentes a ese destino,

que comprometido con el destino (como fin último) de la física newtoniana. En

conexidad con este tema, está, (a), la discusión del tiempo como percepción y

como concepto, y, (b), una lucha entre los puntos de vista subjetivo y objetivo en

relación con el tiempo, además de, (c), un creciente hincapié en la objetividad

como un rasgo propio en él. Estas discusiones llevaron el conflicto hacia el seno

de la metafísica contemporánea, con, (a), Bergson (1859-1941), por un lado,

quien niega la existencia del tiempo objetivo e identifica el tiempo con nuestra

conciencia de él, y con, (b), los físicos y los realistas que nos aseguran su

existencia objetiva, lo que conduce al problema de su medición, por otro lado.

El rol del tiempo es capital. El tiempo le confiere contenido al

pensamiento. Realiza el entendimiento. El puesto central del tiempo, en la teoría

kantiana del conocimiento, proviene del dualismo establecido entre la

sensibilidad y el entendimiento. El hombre carece de un entendimiento intuitivo

capaz de producir los objetos de sus representaciones. La sensación es la puesta

en contacto con una exterioridad incognoscible denominada cosa en sí. Si el

tiempo no fuera una intuición pura a priori de la sensibilidad producida por la

imaginación trascendental de conformidad con las categorías, que es decir de

conformidad con las formas lógicas del pensamiento que dan unidad a la

1 0 0[?] Con posterioridad, Einstein (1879-1955) manifestará que él mismo había hecho lo propio, pero de otra manera.1 0 1[?] Kant, Immanuel; Crítica de la razón pura, Ibíd., A215, B262, p. 239.

30

Page 31: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

diversidad, no habría conocimiento posible: seríamos incapaces de unificar

representaciones en una experiencia.

Eso que hace la unidad de la experiencia, no es el tiempo, sino la

apercepción trascendental. Pero el tiempo permite pasar de esa unidad pura a

la multiplicidad empírica, porque él es, él mismo, la unidad de una multiplicidad.

Hay, a la vez, producción de lo múltiple como múltiple y reunión de ese múltiple

en la forma única de la conciencia con intervención intermediaria de las

categorías. Las categorías determinan, unifican la diversidad de la intuición

sensible. Kant denomina a esta «determinación», una síntesis figurada que es la

síntesis trascendental de la imaginación. La imaginación es la facultad de

representar en la intuición un objeto. La imaginación pertenece a la sensibilidad,

pero como espontaneidad que actúa por sí misma. La imaginación produce el

tiempo para construir su representación conforme a las categorías. Esta

producción del tiempo se denomina autoafección del psiquismo (Krv: B 69), y es

un efecto del entendimiento sobre la sensibilidad, y una primera aplicación del

entendimiento.

Ahora, ya sabemos que las categorías, aunque no funden conocimiento

alguno y estén fuera del tiempo y por ende merecerían algún significado,

adquieren significado por el tiempo. El esquema no debe considerarse como el

mero esquema de un objeto empírico real, sino como el arquetipo y el modelo de

los posibles objetos de la experiencia. Así, al retrotraer la intuición pura y el

concepto puro a su raíz lógica común, el esquematismo aúna, en realidad, la

intuición pura y el concepto puro [102] La Teoría del Esquematismo responde,

entonces, a una doble tendencia: «[(a)] la limitación de las categorías a lo

sensible representa, frente a la metafísica racionalista, un postulado

completamente nuevo y paradójico; y este postulado es ... el que se trataba de

realizar, sin menoscabar por ello, en el sentido sensualista, [(b)] la razón de ser

lógica del concepto puro» [103]

Con el concepto de esquema de la Crítica de la razón pura, Kant intentó

dar respuesta al problema de la relación epistemológica entre símbolo y objeto.

En su propuesta, Kant combinó tanto elementos del empirismo como del

racionalismo de su tiempo. Lo hizo de tal suerte que su teoría del conocimiento

quedó cuestionada por su dualidad entre actividad intelectual y actividad

sensorial. Tratando de superar esa dualidad, Cassirer (1874-1945), por una

camino, y Piaget (1896-1980), por otro camino (por citar sólo dos casos

paradigmáticos), desarrollaron una teoría genética a partir de la reformulación

1 0 2[?] Cassirer, Ernst; El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia moderna , Ibíd., pp. 666 y 667. 1 0 3[?] Cassirer, Ernst; El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia moderna, Ibíd., p. 669.

31

Page 32: Enrique García: «Esquematismo Trascendental Kantiano»

del concepto kantiano de esquema. La sola mención de la fuente kantiana

gravitando en ambos pensadores, nos permite vislumbrar hasta qué punto los

límites y las posibilidades del constructivismo kantiano han estado presentes en

la posteridad.

[IV] - BIBLIOGRAFÍA

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