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\ Cristobal Pera .,. \ .; i. •· \ . !: ;.:. · 11 . Pensar desde el cuerpo . :-:, Ensayo sobre la corporeidad humana I . / DDD TRIACASTELA Madrid, 2006

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Cristobal Pera

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.;i.• · \ . f-1.1'11~ !:;.:.· 11 . Pensar desde el cuerpo

. :-:,

Ensayo sobre la corporeidad humana

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DDD TRIACASTELA

Madrid, 2006

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La intimidad del cuerpo

Quiconque voit Pallas Athena nue ne verra plus le jour. Un jour, Tiresias surprend entre les branches Ia nudite qu'il

n' est pas permis de contempler. La deesse, sans col ere, mais implacable, lui touche les yeux. Fermes a Ia lumiere,

ses yeux aveugles liront dans J'avenir le destin des mortels.

A. Bannard. Les Dieux de Ia Greece.

z,Por que se habla y se discute tanto sabre la «intirnidad del cuerpo» en la cultura dorninante en nuestro tiempo que lo ha elevado a la categorfa de desnudo icono omnipresente, y tambien en esta proclamada «socie:.. dad transparente»8 que inicia el nuevo rnilenio perpleja ante la globali- · zaci6n de las nuevas tecnologfas de la informacion y de Ia vigilancia·qi.Ie anuncian el «fin de la privacidad» ?9 z,Donde radica el fundamento de esa «intirnidad del cuerpo» -ese «Iugar» donde transcurre nuestra ex is ten-· cia y donde se despliegan la mano y la palabra- que en parte se «ocul­ta» yen gran parte se «desvela», que unas veces se defiende con dureza ~nte los tribunates y otras se vende, convertida en mercancfa, casi en publica subasta?

l, Como se definen los limites de Ia «intirnidad del cuerpo»? l, Cuales , son sus relaciones con esos ambitos que cada persona define como per­

tenecientes a <<Io privado», como los territorios de su «privacidad», sea corporal, territorial, de Ia comuni~acion o de Ia informacion que ese cuerpo genera?

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28 PENSAR DESDE EL CUERPO

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/ Sorprende, de entrada, qu(«lo fntimo>~) que por su etimologfa (lat: intimus) es lo s~perlativamente '«intennJ»,-"lo mas profunda con relacion a! cuerpo considerado como espacio, en realidad y paradojicamente, sea Jo mas «externo», ya que se despliega en Ia superficie corporal, en Ia geograffa externa de Ia corporeidad, en los lfmites del espacio que el cuerpo ocupa frente a ottos cuerpos, y no en sus entnifias: es en esta superficie, con sus entrantes y sus salientes, y con los orificios que con­dticen a sus profundidades, donde radica Ia intimidad del cuerpo, lo que se oculta y lo que se muestra a los demas, segun patrones de comporta­miento muy diversoslba intimidad presupone una previa ocultacion de Ia superficie del cuerpo: Ia proporcion entre lo ocultado y lo desvelado, que delimita una intimidad concreta entre dos cuerpos, es una construe­cion personal, social y cultural, como el propio cuerpo, en cierto modo, lo es. Por el contrario, Ia exposicion ante otros muchos cuerpos de un cuerpo totalmente desvelado, sin mas preambulos, anula totalmente su .<<intimidad». ) '

Los lfmites de lo fntimo se van definiendo, en cada caso, mediante I

un juego de velos ~e ocultan, en parte, el cuerpo y tambien sus accio-nes, las expresadas con Ia mano y Ia palabra. El acercamiento a Ia inti­midad del cuerpo de una persona es una aproximacion a su superficie, a su pie!, a lo visible por naturaleza, pero convertido en invisible, en parte, mediante artificios. Una intimidad concreta se construye mediante un progresivo desvelamiento interactivo cumplido, a traves de los sentidos, con otro cuerpo «sentiente», porque Ia intimidad es, al menos, asunto de dos, ambos sujeto y objeto: a) por Ia mirada que se despliega sabre Ia geograffa corporal; b) por el tacto que se desliza sabre la superficie del cuerpo; c) por el olfato que detecta, discrimina y rememora sus olores; d) por el gusto que capta sus sabores, y e) por el oido que escucha el SUSUITO de las palabras mas intimas, e inclUSO ]OS ruidos que ocasional­mente rompen el silencio de los 6rganos. «He perdido mi vista, olfato, oidos, gusto y tacto: (,COmo habrfa de usarlos para tu contacto mas cer­cano?», exclama el poeta T.S. Eliot 10

Lo «fntimo» califica aetas y objetos que se relacionan inmediata­mente con Ia velada superficie del cuerpo, asi como con .los «espacios privados» en los que se procura Ia «ocultacion» de lo que se considera perteneciente a Ia intimidad (partes, prendas y «relaciones intimas»; amistad y correspondencia «intimas»; rincon, atm(Ssfera y cena «inti-

LA INTIMIDAD DEL CUERPO

~as», etc .), al tiempo que se propicia Ia aproximaci6n de los cuerpos no excluidos del acercamiento a partir de un determinado cfrculo limitante, que sefiala, con otros cfrculos !;Oncentricos, lo que desde esa linea per­tenece ya a <<!O fntimo» y a «lo mas fntimo>>. En este proceso de aproxi­macion, Ia «intimidad» lograda termina por hacer caer suavemente Ia «mascara» de ese cuerpo, imagen protectora del comportamiento perso­nal, social y publico. La aproximacion a Ia «intimidad del cuerpo» se \ organiza culturalmente en rituales que van desde Ia relaci6n familiar y Ia amistad intima a Ia relaci6n amorosa y al penetrante encuentro sexual: «si el beso en Ia mejilla es afirmaci6n de apego al otro, de relacion fami­liar, el beso en Ia boca es un atributo de Ia intimidad amorosa» 11

La «intimidad» de un cuerpo presupone, en consecuencia, exclu- \ si6nlprohibici6n, en determinados ambitos, de Ia aproximaci6n de otros cuerpos y, desde luego, definicion de lo que son territorios prohibidos de Ia geograffa corporal que, como en el tragico enc~tro de Tiresias con Ia diosa Atenea, «no esta permitido contemplar». ~ando la aproxima- -~ cion -sea cual sea su grado- noes consentida, se tiansforma en «inva­sion de Ia intimidad», lo que supone intromisi6n en el ambito de lo pri­vado, en especial de Ia privacidad corporal y de Ia privacidad tenitorial. 1

La intimidad del cuerpo se organiza en espacios privados, con acce­so restringido a una minorfa progresivamente liinitada. Incluso dentro de un espacio genericamente privado, como Ia casa, Ia privacidad se gra­dua, ya que en Ia intimidad del cuerpo existen rituales muy ocultos, que son los que conducen a «Satisfacer las necesidades naturales» en Ia mas absoluta de las privacidades 11

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Hay, no obstante, otra «privacidad» que no se organiza tan solo alre­dedor de Ia intimiqadde~cuerpoc(;"~o superficie, sino que lo que pre­tende es, sabre todo, la privacidad del cuerpo en cuanto que en el asienJ tan y se despliegan la mano y Ia palabra, para el trabajo en silencio, para Ia reflexi6n sosegada, para Ia a1tesana actividad manual, para Ia lectur y para la escritura. Es Ia «privacidad» definida por Samuel Warren y Louis D. Brandeis, de la Harvard Law School, a finales del siglo xrx, como «el derecho a estar solo» (The right to be left alone).

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El cuerpo y sus identidades

No entity without identity. W. V. Quille

Selfuood is «contingent» [ ... ] an individual

sense of identity is constantly in the making. Richard Rorty

En esta era p_q_s_!modema, edad de la informacion y de la globalizaci6n, Ia identidad del cuerpo -como entidad biol6gica y como espacio en el que se encama Ia persona como categorfa psicol6gica con su conciencia etica...:::... es objet"C;-·p·~~f~~~~te ·ae -"dlscus1ones--en . iil~~me~abl~s .. y .. ~;si ~pre muy controvertidos, discursos cultu~a_l_~s_ypg!HL~QS. Dada Ia amplitud de significadosque se cobijan bajo el termino «identidad», que por su enorme replicaci6n se ha convertido en expresi6n «memetica» 12

,

a! reflexionar sabre el cuerpo y sus identi(jades conviene preguntarse enseguida: (,de que identidades se trata?

«Restoring Identities to Victims» es el titulo de un articulo publica­do en el diario Los Angeles Times, dedicado a comentar Ia tarea foren­se, ex_traordinariamente compleja, que se realiz6 sabre los restos, casi pulverizados, de cientos de cuerpos, en la tristemente famosa «zona cera» de Nueva York, tras el nefasto 11 de septiembre. El objetivo de

' esta enorme tarea fue restaurar las «identidades» a los que fueron en su dia cu~-~~-Y.ic:.t~mas, aunque--e-st;;~ ya no existiesen como espa-cios corporales. · .

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32 PENSAR DESDE EL CUERPO

Todo lo que se necesitaba para devolver Ia identidad a cada uno de aquellos ,cuerpos, desmoronados y entremezclados, eran unas pocas

' . celulas con su ADN intacto. La «identidad genetica» de cada cuerpo -su gen~tip·o- es -la ultima frontera en Ia comprobacion de la identi­dad de las-vfctimas, a traves de sus minimos restos; se trataba de recu­perar el mensaje que contiene las instrucciones geneticas, escrito con las combinaciones de las cuatro letras -ATCG- del alfabeto bioqufmico. Y es que cada cuerpo hum.ano, y con este cada persona, posee, ademas de Ia huella dactilar, una huella genetica, Ia misma para cada celula, teji­do, 6rgano y organismo. Una huella que, descifrada, hace posible acce­der a Ia identidad de Ia persona que se expreso en ese cuerpo,, lo que permitira a su familia inhumarlo, casi simbolicamente, bajo su nombre labrado en una lapida.

Pero son muchas mas las identidades con las que, desde el trasfondo ultimo de su huella genetica, cada ser humano, un yo consciente encar­nado en un cuerpo, se identifica a sf mismo ante los demas y es identi­ficado por los otros, empezando por el burocratico documento dej_d~n­

tidad, con su nombre, la imagen de su rostro y sus huellas dactilares -datos con los cuales puede «identificarse» y ser «identificado»- y continuando con su grupo sa11gufneo y los antfgenos de Ia histocompa­tibilidad del sistema inmunitario, que mm·can Ia diferencia entre «lo pro­pio» del individuo (self) y lo «no propio» o extrafio (non-self).

Pero «identidad» es un termino muy amplio que expresa y describe, cuando se le adjetiva, multiples aspectos del cuerpo humano y de super­sonalidad especffica, de su individualidad diferente. La «identidad» des-\ pliega primariamente ante los demas Ia idea de quien somas, y sirve ,

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tambien de fundamento a las interrelaciones con los otros cuerpos que l se m\]even alrededor de nuestro espacio vital. Esta es Ia «identidad per- \ sonal», Ia que pretende expresar con nuestro fenotipo -mas alia de nuestra identidad socialladministrativa- hasta que punta somas dife­rentes de los otros, capaces de mantener nuestro intransferible «yo» a lo largo de los anos de nuestra biograffa.

La delimitaci6n de Ia identidad personal supone una previa constata~. cion y explicaci6n de las presuntas diferencias con los otros cuerpos, en i

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un determinado contexto social, mediante el desarrollo de sistemas i

codificados de diferencias y similitudes entre grupos socialesll. La bus­queda de Ia «identidad», sea personal o colectiva, convoca ineludible­mente a Ia elaboracion, muchas veces compulsiva. e incluso agresiva, de

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EL CUERPO Y SUS IDENTIDADES 3.

las diferencias con los otros, desde planteamientos en los que subyn'"' casi siempre el ansia de poder, con el riesgo de deslizarse hac ia nn con­tinuo proceso de «construcci6n/destrucci6n de lo extrano» 14

La identidad personal es l £t__p~c~pci6n que cada uno tiene acerca d" sf mismo y define implfcitamente el hecho de que cada individuo cs realmente identico solo a sf mismo a lo largo de su biograffa, con llll ll

personalidad especffica, a pesar de las progresivas modificaciones tit '

ese cuerpo. John Locke (1632-1704) ha sido el primer fil6sofo que s~: planteo el problema de como era posible el mantenimiento de Ia idcnt i­dad personal a traves del tiempo, una identidad que califica de «diacn~··

nica» , en el capitulo XXVII de su libro Essay Conceming Hul!l (f/1

Understanding, titulado«Ofldentity and Diversity»'\ en el que JlamN 111 atencion sabre Ia importancia de Ia memoria en Ia continuidad psicol6 gica de Ia persona 16

, a pesar de las modificaciones biologicas del t ll lJJ·

po. Y es que los seres humanos son espacios con formas cambiantt:s qw.: transitan con Ia memoria de su identidad personal, si logran consurv11r Ia, par los espacios del mundo.

1

El pensamiento postmodemista (o de Ia modernidad tardfa, CO JI \!l

prefiere A. Giddens) sostiene -frente a Ia concepcion esenciali sta du 111 «identidad personal» que desde su «espacio corporal arrastra su pcrsn

n~_t_~~~~o!i~>~~~r-~-unif"t3l~~~-P~i~~.~~!6c_~_i_~~ y.~-~Eil~~~t-~~·ya-qile ... cO'n s i · \ ~aera que Ia identidad personal (como Ta colectiva) es 'iin<i"«c:onstrucci<'iu ,

. social» que, a Io largo a·eca:a-a-oTograffaper·samii;· se-·:vaffi"C;!d~~~-~i·o·. p·ocn ,___ a poco, -con ... suce.si~as-m.odlfi_c.adones; .en .. resuffi.idas 'cuentas, Ia iclcnt i-

da([ pe-rs'oiiiil 'o"colectiva;·seffa 't.inairivencl6n .Y una interpretaci6n ;;JI, :' 10So1i;Os qi:ie:-·611-demaslados -casas, 'se convierte en un'a frarica rnisti fi ­~tS>~:~:La 'corisffucci6ii.evofutiva de una <~identidad person~!», s i~ 1:, p r · sujeta a variaciones, no puede concebirse sin su interrelaciop. con Ia Clll ­tura y con Ia sociedad en Ia que vive; es esta sociedad Ia que syleccionn y ie oferta, de una manera mas o menos coercitiva, un catalogo d'· creencias, conceptos, valores y roles, casi siempre escrito en clav" reduccionista, pl<Oducido y mantenido por estructuras de poder. L~!!-E ... P~~~~!'Lq,Lque se construye desde dentro y desde fuera,

pa'i"a representarse ante los otros, ha de ser el resultado de la mayor men or capacidad individual para mantener es~abl~ , a lo l~rg() 9e1_ ~i~m- \

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34 PENSAR DESDE EL CUERPO

ducta, ni -aunque sea importante- en las reacciones de los otros, sino en Ia capacidad de mantener en marcha UQa narrativa propia» 18.

Un ciiscurso narrativo19 quesereplie.contin.tiamente."ante lOs otros en un contexto social, una historia personal que trata de explicar el pasado y modificarlo y reorientarlo para el propio provecho, segun sople el viento de Ia otra historia, bacia el mas previsible futuro. Por este cami­no, Ia identidad personal ~n nuestro tiempo, apoyandose en -la hoy pre­dominante cultura del cuerpo y de sus modificaciones, se convierte en un espectaculo de transformismo. La extraordinaria fluidez de las «iden­tidades», en las que deben incluirse las llamadas «identidades noma­das»20, se ex plica hoy, al menos en parte, porIa creciente inseguridad en la propia identidad del cuerpo, potenciada porIa presion de los modelos

. mediaticos con «identidades» presuntamente satisfechas. Por otra parte, Ia identidad personal queda subsumida hoy en una

muy extensa ofe1ta de identidades colectivas: «identidad» segun genera, sexo, etnia, lengua, cultura; religion, ideologia, clase social, profesion, tribu -sea urbana o no urbana-, region, nacion, comunidades supra­nacionales, etc.

El escenario actual en el que se construyen las identidades se com­plica porque estas -sean personales 0 colectivas- tienden a construir­se hoy dialecticamente e incluso con violencia, en este mundo de Ia modemidad tardia, mediante su enfrentamiento con la globalizacion, un nuevo ambito de confrontacion en el que «Ia identidad ocuparfa una interfase entre las posiciones subjetivas y las situaciones sociales y cul­turales de su contexto»21 . A pesar de las tensiones dialecticas entre lo «local» y lo «global», el yo de Ia identidad personal, aunque actue desde un contexto local, hade construirse de modo que tenga Ia capacidad de ejercer influenci1s con significado global.

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Cuerpos distorsionados y desfigurados : lo grotesco y lo freak en la cultura actual

The grotesque body transgresses its own limits. The stress is laid on those parts which the world enters the body or emerges from it.

M. Bakhlin11

El cuerpo humano, ese icono cultural omnipresente en nuestro tiempo23,

despliega sus lfmites como espacio corporal del «yo» frente a «los otros cuerpos>> a lo largo de las superficies de su orografia, limites que se dila­tan, se encogen o se distorsionan, segun los casas. Cada imagen de un cuerpo humano es evaluada integradamente en relacion a unos presun­tos modelos «Canonicos», que se presentan como paradigmas de «lo normal», sin olvidar que tanto Ia definicion de lo que es «lo normal» como de lo que es «patologico» son, en gran parte, circunstanciales, derivadas del punta de vista de quien lo observa, sean «los otros» o sea el propio yo «encamado» en dicho cuerpo ante erespejo, asi como de las ·condiciones en las que es observado.

Pero sucede que en muchos grupos sociales se ha impuesto Ia priori­dad de una busqueda de Ia «identidad corporal» personal o grupal cla­ramente definida sabre Ia pretension de conseguir una «perfectibilidad» corporal canonica segun Ia cultura predominante. Esta actitud ha con" ducido a Ia «cultura de Ia modificacion del cuerpo», asumida como un proyecto individual, en el que cada uno --duefio de su propio cuerpo­puede llevar Ia transgresion de Ia norma hasta sus ultimas consecuen­cias. En el contexto cultural de Ia modificacion del cuerpo su voluntaria

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36 PENSAR DESDE EL CUERPO

perforacion (body piercing), asociada o no con el tatuaje, se ha extendi­do nipidamente en Ia sociedad occidental durante las ultimas decadas24

Con '\> sin perforaci ones y tatuajes, Io cierto es que frente a los pre­suntos «modelos canonicos» del cuerpo, tanto para Ia mujer como para el hombre, se exhiben hoy con abundancia en Ia sociedad occidental cuerpos que sobrepasan con creces los lfmites de sus espacios o los res­tringen hasta el minimo posible para Ia supervivencia, cuerpos superla­tivos en uno u otro sentido, cuerpos que pregonan agresivamente su rup­tura con las presuntas normas, cuerpos distorsionados y desfigurados que se agrupan y pululan en un contexto cultural o subcultural propio: es Ia cultura de «lo grotesco» y, de modo concreto en Ia cultura nortea­mericana y en sus extensos aledafios culturales, Ia cu!turafreak, enten­dido este termino, de multiples significaciones, como lo que es esen­cialmente anormal e inusual.

La moderna cultura de lo grotesco -independientemente de sus vie-. jas connotaciones en Ia historia del arte, ligadas a Ia desarmonfa, Ia exa­geracion, Ia con torsion y Ia ambivalencia entre lo comico y lo horrible­se centra hoy alrededor del cuerpo, del cuerpo anormal y extravagante, tal como es modificado y presentado con alardes en Ia subcultura freak.

El «cue1-po grotesco» es el cuet-po distorsionado y desfigurado de forma extrafia e incluso fantastica, que no encaja, ni con mucho, dentro de los lfmites esteticos predominantes. Frente al cuerpo grotesco, el cuerpo del «monstruo» es no solo anormal, sino antinatural -mezcla que traspasa las especies- y horrible, aunque las fronteras entre ambos conceptos no siempre pueden ser bien definidas, sobre todo cuando con lo monstruoso se alude tan solo a Ia enormidad de su tamafio.

El «cuerpo grotesco», miiltiple y cambiante en sus exageniciones, se hace aparente cuando se establece una relacion dialectica con el cuerpo que sigue el arden «clasico» o «Canonico». La distorsion como formula de creacion del «cuerpo grotesco» es paradigmatica en Ia pintura de Francis Bacon, elaborada mediante Ia transgresion de los lfmites de Ia figura humana en el espacio -su cara distorsionada en el famoso auto­rretrato, atractiva y repulsiva al mismo tiempo-, aunque Ia instintiva violencia de Ia distorsion sobrepasa lo simplemente «grotesco» para expresarse dolorosamente como un media de purgacion y de trascen­dencia.

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CUERPOS DISTORSIONA DOS Y DESFIG URADOS .• 7

El semiologo ruso Mikhail Bakhtin, en su clasica obra Rabelais y su mundo22

, puso de manifiesto su fascinacion por el «cuerpo grotesco» en el brillante analisis de sus caracterfsticas definitorias frente al cnerpo «Clasico» o «Canonico». Para Bakhtin «lo grotesco» es esencialmenw ffsico, asentado en «un concepto especffico del cuerpo como totali clncl y de los lfmites de su totalidad»; serfa en Ia fiesta popular del carnaval, indulgente con toda clase de excesos ffsicos del cuerpo, donde este cucr­po grotesco mostrarfa todas sus potencialidades transgresivas.

Para el crftico ruso serfan exigibles una serie de condiciones p:1 ru que, en contraposicion al «cuerpo grotesco», un cuerpo pudiera ser cle ri ­nido como «Canonico»: a) cierre de todos sus orificios; b) prohibici6n de todas las uniones del cuerpo con el mundo exterior; c) ocultac i6n d1.: todos los signos de vida intracorporal y de sus funciones; d) ignon:1 nci11 de toda relacion con la fecundacion, la gestacion y el alumbramiento, y e) presentacion mediante la imagen de un cuerpo completo, impenelrn ble, racional e individual.

Frente al caracter cerrado del «cuerpo canonico», el «cuerpo groll.:s· co» excede sus propios confines, se introduce en el terreno de lo Hs icu­mente anormal y, como representacion semiologica que todo cuerpo cs, pone el acento en «aquellas partes en las que el mundo penetra o hi un emergen hacia ese mundo y van a su encuentro»; esto significa pnrn Bakhtin que en el «Cuerpo grotesco» el enfasis se coloca en los orifi c in .~

-boca, sabre todo- y en las protuberancias o convexidades de su oro­graffa, en las que tienen Iugar las interacciones con los otros cuerpOH . El «cuerpo grotesco», con ~1 «relieve de sus montafias y abismos», nl incumplir las condiciones canonicas, se convierte en un cuerpo qu" expresa unac semiologfa ambivalente, simultaneamente risible y borro­rosa, comica y monstruosa. El «cuet-po grotesco» es un cuerpo nunc:1 acabado, nunca completado, siempre en proceso de construccion.

-En el siglo xrx los «cuerpos grotescos», los cuerpos que estaban, no por propia voluntad, superlativamente fuera de la norma, por exceso o por defecto -gigantes, enanos, casi esqueletos vivos y obesos mons­truosos- eran exhibidos, convertidos en mercancfas, en museos itine­rantes y en los circos. Para muchos de los espectadores la autoest im11 perdida, si alguna vez la tuvieron, se recuperaba o se aliviaba probable­mente contemplando la desdicha de aquellos «cuerpos grotescos».

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PENSAR DESDE EL CUERPO

En nuestro tiempo, con la creciente tendencia a la modificaci6n del cuerp9 con el prop6sito de alcanzar una singularidad personal o de grupo, el «cuerpo grotesco» o freak se Construye continua y voluntaria­

'ment~ a sf mismo, en el contexto de una subcultura que considera que el cuerpo es como una masa de arcilla que puede ser moldeada una y otra vez, segun los dese,os de su propietario, quien serfa tambien su escultor. La cultura occidental d~ nuestros dias acepta sin mas la ambigliedad de los Iimites del cuerpo, asi como el canicter «grotesco» que puedan alcanzar las diferencias fisicas transgresoras de las normas consideradas predominantemente como «can6nicas».

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La modificaci6n del cuerpo en la cultura occidental: los cuerpos. perforados

La modernidad hace que el mantenimiento de Ia propia identidad se haya convertido en un problema muy particular.

· A. GiddenslJ

En el mundo occidental e) cuerpo humano se ha convertido en el icono cultural por excelencia, omnipresente y predominante. Objeto semi6ti­co, cargado de signos propios, el cuerpo posee ademas en su superficie un amplio espacio disponible para ellenguaje vi~ual -el cu_e~o como lienzo y el cuerpo como escultura animada- y desde alii puede emitir muy variados mensajes, con los que)ntenta reafirmarse ante sf mismo y, simultaneamente, marcar la distinci6n personal y sociocultural con «los otros». En nuestro tiempo, la busqueda de una perfectibilidad corporal -segun cada cual la entienda- ha a~ierto el camino a la progresiva­mente extendida cultura de la modificaci6n del cuerpo, en bastantes ocasiones llevada hasta sus ultimas consecuencias: desde el adelgaza­miento obsesivo en la mujer joven que puede abocar a la terrible anore­xia· nerviosa, y el excesivo remodelado muscular de los gimnasios -«construcci6n del cuerpo» (bodybuilding) se dice- hasta las restau­raciones, las correcciones y las transformaciones, segun variados crite­Iios personales, que afectan a la imagen estetica del individuo, e inclu­.eo a su genera, intervenciones que exigen la aplicaci6n de una cirugfa plastica y estetica. En esta moderna cultura de Ia modificaci6n del cuer­po26 este es asumido como un «proyecto individual», en el que cada uno --duefio de su propio cuerpo- se ocuparfa de su disefio.

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40 PENSAR DESDE EL CUERPO

En este contexto cultural de Ia modificaci6n del cuerpo, una tecnica muy especial se ha extendido nipidament~ en Ia sociedad occidental durante las dos ultimas decadas, junto con el tatuaje, hasta convertirse en un fen'6meno social y cultural que ha adquirido una relevancia preo­cupante que incita a Ia reflexi6n: es Ia voluntaria perforaci6n del cuerpo (body piercing) seguida de Ia inmediata inserci6n, en el trayecto labra­do con una aguja, de una pieza, habitualmente de metal, disenada con pretensiones artfsticas, de modo que -sea anilla colgante o barra mas o menos larga con extrema abotonado- sirva, entre otras casas, como decoraci6n corporal, tanto en Ia mujer como en el hombre. Como quie­ra que las perforaciones corporales asociadas a una muy variada oma­mentaci6n -conocida como «joyerfa del body piercing»- tienen una muy Jarga historia en las culturas primitivas, el resurgimiento de estas voluntarias modificaciones corporales a finales del siglo XX ha sido interpretado como un regreso al primitivismo tribal, como un «primiti­vismo modemo», y a sus practicantes, en su mayorfa miembros en un principia de culturas marginales, se Jes ha calificado de «modemos pri­mitives», segun Ia expresi6n acufiada por Fakir Musafat27

La perforaci6n del cuerpo -un procedimiento que a pesar de su apa­rente trivialidad no deja de ser quirurgico y cruento, realizado sabre par­tes blandas o cartilaginosas de la superficie corporal (orejas, nariz, tabi­que nasal, cejas, mejillas, Iabios, lengua, pezones, ombligo, clitoris , Jabios mayores y menores, pene y escroto)- se practicafuera de Ia pro­fesi6n quirurgica, en unas denominadas «clfnicas» para el body pier­cing. Conviene subrayar que estos procedimientos «quirurgicos» margi­nales no estan exentos de complicaciones, variables segun Ia Jocalizaci6n anat6mica del piercing: unas inmediatas, como Ia hemona­gia -de modo especial en el piercing de la lengua-,- y otras· mas tar­dfas como Ia infecci6n cr6nica de Ia herida, el fracaso o significative retraso de Ia cicatrizaci6n, Ia intolerancia al material implantado en el trayecto Jabrado e, incluso, Ia transmisi6n de una enfermedad vfrica. La Asociaci6n Medica Britanica propici6 a finales del afio 1999 en las paginas de su revista -el British Medical Journal- un debate sobre estas complicaciones, abierto precisamente con una ~evisi6n del body piercing encargada a Henry Ferguson, editor de la revista Body Art, y el mismo objeto de estas «perforaciones decoradas».

LA MODIFICAC16N DEL CUERPO EN LA CUL:I'UR A OCC II ) J\ N'J'AJ. I I

Las motivaciones por las que un inclividuo decide somcler su cucrpo a Ia colocaci6n de un piercing son diversas y, en ultimo terrn in o, cslas perforaciones decoradas pretenden funcionar como un sistema de signo.1· que encienan variados mensajes:

Como una experiencia personal que afirma su propia individua­lidad y que pretende ser, a! mismo tiempo, declaraci6n formal de oposi­ci6n a! sistema establecido, emitida desde Ia «cultura del resentimiento» contra Ia sociedad en Ia que vive y de Ia que, al menos omamentalrnen­te, intenta separarse de forma llamativa con un gesto transgresor que sugiere, subliminalmente, Ia impresi6n emocional de Ia autoagresi6n dolorosa. De todos modos, Ia reconocida capacidad fagocitaria de Ia sociedad de consumo frente a los «cuerpos extrafios» se hace evidente en Ia oculta y tacita complicidad entre Ia creciente industria y mercado del body piercing -producci6n de una extensa gama de rnodelos de joyerfa para el piercing, de revistas y de «clfnicas» especializadas­y los detractores de Ia sociedad.

Como un medio para conseguir, e incluso compartir, segun su Jocalizaci6n anat6rnica, una estimulaci6n o gratificaci6n sexual, o bien lanzar un rnensaje er6tico al otro componente ---:-Potencial o estable­de Ia pareja.

Como tm «rito de iniciaci6n» exigido en determinados grupos marginales de organizaci6n tribal o sectaria, mediante el cual el que lo acepta trata de reconstruir su difuminada personalidad. ·.

Como un metoda para conseguir ritualmente cierto tipo de pla-cer a traves del dolor aceptado. ·

Como un modo de ornamentar o decorar el cuerpo iniciando o siguiendo tendencias avanzadas de la moda, en las que se procura incor­porar lo «ex6tico».

La capacidad del sistema de la moda y de su mercado para asimilar Ia transgresi6n, suavizando Ia pretendida agresividad del mensaje original, ha sido bien analizada28 y se pone de manifiesto hoy en el momenta en el que modelos de alta costura comienzan a desfilar por las pasarelas con el mensaje, convenientemente sofisticado, de un delicado piercing en sus ombligos. Los grupos subculturales que buscan Ia transgresi6n

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42 PENSAR DESDE EL CUERPO

COrlfO diferencia radical con la sociedad de consumo en la que viven, han de esforzarse continuamente por compensar la lenta pero imparable maftipulaci6n de sus mensajes llevada a cabo por el sistema de la moda -su conversion en mercancfas-'-, mediante la acentuaci6n progresiva de la radicalidad de la transgresi6n propuesta y de su canicter subversivo.

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