Casa Collage

5/13/2018 Casa Collage - slidepdf.com

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Editorial Gustavo om , SA

08029 Barcelona Rossel l6, 87-89. Tel . 9332281 61

Mexico, Naucalpan 53050 Val le de Bravo , 21 . Tel . 55 60 60 11

Portugal, 2700-606 Amadora Praceta Not fc ias da Amado ra, n° 4B . Tel . 21 491 09 36



Nuestro agradec imiento a los profesores que han compar tido y comparten e l Tal ler V,

Fernando Vil lavecchia, Albert Cuchf, Arcadio de Bobes, Dani Freixes y Pepa Gomez, por su

complicidad en el proyecto docente que ha propiciado el clima necesario para elaborar este

libro, asf como a las valiosas aportaciones y sugerencias realizadas por el profesor Joan

Llecha. Ladedicacion a laensefianza de todos ellos, su capacidad crftica y sus opiniones nos

han sido de inestimable ayuda.

Gracias igualmente a los comentarios de Joan Francesc Chico y Carles Martf , a ladetenida y

estimulante lectura crftica del arquitecto Jordi Granell, al material facilitado por las arquitectas

Eileen Liebmann y Gemma Ruano y al equipo de la biblioteca de la ETSAV por su colabora-

c ion y su pacienc ia . A Monica Gil i por el interes mostrado hacia este ensayo. Y a nuestro

amigo y socia Jose Made Lecea, coautor de algunas de las obras que aquf se mencionan.

Ilustraci6n de lacubierta a partir de undibujo de Charles y Ray Eames.

© Lucia Eames,2001. Eamesoffice: www.eamesoffice.com

Este ensayo tiene su origen en

impartidas en la Escuela de Arqsobre la vivienda ha lIevado a p

entorno a la manera de pensar

de trabajo que va mas alia del p

habitar.

1a edici6n, 1atirada, 2001

2a tirada, 2002s- tirada, 20034a tirada, 2005

Por otro lado, en los actuales p

ha abierto la posibilidad de que

de otras carreras a traves de la

uncruce de informaciones hasta

ria deestudio que nos ocupa o

amplio que los estudiantes de

Esta fue la idea motriz del proy

tura cuyo libro de texto serfa p

nado por la UPC en la Convoc

docente, 1997, gracias a la cua

Queda prohibida, salvo excepci6n prevista en la ley , la reproducclon (electronica, quimica, rnecanlca, opti-

ca. de grabacion 0 de fotocopia), dlstribucion. comunicac i6n publica y transformaci6n de cualquier parte

de esta publicacion - incluido e !d is ef io de la cub ie rt a- s in la previa autorizaci6n escrita de lostitulares de

la propiedad intelectual y de la Edi to rial . La infracci6n de los derechos men cionados puede ser const itut iva

de del it o con tr a l a p ro pi edad i ntel ec tu al ( ar ts . 2 70 y s ig ui en te s del C6d ig o Penal ). E I Cen tr o Espaf io l d e

Derechos Reproqraf icos (CEDRO) vela por e l respeto de los citados derechos.

La Ed i to r ia l n o 58 p r onunc ia , n i e x p re s a ni lmp l fc i tame n te , r e s pe c to a l a e x a ct i tu d d e l a i n fo rmac i o n c on te n i -

d a e n e s te l ib ra , r a z 6n p a r l a e u al n o p u e d e a s um i r ninqun tipo de r e spons abH ida d e n caso de e r ro r u om is i6 n .

© PereFuertes y Xavier Monteys, Barcelona, 2001

© EditorialGustavo Gili, SA,Barcelona, 2001

Printed in Spain

ISBN 84-252-1869-1

Dep6sito legal: B. 22.574-2005

lrnpresion: Graficas Carnpas, Barcelona

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lndice

Introducci6n

La casa, la gente y sus

EIjuego de la casa

Subvertir, usar mal

Los ninos y la casa

Casi casas

La ambigOedad valida

La habitaci6n ideal

Dentro de la pared

EI almacenamiento raci

Carromatos

Acceso y flexibilidad

Aprendiendo de los coc

EI bricolaje

La cocina, un motor de

La casa, historia de uno

Del juego al juguete

La rnaquina y elmodo d

La habitaci6n exterior

Repensar el bloque de v

Credltos totoqraficos



Pretende incidir e influir tambien sob

de vivienda.' Pero, sobre todo, contr

sobre la casa.

Se podra decir que la gente "ya viv

nada mas. Por el contrario, nosotro

que la gente come, pero no neces

bien, aun teniendo los medios para

los textos y los ar ticulos de todo t ip

alirnentacion para mejorar la calidad

casa, al igual que comer, es tarnbien

Una materia como esta puede con

arquitectos 0estudiantes de arquite

ayudase a crear las condiciones pa

capaz de dotar a los usuarios de c

cindible: vivimos enella y no podem

Este ensayo reune un conjunto de observaciones que tienen a la casa como centro.

Se propone, asi, un modo de estudio indirecto, no a traves de lahistoria de lacasa,

ni de su clasificacion tipoloqica, ni de los hitos de la arquitectura residencial. Del

conjunto de aspectos que guardan relacion con la casa, se ha dado prioridad a los

que inciden en los usos mas que en laforma y laconstruccion.

Aqui se aborda la casa a partir de l

que acaban por configurar un univ

Algunos de estos factores estan d

son mas que reflexiones hechas a p

te afronta. Otros factores, sin emb

mirada, ya que en algunas ocasionemo de la arquitectura, especialment

dad social. La distancia que media

problema.

Aunque este texto tiene como primer destinatario a arquitectos y estudiantes de

arquitectura, y pretende contribuir a formar una opinion sobre la casa, tambien se

dirige a un publico mas extenso, en el convencimiento de que lacasa es un asuntoque preocupa tanto a los que la disef ian como a los que la habitan. Eneste sent i-

do, en las escuelas de Arquitectura nos planteamos el siguiente problema: desde la

universidad formamos arquitectos; pasado alqun tiempo, algunos de ellos loqraran,

superando una serie muy variada de dificultades, disefiar y construir algunas vivien-

das. La pregunta que nos hacemos es: l,CUantos construiran realmente la casa que

necesita el siglo XXI?Y aun mas, (,para que tipo de usuarios? E, inevitablemente,

acabamos cuestionando si solo es a ellos a los que dirigimos la ensefianza, y vol-

vemos a preguntarnos: l,cabe educar al publico? Pues bien, este ensayo tiene como

objetivo educar a un grupo mas amplio que el de los que lIegarana disefiar viviendas.

"Como han indicado muchos observadores, en e

con anter ioridad, y el nurnero de estudiantes unive

deempleo que pueda oirecer les lasociedad, por m

de esos estudiantes nunca pract icaran laarquitect

seconvierian en clientes, y ha aiectado yaa su pap

tecture modeme, Editorial Gustavo Gili, Barcelona,

J. M, VALVE RDE ; "Una cri tica ausente", en EI Pais,

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Esta nueva mirada se reclama, ante todo, para los factores externos a la arquitec-

tura. Los medios de cornunicacion, por ejemplo, lanzan de manera constante un

conjunto muy heteroqeneo de informaciones que, observadas desde el punto de

vista que nos ocupa, son de gran interes: las previsiones de aumento de puestos del

Ilamado te/etrabajo, los programas de television dedicados a la gastronom!a 0al bri-

colaje, los cambiantes habitos de ocio, los jovenes que no se emancipan, la ten-

dencia a la peatonalizacion de laciudad y laconstriccion del trafico 0el aumento de

la poblacion mayor de 60 ar ies al entrar el nuevo siglo, son factores sufic ientes

como para alterar la manera de concebir la vivienda.

En cualquier caso, la reunion de facto res aparentemente extrafios a la arquitectu-ra no tiene por que ser ajena a lavivienda, y la pretension es exclusivamente reani-

mar y vivificar este campo de trabajo, traspasando, si es preciso, aquel lo que con-

sideramos los Ifmites de la disciplina. Volviendo, en definitiva, a replantear algunas

cuest iones que t ienen que ver mas con el modo de habitar que con el estilo arqui-

tectonico.

EIestudio de este conjunto de factores aparta mornentanearnente a los de caracter

tecnoloqico, sobre los que, indudablemente, recae buena parte de la renovacion

pendiente en la vivienda. Es evidente que no es posible separar la discusion sobre

las transformaciones en la casa de la viabi lidad de su solucion tecnica -corno en el

caso de una mayor y mas efectiva flexibilidad, 0 del abaratamiento de la construe-

cion a traves de la estandarizacion de diversos componentes- sin embargo, este

ensayo se centra en los argumentos que mueven esos cambios, dejando que lasimplicaciones tecnicas requeridas surjan a partir de ellos.

As! pues, este conjunto tan heteroqeneo de factores acaba por conformar la estruc-

tura del presente ensayo. Una estructura que, quizas, pueda parecer un tanto de-

sordenada a primera vista, pero que es un reflejo de la diversidad de aspectos que

recoge, de su procedencia, y esta realizado a imagen de ese orden con que acaba

por dotarse, con el paso del tiempo, una casa en manos de sus usuarios. Pretende,

ante todo, sacar provecho del ambito mas cercano al lector, usuario de casas, para

producir la necesaria reflexion que permita, no tanto disefiar una casa absoluta- Inter ior amueblado de la Vil la Stein (Garches, 19

10



mente novedosa, sino mas bien releer de un modo distinto aquello que, por su pro-

ximidad, se ha dado por sabido. .

Estamos convencidos de que, del conjunto de reflexiones que se agrupan aquf, se

desprende una cierta idea de casa, tal vez l igada a las experiencias, y no una casa

experimental. Es posible que los cambios proxirnos en las viviendas no vengan de

lamane de latecnologfa, sino que los cambios profundos dependan de cambios en

el modo de habitar. Este ensayo pretende apuntar en esa direccion: que ese cam-

bio, aunque sea lentamente, se produzca, y para ello es imprescindible empezar a

considerarlo.

De hecho, este ensayo se concibe como un "guion" para hacer viv iendas. Esta

forma de "hacer vivienda" -que no es construirla- tiene el sentido de querer definir-

la en algunos aspectos, distinguiendo asi el trabajo de concebirla del de disefiarla

para ser construida. Planificar viviendas debe ser parecido al planteamiento urba-

nfstico de los planes generales: otorgar a la vivienda el derecho de ser planificada

en el t iempo, como laciudad. Esta posicion darfa un valor mas exacto al juego de

palabras propuesto por Le Corbusier al referirse a la ciencia de la casa como

Domismo, equiparandola a la ciencia de la ciudad, Urbanism 0, y la necesidad de

educar a los nines desde las escuelas en esta materia.

De este conjunto de reflexiones surge un col/age, una especie de casa formada por

distintas ideas e hipotesis que, inevitablemente, nocabe en una sola casa. Estacasa

col/age solo cabe en la cabeza de quienes la imaginan, y construir la serfa necesa-riamente construir tan solo una parte de estos argumentos.

lIustraci6n dellibro Libertad para construir coordin

tura ayuda a miembros de una asociac i6n de inq

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La cese, la y sus enseres

Lagenie, laspersonas que habitan los edificios, siguen siendo, en el fondo,los grandes olvidados en fa erquiieciure residencial. Sin embargo, una casa

es una vivienda mas fa gente que la habita y los objetos que guarda

Una de las razones para utilizar insistentemente la palabra "casa" -con preferencia a

"vivienda"- es la identificaci6n que el termino establece con sus ocupantes. Esto

resulta especialmente siqnificativo por cuanto, en demasiadas ocasiones, las image-

nes de interiores dornesticos que se muestran en las publicaciones de arquitectura

parecen rehuir, de manera sistematica, la presencia de la gente y sus enseres; comosi estos interiores ya estuvieran completos, sin necesidad 0, si cabe, sin posibilidad,de ser amueblados y de ser habitados.

Dos imaqenes pueden ayudar a ilustrar este problema. La primera, a laque hacemos

referencia con el tftulo La casa ocupada, es un fotomontaje utilizado en la presenta-

ci6n de la asignatura de Sociologfa en la Escuela de Arquitectura de Zurich (ETH).3

La otra es, en realidad, un conjunto de imaqenes: un reportaje organizado en 1994

por var ios medios de comunicaci6n internacionales en el marco del Ar io Inter-

nacional de la Familia, titulado Retrato del mundo:

La casa ocupada

Esta primera imagen la forman dos fotograffas comparadas: a la izquierda, un apar-tamento vado; a la derecha, el mismo apartamento, tomado desde el mismo anqu-

lo, muestra una escena famil iar desde el punto de vista que ocuparfa el aparato de

televisi6n. Esta escena, montada sobre el apartamento, muestra crudamente el des-

tino corriente de la arquitectura. La imagen acentua ir6nicamente las dificultades de

convivencia entre unos habitos domesticos y unos interiores pensados en unos ter-

minos bien distintos; pero se presta, adernas, a una segunda reflexi6n: (,Hasta que

EIiotomontaje esta realizado a partir de un inter ior de lacasa Bianchett i de Luigi Snozzi en Locarno-Monti , 1975-1977.Unterricht 90, ETH, Zurich, 1990.

, EI Pais Semanal, nO186 : "Re trato del mundo", ano XIX,3 ' epoca , 11 de sep tiembre de 1994.

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Fotomon ta je rea li zado en e l p rimer curso de Soc io

sob re lacasa Bianche tt i de Luigi Snozz i.

I nter io r de lacasa para su madre jun to a l lago Le



punto reconocemos, en ese interior desnudo, una casa gracias a sus caracterfsticas

formales 0 gracias a la presencia de una escena domestics?

"Observad un dla, no en uno de esos restaurantes de lujo, en los cuales la interven-

ci6n arbitraria de los camareros y de los sommeiiers destruye mi poema, observad en

Recordando a Bruno Taut cuando af irmaba que "es i rrelevante el aspecto de la

arquitectura sin gente, 10que importa es el aspecto de lagente en ella'" es cuando

apreciamos aquellas fotograffas en las que lagente parece encontrarse encajada en

ese sitio, bien sea por su presencia en la imagen, bien por 10que sugieren el rnobi-

liario y los enseres que en ella aparecen. Esto ocurre asf en las irnaqenes que notie-

nen como objetivo mostrar la arquitectura, sino que esta aparece como el escena-

rio, como elfondo, del retrato 0 laescena del que se ocupa laimagen.

EIrelato del conjunto de muebles y enseres que contienen estas casas es demasia-

do rico para reducirlo al terrnino "amuebladas" 0a unos convenios qraficos sobre el

papel. Por el contrario, describir estos elementos es como describir el caracter de

la casa y, aun mas, los rasgos de sus propietarios. Butacas, sillones, mesitas de te,

alfombras, taburetes, lamparas, objetos sobre las mesas y colgados en las paredes

parecen mostrar, sencillamente, una vivienda arreglada por sus habitantes.

Muy distintas resultan, en cambio, las viviendas en las que se han depositado algu-

nos muebles y que no logran superar la irnpresion de que estamos observando una

tienda de muebles 0 un piso muestra. Basta comparar las fotograffas de la casa

sobre el lago Leman, construida por Le Corbusier para su madre, cuando estaba

habitada por ella, con las fotograffas actuales en las que lacasa hasido "arreglada",

con muebles diseriados por el arquitecto, con elfin de ser visitada. Laprimera ima-gen no puede por menos que sugerir una breve ausencia de quien all fvive -el tiern-

po justo de tomar la fotograffa- dejandolo todo en la posicion que ocupaba al ser

utilizado. Le Corbusier escribio en Precisions:

Bruno T~UT : Ein Wohnhaus, 1927, Ell ibro ha sido edi iado y t raducido al i ta liano a cargo de Gian Domenico Salotti ,

que es e lau to r de la lnt roducc ion y unos cornentar ios a laeo ic ion. Bruno T,".UT: Una casa di abitazione. A carg o de

Gian Domenico Salotti. "Collana ricerche di tecnologia dell'archiiettura", Francoangeli, rvtilEln,1991, p. 30.

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Sobremesa.

D ibuj o d e X. M.



una pequeria taberna popular, dos 0 t res comensales que han acabado de tomar su

cafe y estan charlando. La mesa todavia esta lIena de vasos, botellas, plates, la acei-

tera, la sal, la pimienta, la servilleta y el servilletero, etc. Ved el orden fatal que pone

todos esos objetos en re lac i6n los unos con los ot ros; todos han servido; han s ido

cogidos con lamana de uno 0de otro de los comensales, las distancias que los sepa-

ran son la medida de lavida. Esuna composici6n rnatematicarnente arreglada; no hay

ninqun falso lugar, ni un hiatus, ni un enqario. Si un cineasta no alucinado por

Hollywood se encontrase ahi, filmando esta naturaleza muerta en "primer plano", ten-

driamos un testimonio de pura ermonie",'

Enesto precisamente reside el interes de la imagen a la que aludiamos al inicio: nos

muestra una vivienda ocupada, vivida; no muy distinta de laque hizo exclamar a LeCorbusier en el mismo texto: "busco con verdadero afan esas casas que son 'casas

de hombres' y no casas de arquitectos''.'

La segunda imagen nos la brinda un interesante reportaje en el que 30 famil ias de

todo el mundo muestran, a las puertas de su casa, todos sus enseres. Las famil ias

fueron escogidas en cada pais entre aquel las cuyo nivel de vida coincidia con la

renta per capita media. EIresultado es un magnifico inventario sobre los hogares de

estas familias, puesto en valor mediante, no tanto la casa, sino la casa y los enseres

que estas famil ias poseen. Si el reportaje se hubiera l imitado a una foto de famil ia

en el comedor de cada casa, no hubiera trasmitido la misma impresion. Las casas

varian entre uno y ot ro pais en la medida en que los objetos de la casa 1 0 hacen.Algunos objetos, muebles y electrodornesticos se repiten en muchas de elias, otros,

sin embargo, son exclusivos de un lugar, de una cultura 0 de un estilo de vida.

Algunos de estos objetos nos hacen pensar en 1 0 que realmente es cornun a las casas

y 10 que significativamente no 10 es, como la presencia abrumadora de latelevision 0 el

distinto valor otorgado, sequn cada cultura, a la cama 0a los utensilios de cocina. Las

COR3US!ER! "Protoqo americano". Precisiones respecto a un estado actual de la arquitectura y del urbanismo.

Poseidon. Barcelona. 1978, p. 25..LE CORBUS!ER! op. cit . . p. 25.

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Retrato del muncie. fotografia de una famil ia bri



fotograffas invitan a pensar en el significado que tienen los enseres que acompafian a

laspersonas y que estes guardan en lacasa cornpletandola; especialmente, si 10com-

paramos con la poca atencion que habitualmente reciben en el proceso de disefio de

lacasa, donde solo encuentran un reflejo dimensional en las plantas de distribucion.

"Grande y mutable es el destino del hombre, y no s610del hombre, sino de todas las

cosas pequei 'ias y grandes de las que a cada uno Ie gusta rodearse aqu i aba jo, y

que constituyen tantos reinos mlnusculos, si, pero no menos respetables que los rei-

nos mayores. Apar te de eso, l ,que es lav ida de un hombre comparada con lade los

muchos compai'ieros del hombre?, nos referimos a losmuebles, a todos aquellos objetos

que f ie l y s ilenc iosamente escol tan la v ida de un hombre, de una fami lia, de var ias

generaciones. EIhombre pasa y el mueble permanece: permanece para recordar, para

testimoniar, para evocar a quien ya no esta, a veces para desvelar algunos secretos

celosisimos, que el rostro del hombre, su mirada, su VOZ, ocultan tenazmente".'"

En La casa de fa vide.' Mario Praz, tras la minuciosa descripclon de los objetos y

muebles que guarda su casa de Via Giulia, en Roma, dedica apenas unas paqinas

para relatar el acomodo de estos mismos muebles en el apartamento del Palazzo

Primoli, al que se muda alfinal de su vida. Eneste cambio de lacasa alapartamento,

los mismos muebles establecen otra relacion con el nuevo lugar, pero se mantiene

el "aire" de la escena. La decoracion trasladada nos hace reflexionar sobre 10quees realmente lacasa: las paredes vaclas 0 la casa habitada; hasta el punto de poder

pensar si una casa desocupada conserva la condicion de casa. Algo recuerda esta

casa a lade Sir John Soane en Lincoln's Inn Field"(1792-1837), solo que allf elcasa-

miento entre las estancias y los objetos es mas completo, puesto que lacasa se ha

ido realizando "a medida" de los objetos que contiene, hasta tal punto que resulta

imposible separar aquellos de esta.

La aficion de Mario Praz por coleccionar muebles y objetos bien podrfa expresarse

con la cita de Alberto Savinio que el mismo inciuye en su l ibro:

Mario PRA.z:La casa de la v ida, Alfons el Maqnanirn, Valencia, 1995.

M.W.: Sir John Scene's Museum, Wasmuth, Londres, Ber lin, 1994.

Mario PRA.z(op. cit., p. 423) uli liza esta cita extraida de "La vida a subasta", Souvenirs, Alberto Savinio. Inter io r del apa rtarnento a l que se t raslad6 en

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Ambas casas, lade Mario Prazy lade John Soane, nos hacen pensar tambien en la

cantidad: son casas lIenas, abigarradas. Sin embargo, han pasado a ser museos

solo tras la muerte de sus propietarios. Mientras estes las ocupaban, estaban lIe-

nas, pero no por eso compietas; sugieren una vida calculada para lIenarlas. Los

objetos que vemos en las fotograffas muestran un proceso de acurnulacion deteni-

do aunque, eso sf, lIegando a su f in . No en vano, tal y como dice Rafael Moneo al

respecto de John Soane, resulta obl igado el paralelo entre su retrato y "la casa que

Soane fue levantando, poco a poco, a 10largo de su vida, a 10largo de su carrera,

hasta convert irse en su propia imagen"." Esto no hace mas que ahondar en una

concepcion de la casa como algo vivo, como algo que responde a las inquietudes

y necesidades de sus ocupantes y que, por tanto, cambia a la vez que ellos 10hacen.

;;c,C6mose Ieha ocurrido permitir que Ieregalen cosas? c,Acaso no he proyectado ya

para usted todo 10necesario? iNo necesita nada mas! iEsta usted completo! (...) Para

81[el propietario] no habria ya pintores, ni artistas, ni artesanos. Se hallaba excluido de

lavida futura y del aspirar a algo, del ser y del anhelar. Sentia: ahora hay que aprender

a circular con su propio cadaver. iSf! iEsta acabado! iEsta ccmpleto!"?

Eneste sentido se manifiesta el propio Mario Praz al citar un proverbio arabe sequn

el cual, "cuando lacasa esta terminada entra en ella la muerte"." De igual manera,

Adolf Loos pone en boca de un arquitecto en Acerca de un pobre hombre rico, 10

siguiente:

Los espacios que diseria el arquitecto son latramoya, los bastidores, de esa "obra"

que cada uno quiere representar dentro de su casa; y esta posicion deberfa, cuan-

do menos, dotar de un mayor contenido a 10que hoy es una reaccion autornatica al

dibujar un mobil iario estandar en las viviendas. Desde este punto de vista, resulta

Rafael MONEO:'4 crtas, 4 notas ", en Alday , l riak i ( ed .) Aprendiendo oe todas sus casas , ETSAV y Edicions UPC,

Barcelona, 1996.

Mario PPPz: 0,0, cit" p. 426,

Ado lf l .oos : "Acerca de un pobre hombre r ico" (1900 ), en Ornamento y de/ito y otros escritos, Editorial Gustavo Gili,

Barcelona 1972, p, 151~

Inter io r con paneles aba tibles para exponer cua

Londres, 1792-1837.

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igualmente Iiamativo un cierto tipo de decoraci6n de interiores que tiende a suplir el

papel del usuario y anular el enriquecedor paso del tiempo, justamente reprodu-

ciendo de forma artif icial 10que en lacasa de Mario Prazy en lade tanta gente ano-

nima -corno nos muestra el reportaje Retrato del mundo- era la consecuencia de

acumular objetos a 10largo de la vida.

Retomando el inicio de este apartado, 10mas frecuente es, sin embargo, encontrar,

en las revistas de arquitectura, fotograffas de casas vaclas 0 s610con algunos mue-

bles "escogidos". Encierto modo, tratamos obsesivamente que esas fotograffas se

parezcan 10mas posib le a los dibujos del proyecto 0 a la maqueta, s i la hubiera.

Nuestra actitud en este sentido recuerda mas a las instalaciones de los artistas plas-

t icos que a nuestro verdadero trabajo . Esto es tan asf que parece como si la so la

idea de que el inqui lino se presente con sus muebles nos incomodara. l,C6mo

podrfamos incorporar positivamente este tipo de acciones? Es una pregunta que

nos inquieta y no sabemos responder. Pese a ello, la gente sigue interviniendo, con

mayor 0 menor fortuna, para modif icar a su conveniencia las casas donde vive.

Ouizas la respuesta que buscamos pase por valorar de un modo distinto este tipo

de aportaciones, sin intentar evitarlas, sino mas bien creando las condiciones para

que se produzcan de una forma adecuada.

Algunos arquitectos parecen haber representado sus proyectos pensando en la cam-

biante y diversa intervenci6n de la gente sobre su propia casa, como Le Corbusier

en el Plan Obus para Argel (1931), indicando distintos estilos de casas dentro del

gigantesco viaducto, 0 como Ralph Erskine, proyectando el desorden de las facha-

das de un modo calculado." Para otros, como Hugo Har ing 0 Gio Pont i, esta ideatoma forma al incorporar la actividad de las personas en lacasa a traves de esque-

mas y dibujos en los que, casi de un modo naif, se dibujan muebles que sugieren

la diversidad de una casa habitada 0 se representan "escenas" en las plantas de los

proyectos.

Los edi fi cios de v iv iendas const ru idos en la F redr iksgatan (Sandviken. 1973-1978 ) toman las pequenas var ia -

c iones que suger ir ian la inter venc i6n de los inqui linos como forma de composici6n que acaba por dotar a l bar rio

de un aspecto mas amable. Olof HULTIN(ed.) . Architecture in Sweden 1973-1983,. Arkitektur F6r lag AB, Estocolmo,

1983.

Le Corbusier , P lan Obus (Arge l, 1930) . Perspec ti

d iferentes t ipos inser tadas en la estructura.

24

Planta amueblada del edificio de viviendas de O

comparada con lad ispos ic i6n de los muebles p



Si pudiesernos observar, uno junto al otro, diversos apartamentos iguales de un

mismo edificio, nos darfamos cuenta de que nada 0muy poco cambia en el soporte

que presta laarquitectura a la vida dornestlca en cada casa y, sin embargo, el tra-

bajo de apropiaci6n que cada usuario realiza transforma sustancialmente la percep-

ci6n de ese espacio. A rafz de una monograffa sobre el edificio de apartamentos

Mitre -una obra representativa de la arquitectura barcelonesa de los anos cincuen-

ta-" tuvimos ocasi6n de realizar un reportaje totoqrafico sobre algunos de sus apar-

tamentos, manteniendo el mismo punto de vista en cada uno, con la intenci6n de

constatar su vitalidad casi medio siglo despues de su construcci6n.

Tomadas una a una, las fotograffas no son especialmente relevantes, sin embargo,

elconjunto de todas elias se convierte en una manera de comprobar c6mo laarqui-

tectura se ha prestado a tantas soluciones como para ser, en definitiva, el escena-

r io cot idiano de otras tantas personas. Con esa acci6n que cada usuar io e jerce

sobre la arquitectura -una acci6n lenta y sistematica, fruto de la experiencia conti-

nuada- manifiesta de forma elocuente su opini6n acerca de ese fondo arquitect6nico,

una opinion no escrita pero de innegable valor.

Hay un origen de lacasa que debemos buscar en lahistoria y otro en nuestra infan-cia. Steen Eiler Rasmussen senala que "...a cierta edad, la mayorfa de los nirios tie-

nen ganas de construir alqun tipo de refugio. Puede ser una verdadera cueva exca-

vada en un montfculo, 0 una cabana primitiva de groseras tablas. Pero a menudo no

Unedif ic io construido antra 1959 y 1963 que aioja unos 250 pequenos obra de Francisco Juan Barba

Co rs ini . y qu a na s ido ob jat o d a l a monogra fi a Xavi er Iv lo : "EYS; Para Mit ra . F J. Barba Corsini. COAC.

Barcelona, 1998; base de una exposicion organizada por al Ministario da Fomento, Madrid. octubre de 1999.

S .E . RFsMussEN oecica atqun o tro cornentar io a los juagos ce los n inos en lap rimera par te da este tex to , qua estan

mas en s in to rua con e lempleo 'ma l v is to " de c ie rtos lugares . S. E. RASMUSSEN : Expariencia oe la arquitactura. Labor.

Barcelona, 1974. p, 37.

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Fotografias de var ies apartamentos del Edificio



es mas que un rinc6n escondido entre matorrales, 0 una tienda hecha con una

alfombra colgada entre dos sillas. Ese "juego de la cueva" puede variar de mil mane-

ras,pero escornun a todos elcerramiento del espacio parael uso personal del nifio"."

Sequn Rasmussen el hombre se distingue de los animales en el hecho de que su

refugio varfa sequn el clima y las necesidades, y en que constantemente 10va per-

feccionando; su conclusi6n es que lamisi6n del arquitecto es poner orden y relaci6n

en elentorno humano. Del mismo modo que Montaigne afirmaba que "el hombre es

un animal que guisa", Rasmussen parece decirnos que el hombre es un animal que,

no s610se refugia, sino que se hace una casa.

EI " juego de la cueva" revela, en cier to modo, que la construcci6n de la casa esta

arraigada en el ser humano desde la infancia y, de no ser por la acci6n del arqui -

tecto, proseguirfa su perfeccionamiento hasta construir la casa de un hombre adul-

to. No abogamos por el retorno a una sociedad primit iva y fel iz en laque esto sea

posible, s610senalamos la trascendencia del papel otorgado al arquitecto como res-

ponsable de laconstrucci6n de la casa del hombre.

La casa, que para los arquitectos es s610parte del trabajo, es para otros objeto de

veneraci6n, de juego 0, simplemente, lavida misma. Algo de esto hay en la impor-

tancia que concedfan los holandeses del siglo XVII a la casa, y que se mani fest6 en

el auge de la escena dornestica como genero pict6rico -con nombres como

Emanuel de Witte 0 Jan Vermeer- pero tambien construyendo casas en miniatura

que completaban cuidadosamente con todos los objetos propios de ella. Esta cos-

tumbre t iene poco que ver con construir una casa de rnuriecas, sino, mas bien,

como un objeto votivo, tal y como afirma Witold Rybczynski."

Estas casas resultan una experiencia que ha atrafdo algunas veces la atenci6n de

los arquitectos. Edwin Lutyens construy6 una para la reina de Inglaterra; Charles

Witold RYSCZYNS,~I:a casa. Historia de una idea, Nerea, Madrid, 1992, p. 72,

La firma Revell fabrica kits de mon ta je de jugue tes como aviones , barcos a caches, En este con texto, aun resul ta

mas reser iable elhecho de fabricar un kit decasa moderna para jugar arrnandola. A diierencia de otras casas de rnune-

cas , esta p resc inde del techo y no de una de las paredes . AI no haberse comercial izado, no sabemos que incidenciahubiera tenido sabre elgusto del publico.

28

Dos n ii ios juegan a l " juego de lacueva" ( ilus tr ac i6n



y Ray Eames ensayaron un protot ipo de' casa moderna para Revel l's y, algunos

aries mas tarde, la revista A.D. orqanizo un concurso entre arquitectos con este

pretexto." Pero 10que resulta mas lIamativo de estas pequefias construcciones es

la forma que toman para mostrar su in ter ior y los objetos que guardan. Para ello ,

sencil lamente, eliminan una pared, adquir iendo entonces la forma de una es-

cena. Demasiado acostumbrados a observar las casas que proyectamos desde la

vision cenital, aun tratandose de modelos, cosa que se desprende con toda segu-

ridad de la "planta" de la vivienda, nos sorprende esa otra manera de representar

el espacio dornestico que retoma, a su vez, la vieja cuestion de la secclon y la

planta, y sus respect ivos papeles en la concepcion y desarrollo del proyecto de

una casa.

Asf pues, esos ensayos ingenuos de representaci6n del espacio dornestico denotan

que se piensa en lahabitaci6n como algo que tiene seis caras. Hemos podido cons-

tatar que este modo de representaci6n es algo que los nines entienden mejor, y que

gustan representar los espacios imaginados mediante este sistema que permite

incluir todos los objetos amados 0 deseados y "representar" el espacio como si se

tratara de un quirio! en algo tan simple como una caja de zapatos.

En cierto modo, podrfamos concluir que la "casa de rnunecas" es un modo de

"representaci6n" del espacio dornestico a traves de la seccion, en el que importan

las relaciones entre los distintos arnbitos de una casa -cocina, sala, dormitorio,

bodega, etc.- y los muebles y objetos que lacaracterizan; mientras que el"juego de

la cueva" es, en cambio, la manifestacion del talante del constructor frente a la

Concurso organizado por la revista AD. en laque se convoco a un gran nurne ro de a rqul tectos a rea li za r una p ro -

puesta de casa de munecas , l vluchas no fue ron mas a lia de lapu ra cursi lena , que en rea lidad no e ra o tra cosa que

una obra de sus autores "en rnirsatura". Tan solo elarquitecto Jean Nouvel supo dar con una solucion ingeniosa alpro-

poner usar, como casa de rnunecas, una t ip ica caja de herramientas con bandejas desplegables. AD., 'Dolls' Houses"

vel. 53. 3/4. 1983.

Lacompleja relacion entre estos dos elementos ha sido puesta en valor , muy acertadarnente. por Colin ROWEen "Las

rna te rnat icas de la v iv ienda ideal " ( lv ianier ismo y a rqui tectura moderns y otros ensayos, Editorial Gustavo Gil i,

Barcelona, 1980) al senalar inteligentemente lacontraposicion entre p!anta ticre/seccion rigida versus planta rigidaisec-

Cion l ibre, a propos ito de la Vil la Malcontenta de Andrea Palladio y laVil la Stein de Le Corbusier . Argumentos pared-

dos servirian tam bien para contraponer algunas casas deAdolf Leos. organizadas sequn laidea de Raump/an, a otras

tantas de Le Corbusier ideadas a partir de dicha "olanta l ibra".

30

Revell Toy House, casa de jugue te modern a y mo

Ult ir nos p repa ra ti vos a la casa de muf iecas o frec id

disef iada par Edwin Lutyens.



adversidad y las inc iemencias del t iempo. De la pr imera se der iva una forma de

cornprension del espacio de la casa, mientras que de la segunda se deriva, sobre

todo, el instinto de su uso y de la construccion. La presencia sirnultanea de estas

manifestaciones en la infancia, bien puede ser vista como un modo de aprendizaje,

el de la casa, estrechamente vinculada al hombre."

Subvertir; user met

Usar una cosa de otra manera de la que estaba

prevista es un tipo de eccion critica a la que deberiamos

estar atentos

Enel inicio de la novela EIsiglo de las Iuces, Alejo Carpentier relata como tres ado-

lescentes, despues de lamuerte del padre, deciden cambiar el mobiliario de lacasa

encargando nuevos muebles y enseres y una variada colecclon de instrumentos.

Pero, a su lIegada, en lugar de desembalarlos y amueblar la casa, tan solo entrea-

bren las cajas para ver el contenido y sacar de elias solo los objetos de los que se

encaprichan, la mayor parte de ellos instrumentos cientfficos. Deeste modo, lahabi-

taclon setransforma en un laberinto de varios pisos de cajas amontonadas entre las

que los tres protagonistas deambulan a placer, tomando posesion cada uno de ellos

de un estrato de cajas. Los adolescentes, que estrenan asf el nuevo siglo y celebran

la "muerte de lafigura del padre", prescinden del uso convencional de los muebles

y alteran, de este modo la estructura misma de la casa, construyendose otra, "su"

casa, en el interior del salon."

Este ejemplo, como podrfa servir cualquier otro, nos permite discurrir sobre el uso

que adjudicamos a las partes y elementos de la casa, para conciuir que observar

Estudios recientes indican que el cerebro de un recien nacido maneja un conjunto de reglasqenet icas que determi-

nan lamanera como se produce elaprendizaje y. despues, es laexperiencia laque 10moldea. Esto, sequn Daniel Alkon

de los Insti tutos Nacionales de la Salud de EE UU, es 10que explica la iuerza de los recuerdos inianti les. Publicado en

The New York Times. Sandra Bakeslee, y en EI Pais, 15 de noviembre de 1995.Laconsciencia de laadolescenc ia como e tapa de lav ida , que apa rece en e ls iglo XVi I I , no hace sino reiorzar laf igura

empleada par Alejo CARPENTIER: EIsiglo de las luces, Barral, Barcelona, 1978.

32

Un improvisado comedor en e l maletero de un aut



otros usos, aunque aparentemente inadecuados, no es mas que una forma de crlti-

ca de la arquitectura dornestica.

Los nifios son maestros en usar "mal" las cosas mas variadas para jugar, y ponen

en evidencia, de una manera ingenua, el alter ego de muchos objetos y lugares de

lacasa. Nos enserian laambigOedad de muchas cosas alatreverse a usarlas de otra

forma. Los nines practican este otro uso, entre otras cosas, porque su estatura les

permite usar un armario como habitaci6n. Pero, mas alia del tarnario, existe una acti-

tud desinhibida, previa al reconocimiento de su uso establecido, que denota un

modo de crftica no escri ta de la arquitectura que reclama nuestra atenci6n. Este

espfritu esta presente en la pelfcula de Jacques TatiMon one/e, de 1958, en lacual

el protagonista concluye que el mejor modo de dormir en el sofa "moderno" delliving es colocandolo con el respaldo contra el suelo.

EIarquitecto Herman Hertzberger ha dedicado parte de su tiempo a observar el com-

portamiento de la gente en lugares muy variados, para extraer psquenas lecciones que

aplicar a su propia obra. Sutexto Lessons for students in erchltecture" esta repleto de

estas observaciones. Hertzberger parece nutrirse de observaciones sobre el comporta-

miento humane como si setratara de ejemplos de arquitectura. Laparejade adultos que

improvisan un comedor en el maleterode un autobus de viajeros, 0 los ciudadanos des-

cansando sobre las basasde las columnas de la plazade San Pedro, son identicos que

los nines que usanel pasaplatos de lacocina como puerta 0 elfregadero como bariera,

Los nines,que son aquf una incitaci6n a practicar un usodistinto de losespacios de una

casa, nos pueden servir para cuestionar .seriamente la especializaci6n de las partesde esta. La distr ibuci6n de las viviendas actuales, amparada en la denominaci6n

corriente de las piezas de una casa, hatrafdo consigo una especializaci6n estricta y

estrecha (en su doble sentido) en laque launlca pieza con nombre compuesto sigue

siendo el lIamado comedor-estar. Esta tendencia a la especializaci6n acaba reducien-

do la vivienda s610al conjunto formado por las piezas "utiles'' , y los nines, con su

actitud transgresora, ponen en evidencia que existen otros caminos por desarrollar.

Herman HERTZBERGER:essons for students in architecture. Uitgeverij 010 Publishers, Roierdam, 1993.

34

Viv ienda del a rqui tecto U lr ich F ranzen en Rye , N

Estud iantes p repa randose la com ida en e lco rred

Hertzberger (1959-1966).



nliios y casa

Pensar en el tamana que tiene la casa para el nino puede servir

para ser conscientes de este necbo, pero iembien para pensar

en la casa desde otro "punta de vista"

Los nines en la casa permiten una reflexi6n mas. Monique Eleb ha sefialado opor-

tunamente que la apar ici6n de espacios dest inados a los nines en la casa es, en

cierto modo, un fen6meno rnoderno" y 10es, s in duda, del mismo modo que 10es

el considerar a los nines como tales, separadamente de la familia." De hecho, estos

cambios son laconsecuencia de una 16gicaevolutiva sequn lacual primero tuvo que

descubrirse la noci6n de adolescencia y, mas tarde, lade infancia. Colin Ward reco-

ge esta frase de F . Musgrove: "el adolescente fue inventado al mismo tiempo que

la rnaquina de vapor. EI ar tif ice de esta fue James Watt en 1756, y el del primero,

Rousseau en 1762".26 Asl pues, los nifios, como tales, irrumpen en la arquitectura

dornestica modernamente y nos sirven para ofrecer un punto de vista distinto de la

casa.

En sus memorias, Richard Neutra da una estupenda explicaci6n de sus juegos y

recuerdos de nino y del valor otorgado a los lugares que, como "bajo el piano" 0

"bajo la mesa", empieza a descubr ir el nino en lacasa. Todos el los estan de una u

otra manera relacionados con el suelo de las habitaciones: "el piso conservaba su

condici6n de mundo dilatado que convenla explorar. Los adultos pisaban aqul y alia,

pero yo vela unicarnente zapatos grandes y bri llantes -a veces polvorientos- 0 a

veces pies desnudos de proporciones ridiculamente exageradas. Ellos vivian en otronivel , a gran al tura sobre Liliput"." Estas observaciones sobre el tarnario de las

Monique ELES;Anne DEB"RRE."La place des sntants' L'Invention de tnebnetior. moderne (Architectures de la viepri-

vee. Suite), Archives d 'Archi iecture Moderne y Hazan , 1995, M , Elebes p ro ieso ra de soc io logia en la Escue la de

Arquitectura de Paris-Villemin,

Colin WARD; "Foreword and acknowledgements", en The chi ld in the city, Penguin Books, Londres, 1979,

Colin W~RD: op. cit ,

Estos comentarios se encuentran recogidos en el capitulo t itulado "Influencias tempranas", de su autobioqrat ia.

Richard NEUTR;\:Vida y forma, Marymar, Buenos Aires, 1972. Neutra hace aqui algunas observaciones sabre esta eiapa

en laformaci6n del nino.

36

l rnaqenes de laexposici6n de Pau l R it te r, The C



cosas en relacion a los nines eran el contenido de laexposicion organizada por Paul

Ritter en Nottingham en 1959: Children's eye view,28quien, con laayuda de sus estu-

diantes, reprodujo una casa con sus muebles y enseres -incluidos unos rnufiecos

que simulaban los padres- construidos dos veces y media mas grandes, es decir,

sequn eltamario al que los experimenta un nino, y que lograron sorprender eficaz-

mente a los visitantes de la exposicion,

Pero este punto de vista, aunque planteado a traves de estos ejemplos, debe tener-

se en cuenta al resolver problemas que aparecen al disefiar partes 0 componentes

dornesticos. La inclusion de unos dibujos muy ilustrativos realizados por Le Corbusier

en EI lvlodutor" apuntan en la di recci6n de reconocer que el diser io de puertas y

ventanas en las casas deberfa hacernos reflexionar sobre el tarnario de quienes las

usan. Esta cuestion ha sido detectada hace untiempo por los fabricantes de auto-

m6viles, que han introducido, primero por cuestiones de seguridad y, mas tarde, por

puro confort, asientos para nirios en los coches, demostrando una vez mas que aun

nos lIevan ventaja.

Oportunamente, este recurso ha side utilizado en el cine repetidas veces, siempre

para sorprender al espectador, que reacciona frente a la absurda situacion creada

por 1 0 obvio: [los nines sin duda 1 0 ven asf Stan Laurel y Oliver Hardy, interpretando

al mismo tiempo a unos nines y a sus padres en Brats,29 no nos sorprenden tanto

por sus disfraces de nino como por verlos "escalar" un sofa 0 una bafiera. Igual desorprendente es lasituacion inversa: los Hermanos Marx, en Una tarde en el Circo, "

metidos en la casa de un enano y agachando la cabeza para no golpearse con el

techo.

EI recuerdo de las pel iculas de dibujos animados de Tom y Jerry, cuyo escenario

tfpico se reducfa alz6calo de lahabitacion con el agujero-puerta de lacasa del raton

y las zapatillas de lasirvienta, nos ilustra sobre elfabuloso mundo del suelo que des-

Colin WARD:op. cit., p . 22.

Brats, James PARROTT,EE UU, 1930.

2' At the circus, Edward BUZZELL,EE UU, 1943.

" LECORBUSIER:EIModular 2, Editorial Poseidon, Barcelona, 3a edicion, 1980, p. 91.

38

Dibujo de Le Corbusier , EI Modular.

N ifi os j uga ndo baj o un a mesa " tud or ", di buj o de



cribfa Richard Neutra y nos hace pensar, al mismo tiempo, que algunas veces otor-

gamos a perros y gatos un trato mucho mas atento que a los nifios, i,No son las

gateras, observadas asl, puertas para gatos? i,Para cuando, pues, puertas y venta-

nas que puedan disfrutar los ninos?

Existen grandes almacenes de muebles y menaje del hogar, como la firma sueca

Ikea 0 la inglesa Habitat, que incluyen diversos muebles y complementos pensados

racionalmente para los nines. Es necesario, pues, que en lasviviendas comencemos

a concentrar laatenci6n en aquellos elementos, como las puertas, los armarios y las

ventanas, para poder mejorar el usa y elaprendizaje de los nines de y sobre lacasa.

Esto no es mas que laapl icaci6n dornestlca de 10que hace anos ya se realiza enlas

guarderfas. Este tipo de espacios suele incorporar un conjunto de elementos que

denotan, por su dimensi6n y colocaci6n, que el problema del tarnario es de capital

importancia, no s610para un usa c6modo y seguro, sino tambien para el aprendi-

zaje del nino. Laexposici6n realizada en el Kunsthal de Rotterdam en 1997, bajo el

titulo Kid size, the material world of childhood -prueba del interes que despierta esta

cuesti6n-, reuni6 una selecci6n de los objetos que rodean al nino y constituyen su

mundo particular de muebles y juguetes, cuya frontera es, a veces, difusa. EIanimo

de la exposici6n era evidenciar lacapacidad de estos objetos para el desarrollo fisi-

co y emocional del nino."

Algunos arquitectos, como Sven Markelius, Wells Coates 0 Herman Hertzberger, han

ensayado estos problemas de tarnario y sus resultados pueden aun servlrnos." Mas

recientemente, Eduardo Arroyo, a prop6sito de la construcci6n de la escuela infan-

til de Sondika (1998), se pregunta "cual deberfa ser el espacio que albergara a esosseres que nos miran con ganas de ver desde sus ochenta y cinco centimetres de

altura y cuyo radio de acci6n tacti l no supera un metro quince [...] Un metro y quince

Cataloqo a cargo de A. von VEGES .A .CK ; J. OLDiGES; L. SULLIVANT; Kid size. the mater ia l wor ld of childhood, SkiraNitra

Design Museum, Milan, 1997.

H. Her tzbe rger u ti li za , en la Escue la Mon tessor i de Del ft , 1960-1966 , cajas can asas t roqueladas que encajan en

un rebaje del sue lo , m in ima exp resion de un rec in to a escala de sus ocupantes . Un recurso que ya iue emp leado

por S. Marke lius en los anos t re in ta y que exp lo ta lacapacidad de las cajas y de los agu je ros en e lsuelo para c rear

juegos. Paq ina de pub li cidad del Cafe de Colombia.

40



centfmetros de tratamientos de materiales, puertas, ventanas y objetos creados

para esa estatura de 10pequetio. EI resto del inalcanzable espacio debfa corres-

ponder al serio mundo de los cuidadores''."

La cabana, el veqon de tren reutilizado, la caravana, /a vivienda

autoconstruida 0 recic/ada a partir de un barco 0 un carnian,

o /a casa instentenee, forman un variopinto circa de so/uciones

que hacen ref/exionar sobre /a residencia en e/ tiempo fibre

Si bien la experiencia de las guarderfas no es directamente trasladable a la casa,

estas parecen fomentar un aprendizaje, no de laescuela, sino de la casa y del habi-

tar, e invitan, por 10tanto, a ser planteadas como prolongaci6n de lamisma. Gaston

Bachelard en su texto Lapoetice del espacio dice, a prop6sito de los recuerdos de

la casa de la infancia:

"Sin duda, las casas sucesivas donde hemos habitado mas tarde han trivial izado

nuestros gestos. Pero nos sorprende mucho, si entramos en la ant igua casa, trasdecadas de odisea, elver que los gestos mas t ines, los gestos primeros, son subita-

mente v ivos, s iempre perfectos. En suma, la casa natal ha inscr ito en nosotros la

jerarquia de las diversas funciones del habitar. Somos el diagrama de las funciones de

habitar esa casay todas las dernas casas no son mas que variaciones de untema fun-

damental. La palabra habito es una palabra demasiado gastada para expresar ese

enlace apasionado de nuestro cuerpo que no olvida la casa lnolvidable"."

Casicasas

La idea es muy simple: una casa de vacaciones no es necesariamente 10que

cornunmente lIamamos casa. Las casas de vacaciones suelen tener un programa

distinto, son generalmente mas pequefias, mas practicas y sencillas. EI programa de

estas casas, obligatoriamente debe quedar afectado por las condiciones que exige la

Una caravana en un paraje de Escoc ia .

" Laexpe riencia de laescue la infan ti l se recoge enun pequeno l ib ra que es, a suvez. un juego para adu ltos que per -

mite montar una maqueta del edificio. Eduardo AqROYO: AI otro lado del espejo, Exjertos Collection, Madrid, 1999.

55 Extraido del capitulo "La casa. Del sotano a laguardi lla", Gaston BACHEL ' l RO : Lapoetice del espacio, Fondo de Cultura

Econorruco. Mexico 1983, p. 45. (La cursiva es nuestra).

Maque ta del p ro to tipo de las Maisons en Ell ipse ,

lam inas de hor rn iqon ensamblab les, las casas es

se pod ian uti lizar como alojamietos provision ales

42



vida en vacaciones y, en general, en eltiempo libre. Durante las vacaciones, los hora-

rios no existen 0 son radicalmente distintos; no setrabaja y,si se hace, suele ser en

otras cosas. Se quiere disfrutar del aire libre y del contacto con la naturaleza. Por asf

decirlo, manda el sentido practice sobre las formas, al igual que con la indumentaria.

primera epoca profesional, 0deAliso

construida sobre los restos de un an

A pesar de que esas casas podrfan ser motive de una reflex i6n actua lizada, da la

impresi6n de que son confundidas con otra cosa. Cuando se encarga una de esas

casas se piensa mas en una casa ideal ( ien la que me gustarfa tener!) , que en una

casa de vacaciones. Este problema parece que fue planteado por ultima vez hace

mucho tiempo. Le Corbusier 10expuso en algunas ocasiones y 10puso en practica

enel cabanon construido para su mujer en Cap Martin. Por una coincidencia azarosa,

su vecina, Eileen Gray, tarnbien proyect6 una casa de vacaciones. Probablementeambos sabfan con que pocas cosas se podfa ser fel iz en aquel sitio. Enlos mismos

aries, los miembros del GATEPAC construyeron un prototipo de casa desmontable

para fin de semana en madera y fibrocernento" y Alfred Roth iniciaba las paqinas de

La Nouvelle Architecture" con un pequefio palafito para fines de semana construi-

do por Albert Frey y A. Lawrence Kocher en Long Island (1934), que recuerda el

espfritu de lacelula de una habitaci6n de Moisei Ginzburg de 1930.38

Labusqueda de 10esencial presentee

que, en su origen, han sido concebido

taculos de emergencia. Esel caso de

para los damnificados de la II Guerr

tantanea de emergencia, diseriada p

Uno de los conjuntos experimentales q

la casa transportable. De hecho, las c

en la naturaleza con el maximo confotren de alquiler empleados en Escocia

casas aerotransportadas de Casto F

como el siqnificativo nurnerode casas

En estos proyectos se pueden encontrar , tanto en sus descr ipciones como en la

propia construcci6n, los signos evidentes de unas preocupaciones comunes en

torno al pequefio tarnano y, por tanto, una serie de consecuencias derivadas de ello:

muebles escamoteables 0 de doble uso, 0 bien cuestiones relacionadas con su

construcci6n en seco, a partir de elementos prefabricados ligeros 0 de la interven-

ci6n del brico/aje en el equipamiento y los acabados.

Asf pues, entorno a laidea de la ca

proyectos y construcciones de cara

das un tanto especiales que podrfam

vag6n de tren reuti lizado, la caravan

la vivienda autoconstruida, la viviend

de un buque 0 un cami6n; forman u

sar en otras formas de abordar la re

Observando este conjunto de solucesta es una manera muy distinta de

Otros arquitectos recuperaron, aries mas tarde, esta tradici6n experimental cons-

truyendo habitaculos de este tipo para ellos mismos. Este es el caso de Ralph

Erskine en la pequeria cabana -que IIam6 the box- donde vivfa y trabajaba en suLas barracas Nissen se "aparcaroo' ' en las cal les

de laciudad. Ulr ich HOHNs:·'Wereinmal unter 'm Be

EIcartel publici tario de esta pract ice puede verse

b re o rgan izada por e l Cen tre Georges Pompidou

LLoPES,Paris, 1978.Setrata de una especie de casa avion que, una v

sus alas. Poesia, nO11. Secretaria General Tecnica

Marie-France BOYER:Cabin Fever: Sheds and she

Caseta desmontable. proyecto del GATEPAC. en A.c., n°7 . ter ce r i rimest re de 1932. p . 18.

Alfred ROTH:La Nouvelle Architecture. Girsberger. Zurich. 19L10.

Una celula de 19 rn- con particiones m6viles, pensada para ser construida por elementos ser iables. Cuatro pies dere-

chos lae levan del sue lo y asia dotada de una gran ter raza .

44



estos ejemplos, se establecen unas diferencias radicales entre la denorninacion

"segunda residencia" y lade "casa de fin de semana". La primera es un reflejo de la

casa habitual: un subproducto banalizado y, probablemente, mas ostentoso que util

en muchos casos. Esuna solucion hecha por adultos. Lasegunda es unjuguete que

redescubre laexperiencia de habitar. Como apunta Adolf Behne respecto de lacasa:

"l...] las inclinaciones nacidas del instinto del juego acompafian inseparablemente a

esa componente practica. EIhombre primitivo no es un austero utilitarista: muestra su

instinto de juego incluso en los utensilios y, sin que la necesidad 10exija, los propor-

ciona y embellece, los pinta 0 decora con ornamentos; el utensilio "edificio" no es, en

ello, ninguna excepci6n. Desde los origenes, el edificio fue juguete e lnstrurnento''."

A la vis ta de todo esto, deberfamos preguntarnos por que en lugar de pensar en

nuestra casa de vacaciones como reflejo de la casa habitual, no hacemos 10con-

trario. Tal vez vivirfamos habitualmente en lacasa que nos gusta, mas practica, mas

acogedora, mas cornoda, que recupere su condicion de juego.

Podriemos asegurar que, cuento mayor ns side fa especielizecion de

las piezas de le casa y mas piezes indefinidas han deseperecido, mayor

he sido fa perdidede ilexibiiided de este

En un nurnero de la revista Faces de 1993,44 una serie de arquitectos centroeuro-

peos se reunfan para discutir sobre algunos proyectos recientes de viviendas en los

que se ponfan de manifiesto algunas inquietudes sobre esta cuestion. En la discu-

sion, una de las ideas que surgfan era la creciente duda sobre la especializacion de

los espacios dornesticos y la opinion contraria al texto de las normativas que obli-

gan a diferenciar mediante un mayor tamaiio la sala de estar de las habitaciones

(,Por que no pueden tener todas 16 rn"? Significativamente, algunas casas de renta

Adolf BEHNE:1923. La construcci6n funcional moderna, Serbal, Barcelona 1994, p. 21.

Bajo elt i tu lo "Reflexions sur Ie logement conternporain", se publica un debate entre los arquitectos M. Alder , R. Diener,

M. Morger, R. Senn y M. Steinmann. Faces, nO28, Ginebra, 1993.

Casa en un arbol de laque sana reina Victoria de In

Barracas Nissen construidas como alojamientos pro

6



de finales del siglo X IX presentaban esta indeterrninacion entre las piezas, pudiendo

usarse indistintamente cualquiera de elias para cualquier funcion.

Esta discusion puede extenderse a aquellos espacios, como los pasillos, que resul-

tan mucho mas eficaces si se plantean un modo diferente al habitual. Una opinion

generalizada es que los pasillos sirven entanto que hay habitaciones a las que acce-

der, con 10cual se les relega al papel de servidor y, a partir de aqul, setrabaja en la

dlreccion de convertirlos estrictamente en un lugar de paso. Oesde el punto de vista

que nos ocupa, serfa mas uti l concebir el pasil lo como una pieza comun que permi-

tiera otros usos adernas del de paso.

A este respecto, resultan aleccionadoras las viviendas urbanas europeas del siglo X I X ,

de lasque podemos tomar como ejemplo lasconstruidas en el Ensanche barcelones."

Las estancias comunicadas entre sf caracterizan su planta de distribucion y es precisa-

menteel pasillola piezaque vertebra estetipo de orqanizacion. Estos pasillosy recibido-

res estan amueblados, son amplios y capaces de atraer gran nurnero de actividades:

son el "Iugar comun" de la casa. Sin embargo, reducidos a breves piezas de distribu-

cion y paso, han perdido, en lasviviendas construidas posteriormente, cualquier otra

posibilidad de usa y, en consecuencia, han devenido "realmente" inutiles."

Esta cuestion nos trae a la memoria unos comentarios de Robert Venturi sobre lafle-

xibil idad, en los que sostenfa que las habitaciones con usos genericos en lugar de

especfficos 0 los muebles movibles en lugar de tabiques rnoviles fomentaban unafle-

xibilidad perceptiva en lugar de una flexibilidad ffsica, y conclufa afirmando que: "Ia

arnblquedad valida fomenta la flexibilidad util"." Pensar que la vivienda se reduzca alconjunto formado por las piezas "utiles' ' no deja de ser un modo de ver la casa un

La casa de vec inos del Ensanche de Barce lona (1859 en ade lante) es un edi fi cio de 5 0 6 plantas de altura cons-

tru ida mediante muros de carga paralelos a la fachada. De estas construcciones surgen generalmente dos viviendas

por planta que venti lan en sus extremos hacia lacal ls y hacia unamplio pat io de manzana. EIedif tc io se dota, adernas,

de pat ios para alojar laescalera y ventilar las piezas interiores.A partir de un reconocimiento estadistico del uso de lacasa, Georges PEP.EC"Lappartemeni", en Esoece: d'espaces,

Galilee, Paris, 1974, pp. 39-51; version castellana: Especies de espacios, Montesinos, Barcelona, 1999) constata iro-

nicamente que esjustamente el recib idor la pieza mas uti lizada."R. VENTURI: Complejidad y contradicci6n en la arquitectura, Editorial Gustavo Gil i, Barcelona, 1974, p. 53.

48

I

Felix Kuhn y George Pfiffner, edificio de viviendas e

Morger y Degelo, edificio de viviendas en la MOlihe

Michael Adler, casa Reicke, Bottmingen, 1987-1988



tanto reduccionista, que nos recuerda a los esfuerzos de laingenieriaqenetica por con-

seguir pollos s610con muslos. Esto parece sugerir que los usuarios s610van a poder

disfrutar de su casa en determinadas piezas, mientras que otras -los pasillos, los dis-

tribuidores 0 el recibidor- estan condenadas a ser pequerias y oscuras, en definitiva,

lugares a evitar; una actitud que parece expresamente refiida con la tradici6n de las

antecamaras y garde-robes que, en cambia, podemos reconocer en la arquitectura

dornest ica espanola de los ar ies cincuenta de Luis Gutierrez Soto en Madr id y

Francesc Mitjans en Barcelona. Este ultimo, en su edificio de viviendas de la cal le

Amig6 (1949), retoma estas posibilidades uniendo al recibidor -ya de por si grande-

una pequeria sala-rotulada en el plano "rincon de espera"- que permite, adernas,que

una de las habitaciones contiguas pueda definirse como "despacho 0 dormitorio"; 0

bien ensanchando un pasillo hasta convertirlo en habitaci6n de armarios compartida,liberando a los dormitorios a los que da acceso de esta carga, a lavez que sugiere un

uso deesta parte de lacasa como unapartamento dedos piezas dotado de unbafio,

l,C6mo lIamariamos a estas piezas?, uecibidor-salita?, l,dormitorio-despacho?,

l ,distr ibuidor-vestidor? Y, por extensi6n, l ,c6mo denominariamos a las piezas de

una vivienda de principios de siglo, si la mayoria de elias pueden utilizarse indistin-

tamente como sala 0 dormitorio? Asi, la aparici6n en la vivienda de piezas que sir-

yen para distintos usos, puede ser un camino mas fructifero y un modo distinto de

entender la flexibilidad. Cornunrnente, hoy esta palabra esta asociada a algo m6vil,

cuando en realidad implica mayor variedad de usa y mayor versatilidad, y esta ulti-

ma no esta necesariamente asociada a los tabiques plegables, escamoteables, des-

lizantes 0 de acorde6n. La flexibilidad es, mas bien, una cuesti6n de potencialidad.

En La vivienda del manana -un conjunto de sugerencias para planear una casa

moderna, aparecido en la fructifera decada de los aries cincuenta- George Nelson

y Henry Wrigth48 dedican un capitulo a laaparici6n progresiva de 10que ellos Ilaman

"la habitaci6n sin nombre", algo que podriamos definir como una gran habitaci6n

para la famil ia, donde reunirse sin temor a "estropear los muebles". Oesde luego,

George NELSON Y Henry W8.IGTH: La vivienda del manana. Como planear ahora su hogar para e/ futuro, Contempora,

Buenos Aires, 1958.

50

;</~lV..d4k~d

-!,"a/~ ",Jd,.wr,.=.,/4- m - 7 ' " ' -)"'1 a>1t Ja1.oh c,6.i£.uz=

Planta del edi fi cio de v iv iendas en laca lle Amig6

Anne's House en Mil lersqarden, inter ior de Josep



hemos de entender esta innovac ion en relac ion a la ex is tenc ia, en las casas america-

nas de los an os cincuenta, de un living que es el equivalente de nuestras (desapa-

recidas) salitas, un lugar preparado, sobre todo, para recibir visitas que, por tanto,

10 inhabi li ta para ser ut il izado de forma mas despreocupada . In teresa aqul , mas que

la ex is tenc ia de esta "habitacion sin nombre", cercana a nuestras salas actuales, el

conjunto que lIega a formar est a con el pequerio living y una coc ina pasante.

LA HABITACIONquf la f lexibi lidad t iene un signi ficado algo d is tinto. No se trata tan to de que cada una

de las piezas mencionadas pueda albergar diversas actividades s imu ltaneas, s ino,

mas bien, de que sea el conjunto -el disponer de varias piezas encadenadas aunque

pequerias- 10 que permita un uso mas versati l de la casa; 10 cual apunta en la direccion

contraria de muchas promociones actuales que tienden a restar superfici e de todaslas piezas para hacer aun mayor el predominio de la sala sobre las habitaciones.

H\CI; IOCO MEStS, un [oven arquitccto que

e sz ab r r ra ba ja ndo e n \ \" "l sh in swn, c nt l"OPO l "

c;llUJlidd en nU(;:jtu oficina pltJ pasar e rate

y cambiar opiniones. Sin embargo, en ev-idcnrc

que trail ;lIgenJ o tr a ide enb men te Perms -

nccimos J b. expecranva ..Muy pronto S.J r;i6 la

idea, junto con un grucso Lip!? negro, Busca-

me; PJp<:l y 10 cmpujlmos d eb a] o d el H p iz , LOi

arquitecrcs, como ui vcz 10 sepan los lectcrcs,

sea muy aii.;:ion:Jdo; J !J.zn:u.r la ccnversacicn

conun poco dedibujo, UO vcz m.is,csperamcs,

".::Qui.:rc::I ver u n p la no d c v iv ie nd a p er fe c-

to?", p:..;unto per fin. Inmediatamcnre sonrio

como ducu!pind~. pc:-o ncscrrcs permancci-

mos SUi01. Nue st ro v ir it an tc e ra uno de

los mil b ri ll an te s d el p ai .s , y s :n

ideas tcni an seatidc r cran con ire-

cuencia muy inspiradas.

q ue que remos vcr d p la no J~p;::rfcc:o.jMu:!!tr;.lo!"

"Bueno ---::mp"~":o a d ibuj lr - c omenZlmos

En demasiadas ocasiones, el discurso que se hace sobre la casa en el ambito arqui-

tectonico destaca la gran cantidad de cambios recientes en los usos y costumbres

de nuestra soc iedad en relac ion con las actividades dornesticas -y las consecuencias

que ello supone para la concepcion de viviendas especializadasen programas muy

determinados-, como si el cambio continuado no fuera un estado natural en la casa.

Sin que si rva para negar que existe una necesidad real de viviendas diversas, este

planteamiento puede ayudar a entender que una manera de resolver muchos de

estos casos puede ser fomentar la ambigOedad de las piezas de la casa, incidiendo

en su tarnario, en la posi cion que ocupan 0 en la relacion que guardan entre sf.

~E";"riO

c ," ', ,, ," ~ Con'"

p e r- e l living-room. SOlo que no c s e n rea li ds d

u ri l iv ing- room . Demas ia do ~que50. T ic ne c s-pacio pl:;1 cuarro 0 seispersorus sclameore, r las

PJrcdes esdn cub;er~ con esrantcr-ics PJrJ li-

bros , cscrirorio emposrado, e tc. Supongc que

podri;mos llarnarlo esrudio, 0 ~lli::., 0 eal \"C2:

una h lb i! lc io n i rr ti rn a, Los p ad re s p cd rt au u ti -

[izarlo pl:-J ;ilhnc de los nificr",

La casa como una reunion de nsbiteciones eutosuticientes, aeorde

con fa eada vez mas heieroqenee clese de vincutos que se esieblecen

en el terrene de las relsciones temilieres

Es conocida la fi gura recurrente de atribuir a la casa el papel de celula del organ is-

mo que encarna el bloque de viviendas. Esta figura ha permitido, entre otras cosas,

c lar ificar una discus ion en torno a los procedimientos de aqreqac lon ut il izados. Pero

Haste c

des ",::Y q

estudios ant

"T00;;-;;

jaado-c-, Ju

qum; cocin

comer del c

"(t" luego!"

-

C.S!l

rabique, 0 e

\"ilrio. La t

; rl nd e d e h

"La verdsd

nO<.-lmos-.

"Pues d e

bridge, c iaem

jugJr .t il l , 0

Lindo lupr

52

Paq ina del l ib ro de Georges Nelson y Henry W



aqui no se trata ahora de refrescar esta discusion, sino de usar esa analogia dentro

de lacasa, para poder concluir que la habitacion es la celula de lacasa.

En las escuelas de arquitectura se utiliza todavia el ejercicio de disefiar una habita-

cion como una manera de famil iarizar a los estudiantes con el equipamiento de la

casa. La habitacion del estudiante aparece tam bien en algunos textos que abordan

la inlciacion a la carrera de Arquitectura, como en el caso del Curso de Dlsetio de

Leonardo Benevolo." Por su parte, Rick Ball titula "Vivienda de una sola habitacion"

uno de los capitulos de su Iibro y analiza algunos casos en los que lacasa "es" pre-

cisamente una habitaclon."

Latrascendencia de esta pieza como espacio habitable se hace palpable al tornar-la como lugar para el viaje de la lrnaqinacion, como propone Xavier de Maistre en

sus elocuentes relatos Viajesalrededor de mi cuarto: "Oesde mi butaca, yendo hacia

elnorte, se descubre mi lecho, que esta colocado alfonda de micuarto y que forma

lamas agradable perspectlva"." Su importancia como escenario de lavida del indi-

viduo laha convertido, de la mana de los artistas conceptuales, en un genero de ins-

talacion: lasproject rooms.

Afirmar que la habitacion es la celula de la casa implica, al menos, dos consecuen-

cias que queremos exponer. La primera supone una nueva jerarqufa de las piezas

de lacasa. Frente a un esquema generalizado de gran sala de estar y pequefios dor-

mitorios, se plantea una casa con habitaciones mas grandes y mas completas, una

de las cuales -Lla mayor?- es la sala de reunion.

En cierto modo, si tuvieramos que definir un rasgo de nuestras viviendas actuales

seria el predominio de lasala de estar. Hoy, al encargar una vivienda, la gente parece

comportarse, respecto a lasalade estar, como elsevillano de laanecdota de Fernau

LeCorbus ie r, p lanta de lav ivienda en e l Palac io

Las cua tro hab itac iones " flotan '' sob re lap lan ta

e su n un ico e sp ac io i nde fi ni do q ue, a s u ve z, eLeonardo BENE'!OLO:Corso di disegno per i liceiscientifici, vol. 1:La descrizione dell' ambiente, Laterza, Roma, 1975·1976.

R ick BALL: "V iv ienda de una sola hao itac ion" , en Arte del espacio. Diseno de inter iores minimos, Herman Blume.

Madrid, 1988, p . 31.

"Viajealrededor de micuarto", texto publicado en 1795, es una invitacion a tamar elcuar to como casa y,par extension.

como elmundo eniero. Xavier DEMA !STR E : Viajesalrededor de mi cuarto y otros relatos, Espasa Calpe, Madrid, 1999.

54

La hab itac ion de t raba jo de Wilhe im Grimm en

Hoffmann (Germanisches Nationalmuseum de



Caballero respecto al patio: "se cuenta que cuando un sevillano mandaba labrar una

casa, decfa a su arquitecto: haqame usted en este solar un gran pat io y buenos

corredores, si terreno queda, haqame usted habitaciones"." Este predominio de la

sala sobre las habitaciones se ajusta a un espacio concebido para una familia tradi-

cional en un periodo de su vida -comprendido entre el nacimiento y la emancipa-

ci6n de los hijos- pero se corresponde poco a la cada vez mas heteroqenea clase

de vfnculos que se establecen en el terreno de las relaciones familiares.

L\ REVOLUCIGN

La otra consecuencia que comporta pensar en la habitaci6n como celula de lacasa,

es la consideraci6n de la habi tac i6n como algo mas que una superfic ie y un perf-

metro definido por unos tabiques y, mucho menos, el negativo del perfmetro defini-

do por las habitaciones vecinas. Las habitaciones pueden necesitar trazarse demanera aut6noma, incluso dejando que los grosores de los intersticios generados

sean el lugar de colocar el servicio de la habitaci6n (armarios, alacenas, pequefias

alcobas, puertas pasantes, etc.). Una habitaci6n asl exige ser pensada como algo

aut6nomo, como un espacio en el que, por analogfa con la casa y el b loque, t iene

una cierta independencia. Si la pensamos de este modo, entonces la ventana, la

puerta, la mesa, la cama, el armario y otros elementos de la habitaci6n pueden ser

arnbitos mas 0 menos vagos que, en su conjunto, forman la habitacion." Aun mas,

podrfamos pensar que -en contra de las habitaciones pensadas como un "callej6n

sin sal ida" con s610una puerta- la habitaci6n que aqui se propone podria lIegar a

extender dichos arnbitos a una 0 mas piezas contiguas a traves del usa de las puer-

tas adecuadas. Concebir una habitaci6n en estos terminos, supone que la casa es

el resultado de una operaci6n de agregaci6n, mas que de una subdivisi6n del espa-

cio hasta convertirlo en distintas piezas especializadas.

En mi habir ac icn la c am a c sr ab a a qu i, e ] a rma ri o

e n m ed ic l a m es a.

Has ra qu e est o me aburrio. Pusc enronccs

aIM y d ar ma ri a a qu i.

Du rante un ri empo me senti animado p ar

d ad . P cr o e l a bu rr ir ui cn to a cab o p or v ol vc r.L 1eg uc a l a c on cl us io n d e q ue cl o ri ge n d el

m ic nt o e ra l a m es a. 0 mcjor d ic ho . s u s ir ua ci on

e inmutahlc.

T ra sl ad c l am e sa a ll ;! y l a c ar na e n r ne di o. E !

do fuc inconformisra.

L a n o vcd ad \ 0 1v i6 a a ni mar me , v mi en tr as d

c on fo rmc c on [a i ncomo di da d i nco nf or mi sr a q

causado. Pucs sucedio qu e no p odia d ormir co n

vue lt a a [ a p a re d, 10 que s iemp re h ab ra s id e r ni

[1\Ori[;1.

Pe rc a l c ab o d e darn r icmpo ln novcdad dcj

tal y no qucdo mas que la incomodidad. A s! g

la cama aqui y cl armaria en medic.

Esta Ve-L el cambio fue radical. Ya q ue un arm

m ed ic d e u na h ab ir ac io n es r nd s q ue i nc on fo rrn is

vanguardisra.

Pero al c abo d e c ie rt o r ic m po . .. A h . s i no fucra

"cierro riempo". Para scr breve, cl armario en

r a rn b ie n d c jo d e p ar ec erme a lg o nue vo y cxrracrEra n cccs ario llevar a cabo una ruprura, rom

decision rcrminanrc. Si d en rr o d e uno s l im i re s d

Hay unatradici6n quearrancade antiguo con losnichos y alcobas,que puedeser repen-

sada e hilvanada con algunas experiencias de M. H. Baillie Scott, Adolf Loos, Heinrich

Tessenow0 Hans Scharoun, en lasque encontramos otra manerade entender este pro-

Lac i ta apa rece en "En lorna a lacasa sev il lana ". en2C, Construcci6n de /a ciudeo. n° 11, jun io de 1978,

L, Benevolo remarca que lacaracter izacion de una habitacion se der iva de la reunion de var ios objetos, de lamisma

forma que las caracterisi icas de la vivienda depend en de la reunion de var ias habitaciones. Leonardo BENEVOLO:a

casa del/·uomo. Ban, 1976.

56



blema. Asf, los arnbitos que reconocfamos antes, como laventana, la cama, la mesa e

incluso el aseo, adquieren en estos casos formas precisas de acuerdo con su uso.

Deberfamos dejar fibre el centro de las piezas y formar gruesos

con las paredes para insteler en elfas los servicios y ios Jugares

de estancia de /a casa

Estas consideraciones no pueden desligarse del cada vezmayor uso de lashabitacio-

nesque ha propiciado la permanencia de loshijos emancipados en la casa familiar0el,

cada vez mayor, nurnero de casos de familias para las cuales la habitaci6n es el espa-

cio fntimo en la casa. EIdesarrollo de los electrodornesticos relacionados con el ocio,

el trabajo" 0 la comunicaci6n, han roto con el binomio: una casa = un televisor, un tele-fono, un aparato de Hi-Fi 0 un ordenador, para asociar una persona = un televisor, unteletono, etc. Esta manera de considerar la habitaci6n como unidadhabitable puede

ser un camino para abordar el creciente problema de la casa para una persona sola.

Tratarde proyectar una casa desde el punto de vista de quien va a usarla estener en

cuenta que la observaci6n de lacasa puede hacerse en reposo, desde lugares a veces

EIconcepto de espacio arquitect6nico en la arquitectura domestics moderna suele

estar asociado con la movilidad, con 10dinarnico. Las rampas, los balcones interio-

res, las grandes piezas conectadas visualmente, parecen obedecer al prop6sito de

poner en valor lacasa mediante su recorrido, mediante una promenade ercbitectu-

rale. AI movernos, en el travelling sobre la casa, todos los mecanismos exclusiva-

mente visuales encuentran su raz6n de ser y su maximo valor. Por el contrario, estos

recursos resultan irrelevantes desde el reposo, desde 10estatlco, Para la mayorfa delas cosas que hacemos en casa, resulta mas apropiado el pequerio lugar y carece

de importancia el paseo arquitect6nico.

La UE supone que, en este f inal de siglo, cerca de doce mil iones de europeos trabajen desde su casa para laempresa

que los ha contraiado. Javier ECHEVERR~.,rata estas cuest iones en su l ibro Telepo/is, Destino, Barcelona, 1994.

Asi en to en l a p ar ed, di bu jo d e X . M.

Escultura de Pablo Palazuelo t itulada Indret expu

nos sugiere un espacio dornest ico con paredes

58



extrarios a las piezas. Para este extrariamiento no es necesario mas que situarse en

un rincon, en una hornacina 0en una alcoba. Esta situacion es parecida a laque se

experimenta al ver un teatro, durante los entreactos de una obra, desde un palco: se

goza detodo elespacio desde esta sltuacion particular en laque eltarnario del ambito

que nos acoge contrasta con la del conjunto. Se vive en un lugar desde su l imite,

casi desde fuera de el, en un espacio con las dimensiones suficientes para estar.

Este parece ser el recurso empleado habitualmente por Baill ie Scott. EI esquema

que uti liza parte de una amplia y vacia sala principal (el ha/D que organiza a su alre-

dedor el resto de estancias de la casa y que, analoqarnente, organiza en su interior

las diversas actividades formando alcobas, el rincon del hogar (inglenook) 0 las tri-

bunas (bays) y esquinas dentro de la propia sala, sin ocuparla del todo, con 1 0 queconsigue una dlstribuclon realmente mas libre de las relaciones entre las piezas, una

reunion en un lugar despejado de estos pequerios reductos."

Unavision parecida delconfort es laque se reflejaen laarquitectura dornestica deAdolf

Loos y que define eltermino Reumplen" -orqanizacion en el espacio- unaconcatena-

cion de estancias de diversa entidad, dispuestas en varios niveles, cada una con su

propio techo, formando un pequefio rincon delante del fuego, un lugar para conversar,

unahornacina para lacama0un boudoir anexo aldormitorio,y resolviendo en el "espa-

cio" 1 0 que Baillie Scott resolvfa en un unico nivel. EIrincon del fuego del apartamento

de A . Loos y su mujer Lina en Viena (1903)es un lugar que concentra, en poco espa-

cio, la mayorfa de enseres y gran parte del atractivo de lasala, un recurso que no es

ajeno a latradicion centroeuropea y que utilizaracon profusion. La casa Khuner (1930),

en lacarnpifia austriaca, es unmanifiesto en este sentido. Lagran sala central, un hall,esta presidida precisamente por un rincon frentea lachimenea, bajo un altillo, quealoja,

junto a una hornacina en el muro, una mesa y unas sillas. Los dormitorios ilustran este

recurso disponiendo lacama en un nicho "fuera" del ambito de la pieza, dotado de su

propio techo y aun con unas paredes que 1 0 cierran, conteniendo a su vez pequenas

Diane Haigh: Baillie Scott. The artistic house. Academy Editions, Maryland, 1995; pp, 44-45.

"La particular contr ibucion de Adolf Laos a la arquitectura se resume en laexpresion Raumplan. un termino acuna-

do par Kul ka , u no de l os p up il os d e Laos ". J ohan VAN DE BEEK: "Ado lf La os - p at ter ns of t own houses" (AA. W. :

Raumplan versus Plan Ubre, Delft University Press, Delft, 1988).

A lcoba de lacasa Khuner de Ado lf Laos (Kreuzbe

60

EIdormitor io ( Ia dorkaa) de unas de las v iv iendas

de Gourna en 1945.



hornacinas para depositar objetos." Latradici6n en el empleo de estos rincones tal vez

este relacionada con la influencia que la arquitectura otomana ejerci6 en aquella parte

de Europa.

Aun hoy, esta pract ica es habi tual en el mundo arabe, La habi taci6n se concibe

como un espacio vacfo, la dorkaa, que distribuye perimetralmente los arnbitos de la

cama, la ventana 0 laalacena, y que constituye una unidad constructiva y habitable.

Hassan Fathy recoge, en Construire avec Ie peupte," la experiencia de la refunda-

ci6n de un pueblo afectado por la presa de Assuan, que se levanta, con mana de

obra local, a partir de estos principios.

Aunque de una manera diferente, Christopher Alexander sugiere una casa formada porgruesas paredes -thick walls-59 sobre las que los habitantes puedan ir "escarbando"

hasta poder formar armarios, asientos, estanterias 0 lugares habitables dentro de la

pared. Partiendo de otros supuestos, Yves Lion propone en su Domus Demain, un

"habitat para el siglo XXI" ,6o un modo consciente de habitar y usar las fachadas, con-

cebidas como muros dobles que concentran el equipo tecnlco de lacasa.

Hans Scharoun retoma, en algunos de sus proyectos dornesticos, la presencia de

arnbl tos per iter lcos de pequef ia dimensi6n. Los apartamentos constru idos en

Charlottenburg-Nord (Berlin, 1956-1961 )6 1 son un magnifico ejemplo de ello. La regia

seguida parece ser la misma que la descr ita para Bail lie Scott: se "habi tan" los

pequefios rincones que permiten disponer en uno de los apartamentos de un estu-

d io en alcoba vinculado a la sala y un comedor pract icamente como ensancha-

miento del pasil lo de acceso, frente a una ventana y al lado de la cocina; mientrasen otro apartamento de menor tarnario -que puede utilizarse conjunta 0 separada-

mente del anterior- cocina y estudio son propiamente pequefias alcobas de la habi-

Benedetto GPAVAGNUOLO:dol f Loos. Theory and Works . Rizzoli International Publications, inc., Nueva York, 1982,

pp. 206-207.

. Hassan FATHY:Construire avec Ie peuple. Histoire d'un village d'Egypte, Sindbad, Paris, 1996.

Chri sto ph er ALEXANDER; ara Murr ay S il VERSTE IN : pattern language, Oxford University Press, Nueva York,

1977. Burkhardt RUKSCHCIO Roland AdolfLoos, Pierre Maragda Editeur , Bruselas, 1982. pp. 430-431.

., Veren M. EUEB-VIDAl.:. M. T . MI'NCCU: Penser I'habiter, le logement en question, PierreMardaga, Ueja, 1988.

Peter BLUNDELLJONES:Hans Sc!Jaroun, Phaidon, Londres, 1995, pp. 120-121.

Un fragmento de los edificios de apartamentos C

la pue rta de union de los dos apa rtamen tos -que

mdependi ent e- y l a s ol uci 6n d e pue rt as e n l a c oc i

Esquema de Diane Haigh mos trando las i tuac i6n

SNortt tonWay, North Letchworth (1907), y en lacasa eco .

62



taci6n (mica. Inc luso los muebles dispuestos en estas salas se encuent ran ocupan-

do el perfmetro, en una esquina que los alberga (como ocurre con una cam a-sofa a

laque se in corpora una pequefia mesa y dos sillas a la manera tradicional que pode-

mos reconocer en los inter iores de Heinr ich Tessenow).

racional, a lgo que, curiosamente, emp

ca de la arquitectura poctie, que ap

habi taci6n y sus piezas con tiguas pa

namiento y servicio. Esta practica s itu

equipamiento f ijo de lacasa que a los

Precisamente, el l imitado tarnario de estos ensanchamientos 0 alcobas es posib le

desde el momenta en que todos ell o s disponen de su propia ventana -0su terraza-

y , adernas, t ienen la constan te refe renc ia de un espacio de mayor tarna fio cuyo cen-

tro se encuentra desocupado. Si, en contraste, imaginamos una estancia unica de

la misma superficie que la suma de las anteriores, diffci lmente permitirfa una rique-

za de actividades semejante. En otras palabras, la habitaci6n debe considerarse,

mas bien, como un aglomerante de dive rsos arnbi tos con ent idad prop ia.

Oesde este punto de vista, la casa

a lmacenamien to y espacios hab itable

y dist ribu ir sus actividades. Los ya m

F. J. Barba Corsini," son un ejemplo.

disponen de forma que "casi" config

pocos elementos mas. Y es que, en enes, la resoluci6n del problema del a

Concebir especlos, elementos y sistemas destinados aJstmecenemiemo

recionei permiie vecier las esiencies para su usa

Son numerosos los ejemplos que uti

modo. La casa que Jean Preuve con

utiliza una banda continua de 27 m

almacenamiento que constituye la p

lamiento terrnico, esta pared alveola

grueso del s is tema estructural de l e

EI reportaje Retrato del mundo -al que aludfamos en el apartado La casa, la viday

los objetos- muestra de manera elocuente un prob lema cuant itat ivo: la casa cont iene

una gran diversidad de objetos y enseres que conviven con sus habitantes. Vistos a

la puerta de la vivienda, como se exhiben en el reportaje, denotan que es el orden

en su almacenamiento 1 0 que hace ut il izable la casa.

Que hacer con las cosas de casa, d6nde guardarlas, ha sido siempre una preocupa-

ci6n de acuell os que han tratado de hacer un diagn6sti co de la casa. George Nelson

y Henry Wrigth 0Char les Moore cuando pregunta sobre que i tine rar ios hace e l papel

en una casa= -en un inte resante y exhaustivo cuestionar io que propone al futuro c lien te

de una casa- son ejemp los de este prob lema. Vacia r las estanc ias para su uso es equi-

valen te a concebir espac ios, elementos y s is temas destinados a l almacenamiento

EI uso de estos elementos lIeva faci lr

estandarizable que permi te -como s

como suma de pared y armario en u

Juan Herreros para e l concurso Viv

esta l inea al ut il izar una banda de arm

viviendas contiguas. EI espacio dorne

lizado. Un vacio que se pone en evi

que se ocupa en un sentido tradiciona

espacio, sino de unidades tecnicas n

concent ran una determinada actividaSet rata de un cuest iona rio que , bajo e l t i tu lo Vuestras casas, propene un exhaust ivo anatisis de los diversos "reco-

r ridos" que rea li za en la casa cada miembro de la fami lia -adul tos y n if ios- lacomida , e lpapel 0 los inv itados . Charles

MOORE et. e lt .: La casa, forma y diseno, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1978.

64

Xavier MONTEYS : Pere FUERTE S : ivlitre, F J. Barba



Enla propuesta de vaciar las piezas de lacasa de lacarga que supone el problema

del almacenamiento, se encuentra irnplicita la idea de que los muebles, 0 al menos

una parte de ellos, formen parte de este artefacto que ocupa el lugar de unas pare-

des gruesas. Las mesas y las camas abatibles -0incluso escamoteables bajo el

armario- ya se cuentan entre ellos. La habitacion muestra que proponen Charles y

Ray Eames" en 1961se organiza de este modo: como una pared de puertas que ocul-

tan el mobiliario y los enseres. Aunque lejanaen eltiempo, lacasa ideada por el inge-

niero hidraulico Cornelius Meyer's a finales del siglo XVII, estaba concebida de igual

manera, dotando a las paredes de armarios -fruto de una exhaustiva sistematiza-

cion pre-enciclopedice de los objetos de la casa-, muebles escamoteables y todo

tipo de artilugios e instrumentos, que situan esta propuesta a medio camino entre el

juego y laconstruccion de un entorno que pretende equipar al hombre por completo.

eJ

La incorporacion sistematica de cuerpos de armario u otros mecanismos, como el

uso del closet, invita a pensar en estos elementos como en una parte sustancial del

equipamiento fijo de la casa que, a diferencia de otros como el equipo de cocina 0

los banos, no tienen adjudicado un unico lugar, sino que, mas bien, se encuentran

dispersos por la casa, Ilegando a ser responsables de la creacion de sus arnbitos,

Cuando estos armar ios asumen, ademas, el papel de incorporar algunos de los

muebles de la habitac ion, los que la caracter izan para un uso concreto, se esta

poniendo de manifiesto un modo distinto de entender la flexibilidad.

EImobiliario de la casa sin tabiques ni divisiones merece una consideracion espe-

cial. En estos espacios, los muebles juegan un papel esencial al no estar apoyados

Habitacion rnuestra del Eames Contract Storaqe, 1961, En: John & Mar ilyn NEUHOHT: Eames Design, The work of the

otuce oi Chertes end Ray Eames, Thames & Hudson, Londres, 1989, Enun proyecto de t or tes eutosuticientes de usos

mixtos para Madrid (1994), L Aba los y J , Her re ros dotan a los pequenos apa rtamen tos de un mueble umco que, ade-

mas de d iv id ir a los apa rtarnentos . r eune e la lmacena rn iento de lacase , una mesa y una cama aba tibles y un tabique

de acorde6n que cierra elamono de esta ult ima, AB"ws & HERREROS:reas de impunided, Actar, Barcelona, 1997, p. (2,

Corne lius Meyer , una i lust raci6n de su "Casa d

66

Habitaci6n muestra del Eames Contract Storage



por nada, y acaban por susti tuir el papel de los tab iques. Pero pueden tarnbien

observarse de otro modo, uno de estos modos es la consideracion de algunos de

ellos como espacios en sf mismos, tal y como sugieren los arquitectos FLM con la

propuesta Cerrometos:"

Instalados en el unico ambiente, el papel de algunos elementos del mobil iario de la

casa se mueve entre el convencional -atribuido a las piezas de descanso y activi-

dades cotidianas como asientos y mesas- y el arquitect6nica, atribuido normal-

mente a las piezas de almacenamiento en las que se conffa especialmente par su

capacidad de "dividir" 0 de separar arnbitos.

"La cocina, el baric, hasta los armarios, en muchos casos, ya han sido atomizados

por toda lacasa. Han sido, en cierto modo, los protagonistas de una revolucion que

ha conducido a la casa hasta el monaambiente y, en el , han ocupado un lugar de

indiscutible irnpartancia. Cocinas y banos se han liberado de las paredes que los

contenfan para dispersar sus elementos canstitutivos por la casa, y han aprendido

a relacionarse con los viejos habitantes de esta: los muebles. Este es el contexta en

el que se desarrolla esta propuesta.

Respecto a las primeras -y aceptando naturalmente que nos movemas en el con-

texto occidental y, par tanto, en esta parte del mundo que usa si llas para sentar-

se- nuestra posicion es aceptar los sin mas en tanto que elementos que, con su

presencia, designan espacios y en tanto que prolongaciones del diagrama de habi-

tar que lIevamos impresos en nuestra memoria ancestral. Respecto a los segun-

dos, pensamos que pueden existir otras formulas que no obliguen, despuesde haber el iminado los tabiques, a sustitui rlas por otro elemento, conf iando en

un procedimiento convencional de division del espacio, aunque sea de un modo

mas sutil.

Rick B~LL:Arte del espacio. Diseno de inter iores minimos. Herman Blume. Madrid. 1988.

Esta pr op ue st a s e d esar ro ll o c on o ca si on d el c oncur so i nt er nac io na l co nvocado por L a Gal le ri a de l De si gn e

dell'Arredamento. Centro Legno Arredo Cantu, en 1999. bajo ellema: La casa deg/i anni 2000. Arredi iiss! e mobili per

nuovi spazi domestici. La propuesta Carromatos - ce l a q ue aqu i s e r ec oge un ex tra cto - fu e d esar ro ll ad a p or FLM.

grupo de arquitectos barceloneses formado por Pere Fuertes. J. M. de Lecea y Xavier Monteys.

Antonel lo da Messina. San Jeron imo en su est

Molino con rueda para girar . F iqueiro dos Vinho

68



Considerado elespaciototal de lacasacomo unterreno libre, proponemos ocuparlo con

unacolonizacion trashumante, parecida a la que emplean los pueblos nornadas, para

los cuales, la ocupacion de un espacio vital se realiza mediante el estacionamiento de

un espacio cerrado -algunas veces el mismo carromato en el que viajan- y una serie

de acciones que se dispersan a su alrededor, entre las cuales, por cierto, la cocina

es normalmente un fuego en el suelo en un lugar variable. Esta consideracion nos

Ileva a plantear, en este terreno l ibre que es ahora la casa, su ocupacion mediante

dos elementos que, si bien pueden desplazarse, tienen como rnision procurar dos

pequefios espacios, a partir de cuyo establecimiento en ellocal, el resto de las acti-

vidades se disponen libremente y, ala vez, "ordenan" laocupacion del mismo. Estos

dos pequenos espacios son el estudio y la cama, en cier to modo elegidos entre

aquellos que la tradicion ha desarrollado siempre de un modo parecido y que, enambos casos, son espacios para una 0 dos personas pero no para una reunion.

EI estudio ha sido una figura cuya reiterada referencia como ejemplo de una actitud

de habitar ya apuntaba Antonelio da Messina en su San Jeronimo en su estudio

(1460-1474). Representa una forma de arquitectura autosuficiente contenida en otra

mayor. La atraccion del pequer io espacio para la concentrac ion, que se ajusta a

nosotros como un guante, se ha dejado sentir en casos muy variados, desde la"caja

despacho" de Le Corbusier en el interior de su atelier de la Rue de Sevres, hasta la

estacion de trabajo Clipper CS-I de Douglas Ball."

Esterecinto puede estar "dentro" de unmueble y,por que no, puede tener ruedas. Este

artefacto permite alojar en su interior el equipo imprescindible para el trabajo y buscar

la posicion mas conveniente dentro de la casa. Trabajaren su interior es factible a partir

del diseno de este espacio estuche para que todo este a mano. Montado sobre sus

grandes ruedas, permite trabajar en un lugar elevado que sugiere una predisposicion

para eltrabajo distinta que la del resto del espacio de la casa, que pasa a convertirse,

asi, en "1 0 que esta fuera" del estudio y deviene, de este modo, un paisaje definido

por su geograffa plana y sus accidentes que son los muebles que nos acornpanan.

"La atractiva estacion de trabajo en forma ce capsula Clippsr CS-I, o isenada por Douglas Bat l, t ransmite la necesi-

dad oe crear r e cm to s privados para eltrabajo concentrado dentro de las o f ic i na s c e plan abier to (sic)". Tsrencs CONP.AN:

D is eno. Blume, Barcelona, 1997. pp. 204-205.

70

EI studioiomobife y la charriotte a coucher. Fuer

La cama es el otro elemento. Encierto modo, esta ya puede considerarse un estu-



che y t iene, tanto en las cunas como en las trad ic ionales camas con dosel , una

forma y un espfritu cercano a larepresentacion de una casa. Eneste sentido, es una

condensacion del espacio intimo en el que juega un papel fundamental el hecho de

estar dotada de techo. Ennuestro caso, las patas de esta cama con techo han side

susti tuidas por grandes ruedas que, como en el caso del estudio, permiten elevar-

se del suelo cotidiano.

Estos dos elementos, el studio/omobile y la charriotte a coucher son los dos espa-cios rninimos en los que se desarrollan dos actividades de laesfera privada que per-

miten colonizar cualquier espacio diatano. Aunque moviles, estos dos artefactos,

estan concebidos como embalajes que recuerdan un carromato primitive, una cajade formas cubicas 10mas alejada posible de la imagen veloz que haalcanzado ya a

los autornoviles y a los electrodomesticos. De este modo, ambos artefactos funcio-

nan dentro del paisaje de la casa como dos referencias elementales que evocan, al

mismo tiempo, a lacasa, por su volumen, y alviaje, por las ruedas, un viaje largo y

lento en el que 10que menos importa es moverse". V iv e d e t uspadres hastala jubilaeion

Una de las invariantes menos cuestionadas aun hoy en lacasa es, sin duda, laexis-

tencia de una unica puerta de entrada. Algunos de los proyectos que nos interesan,

en cuanto a funcionamiento de la casa, son aquellos que han incorporado, de una

u otra manera, esta solucion: mas de un acceso. Claro esta que ello no tiene mayor

corrtpl lcacion en una casa con [ardin, Las soluciones que nos interesan son las Ile-

vadas a cabo en edificios de viviendas que han usado dos puertas en cada una de

elias. Estas soluciones eran frecuentes en cierta arquitectura dornestica, donde se

incorporaban estancias para el servicio dornestico en la planta e incluian una puer-

ta de servicio con entrada independiente desde la calle.

Edi fi cio de apa rtamen tos con dos escaleras en

Notic ia de prensa, EI Mundo, 3 jul io de 1996.

72



Los cambios operados en el modo de contratar el servicio dornestico puede lIevar-

nos a usar estas entradas de otra manera, ya que esa parte puede ser util izada,

ahora, por los mismos usuarios del resto de la casa. Tomemos, por ejemplo, dos

edificios realizados respectivamente por Mogens Lassen y Piero Bottoni. Ambos

disponen de dos entradas a cada casa -incluso en alqun caso acornpariadas de dos

escaleras- una de las cuales se abre a la cocina y t iene, en uno de ellos, relac i6n

con dos habitaciones posteriores. Lo que ensu dfa fue concebido para abastecer a

la viv ienda, supone ahora que cada casa dispone de unas habitac iones en una

situaci6n de privi legio: por una parte se hal lan vinculadas al resto de la casa, pero,

ademas, poseen una entrada independiente. Bien sea a partir de un cambio de uso,

bien porque la vivienda se ha planteado en estos terminos ex novo, las soluciones

que han incorporado la doble entrada para dotar de independencia a ciertas partes

de lacasa vuelven a sugerir la aparici6n de un "apartamento" dentro de lacasa.

Si, cada vez con mayor frecuencia, lafamilia se convierte en un conjunto de gente

adulta que convive bajo un mismo techo, parecen razonables aquellas soluciones,

como el uso de dos puertas, que tan s610diez arios atras no hubieran tenido senti-

do. Piensese, por ejemplo, en los hijos adultos que conviven con sus padres 0 en

las viviendas en las que uno de los usuarios trabaja y recibe en casa.

La segunda puerta puede ayudar a que situaciones como estas no deban convertirse

en an6malas para el funcionamiento de la casa y permitan, a la vez, reincorporar

este "apartamento" de nuevo a la casa, en el momenta en que cambie dicha situa-

ci6n, sin realizar modificaci6n alguna. Planteada asl, esta casa es, en definitiva, unacasa donde laflexibilidad ha sido entendida en terminos distintos a los habituales.

Luigi Snozzi construy6 en 1974-1976 un bloque de viviendas" con una particularidad:

cada pareja de viviendas consecutivas consta de su respectiva puerta de acceso y

de una salay una cocina propias, pero entre estas sedisponen una serie de habitacio-

nesy servicios que pueden seradquiridos por unos u otros y que permiten, por 10tanto,

Edificio resioenoal verdernome (Bellinzona, Suiza, 1974-1976), Peter DiSCH: Luigi Snozzi, costruzioni e progetti,

1958-1993, ADV, Lugano 1994, p. 352,

74

C AD A O VE JA

S IN S U P AR E J A

V7rir jumos-separados

colmo de l individualism

landcs convertido en c

h ab it ab le . C o n cste p

termino ha denominad

asociacion de viviendas

sidiadas POf el Ayuntam

de Amsterdam unos

mentes aun en constre n lo s q u e lo s miernhros

p ar ej a p u cd en m a nt en cr

vo su intczridad. Destin

fa rn il i as co rnp le t a s . los

cicn metros cuadrados

do diseiiados co n dos

das individualcs P Of l

acccder a scndos minia

Noticia de prensa, EI Pais, 24 agosto de 1994,

Planta del edificio de viviendas Verdemonte de L

obtener dos viviendas iguales 0una mayor que laotra dependiendo dellugar enque



se acabe por colocar la pared divisoria 0, incluso, una unica vivienda con dos puertas.

Ahora bien, este tipo de flexibilidad a priori, podrfa servir aqufcomo imagen de una noti-

cia de prensa: una experiencia recientede viviendas con dos puertas que permitena los

miembros de una pareja disponer de un "apartamento" para cada uno, compartiendo

las habitaciones de los hijos. EIparalelo con el bloque de LuigiSnozzi es obligado. Una

situaci6n asf no puede por menos que hacernos pensar en una casa atomizada, en la

que un unico nucleo, los hijos, vertebra unos satelites aut6nomos, los padres.

Las escenas que se ha ocupado de recoger la pintura -seguramente desde que los

interiores dornesticos despertaron el interes de los pintores holandeses del siglo XVI I

como E.de Witte 0J. Vermeer- con una serie de estancias enenfilade, mostraban una

disposici6n corriente de las habitaciones unidas entre sf por puertas, comunmente de

dos hojas, como relata Jean Francois de Bastide en La Petite Maison (1758) .69 Estas

habitaciones comunicantes acaban por dotarse de un corredor anexo que desdobla el

recorrido de lacasa, evitando asf el paso del servicio a traves de las piezas-a las que

accede por unas puertas de menor entidad- 0, en algunos casos, haciendo posible la

carga de las estufas que se registran desde este corredor. Deesta manera, una habi-

taci6n tenfa,cuando menos, tres puertas: dos a las estancias contiguas y una alcorre-

dor. Este tipo de distribuci6n queda reflejado magnfficamente en la pelfcula de Ingmar

Bergman Fanny y Alexander. 70 En lasescenas de esta pelfcula, toda la familia, incluido

el servicio, recorre bailando toda lacasa, primero las habitaciones y, luego, el pasillo.

Sea como fuere, 10cornun es que hoy una habitaci6n disponga de una sola puerta.

Esto, que indudablemente obedece a una manera de entender la privacidad dentro

J ea n F ra nc o is D E 8 . : '; S Ti DEd es cr ib e, e n s u b re v e r el at a La petite maison ( Pr oJ lls ne ur, P ar is , 1 99 3) , u n p as se p or s ! i n te -

rior d e una casa ds un vestiouio central une. pusrta tras el s aion con una chenvxe a coucner, unfJoudojr , una sale de nuevo, 81vesnou'o. anaoiendo a e ste recorndos cruzados y rsforzando esta orqa-

n[28Ci6n alveoiar d e \8 c as e c on 1 8 pr es en cia d e p ec ue na s cameras a ne xa s. E sta fig ur a S 9 r ep it e, c an la s a lt er ac io ne s p er -

t in en te s, e n 91 a la o pu es ta c is l a case n o e n v an e, caoa u na d e e iia s e s cescrita p or D e B as ti de como un epperiemeni.

Fanny ocn Alexander, I n gm a r BEP :3 1 /: ,: ', H . Suecia-Alernania-Francia. 1982,

t nter ieur avec femme en rouge de dos , Felix Val lo

Hab itac iones comun ican tes, d ibujo de X. M .

76



de la casa -presumiendo, por tanto, que todas las habitaciones van a ser usadas

como dormitorio- resulta, sin embargo, un inconveniente desde el punto de vista de

la versatilidad de las estancias. Podemos ilustrar este problema del siguiente modo.

EInurnero de puertas (No) de una casa corriente podria expresarse mediante la siguiente

f6rmula, siendo N " el nurnero de habitaciones:

No = N. + 1

Esdecir, que cada pieza de lacasa dispone unicarnente de una puerta, a las que hay

que afiadir la de entrada. Mientras que el nurnero de puertas deberfa expresarse del

siguiente modo, siendo N "c el nurnero de habitaciones contiguas:

N o = ( N " + 1) + ( N e e - 1)

Esto es, una casa enla que, ademas de las anteriores, cada pieza tenga, por 10menos,

una puerta que se abra a la habitaci6n de al lado. '

Frentea lasituaci6n de habitaciones de una sola puerta, los ejemplos que inciden en

la flexibilidad de la casa a traves de la comunicaci6n franca entre las piezas, pare-

cen haber apostado por una situaci6n antag6nica en que la permeabilidad es abso-

luta. Esta situaci6n implica, para ser viable, que paredes y puertas se confundan

hasta actuar conjuntamente en un sistema de transformaci6n perpetuo de la casa,

como ejemplific6, en su momento, la paradiqrnatica casa Schroder de 1914, hecha

a medida y en colaboraci6n con su propietar ia por Gerrit T.Rietvelt en Utrecht.

Sin tomar la via de la transformabilidad, sin embargo, las habitaciones -entre elias

la sala- pueden plantearse como entidades agregables 0coordinables con una ope-

raci6n de una gran economia de medios: e l uso de puertas que las pongan en rela-

ci6n. Su tarnario, posici6n y apariencia determina el t ipo de relaci6n; su cal idad

constructiva debe garantizar elfuncionamiento aut6nomo de la pieza y, por 1 0 tanto,su privacidad. Una reforma inofensiva, como cerrar algunas puertas con lIave, acaba

por determinar facllmente un uso de la casa de acuerdo con las necesidades -en

ese memento- de sus habitantes.

Estos casos son comunes enlos banos, compart idos entre cos nabitaciones 0con acceso indistinto oesde una haoi-

tacion y un oistr iouidor, como ocurre en laarouitectura residencial nor teamer icana hasta bien entrado al sig lo (R . W.

SEXTOi'J,merican Appartment Houses of Today, Nueva York, 1926), an lacasa Mattern de H. Scharoun (193d), an los

apartamentos que Alfred Roth y Marcel Breuer construyeron para Siegfried Giedion en Doldertal (193610 an los apar-

tamentos Mitre de F.J, Barba Corsmi (1959), por citar algunos cases,

P lanta de u_node los apa rtamen tos del Edi fi cio M it

EIuruco bano puede ser com partido por las dos ha

Plant~ del apartamento de S. Giedion en Doldertal,

EI bano y e l estud io estan dotados de des pue rtas

8



Pongamos como ejemplo un caso un tanto extravagante: en la serie televisiva Mister

Ecf2 -una produccion norteamericana de losaries sesenta- el protagonista, que casual-

mente es arquitecto, tiene su estudio junto a un establo con un caballo que habla, del

que Iesepara una puerta de hoja partida. Setrata de untipo de puerta corriente en un

establo, que permite abrirse totalmente 0 tan solo una de las dos mi tades y que ha

side dotada, adernas, de una pequefia repisa sobre la hoja inferior que permite, entre

otras cosas, que el caballo utilice el telefono, Incluso una puerta tan particular tiene su

equivalentedornestico en lasmedias puertasde barandilla que, ariadidas eventualmen-

te a lahabitacion de los nines, permiten que estes seanvigilados sin que puedan salir

en un momenta de descuido, transformando asf la puerta en un baleen,

Estetipo de argumentos -tanto elsuplemento temporal para una puerta como las puer-

tas "de establo" en casa- nos conduce, de nuevo, a pensar que la versatilidad de las

habitaciones puede depender, en gran medida, de como son sus puertas. Asf, mientras

una puerta de una hoja nos despierta inmediatamente el deseo de cerrarla, no ocurre

1 0 mismo cuando se trata de puertas de dos hojas que, en cambio, sugieren que esa

habitacion mantiene una relacion mas proxima con la estancia contigua, sobre todo si

se trata de puertas vidriadas. Retomando el ejemplo del suplemento temporal para

nirios, wor que no pensar en que algunas puertas de la casa pudieran ser intercam-

biables? Bastarfa, para ello, disponer de algunas variantes -como puertas simples y

dobies, vidriadas 0no--faciles de desmontar y que permitiesen, en poco tiempo, cam-

biar, por ejemplo, undormitorio que ya no se va a usar como tal, por lasala 0 por un

despacho, no solo intercambiando los muebles sino tambien la puerta. Demanera que

eltipo de estancia sedefinirfa por completo con eltipo de puerta por laque se accede

a ella. La puerta pasarfa a ser,asi, uno mas de los "muebles" que se han trasladado.

EIdesuso generalizado de puertas de distintas alturas y anchuras, de distintos materia-

lesy relevanciaen el conjunto de lacasa, de diferentes tipos de bisagrase incluso colo-

res, ha acabado por hacer desaparecer algo tan cornun, hasta bien entrado este siglo,

Mister Ed. Arthur LUBiN, CBS, 1961-1966,

80

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lIustraci6n del manual Arte de proyectar en arquite

como las puer tas camufladas que permi tian acceder desde los pas il los de serv icio. Si



bien un uso asi no esya necesario, sfque son uti les aun hoy para resolver c6modamente

dobles accesos a los banos desde las habitaciones, comunicar eloffice con el comedor,

acceder a la bodega, practicar el espac io bajo laescalera 0, simplemente, escaparse.

Estas puertas, que se han resuelto tradicionalmente tomando el aspecto de los

paramentos que las rodean, no forman parte de la decoraci6n, sino del funciona-

miento: toman, como el camale6n, el aspecto del panelado de madera 0 del papel

pintado 0 de la pintura de la habi taci6n.

AI igual que las puer tas camuf ladas, podemos rescata r del olvido o tros t ipos que mere-

cen ocupar un lugar de nuevo en nuestras casas, en el convencimiento de que una

al teraci6n tan elemental tiene, en cambio, una gran repercusi6n en el modo de vida.

Asl , podemos encont rar puer tas como estas:

Puertas para cuadros. John Soane, casa en Lincoln's Inn Fields, Londres, 1792-1837;

una manera de multiplicar la superficie disponible para exponer los cuadros a base de

afiadir contraventanas batientes.

Puerta pasaplatos giratoria. Thomas Jefferson, Monticello, Charlottesville, Virginia, 1796-

1809; unade lasmuchas variantes de pasar cosas sin necesidad de pasar laspersonas.

Puertas desmontables. M. H. Baillie Scott, The red house, Douglas, Isle of Man, 1892-

1993; que contienen a su vez otras puertas bat ientes y permiten unir 0 separar tres

estancias contiguas.

Puertas camufladas. De las muchas usadas por Adolf Loos, la del apartamento paraR. Kraus, Viena, 1907; que permiten acceder a las habitaciones utilizando una circula-

ci6n exclusiva del servicio.

Puertas tabique. Gerrit T. Rietvelt, casa Schroder, Utrecht, 1914, que permiten una

transformaci6n completa de la casa.

Puerta libreria. Le Corbusier, apartamento en Porte Molitor, Paris, 1933; que cierra el

dormitorio a modo de puerta escondida.

82

D ~ B

I IWF o rma s ma s comentes d

Formas mas corrientes de puertas inter iores seq

Lapuer ta de servicio, camuf lada a lade recha dconstruido por Adolf Loos (Viena, 1907).

Puertas de fuelle. Gio Ponti, apartamento en Milan, 1953; que unen cuatro piezas en

enfilade junto a lafachada formando unaespecie de galeria cuando estan todas abiertas.



Puertas pivotantes. Le Corbusier, casa Sarabhai, Ahmedabad, India, 1955; que no son

mas que paredes m6viles que, al abrirse, convierten la casa en un pabel16nen eljar-

din, actuando como aletas para laconducci6n de lacorr iente de aire.

Puertas basculantes. Jean Nouvel, edificio Nernausus, Nimes, 1985-1987; que incor-

poran la casa a laterraza exterior de acceso.

Encada uno de estos ejemplos se ha resuelto un problema de relaci6n entre dos

estancias concretas acercando lacasa aljuego. Y es precisamente esto 1 0 que hace

que sean tan diversos y ofrezcan tal variedad de soluciones a un problema analoqo

pero no igual. La puerta se convierte, asi, en un magnifico problema de arquitectura.

los coches

EI coche est» asociado cornunmenre a fa casa. Esta parece no haber

sequido el ritmo de evotucion de equel, sin embargo, uttimemenie los

eutomoviles toman fa casa como referencia

Hace unos ochenta aries, Le Corbusier public6 un articulo que hablaba de coches y

arquitectura "Desyeux qui ne voientpas... Leseutos"> Con este escrito y con otros

que, bajo el mismo argumento: "Ojos que no ven...", se referian a los buques y a los

aviones, pretendia lIamar la atenci6n sobre el estado de la arquitectura en relaci6n a

los tres exponentes mas avanzados de la gran industria. Estos vehiculos, que represen-tabanla vanguardia de latecnica, eran un desafio. Unos eranveloces, otros eran gigan-

tescos y otros losdesafiaban a todos volando. Pero,acernas, eranbellos. Erantan bellos

como el Parten6n 0, mejor aun, eran el Parten6n de la epoca moderna. La arquitec-

tura queria equipararse con ellos, reclamaba tarnbien ser vista con otros ojos, con los

mismos que brillaban al contemplar un Delage 0 un aeroplano Fairman. Le Corbusier

D E S Y E U X Q U I N E V O l E N T P A S

III

LES AUTOS

LECORBUSIER: ers une architecture. Editions G. Cres et cie., Par is 1923, p. 101; (version castellana: Hacia una arqui·

tectura, Poseidon, Barcelona. 1977)

Paqina de Vers une architecture, Le Corbusier ,

Anunc io de una pro rnoc ion de v iv iendas en un

4

alertaba, con estas observaciones, de lafalta de un sstandar en laindustria de lacons-



truccion, a imagen dellogro que estos modelos habfansupuesto para lagran industria.

Para ilustrar esta irnpresion, basta comparar lafotograffa de los edificios de aparta-

mentos Lake Shore Drive 860-880, de Ludwig Mies van der Rohe, tomada en 1951,con la de algunos edificios actuales Ilenos de elementos tomados de la imaginerfa

de laarquitectura clasica y fijarse en los autornovi les a los pies de unos y otros edi-

ficios. En un caso, la arquitectura parece ir por delante del disefio de los autornovi-

les, con su transparencia y sus Ifneas depuradas, mientras que, en el otro, parece

retroceder a otro tiempo, y la casa ariora ser coetanea del carro de caballos; quizas

Hoy,ya no es latecnica, nitampoco labelleza rnecanica, laque nos mueve a volver

a mirar los autornoviles, Lo que hoy nos interesa es la aparlcion de nuevos fenorne-

nos que emergen en el campo del autornovil, Nos atraen sus invenciones y no preci-

samente las rnecanicas. Lacasa se haconvertido en una especie de espejo enel que

se mira el coche. EI coche parece formar pareja con la casa y, de hecho, algunos

anuncios recientes de coches recurren a esta asociacion. EIbinomio casa-coche es

un exponente de status social, de prestigio, de poder adquisitivo, etc. A partir de esta

relacion, el coche puede convertirse en una fuente de interrogantes respecto a la

casa: las herramientas, los recambios 0elcarne de conducir y las carnparias de edu-cacion vial en las escuelas pueden ser motive de algunas comparaciones con lacasa.

Tenemos la irnpresion, sin embargo, de que los autornoviles han evolucionado y la

casa no. Escierto que han cambiado algunos electrodornesticos y que algunos com-

ponentes constructivos se han modificado. Ha cambiado el estilo de la arquitectura

y, por extension, el aspecto de los edificios de viviendas pero, en su conjunto, nues-

tras viviendas no han sufrido apenas cambios en su estructura organizativa. Lo

unico que ha cambiado son ciertos elementos propios del stiling que son ciaramen-

te retroqrados, como esos que tratan de dar a algunas casas un aspecto georgiana,

por ejemplo, en claro contraste con como ha cambiado el equipamiento de la casa.

LeCorbusier suger ia casas elaboradas en sene con los rnetooos de produccion del autornovi l con su modelo Citrohan

y l Ie g o a desarrollar. aries mas tarde, junto con Jean Preuve, elementos estandarizados que debia fabricar Renault.

Autornovi les a los p ies de los edi fi cios de apa rta

Rohe (fotograf ia de 1951).

86

una manera de ver la casa como refugio segura ante una sociedad en constante



transforrnacion.

l,Quiere esto decir que hemos de volver a plantearnos a traves del autornovil los

mismos interrogantes que se planteo Le Corbusier en los arios veinte?" Tal vez no,

y puede que el prob lema sea ahora d is tinto , pero reunir auto rnov iles y arqu itectura,

sobre todo arqui tectura dornestica , s igue dando como resul tado algunas preguntas

sugestivas. Estas preguntas surgen basicarnen te a par ti r del caracter que ha toma-

do un segmento del mercado del automovil como complemento domestico, hasta

tal punto que asociamos casi siempre casa y coche. R. Buckminster Full er, con oca-

sian de laexposicion de Chicago de 1934 -donde su vehiculo Dymaxion se exhibia

junto a la casa de cristal de George F . Keck- hizo esta asociacion diciendo que el

coche era parte del equipamiento dornestico de la casa,

Con motivo de la cada vez mas difundida idea de que las casas, como los automo-

v iles , t ienen elementos que deben estar sujetos a un mantenimiento per iodico, se ha

tomado a estos ultirnos como referente para abordar la necesidad de un examen

simi lar en la vivienda. Una practica habi tual en la sociedad norteamericana, el bri-

colaje dornestico -0si se prefiere, el mantenimiento y reparacion de elementos de

la casa desde las ventanas hasta las instalaciones-, podria equipararse a la aten-

cion que los mismos usuarios de casas prestan a sus coches.

A esto cab r ia anadir, adernas, que con un mayor conocimien to de lacasa se estar ia for -

mando a un publ ico con opinion sobre el tema y, por tanto, mucho mas exigente. Los

fabr ican tes de coches compi ten en mejoras constantes que son continuamente con-

t rastadas en un gran nurnero de rev is tas espec ial izadas. De la misma manera, la ex is-

tenc ia de pub licac iones sobre la cal idad de las v iv iendas cont ribui ria a que el publ ico

tuviera argumentos para exigir mejores componentes, mas espacios de almacenamien-

to, paredes que aislen mejor del sonido, interiores mas luminosos 0 instalaciones faci-

les de mantener, tal y como rec lamaba Jose M." Valverde, prec isamente encaminado a

dotar a los usuarios de criterios equiparables a los que ya t ienen para comprar uncoche."

Jose M. VALVERDE : "Una cnt ica ausente". en E I P ai s, 7 de d ic iembre de 1991.

Inter io r de laca rrocer ia de un Bel langer apa recido

de R. Buckminster Ful ler, 1933.

88

Los monovoiumenes



De entre el conjunto de novedades que ofrece la industria del autom6vil, nos inters-

sa un nuevo tipo de coche que ha ido ganando unsegmento apreciable del merca-

do en los ultirnos aries: los denominados rnonovolurnenes, de los que podemos

encontrar un remoto precedente en el Dymaxion ideado por B. Ful ler en los anos

treinta, 0 bien pensar en un predecesor mas pr6ximo y con mas trascendencia, en

el pequerio FiatMultipla76 producido en 1956.

Estos autom6viles tienen como particularidad estar concebidos no tanto como un

unico volumen exterior, sino como un unico espacio interior -que agrupa ocupantes

y portaequipajes- y que, adernas, es mas grande y de mayor altura que en otros

vehfculos. En estos rnonovolurnenes, los conceptos de habitabilidad 0 confort quedestaca la publicidad, se presentan a traves de una terminologfa propia de la casa,

que explica las particularidades de su interior.

Uno de estos coches, el Renault Espece" se anunciaba dibujando la planta del inte-

rior del coche en el suelo, como si se tratara del amueblamiento de una pequefia

habitaci6n 0bien, en otro anuncio, presentando la imagen de un paisaje visto desde

esta particular loggia, que sugiere ademas que, a diferencia de la propia casa, este

paisaje es rnovil. EINissan Serena 1 0 hacfa como "un espacio donde comunicarse",

con unos nirios jugando "en su cuarto", que no es otro que el interior del vehfculo

en que algunos asientos han adoptado una posici6n ir regular . EI Volkswagen

Caravelle presentaba una escena domestics familiar que podrfamos situar a medio

camino entre el picnic y el sal6n de casa. Pero, seguramente, el anuncio que mejor

puede sintetizar esta visi6n "dornestica" del coche es el del Seat Alhambra, en que

el coche aparecfa como una casa con las luces encendidas y la chimenea humeantecirculando por una carretera, antes de transformarse encoche; a esto aun se Ieana-

dfa lafrase: "Bienvenido a una de las casas mas bellas del mundo".

F IATha lanzado a lmercado en dos ocasiones un coche con este nombre. En 1956 lanzo un autornovi i a par ti r del

modelo 600 que incorpo raba t res f ilas de asien tos en apenas 3 ,50 m. Este modelo secons truy6 has te 1964. En 1998

lanzo un nuevo coche, ahora con dos filas de tres asientos, con el mismo nombre. .

EI Renault Espece he cumplido recientemente 20 anos. Conviene I lamar la atenci6n sobre el nombre de este coche:

"Espaoo", sobre 10 que hace hincapie lapropia publici dad del vehiculo a f inales de los aries noventa cuando pregunta: c : : ysi e/ verdedero /ujo fuese e/ espacio?

90

Anunc io de p rensa del N issan Serene. EIcoche s

comunicarse" .

Estos ejemplos desvelan c6mo los fabricantes de autom6vil es responden a la ten-



que del divorcio existente en la di recci6n con trar ia , ent re casa y coche, rnaxirne cuan-

do en algunas ocas iones se les cons idera: "como una segunda viv ienda'?" 0, cuando

menos, como una prolongaci6n de esta.

Por 10tanto, no es de extrariar que, por encima de consideraciones mecanicas 0 de segu-

ridad, se comercialicen haciendo propaganda de las posibil idades de relaci6n y de uso

que o frecen en su inter ior -como las diversas dispos ic iones de sil lones 0 las sillas espe-

c iales para nines- algo que los aproxima a laarqu itectura dornestica ." Desde este punto

de vista, toman sent ido preguntas como l ,es el coche un vehfculo 0 un espacio m6vil?

l,es una parte de la casa que se mueve? l,que sentido tiene tener este espacio encerra-

do en un garaje? En def ini tiva, son pregun tas que inciden sobre una misma cuest i6n: s i

existen todavia motivos para tener el coche -una habitaci6n confortable, insonorizada,

dotada de equipo musical, aire acondicionado y telefono- depositado en un garaje fuera

de casa, en lugar de disfrutar de 131omo espacio mientras no se uti liza en carretera.

Se trata, pues, de explorar las posibi lidades de cambio en la relaci6n del autom6vil y

la casa. Una posible pregunta podrfa ser: l,Podemos diseriar casas que incorporen

este t ipo de coches act ivamente?

Losmini caches

Pensemos ahora en otro tipo de coches que han hecho su aparici6n ul ti rnamente con

bastante exito: l os mini coches. Estos -que habfan ocupado la escena urbana de los

aries cincuenta- han vuelto ahora, incorporando notables mejoras tecnicas, convocaci6n de ser un vehfculo para el trafi co interior de las grandes ciudades. De entre

todos ellos, tal vez el que mas revi stas de diserio industri al y arquitectura ha ocupa-

Juan CUETO:"EI hogar cableado. Coches para vivir". en el suplemento especial EI Pais, 20 anos , domingo 5 demayo

de 1996, p . 220 .

G io Pon ti d iseno un cache para la f i rma Alia-Romeo en 1952. Pese a que se t ra taba de una ber lina como las que

anos mas tarde ser ian hab itua les, en las ano taciones a lmargen se puede lee r: "Es te cache e ra de color muy c la ro en

e l in te rior ; mucha luz , mucho a ir e, r nucho espac io inter io r, e l techo e ra a lto" , a lgo que b ien pod ria def in ir una de sus

viviendas. Lisa Licit ra Ponn; Gio Ponti . The complete work 1923-1978, Passigli Progetii, Milan, 1990.

Messerschmiti KR 201 (1956),

Voiture Maximum, Le Corbusier (1928),

92

do, sea el modele Smart, producido por Swatch y Mercedes." Concebido inicial-

mente con un motor mixto de gasol ina y electrico, y con su reducido tarnario -con-



seguido a partir del concepto de chasis sandwich que permite alojar el motor en el

chasis, es decir, bajo los ocupantes- hace posible ver con otros ojos lavieja carica-

tura de Alan Dunn para Architectural Record, que presenta un coche para circular

por casa.

EIgrupo Archigram ya habla avanzado una actividad asi con su Hoverchair," una

butaca sobre un colch6n de aire que podia desplazarse por dentro de lacasa, pero

que tambien permitia cortos desplazamientos al exterior. Un mueble realmente

"m6vi l", una versi6n moderna de latabula de una alfombra voladora. La idea de un

pequefio coche individual que se guarda encasa permite observarlo, mas que como

medio de transporte, como electrodornestico,

Si los Ilamados monovolumenes pueden ser imaginados como espacios habitables

y, por tanto, como una parte de la casa que puede desplazarse; los mini coches

hacen posible imaginar soluciones en torno a la idea de introducir el coche en casa.

Lo inmediato a la incorporaci6n del auto entre los enseres y rnaquinas del menaje,

es resolver el estacionamiento en casa. Para un tipo en el que clclicamente parece

mirarse lacasa: el taller artesano -desde elatelier hasta el/oft- que podrfarnos defi-

nir como una casa de loca l unico, de mayor al tura, en el que las act ividades son

libres y no estan sujetas a divisiones; alojar un coche en su interior no presenta nin-

gun problema. Algunos proyectos ya han planteado esta reuni6n entre el coche y la

casa; como en el concurso planteado en 1982 para la reut ilizaci6n del Lingotto

-antigua fabrica de coches Fiat en Turin de G. Matte Trucco- Richard Meier plan-

teaba introducir ochenta apartamentos por planta a los que se accedia en cocheaprovechando la infraestructura que ofrecia el propio edificio."

EI modelo Smart era en su origen una apuesta innovadora que impulsaba la f irma suiza de relojes Swatch, celebre

par lac reacion de un reloj de cal idad a un p recio asequ ib le . Se hab ia apuntado inc luso laposibi li dad de dotar d iver -

sos pun tos de la c iudad con una peque iia f io ta de Smarts para alqutar por unas horas, una pract ica cornun. en elcaso

de las blcic letas, en algunas ciudades europeas.

EIg rupo Archigram, formado por War ren Cha lk , Peter Cook, Dan is Crompton, Dav id Greene, Ron Her ron y M ike

Webb, estuvo act ivo entre 1961 y 1969. EIHoverchair es un components del proyecto Living de 1967.

Mirko bRDINI: "Vent i idee per i lL inqotto", en Casabella nO502,1934, pp. 16-29.

94

BMW /setta (1956).

Cabriolet-Bed, Joe Colombo (1969).

Los coches pequefios, sobre todo los electricos 0 los mixtos, invitan a pensar en

ellos como unidades compactas de usos varios dentro de la casa, que guardan una



cierta relacion con algunos disefios dornesticos de Joe Colombo, como la lIamada

Cabriolet-bed" 0 el aludido Hoverchair del grupo Archigram, que reconocfan la

importancia de los cambios que se estaban operando en el sistema de vida domes-

tico a causa de los cambios culturales y proponfan la incorporacion de los adelan-

tos modernos a la vida cotidiana en casa como, este stlton-transportador;"

Por un lado, los rnuebles-capsula que ofrecen servicios monoplaza en casa, como

lamparas para rayos uva, aparatos gimnasticos compactos 0 perfeccionadas cabi-

nas para audiciones musicales 0 combinados multimedia; por el otro, los desplaza-

mientos urbanos de autornovi les con un solo ocupante. Dos caminos que podrfan

I legar a un feliz punto de encuentro con el mini coche, que cuando se aparca encasa es una doble puerta de abastecimiento 0 una cabina aislada donde escuchar

rnusica 0 instalar laoficina en casa, tal y como ofrecen las empresas de hardware.

Endefinitiva, hay que reconocer que las cuestiones que atarien a la casa y al coche

estan emparentadas, y que la manera de pensar en uno puede ayudarnos a resol-

ver los problemas del otro, de manera similar a 10que Le Corbusier hizo al plantear

sus apartamentos compactos para laVille Radieuse de los que su voiture maximum

-un mini coche de tres plazas- era un complemento del equipamiento.

La cese sweicn

Formulamos una propuesta experimental a proposito de la relacion entre casa y

coche. Una propuesta que se enuncia a partir de la reunion de diversas irnaqenes

y que, por 10tanto, se expone desvinculada de una forma arquitectonica determi-

nada; se expone como idea y no como modelo.

Joe Colombo desarrollo diversos diser ios de unidades compactas: Central-l iv ing, Nigth-cel l, Kitchen-box, etc., 0 el

citado Cabriolet-bed, todos ellos concebidos como capsules autonornas oentro de la casa. Vit torio FAGONE (ed.), Joe

Colombo and Italian design of the sixties, Thames & Hudson, Londres , 1988, p . 106 .

Peter COOK:"L'architecture et lascene changeante 1961-1966", en Archigram, n°7 ,1966 . Pub li cado en un recop i-

lator io de la rev is ta con mot ivo de laexposicion "Arch ig ram", ent re e l 29 de jun io y et 29 de agosto de 1994, en el

Centro Georges Pompidou de Par is.

96

Car icatura de A. Dunn aparecida en The Architectu

Asociamos la propuesta a la experiencia de la firma Swatch, primero como fabri-

cante de relojes y posteriormente como fabricante del modelo Smart junto con la



firma Mercedes-Benz. Esta asociacion parte de ambas experiencias: por un lado,

los relojes se han consolidado como un utensilio practice, de precio muy asequible

y del cual se pueden tener varios; por otro lado, el modelo de autornovil lanzado por

esta firma supone un coche uti li tario no famil iar, para dos personas y un equipaje

ligero, que hace de su reducida dimension uno de sus puntos fuertes.

La casa derivada de ambas ideas deberfa ser una casa producida industrialmente,

intercambiable, asociada al coche y pequeria. Una casa as! deberfa ser puesta en el

mercado vinculada a la idea de interhome, intercambio temporal de casa.

La casa swatch es, en este sentido, un col/age de varias ideas, algunas asociadas ala casa y otras no. Adernas de los relojes y de los autos pequer ios, se basa en la

idea de "casa de una sola habitacion". Enesta habitacion ocurre todo y debe explo-

rar la altura como alternativa del tarnano. Es una casa en la que algunos cornpo-

nentes son intercambiables 0 facilrnente reparables. EIequipo dela casa se deriva

de laidea de un mueble que reune de forma sistematica el almacenamiento, el equi-

po de cocina y algunos elementos basicos como la mesa 0 la cama.

Esunacasa que no se posee en elsentido tradicional, sino que mas bien se posee un

derecho a su usoy, por tanto, puede disfrutarse alii donde sevaya. Puedetenerse casa

swatch en cualquier otra ciudad en laque haya casas swatch, basta con intercambiar

la casa habitual con un usuario de otra ciudad. AI trasladarse a estas ciudades, el

usuario tiene automaticarnente casa y coche, pero una casa y un coche conocidos.

La aqrupacion de casas swatch es, a lavieja manera, una estructura, un soporte que

aloja diversas unidades a las que se accede directamente desde la calle, a pie 0 en

automovil, aprovechando el doble funcionamiento electrico/qasolina que caracteriza-

ba inicialmente a estos vehfculos. EIcoche juega un papel activo, completa la casa,

por as! decirlo. Los coches suben por rampas 0elevadores y son depositados en los

corredores de acceso que devienen "autenticas calles interiores". EI coche "encaja"

en la casa superando as! el viejo concepto de garaje y convirtiendose, mas bien, en

98

La casa swatch.

una cabina de complemento de esta, Esto se podria i lustrar con las torres de aparta-

mentos para solteros que Le Corbusier propuso para Estrasburgo y Meaux, a los que



se accedla mediante una cal le interior en forma de rampa helicoidal, similar a la que

recorre las primeras 16 plantas de las Marina Towers de Bertrand Goldberg (Chicago,

1964).

Las fachadas de las casas que aquf se plantean, variadas como la decoracion de los

mismos relojes, se componen de paneles ligeros a elegir por el usuario. Estas tacha-

das son un cruce de conceptos entre los relojes y la imagen que sugieren las cons-

trucciones realizadas con la House of Cards de Charles y Ray Eames (1952). Enelias

se incorpora la var iedad consustancial a esta parte de los edi fic ios, lIevando a la

fachada misma laloqica de los toldos estampados con los que lagente completa sus

casas. La casa se muestra, asl, como una cornbinacion casual de motivos impresos,que pone de manifiesto la cornposicion igualmente variable de sus inquilinos.

Podriemos penser que, con fa de edad de este prectice

domestics, he fJegadofa hore de una incorporecion ective del usuerio

a/ proceso de consiruccion de le casa

La practica del bricolaje se ha convertido en una actividad cotidiana asociada qeneri-

camente a la casa. Los grandes almacenes especializados, las revistas de decoracion

y alqun programa de television, son ejemplos de su creciente interes. Entorno a la

popularizacion de herramientas como el taladro, han ido creciendo una serie de com-

ponentes y complementos que han puesto al alcance de todos los publicos herra-mientas que antes solo empleaban los profesionales.

Evidentemente, a esta idea se asocia una ventaja econornica: nos ahorramos el montaje

o lareparacion. Una premisa que ha lIevadoa estudiar eldisefio y la produccion de diver-

sos muebles con la idea de que el montaje sea realizado por manos amateurs. Muebles

de cocina, camas, mesas, armarios 0estanterfas consiguen reducir precios a partir de eli-

minar el montaje y reducir el almacenaje. EIusuario se convierte en el montador ocaslo-Caja de her ramien tas d isef iada por Lou is Vui tion

100

naldel fabricante y este Iesuministra unas instrucciones detalladas de montaje, telefo-

nos de consulta e incluso herramientas, como hacen los grandes almacenes Ikea.



Estas consideraciones sobre el bricolaje permiten concebir el mantenimiento de la

casa de una forma actualizada. Algunas operaciones, como pintarse la casa, siguen

siendo habituales. En cierto modo, no indican mas que la vigencia de trabajos que

tienen su origen en la arquitectura popular, como el encalado. De la misma manera,

podrfamos concebir algunos componentes de lavivienda de tal forma que sea facti-

ble un control sobre ellos y, en ciertos casos, pensar en el usuario para realizar las

tareas de reparaci6n 0sustituci6n. Enla medida en que la construcci6n se aproxima

a la idea de montaje, los elementos pensados para ser manipulados por este usua-

rio deberfan ser concebidos con este mismo criterio, el de un montaje en seco que

permita pensar en su normalizaci6n y en un desmontaje y una sustituci6n faciles.

De lamana de esta capacidad de mantenimiento y renovaci6n, es posible pensar en

una casa como un soporte basico que pueda albergar distintas prestaciones, grado

de equipamiento e, incluso, diversas disposiciones de elementos. Ello permitirfa, por

ejemplo, instalar los muebles de la cocina, a partir de ciertas pautas previas, de

acuerdo con las necesidades del usuario y su capacidad econ6mica. Cuando eneste

proceso interviene eltiempo, hace aparici6n el concepto de casa mejorable, perfec-

tible:" Una casa que, como el mobiliario, se completa, 0en laque se sustituyen algu-

nas de sus partes. Lo que sugerimos aquf es que, adernas, sea el usuario bricoleur

quien realice algunas de estas mejoras, amparado en un completo libro de instruc-

ciones y equipado con unjuego de herramientas -asociado a los componentes des-

montables- con las que poder operar. Las reformas dornesticas tomarfan, vistas de

este modo, un significado distinto, mas cercanas a este concepto de vivienda per-fectible, permitiendo mejorar el equipamiento 0 determinados componentes de la

casa.

Ignacio Paricio defiende una vivienda perfectible i rente a una v iv ienda aeabada como med ida para reduc ir e lcoste

de laadquisicion e inver ti r en su mejora con e l t iempo , Una majora que seex tiende a los acabados, las abe rturas de

fachada, las instalaciones, lacocina, los banos 0 a lafutura ocupacion de espacios exter iores: y que implica prevision

en el diseno de sus elementos y disponibilidad de productos prefabricados adecuados. Ignacio P~.RiCiO,Xavier sosr:La vivienda contemporenee, programa y tecnolocie. ITEG, Barcelona, 1998,

102

Disposicion de muebles en lacocina : desde lac(un estuche ), has ta los muebles necesar ios y l ib

un



De una hebitecion de servicio que ha acogido las innovaciones iecnices

de la cese, la cocine ha ido ganando terrene como hebitecion de la vida

familiar

En la idea de casa se encuentra implfcita la idea de un foco que aglut ina la vida

dornestica y que diferencia una construcci6n cualquiera de aquella que convenimos

en lIamar casa. EI terrnino hogar comporta, en su origen, esta capacidad. Hogar

hace referencia a un modo de domesticar el fuego hasta convertir lo en fuente de

calor y en energfa para cocinar. No es de extrariar, pues, que lIamemos a nuestras

casas hogares, aun cuando el elemento que les hadado nombre ya no exista.

EIhogar de lacasa urbana de origen medieval -que pervive aun hoy en latradici6n

rural- puede servirnos de punto de partida. Esta casa urbana no es una casa distr i-

buida enel sentido actual. Las pocas piezas de lacasa nose corresponden a unuso

determinado. No son piezas especializadas, sino que en elias conviven, gracias a su

tamario, gran nurnero de personas y de actividades. Se cocina, se trabaja, se reel-

be 0 se duerme, y son los muebles, en lugar de las estancias, los que determinan

esos usos. La casa es una sala que se coloniza gracias a los arnb itos que estos

muebles sugieren por su disposici6n 0por suforma -corno las camas con dosel que

parecen reproducir una habitaci6n- algo que, puesto al dla, podemos reconocer en

algunas propuestas actuales de vivienda. EIhogar forma parte, en este sentido, de

ese conjunto de elementos que genera una actividad a la vez que acondiciona la

estancia que 10contiene.

Sin embargo, en esta relaci6n de aparente igualdad entre actividades dornesticas se

produce una fractura. A la vez que la cocina se caracteriza como pieza, el servicio

domestico pasa a ocupar una parte especffica de lacasa que asiste, sin interferir, al

resto de estancias y que acabara por convertirse en una autent ica casa aparte.

Prueba de la inerc ia a la que esta sometida la arqui tectura dornest ica, aun hoy

-cuando el servicio dornestico interino ya ha desaparecido- la cocina suele aso-

ciarse a esa pieza de servicio; una pieza servidora por oposici6n a las piezas servi-

Una fotog ra fia de p rensa. EIp residente f rances ,

Una fam il ia i ta liana de los a iios c incuen ta duran te

104

das, en terminologia de Louis I. Kahn. Una asociacion que se enfrenta a la reali dad

de su usc, vinculado a las mismas personas que residen en el resto de la casa.



Pese a ser lapuerta de ent rada de la tecnica moderna en lacasa en los inicios de l siglo

xx, lacoc ina dista aun de jugar un papel equiparable al de aquel hogar cen tral . Essegu-

ramente el ama de casa norteamer icana, a par ti r de los ar ies cuarenta, laque ha juga-

do un papel mas decisivo en la inteqracion de la cocina -y de sus actividades- como

habi tac ion de pleno derecho en lav ida dornestica. Esta nueva vis ion de lacoc ina y, por

extens ion, de lacasa, t iene una sol ida base bien dist inta a laeuropea. Yadesde pr lnc i-

p ios de siglo, las I lamadas "ingenieras dornest icas'' , como Catharine Beecher;" ofrecie-

ron al ama de casa una forrnacion pract ica para planificar las act ividades dornest icas,

conced iendo a la pequefia coc ina una posic ion cen tral en laorqanizac ion de la casa.

EnEuropa, los pr imeros pasos para s is temat izar esta pieza los da la l Iamada "coc ina de

Francfort"." En palabras de Carlos Sambricio, "[se] suprimia por completo la posibil idad

de que la coc ina fuera usada como elemento de esta r, y -desde cri ter ios taylor is tas-

def inia un espacio donde laeconomia del gesto -el estud io de las c irculac iones- carac-

terizaria 10que se llarno la Frankfurter Kiiche". Pese a lavoluntad higienista de aislar la

cocina del resto de piezas, laef icacia maquinista que inspira esta propuesta permite con-

cebir la como una aqrupacion de equipamiento domestico lista para ser industr ia lizada.

Le Corbusier toma esta idea -cercana a aquel puesto de mando de la casa pro-

puesta por C. Beecher- pero apostando por eliminar esta seqreqacion obli gada. En

la Unite d'Habitation de Marsell a "el ama de casa no debera desatender a sus invi-

tados, aunque tenga que estar en la cocina". De la mana de las tecnicas modernas,

Le Corbusier reune aqui , de nuevo, la cocina y el comedor -Ia reunion de la famili aen la mesa- despues de un largo divorcio: una cocina a medio camino entre la

peque fia coc ina rac ional y la estanc ia de trad ic ion rural que podr famos l Iamar "gran

H. Ward J.~NDLet al. : "Cathar ine Beecher and the American Woman's Horne", en Yesterday's hOUSeSof tomorrow.

Innovat ive American Homes 1850 to 1950, The Preservat ion Press. Washington DC. 1991, pp. 29-39.

Fue concebida por Grete SchOtte-Lihotzky y publicada en Des Neue Frankfurt, n°5 . 1926. lnt rooucc ion de Car los

S".MB.gICIO la edicicn facsimil de Jul ius Hoffmann que recoge las aetas del I ICongreso Internaeional de Arquitectura

Moderna, celebrado en Francfori en 1929. en el que tue divulgada esta cocina. L'hebitetion minimum. Deleqacion de

Zaragoza del Colegio de Arquitectos de Aragon, 1997.

Cocina de Francfori, 1925. Grete Scbutte-Llhotsky,

Vivienda propuesta por Catharine Beecher, publica

06

habitacion de la vida famil iar" y que encontrara, en los aries cincuenta y especial-

mente en Estados Unidos, una gran difusion popular, hasta el punto de dar lavuel-



ta a la concepcion de la propia cocina, una habitacion que participa de la vida

dornestica y que es mostrada -con el esplendor de sus nuevos materiales brillantes

y sus electrodornesticos- como signo de modernidad. Deviene, por asi decir lo, el

escaparate de lavida moderna. Una cocina planteada enestos terrninos puede con-

vertirse, tacilrnente, en un centro de atraccion de la vida domestica,

En este punto, nos encontramos -con la salvedad de los medios tecnicos disponi-

bles- muy cerca de aquella pieza de lacasa urbana de origen medieval en laque son,

otra vez, los muebles y el equipo de lacasa los que caracterizan su uso. Yasea una

cocina concebida como una habitacion de gran capacidad que permite comer enella,

ya se reduzca a un mueble enchufable que denota la perdida de peso especifico delas comidas preparadas en casa, estas propuestas tienen un punto en comun: no se

contienen en una habitacion que se ha pensado -corno la lejanacocina de Francfort-

a la medida de los muebles de lacocina. Detener que escoger una imagen para ilus-

trar esta relacion entre los muebles y la habitacion, tal vez deberfamos abandonar la

idea de un estuche -una envolvente que se ajusta al contenido- para hablar de una

caja que contiene, junto a otros elementos, el equipo de la cocina. Es posible, desde

este punto de vista, hablar de ladesaparicion de la cocina como pieza 0, mas bien,

referirse a las partes de la casa a partir de las actividades. Asi, comer 0 cocinar pue-den asimilarse indistintamente a un ambito 0al uso del mobiliario, y vendrian a susti-

tuir a las estancias comedor 0cocina como modo de orqanizacion de la casa.

Sin embargo, el cambio mas siqnificativo proviene de los habitos relacionados con

los modos de comprar, preparar y consumir los productos alimenticios. Tal y comoafirma Salvador Cardus:" "ha variado 10que comemos, pero, sobre todo, ha cam-

biado el sentido de esta actividad central en lavida social de nuestros antepasados.

Esto ha sido asi, quizas, porque la allrnentaclon habia sido la principal preocupacion

Salvador Cardus es doctor en Ciencias Econornicas. per iodista y socioloqo del Departamento de Sociologia de la

Universidad Aut6noma de Barcelona y autor de Les cuines del segle XX!, basado en datos obtenidos en elestudio diri-

g ido por e lp ro feso r del lESEJose Luis NUENO : EIconsumidor al f ilo del sig lo XXI, Asociacion Espanola de Coditicacion

Cornercial (AECOC), 1998.

Parte de una cuberteria de acero niquel-cromo (19

Le Corbusier , en colaboraci6n con Charlot te.Perrian

con e l mos trador y e l pasap la tos en p rimer ter rn ln

108

de una superv ivenc ia di ff ci l y , en cambio, ahora pasa a ocupar una parte s ign ificativa ,

pero com partida con otros intereses menos drarnaticos y, sobre todo, vinculados al



ocio y al placer de los sent idos".

Los complejos horarios laborales, las facil idades para comer fuera de casa, la cre-

c iente s imul tane idad ent re la com ida y la audienc ia telev is iva 0 el aumento de la pre-

senc ia de p latos preparados, congelados 0 de serv icio a domici lio, con lacons igu ien-

te disminuci6n del ti empo dedicado a cocinar," parecen apuntar en una unica direc-

ci6n: la cocina como lugar de preparaci6n de todas las comidas del dia pierde peso a

lavez que , parad6j icamente , parece mantenerse su valor como habi tac i6n cen tral de

la casa, a excepci6n de aquellos casos en los que se reduce a poco mas que un "elec-

t rodornestico combinado" . Esta percida de peso especff ico, valorab le en horas de t ra-

bajo inver tidas, fue entendida en alqun momenta como sfntoma de la progres iva desa-par ic i6n de la coc ina fami liar para de jar paso a una coc ina colect iv izada. Asf 10recoge

Dolores Hayden en su libro TheGrand Domestic Revolution" que reune diversas expe-

r ienc ias de colectivizac i6n de los servicios dornest icos, como las compari ias creadas

a pr inc ip ios del s iglo xx para suminist rar comida a domici lio 0 los proyectos s lrnul ta-

neos de "casas s in coc ina" reunidas en pequer ias comunidades prov is tas de coc inas

comunes. Tarnbien Le Corbus ie r plan tea , en Propos d'Urbanisme, los servicios de

coc ina y mantenimien to de una Uni te d'Habi tation -concebida como ciudad ver tical -

en estos te rrn inos: " la hosteler fa francesa toma a su cargo el alojamiento y la a limen-

taci6n de la poblaci6n de todos los grados de la escala social"."

Pese a todo ello, la situaci6n actual no parece conducirnos en esta direcci6n. La

preparaci6n de com ida en casa se encuentra en las puertas de una escisi6n. Por un

lade, la que reciama la estri cta reposici6n de fuerzas y, por otro, el hobby. De la pr i-mera se deduce mas un office, l a com ida tan s610 se arregla para "servirse", de la

segunda un taller.

"Se9un un estud io rec iente, e l t iempo que los estadounidenses inv ie rten en coc inar en casa ha d isminu ido de t res

horas y media por oia. a f inales de los anos setenta, a tre inta minutos en los anos noventa". Terence CONRAN:Diseno,

Blume. Barcelona. 1997.

Dolores HN{DEr,,:TheGrand Domestic Revolution. A History of Feminist Designs forAmerican Homes. Neighborhoods

and Cities, IvIITPress, Cambridge, Mass., 1981.

l£ CORBUS!ER: ptoposno del Urbanismo, Poseidon, Barcelona, 1980.

110

Lacocina de Elizabe th Dav id , una de las d ivulgado

Cocinar puede convertirse en un hobby reservado a quien se siente atrafdo por ello

o a determinadas ocasiones, que inciuyen las reuniones con los amigos. Sfntomas

detodo ello son el exito de los programas de cocina 0 lasofisticacion de los muebles



y utensilios que se utilizan, que acercan las cada vez mas populares tiendas de equi-

pamiento dornestico a otras como las de material deportivo. Como el aficionado al

ciclismo monta su propia bicicieta a partir de escoger cuidadosamente componentes

de diversas cal idades y prestaciones, el "aficionado" a la cocina se aleja cada vez

mas de ser un comprador de baterfas de cocina completas y escoge igualmente los

utensilios mas apropiados para cada caso, que incluso -corno se encargan de mos-

trarnos los cataloqos de estos establecimientos- no se esconden ya tras una puer-

ta sino que se disponen colqados al alcance de la mana para facil itar su manejo y,

porque no, para ser vistos como objetos de cal idad que son, y nos hacen pensar en

lacocina actual como en la chambre de parade contemporanea. La verdadera coci-na moderna no es la que muestran algunas revistas de arqui tectura, que solo se

puede fotografiar cuando todo ocupa su lugar dentro de un armario y nada queda a

la vista, salvo unas pulcras superficies bri llantes; sino aquella que reune de una

forma franca una serie de utensilios escogidos, y que ella misma deviene utensilio.

Un repeso a los ejemploe de casas que trataban de innover.

interesenaonos, no tanto por su eceptecion, sino por ser

incitedores de cembios

EIcaracter innovador de una casa reside en su capacidad para plantear cambios en

el estilo de vida. Desde esta optica, las propuestas formales y las aportaciones tee-nicas no son mas que los medios utilizados para tal fin, aunque, indudablemente, su

uso y aceptacion suponen, a su vez, transformaciones en el modo de habitar.

La arquitectura moderna ha expuesto, en gran medida, sus intenciones transform a-

doras de lasociedad a partir de contados ejemplos de casas que se han convertido,

de este modo, en autenticos manifiestos que han puesto a rodar los lentos engrana-

jes de la arquitectura. Pasada la bocanada de aire fresco que siquio a su aparicion,

112

' " f in al ly d ec id ed

, . r ~ , ' I e u~o "d "C-~I :ar (; JI>dh, ;

j" =i;:; le~,(I TnctI , .

Dos car icaturas de Alan Dunn aparecidas o rigina lm

algunas de elias, todavia hoy, distan mucho de ser asimiladas como estandares, y

otras son dificilmente separables de las circunstancias y las personas para las que

fueron pensadas. Sin embargo, resulta revelador que un movimiento que dedic6 un



enorme interes a la vivienda sea recordado, casi exclusivamente, a traves de ejem-

plos cuyo valor es fundamental mente plastico, en detrimento de otras de sus apor-

taciones y arrojando su sombra sobre otras realizaciones, consideradas masmodestas,

que, en cambio, han afrontado la vivienda desde planteamientos experirnentales."

Entre los experimentos que se han realizado sobre lacasa, muchos de ellos han tra-

tado especialmente de incidir, a traves de latecnologia, en la apertura de caminos

de colaboraci6n entre la industria y la construcci6n que permitan hacer realidad la

idea de construir la casa de una sola vez. Enestos casos se busca construi r una

carcasa que resuelva, a ser posible, el cerramiento de un espacio, y que ha dadolugar, muchas veces, a envolventes simples que solucionan a un mismo tiempo

lacubierta y las fachadas. Tal es el caso de la casa de vacaciones de EileenGray 0

de las barracas Nissen, ya citadas en este l ibro, 0 de las cupulas qeodeslcas de

R. Buckminster Fuller, cuyas aplicaciones, en tanto que envoivente unica, alcanzaban

tarnbien al usa dornestico. Estos casos han buscado incidir en el alveolo habitable

0, simplemente, en una construcci6n repetible que es susceptible, con algunas ayudas,

de habitarse.

EIconocido caso de lacasa Dom-ino de LeCorbusier es uno de ellos, hasta el punto

de ser divulgado como icono de la arquitectura moderna una simple estructura de

bandejas de hormig6n armado que hemos convenido en identificar como casa, aun

admitiendo que debe equiparse para que podamos hablar con propiedad de una

casa. La casa Dom-ino pretendia ser un instrumento para la reconstrucci6n tras la

I Guerra Mundial, brindando una estructura que pudiera cerrarse mediante

material de escombros de escasa 0 nula resistencia portante. Asf pues, la casa

Maraca mencionarse las casas qua a lgunos a rqui tectos han const ru ido para s i m ismos. Mas a lia de su carac te r

exper imental y su condici6n de traie a medida para un usuar io tan particular, resulta sorprendente lacoincidancia entre

elias enestar planteadas, ensu conjunto a en parte, como juegos a como juguetes, denotando sucondici6n de rnaqui-

nas qua requieren unap rend izaje: y an poner e len tasis en tada aqual lo de 10que han presc indido para "pasa r can 10

justa"; resultando una traducci6n hteral de las tesis sabre 'ta vivienda para el minima existencial", uno de los ejas del

experimantalismo en vlvienca.

114

Vis ta cen ital de laWich ita House (1945 ). p ro to tipo

Dom-ino es, sobre todo, un sistema constructivo y de aqreqacion -de ahf su nom-

bre- para la reconstruccion europea, y ese es su grado de experimentalidad.



B. Fullerdisefio distintas propuestas de prototipos que arrancan con laDymaxion House

de 1929, una casa hexagonal construida sobre un unico soporte, 0 con la experiencia

de la Dymaxion Deployment Unit de 1942, una casaprefabricada en plancha de acero,

inicialmente estudiada para aplicaciones militares, que parte de la utilizacion de la

tecnologfa y el materialempleados para la construccion de silos. Esta casa se concibe

como una carrocerfa, una especie de vehfculo inrnovil que da lugar a un espacio cir-

cular que puede convert irse en vivienda. En la Wichita House de 1945, B. Fuller

vuelve a "plantar" la casa mediante un unico rnastil hincado en el suelo que sustenta

un suelo circular y una cubierta. Estaba dotada de un equipo dornestico que inclufa

cocina, muebles escamoteables y unidades de bane Dyrnaxion." Aun asf, el ejemploevidencia una fractura entre la forma del volumen habitable, resultado de su construe-

cion, y el equipamiento interior imprescindible para poder Ilamar a la carcasa, casa.

Estedivorcio entre laenvolvente exterior y el interior explica que el esfuerzo por defi-

nir prototipos se ha puesto sobre todo en su construccion, y puede explicar latar-

dfa aparlclon de un intento por sistematizar el equipamiento interior. En el caso de

la Wichita House, este equipamiento se sugiere como dotaciones que se soportan

sobre el mismo tronco central de lacasa que, a su vez, es su unico soporte estruc-

tural, deviniendo un "arbol" que sustenta y abastece la casa.

Una qeneracion de proyectos y protot ipos de viv iendas surgidos a part ir de las

tesis metabol istas en Japon," proponfan resolver este divorcio mediante la cons-

truccion moldeada del interior, proponiendo una casa de doble envolvente: unaexterior, que define la forma de la casa, y otra interior, que se aproxima al habitan-

teoTal es el caso del edi fic io de cepsulss enchufables en Ginza, Tokio, construido

por Noriaki Kurokawa en 1970. Un nucleo central de horrniqon armado permite el

acceso, abastece y sustenta un conjunto de capsulas que forman una torre. EIinterior

Fuller diseno el Dymaxion Bathroom en 1936 para la Phelps-Dodge Corporation, una unidad de bano moldeada que

inc lu ia dos rec in tos, uno con lavamanos e inodo ro , y o tr o con banera ,

EIgrupo de losmetabolistas 10 formaban N, Kawazoe, K,Kikutake, N, Kurokawa, F,Maki, M,Otaka, K,Tange y A lsozaki.

116

La to rre G inza de Nor iaki Kurokawa y axonometr i

de las capsulas est a concebido como un estuche y el exterior como una caja, pro-

poniendo una carcasa experimental dotada de un interior experimental. En Gran

Bretaiia, el grupo Archigram habfa propuesto algunos estuches-habitaculos, como



el Cushicle (1966) 0 el Suitaloon (1968), desarrollados como envolventes del cuer-

po, introduciendo el aire como material para moldear el espacio 0 para moverse

libremente, como ocurria con el Hoverchair de 1967.

EIprecedente de este nuevo interes por experimentar con el interior puede buscar-

se en laCasa del Futuro, diseiiada por A. y P . Smithson en 1955-1956. Enesta casa,

el equipo se convierte en el protagonista, pero su forma, en lugar de aceptar su loqi-

ca industrial, se moldea segOn las necesidades espaciales de su alrededor. De esta

manera, los diversos orqanos vitales de la casa van tomando distintas formas hasta

lograr una secuencia de arnbitos de distintos usos, unidos por un recorrido oblicuoy sinuoso que es laestructura espacial de lacasa. Esta idea de moldear algunos ele-

mentos no es nueva y puede encontrarse en las unidades de barto Dymaxion dise-

fiadas por B. Ful ler. Lo que es nuevo aqul es que las formas continuas de los mol-

deados se manifiestan tanto hacia dentro, en tanto que vasijas y recipientes, como

hacia fuera, afectando tarnbien a su alrededor.

EIresultado, tal y como sus diseiiadores 10expresan, es "que las habitaciones flu-

yan unas en otras igual que los compartimentos de una cueva"." Los elementos

moldeados en plastlco impregnado de yeso que contienen el equipo se convierten

tarnbien en la estructura sustentante. De este modo, parece Ilegarse al problema

constructivo por otra via, la de los equipos dornesticos. Para ello, el plastico es el

material perfecto, no tiene forma ni aspecto propio, senci llamente toma la forma y

el aspecto de 10que Iecontiene; plastico y molde parecen inevitablemente ligados.Esta proxima ladecada de los sesenta en la que este nuevo material, con su loqica

de produccion, irnpreqnara el disefio industrial, especialmente el domestico."

Marco VlDOTTO:Alison + Peter Smithson, Editorial Gustavo Gil i, Barcelona, 1997, pp. 60-63,

Empezando por las s il las Plast ic She ll de los Eames 0 por las i ll a Polyp rop (1962 ) de Rob in Day -en las que todav ia

es posible reconocer un recipiente que con tiene e lcuerpo y una est ructura metal ica que 10susten ta - las formas del

plast ico inyectado contagian la forma del rnobi liar io, Verner Panton construye la primera sil la de plast ico de una soia

pieza (1959-1960) 0 Joe Colombo convier te lasi l la en un recipiente que contiene a lapersona, Charlot te & Peter F1ELL:

1000 chairs, Taschen, Colonia, 1997,

Verner Panton iotografiado en su Pantower (1968un espacio interior moldeado.

118

La Casa del Futuro inclufa tarnbien, dentro de su secuencia de habitaciones, un

espacio exterior enforma de almendra que se instalaba en el centro de lacasa. Este

espacio, que puede a primera vista equipararse a un patio, surge como uno de los



argumentos experimentales de la casa al concebirse de manera distinta a latradi-

cional. En lugar de "implantarse en su propio jardfn, encierra unjardfn en su interior"

que incluye arboles y el almacenamiento del agua recogida por la cubierta, inten-

tando reproducir el cicio biol6gico del paisaje como objeto de contemplaci6n, que

tarnbien pasa, asf, a ser engullido por la secuencia de espacios del interior.

En esta propuesta, la forma blanda de sus habitaciones indica la intenci6n de mol-

dear de nuevo el estilo de vida, proponiendo habitos desinhibidos que parecen

corresponderse con un estado primitive del hombre, liberado esta vez de lafatiga a

traves de los electrodornesticos. Esto queda perfectamente sugerido a traves deciertas formas cavernfcolas visibles en la maqueta de la casa construida a escala

natural para la exposicion," en la que unos actores completaban la casa escenifi-

cando su uso vestidos con ropa de inspiraci6n troglodita, tratando de que su aspecto,

allf, completara la propuesta de este interior experimental.

Los dist intos espacios de la Casa del Futuro, moldeados y conectados entre sf a

traves de las formas del equipo domestico, invitan a considerarlos como un intento

de prevalecer el ambito habitable sobre de las leyes de la construcci6n. La cueva

parece encarnar la idea de espacio puro, antes de laarquitectura, desde el que pue-

den ponerse los contadores a cero. En esta puesta a cero juega un papel esencial

el equipo dornestico, cuya condici6n de "enchufable?" -un concepto que alter6

profundamente la manera de pensar la arquitectura en los arios sesenta- sugiere

poder convertir en habitables espacios no arquitect6nicos. EIconcepto de "enchu-

fable" puede verse en paralelo a la rnetafora propuesta por Reyner Banham para

referirse al equipo de la casa, afirmando que este podia compararse a un "motor

fuera borda", cuyo empleo convertfa cualquier cosa en una barca. La casa, aquf,

parece verse como un espacio cuya evoluci6n no esta sujeta a la evoluc i6n de la

Organizada por el periocico The DaiJy !viail, baio ellema La casa de! futuro, Marco V IDOTTO : oo. cit" pp, 60-63,Las Casas Electrodornesticos propuestas por Alison y Peter Smithson en 1958 ternan conscientemente este nombre y

proponen un espacio central servioo por cubiculos que contienen los electrodornesticos y sirven de estructura portante.

120

Planta y v is ta de laCasa del Futuro, A y P. Smiths

construccion planificada. Ccrnunmente pensamos que los logros en el campo de la

estructura portante 0 en la fabricacion de elementos en serie determinan la evolu-

cion del espacio habitable. Enesta propuesta, se encuentra otra manera de enfocar



el problema, per fectamente expl icada por sus autores en la descr lpc ion de las

Casas Electrcdornesticos: "ha lIegado el momenta para que arquitectos y fabricantes

aborden el problema desde el extremo opuesto de laescala y hagan que eledificio

emane de habitats vivos y de las necesidades de quienes los ocupan"." LaCasa del

Futuro muestra este otro camino al poner el acento en laforma y el tarnario de sus

espacios, que se decantan por la formula de "varios, pequeiios y encadenados".

Lo s inventos de! equetlos pensados en reiecion a 113esse, sirven

de rettexion sobre lo s ertetectos domesticos y sobre fa

inqenierie domesiice popular

Aunque ya hemos visto que la casa puede ser entendida como un juego, quisiera-

mos Ilamar aquf laatencion, notanto sobre los juegos, sino sobre los juguetes como

artefactos que son. En un juego, mediante la lmaqinacion convertimos un palo de

escoba en un caballo 0el bajo de una mesa en una sala. Unjuguete es distinto, es

una maquina para jugar.

Construir juguetes es una manera de estimular el ingenio frente a la forma. En un

juguete no importa su apariencia sino "10que hace". Nos ocuparemos aquf de 10que

podrfamos considerar "reflejos" de estes en la casa. Una cierta disposicion mental

nos conduce a introducir en la casa algunos artefactos que podemos considerar, en

cierto modo, ajenos al mundo formal de la casa. Son mas obra de una especulaclonsobre el funcionamiento que sobre la apariencia.

Ouisieramos ilustrar este comportamiento con los artefactos aparecidos en la revista

TBO'00 -una revista infanti l que tambien lefan los mayores- en los anos cincuenta yLos grandes inventos del TBO.

En lacasa ene l lago Leman , const ru ida para su m

par te infer io r de lapuer ta y o tra en e l ext remo de

subirse y sorprender a los transeuntes.

"Texio explicaiivo de las "Las Casas Electrodornesticos". Marco VIOOTTO: op. cit . . p . 70.

Esia ssccion de la iamosa rev is ta se encuenl ra recop ilada en Los g randes inven tos de TBO por e lp ro feso r F ranz

de Copenhague, Ediciones del Cotal, Barcelona, 1977. La edicion centiene un protoqo de Terenci Mo:x.

122

sesenta, bajo eltitulo de "Los grandes inventos del TBO". Semanalmente aparecfan

"inventos" que no eran mas que pequefias ironias sobre las rnaquinas, mezcladas

con una observacion muy atenta de 1 0 cotidiano. Esto les conferta la capacidad de



ser una cronica de los problemas que preocupaban en aquel tiempo, naturalmente

de los pequefios problemas de aquel tiempo.

Eneste sentido, lacasa es un campo de experirnentacion inmenso, solo que pare-ce estar ocu lto para nosotros y tal vez no tanto para los ni fios. EI mismo nirio que

construye el modelo de "su" habitacion con una caja de zapatos no duda en com-

pletar su obra afiadiendo a la caja una pila y una bombilla isino no estarfa completa!

Muchos de ellos eran pensados para el escenario dornestico. La falta de calefac-

cion, el cuidado de los enfermos en casa, eludir a las visitas inoportunas 0 sacar el

hueso de las aceitunas, eran objeto de complicadisimos 0 elementales instrumen-

tos para resolver estos problemas. A medio camino entre los slectrodomesticos y 1 0

que cornunmente Ilamamos "instalaciones" surgian estos "inventos", algunos de los

cuales, observados ahora y comparados con algunas propuestas de arquitectos 0

ingenieros que se han ocupado de problemas similares, no resultan tan extrafios,como lacasa avion de Casto Fernandez-Shaw,'?'

Lamana articulada que saluda y despide al marido, movida por un pedal que accio-

na su esposa mientras lee despreocupada, 0 la pequefia industria casera organiza-

da para aprovechar el movimiento de la rnaquina de coser del ama de casa, son

algunos de estos ejemplos de como resolver problemas dornesticos mediante arte-

factos que son mas unjuguete que una maquina, que nos recuerdan al mecanismo

"taylorista" para pasarse el teletono en la oficina ideado por R. Buckminster Fuller.

Otros, como el cesto de vaiven para el correo aprovechando el comportamiento del

perro, nos hacen pensar en el dispositivo construido por Le Corbusier en la casa de

su madre para que el perro incordiara mejor a los transeuntes.

La easa avian e ra una espec ie de Dymax ion con a las, una o ropues ta de easa aerot ranspo rtada -en rea lidad una

eiudad entera- que, una vez instalada. eonvert ia sus alas en porche. Revista Poesia, n° 11, Seeretaria General Tecnica

del fviinisterio de Cultura, Madrid, pr i rnavera -verano . de 1978,Ken ANN."Y!N, Swiss family Robinson, Walt Disney, 1960,

Los g randes inven tos del TBO.

Sis tema de teletono suspend ido de R. Buckm inster

la II Guerra Mundial,

124

En la pelicula Los Robinsones de los mares del sur de Ken Annakin.:" sus persona-

jes, una familia sui za, se ven arrojados a una isla desierta despues de naufragar su

barco. Inmediatamente inician la construcci6n de una casa "sobre un arbol ", em-



pleando diversos mater iales, inc iuidos los restos de l nauf ragio. En esa casa se rnez-

clan maravi llosamente las ideas que aqui enunciamos. Se trata de una casa cons-

truida con la imaginaci6n de un nifio y la pericia de un ingeniero, en la que hasta la

instalaci6n del agua es motivo de un ingenioso artilugio. Mas atractiva es cuanto

mas trata de dotarse de las mismas comodidades de una casa europea, aunque

resuel tas de un modo naif.

Algunos arquitectos han acariciado estos problemas y nos han dejado constancia

en sus obras de este talante. Tal es el caso de el escenario m6vil al fonda de la sal a

de la casa en la Onkel- Tom-Strasse (Berlin, 1923) de Richard Neutra y ErichMendelsohn, los di versos tabiques m6vi les de la casa Schroder de G. Rietveld 0 los

artefactos que aproximan algunos elementos de la maison de verre de Pier re

Chareau y Ber trand Bi jvoet a artefactos de Jean Tinguely.

Le Corbusier , en los ar ies treinta, construy6 un sof is ticado apar tamento- juguete

para Ch. de Beistegui en la avenida de los Campos Eliseos de Paris. En el nabla

escaleras de caracol colgadas, paneles y setos que se deslizaban con s610 apretar un

bot6n. Ascendiendo por una escalera de caracol colgada de la estructura, se l Iegaba

a una pequefia carnara oscura en la que se podia ver la ciudad a traves de las ima-

genes captadas por un periscopio y proyectadas sobre una mesa circular abatible.

Esta experienc ia fue conver tida ar ies mas tarde, en laUni te de Marsel la, en una ser ie

de mecanismos que afectan tanto a los apartamentos como a la azotea del edifi cio.

Una prueba de ell o son los pequefios armarios que se usaban como tornos para que

los inqui linos pudieran depositar y recoger sus encargos en las ti endas del edi fici o

o la portezuela que comunicaba di rectamente la rue interieure con un armar io ref ri -

ge rador de cada apar tamento, para poder cargar lo con hielo 0 permi ti r que el lechero

dejara, de madrugada, la leche fresca del dia, Un dispositivo que nos trae a la

memor ia un comenta rio de Winston Churchi ll : "La democracia es tener la segur idad

de que si lIaman a la puerta de madrugada es ellechero". Oesde este punto de vista,

Lacasa const ru ida por los p ro tagonistas de la pel

las hab itac iones d ispe rsas ent re las ramas y la coc

Sis tema de sumin is tr o de h ie lo y l eche d ir ec tamentde Marsella, Le Corbusier, 1945-1952.

126

el mecanismo de la Unite parece querer eliminar tarnbien esa posibilidad y sugiere

una forma distinta de entender el confort dernocratico.



Otros arquitectos, como Thomas Jefferson, Berthold Lubetkin 0 Ralph Erskine, por

citar algunos, han empleado en sus obras y proyectos, mecanismos que, vistos hoy,

no pueden evitar arrancar una sonrisa al mezclar, tal vez ingenuamente, el juego y

las pequerias comodidades. EIdispositivo junto a la chimenea para subir las bote-

l ias de la bodega de la casa en Monticello, de Thomas Jefferson, los esquemas y

explicaciones a los usuarios de Berthold Lubetkin, 0 lacama sube-y-baja en lacasa

Box de Ralph Erskine; nos muestran que la distancia que les separa de los juguetes

no estanta. Encualquier caso, estas observaciones son una manera como otra de

volver una mirada crttica hacia eluso y lafunci6n de las cosas, mas que a suforma.

Puesto que la casa se usa, requiere uri aprendizaje tanto por parte de

los usuerios como de quienes reelizen sumentenlmiento

Berthold Lubetkin y el grupo Tecton ensayaron entre 1933 y 1938, durante la cons-

trucc i6n de los edi fic ios de viviendas Highpoint I y I I, una ser ie de innovaciones

constructivas y tecnicas que Gordon Cullen plasm6 en unos dibujos que han segui-

do divulqandose junto con los edificios. Estos dibujos no eran los tradicionales pia-

nos que se usan para verificar dimensiones y mediciones imprescindibles para la

ejecuci6n, sino que eran untipo de dibujos muy distinto. Mostraban c6mo construir,

montar 0 incluso reparar, ariadiendo, con la ayuda de esquemas y anotaciones, la

operaci6n que debia realizarse. Este procedimiento se empleaba por igual con el

sistema de encofrado por pantallas usado en la construcci6n del bloque, con los

costes de la construcci6n, con el asoleo, con el ascensor 0 con el funcionamiento

de la carpinteria metalica.

EIsistema, como han sefialado otros autores, podia asimilarse a la practica cornun

en las escuelas de arquitectura, donde debe explicarse todo; y este "todo" debe

incluir, necesariamente, el proceso de selecci6n de una soluci6n frente a otras y, por

128

Ralph Erskine acc ionando e l s is tema de cam a su

en 1942, en Lissma, cerca de Estocolmo.

Puerta pasaplatos girator ia de Thomas Jefferson

tanto, establecer comparaciones entre distintas soluciones para justificar la escogi-

da en funcion de su racionalidad, funcionamiento, mantenimiento y coste. Debemos

tener presente que, cuando estos bloques se construyeron, el tipo de soluciones



que planteaba Berthold Lubetkin no eran precisamente corrientes y merecfan, a

buen seguro, de explicaciones tan detalladas; tanto para quien debra construirlos,

como para quien iba a habitarlos, que conocerla de esta manera las mejoras en el

modo de vida que se proponian.

De entre estos esquemas, resultan ejemplares aquellos que descienden hasta las

interioridades de los apartamentos 0 al funcionamiento de algunos de sus servicios

comunes, como los ascensores. Estes adquieren inmediatamente otro valor al estar

dir igidos a explicar su usc, apareciendo en escena elfuturo inqui lino y a las distin-

tas personas encargadas del mantenimiento y el servicio. Este metodo -empleadono solo en los edificios residenciales, sino en otros como el Dispensario de Finnsbury

o en los refugios antibombas proyectados durante la guerra- debe necesariamente

incluir a las personas, para hacer mas sencilla y dldactica laexplicacion, Algunos de

los esquemas de los edificios Highpoint I y II nos muestran distintas "situaciones"

previstas: recibir a una visita que Ilega en ascensor se aprovecha para mostrar el

sistema de timbres, la i lumlnacion, los acabados y hasta los detal les como el ceni-

cero y el modo de vaciarlo. La entrega de paquetes 0 la revision de las instalacio-

nes sobre la caja de ascensores de servicios se aprovecha para i lustrar debida-

mente que, mientras tanto, el inquilino puede estar durmiendo tranquilamente y no

orr ninqun ruido molesto.

EAT r N G

La explicacion se extiende a todo el proceso de I legada de personas a la casa y

cubre desde el vestibule del edificio hasta el ingreso en los apartamentos, tanto del

servicio como de las visitas. Lo mismo ocurre con los dibujos de cocinas 0 banos.

Las cocinas son representadas entre el cuerpo de accesos de servicios y el come-

dor, ocupando el lugar racional dentro del proceso de laconfeccion de la comida: la

"preparacion", junto a "la entrega de rnercancias'' (Ia entrada de servicio) y la zona

de "servir" junto al comedor. EI dibujo aprovecha para relacionar, mediante una

numeracion, los distintos artefactos que contiene cada cocina: indicadores de los

distintos timbres de la casa, extractor de humos 0 puertas ventiladas.

SERVICE

Esquemas del funcionamiento de los e levado res

Lubetkin (North Hil l, Highate, Londres, 1937-1938

130

Esquemas secuenc ia les del funcionamiento de l

has ta e lse rv ic io de la mesa (a la izquierda ); en e

Enlos banos tampoco se deja nada al azar y las soluciones escogidas se contrastan

con otras tradicionales para probar su bondad: mejor manejo de los grifos de agua fria

y caliente, sifones cromados mas limpios, portarrollos de papel empotrados 0el siste-



ma de suiecion de labariera; todos ellos son expuestos ante los ojos del futuro inquili-

no de una forma senci lla. Incluso algo que tan poca atencion suele merecer en las

viviendas, como es el espacio para tender la ropa, da lugar en laazotea de los edificios

de Spa Green'" a una cubierta de seccion curva que canalizael viento que choca con-

tra el edificio, creando una corriente de aire constante y un lugar protegido de la lIuvia.

La manera como todo esto se explica, no es mediante dibujos como los que se uti-

lizan para encargar laconstruccion de algo. Setrata de dibujos para saber que con-

tienen y como funcionan las cosas de estos apartamentos. Esevidente que van diri-

gidos a mas personas que a las que los han de construir y que alcanzan incluso alos que no van a vivir en estos apartamentos, que pueden reclamar de este modo

una mejor dotacion de sus viviendas.

Uno de los elementos mas poderosos de estos dibujos, y que hacen fijar nuestra

atencion, es la inclusion de personas haciendo cosas. La presencia de los distintos

usuarios se hace inevitable para explicar bien un funcionamiento, al igual que los

folletos de modo de empleo de herramientas, autornoviles 0motocicletas en los que

se recurre, mediante fotografias 0 dibujos, a la persona -a sus manos, pies 0cabs-

za- para explicarnos como se ensambla elfi ltro del aire, como se coloca elames 0

como se sujeta una sierra electrica. Esta componente debe hacernos ver que laafir-

macron "la casa es una rnaqulna para vivir" denota, entre otras cosas, un funciona-

miento y, por tanto, un modo de empleo.

Jean Jenger, en su libro Le Corbusier: I'architecture pour emouvoir, cita una noticia

publicada en Le Parisien Libere que recoge "la opinion de los primeros habitantes

que se declaran encantados desde que han entendido el "modo de ernpleo't.?' una

evidencia de que la casa necesita de una pedagogia aplicada.

Conjunto residencial Spa Green, Finsbury. Londres. 1938-1946. Peter COE; Malcom RE"D1NG;Berthold Lubetkin.

Pierre Mardaga. Bruselas, 1983.

Jean JENGER.Le Corbusier: L'architecture pour emouvou, Galnmard, Paris, 1993. p. 144.

Pasaplatos de los apartamentos Spa Green de B

permi te p repa ra r e l ser vicio de la mesa, pero tarn

desde el comedor y, adernas , poder u ti li za rse co

132

La terreze le ectivided exterior de fa cese voiver a oienteerse,

entre otres casas: por Jatrenstormecion det ambients menos



UlUV:>V contsminedo v desertico en la ectuelided

La casa provista de espacios exteriores ha side una bandera de los arquitectos del

movimiento moderno que la convirtieron en una manifestaci6n del estilo de vida

moderno. Hacer deporte, practicar la nataci6n 0 tomar elsol eran casi sin6nimos de

arquitectura moderna. Las piscinas, los institutos helioteraplcos 0 las escuelas al

aire libre, como la construida por Jan Duiker enAmsterdam (1930) -divulgada a tra-

ves de imaqenes de los nifios leyendo con gafas de sol en laterraza- fueron estan-

dartes de aquella arquitectura que han convertido los espacios exteriores de lacasaen una permanencia de esa epoca. Podemos decir que lacasa moderna se hadota-

do de una habitaci6n exterior.

Evidentemente, los edificios de viviendas urbanos de finales del siglo XIX y principios

del xx incorporan en sus fachadas balcones que procuran una sal ida al exterior y

ampifan el ambito de la ventana 0 bien se dotan de balcones corridos. Sin embar-

go, al hablar de habitaci6n exterior, queremos sugerir algo distinto. Para ello debe-

mos partir de un cambio fundamental operado en la construcci6n de edificios de

viviendas. Nos referimos a la construcci6n en hormig6n armado que susti tuy6 a la

construcci6n mediante muros de carga. Un cambio que afecta especialmente a las

fachadas, que devienen cerramientos sin ninguna dependencia estructural. Aun asf,

esta nueva condici6n no esta completamente asimilada, de manera que pervive

todavia la i lusi6n de unas fachadas portantes concebidas mediante el empleo de

materiales de tradici6n resistente. La evoluci6n 16gicade este sistema constructivo

deberfa lIevar, en cambio, a considerar lafachada como un sistema de paneles mas

facilrnente asimilables a los elementos tradicionales de la carpinteria,

Con una casa dispuesta sobre bandejas de hormig6n sustentadas par pilares, elele-

mento de cierre puede desvincularse del estricto contorno del edificio y permite

extender la terraza 0 el balc6n corrido como fachada del mismo. En el contexto de

134

La Escuela al aire l ibre de Jan Duike r (Amsterdam,

esta nueva formulaci6n de lafachada, esta desaparece, en cierto sentido, y pasa a ser

decisivo 1 0 que podemos considerar como franjaperimetral de lacasa. Estafranja-en

donde lacasa establece su relaci6n con el exterior- permite ser concebida como un

sistema de ensamblaje de elementos especializados dotados de unacierta autonomfa.



Por una parte, estos proporcionan estanqueidad, luz, ventilaci6n 0 control solar; por

otra, constituyen arnbitos diversos emparentados con otros que la tradici6n ha ido

decantando, como balcones, miradores, terrazas,galerfas,loggias, tribunas 0camones.

Estos elementos que designan formas de relaci6n con el exterior son, en su origen,

respuestas vinculadas a condiciones culturales y clirnaticas concretas. Las bay-win-

dows que caracterizan la casa de campo inglesa sugieren que un ambito de la casa

ha salido al jardfn. Las Blumenfenstern de tradici6n qermanica -ventanas de doble

acristalamiento que permiten disponer un pequefio jardfn de invierno en el grueso

del muro- sugieren todo 1 0 contrario. La casa construida sobre bandejas libres de

muros portantes permite operar, sirnultanearnente, con elementos tan dispares, ya

que la naturaleza de estos queda alterada al encontrarse atrapados entre dos ban-

dejas consecutivas. Devienen, por asf decirlo, elementos intercambiables que se

disponen sobre la franja perimetral del edificio.

EIcamino abierto por las bay-windows nos conduce a todos aquellos recursos que

tratan de adelantar un pequefio espacio acristalado de la casa, practicarnente una

alcoba, hacia el exterior, capaz de superar el grueso del muro y, como escr ibe

D. Haigh acerca de las bay-windows de Baillie Scott, poder "Ilevar al ocupante hasta

eljardfn" sin salir de casa.:" Aquf se suman a las referidas bay-windows otros casos,

como las galerfas acristaladas que caracterizan, por ejemplo, los patios interiores

del Ensanche barcelones y que se disponen, analoqarnente, como un elemento ana-

dido al cuerpo edificio.

Lavfa de lasBlumenfenstern, por su parte, nos Ilevaa aquellos ambitos que tratan de

hacerque el exterior penetre enel interiorde lavivienda,domeeticendolo. Muchas de las

viviendas proyectadas por Hans Scharoun incorporan esta tradici6n, aunque existe un

Diane H.~IGH,Baillie Scott, The Artistic House, Academy, Loncres. 1995, p. <'10.

136

A lva r Aal to y su hi ja en l a t err az a d e su casa de H

caso , la casa Ende ll en Ber lfn-Wannsee (1940), en la que se produce una al terac i6n

sustancial. En lugar de disponerse paralela a la fachada, esta Blumenfenster se

introduce l iteral mente en la casa como una curia acri stalada que separa dos arnbi-

tos cont iguos. EI jardfn art if ic iaJizado -conver tido en un grueso muro verde- se com-



porta, de este modo, como una linterna que lIeva la luz hasta el centro de la casa.

Las profundas loggias de la Europa mer id iona l, recuerdan esta forma de introduc ir

una habitaci6n exterior en el cuerpo del edi fici o, s610 que aquf este es un ambito que

-a diferencia de la casa Endell- soporta una actividad. Es una habitaci6n que pare-

ce haber prescindido de una de sus paredes para hacer penetrar un fragmento de

exterior dentro de casa. Tomemos como ejemplo el edificio de apartamentos en

Hansaviertel construido por Alvar Aalto para la Interbau de Berlin (1957). Los apar-

tamentos, que se organizan mayor itar iamente ocupando las esquinas del edi ficio,

determinan una planta sensiblemente cuadrada. Cada uno se dispone formando

una U que abraza una loggia a la que se abren tres piezas: la sala central , un rinc6n

para comer anexo a la cocina y una de las habitaciones de la casa que, en lugar de

abri r una ventana directamente en la f achada, lad ispone hacia la loggia. La posici6n

otorgada a esta loggia Ie permite aglutinar la relaci6n de sus ocupantes con el exte-

ri or. Asf, la proximidad de la cocina permite desdoblar el rinc6n para comer en uno

interior y otro exterior, mientras que la sala de estar contigua invita a considerar la

loggia como una sa la abier ta.

Ahora bien, tomados en su conjunto, estos y otros elementos, como decfamos

an tes, pueden devenir si rnul taneos al cons iderar el edi ficio como una superpos ic i6n

de bandejas que los sustentan. Esto es 10que sucede en dos ejemplos milaneses.

En primer lugar, el bloque de apartamentos de Ignazio Gardella en Via Marchiondi

(1949-1954) es una buena muestra de esta dive rsidad de dispos it ivos: galerfa acris-

talada, terraza y ensanchamientos de esta, u otros recursos -corno incorporar una

gran acacia mediante agujeros y quiebros de la terraza- configuran un conjunto de

arnbitos interrelacionados en el que podemos incluir, desde este punto de vista, el

creado por las acacias mismas del jard fn . La d is tinta pos ic i6n de las galer fas en cada

planta no hace mas que subrayar est a cualidad. En segundo lugar, el ya citado apar-

tamento de Gio Ponti en Via Dezza (1957) despJiega, en una superficie menor, otro

138

Vis ta actua l y p lanta del edi fi cio de v iv iendas c

de lav ivienda permi te una pos ic ion cen tral de

conjunto de recursos que nos hacen pensar en lafranja perimetral de lacasa como

en un espacio equipado. Si con la desaparici6n del muro de cerramiento desaparece

tambien la posibilidad de amueblarlo, Gio Ponti propone reincorporar el mobiliario al

nuevo muro acristalado que se convierte en una finestra erreoete," encargada de



devolver laactividad al perimetro de lacasa. Su influencia de deja sentir tanto enel

interior -creando un ambito al encadenar las estancias a traves de unas puertas de

fuelle- como en el exterior, donde la terraza corrida acaba por convertirse, alqun

tiempo despues, en un invernadero por partes.

Los arnbitos que se crean con el uso de estos disposit ivos invitan a pensar en la

arnbiquedad de los Ifmites entre el interior y el exterior. Reducida a la minima expre-

si6n, esta cualidad nos conduce, no a un conjunto de arnbitos vinculados al exte-

rior, sino a la manipulaci6n del elemento de cierre de una estancia que pueda trans-

formar el caracter de la misma. Un simple artilugio rnecaruco puede transformar un

interior en exterior. Esto ocurre en lacasa Tugendhat (Brno, 1930) de Mies van der

Rohe en la que un mecanisme hace desaparecer parte del cerramiento de cristal

bajo el suelo, diluyendo los Ifmites de la casa -convertida en una loggia elevada-

con el paisaje, 0 bien en la casa Bucerius en Navegna, Suiza, de Richard Neutra

(1966), en la que un cristal abatible transforma la piscina en una pileta interiot!" Sin

embargo, cuando esta fascinaci6n por los automatismos ha remitido -y el cine ya

haemitido una clara opini6n al respecto en pelfculas como Man one/e 0The periy-v"

es de nuevo la naturaleza de los elementos y su disposici6n 1 0 que toma el relevo.

Enalgunas ocasiones, el equipamiento de la habitaci6n exterior ha dado pie a pensar

en soluciones particulares, como una barandilla que se desdobta en jardinera a un

lado del balc6n y se completa con una espaldera para sustentar las plantas, en lacasa

La t in a s tr a a r re d a ta , una ventana arnueblada, as una propuesta de Gio Ponti presentada en laexposicion de Nueva York

de 1953 y construida par Altarnira. "La habitacion can una ventana amueblada t iene de nuavo cuatro parades, una da las

cualas as transparente". Lisa Licitra PONTI:Gio Ponti. Thacomplete work 1923-1978. Passigli Progetti, Milan, 1990, p. 166.

Recientementa, lacasa K6chl in de J. Herzog y P . de Meuron (Basi lea, 1993-1994) engul le un espacio exter ior con-

t inuo, un hibrido de porche y patio -rnas ambiguo si cabe par latransparencia del propio edi iicio- que permite operar

sabre las carpinter ias deslizentes y lacubier ta acr ista lada escamoteable haste convert ir lo en un ambito inter ior.

Jacques T~TI:Man onc/e, Specta Films, Gray Films, Alter F ilms, Film del Centauro, 1958.

Blake EDWAHDS : The party, MGM, 1968.

Una de las ter razas acoplada con una acacia eMarchiondi de Milan, 1949-1954,

140

Planta del apa rtamen to de Gio Pon ti en Via De

Ina de Adalberto Libera; una losa de balc6n troquelada para encajar los tiestos, que

toman asf la apariencia de un jardfn en altura, en la casa de Egon Eiermann, 0 un

armario en el balc6n que se uti liza como divisi6n entre viviendas en el edificio de

apartamentos en la MOllheimerstrasse de Morger y Degelo en Basilea (1991-1993). En



las terrazas propuestas para laremodelaci6n del barrio de LaTrinitat (Barcelona, 1999)

los arquitectos FLM'09plantean unasterrazas dispuestas como una pasarela al exterior

que extienden una parte de la casa hacia el sol y la corriente de aire, disponlendose

como puentes sobre laacera, equipadas con un banco de respaldo alto -a lamanera

de un escario- que orienta laterraza al sur, una repisa dotada de una pila con agua

y una gran jardinera que permite el cultivo de hortalizas como modo de ocio.

La Unite de Marsella de Le Corbusier es tarnbien un vivo ejemplo de esta utilizaci6n

desenfadada e intensa. La loggia que se antepone a lasala de doble altura haesta-do concebida como una pieza equipada. AI plegar la carpinterfa a ambos lados, las

dos piezas quedan unidas por un escal6n de madera abatible -que oculta un con-

vector- convertido ahora en banco, que organiza laactividad de verano en lacasa,

junto con las hornacinas contenidas en la pared 0 la mesa exterior. Aries despues

de su construcci6n, el edi fic io muestra su vi talidad a traves justamente del uso

intenso que se hace de estas loggias, que se han ido completando con las aporta-

ciones propias de cada inquilino. Las Siedlungen alemanas son un ejemplo de este

t ipo de aportac iones. Por e jemplo, los bloques en la Jungfernheideweg, en la

Siedlung Siemenstadt, obra de Hans Scharoun.:" ariaden a su tersa fachada blanca

un slnnurnero de toldos y sombril las de muy diverse colorido y forma que se com-

binan, con mayor 0 menor fortuna, con macetas para plantas, sil las plegables 0

pequerias mesas que ofrecen una visi6n real del edificio.

AI abogar por un edif icio que transforma su fachada en un conjunto de arnbi tos

capaces de albergar una activ idad, se sugiere un usuar io con capacidad para

"amueblar" tambien esa habitaci6n exterior. Cabrfa interrogarnos, pues, sobre el

E!proyecto resulto ganador del concurso de remodelaci6n del barrio barcelones de LaTr in itat . a lp lantear una orde-

naci6n que partia de lacapacidad de estas terrazas, junto con unos huertos de i lores y verduras, para sustentar lavidaal aire libre.

Peter BLUNDELLONES: Hans Scharoun, Phaidon, Londres, 1995, p. 66.

Inter io r de la loggia de la Unite d'Habitat ion de M

Perspec ti va de las cal les con ter razas del p royectode Barcelona, Fuertes, Lecea y Monteys (FLM), 1

142

porque de la aprension de algunos arquitectos hacia el usc, en estos arnbitos, de

elementos moviles como toldos 0 sombrillas. i,No sera acaso que los edificios que

se proyectan no estan pensados para tener un Usa exterior? EI grado de relacion

con el exter ior que forma el dominio de lacasa es una buena manera de def ini r su



cal idad. Disfrutar de este espacio no deberfa estar refiido con construir ciudades

bellas.

Plsnieerse de nuevo et

para aettnir to que

Si la imagen recurrente de las Unites d'Habitation y, por extension, del bloque resi-

dencial, era unbotellero -el bloque como soporte y lacasa como botel la- laimagen

hoy podrfa ser una hoja de calculo, en cuyas casil las hay elementos que pueden

combinarse, obteniendo asf nuevos elementos. Ciertas de estascombinaciones son

casas.

En laactual idad tenemos laabsoluta certeza de que los ejemplos mas notables de

bloques de viviendas que incorporan servicios comunes han desaparecido debido,

probablemente, a las innumerables suspicacias que comporta 10colectivo. Resulta

inaudito que una experiencia como la Unite d'Habitation de Marsella, al final de la

decada de los anos cuarenta, no solo no sea moneda corriente, sino que aun no

tenga paranqon, En la actual situacion, existen muchos elementos que dificultan la

aplicacion de soluciones de este tipo y algunos son objetivamente el reflejo de cam-

bios operados en la sociedad que hacen practicarnente imposible el regreso a la

situacion de la posguerra europea. Otros elementos, sin embargo, pueden estudiar-se para orientar cual debe ser el bloque residencial del futuro proximo. Tal puede ser

la necesidad de plantearse un edificio acorde con los criterios de sostenibilidad del

presente y para los cuales laqestion de la energfa, del agua 0 de los desperdicios

resultan esenciales y comportan la aparicion de sistemas comunes al edificio. No

obstante, estos sistemas tienen una capacidad limitada para convertirse en motor

de cambios en el conjunto del bloque residencial. La casa d ispe rsa, mon ta je de X. M .

14 4

Para proponer otra forma de pensar el bloque de viviendas, se debe partir de l a pre-

misa de que la casa no es ya una unidad compacta dentro del edificio: se trata de

idear bloques que permitan dispersar la casa por el. La idea motriz podria ser refor-

unas grandes terrazas privadas separa

orientacion y confiando al si stema de

puestas entorno al pati o de rnanzana-



mular el concepto de condensador social de una manera distinta, reuniendo personas

o grupos con nuevos v incu los famil ia res en lugar de unidades fami liares compactas .

Casa, estudio 0 despacho, apartamento de los h ijos mayores 0 de los padres, t ras-

te ro , ta ller de brico la je e inc luso estac ionamiento del coche 0 de la roulotte, 0 terraza

particular en la cubierta, pueden estar dispersos por el edificio sin tener que con-

formar una casa compacta. Ello supone un paso mas alia de ciertos ejemplos que

disponen de alguna parte de la casa con una entrada independiente que puede 0no

vincularse al resto de dependencias. En el origen de los apartamentos de alquiJer

encontramos una situacion pareci da: los inquilinos arrendaban piezas sue ltas, mas

piezas cuanta mas capacidad econorni ca, pero no necesari amente contiquas."'

Hablar de casa en est as circunstancias es hablar de un modo de aqrupacion que

solo es percept ib le en la i rnaq inac ion.

nizacion.

Para hacer posible la dispersion de algu

ficio, es necesario que estas dispongan

autonomia. EI sai to dado en los u lti rnos

las distancias, sobre todo, porque ya n

donde se encuentren. EI bloque resulta

ocupan las casil las de la hoja de calculo

casa por deseo de quienes las habitan.

cios habitados por un grupo de individu

cion, como ya hemos visto, puede co

esta dotada de un equipo basi co y, de

ambiguo en a lgunos casos, espec ia l m

Una casa asi seria compatible con la definicion de Gerardo Ragone de una casa

dittuse;" una casa compuesta de piezas dispersas en el territorio, de acuerdo con

el estilo de vida del individuo. Una casa abierta que reconoce que la actividad

dornestica ya no se corresponde con los Iimites de la casa, sino que se extiende al

t raba jo , la segunda residenc ia 0 el coche. Tal vez, la reactivacion del bloque no

dependa tanto de la i dea de 10cornun -aunque siga teniendo ciertos servicios com-

partidos- como de una distinta manera de di sponer las viviendas y sus extensiones

en el, Desde este punto de vista, la Unite era, de modo incipiente, un aglutinante de

casas difusas. Cad a apartamento tenia unas "extensiones" -prolongations du logis-

ent re las cua les se encontraban las hab itaciones independientes de la cuar ta p lanta,en regimen de hotel , para a lo ja r a fami liares 0 visitas en el edifi cio, pero no en casa;

o la guarderia, de hecho, una habitacion vigilada para los ni fios. EI edifi ci o residen-

cial Schwit te r en la A llschwi le rst rasse (Basi lea, 1985-1988), construido por Jacques

Herzog y Pierre de Meuron, apues ta por una forma de casa d ispersa d is tinta , a lagrupar

La estructura portante, aun siendo una

elemento que presume de independenci

son. Habitabilidad y estructura -botel la

del bloque. De hecho, el entramado es

ta les pasa a ser absorbido por los e leme

las celulas agregables se convierten e

tarse apilados -corno en el caso del H

Safdie- denotando que el si stema de

por celulas, no es determinante en esta

"EI inqui lino alqui laba todas las habitaciones que necesitaba 0 que se podia perrnit ir , a menudo en mas de unpiso".

Witold RYBCZYNSK I : La casa Historia de una idea, Nerea, Madrid, 1992, p. 49,Gerardo RA .GONE : "Case picco Iee grandi cit ta", en Rassegna, nO35, septiembre de 1988.

146

En el exterior, la fachada -aunque la

nuevo bloque sugiere i nformacion y no

debe juzgarse con parametres sirnilares

miguero contenido entre los cri stales d

prisma de una p in tura 0 una escul tu ra .

taires (1962) ilustra este punto de vista

parisino una reticula de escenas dornesticas que hacen posible ver, a traves de lasparedes, su interior.

Si el modo de habitar inf luye en laforma de la casa y en laautonomia de sus pie-



148

zas, ahora es el bloque -que tradicionalmente se ha concebido como aqreqacion de

viviendas- el que puede repensarse a partir de la loqica interna de estas, estableci-

da por su vinculacion con el individuo 0 con las relaciones entre ellos. Son ellos los

que determinan la forma, la extension y el grado de dispersion de las piezas de lacasa. Ellos son la casa.

Les loeataires, fotografia de Robert Doisneau, 1962.

creaitos de las itustreclones



150

Alvar Aalto Foundati on, Helsinki: pag. 139 (derecha); Peter Adam: pag. 43 (abajo);

Michael Adler/Martin Stei nmann: paq, 49 (abajo); Sti ftung Archiv der Akademie derKOnste, Ber lin: pag. 63 (arriba); TheArchitectural Record: paqs. 35 (ar riba), 97, 113;

Architectural Review: paqs, 131, 133; Jan Bakkum: pag. 135; F . J. Barba Corsini : pag.

79 (arriba); BMW AG: pag. 95 (arriba); Marti Catala: paq, 27; Chicago Historical Museum,

Chicago: paq, 87; Si lvia T . Colmenero: paq, 59 (abajo); Joe Colombo Stud io: pag.

95 (abajo); Cooperative Educational Center, Nottingham: paq, 37; Robert Dois-

neau/Rapho, pag. 149; Lucia Eames, 2001. Eames Office www.eamesoffice.com:

cubierta, paqs. 31 (arriba), 67 (abajo); Edi tions Hazan et Archi ves d'Architecture

Moderne: paq, 77 ( izqu ierda) ; Ralph Ersk ine Arch itect & Planner : paq, 129 (ar riba);

ETH, Zurich: paq, 15 (arriba); Fondation Le Corbusier, ParfsNEGAP: 25 (arriba), 39,

55 (i zqui erda), 85 (izquierda), 93 (derecha); Fuertes, Lecea y Monteys (FLM), 1999:

pags. 71, 143 (abajo) ; Buckmins ter Ful le r Insti tu te , Santa Barbara: paqs, 89, 115, 125

(abajo); Studio Gardella: pag. 141 (izquierda); Germanisches Nationalmuseum

NOrnberg: paq. 55 (derecha); Los grandes inventos del TaO: paqs, 123 (arr iba) , 125

(arriba); Herederos de Mogens Lassen: pag. 73 (arri ba); Herederos de Mario Praz:

paq. 21; Herman Hertzberger: pag. 35

(arri ba); Ki sho Kurokawa: paq, 117;

Litricia. Archivio Gio Ponti, Milan: paq

Museum, Viena: paqs. 60 (arri ba), 83

Wor ld -ASA: pag. 19; MIT Press , Cambr

51 (arriba); Moger & Degelo : paq, 49 (

59 (arr iba) , 77 (derecha) , 99, 103, 127

vida diffcil, Diogenes Verlag AG ZOr

Bocena Zaboklicka y Francesc Mirav

Museum of Finnish Arch itecture , Helsi

69 (arr iba) ; Oscar N iemeyer: paq, 25 (a

Verner Panton: paq, 119; Archivio Fede

Rheims: paq. 105 (arriba); Gemma R

Berlin: pag. 107 (izqulerda); Sir John

Peter Smithson: paq, 121; Luigi Snozz i:

von der Shu lenburg: paqs. 43 (arr iba) ,



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