Agueda Méndez-La Muerte Burlada en Textos Populares Mexicanos Del Siglo XVIII

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María Águeda Méndez La muerte burlada en textos populares mexicanos (siglo XVIII) In: Caravelle, n°65, 1995. Les cultures populaires en Amérique latine. pp. 11-22. Résumé La mort dans des copias et des poèmes collectés et poursuivis par l'Inquisition de Nouvelle Espagne au XVIIIe siècle. Négation de l'Enfer, moquerie et jeux érotico-burlesques autour du thème de la mort, déclarations d'amour passionné. Dans cette inspiration irreverente, on peut reconnaître d'obscurs échos populaires de la pensée des Lumières et une annonce de l'Indépendance. Resumen El tema de la muerte en coplas y poemas recogidos y perseguidos por la Inquisición novohispana en el siglo XVIII. Negación del Infierno, burla o juegos erótico-burlescos en torno a la muerte, declaraciones de amor pasional. En esta inspiración irreverente se reconocen oscuros ecos populares del pensamiento ilustrado y se anuncia la Independencia. Citer ce document / Cite this document : Méndez María Águeda. La muerte burlada en textos populares mexicanos (siglo XVIII). In: Caravelle, n°65, 1995. Les cultures populaires en Amérique latine. pp. 11-22. doi : 10.3406/carav.1995.2655 http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/carav_1147-6753_1995_num_65_1_2655

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  • Mara gueda Mndez

    La muerte burlada en textos populares mexicanos (siglo XVIII)In: Caravelle, n65, 1995. Les cultures populaires en Amrique latine. pp. 11-22.

    RsumLa mort dans des copias et des pomes collects et poursuivis par l'Inquisition de Nouvelle Espagne au XVIIIe sicle. Ngationde l'Enfer, moquerie et jeux rotico-burlesques autour du thme de la mort, dclarations d'amour passionn. Dans cetteinspiration irreverente, on peut reconnatre d'obscurs chos populaires de la pense des Lumires et une annonce del'Indpendance.

    ResumenEl tema de la muerte en coplas y poemas recogidos y perseguidos por la Inquisicin novohispana en el siglo XVIII. Negacin delInfierno, burla o juegos ertico-burlescos en torno a la muerte, declaraciones de amor pasional. En esta inspiracin irreverentese reconocen oscuros ecos populares del pensamiento ilustrado y se anuncia la Independencia.

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    Mndez Mara gueda. La muerte burlada en textos populares mexicanos (siglo XVIII). In: Caravelle, n65, 1995. Les culturespopulaires en Amrique latine. pp. 11-22.

    doi : 10.3406/carav.1995.2655

    http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/carav_1147-6753_1995_num_65_1_2655

  • C.M.H.L.B. CARAVELLE n 65, pp. 1 1-22, Toulouse, 1995

    La muerte burlada en textos

    populares mexicanos

    (siglo XVIII)

    PAR

    Mara gueda MNDEZ El Colegio de Mxico

    A

    mediados del siglo XVIII -hacia el 20 de agosto de 1766-, se empez a denunciar ante la Inquisicin de Mxico un son o canto que pareca haberse extendido por esquinas y calles de la ciudad de Veracruz y que ya arribaba a la ciudad de Mxico : El Chuchumb. Entre sus treinta y cinco jocosas coplas, publicadas hace unos aos1, hay que recalcar algunas que deben haber enojado ms de la cuenta a los severos jueces del Santo Oficio, pues con singular desparpajo dicen as : Estaba la muerte en cueros sentada en un escritorio, y su madre le deca : " no tienes fro, demonio ? ". . . Ms adelante continan : Por aqu pas la muerte

    Georges Baudot y Mara gueda Mndez: " El Chuchumb, un son jacarandoso del Mxico virreinal ". Cahiers du Monde Hispanique et Luso-Brsilien. Caravelle, (Toulouse), 48 (1987), 163-171.

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    con su aguja y su dedal, preguntando de casa en casa, " hay trapos que remendar ?". . .

    Prosiguen poco despus :

    Por aqu pas la muerte, ponindome mala cara, y yo cantando le dije : " no te apures alcaparra !"...,

    para concluir, con toda propiedad, en una metfora bastante audaz :

    Estaba la muerte en cueros sentada en un taburete, en un lado estaba el pulque y en el otro el aguardiente. . ?

    Imgenes burlescas que no han de causar extraeza en el terreno tan fecundo de la poesa popular marginada recogida cuidadosa y meticulosamente por el Santo Oficio a lo largo de aquel siglo en que muchas ideas brillaban por su audacia y en el que se cuestionaba de una manera muy seria el concepto cristiano de muerte. Sera relativamente fcil rescatar ms textos en que la muerte es objeto de mofa y de burla, y en los que el trmino de la vida y la cita definitiva con el Creador son tema chistoso y, hasta me atrevera a decir, tema que conlleva una sonrisa irnica muy amarga, poco acorde con la tradicin cristiana de Nueva Espaa, de recato y sobriedad, hecha en siglos anteriores.

    Estos textos del siglo de la Ilustracin -que hoy da se conocen y localizan con mayor facilidad, al haber sido catalogados sistemticamente en el Archivo General de la Nacin hace algunos aos - reservan las

    2 Y, si de audacia se trata, la esmirriada calavera debe hacer algo para mejorar su esculida condicin, como en esta versin de la primera mitad de este siglo:

    Estaba la muerte seca sentada en un muladar, comiendo tortilla seca por ver si poda engordar.

    Vicente T. Mendoza y Virginia R. de Mendoza, Folklore de San Pedro Piedra Gorda, Zacatecas, Mxico, INBA-SEP, 1952, p. 166.

    3 No hago el distingo, aqu, de la diferencia entre poesa tradicional y popular. Utilizo el trmino " poesa popular " para designar tanto a los textos aceptados y refundidos por una comunidad en versiones subsecuentes con sus variantes propias, y para aquellos que podran ser propiamente populares.

    4 Mara gueda Mndez (coord.), Fernando Delmar, Ana Mara Morales y Manca de la Rosa: Catlogo de textos marginados. Inquisicin: siglos XVIII y XIX. Archivo General de la

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    posibilidades de ms de un anlisis revelador sobre el mundo de las mentalidades populares novohispanas. En cierto sentido son una extraa cosecha de textos poticos cotidianos, a veces espontneos, muy a menudo annimos, representativos de una literatura que, sin llegar a ser el espejo preciso de unas creencias heterodoxas que slo podan mantenerse secretas y permanecer ocultas por las corrientes ms subterrneas que estructuraban a la Ilustracin, son llanamente una expresin jubilosa y sanamente falta de respeto hacia las prescripciones de la religin frente a la muerte. En realidad son cantos, coplas e incluso bailes que traducen un aprecio gozoso en cuanto a lo que puedan ser las fiestas de la vida frente a las interpolaciones severas y graves del sentir cristiano de la muerte.

    Cabe interrogarse rpidamente, y en el marco limitado de un artculo que no debe alargarse excesivamente, sobre la ubicacin de estas apreciaciones delirantes de la muerte y de estas burlas, en el cuerpo de la produccin textual marginada dieciochesca novohispana. Se van a encontrar, justo es reconocerlo, dentro de toda clase de temas textuales. As, tanto en stiras polticas o poltico-sociales, como en producciones ms bien burlescas, incluso ertico-burlescas, pero sobre todo populares, al ser palabra y tonadilla de cantos y de bailes ms o menos perseguidos por el aparato represivo de la Inquisicin. Muy largo sera representar ahora el catlogo exhaustivo de tal produccin textual marginada, adems de que en un tiempo que espero sea relativamente breve, saldr a la luz una antologa razonada y descriptiva de estos textos . Por ahora, baste slo espigar por aquellos escritos relativos a la muerte burlada que me parecen ms representativos y que mejor hablan, ya de una eventual heterodoxia, ya, ms sencillamente, de un tema que poda parecer sagrado para la Iglesia y, que al ser motivo de mofa y burla por el sentir popular, molestaba soberanamente al Santo Oficio.

    Necesario es empezar por recalcar que la nocin de Infierno es inseparable de este sentir irnico que el pueblo ejerce sobre las imgenes de la muerte. En particular, hay que resaltar el hecho de que Infierno y muerte pueden ser a la vez consecuencias o antagonistas. La nocin de condenacin eterna viene casi siempre ligada a un anhelo de concebir tal condenacin como precaria y de considerar al Infierno de los muertos como una metfora pasajera o, quiz hasta provisional, fruto de un

    Nacin (Mxico). Archivo General de la Nacin, El Colegio de Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 1992.

    5 Georges Baudot y Mara gueda Mndez: Amores prohibidos. La palabra condenada en el Mxico de los virreyes. Antologa de coplas y versos censurados por la Inquisicin de Mxico (siglos XVII, XVIII y XIX). (En preparacin).

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    desorden (casi social o reflejo de sociedad) que en un futuro ideal quedar arreglado. Hay que recordar unos versos recogidos en el obispado de Valladolid y de la Huaxteca en febrero de 1789, sacados de un son cantado y bailado, para mayor escndalo de la Inquisicin, llamado el Pan de Xarabe y que dice as :

    Ya el infierno se acav, ya los diablos se murieron ahora s, chinita ma, ya no nos condenaremos .

    Puede subrayarse el hecho de que dicha copla del Pan de Xarabe (que poda descender del jarabe gitano y que apareci en Mxico a principios del XVIII) era muy popular ms all de tierras mexicanas. Tal era El viaje al Infierno que se dio como refrn declamado por todo el mbito del imperio espaol , aunque tambin se recogi en Espaa en el siglo pasado la siguiente versin :

    Ya se murieron los diablos, ya el infierno se acab, ya no nos condenaremos, , 8 serrana, ni tu ni yo .

    Adems, puede equipararse con otra copla bien conocida que evoca el ms all infernal en el mundo hispnico y que pertenece a la misma inspiracin :

    Cuando ests en el infierno todito lleno de llamas, all te dirn los diablos : "ah va la india, qu no le hablas ?"

    En papeles varios de la misma poca, pero en un legajo distinto, se encuentra un complemento a este Pan de Xarabe que vuelve a insistir sobre el ms all infernal considerado con burla amarga que bien fcilmente poda molestar al Santo Tribunal. Cabe recalcar estas tres estrofas recogidas por las mismas fechas :

    Quando ests en los infiernos, ardiendo como t sabes,

    ' Archivo General de la Nacin [en adelante AGN], Inquisicin, vol. 1297, fol. 22v. 7 Cf. Vicente T. Mendoza: Panormica de la msica tradicional de Mxico. Imprenta

    Universitaria, Mxico, 1956; p. 72. E. Lafuente y Alcntara: Cancionero popular. Coleccin escogida de coplas y seguidillas. Madrid, Bailly-Bailliere, 1865; tomo II, p. 338.

    9 AGN, Inquisicin, exp. 7, fol. 396r.

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    all te dirn los diablos '/ hay hombre, no te la acabes !"

    Quando ests en los infiernos todito lleno de moscas, all te dirn los diablos "ay b, te dixe de roscas".

    Quando ests en los infiernos todito lleno de llamas, all te dirn los diablos "ay b la india q[u] no le hallas ?"

    Evidentemente, la asimilacin muerte-infierno y la burla hacia ese posible destino al haber pasado por la vida no eran nuevas, ni siquiera novedosas. Desde la aparicin del Infierno10 el sentir popular haba combatido a su modo este concepto tan opuesto al aliento vital que tanto caracteriza la expresin encontrada a menudo en textos del grupo documental Inquisicin del Archivo General de la Nacin de Mxico. Un documento de 1796, sobre los "Indecentes sones que se cantan en las misas que llaman de Aguinaldo", formado en ese mismo ao a raz de una oportuna denuncia, especifica bien que la burla hacia los ms altos misterios precisados por la Iglesia eran moneda corriente :

    . . .son infinitos los modos que ha hallado la corrupcin para tormarse unas licencias que verdaderam[en]te debo llamar gentlicas, por medio de muchas compociciones que con el nombre, ya de sonesitos de la tierra, seguidillas, tiranas, boleras y otros muchos, sensibilisan los malvados afectos de que estn empapados unos corasones verdaderam[en]te carnales. Y no parando aqu el atrevimfienjto, ha pasado a cometer el atentado de ridiculizar los pages admirables que hubo entre Nfuesjtros Sfeojresjess, Mara y Jos. . .

    I Qu decir, entonces, de un tema como la muerte que es recurrente y hasta obsesivo en los textos producidos por la irona del hombre desde siglos ? Se contempla a la muerte creadora de situaciones lamentables como la viudez, en las que el sentir popular slo ve un motivo ms de mofa, tal y como dice una estrofa de la conocida cancin El Mambr,

    Vanse loan P. Couliano, Ms all de este mundo. Parasos, purgatorios e infiernos: un viaje a travs de las culturas religiosas, Barcelona, Paids, 1993, pp. 65-82 y Jacques Le Goff, El nacimiento del Purgatorio, Madrid, Taurus, 1989, pp. 29-50. Este son ha pervivido hasta nuestros das, como lo muestran varias recopilaciones, entre otras, del mismo autor y Virginia R. de Mendoza, Folklore de San Pedro Piedra Gorda. . . p. 1 27.

    11 AGN, Inquisicin, vol. 1312, exp. 17, fol. 150r.

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    adaptada en la Nueva Espaa de 1795 por un travieso tesorero de Zacatecas :

    Metida en un rincn la viudita se est de arroyo con un clrigo, Mambr a dnde se ir ?

    Concepcin de la viudez y de la muerte del cnyuge a la que corresponden como en un eco, en un responso, las estrofas siguientes del Chuchumb antes citado :

    Cuando se fue mi marido no me dej qu comer, y yo lo busco mejor bailando El Chuchumb. . .

    Mi marido se muri, Dios en el cielo lo tiene, y lo tenga tan tenido que ac jams nunca vuelva .

    Existe un consenso popular de tal ndole, que la aparente creacin circunstancial es en realidad un tejido textual que llena el ambiente de toda esta segunda mitad del XVIII, como si de un vapor general se tratara, como si de un ambiente difuso salieran las estrofas y las metforas. Son testigos de este entorno festivo general en los medios populares unas estrofas aun mucho ms violentas, ms agresivas, mucho ms decididas cuando enjuician a la muerte como algo ms jovial, ridculo y hasta

    12 Mara gueda Mndez: " La metamorfosis ertica del Mambr en el XVIII novo- hispano ". Estudios de folklore y literatura dedicados a Mercedes Daz Roig. Mxico, El Colegio de Mxico, 1992; p. 395.

    13 Georges Baudot y Mara gueda Mndez: art. cit., pp. 169-170. He aqu otras versiones alusivas al tema, prueba de su recorrido por tierras espaolas y americanas:

    Mi marido se muri y lo enterr en la cocina; y del gusto que me dio, me puse a bailar encima.

    Lamente y Alcntara, op. cit., tomo II, p. 383 y Jorge M. Furt, Cancionero popular rioplatense; rica gauchesca, Buenos Aires, Edit. La Facultad, 1923, p. 311.

    Y, tambin, Mi marido ya se ha muerto, ya lo llevan a enterrar; chenle muy mucha tierra no se vaya a levantar.

    Ibid., num. 1646.

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    extravagante. Se trata de una cantinela llamada La tirana ; los inquisidores la califican como "una pura stira contra la Sagrada Religin1 ". En algunas de sus estrofas la muerte cobra cariz e identidad grotescos, probablemente oriundos de una antigua tradicin hispnica, pero casi renovada en esa poca difcil y soliviantada de la Nueva Espaa. Como escuetos ejemplos, se incluyen tan slo estas coplas :

    En San Juan de Dios de aqu, el enfermo que no se muere lo bajan al Campo Santo y le cantan Jodedere dere. . .

    En S[a]n J[ua]n de Dios de Cdiz el enfermo q[ue] no sana lo bajan a el Campo S [an] to y le cantan La tirana. . .

    En S[a]n J[ua]n de D[io]s de Puebla el enfermo q[ue] no duerme lo bajan a el Campo S [an] to lo ponen a q[ue] escarbe. . .

    En S[a]n J[ua]n de D[io]s de Mx[i]co el enfermo q[ue] se queja, lo matan entre los legos y le quitan lo q[ue] deja. . .

    Desde luego, la muerte no es siempre soez ni siniestra. Algunas veces es maliciosamente ertica o por lo menos cmica, en los ademanes y gestos que surgen de la ltima exhalacin y proyectan un volver a la vida dictado por el aliento de sta. Una copla confiscada en diciembre de 1787 y recogida a un capitn, don Joaqun Muoz, probablemente alegre y dicharachero, nos lo recuerda :

    Una vieja se sent enzima de una sepultura, y el muerto sac la mano y le agarr la natura.

    Copla cuya fortuna fue muy grande en el mundo hispnico y de ello son testimonio dos versiones cubanas que ilustran el hecho de que la muerte incit amenidades a todo lo largo del mundo hispnico :

    14 AGN, Inquisicin, vol. 1253, fols. 43r-44v. 15 AGN, Inquisicin, vol. 1210, fol. 93r.

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    Una vieja se sent Una vieja se sent encima de una sepultura encima de una sepultura el muerto sac la mano el muerto sac la mano y le toc la pintura y le toc la montura .

    Evidentemente, la muerte es tambin en esta poesa popular marginada del siglo XVIII un argumento esgrimido como contraparte del amor, lo cual tampoco es nuevo. Bien se sabe que la combinacin Eros y Thanatos, amor y muerte, es en la poesa amorosa de todos los tiempos una pareja de contrastes inagotables. La produccin potica en el Siglo de Oro espaol y tambin en la Nueva Espaa nos han dado ejemplos del uso y el abuso de dicho tema casi hasta la saciedad. Cabe destacar que en Mxico hay ejemplos involuntariamente graciosos, como cuando escribe sobre ello un fraile franciscano solicitante de Puebla a una tmida religiosa de diecisiete aos para intentar seducirla en estos trminos :

    No seas ingrata conmigo, mtame siempre mirando ; y si no puede ser siempre, mtame de cuando en cuando. . .

    Y, tambin,

    Muerta me tienes el alma y estoy con tan buena fe, que aunque me mata el mirarte, siempre te quisiera ver .

    Asimismo, las coplas urdidas por un religioso de la Orden de Nuestra Seora del Carmen y dedicadas a una de sus muchas solicitadas que, a fin de cuentas, no acab enviando por miedo a que las viera el marido de la

    1 ' Feijo, Samuel: Refranes, adivinanzas, dicharachos, trabalenguas, cuartetas y dcimas antiguas de los campesinos cubanos. Universidad Central de las Villas, Cuba, 1962; pp. 117 y 130.

    De tenor parecido aparece: Estaba la media muerte sentada en su taburete, los muchachos de traviesos le picaban el rodete.

    Higinio Vzquez Santana, Historia de la cancin mexicana, Mxico, Talleres Grficos de la Nacin, 1931; p. 118.

    17 AGN, Inquisicin, vol. 1385, exp. 14, fols. 39r-39v. Este, como otros textos citados ms adelante, son ejemplos de la utilizacin de recursos de la poesa considerada culta. Desde luego, al no utilizar frmulas y lenguajes netamente populares, no llegan a hacerse tradicionales.

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    susodicha, aunque al querer pasarse de listo, en el pecado llev la penitencia, pues el Santo Tribunal se las recogi en 1705 :

    Recibe querida prenda, pues que carezco de verte suspiros por portadores i 18 que te avisan de mi muerte .

    Amn de estos versos fervorosos de un cura solicitante procesado en 1778 por escribir cartas amatorias a su hija de confesin, "la negrita Hilaria":

    Todas las cosas se hicieron para quien las sabe hacer,

    menos amar que es morir, ? 19 para quien sabe querer .

    Se me permitir notar, aunque no sea ste un texto popular, que la muerte puede en estas circunstancias de burla y mofa ser tambin metfora de fidelidad al hombre amado, aunque sea dentro del pecado :

    Padre mo, primero morir antes que dejarme seducir, cien veces antes la muerte sufrir que tener la menor gana, como yo no tengo ms que un corazn,

    , -20 no quiero tener mas que un amigo . Por otra parte, sucede que se pueden poner de manifiesto violencias

    nuevas en el clima desestabilizado de los ltimos tiempos del virreinato. Testimonio de ello son algunas de las sptimas recogidas por la Inquisicin en el aposento de un peluquero de la capital novohispana en junio de 178421:

    Fuiste a mi amor falsa y vana, Juana, pesares en mal estado, me has dado, grangeo mi mala suerte, la muerte. Y, as en fatiga tan fuerte, publicar mi arrogancia que con tu poca constancia, Juana, me has dado la muerte.

    18 AGN, Inquisicin, vol. 546, fol. 65r. 19 AGN, Inquisicin, vol. 1 1 1 1, exp. 31, fol. 184r. 20 AGN, Inquisicin, vol. 1340, exp. 8, fol. 3r. 21 AGN, Inquisicin, vol. 1253, entre los fols. 92bis v y 93r, [hoja 9].

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    Atormentan mis desvelos, celos, me aproxima cruel suerte, la muerte, furores en tanto afn, me dan, tengo en mi pecho un volcn de un fuego tan violento, que en medio de este tormento, celos la muerte me dan.

    Nuestro peluquero "enjuiciado por proposiciones herticas" y, adems, "entendida la relaxacin debida del mismo reo" maneja la muerte y el amor con un desenfado poco comn, para mayor escndalo de la Santa Inquisicin en 1782. Ejemplo de ello es una de las "Dcimas a una esquiba dama para obligarla a querer. . .", que dice as :

    Yo muero por ti seora si no mejoras mi suerte con que as de aquesta muerte eres t la cavadora. Los cargos te hago ahora para que no los ignores, y no busques defensores que te eximan de la pena a que la culpa condena de tus injustos rigores...

    Hombre galante al fin, en una de sus Endechas posteriores versaba de este modo :

    Yo por ti me muero, bello serafn, si no te condueles, seora de m, duea de mi vida djame vivir ; no quieras, tirana, verme as morir. . . {Ibid., [hoja 7r]),

    o esgrima la muerte y el amor con fluidez y desparpajo :

    Es causa de mis desvelos, celos, con las furias que desatan, me matan, la muerte apetezco ahora, seora, ya que eres la causadora de tantas penas ferozes,

    ! AGN, Inquisicin, vol. 1253, entre los fols. 92bis v y 93r [hoja 2r].

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    dir a gritos o a vozes : celos me matan, seora ! {Ibid., [hoja 9v])

    Aunque, a veces, el tono poda ser mucho ms subversivo ; el Infierno cristiano, el ms all de la muerte, vea socavadas sus ms tradicionales imgenes :

    Si alguna vez has odo que hay en el infierno sapos, culebras y gusarapos, garfios de hierro encendido, y a ms plomo derretido con azufre, qual poleas, no lo creas23.

    Lo anterior no debera de ser extrao si se toma en cuenta la tormenta que se avecinaba, ya fuera sta la tremenda sacudida que implicara la Revolucin Francesa, ya fuera la Independencia de Mxico - su consecuencia ms directa para el virreinato de la Nueva Espaa. Dentro de este panorama, el tratamiento reservado a la muerte por el sentir popular era como una especie de alarma reveladora.

    El hombre ve la muerte en relacin con su presencia en la sociedad que le toca vivir ; su concepcin del ms all est en funcin de las esperanzas y los anhelos que no ha podido cumplir en la realidad que ha sido la suya. En Mxico, a finales del XVIII, la Ilustracin haba manejado la esperanza. El sentir popular, si bien no era ni culto ni ilustrado, intua - con esa magnfica y escandalosa percepcin inherente a los pueblos que sufren -, que debera darse un tratamiento particular a la muerte. En la incontenible expresin colectiva que con tantas penas trataba de sofocar la Inquisicin y que reflejaba su actitud frente al recorrido de la empresa humana, era sta la respuesta adecuada para llamar la atencin sobre su circunstancia.

    RESUMEN. El tema de la muerte en coplas y poemas recogidos y perseguidos por la Inquisicin novohispana en el siglo XVIII. Negacin del Infierno, burla o juegos ertico-burlescos en torno a la muerte, declaraciones de amor pasional. En esta inspiracin irreverente se reconocen oscuros ecos populares del pensamiento ilustrado y se anuncia la Independencia.

    AGN, Inquisicin, vol. 1426, fol. 7 Av.

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    RSUM. La mort dans des copias et des pomes collects et poursuivis par l'Inquisition de Nouvelle Espagne au XVIIIe sicle. Ngation de l'Enfer, moquerie et jeux rotico-burlesques autour du thme de la mort, dclarations d'amour passionn. Dans cette inspiration irreverente, on peut reconnatre d'obscurs chos populaires de la pense des Lumires et une annonce de l'Indpendance.

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